jueves, 31 de diciembre de 2015

MENDIGANDO: ASI EL PRO TRABAJA

Desde la madrugada una multitud se agolpó en los centros de pago para acceder a los 400 pesos anunciados por el gobierno nacional que alcanza a jubilados y…
DIARIONORTE.COM

Según publicó la revista Foreign Policy Malcorra fue señalada como supuesta responsable de que la ONU oculte abusos sexuales a menores

La flamante Canciller Susana Malcorra, quien antes de aceptar la oferta de Macri se desempeñaba como jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, fue señalada como una de las supuestas resposables, entre un grupo de funcionarios de alto rango de la organización, de ocultar denuncias por abusos sexuales a menores perpetrado por Cascos Azules de la ONU y de la posterior persecución que sufrió el funcionario que filtró la noticia.

Según indica el periodista Walter Goobar en Miradas al Sur, la revista bimestral estadounidense sobre política internacional y temas globales, Foreign Policy, reveló una investigación interna de Naciones Unidas que revela el rol que cumplió la actual Canciller argentina en el posible ocultamiento de estos siniestros hechos. El texto determinó que Malcorra falló en sus respuestas a las violaciones, pero no determinó que incurrió en "abuso de autoridad", como sí lo hizo con otros funcionarios.

"Cuando uno lee el lapidario veredicto de los jueces dado a conocer la semana pasada sobre el triste papel jugado por Susana Malcorra en los intentos de silenciar el escándalo de la ONU, se comprende perfectamente que el ofrecimiento de Mauricio Macri le vino como anillo al dedo. En caso contrario, es probable que a esta altura hubiese tenido que presentar su renuncia a la ONU", asegura Goobar.

Si bien la ONU tendría conocimiento de los abusos desde mayo de 2014, cuando un niño de 11 años declaró que un soldado francés le prometió comida a cambio de sexo oral y luego lo violó, la noticia sobre los abusos en un campamento para refugiados de República Centroafricana (RCA) recién salió en los medios en abril de 2015, en un artículo del diario británico The Guardian. En total, hay documentados 13 abusos sexuales a niños por parte de 16 soldados de la fuerza de paz.

La semana pasada un panel independiente nombrado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, determinó que varios funcionarios de alto rango, entre ellos Malcorra, habrían estado más preocupados en silenciar y perseguir al denunciante del escándalo, Anders Kompass, que en proteger a los niños que se encontraban en peligro o de sancionar a los abusadores.

Como a mediados de julio de 2014 la ONU no había tomado ninguna medida contra los abusos, el funcionario sueco Anders Kompass informó sobre el hecho a las autoridades diplomáticas francesas. Según cuenta Goobar, Malcorra quería silenciar el escándalo y para eso habría concertado con distintos funcionarios de alto rango de la ONU un plan para obligar a Kompass a que renunciara.

Malcorra habría organizado una reunión en la ciudad de Turín entre el alto comisionado para los Refugiados, con el fin de discutir el caso Kompass. Semanas después, en abril de 2015, la ONU comenzó una investigación contra Kompass por su “filtración” sobre la denuncia de abuso sexual en la República Centroafricana, cuyo único fin era desentramar dicha filtración y no los abusos en sí.

Luego de que Kompass fuese suspendido con goce de sueldo y escoltado desde su oficina, Susana Malcorra declaró a los medios que Kompass estaba siendo investigado porque era culpable de mala conducta. Recién en junio de 2015 Ban Ki-moon anunció la creación de un panel independiente para revisar y examinar los acontecimientos tras el abuso sexual de los niños en la República Centroafricana.

