domingo, 21 de diciembre de 2014

Entrevista. Pepe Mujica. “La autogestión: una velita al socialismo”

El presidente uruguayo explica las implicancias positivas a largo plazo de la promoción y el aliento a las experiencias de autogestión productiva y cooperativización como modelo social alternativo.

Por Martín Azcurra

El presidente uruguayo, José Pepe Mujica, habló con Miradas al Sur sobre la situación de las fábricas recuperadas y las políticas de Estado necesarias para convertirlas en un “sistema vivo”. Durante su gobierno, que culminará en marzo de 2015, el Pepe se dio el lujo de implementar una medida inédita en la región, el Fondes (ver abajo), que adjudica utilidades de al menos un 20% de las ganancias del Banco Oriental del Uruguay a las empresas autogestionadas. El decreto, firmado en 2011 hoy es un proyecto de ley que están analizando las organizaciones sociales, con vistas a ser tratado el año próximo.

–¿Hacia dónde van las experiencias de las fábricas recuperadas en Uruguay?
–En Uruguay, las fábricas recuperadas surgieron como un intento de preservar la fuerza de trabajo en momentos de crisis. Nosotros tratamos de inducir, como política de gobierno, que se vaya extendiendo y afirmando como un modelo, no como solución eventual a la crisis, sino como un verdadero modelo alternativo de organización de la sociedad productiva que implica la necesidad de establecer políticas de Estado, mecanismos, financiación, etc. Yo pienso que incluso hay que contar con un sistema de enseñanza, una universidad propia, porque hay que formar la inteligencia para esto. La inteligencia que puede formar la sociedad común y corriente es una inteligencia para la economía de mercado. Esta otra economía va a tener que desafiar y pelear en el mercado, pero filas adentro tiene otros valores y otra manera de funcionar.

–¿Sería necesaria una estrategia que se extienda en el tiempo y trascienda el territorio?
–Es una estrategia a largo plazo. Surgió en épocas de crisis, pero para mí es un modelo social, de una manera distinta de organizar la economía y la sociedad. Y nadie debe sentirse ofendido por eso. Hay un conjunto de gente que, por lo menos teóricamente, reniega de las claves del capitalismo aunque tenga que acatarlas, aunque tenga que ir a trabajar todos los días, aunque tenga que cumplir un horario. Y esa parte de la sociedad tiene derecho a vivir de esa manera, a llevar su modelo adelante, y después que la vida real vaya pautando. Como estamos en países que necesitan desarrollo, sería estéril poner una cosa en contra de la otra. Ahí el desafío es el mercado. Pero visto que la mayor desventaja que tiene este sector, desde el punto de vista económico, es que tiene que arrancar con industrias y modelos viejos, a veces demasiado envejecidos en lo tecnológico, tiene que remontar esa situación, porque como son empresas capitalistas que quebraron a causa de dificultades, arrancar con un punto muerto desde ahí no es fácil. Se necesitan políticas especiales que ayuden, que colaboren, y sobre todo un andamiaje y cierto grado de funcionamiento colectivo, que no quiere decir la subordinación a un partido o a un pensamiento central, pero sí la necesidad de una interconexión y una política de acuerdos comunes, de manera de ir tejiendo la malla de un verdadero frente que busque todos los mecanismos de complementariedad y que apunte hacia el exterior a cuestiones parecidas. Con el tiempo tendría que tener una política de acercamiento de carácter internacional, acercarse a Mondragón, a la Liguria italiana, y a otras experiencias que hay en el mundo. En la época de la globalización sería un error que se aislara...

–¿Cuál es el rol de las organizaciones populares en este cambio?
–Una de las cosas es inducir a fundar empresas de este tipo. No veo por qué siempre hay que arrancar con empresas que están fundidas para tratar de revivirlas y cargar con un muerto. Nosotros tenemos una experiencia donde perdieron la propuesta, después de un esfuerzo muy largo, y terminaron fundando una empresa nueva. Menos mal que perdieron y la fábrica vieja la enterraron, si no estaban muertos. Estaban condenados... Hay que fundar empresas nuevas, y vale la pena plantearse el problema.

