miércoles, 22 de junio de 2011

Las Frazadas de la Fundación, en Agenda de Reflexión.



Días pasados comentaba el clima que había dejado en mi memoria emotiva el episodio de los fusilamientos en José León Suárez y la simbología del monolito a los ojos de un niño.

Posteriormente, el amigo Nando Bonatto describe los sucesos de los bombardeos a Plaza de Mayo de junio del ‘55 infiriendo como habían provocado en su alma; su “primera indignación y toma de partido”, según sus propias palabras.

Evoco ahora, otra de esas marcas indelebles que quedaron en mi memoria, cuando los mayores me contaban acerca de la destrucción de todo aquello que había generado la Fundación “Eva Perón”, movida por un odio irracional que simbolizaba el despojo de lo que tuviera como destino a los más necesitados.
Pero de toda una larga lista de objetos me impactaron particularmente: las frazadas.
Era aquello que protegía del frío a los chicos en las cerradas noches del invierno.
Eso fue lo que me dolió en el alma. Y todo porque una etiqueta aseguraba que su procedencia era de la Fundación de aquella joven mujer que suscitó tanto miedo y odio en aquella gente mezquina y despiadada, que se vio obligada a desaparecer su cadáver, previamente vejado por exigencia de su bajeza sin límites.

De esta Fundación, considerada: “un peligroso ejemplo de demagogia populista y antidemocrática”, fueron destruidos, miles y miles de: colchones - sábanas - frazadas - alfombras - cortinas - prendas de vestir - utensilios - bicicletas, pelotas de fútbol y juguetes diversos.
La depredación abarcó incluso a las unidades turístico-termales de alta montaña como Puente del Inca y Las Cuevas, donde se llegó a tirar al río Mendoza, vajilla y cristalería importada de Finlandia y Checoslovaquia. La Revolución Libertadora desalojó a los niños internos del Hogar de Termas de Reyes Evita, en Jujuy, y habilitó sus instalaciones como casino de juegos; interrumpió también la construcción en marcha de tres hogares de ancianos en Córdoba, Santa Fe y Tucumán, de un policlínico en Corrientes, y abandonó las obras del Policlínico de Niños y Lactantes de la calle Warnes, en la Capital Federal, ya muy adelantadas, y en las cuales la Fundación había invertido 400 millones de pesos).

Los trabajadores, en general, contemplaban los viajes de vacaciones como una cosa lejana, irreal, propia de gente adinerada con las que ellos nunca habían tenido contacto, es decir, característica de una clase a la que ellos no pertenecían. Imaginaban esta “aventura”, compleja y elaborada y sentían temor de no poder desenvolverse en ese medio extraño.
Estos programas de turismo social ofrecidos por la Fundación., fueron desactivados a partir de 1955.
De los cuantiosos fondos con que contaba al momento de ser intervenida (3.280.458.812,10 pesos moneda nacional en activos -que, sumando un interés anual del 4 %, ascenderían hoy a más de 1.000 millones de dólares post-convertibilidad- y 504.188.931,03 pesos moneda nacional en deudas) las autoridades golpistas jamás dieron cuenta de su destino.
A todo esto, hay que sumar su solidaridad con los países extranjeros, en situaciones de catástrofe o necesidad; tal el caso de Ecuador, España, Italia, Israel, Francia, Japón, Perú y Bolivia.
Y así y todo, la Fundación Eva Perón le dejó a la sociedad:
- 23 modernos policlínicos generales, de cirugía y maternidad, con una capacidad media de 500 camas
- Policlínico para tuberculosos
- Clínica de readaptación para niños
- Clínica para reumáticos en Termas de Reyes (Jujuy)
- Institutos para alienados
- Instituto del Quemado
- Hospitales en todo el país y servicios de urgencia modelo
- Escuela de Enfermería y Tren Sanitario. Este último, dotado de la más moderna aparatología, cumplía con la tarea de relevamiento y protección de la salud de las poblaciones más alejadas de los grandes centros urbanos.
- 3 hogares de tránsito en Capital Federal, que hallaron su réplica en el interior, además del hogar de la empleada General San Martín para mujeres sin hijos que sufrían la carencia de alojamiento definitivo.
- 1.000 escuelas
- 18 Hogares Escuelas para niños de padres sin recursos
- Ciudades Infantiles en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza
- Ciudad Estudiantil para adolescentes del interior que estudiaban en la Capital Federal,
- Ciudades Universitarias de Córdoba (para 2.000 estudiantes argentinos y 400 extranjeros) y de Mendoza.
- Campeonatos infantiles y juveniles de fútbol, ampliados luego a torneos de atletismo, natación, básquetbol, esgrima, etcétera, con un sistema que chequeaba la salud de 300.000 jóvenes por año.
- Colonias de Vacaciones en Córdoba, Mar del Plata y Buenos Aires, que trasladaban anualmente a 70.000 niños hacia esos lugares de esparcimiento.
- Pensiones a la vejez (entregadas por primera vez)
- Hogares de Ancianos con trabajos voluntariamente en forma remunerada en labores productivas adecuadas a su edad y vocación, asistencia a biblioteca y sala de música, con paseos, charlas y otras actividades de esparcimiento
- Cadena de Hogares de Tránsito
- Barrios en Saavedra y La Matanza), que proporcionaron casa propia a 25.000 familias, y otros en el interior del país.
- Plan Agrario donde operaron en el interior del país los primeros 170 tractores, 125 sembradoras, además de arados y rastras de diverso tipo, cultivadoras, juntadoras de maíz, acoplados y otros automotores que había adquirido para pequeños propietarios y colonos, con Talleres rodantes que permanentemente recorrían los campos dando auxilio mecánico a quien lo necesitara.
- Plan de trabajo rural organizado
- 181 proveedurías para apoyar el programa de abaratamiento de precios que los monopolios comerciales se negaban a acatar. En las proveedurías la gente encontraba a bajo precio los artículos de primera necesidad que por entonces los monopolios sustraían del mercado para provocar su encarecimiento.

