miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL PEORNISMO FEDERAL MAS MOYANO








Con Moyano y De la Sota, el PJ disidente promete castigar al gobierno en las urnas

Acompañados por De Narváez, Venegas y Aldo Rico, entre otros, encabezaron un homenaje a José Ignacio Rucci en los tribunales federales.

Los referentes del peronismo no kirchnerista marcharon a Comodoro Py para pedir que el asesinato del dirigente sindical sea declarado crimen de lesa humanidad. "El acto es un mensaje hacia adentro" del partido, advirtieron.

Por Nicolás Eisler

Diputados del peronismo no kirchnerista y dirigentes de la CGT oficial rindieron homenaje a José Ignacio Rucci al cumplirse 39 años de su muerte, frente a los tribunales de Comodoro Py. En el acto, que algunos consideraron un relanzamiento del PJ Disidente, se reclamó que el asesinato del líder sindical sea considerado como un crimen de lesa humanidad. "Seguramente a estos mentirosos les vamos a dar el castigo que merecen las urnas", avizoró el líder de la central obrera oficial Hugo Moyano en lo que pareció una amenaza al gobierno.

Los tribunales federales de Retiro se convirtieron en un cónclave del PJ no kirchnerista, con el gobernador de Córdoba José Manuel de La Sota como figura estelar. "Yo soy peronista y nosotros somos constructores no destructores, dejemos la oposición para aquellos que no están acostumbrados a gobernar", analizó el "Gallego" cuando le consultaron si el de ayer se trataba de un acto opositor.
Los organizadores de la movilización se vieron desbordados por momentos cuando varios de los invitados intentaron llegar a las inmediaciones del escenario. "Soy el abogado de la causa, dejame pasar", se indignó Miguel Ángel Plo, quien estuvo a punto de irse antes de que la propia Claudia Rucci fuera a rescatarlo. Menos suerte tuvo Mónica López, ex candidata a vicegobernadora de Francisco de Narváez. La legisladora provincial y esposa del líder de los petroleros hizo un intento para saltar la valla, pero antes de que seguridad le franqueara el camino hacia el sector VIP, casi termina aplastada por los dirigentes y curiosos que pugnaban por entrar.

Del otro lado la esperaban invitados como Julio Bárbaro, Graciela Camaño, "El Tula", Adolfo Rodríguez Saá. Un lesionado Aldo Rico se fundió en un abrazo con el intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino bajo la atenta mirada de De Narváez y José "Pepe" Scioli. Aunque si hubiera existido un "saludómetro", De la Sota habría sido considerado como el gran ganador de la tarde.

"Es gobernador de la segunda provincia más importante de la Argentina, y fue la presencia institucional más fuerte, sin dudas", reconoció uno de los asistentes y agregó: "El acto es un mensaje hacia adentro del PJ no kirchnerista, empieza a darse un ámbito de unidad. La causa de hoy encuentra en el mismo lugar a varios exponentes no cristinistas y eso nos fortalece", se ilusionó el dirigente que pidió preservar su nombre.

Fue Aníbal Rucci, hijo del otrora secretario general de la CGT, el primero en tomar la palabra y describió a su padre como "un hombre asesinado por defender la dignidad" de los trabajadores. Además acusó: "Quienes son asesinados por la extrema derecha se convierten en mártires, mientras que los asesinados por la extrema izquierda son puestos por debajo de la alfombra." Su hermana Claudia aseguró que el de Retiro era "un escenario de valientes", en referencia a los que se animaron "a saltar la tranquera" y mencionó a Cariglino, Luis Acuña, intendente de Hurlingham y a Gerónimo “Momo” Venegas. El titular de los peones rurales fue otro de los oradores, antes de que Moyano cerrara el encuentro. El camionero acusó al gobierno de "atemorizar" al "pueblo", que según el sindicalista "está agotando su paciencia". Después de entonar la marcha peronista, la concurrencia se retiró, aunque algunos todavía estaban llegando, como Miguel Ángel Toma, ex secretario de Inteligencia de Eduardo Duhalde. "Creo que en 2013 los opositores tenemos que coincidir en cuatro o cinco puntos y firmar un documento. Tenemos que derrotar al gobierno", dijo Venegas antes de partir.

"Conseguimos que el juez Ariel Lijo sacara la causa de archivo y luego de su investigación resolvió que el asesinato había sido perpetrado por Montoneros, aunque lo consideró proscripto. Apelamos el fallo, porque consideramos que el asesinato fue realizado con apoyo del Estado y eso lo convierte en imprescriptible. En 1973 muchos de los integrantes de Montoneros formaban parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires, que les dio su apoyo para perpetrar esta atrocidad con armas y automóviles", explicó Plo a Tiempo Argentino.