–¿Cómo se inserta esta propuesta en un continente donde la perspectiva revolucionaria está buscando su lugar?
– La revolución está en las cabezas, no está en los ruidos que hacemos en la calle o en escribir en las paredes con letras grandes la palabra revolución. Si nosotros no logramos ir gestando masivamente cuadros importantes en la gestión, que tengan otros valores pero a la vez sean buenos gestionadores, si no vamos generando una cultura que suplante en parte al capitalismo, podemos hacer mucho ruido, se pueden tirar los gobiernos abajo y se pueden hacer espectaculares vueltas de 360 grados para volver a lo mismo... ya pasó, esa película yo la vi. Ahora quiero ensayar otra película, no tengo ninguna seguridad. Pero esa otra película, la de los apurados, ya la vi. Lo que no hay que conformarse es con la ilusión de tener un capitalismo humanista y bueno, porque eso es soñar con caperucita roja. El capitalismo tiene que ser como es, descarnado, porque el que no es descarnado lo matan. Es la lucha entre lobos. Va a triunfar el más fuerte, y persigue la acumulación y todo lo demás. No le pidamos que sea solidario, porque entonces nos cambian la partitura. El capitalismo es como es. Yo no me quejo. Tiene que funcionar. Y hay que tratar de pelearlo para que pague los mejores salarios y que pague los impuestos. Pero esto que queremos nosotros es otra historia, y tiene que marchar en paralelo. Y es a partir de esta historia que podemos entrever cómo podría ser otra sociedad. No es a través del capitalismo. Del capitalismo tenemos que sacar recursos y aprender muchas cosas que le tenemos que copiar, pero son otra ética, otra conducta y otros valores los que tenemos que pelear. Esta es una pelea de valores y de concesiones distintas, no es una mera disputa económica. La política no debe reducirse a un recetario de carácter económico, porque si no la historia se terminó.

–A partir de su historia de militancia...
–Yo tengo una historia de falta de velocidad. Me comí un montón de años en cana porque me agarraron, pero no tenía vocación de héroe, me agarraron, me la tuve que comer y sobreviví.

–¿Y qué aprendió de esa lucha para hoy hacer foco en el ser humano?
–Aprendí que cuando hay que disparar hay que disparar ligero. Si le queremos poner términos, conservar las fuerzas, conservar los recursos.

–Pero usted aprendió mucho sobre la ética del ser humano...
–Con respecto al ser humano... ser militante en todo... no se puede pelear por los pobres, por el proletariado, por las causas de los sumergidos y después vivir en una góndola de despilfarro y de la gran puta. Si estamos contra la burguesía no podemos ponernos el chupete de su forma de vivir. Yo tengo espléndidos amigos burgueses que son buenas personas. Me siento con ellos, voy a una fiesta, me invitan, se casó la nena, todo lo que quieras, pero esa es tu mesa y esta es mi mesa, yo estoy acá y trato de vivir como vive la gente común y corriente de mi pueblo. La forma de vivir es un reflejo de la ética y de lo que uno piensa, porque si no uno tiene un pensamiento para los domingos, un discurso de ocasión. Y el discurso es la trayectoria global de la forma de vivir y del compromiso que uno tiene. El día que nuestro pueblo, en términos promedios, pueda vivir mejor, capaz que subimos un escaloncito más, pero hay mucha gente que no sabe lo que va a comer esta noche, hay muchas cosas postergadas que no podemos arreglar hoy. Entonces no despilfarremos lo que necesitaríamos para socorrerlos a ellos. Esa para mí es la mentalidad de izquierda del mundo progresista. No se lo voy a reprochar a los que patean para otro lado, nos lo reprocho para el lado nuestro.

* Secretario de Prensa de la CNCT (Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo)


El financiamiento público, camino a ser ley
En diciembre de 2010, Uruguay modificó la Carta Orgánica del Banco República Oriental del Uruguay, que posibilita la creación de fondos para el financiamiento de proyectos sustentables, según lo disponga el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Economía (Art. 40 de la Ley 18.716).

Esto generó las condiciones para que un año después (septiembre de 2011), el propio presidente Mujica firmara el Decreto 117/013 para la creación del Fondes (Fondo de Desarrollo) que no sólo promoviera (con “asistencia y soporte financiero”) proyectos sustentables, sino que se atiendan especialmente a los “modelos de autogestión”. El Art. 3 dice “se priorizará el apoyo a emprendimientos económicos con participación de sus trabajadores en la dirección y en el capital de las empresas”.

El Ministerio de Economía, según la autoridad que le confiere el Art. 21, asignó para este propósito hasta el 30% de las utilidades anuales del Banco República (que se estiman en torno a los 120 millones de dólares) que beneficia a cooperativas a través de créditos blandos.

Para Mujica, esta medida es “una velita prendida al socialismo”. Por esta razón, en julio de este año, el gobierno elaboró un proyecto de ley para dar estatus institucional al decreto mencionado, que hoy está siendo analizado por organizaciones sociales y sindicales como la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por Trabajadores (Anert).