Publicado por Unfor en 2010 en el aguante peronista[Texto gentileza de Rodolfo Parbst y la lista Conozcamos la historia]

EL IMPERIO Y EL PUEBLO.



Los ingleses ante Buenos Aires (18 al 26 de junio).El 18 de junio se reciben las primeras informaciones de encontrarse buques enemigos en las cercanías de la isla de Flores. Sobremonte no toma otra medida que una relación de los capitanes de milicias sobre el estado de caballos y monturas. Pasan seis días de nerviosa expectativa; el 24 a las cuatro y media de la tarde se avistan navíos de guerra frente a Quilmes; al anochecer, el comandante de Ensenada, capitán de navío Santiago Liniers, entrevé unos buques “alterosos y de poco guinda” que le parecen mercantes holandeses.


Esa noche el virrey celebraba una fiesta familiar epilogada con una función en la Casa de Comedias (la representación de “El sí de las niñas”, de Moratín, ha quedado clásica). Allí le entregan nuevos pliegos de Liniers rectificando que los buques no eran mercantes holandeses sino navíos de guerra ingleses, pues acaban de dispararle unos cañonazos que habría replicado con sus baterías costeras.Eran las 9 de la noche. Sobremonte se retira a la Fortaleza. Convoca a las milicias urbanas para la mañana siguiente en los cuarteles del Fijo y de Dragones, desocupados por estar los cuerpos en Montevideo. Sube a la azotea de la Fortaleza para “hacer señales a los buques corsarios a fin de que se cobijaran” (esta actitud hizo creer que estuviese en connivencia con los atacantes), ordena que el subinspector de Milicias y Tropas Regladas, Pedro Arze, con las “más aparentes” milicias cubriese el puesto de Quilmes, mientras el teniente-coronel de blandengues, Manuel Gutiérrez, con doscientos de los suyos iría a proteger a Ensenada. Y se va a dormir.Al amanecer del 25 las milicias de infantería se aglomeran en La Ranchería, cuartel del Fijo, y las de caballería en Las Catalinas, asiento de los dragones: son mil trescientos hombres en cada cuartel, fuerza ponderable si tuviese instrucción y armas.


Hacia las nueve de la mañana se presenta la escuadra inglesa, que había cambiado tiros la noche anterior en Ensenada, a la vista de la ciudad y en formación de guerra: en la Fortaleza disparan tres cañonazos en señal de alarma, lo que congrega en la plaza a considerable gente – calculada en mil quinientos entre hombres, viejos y niños – que vivan al rey y piden armas para “defender la Patria” (la patria era la ciudad en la terminología de la época). Sobremonte se muestra en los balcones, y los arenga. Por primera y única vez en su vida es aclamado; dice que “están tomadas todas las providencias”, y los invita a retirarse “a almorzar, que él vigilaría” con su catalejo.
El desembarco (25 de junio).A las 11 de la mañana del 25 los ingleses, después de recorrer la costa en busca del mejor lugar, empiezan el desembarco en Quilmes. Son veinte botes que van y vienen con soldados uniformados de rojo, cañones, caballos, arreos, pólvora, que depositan trabajosamente en la playa bajo una llovizna fría; un bañado los separa de la barranca. Desde allí un sargento de artillería española con cinco hombres y una de las piezas encargadas de las señales dispara el cañonazo de alarma, conforme a lo convenido, y permanece firme. Tal vez los ingleses creen que hay más tropas ocultas en los espinillos, pues se quedan en la playa, calados y ateridos.