26/09/12 Tiempo Argentino

LA FIFA Y EL FMI

EN LA PARTE ECONOMICA DEL DISCURSO, UNA FRASE PRESIDENCIAL PROVOCO EL APLAUSO
“La FIFA tuvo más éxito que el FMI”

La Presidenta dedicó buena parte de su mensaje a la Asamblea General a la crisis económica, que atribuyó a la mala administración financiera, y respondió con ironía a la directora del Fondo Monetario que pidió tarjeta roja para la Argentina. Más tarde un grupo caceroleó frente al Mandarin Hotel.

Por Martín Granovsky

Desde Nueva York

Joseph Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, se lo agradecerá. También el vice, el argentino Julio Grondona. Cristina Kirchner dijo ayer en su discurso en la ONU que “la FIFA tuvo más éxito en organizar los mundiales de fútbol que el Fondo Monetario Internacional en organizar la economía internacional en los últimos 20 años”. Cristina habló antes de volver al Mandarin Hotel de Columbus Circle, contiguo al Central Park, donde a la tarde protestó un grupo de caceroleros argentinos.

La Presidenta respondió a declaraciones formuladas por Christine Lagarde, la francesa de formación norteamericana que dirige el Fondo Monetario Internacional, quien dijo que la Argentina merecía “tarjeta roja” por la calidad de sus estadísticas.

“Mi país no es un cuadro de fútbol”, dijo Cristina. “Y la crisis internacional no es un partido de fútbol sino la peor crisis desde 1930.” Y siguió: “El rol del presidente de la FIFA ha sido bastante más satisfactorio que el rol de la cabeza del Fondo Monetario Internacional”.

El párrafo arrancó aplausos, un hecho inusual en las asambleas generales de la ONU.

Si fue un elogio en sí mismo a la FIFA, no sólo Grondona deberá agradecer la mención a la Federación Internacional del Fútbol Asociado. En la foja de servicios de Blatter figura incluso que fue sospechado de cometer sobornos. No es la única figura controvertida. Marco Aurelio García, consejero internacional de Lula durante ocho años y con el mismo cargo junto a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, dijo que el secretario general de la FIFA Jerome Valcke es un “canalla”. Valcke había expresado dudas sobre la capacidad brasileña de organizar eficazmente el próximo mundial de 2014. La FIFA debió pedir explicaciones al gobierno de Rousseff.

Si el de la Presidenta no fue un elogio absoluto a la FIFA, cualquiera podría tomarlo también, en este sentido: el Fondo se manejó tan mal que hasta es peor que la FIFA.

Cristina recordó que cuatro años atrás, en 2008, habló en la Asamblea General justo cuando se desataba la crisis financiera y caía Lehman Brothers. La Asamblea siempre se realiza en septiembre. En ese mes fue el comienzo de la catástrofe. Cuando la Presidenta, ese mismo año, visitó la sede de Nasdaq en Times Square, los carteles de alta definición por la cantidad de luces led que hoy muestran en lo alto a la agencia china Xinhua revelaban on line la caída de las acciones de las empresas de tecnología más importantes del mundo.

“Al principio parecía una crisis producida solo por las hipotecas de los pobres, por las subprime, pero la crisis de estos últimos años descorrió el velo”, dijo Cristina. “La causante de la crisis global fue la administración financiera de capitales sin ningún tipo de control.”

Razonó que “la crisis de la Eurozona no es más que la crisis de la deuda soberana, cuando los países ya tenían una deuda de porcentajes mayores al 100 por ciento del Producto Bruto Interno y las familias no podían pagar sus deudas”.

En una mención de un hecho actual, puso atención sobre “la represión contra los indignados que reclaman contra las recetas ortodoxas de ajuste”.

Aclaró que no hablaba en esos términos para dar clase sino solo para contar experiencias. “En la Argentina fuimos el conejillo de Indias de las políticas de los ’90 que implosionaron en 2001 cuando se produjo el default porque la Argentina debía el 160 por ciento de su Producto Bruto”, dijo.

Siguiendo la norma según la cual no hay mejor defensa que un buen ataque, evitó darle un toque angelical al Instituto Nacional de Estadística y Censos y se preguntó “por las estadísticas de España, de Grecia, de Portugal, de Italia, que permitieron contraer esos niveles de deuda”. Fue el prólogo para introducir uno de los temas en boga en el mundo actualmente: “¿Cuáles son los controles? ¿Por qué controlan a unos y a otros no?”.