Se estima que el Parlamento reciba la propuesta a principios del año próximo.

Pedro Buonomo, asesor presidencial y actualmente a cargo del Fondes, explicó que se busca avanzar hacia una nueva etapa, “que permita pasar de apoyar a empresas recuperadas reconvertidas en autogestionadas a elaborar diagnósticos sobre cuáles son los procesos productivos en los que se podría fomentar la aparición de empresas cooperativas o con participación de los trabajadores”.


Cambios

Conversación con cooperativas argentinas
A fines del año pasado, el Pepe Mujica y su mujer, Lucía Topolansky, recibieron en su Residencia Presidencial del Parque Anchorena a una delegación de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) de Argentina y de la Anert uruguaya. El propio Pepe preparó el asado de cordero que luego compartieron. Como un padre político, sus sabios consejos se convirtieron en guía:

“No se puede hablar de democracia sin intentar llevarla al seno del trabajo, esto sigue siendo una meta histórica. Va a costar, seguramente. Nuestra formación es capitalista, y aún aquellos que estamos divorciados del capitalismo no podemos evitar que sus valores nos rodeen por todas partes... El cambio revolucionario no es solo un cambio de propiedad. Es muy fácil cambiar la propiedad, casi fácil. Pero cambiar la cultura es la marcha más difícil. Muchísimos compañeros, que tienen vocación y sentimientos socialistas, pueden contribuir con capacidad de gestión, porque no se puede delegar la gestión a valores de otra clase. Pero hay que evitar la desviación que está siempre como trampa, establecernos como patrón y contratar a otros trabajadores. Y también es central andar como una fila india junto a los trabajadores organizados, como el PIT-CNT, como elemento de respaldo de carácter ideológico. No se puede dejar de ser antes que nada trabajadores, y tener un sentido de fidelidad de clase. Pero otra cosa es central: para tener algún día una sociedad digna no alcanza con que sea una sociedad rica, pero tiene que ser una sociedad rica para tener para repartir. Por lo tanto, avanzar en una confrontación indefinida con el proceso productivo y gestante de multiplicación de la riqueza es un error colosal para los más pobres que siempre pagan el peor plato. Pero a su vez tenemos todo el derecho a plantear una columna de signo socializante con empresas que convivan, bajo las leyes del mercado, con las otras empresas, sin pretender que vamos a tocar el cielo con las manos, pero sabiendo que estamos acumulando fuerzas. No es de la noche a la mañana, es una marcha acumulativa. Y los que están apurados que no se suban. Una verdadera formación de cuadros en la dirección de la producción, de los servicios, de la distribución, para recrear junto al movimiento obrero otros valores. Hay cosas que no se aprenden en cursos, que no te las enseña la academia, que no se aprenden en el pizarrón. Es lidiar con el hombre, que es lo más difícil. Y eso se aprende solo en la vida. Y esto es uno de los papeles más formidables de esta aventura autogestionada”.

21/12/14 Miradas al Sur

Panorama económico Razones para un diciembre invertido

En lo que va del mes se están produciendo resultados económicos inversos a los habituales para esta época del año. El rol clave de la política en este panorama.

Por Julián Blejmar

En el plano económico, el cobro de los aguinaldos y la llegada de las fiestas y las vacaciones suelen hacer de los diciembres los meses de mayor inflación, suba del dólar, y caída de reservas. Es la consecuencia de un mayor consumo y/o adquisición de dólares por el sueldo anual complementario, de compras por las llegadas de las fiestas, y de mayor demanda de dólares por parte de quienes vacacionan en el exterior. A ello, se suma una menor liquidación de divisas, por razones temporales, de parte de las exportadoras de cereales. 

Se trata, en definitiva, de panoramas prácticamente opuestos al que se proyecta para este diciembre. Sucede que las reservas del Banco Central superaron los 30.800 millones de dólares, con lo que llegaron al nivel más alto en lo que va del año, quedando por encima incluso de las de fines del año anterior, que eran de 30.600 millones. Por su parte, el dólar oficial se mantuvo prácticamente quieto, al subir de 8,45 a 8,57 durante el mes, al igual que el “dólar bolsa” y el “contado con liquidación”, que incluso bajaron de 12 a11,85, y de 11,90 a 11,33, respectivamente, mientras que el dólar negro cerró en 13,10, es decir 25 centavos más caro que a comienzos de mes pero muy lejos de recuperar los 16 pesos que llegó a costar a fines de septiembre. Y en relación con la inflación, el relevamiento de 300.000 precios online que realiza la consultora privada Elypsis marca que entre el 8 y el 14 de diciembre la suba de precios estuvo por debajo del 0,34% en relación con la semana previa, en un contexto, que según otra consultora privada como la del estudio Bein fue de “clara desaceleración del ritmo de inflación en los últimos seis meses”, con una inflación que acumuló entre noviembre de 2013 y el actual un 34,5%, y se proyecta para diciembre, en términos anualizados, del 32,5%.