Hasta el anochecer dura el desembarco de los 1.635 hombres, con sus implementos.Arze llega a mediodía a Quilmes con 400 milicianos elegidos entre los más dispuestos y mejor montados, a los que ha agregado cien blandengues, dos cañoncitos de a 4 y un obús de a 6. Toma posición en las barrancas junto al sargento del cañón y no hace nada, nada, en toda la tarde. Mirar, nada más. Los milicianos y blandengues desean cargarse al grupo de ateridos ingleses, que se va engrosando cada vez más, pero el subinspector sólo quiere obrar sobre seguro. Manda pedir refuerzos; y mientras vienen, seguirá esperando.Llega la noticia del desembarco a Buenos Aires. Sobremonte manda tocar generala a las dos y media de la tarde, y la multitud vuelve a congregarse en la plaza; los milicianos reclaman armas, pero el virrey no se atreve a armar a las milicias, dirá más tarde el cabildo en su informe. Se limita a distribuirlas, desarmadas, en compañías al mando de algunos oficiales veteranos. Sólo más tarde les dará una carabina con cuatro tiros a los de caballería.


“Se tocó la alarma general – dirá Belgrano en su Autobiografía – y conducido del honor volé a la Fortaleza, punto de reunión: allí no había orden ni concierto en cosa alguna como debía suceder en grupos de hombres ignorantes de toda disciplina y sin subordinación alguna. Allí se formaron las compañías y yo fui agregado a una de ellas, avergonzado de ignorar hasta los rudimentos más triviales de la milicia”.Sobremonte ordena que la caballería vaya al puente de Gálvez (hoy puente Pueyrredón) donde atraviesa el Riachuelo el camino del sur: son 129 hombres de a caballo, la mitad mal armados. El resto de las milicias debe concentrarse en sus cuarteles, a la espera de armas y órdenes. El virrey revista los 129 del puente, a quienes agrega un tren volante de artillería; luego vuelve a la Fortaleza a disponer se saquen los caudales para el interior, conforme a lo previsto, con una escolta de cien blandengues. Como ha cumplido su deber, se va otra vez a dormir.Combate de Quilmes (26 de junio).Todo parece una comedia. Los ingleses completan el desembarco al anochecer del 25, pero se quedan en la playa, entre el río y el bañado, empapados por la lluvia. Arze, como fascinado, no se mueve en toda la noche, no obstante que la lluvia hubiese favorecido el ataque. Al amanecer del 26, los ingleses inician lentamente el avance por la tosca húmeda y anegada: cruzan el bañado con el agua por las rodillas arrastrando los cañones. Arze se limita a mirarlos desde su altura. Los invasores se despliegan en orden de combate ante la posición de Arze (“la más bella posible” dirá uno de ellos), y solamente entonces el caballeroso subinspector rompe e1 fuego con los dos cañoncitos y el obús; los ingleses responden con sus schrapnell.Al oír los disparos, Sobremonte sube con su edecán a la azotea de la Fortaleza.


Mira con un catalejo: “los ingleses saldrán bien escarmentados”, asegura satisfecho. No habría tal: estallan los schrcpnell entre los milicianos en el momento de llegar algunos refuerzos que vienen desde el puente de Gálvez: las tropas de Arze y las recién llegadas quedan envueltas por el humo de la metralla y el sub-inspector sólo atina a ordenar retirada. Es una huída general, y Arze, que no será de los más lerdos, amonesta a los reclutas: “¡Yo ordené tocar retirada, y no desordenada fuga!”, para lamentarse a grandes voces: “¡Qué dirán las mujeres de Buenos Aires!”. Eso es el “combate de Quilmes”.Sobremonte no alcanza a distinguir con su catalejo el alcance del escarmiento. Algo pasa, pero la distancia, neblina y el humo de los cañones le impiden saber qué es. Deja la Fortaleza, va al puente de Gálvez, vuelve, torna nuevamente al puente; nadie sabe nada. Empiezan a llegar los fugitivos; el trémulo subinspector da verbalmente el parte de la derrota: “eran entre cuatro o cinco mil” los enemigos “bien disciplinados y aguerridos”; por eso debió dejarles el campo con los cañoncitos y el obús. “Antes de la oración – asegura a gritos – los tendremos en el puente". A Sobremonte no se le ocurre nada ante el peligro: ni cavar trincheras, ni distribuir a las milicias los 400.000 tiros del parque, que más tarde caerán en poder de los ingleses, ni preparar el Fuerte con sus 35 cañones de a 24. Sólo atina a destruir el puente y poner las embarcaciones amarradas en el Riachuelo en la orilla izquierda, “así los enemigos no pueden usarlas”.Después, padre y marido ejemplar, piensa en los suyos. Vuelve a la Fortaleza, hace aprontar un carruaje, que con la correspondiente escolta llevará a su esposa, hijas y futuro yerno a la seguridad de la quinta de Monte Castro (Floresta), donde se les habría de reunir el cabeza de familia “una vez agotadas las medidas que requiere el honor”. Se le ha ocurrido una idea: hacer del Fuerte, con sus 35 cañones de a 24 y su sólida construcción de ladrillo, un baluarte. Allí ordenará replegarse a los milicianos del puente, mientras él escribirá al gobernador Ruiz Huidobro, de Montevideo, para que le mande a Monte Castro, con premura, las tropas veteranas acantonadas en la Banda Oriental. Cuando lleguen aplastará a Beresford entre ellas y la Fortaleza. Ordena al coronel José Pérez Brito quedarse en la Fortaleza con “el mando de la ciudad", mientras él operaría desde el exterior.En ese momento se le acercan los oidores a preguntar noticias y qué deben hacer. Les informa la delegación del mando militar “y el político quedará en las manos V. Mercedes, que se encerrarán aquí (la Fortaleza) para hacer una rigurosa defensa”.


