miércoles, 10 de abril de 2013
EL LUSTRO PERDIDO POR MACRI
El lustro perdido en la Ciudad de Buenos Aires
Macri: endeudamiento, ineficiencia y muerte
Por Federico Bernal
La prioridad de sus obras es dictada por los negocios inmobiliarios y el encandilamiento de las grandes urbes.
Días después del huracán Sandy y su devastador paso por Nueva York, el ex alcalde de la ciudad Rudy Giuliani opinaba de la respuesta dada por el gobierno federal: "(Obama) está haciendo un trabajo terrible en cuanto a la superación del desastre en mi ciudad, pero nadie habla de ello. La gente no tiene agua, comida, electricidad. La respuesta es peor que con Katrina" (4 de noviembre de 2012). Más allá de estar o no en lo cierto, Rudy tenía todo el derecho del mundo a quejarse. Había dejado la máxima jefatura de la ciudad y, por lo tanto, era un vecino más. Extrapolado este caso a la reciente y lamentable catástrofe argentina, uno se pregunta: ¿cómo puede ser que el actual alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires culpabilice a la Casa Rosada por las inundaciones y sus nefastas consecuencias, imitando a Giuliani aunque olvidando que es él el máximo responsable de lo que de bueno y de malo ocurre en la ciudad capital de todos los argentinos? Macri fue electo en 2007 y luego en 2011. Gobierna una de las 24 jurisdicciones del país con distintivo sello noventista, antipopular y antidemocrático. Sus frases armadas por agencias de publicidad; su pensamiento y libreto escrito por la Fundación Heritage, el CEMA y la Di Tella.
La prioridad de sus obras es dictada por los negocios inmobiliarios y el encandilamiento de las grandes urbes europeas y estadounidenses: bicisendas, Metrobus, policías a la londinense, arbolitos de Navidad con nieve de poliestireno expandido. Macri endeudó a la Ciudad a contramano del desendeudamiento nacional, promociona como candidato a diputado nacional y una de sus primeras figuras políticas al ex candidato a ministro de Economía de Carlos Menem, y colocó al frente del Banco Ciudad a Federico Sturzenegger, un economista ultraneoliberal del mundo financiero y gran promotor de la dolarización de la Argentina (desde finales de los años noventa a la fecha). El desastre en el que están sumergidos los porteños y porteñas –analícese con agua o sin agua– es producto de una administración arcaica y profundamente reaccionaria. Como siempre pasa en estos casos, llega un punto en el que la ineficiencia, la negligencia y los errores empiezan a pagarse en vidas humanas.
INUNDACIONES, MACRI Y EL LUSTRO PERDIDO. Entre 1990 y 2001, las inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires se cobraron nueve víctimas, es decir, una más que la provocada por el diluvio del pasado lunes y martes. Desde las 15 fatalidades de la inundación del 23 de marzo de 1987 que no se producían tantas muertes juntas por este tipo de fenómeno climatológico. ¿Qué ha hecho Macri a propósito de la capacidad hidráulica de la red de desagües pluviales existente, como se sabe, prácticamente detenida en 1940 en su desarrollo, mantenimiento y limpieza? La Ciudad tiene desde finales del año 2005 un Plan Director de Ordenamiento Hidráulico, el cual contempla los siguientes aspectos cruciales: 1) el diseño de obras estructurales y no estructurales (preservar suelos absorbentes, políticas de urbanización, etcétera) para todas las cuencas de la ciudad, nivel de anteproyecto; 2) Proyecto Ejecutivo de las obras para la cuenca del Maldonado; y 3) sistema de gestión para sustentar la implementación del Plan Director (PD). El PD nació en 1998, producto de la sanción de la Ley 93.
Los trabajos de consultoría para la elaboración se adjudicaron en 2001 y concluyeron cerrando el 2005. Ese mismo año se dio inicio al proceso licitatorio de la obra del Maldonado luego de la obtención de un crédito blando del Banco Mundial por 135 millones de dólares (autorizado por la Ley 1660 del 17 de marzo del 2005). En 2005 también se decide el uso de tuneleras y dos años después es precalificada la empresa Ghella, concluyéndose con la adjudicación y la firma del contrato en marzo del 2008. Aquí la única obra del plan de obras del PD que terminó Macri, financiada como se vio desde antes de haber asumido. En junio de 2011 y al inaugurar las obras del Maldonado, Macri recordó sus palabras en 2008 cuando el barrio de Palermo sufrió las consecuencias de una grave inundación: "No hay nada mejor que ir con la verdad. Aquella vez yo les dije que si volvía a llover de esa manera en un año, en dos o en tres íbamos a volver a tener inundaciones, porque para solucionar esto necesitábamos hacer esta obra estructural, que nos demandaría cuatro años." El lector saque sus propias conclusiones.