El factor político. Durante el último mes, la presidenta Cristina Kirchner lo mencionó dos veces, tanto en su discurso de cierre de la 20ª Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina como durante la celebración por el 31° aniversario de la Democracia y Día Internacional de los Derechos Humanos. En el primer caso afirmó que “sé que se inmortalizó durante mucho tiempo, durante los ’90, una frase que decía “es la economía, estúpido”. ¿Pero quieren que les diga algo? Yo les digo, es la política, pavotes”, mientras que en su segundo discurso planteó “¿cuál es la razón para la baja del petróleo si no es una razón geopolítica? Eso no tiene nada que ver con las reglas del mercado, tiene que ver con la política”. 

Y fueron, de hecho, razones políticas las que incidieron para este diciembre invertido. Razones que no pudieron ser proyectadas por diversos analistas económicos de sesgo ortodoxo, que difunden su mensaje en varios de los medios de comunicación dominantes, para quienes la política es un elemento en el mejor de los casos marginal para analizar las variables macroeconomicas. De allí que los mismos hicieran referencia, algunos meses atrás, a un diciembre con inflación en aumento (cuando no desbordada), subas considerables en las diferentes cotizaciones del dólar, y mayores ventas de divisas por parte del Banco Central para aminorar este último efecto, aunque con su correspondiente caída de reservas.

La lógica, eran los elementos que suelen presentarse en diciembre descriptos en la primera parte de este artículo, y la desconfianza que ellos mismos ayudaban a potenciar, pero sobre los que no se tuvieron en cuenta las diferentes medidas políticas llevadas adelante por el Gobierno.

Una de ellas fue el acuerdo conocido como “swap” entre el Banco Central argentino y el Banco Central de la República Popular de China, por medio del cual entre el 30 de octubre y el 11 de diciembre se efectuaron tres desembolsos por un monto equivalente a 2.314 millones de dólares (incluso se menciona un nuevo tramo antes de fin de año) para financiar importaciones.

Otro, el acuerdo realizado con los exportadores de cereales, para que adelanten 1.500 millones de dólares de sus próximas liquidaciones. 

A estas dos cuestiones se sumó el mayor control sobre la operatoria de compraventa de dólares negros, lo cual desincentivó a muchos potenciales adquirentes de recurrir a las “cuevas” de venta.

Incluso la caída específica del dólar “contado con liquidación” tuvo una razón política, como lo fue la caída general de las bolsas mundiales, a raíz de la baja en los títulos y acciones energéticas por la decisión política de la OPEP de mantener bajo el precio del crudo para desincentivar la explotación de yacimientos no convencionales (fundamentalmente aquellos en los que se realizan fracturas hidráulicas de rocas para extraer petróleo y gas). Como la compra de dólares “contado con liquidación” se realiza a través de acciones, la baja de las mismas hicieron caer el valor de este tipo de dólar.

Sustentado en estos elementos de acción política –acuerdos internacionales y nacionales, y la decisión de controlar el mercado ilegal–, se mantuvo además el mensaje por parte del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, de que no se operaría una nueva devaluación. Incluso, de acuerdo con este funcionario –que durante la semana tuvo la aprobación del pliego de designación por parte del Senado para ser presidente de la autoridad monetaria por los próximos cinco años–, “la vocación es ir a la normalización de las restricciones al acceso al dólar”, lo cual implicaría una mayor disponibilidad de divisas norteamericanas y por ende una menor cotización sobre las actualmente estimadas para el año próximo.

Estas cuestiones de naturaleza fundamentalmente política, se combinaron también con dos factores cuya raíz sí responde al mercado, como lo son la caída en el poder adquisitivo de la población –a causa de la devaluación de comienzos de año–, lo cual se tradujo en una retracción general del consumo y por ende de menores índices de inflación, así como también del ingreso a las arcas del Banco Central de 483 millones de dólares provenientes de la licitación de la nueva telefonía celular 4G.

