APU: Se cumple un año del acampe contra Monsanto, ¿cuál es la situación hoy en Malvinas Argentinas?
Ester Quispe: El 19 festejamos el segundo festival contra la instalación de Monsanto, y se cumple un año del acampe bloqueando el ingreso de camiones, que transportaban material en ese tiempo para seguir la construcción de la fábrica. El 24 de junio cumplimos 2 años como asamblea, han sido años vertiginosos, poder conocer gente y organizaciones, poder entablar relaciones y acciones. Trabajar todos juntos con ecologistas, gente de la universidad, organizaciones, gente de medios. Y dentro de este conocer y participar, está el animarnos, a salir y decir “Basta Monsanto en Malvinas Argentinas”, no te queremos más, queremos hacer un bloqueo al ingreso de la planta. A un año de eso, lo que veíamos imposible, con organización se puede. Hoy podemos decir que una parte de los vecinos nos sentimos orgullosos de lo que hicimos, y no sabemos de dónde sacamos tanta fuerza y entereza para poder hacerlo. En un primer momento, cuando uno comienza a saber qué es lo que manejan y qué es lo que hacen este tipo de empresas, que sabemos tienen la complicidad del Estado, de la Justicia, de la Policía, en este caso de los gremios, la UOCRA acá en Córdoba; la verdad que no sé de donde sacamos la fuerza y la valentía para hacerlo.
APU: ¿Cuáles son los riesgos de la instalación de esta fábrica?
EQ: Conociendo la historia que uno ha venido aprendiendo de Monsanto, todo lo que ha producido, desde que apareció hasta hoy, solo es destrucción, enfermedades largas, de muerte de personas. Sabemos que no hay recuperación de las diversas enfermedades que ha producido con los agrotóxicos y agroquímicos. La fábrica que se pretende establecer está muy cerca de la ciudad, a escasos 600 metros de una escuela primaria, y a un kilómetro del centro de la ciudad. Por eso el riesgo de la contaminación es alto.
Si bien hoy por hoy Malvinas Argentinas ya es una ciudad contaminada, ya es un pueblo fumigado, ha sufrido lo mismo que los otros pueblos donde el auge de la soja cubrió todo. En la década de los ´80 era el cordón verde de la ciudad de Córdoba, acá teníamos zona de frutales, muchas verduras, muchas plantaciones. Y hoy por hoy lo único que encontrás de lo que eran huertas y quintas de ese tiempo, son extensos campos donde se plantó soja. La soja la tenemos a una cuadra de nuestras casas. Y unos pequeños estudios que hicimos hace poco revelan que de cada 10 habitantes de Malvinas Argentinas, 7 tenemos agroquímicos en sangre. Lo que no quiere decir que los otros 3 no lo tengan, sino que nos explicaron desde el laboratorio que el aparato con que se midió no tenía la suficiente densidad para determinar qué porcentaje tienen en sangre. Por eso también uno decidió plantarse y decirle No a Monsanto, decirle no principalmente al gobierno de Malvinas, el intendente Daniel Omar Arzani. Que no es conveniente, y que de ninguna manera la población de Malvinas va a aceptar que la empresa se instale acá.
APU: Continúa el bloqueo, pero la empresa sigue con la intención de radicarse allí. ¿Cómo ve la situación a futuro?
EQ: El bloqueo sigue, más o menos en la semana se manejan entre 15 y 20 jóvenes de distintos lugares. Los chicos van y vienen, y de la Asamblea de Malvinas hay dos compañeros que van permanentemente al bloqueo. El resto de los compañeros estamos abocados a trabajar el barrio, porque vemos inminente una consulta popular. En el mes de julio se aprobó una nueva ley de convivencia ambiental, donde se contempla la consulta popular. Nos damos cuenta que este camino que vienen preparando el Gobernador De la Sota, el intendente Arzani, la Secretaría de Ambiente van hacia eso. Entonces nosotros nos vamos a abocar a ir casa a casa, para concientizar al vecino.
No quiere decir eso que Monsanto no esté haciendo lo mismo. Digo Monsanto porque en un principio teníamos al Intendente y a los empleados municipales de lleno trabajando para la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas. Con presiones a veces violentas, bajo amenaza. Hoy por hoy tenemos a la ONG nacional Inclusión Social trabajando para Monsanto en Malvinas Argentinas. Es una cuestión muy vergonzosa y acá uno ve esta diferencia de poder. Una ONG que su eslogan es “Inclusión Social junto al Municipio y Monsanto”. Uno lo que ve como vecino es que ya no tenemos municipalidad, ya no tenemos intendente, sino que tenemos a Monsanto manejando al intendente de Malvinas Argentinas y sus empleados municipales. Porque esta ONG Inclusión Social, se encarga de trabajar junto a los empleados municipales el barrio. Esta organización está ofreciendo cursos de capacitación: electricista, panadería, corte y confección. En los centros de jubilados les dan medicamentos o turnos para especialistas, y donde dan los cursos, les dicen que los vecinos tienen que firman para que Monsanto sí se instale, porque de esa instalación depende que el comedor de los abuelos siga funcionando, o que esos cursos se sigan dando. Cosas muy vergonzosas, que superan la ética y la moral de las personas. Esa es la arremetida que están teniendo Monsanto, Inclusión Social y el Intendente Arzani en Malvinas Argentinas.