MAJUL DIXIT, EL CANALLA QUE CANALLEA ESCANALLESCO COMO MAJUL

LA CANALLA OPINIÓN DE UN CANALLA
La prensa canalla
Luis Majul / La Nación
Traicionaron el oficio más lindo del mundo. Se transformaron en vigilantes de sus propios colegas. Ejercieron el rol de comisarios políticos en medios grandes, medianos y pequeños. Trabajaron de topos en las redacciones. Presentaron como material "periodístico" videos obtenidos de manera ilegal por los servicios de inteligencia del Estado. Señalaron con el dedo a periodistas críticos, por orden directa de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Máximo Kirchner. Inventaron acusaciones falsas. Adulteraron la información y la opinión. Cometieron delitos de orden público, como la incitación a la violencia contra trabajadores de prensa. Armaron tribunales populares contra periodistas que hicieron más por los derechos humanos que Néstor y Cristina. (Y no después de 2003, sino cuando las papas quemaban de verdad.) Algunos entregaron su alma al dinero del Estado. Casi todos encontraron la excusa perfecta para pasarse al Lado Oscuro.
Uno, por ejemplo, escribió en su cuenta de Twitter que, en efecto, había abandonado el oficio porque creía en el periodismo militante. Otro, al que Jorge Lanata caracteriza por estar enamorado de su propia voz, explicó su compromiso con el gobierno anterior con el argumento de que "todo periodista y todo medio es un actor político". El locutor de pésima sintaxis se colocó a sí mismo en un lugar muy "popular". Como si fuera el líder de una vanguardia iluminada. O como si estuviera denunciando, desde el llano, a un grupo muy poderoso, y no defendiendo a una secta política que llegó a tener más poder que cualquier otro gobierno. Ahora, con el mismo desparpajo, habla de "resistencia" contra la nueva administración de derecha, a la que compara con una dictadura. Y lo hace desde un programa financiado por un banco que se presenta como cooperativista, pero que, a la hora de cobrar a sus clientes, sigue las reglas del capitalismo más salvaje.
Otro, al que Kirchner infló su enorme ego al susurrarle, por teléfono, que era uno de los pocos periodistas que respetaba, nunca pudo terminar de explicar de manera coherente su imprevista y brutal conversión. Tampoco pudo desmentir la denuncia que hizo un ex funcionario del Ministerio de Trabajo del gobierno del propio Kirchner, quien lo acusó de tener una doble moral al pretender cobrar decenas de miles de pesos sin presentar la factura correspondiente. El hombre, quien también se caracteriza por escuchar su propia voz, es un especialista en decir una cosa y hacer otra. La evidencia: amenazó con sostener una demanda contra quien esto escribe, pero abandonó el trámite a mitad de camino, ante la imposibilidad de probar que el demandado había faltado a la verdad. Pero además instruyó a sus asistentes para ensuciar a colegas a diestra y siniestra. Una de sus colaboradoras (quien será recordada, entre otras bajezas, por haber difundido las fotos del cadáver de Nora Dalmasso) se especializó, además, en construir "denuncias periodísticas" falsas, revoleando números a la marchanta, con decimales incluidos, para obligar a sus "víctimas" a desmentir hechos que no constituyen delitos, sino datos de proyectos periodísticos exitosos, con altos niveles de audiencia. Lo de la supuesta cronista no es un acto de periodismo profesional, sino una maniobra típica de los servicios de inteligencia.
Durante estos años, se usó a la AFIP para acusar de manera falsa a colegas y dirigentes opositores que levantaban la voz. Pero los periodistas canallas no fueron pocos. Se multiplicaron por decenas. Quizá porque soñaron que Cristina sería eterna. Y hubo de todo. Ex empleados del Grupo Clarín despachados hasta panelistas de programas de espectáculos que sacaron a relucir el pasado combativo de su familia porque sabían que la lucha contra la dictadura otorgaba un linaje extra en el gobierno K. Cronistas deportivos devenidos en panelistas expertos en provocar a sus compañeros; profesionales que se caracterizaron por denunciar la corrupción de los años noventa y empezaron a impulsar operaciones políticas contra los candidatos que compitieron y le ganaron a Kirchner; productores de televisión que fueron "neutrales" hasta que firmaron contratos millonarios con dueños de multimedios a los que Néstor y Cristina beneficiaron con frecuencias de radio y de tevé; secretarios generales de sindicatos de prensa del interior del país que, en vez de defender los derechos de los trabajadores, se dedicaron a hacer de comisarios políticos para malograr emprendimientos independientes.
Los representantes de la prensa canalla ahora parecen un poco desorientados. Andan como bola sin manija reclamando libertad de expresión cuando se la pasaron insultando, difamando y acusando sin pruebas. Pero lo que suplican, en el fondo, es la continuidad de sus contratos en los medios públicos, como si su jefa política no hubiese sido la gran responsable de la reciente derrota electoral. Como si Daniel Scioli no hubiera perdido, sino ganado. Están pidiendo, además, indemnizaciones millonarias, como si fueran trabajadores del sector privado con derecho a reparación económica. La última estrategia de estos militantes de la desinformación no es ningún misterio. Intentan presentar a los periodistas críticos como la otra cara de una falsa moneda. Son parecidos al ladrón. Dan por sentado que todos son de su misma condición. Por eso quedan tan descolocados cuando comprueban que los mismos colegas que denunciamos los atropellos de Néstor y Cristina somos capaces de levantar la voz ante la abusiva designación por decreto de los jueces de la Corte que pretende imponer Mauricio Macri. Por eso aparecen pedaleando en falso cuando criticamos la represión de los trabajadores de Cresta Roja o decimos que no es suficiente ser un gran amigo del Presidente para ocupar el cargo de número uno de la Agencia Federal de Inteligencia.
Porque podemos cometer errores. Incluso grandes errores en la práctica de nuestro ejercicio profesional. Pero jamás seremos como ellos. No trabajaremos de comisarios políticos. No acusaremos sistemática ni falsamente a ningún colega sólo porque no piensa como nosotros. No diseñaremos programas de propaganda para ensuciar a nadie. No ocultaremos, a sabiendas, asuntos como la tragedia de Once, el presunto enriquecimiento ilícito de la ex presidenta, el procesamiento del ex vicepresidente o el financiamiento de la campaña presidencial de 2007 con fondos provenientes de la efedrina y el narcotráfico.
Pero algún día, no muy lejano, ayudaremos a escribir la historia de los últimos 12 años de la prensa canalla en la Argentina. No como un método de escrache, sino como un inolvidable registro de época. Y como un indispensable servicio a las audiencias. Para que todo el daño que provocaron no se vuelva a repetir.
[Opinión]
¿La revolución de la alegría llega a su fin?
por Mariano Massaro.-
TIEMPO.INFONEWS.COM