El canje, otro caso. No sólo las reservas, la inflación y el precio del dólar quedaron lejos de los pronósticos ortodoxos, sino también la idea de que los inversores le habían quitado la confianza al país. El resultado que tuvo la arriesgada acción por parte del Ministerio de Economía, que consistió en el pago anticipado voluntario (o canje voluntario por Boden 2024) de los bonos Boden 2015 (que como su nombre lo indica debían ser abonados originalmente en 2015) fue la demostración de que los inversores seguían apostando a la economía nacional.

Sucede que el saldo de esta propuesta, fue que de los 6.700 millones de dólares de vencimiento del Boden 2015, sólo el 2% de los tenedores aceptó cobrar sus bonos de forma anticipada, por un equivalente a 185 millones de dólares, mientras que se canjearon 377 millones de dólares de este título por el Boden 2024, a una tasa de interés cercana al 10% (170 millones correspondieron al Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) de la Anses). 

El hecho de que el 94% de los inversores prefiriesen aguardar al vencimiento original de los bonos para 2015 (que contempla el plus de un interés del 7%) en lugar de retirar los dólares, fue definido por el ministro de Economía Axel Kicillof como “un test de confianza que dio positivo” ya que “a los inversores internacionales les ofrecimos que si no confiaban en Argentina se llevaran la plata, y prefirieron quedarse aquí. Han querido quedarse con los bonos y no llevarse el dinero”.

De todas formas, no todas fueron buenas noticias en esta cuestión. Paralelamente al canje voluntario de Boden 2015, se licitaron Boden 2024 por 3.000 millones de dólares a una tasa de interés cercana al 10%, es decir casi el doble del promedio internacional de la región, cercana al 5%. El resultado fue de solo 286 millones de dólares de inversión, menos del 10% de lo ofertado.

En este magro resultado también fue decisiva la política, aunque a nivel internacional. Aquí se cuentan el temor de los inversores derivado de la baja en las bolsas de valores mundiales a raíz de la caída en el precio del petróleo y el adelantamiento de las elecciones en Grecia, así como las salidas de capitales de toda Latinoamérica y baja en el precio de sus materias primas exportables a raíz de la decisión de la Reserva Federal norteamericana de revaluar el dólar y subir las tasas de interés para mediados del próximo año.

Como también de cuestiones internas, como la decisión política de prescindir de los bancos, y sus comisiones por 100 millones de dólares, para que auspicien la venta de estos Boden 2024 a sus inversores. 
Claro que estos factores no evitan que esta última operación haya sido un verdadero traspié para el equipo económico, en su afán de transitar sin sobresaltos un 2015 con deudas públicas por hasta 12.500 millones de dólares.

21/12/14 Miradas al Sur

El Papa, en estado de gracia

El crédito de Francisco sigue creciendo fuera del Vaticano mientras en el interior se extiende un cierto desconcierto ante su forma personalista de ejercer el poder.

Por Pablo Ordaz

El papa Francisco llega al Vaticano el 17 de diciembre, cuando cumplía 78 años. / Reuters.

La clave está en el poder. Los moralistas del siglo XVII sostenían que el poder es un hábito que se quita solamente con la muerte. Joseph Ratzinger, en cambio, sintió que su incapacidad para ejercerlo lo estaba asfixiando y, en un gesto desesperado —el único grito de un hombre que jamás levantó la voz—, decidió quitárselo. Jorge Mario Bergoglio no tendrá ese problema. Le encanta el poder. Ama ejercerlo. Y, por si fuera poco, desde Buenos Aires tuvo la suficiente perspectiva para contemplar qué sucede en el Vaticano cuando dos papas consecutivos —Juan Pablo II, durante su larga enfermedad, y Benedicto XVI, por su incapacidad para mandar— dejan el destino de la Iglesia en manos de una Curia ensimismada, enfrentada entre sí, a merced de los instintos mundanos. De ahí que, al margen de que se esté más o menos de acuerdo con sus planes, ya nadie duda en el Vaticano de que el huésped de 78 años que, cada madrugada a las cuatro y media, enciende la luz de la habitación 201 de la residencia de Santa Marta, reza durante un par de horas, dice misa a las siete y desayuna después con gran apetito, está dispuesto a usar todo su poder para cambiar la Iglesia.