El líder del PRO, a diferencia de los alcaldes que lo precedieron, contó a su favor con un PD totalmente terminado (puesto en marcha recién durante la gestión de Aníbal Ibarra). Dicho plan analizaba en profundidad el problema de las inundaciones y brindaba las soluciones pertinentes. "Aproximadamente un 70% de la afectación se concentra en las cuencas de los arroyos Maldonado, Vega y Medrano", advierte en su página 3. Pues bien, la única obra que "realizó" Macri (en verdad, que recibió servidita en bandeja) fue la del Maldonado que, como quedó visto la semana pasada, no resolvió su desbordamiento en las áreas de la ciudad por las que transita su cauce. Las medidas estructurales recomendadas siete años atrás por el Plan Director de Ordenamiento Hidráulico y Control de las Inundaciones de la Ciudad de Buenos Aires brillan por su ausencia.
UNA EXCUSA IMPERDONABLE. Mucho se ha escrito desde la tragedia sobre los resultados del informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, informe cuyo objetivo se propuso analizar el programa presupuestario número 31 "Desarrollo de la Infraestructura de la Red Pluvial" de la Dirección General de Obras de Ingeniería del Ministerio de Desarrollo Urbano, CABA. Veamos. El organismo de control analizó el año 2010. Las tareas de campo se desarrollaron entre febrero y agosto de 2011, y su informe fue aprobado en julio de 2012. En primer lugar y a la luz de los acontecimientos, resulta perentorio cambiar los tiempos de auditoría y publicación de resultados. El seguimiento de las obras debe ser diario y contar con la participación de los mismos vecinos. En línea con la democratización de la justicia, ¿cuáles son los "plazos razonables" para estudios en los que está en juego la seguridad física y sanitaria de la ciudadanía?
En segundo lugar y entre otras obras, el informe analiza las destinadas a "mitigar los anegamientos que se producen en las cuencas de los Arroyos Vega y Medrano que abarcan numerosos barrios residenciales de la zona norte de la CABA". La licitación pública se convoca en septiembre de 2008, pero la carencia de fondos termina frenando todo. En consecuencia y un año después "se sanciona la Ley 3226 mediante la cual se autoriza al Poder Ejecutivo local a contraer un préstamo financiero por un monto de 123,2 millones de dólares. El Ministerio de Hacienda de la Ciudad informó a la auditoría que 'las negociaciones están paralizadas por la falta de autorización del Banco Central de la República Argentina' para la tramitación de los avales necesarios para contratar el préstamo".
El argumento del Ministerio de Hacienda porteño es el mismo que ahora da Macri para eximirse de responsabilidades por la catástrofe: la culpa es del BCRA que no le permitió endeudarse, no suya y de su administración que suponiendo esa fuera la barrera no la ha sabido sortear en 36 meses. Finalmente, el informe de auditoría concluye que las obras hidráulicas estudiadas presentan "una significativa afectación de la eficacia, toda vez que tres obras de relevante importancia, incluidas en el Plan Director de Riesgo Hídrico, se encuentran paralizadas desde un tiempo considerable". A propósito, cabe decir lo siguiente: las obras del Vega-Medrano tienen un plazo aproximado de cuatro años y un monto que roza los 300 millones de dólares (80 millones por año). El presupuesto de la Ciudad permite la utilización de esos recursos sin necesidad de recurrir a empréstitos externos (a la ciudad y al país). Asimismo, recordar que el presupuesto actual se ubica en 40 mil millones de pesos, es decir, unos 8000 millones de dólares (el presupuesto de 2010 rondaba los 5000 millones de dólares). ¿Por qué endeudarse?
ENDEUDAMIENTO SIN VEGA-MEDRANO. Ahora bien, supongamos que el gobierno hubiera decidido preservar el presupuesto para otros gastos y endeudarse para las obras pendientes de la red pluvial. La autorización del gobierno nacional se requiere para créditos de organismos multilaterales de crédito (BID, BIRF) o para bancos que se vinculan con jurisdicciones nacionales (BNDS de Brasil, por ejemplo). En otras palabras, el gobierno porteño no necesita autorización de nadie para endeudarse mediante la emisión de bonos. De hecho y según nos explicó Aníbal Ibarra, Macri ha endeudado a los vecinos en reiteradas oportunidades a través de la emisión de bonos (entre bonos emitidos y autorizados llegamos a una suma aproximada de 1400 millones de dólares).
¿Para qué cosas se endeudó? Quinientos millones de dólares (300 para pagar vencimientos de deuda y 200 para "obras varias"); 300 millones de dólares para extensión de la red de subtes; 220 millones de pesos para camioneros por la continuidad del contrato de Higiene Urbana; y 100 millones de dólares para el Metrobus. En fin, endeudamientos para pago de intereses y deuda, obras menores y no prioritarias. ¿Y el Vega-Medrano? Bien vale la pena traer a colación sus palabras al inaugurar en 2011 parte de las obras del Maldonado: "Estas son las obras que a la política no le gusta hacer, porque van bajo tierra y una vez que se terminan todo se olvida y ya no se ven. Nosotros en cambio le dimos prioridad..." El lector saque sus propias conclusiones.
10/04/13 Tiempo Argentino
GB
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