La UNIÓN CIVICA RADICAL debe decir su palabra, pero es necesario previamente referirse a la explicación oficial.
LA EXPLICACION DEL GOBIERNO: UNA TRAGICA AVENTURA
El gobierno dio sucesivas explicaciones por su único vocero.En su primer mensaje, el Presidente de la República, después de decir que "la Marina de Guerra es la culpable de la cantidad de muertos y heridos que hoy debemos lamentar los argentinos" insistió repetidamente en que "los que tiraron contra el pueblo son traidores y son cobardes".Al día siguiente, en otro mensaje radial, expresó que "el móvil del movimiento indica una irresponsabilidad que nosotros criticamos acerbamente" y atribuyó a "elementos comunistas" los desmanes con la misma seriedad que pocos días antes inculpó de hechos análogos a "elementos clericales".El jueves 23 de junio, denominó a la revolución "trágica aventura" de "algunos jefes de la Armada pertenecientes a la Infantería de Marina con la complicidad de otros de la Aviación Naval, contando con la incuria del Ministerio de Marina y la debilidad o deslealtad de otros comandos".Sostuvo luego que era "producto de un odio enfermizo, de una ambición espúrea y de una inconsciencia criminal", obra de "cuatro chiquilines irresponsables e inconscientes, dirigidos por ambiciosos también irresponsables", "hombres subalternos poco menos que ignorantes y torpes, incapaces de ganarse siquiera nuestro respeto".Añadió que "en esta acción todo ha sido sucio y todo ha sido falso".Con una gama de calificativos que va desde cobardes y traidores hasta chiquilines, irresponsables y ambiciosos, la explicación oficial pretende de este modo inculpar a marinos y aviadores que han expuesto su vida, su carrera, su tranquilidad y la de sus familias para asumir la responsabilidad de terminar con un gobierno de fuerza.
EL RÉGIMEN GOBERNANTE ES EL RESPONSABLE
La UNIÓN CIVICA RADICAL afirma que la revolución del 16 de junio es producto del Régimen. Mientras no cese el sistema totalitario que lo caracteriza, subsistirán las causas del estallido. Sólo se evitarán con la libertad.Las explicaciones oficiales son incompletas y falsas.Incompletas porque intentan circunscribir el problema a los hechos en sí sin remontar a sus orígenes.Son falsas porque callan calculadamente las auténticas causas que están obrando hace tiempo en la conciencia argentina y la llevan a repudiar la agresión permanente del Régimen contra los fundamentos morales y democráticos de la República. Muchas son las causas del 16 de junio.La fundamental es la supresión de las libertades.La finalidad capital de tal supresión es impedir las reacciones populares ante la corrupción y la crisis económica originada por la política oficial y contra el intento de consumar la entrega del patrimonio y de la soberanía de la Nación.La corrupción que aqueja a la Republica, peculado, espionaje y delación, encarcelamientos discrecionales, torturas, supresión de las libertades, la degradación de la escuela y de la Universidad puestas al servicio de los fines subalternos del Régimen, el sometimiento de la vida sindical, convertida en instrumento de opresión de los trabajadores, son algunas de las manifestaciones del sistema que esta empobreciendo las reservas materiales y espirituales de nuestra nación y constituyen otros tantos motivos de explosión de las fuerzas morales que, no hallando los caminos de la paz para las soluciones armónicas, apelan, desesperadas, a la violencia.
QUE PRETENDE AHORA EL RÉGIMEN
Calientes aún sus victimas, el Régimen lanza un llamado a la pacificación del país. Como en 1953, cuando bandas oficialistas organizadas incendiaron las sedes de los partidos que no le son adictos, el Régimen apela a otra especie de "conciliación nacional".Como entonces, lo exige todo pero persiste en su tiranía.Nuevamente hace caer la responsabilidad en los despojados.Es a los argentinos obligados a escoger entre la sumisión bien remunerada o la pobreza, entre la obsecuencia o la persecución, entre el silencio cómplice o la cárcel, a quienes el régimen exhorta ahora a deponer enconos.Esta pacificación que propone deja intactas todas las causas del malestar nacional, porque su finalidad no es abrir una etapa de recuperación y trabajo, sino encubrir con el silencio de todos los argentinos, la entrega espiritual y material del país.Esta pacificación, como aquella conciliación, son otras tantas desfiguraciones del Régimen que quiere usar en su provecho la sangre derramada en las calles de Buenos Aires.El Radicalismo y el país quieren que la sangre argentina sirva, como en horas gloriosas, a la causa de la democracia y de la libertad.
NO HABRÁ PACIFICACIÓN SIN PREVIA REPARACIÓN
(Gracias Compañero Julián).
GB
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