El cómo lo conseguirá, cuándo, apoyándose en quién, por qué ruta, hasta dónde, sigue siendo una incógnita. Porque, a diferencia de extramuros, donde el crédito de Francisco no para de acrecentarse desde su elección hace año y medio, en el pequeño Estado reina un cierto desconcierto. No fueron pocos los que soñaron con que, más allá de los gestos —la cruz de plata, los zapatos gastados, el coche pequeño, la renuncia al lujoso apartamento papal—, Francisco terminase entrando en el redil de los papas, que claudicara ante una burocracia pesada, llena de compromisos, atada a la historia y a la doctrina. Se equivocaron. Bergoglio llegó solo y sigue prácticamente solo. Nadie sabe a ciencia cierta quiénes —al margen de las cosas prácticas que le soluciona su secretario, Fabian Perocchio— forman el equipo del Papa, en quiénes confía a ciegas.

Un alto cargo del Vaticano admite, entre admirado y sorprendido, que Bergoglio parece tener mil micrófonos escondidos o disponer de una legión de confidentes: “Es increíble. Se entera de todo. A veces llama a alguien y le pregunta: me han dicho que no estás de acuerdo con esto que he dicho, dime por qué, tal vez yo esté equivocado... Imagínate cómo se te queda el cuerpo. Ya se sabe que los papas no vienen con libro de instrucciones, cada uno es de una manera, ahí tienes el carisma extrovertido de Karol Wojtyla o la timidez intelectual de Joseph Ratzinger, pero Jorge Mario Bergoglio es un caso aparte, todavía por catalogar. Cuando intentamos averiguar por dónde va a venir, ya hace rato que ha pasado”.

Al otro lado del teléfono, la periodista argentina Alicia Barrios no puede contener la risa. Es amiga del “padre Jorge” desde hace muchos años y no le extraña el desconcierto vaticano. Ella sí tiene una explicación. “Es una persona que despierta empatía. Todos lo quieren y todos van a contarle cosas, y cuando digo todos son todos, incluyendo los guardias suizos o los funcionarios. Pero una cosa es ser popular, carismático, que la gente te quiera, te cante un tango o te regale una tarta de cumpleaños, y otra muy distinta es ejercer el liderazgo. El padre Jorge es un líder y ejerce como líder. Esto es el cambio. Y es lo que, tal vez, la gente no se esperaba”.

Un diplomático del Vaticano asiente. Cuando, pocas horas después de su elección, en el aula Pablo VI, delante de cientos de periodistas de todo el mundo, Bergoglio dijo aquello de “cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, no fueron pocos los que pensaron —hay quien todavía lo cree— que no se trataba más que de una frase bonita, un deseo nacido para no cumplirse, un maquillaje tal vez útil para tapar las arrugas, pero no las heridas.

Ya se empieza a ver que no es así. Dos altos cargos del Vaticano que, bajo estricto secreto de confesión, han hablado para este periódico reconocen que el cambio ya está en marcha; “aunque a veces actúe saltándose los protocolos establecidos y provocando por ello alguna que otra reacción contraria”. La razón para un comportamiento así de expeditivo, según su amiga Alicia, es que el Papa sabe que no tiene ni un minuto que perder: “No lo veo llegando a viejo de Papa. No creo que se eternice en el cargo, que el suyo sea un papado largo. Fundamentalmente, porque a él le gusta mandar. Él ejerce el mando. Y no dejará que nadie mande por él. Le gusta conducir, estar pendiente de todos los detalles. Los discursos se los escribe él mismo, y con mucha antelación. Le gusta hacerlo, es doctor en Letras y un poeta de la Biblia. El padre Jorge —yo sigo llamándolo así— no lee nada que no haya escrito. Por eso tiene prisa. Sabe que tiene que cambiar la Iglesia y que tiene que hacerlo ya”.

Es la misma sensación que hay dentro del Vaticano. Se puede decir que Jorge Mario Bergoglio actúa en dos niveles. Uno es el público. Sus declaraciones. Sus viajes. Sus arriesgadas iniciativas entre las que destaca el encuentro entre palestinos e israelíes en el Vaticano o la exitosa mediación entre EE UU y Cuba. En un tiempo en que la fama es tan efímera como un mensaje de 140 caracteres, que la maquinaria mediática necesita constantemente héroes nuevos y desechables, el Papa —¡el jefe de la Iglesia católica!— sigue un año y medio después de su sorprendente elección instalado en la lista de los personajes más valorados, subido al pedestal de las noticias más leídas. Un buen ejemplo es su visita reciente a Estrasburgo. Su largo e intenso discurso fue interrumpido constantemente por los aplausos de los europarlamentarios. Pero no de todos al mismo tiempo. Cuando arremetía contra el sistema económico mundial, los privilegios y la casta, un sector aplaudía a rabiar y el otro callaba o lo hacía con timidez. Pero cuando hablaba a favor del “respeto a la vida desde el momento de la concepción”, los tornas se cambiaban. El estado de gracia mediática de Bergoglio hace que todos escuchen lo que quieren escuchar y no se incomoden por lo que no les conviene. “La actriz Virna Lisi, fallecida el jueves”, dice una fuente, “anunció hace unos años un dentífrico en el que se veía su sonrisa espectacular y una leyenda que explicaba: ¡con esa boca puedes decir lo que quieras! Al Papa se le puede aplicar. Si alguno de sus antecesores hubiera dicho algunas de las cosas que dice él, se hubiese montado un gran escándalo”.