Los oidores se miran: ¿el marqués estará en sus cabales? “No dejamos de extrañar – dirán después de la Reconquista – que el virrey... hubiese tratado que el Tribunal se encerrase en el Fuerte para objetos tan extraños a su profesión y conocimientos”.Brito, alarmado, pregunta: “¿Qué defensa podré hacer yo en el Fuerte?”; ¡Que caigan abajo sus cimientos! responde heroico Sobremonte; “¿Y qué víveres hay para ello?”; “Pues, cuando no haya más remedio podrán hacer VV. (Brito y los oidores) una capitulación honrosa”. Y tomando la puerta: “Señores, las circunstancias apremian”.No había cobardía en Sobremonte; no la tuvo en toda su carrera, y no se le despierta ahora. Sólo está mareado: él sirve para obedecer pero no atina lo que debe mandarse. A las siete de la noche va nuevamente al puente de Gálvez, que ha sido volado. Echados cuerpo a tierra, en la ribera junto al Riachuelo, están los milicianos de la plaza, a quienes se les ha repartido algunos fusiles pero mezquinado las municiones (los ingleses se incautarán de los 400.000 tiros sin usar). Unos artilleros tienen cañoncitos de a 2. No hay más oficial superior que el asustado Arze, que no deja de infundir ánimo: “¡son muchísimos, y aguerridos los ingleses!”.


Sobremonte ordena a los milicianos que deben “replegarse a la Fortaleza”; como nadie se mueve repite la orden a su edecán, que la trasmite en voz fueite. Se levantan protestas: “¿Cómo se entiende eso de retirarse cuando no se sabe de qué color es el uniforme del enemigo?” se oye a algunos. “Nadie levante la voz – ordena el edecán –. Pena de la vida a quien no obedezca al señor Virrey”.“Acción” de Gálvez (27 de junio).En ese momento – las ocho de la noche – llegan a la otra orilla las primeras avanzadas inglesas, recibidas con fuego de fusilería por los milicianos; los cañones – manejados por veteranos – quedan mudos. Beresford detiene el avance hasta salir el sol, para ver el obstáculo que se interpone. Sobremonte, al tiempo de volver a su carruaje, ordena seguirle a los veteranos y reitera a las milicias la orden de replegarse a la Fortaleza. Hay un momento de esperanza: el virrey irá seguramente al paso Chico a cruzar el Riachuelo y tomar a los ingleses por retaguardia. No hay tal: ha terminado la jornada y el virrey se repliega a dormir a la quinta de Doma en San Telmo.Al amanecer del 27 ocurre la “acción” del puente de Gálvez. No dura una hora: algunos marineros ingleses han cruzado el Riachuelo a nado y traído las embarcaciones a la orilla derecha; los schrapnell caen sobre los milicianos que se retiran en confusión. Con las barcas los ingleses tienden rápidamente un puente y cruzan el río.


Sobremonte desde la azotea del Hospital en lo alto de San Telmo sigue “la acción” con su catalejo. De allí se irá a Monte Grande con su escolta de veteranos, mientras las milicias entran a la ciudad a cumplir la orden de “replegarse a la Fortaleza”.“Todos disgustados – escribe un testigo – tomamos la calle del bajo (Defensa) dirigiéndonos a la Real Fortaleza confusos y llenos de vergüenza, sin osar levantar la vista, y muchos llorando de pena, dejando en esa forma el paso franco a un enemigo débil”.La rendición (27 de junio de 1806).Los milicianos entran en la Fortaleza. Pérez Brito consulta con los oidores al saber la “acción” de Gálvez. Hay que rendirse, para evitar sufrimientos a la ciudad; por supuesto deben cumplirse formalidades, redactar una capitulación con “todos los honores”, etc., firmada por el virrey. Pero ir al Monte de Castro es correr el riesgo de toparse con los ingleses “que ya se vienen”. Deliberan toda la mañana los oidores con Pérez Brito y algunos vecinos; nadie sabe los trámites de una rendición. Mientras tratan de informarse, mandan un parlamentario al general inglés a pedirle “detenga su marcha hasta tener listos los preparativos de la capitulación”.