En ese momento apareció la cita del primer discurso de Néstor Kirchner en la Asamblea General, en 2003, cuando dijo que “los muertos no pagan sus deudas”.

“La Argentina reestructuró su deuda y viene pagando rigurosamente los vencimientos”, afirmó. Citó al economista argentino Bernardo Kliksberg, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, según quien en frase presidencial la Argentina “despliega las políticas sociales más importantes de América latina”.

Pidió regular “los grandes movimientos de capitales”, detrás de los que se esconden “formidables transferencias de ingresos”. En esta línea de razonamiento “los únicos perjudicados son millones de personas que pierden esperanza y trabajo”.

“Aspiro a que no pierdan la paciencia, porque cuando además del trabajo la gente pierde la paciencia sobrevienen crisis políticas e institucionales como la que vivimos nosotros en el 2001”, dijo.

Una de las fotos de la España de los últimos días es un cartel que pone, como en la Argentina de hace 11 años, “Que se vayan todos”.

“Querer solucionar los problemas del mundo con las recetas que los provocaron es absurdo”, dijo la Presidenta. Y en probable alusión a las críticas internas señaló que “tenemos que hacer ingentes esfuerzos de acumulación de reservas y diseñar políticas para que no nos transfieran desde países centrales consecuencias de la crisis que atentan contra nuestras economías”.

“Los emergentes debemos estar soportando que nos denuncien como proteccionistas cuando sufrimos el proteccionismo en detrimento de nuestras economías y de la inclusión de millones de ciudadanos”, dijo sobre la guerra comercial y cambiaria de los últimos años.

En otra vuelta de tuerca sobre la presidencia de Kirchner, lanzó la hipótesis de que “para algunos somos un mal ejemplo, porque cuando reestructuramos la deuda sostuvimos que quien tomó el riesgo de poner dólares con una tasa del 15 o 16 cuando se pagaba el 2 por ciento tenía grandes riesgos de que una institución financiera no le devolviera su dinero, y entonces dijimos que si habían arriesgado debían compartir parte de ese riesgo”.

De todos modos, “la Argentina pagó más que la Enron a los accionistas”. En cifras de la Presidenta, de cada 100 dólares la petrolera que quebró en 2001 pagó uno, “y nosotros de cada 100 pagamos 20 o más”.

Para Cristina, que para decirlo se colocó en “militante política”, “el temor más grande es que millones dejen de creer que un sistema democrático puede darles las soluciones”. En su opinión, “los más terribles totalitarismos fueron precedidos por severas crisis económicas que crearon oídos propicios prometiendo cosas que es imposible cumplir”.

Se quejó de que “la crisis de los países desarrollados comienza a trasladarse a los países emergentes que no produjimos la crisis”.

A las seis y media de la tarde, un grupo de argentinos se congregó en Columbus Circle con carteles que decían, en inglés, “No queremos otra Venezuela” o, como en una lista, “No queremos: corrupción, mentiras, adoctrinamiento, inseguridad y reforma constitucional”..

La Presidenta viajará hoy al mediodía a Washington, donde dejará inaugurada la Cátedra Argentina en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Georgetown University, que dirige el historiador Erick Langer. Mañana será el turno de Harvard.

martin.granovsky@gmail.com

26/09/12 Página|12

Clase Media, Opinión





El discreto encanto de la clase media
Los sectores medios exhiben históricamente un rechazo cultural al ascenso social de los más pobres.

Por Alberto Dearriba

A los argentinos les encanta declararse miembros de la clase media aunque sean sufridos ganapanes. O sostener que "la Argentina es un país de clase media", lo cual se parece bastante a decir que la Argentina es de la clase media. Arturo Jauretche sostenía que decirse integrante del medio pelo, implica sostener "una posición forzada", ya que tratan de aparentar un estatus superior al que en realidad poseen.

Vapuleada por no ser “ni chicha ni limonada” y exaltada como el sector social más dinámico de la sociedad, la clase media vive con temor a caer en las cunetas sociales y aferrada a la ideología, la moral y la estética del establishment. El marxismo la considera como una excrecencia social, pero pocos economistas dudan hoy que es el motor del consumo en todo el mundo.

La magnitud de este segmento social depende de los parámetros socioeconómicos o culturales que se utilicen para medirlo. Para la CEPAL, en la Argentina, constituye más de la mitad de la población, pero un estudio del Banco Santander sostiene que supera el 70 por ciento.