El otro nivel de actuación del Papa se produce a resguardo de los ojos del gran público, pero no es menos trascendente. Una de los altos cargos del Vaticano lo resume con un par de frases: “Está cambiando la Iglesia. No hay más que ver el caso de España. Está cambiando el perfil de las sedes arzobispales. Ya lo ha hecho en Madrid, Valencia, Zaragoza, Badajoz… Y están al caer Granada, Barcelona, Burgos. En un año habrá cambiado siete u ocho arzobispos. La opinión que tiene de la jerarquía eclesiástica española es muy mala. Porque no tienen gran formación y ni siquiera son pastores. Si se tiene en cuenta que en 2015 se jubilan 15 obispos, que los sustituirá por gente de su confianza y que en Roma hará lo mismo —en febrero hay un consistorio y se producirán nuevos nombramientos—, en cuatro años habrá cambiado el perfil del próximo cónclave…”.

No se trata, por tanto, solo de su pontificado. Bergoglio siente que las piedras sobre las que está edificada la Iglesia amenazan ruina, y se ha puesto manos a la obra para cambiarlas ante la perplejidad del Vaticano. “Está decidido”, dice otra fuente, “a descentralizar la Curia romana, ponerla al servicio de las conferencias episcopales, reducir los dicasterios [ministerios] y el número de cardenales, constituir un gabinete de Gobierno y darle voz a los fieles. No quiere que solo opinen los que están arriba de la tarta —los obispos, los cardenales—, sino también los que sufren los problemas reales. Lo de llevar la Iglesia a la periferia lo hará a rajatabla”.

Desde Buenos Aires, su amiga Alicia Barrios dice que no le sorprende. Y lo explica: “El secreto es que le encanta ser cura. Y está cumpliendo su sueño de cura siendo Papa. Los curas se frustran porque no tienen poder, pues ahora Francisco es un cura con poder. La prueba de que está cumpliendo su sueño se le ve en la cara, está feliz. Hay quien dice que ha cambiado. No es verdad. Mantiene su sentido del humor, continúa gastando bromas”. Hace unos días, el cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y uno de los más reacios a la apertura, le contó a Bergoglio que, como arzobispo emérito de Ratisbona, tenía que cabalgar en una procesión. El Papa le contestó: “Pobre caballo”. Al gigante Müller le suele desconcertar la guasa de Francisco. Unas veces porque no la entiende, y otras porque le parece impropia de un Papa.

Durante el reciente sínodo sobre la familia, Francisco quiso que cada sesión se abriera con un testimonio. Hubo uno que impactó especialmente. El de los australianos Ron y Mavis Pirola. Contaron que unos amigos suyos que habían educado a sus hijos en la moral católica se encontraron con un problema el día que, uno de ellos, les dijo que quería asistir a la cena de Navidad junto a su compañero gay. No sabían qué hacer. Por un lado, les habían educado en el rechazo. Por otro, era su hijo. Tras escuchar el testimonio, el cura Bergoglio, vestido de Papa, pidió a obispos y cardenales que buscaran una solución.

Lo que salió de aquella discusión fue un desencuentro grande y retransmitido entre el sector más tradicional y aquel que, en sintonía con Francisco, quiere abrir la puerta a las nuevas familias. El Papa sabe que los próximos meses van a ser duros. El huésped de la habitación 201 tiene ante sí el difícil reto de usar su poder para cambiar el rumbo de la Iglesia. A ser posible, sin romperla.

El País


 

y si.....equipo chico....