El enviado se encuentra en el camino con un oficial inglés, Ensigh Gordon, que viene en nombre de Beresford; lo acompaña a la Fortaleza y gentilmente le sirve de intérprete. ¿Cómo se hace una rendición? Afortunadamente Juan Larrea trae de su casa un libro de arte militar con un modelo de capitulación. Las formalidades han quedado salvadas: Pérez Brito copia la “capitulación” acomodándola a las circunstancias – no olvida poner lo de “todos los honores” –, la firma en nombre de la “Junta de Guerra”; Gordon la llevará a Beresford. Es la una y media de la tarde.Una hora después vuelve Gordon con el documento tan trabajosamente logrado: Beresford no quiere recibirlo “porque no es hora de capitulaciones”. Él, como vencedor, impondrá las condiciones de la rendición; pero sólo después de entregarle “los caudales del Rey y cualquier otro que hubiese de la Real Hacienda”, haciendo responsable a la “junta de guerra” si hubiesen sido ocultados.


Se miran los oficiosos capitulados: “¿Dónde están los caudales?'’. Alguien se comide a ir al Monte de Castro a pedirlos al virrey. Y ¿los “honores de guerra”?: Los concede el oficial inglés : los milicianos que están en el Fuerte, con la “junta de guerra” a la cabeza, podrán salir con banderas desplegadas y redoblar de tambores a depositar sus armas a los pies del vencedor.A las tres de la tarde los primeros ingleses entran por la calle Defensa a la plaza Mayor. Tras cruzar bajo el arco de la Recoba, a manera de arco de triunfo, forman alineados en la plaza. A las cuatro, Beresford llega a la Fortaleza. Con disgusto, los oidores y Pérez Brito han debido pasarse sin la salida “con honores” y la entrega de las armas, porque los milicianos han roto sus fusiles y se han ido sin ceremonias por la puerta trasera, llamada “de socorro”.


Fuentes:- José Maria Rosa. “Historia Argentina”, Tomo II- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

El antifaz de la presidenta.

Hermenegildo Sabat, caricaturista del monopolio, hace unos días que dibuja el rostro de nuestra presidenta con un antifaz.
Personalmente no entendía el por qué; hasta que Lilita declaró aquello del disfraz relacionado con su viudez.
Ahí me dije, simple, son mas de lo mismo.
Son Alberdi escribiendo que "ni en cien años, por mas que nos esforcemos, un gaucho, puede igualar cultural o educativamente a un obrero inglés."
O Sarmiento clavando las cabezas de Varela y Peñaloza, jefes montoneros que defendían sus economías regionales, en picas, como símbolo civilizatorio del que no "ahorraba sangre de gauchos".
Será por eso, que junto a Mitre llevaron adelante durante sus gobiernos la "guerra de policía" contra el paisanaje.
Simple, son delincuentes.

O la clase dirigente oligárquica cuando realizó un acto unificado (pese a sus diferencias políticas) en el año 1877, porque algún federal despistado se le ocurrió repatriar los restos de Rosas: "Ni el polvo de tus restos tendrá la América", vociferaba José Marmol.

O el golpe de estado contra don Hipólito Yrigoyen, a pesar que dócilmente aceptara los fusilamientos de miles de obreros a manos del ejérctio argentino entre 1919 y 1921.
"Ha llegado la hora de la espada", años antes declamaba Leopoldo Lugones.
Fraude, desocupación, el invento de la picana eléctrica.
Simple, mas civilización entre 1930 y 1943.
La Década Infame, descripta con su realismo mágico por el compañero Discepolín.

La movilización del 17 de octubre de 1945 fue preparada por la policía, fue un candombe de negros, murgas adiestradas, aluvión zoológico, esperen y ya verán, con un buen bombardeo limpiamos la Plaza de cabezas negras.
Dirán, afirmarán, actuarán, políticos, oligarcas, curas, militares, empresarios durante 18 años.

¿Hace falta recordar el genocidio físico, psíquico y sobre todo cultural entre 1976 y 1983?
¿Y la Obediencia Debida, y el Punto Final y el neoliberalismo y los 35 muertos de la Alianza?
Simple, la violencia también es cultural y simbólica, cuando el antifaz aparece significa que la Presidenta está en un carnaval, contenta, feliz, en un corso, entre murgas, que nada le importa, que está de festejo en festejo.