Sean cuantos fueren, los individuos de clase media constituyen un actor político central, ya que definen elecciones. Dicho de otro modo, no es posible acceder al gobierno si no se consigue cooptar electoralmente, al menos una parte de ese colectivo, lo cual plantea una enorme contradicción a los procesos populares que se asientan en los sectores más bajos de la pirámide social. Es lo que expresa Cristina Fernández cuando dice que "con el peronismo no alcanza".

Si bien la clase media y la baja coinciden económicamente en la necesidad de un mercado interno generoso –conveniente tanto para el que compra como para el que vende– los sectores medios exhiben históricamente un cerrado rechazo cultural al ascenso social de los más pobres.

La aversión a la prosperidad de "los otros" quedó una vez más al desnudo cuando el talentoso ex arquero de fútbol, José Luis Chilavert, se quejó esta semana por la instalación de viviendas populares en Ezeiza. La pelota quedó picando y Cristina Fernández remató al arco: “Pareciera que algunos se sienten miembros de la dinastía Romanov". Pero Chilavert no es descendiente del patriarca Filareto, fundador de la nobleza que accedió al trono en Rusia en 1613 con Miguel I y rigió el país hasta la abdicación de Nicolás II, con la revolución bolchevique de 1917, sino que nació en un hogar humilde de la Ciudad de Luque, en el Departamento Central de la República del Paraguay. En la Argentina, tuvo más fortuna que muchos de sus compatriotas, que –al igual que bolivianos y peruanos" son estigmatizados por su pobreza o por el color de la piel. Pero sus orígenes fueron borrados a pelotazos y ahora está preocupado porque "se nos desvalorizan las propiedades que tenemos, donde invertimos un montón de dinero para poder tener un lugar de privilegio y vivir tranquilamente". Está claro: Chilavert quiere conservar "un lugar de privilegio". Y para ello está dispuesto a atajar al pobrerío.

La presidenta dijo que "hay argentinos que aspiran a progresar y lo que tienen que entender los que ya llegaron a un determinado nivel económico, de clase media, media alta, y alta, es que los que no llegaron todavía, tienen el derecho de llegar a ser parte de esa clase media y alta. ¿Por qué no?" El sayo le cae pintado a quienes estigmatizaron el jueves 13, con ritmo de cacerola, a los "negros de mierda".

La mayoría de los sociólogos coinciden en que la clase media se corporizó en la Argentina bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Pero los hijos doctores de los inmigrantes, se distanciaron muy pronto de sus orígenes. La Unión Cívica Radical iría adoptando posiciones político-ideológicas conservadoras alejadas de sus orígenes. Esa franja social recibió el empujón definitivo a mediados de los ’40 con Juan Domingo Perón, a quien el sentido común de clase media acusó por traer a los "cabecitas negras" del interior a las ciudades y de estimular la vagancia. Por entonces, miles de personas migraron a las grandes ciudades, para entregar su fuerza de trabajo a la industrialización del país. Poco tenían de vagos y malentretenidos.

En algo ha sido muy constante la veleidosa clase media: tarde o temprano se opuso a los procesos populares. Prefieren defender los intereses de los sectores más poderosos, antes que los de quienes pretenden ascender en la pirámide social.

Al igual que en el primer peronismo, la clase media alcanzó mayores niveles de consumo con el kirchnerismo, pero en dos oportunidades sacaron sus cacerolas a las calles para expresar su rechazo por la intervención del Estado para regular la voracidad de los poderosos y equilibrar la distribución del ingreso: en 2008 contra las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas y el jueves antepasado, contra las dificultades para atesorar dólares baratos y gastarlos en el exterior. Las cuestiones culturales, y no económicas, parecen explicar mejor el hecho de que pequeños comerciantes o industriales que salieron del freezer de los ’90 y obtienen hoy jugosas ganancias con los estímulos al consumo que promueve el gobierno, sean beneficiarios y opositores a la vez.