HERNAN LOMBARDI ES CENSURA Y DESOCUPACION

Hernán Lombardi anunció que en enero se emitirá solo música pese a que hay 22 contratos ya extendidos. Malestar y renuncias.
DE PERFIL.COM

DESOPILANTE

La celda donde estaban los Lanatta y Schillaci podía abrirse desde adentro
INFOBAE.COM

Polémico: Flamante director del Banco Nación posee una deuda millonaria con la entidad

DESIGNADO POR MACRI

Polémico: Flamante director del Banco Nación posee una deuda millonaria con la entidad

Se trata de Atilio Benedetti, ex diputado nacional y presidente de la UCR de Entre Ríos, designado por el Poder Ejecutivo como integrante del directorio del Banco Nación, que conduce Carlos Melconian. Un informe periodístico de “La Mañana de Córdoba” revela que su empresa “Tierra Greda” tiene una deuda millonaria con la entidad por un Crédito del Bicentenario.
Según la investigación de Facundo Piai y Esteban Leiva –autores de la nota – “Atilio Benedetti fue el encargado de pactar con Rogelio Frigerio el armado de la alianza Cambiemos en su provincia”.  En ese sentido, el radical entrerriano y diputado provincial, Ricardo Troncoso, aseguró que “Benedetti entregó el partido y se posicionó como principal interlocutor del gobierno nacional vía Sáenz (Ernesto) y ‘Coty’ Nosiglia”, y para ello “pidió como recompensa el directorio porque está en mora”.
La empresa del flamante director del Banco Nación, que se desenvuelve en el sector agropecuario, obtuvo en el año 2011 un crédito del Bicentenario “por 60 millones a liquidar en cuatro partes”. Según la central de deudores del sistema financiero del BCRA, la empresa Tierra Greda SA (CUIT 30657011807) adeuda más de 24 millones a Santander Río, 4 millones a Galicia y 608,7 mil pesos a Nuevo Banco de Entre Ríos.
Por otra parte, “la situación patrimonial del director recién designado también es irregular de acuerdo a las legislaciones vigentes”, señala el informe, ya que Atilio Francisco Benedetti (CUIL 20114609286) figura con una deuda de 35 mil quinientos pesos con el Banco de Entre Ríos.
Los periodistas concluyen que “tanto por la deuda de Tierra Greda SA como por su condición física de deudor, Benedetti transgrediría la Ley de Entidades Financieras que en su artículo 10, inciso c, señala que `no podrán desempeñarse como directores de las entidades comprendidas en esta ley los deudores morosos de las entidades financieras´. Estatuto homologado por la carta orgánica del Banco Nación que en su artículo 13, inciso a, establece que `no podrán desempeñarse como miembros los alcanzados por las inhabilidades previstas por la Ley de Entidades Financieras´”.