Su luto y su memoria referidos a su esposo, compañero y ex presidente Néstor Kirchner es una actuación; su velatorio fue organizado por Fuerza Bruta, la oposición asegura, frente a las cámaras del monopolio que todo es una Antifaz.

Sabat, escriba del monopolio expresa en síntesis este pensamiento gorila (Lanatta dijo ayer que esa palabra no existe, Magdalena también), la cual es una categoría de análisis y una postura ante la vida ( o mejor dicho una postura de odio ante la vida).
Lilita dentro de su locura no declarada al menos por un profesional de la salud mental y Bullrich, mas pensante, como voceras del monopolio abonan mi teoría del ELLO.
(Releer el Eternauta).

Nosotros, sabemos que son la continuidad violenta del antipueblo.
Matan esperanzas, afectos, a su manera.
No les importa ofender, insultar, tergiversar, mentir.
Igual que los Alberdi o los Mitre o los Videla.
Idem a los grupos de poder económicos que "contratan" menores y esclavizan adultos en sus civilizadas empresas rurales y urbanas.
Provocan, indignan, pronto también, tendrán su Nunca Mas.

GB

martes, 21 de junio de 2011

CANDIDATA DEL PUEBLO.




En Almagro y Balvanera, en el norte y en el sur, en el Río de la Palta y en el Cuyo.












Avanti Presidenta que Nestor sigue peleando.


GB.

LOS DEMÓCRATAS RADICALES DE SIEMPRE.

La UNIÓN CIVICA RADICAL debe decir su palabra, pero es necesario previamente referirse a la explicación oficial.

LA EXPLICACION DEL GOBIERNO: UNA TRAGICA AVENTURA

El gobierno dio sucesivas explicaciones por su único vocero.En su primer mensaje, el Presidente de la República, después de decir que "la Marina de Guerra es la culpable de la cantidad de muertos y heridos que hoy debemos lamentar los argentinos" insistió repetidamente en que "los que tiraron contra el pueblo son traidores y son cobardes".Al día siguiente, en otro mensaje radial, expresó que "el móvil del movimiento indica una irresponsabilidad que nosotros criticamos acerbamente" y atribuyó a "elementos comunistas" los desmanes con la misma seriedad que pocos días antes inculpó de hechos análogos a "elementos clericales".El jueves 23 de junio, denominó a la revolución "trágica aventura" de "algunos jefes de la Armada pertenecientes a la Infantería de Marina con la complicidad de otros de la Aviación Naval, contando con la incuria del Ministerio de Marina y la debilidad o deslealtad de otros comandos".Sostuvo luego que era "producto de un odio enfermizo, de una ambición espúrea y de una inconsciencia criminal", obra de "cuatro chiquilines irresponsables e inconscientes, dirigidos por ambiciosos también irresponsables", "hombres subalternos poco menos que ignorantes y torpes, incapaces de ganarse siquiera nuestro respeto".Añadió que "en esta acción todo ha sido sucio y todo ha sido falso".Con una gama de calificativos que va desde cobardes y traidores hasta chiquilines, irresponsables y ambiciosos, la explicación oficial pretende de este modo inculpar a marinos y aviadores que han expuesto su vida, su carrera, su tranquilidad y la de sus familias para asumir la responsabilidad de terminar con un gobierno de fuerza.

EL RÉGIMEN GOBERNANTE ES EL RESPONSABLE

La UNIÓN CIVICA RADICAL afirma que la revolución del 16 de junio es producto del Régimen. Mientras no cese el sistema totalitario que lo caracteriza, subsistirán las causas del estallido. Sólo se evitarán con la libertad.Las explicaciones oficiales son incompletas y falsas.Incompletas porque intentan circunscribir el problema a los hechos en sí sin remontar a sus orígenes.Son falsas porque callan calculadamente las auténticas causas que están obrando hace tiempo en la conciencia argentina y la llevan a repudiar la agresión permanente del Régimen contra los fundamentos morales y democráticos de la República. Muchas son las causas del 16 de junio.La fundamental es la supresión de las libertades.La finalidad capital de tal supresión es impedir las reacciones populares ante la corrupción y la crisis económica originada por la política oficial y contra el intento de consumar la entrega del patrimonio y de la soberanía de la Nación.La corrupción que aqueja a la Republica, peculado, espionaje y delación, encarcelamientos discrecionales, torturas, supresión de las libertades, la degradación de la escuela y de la Universidad puestas al servicio de los fines subalternos del Régimen, el sometimiento de la vida sindical, convertida en instrumento de opresión de los trabajadores, son algunas de las manifestaciones del sistema que esta empobreciendo las reservas materiales y espirituales de nuestra nación y constituyen otros tantos motivos de explosión de las fuerzas morales que, no hallando los caminos de la paz para las soluciones armónicas, apelan, desesperadas, a la violencia.