Boca y Real Madrid, unidos para cargar a San Lorenzo
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MAL BICHO

Galíndez confirmó la pelea: "Riquelme dijo 'acá mando yo' y me echó del vestuario"


Una vez consumado el ascenso de Argentinos Juniors, tras el empate ante Douglas Haig, Juan Román Riquelme se despachó con una frase que aún retumba en La Paternal. Entre otras cosas, el enganche anunció que "ya estamos a mano"y dejó abierta la posibilidad de dar un portazo al club. Sorprendió, ya que el enganche aún cuenta con contrato vigente.
Con el correr de los días salió a la luz la mala relación que llevaban el referente del club y el entrenador, Néstor Gorosito, quien públicamente declaró que prefería al 'Lobo' Ledesma antes que a Riquelme. Uno de los motivos, tal cual adelantó PLAYFUTBOL, fueel enojo de parte de Román con "Pipo", quien a su entender ya tenía todo acordado para arribar en caso de que el por entonces DT Claudio Borghi (el mejor técnico del país para el enganche) decida dar un paso al costado.
Sin embargo, el real problema que generó la ruptura en la relación entre el referente y el entrenador fue una pelea de Riquelme con Miguel Di Lorenzo, el íntimo amigo de Gorosito y quien formó parte de su cuerpo técnico. Galíndez, como se lo conoce popularmente, es uno de los masajistas más famosos y una leyenda viviente del fútbol argentino, ya que formó parte del Boca campeón de todo con el 'Toto' Lorenzo, del Argentinos Juniors de Maradona, del River campeón de América y del mundo en 1986, de la Selección de Bilardo campeona y subcampeona en los mundiales de 1986 y 1990, de las Copas América logradas por 'Coco' Basile en 1991 y 1993, en el San Lorenzo campeón del 'Bambino' Veira en 1995 y el campeón de 2001 con Manuel Pellegrini.
GALÍNDEZ Y SU LIBRO "CONFIDENCIAS DEL FÚTBOL ARGENTINO", ESCRITO POR FEDERICO CHAINE.

En una entrevista exclusiva, Galíndez reconoció su pelea con Riquelme y contó los pormenores del episodio vivido con el máximo referente del plantel.
"Es cierto, tuve una discusión. Fue en el partido ante Ferro (penúltima fecha de la Primera B Nacional), que me echó del vestuario. Me dijo 'acá mando yo'. Ahí me calenté y le dije muy bien si él me había contratado o me pagaba y que no tenía derecho a decirme nada", confesó.
A la hora de encontrar un motivo que dispare el enojo del enganche, Galíndez agregó: "Yo siempre tuve un presentimiento que fue porque yo siempre voy y aliento al plantel. Yo soy de decirles 'vamos para adelante', 'vamos que lo ganamos', 'vamos a sacar a Argentinos para delante, que tiene que subir', como loco lindo que soy. 'Vamos a meterle y no tengamos miedo'. Así fui siempre, incluso en la Selección".
Por supuesto, este hecho generó que no vuelva más al club: "'No tenga miedo, que usted no me ve nunca más, olvídese de mí', le respondí. Que no me iba a ver ni en el vestuario ni en ningún lado, siempre tratándolo de usted como me enseñó Bilardo. La verdad es que no quiero saber más nada de él, esto se terminó para mí, ya está. A mí me la hacen una vez y como dice Ruggeri, aunque se ponga de rodillas se terminó".
Sobre si Riquelme intentó pedirle disculpas luego de lo sucedido, agregó: "Tengo entendido queal otro día le pidió perdón a 'Pipo' (Gorosito), y él le dijo que me llame. Pero se equivocó de teléfono porque hasta hoy no lo hizo. De ahí no lo vi más y tampoco en Argentinos. Para mí pasó a la historia, que siga su camino que yo voy por el mío".
Para terminar, Galíndez contó más detalles de cómo era el vestuario liderado por Juan Román Riquelme: "No le gustaba que yo esté ahí. En el vestuario mandaba él y nada más, cuando me dijo 'no lo quiero ver más' listo se terminó y que Dios lo ayude. Yo no lo conocía y tuve muy poco trato, porque es de muy poco hablar. Él es de callarse y mandar, tiene sus amistades, que lo siguen, y nada más".
Y para cerrar resaltó la gran amistad que lo une con el actual cuerpo técnico del "Bicho" y que echaría por tierra una posible reconciliación entre el DT y el jugador. "A 'Pipo' (Gorosito) y a 'Cacho' (Borelli, ayudante de campo) le debo todo. Les debo la vida a cada uno. No sé si Riquelme seguirá en el club, como yo no fui más no sé absolutamente nada. Pero voy a ir a ver a 'Pipo' y a 'Cacho' porque son mis amigos. Son mis hermanos".
POR DANIEL VEUTHEY