QUE PRETENDE AHORA EL RÉGIMEN

Calientes aún sus victimas, el Régimen lanza un llamado a la pacificación del país. Como en 1953, cuando bandas oficialistas organizadas incendiaron las sedes de los partidos que no le son adictos, el Régimen apela a otra especie de "conciliación nacional".Como entonces, lo exige todo pero persiste en su tiranía.Nuevamente hace caer la responsabilidad en los despojados.Es a los argentinos obligados a escoger entre la sumisión bien remunerada o la pobreza, entre la obsecuencia o la persecución, entre el silencio cómplice o la cárcel, a quienes el régimen exhorta ahora a deponer enconos.Esta pacificación que propone deja intactas todas las causas del malestar nacional, porque su finalidad no es abrir una etapa de recuperación y trabajo, sino encubrir con el silencio de todos los argentinos, la entrega espiritual y material del país.Esta pacificación, como aquella conciliación, son otras tantas desfiguraciones del Régimen que quiere usar en su provecho la sangre derramada en las calles de Buenos Aires.El Radicalismo y el país quieren que la sangre argentina sirva, como en horas gloriosas, a la causa de la democracia y de la libertad.

NO HABRÁ PACIFICACIÓN SIN PREVIA REPARACIÓN

(Gracias Compañero Julián).

GB

ABRAZANDO A LAS MADRES.

sábado 11 de junio de 2011

Carta de Víctor Heredia a Hebe de Bonafini, Madres de Plaza de Mayo.

Hebe, la compañera.

Ochenta y tres años tiene la compañera, la madre que perdió a dos de sus hijos y a su nuera a manos de la intemperancia política, de los duros, los mesiánicos, los adalides de las asonadas, porque no fue sólo de los militares la dictadura que nos rompió el corazón a todos los argentinos. Hubo otros cómplices que callaron a sabiendas, otros que impulsaron la matanza a favor de oscuros intereses y otros que por inocencia y desinformación ignoraron lo que sucedía, pero los que nunca serán juzgados son aquellos que intuían que algo pasaba y prefirieron quedarse quietos, ignorando los gritos indubitables de los torturados y la agonía de los arrojados al mar, de las embarazadas asesinadas después de su maternidad.
La compañera, junto con otros compañeros y compañeras, salió a la Plaza de Mayo a gritarnos en el rostro que había que unirse para tratar de rescatar a los secuestrados y juzgar a torturadores y asesinos. Esa mujer sencilla, común como mi propia madre, apenas leída y de lengua rápida y popular nos mostró el camino a todos, a los pusilánimes y a los indecisos, a los distraídos y a los inconscientes de toda conciencia ciudadana, humana y solidaria. No tuvo empacho en negar la dádiva del estado: doscientos cincuenta mil dólares por cada hijo asesinado.

Es decir que se negó a recibir 750.000 dólares, si incluimos a su nuera, porque consideraba que con la sangre derramada no se negociaba, otros no pudieron resistir la tentación, pero Hebe es así de taxativa con su ideología y su dolor. Esa misma Hebe borró el nombre de los suyos del pañuelo, para indicar que luchaba por los hijos de todos.
Hoy no entiendo la postura de quienes fueron sus compañeros de ruta tanto tiempo y, aunque acepte y comprenda diferencias y desacuerdos que no vale la pena enunciar aquí, debo decir que entre todos, poco tiempo atrás, siempre tratamos de zanjar esas instancias, porque está claro que el camino hacia la verdad es difícil y está plagado de trampas, engaños, zancadillas y somos conscientes de ser falibles, podemos equivocarnos en los análisis y en las propuestas y aprendimos por experiencia a sacar fuerzas en conjunto, para ayudar a esclarecer al equivocado, para levantar al caído y no exponerlo a los buitres, mucho menos aceptar que se lo inculpara gratuitamente, lo que no quiere decir tergiversar, tapar, ocultar sino defender la verdad, sobre todo cuando la acusación pretende poner en tela de juicio la lucha por los derechos humanos en todo su conjunto.

Eso suelen hacer los verdaderos camaradas, los compañeros. Todo ello nos hizo mejores cada día, más sensibles, abiertos, capaces de manejar inteligentemente las pocas oportunidades que brinda esta terrible realidad, el cerrado egoísmo del sistema, para avanzar en el proyecto común, popular y colectivo.
Hoy lamento decir que algo nos pasa, algo doloroso, incomprensible, pero también absolutamente peligroso para todo lo avanzado cuando no defendemos abiertamente, desde organismos similares, a quien sólo trató de seguir los pasos que le marcaba la sangre derramada de sus hijos: ser útil al prójimo, ayudar haciendo casas para los más humildes, hospitales, salas materno-infantiles, escuelas, guarderías y fue, así parece indicarlo todo, claramente estafada en su maravilloso y humanitario intento.
Hebe va a salir airosa de esto porque sencillamente es inocente por amor, por dar segundas oportunidades a quienes evidentemente no lo merecían, por madraza testaruda, por confiada y crédula, su único y criticable error.

Me pregunto si los que se solazan con su equivocación o tratan de ponerse a salvo marcando distancias en lugar de cerrar filas ante el evidente ataque a una institución que es símbolo entrañable de toda una época, podrán sentirse igual de inocentes en el futuro, o por el contrario tendrán que golpearse el pecho arrepentidos desde la vereda de enfrente, que es exactamente donde parecen dirigirse ahora.

Víctor Heredia

(GRACIAS COMPAÑERA MÓNICA)

lunes, 20 de junio de 2011

De Patria y Puntos Finales.

Radio Mitre, La Nación, TN, Clarín, ningunearon, se burlaron de las declaraciones de nuestra presidenta relacionadas con las palabras del primer ministro británico, Cameron, sobre nuestras Islas Malvinas.
Es mas en el programa de Nelson Castro por Mitre, se rieron desembozadamente e ironizaban con una próxima declaración de guerra de la Argentina a Gran Bretaña.

En 1806 y 1807, el Pueblo de la aldea de Buenos Aires a puro aceite hirviendo, palos, piedras y regimientos mal armados expulsó al ejército mas poderoso de aquél entonces.
Ocurrió lo mismo, en la década del ' 40 de ese mismo siglo durante dos oportunidades, esta vez contra británicos y franceses.
Gobernaba entonces, el Brigadier General don Juan M. de Rosas.
En La Vuelta de Obligado, Mansilla, con sus gauchos a pura lanza, rifles, cañones obsoletos y cadenas frenaron a la flota invasora del pirata inglés.

Coraje y Dignidad del Pueblo argentino en armas contra el Imperio conquistador y predador.

El general Perón en el año 1947 preparaba la Independencia Económica al nacionalizar el nervio motor de la economía argentina en manos del Imperio inglés.
Ferrocarriles, bancos, puertos, teléfonos, gas, luz, silos, entre otros recursos pasaban a manos del Pueblo a través del Estado interventor peronista.
Braden y Churchill, no se lo perdonarían al general y el golpe de setiembre de 1955 fue la prueba contundente de la revancha imperial.

Malvinas en abril de 1982 nació mal parida.
El dictador y genocida Galtieri junto a otros cómplices del terror se lanzaron sin el Pueblo a una guerra aventurera contra el inglés, que contó con el apoyo de los EE.UU. y de la dictadura de Pinochet.
Sin embargo, soldados y sub-oficiales, y algunos oficiales, sobre todo de la Fuerza Aérea, pusieron por encima de la locura dictatorial su Valentía porque enfrente estaba ingalaperra y la defensa de la Soberanía Nacional.
Aztiz y Menendez fueron la cara de la cobardía y la hijaputez al rendirse a sus Padres british sin disparar un solo tiro.

Por defender la Patria del pirata británico, San Martín le entregó su sable a Rosas.
Belgrano izó Bandera a pesar de Rivadavia que desde su sillón porteño se lo prohibía, mientras negociaba la entrega de estas tierras a los ingleses junto a Carlos M. de Alvear.
Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento llevaron al pueblo a una guerra fratricida contra el Paraguay siguiendo claras directivas del Reino Unido entre 1865 y 1870, para detener el avance soberaano de los paraguayos contra la hegemonía económica imperial del pirata.
El hijo de ...Roca recordando a Pellegrini le pone precio a la Argentina para que se incorpore sin mas a la corona británica en 1933.

Nuestra Presidenta no aceptó el punto final de Cameron al tema Malvinas, burdo imperialista fuera de tiempo y lugar.
Punto Final que nos remite al perdón a miles de represores planteado por el radicalismo en el gobierno, en el año 1987, ya que "cumplían órdenes" para secuestrar, torturar, saquear, violar, robar bebés, asesinar, desaparecer : "cumplían órdenes", es decir, estaban obligados por sus superiores.

Gran Bretaña, y el monopolio, creen en el Punto Final, nosotros no.
Ni en materia de Derechos Humanos ni en materia de nuestra soberanía, expusó nuestra presidenta.
Porque ni el patriota Manuel Belgrano, ni el Gaucho Rivero, ni el pueblo argentino que luchó y logró la Independencia, y que la sostuvo por décadas, creyeron nunca en puntos finales ni en el manoseo de imperios.

El monopolio sí. Ellos son la Baring Brothers de nuestro presente.
Defiende a sus aliados locales ( ex-dictadores y asesinos) y extranjeros (el Imperio cobijador de ex-dictadores y asesinos), porque son mercenarios.

GB