Los caceroleros no reclamaron una medida económica puntual sino que protestaron contra la política y contra el Estado al cual visualizan como un estorbo en sus vidas, al tiempo que rechazaron rotundamente los planes sociales. Aunque protestaron por la inflación, no se mostraron particularmente preocupados por un eventual empobrecimiento sino por la “diktadura”. Y dejaron en claro que no quieren que sus impuestos subsidien a los “vagos que no quieren trabajar”. En suma, como Chilavert, destilaron un individualismo y una clara matriz insolidaria, que rechaza que los más pobres mejoren su situación, aunque ellos mismos sean beneficiarios de otros subsidios. Al igual que los golpistas del 55, clamaron colectivamente por la libertad aunque, por el momento, la única libertad relativamente limitada es la de cambio. “No quiero que me persigan”, clamaba un ultraliberal en la barra de un boliche unos días después del cacerolazo, seguramente preocupado por la AFIP. “Quiero irme todos los años a Punta del Este”, bramaba por TV un joven poco dispuesto a observar los problemas de millones de compatriotas. “Con mi plata hago lo que quiero”, coinciden irritados los miembros de un vasto sector medio que cree en el sálvese quien pueda. Buena parte de estas ideas provienen de los sectores más concentrados de poder, permean hacia la clase media que las adopta como propias y consiguen incluso ser transmitidas hacia los más desposeídos. Pocos advierten que cuando la política vire a la derecha, volverán a ser los patos de la boda como en los ’90. Y deberán salir a cacerolear otra vez como lo hicieron en el 2001, cuando explotó el modelo neoliberal que votaron y sostuvieron hasta el suicidio. Por entonces, una consigna pareció juntarlos con los negros vagos: “Piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Pero fue un espejismo. Duró lo que una canasta de pasteles en la puerta de un colegio.

22/09/12 Tiempo Argentino

lunes, 24 de septiembre de 2012

LEY DE MEDIOS, LIBERTAD DE EXPRESION O LIBERTAD DE PRESION

Qué artículo de la Ley de Medios habla acerca del contenido que transmiten los medios audiovisuales?
La Ley de Medios, menciona a los medios gráficos?
Por qué un monopolio mediático, cuando presenta medidas cuatelares menciona "posible daño a su patrimonio? y no dice nada respecto a la liertad de expresión?
Por qué algunos políticos mencionan a la Ley de Medios como un atentado a la libertad de expresión, mientras ellos y los monopolios mediáticos se siguen expresando?
Desinvertir en gran parte de los 301 medios que posee el grupo Clarín es antidemocrático?

Los monopolios de cuaquier índole defienden los intereses de la gente o el patrimonio capitalista de sus accionistas?
La Ley de Medios fue votada en el Congreso de la Nación sin debate previo entre los diputados y senadores, mas organizaciones sociales, o es producto de un decreto presidencial?
Sólo fue votada por un partido político o varios?
La oposición a la Ley pudo expresarse o no?
La Corte Suprema puso como fecha límite el 7 de diciembre para desinvertir o fue un decreto presidencial el que lo estableció?

Las instituciones políticas, judiciales, funcionando, lo pueden hacer durante una dictadura, o son expresión genuina  de la democracia?
Democracia, no es también cuando la oposición tiene posibilidades de ganar libremente una elección, y, de no hacerlo, respeta a la mayoría gobernante, sin acusarla de nazi, dictatorial, etc.?

Los medios que sí lo hacen, no estarán legitimando actos terroristas contra un gobierno que se presume ilegítimo por su accionar violento contra los opositores?
Quien propone matar  a la presidenta no estará rozando un límite con el delito?
Y quien lo apaña desde el silencio cómplice al frente de un medio de comunicación, no es cómplice a su vez  de un posible delito contra la investidura presidencial.?

Y, los periodistas independientes de qué o quién lo son?
GB

EDUCANDO GORILAS.

GB

MOYANO ES PRO.


GB.

Eduardo Aliverti, Opinión.

Afinar la sintoníaPor Eduardo Aliverti

El paisaje político continúa dominado por los ecos de las cacerolas, como no podía ser de otra manera. A la vista y en general, desde el oficialismo se persistió en minimizar lo ocurrido. Y la oposición siguió creyendo o diciendo que aconteció un punto de inflexión.

Aun entre quienes sólo simpatizan con el kirchnerismo pero sin ahorrarse críticas, causó impresión –con toda lógica– la violencia verbal que expresaron los manifestantes. Corridos varios días, ¿por qué no hubo condena a las barbaridades vistas y escuchadas, por parte de aquellos que puedan haberse exteriorizado con espíritu democrático? ¿Hubo de esa gente? Nadie se indignó frente a cánticos y consignas repugnantes. No se destacaron reprobaciones entre los portavoces mediáticos de la oposición. Los editorialistas de la prensa, oral y escrita, simplemente se dedicaron a insistir con la solicitud de que Cristina escuche el reclamo “popular”. ¿Qué es lo que tiene que escuchar? ¿Que se vaya con Néstor? ¿Que es una chorra? Dejemos esto para dentro de unas líneas, de todos modos. Por ahora, vale que la malignidad de los emblemas recortó al oficialismo en el desprecio porque de esta forma no puede dialogarse ni pretendiéndolo. Y en efecto, así no se puede hablar. Pero también, con toda lógica, la oposición se aferró a un número de embroncados callejeros que no estaba en el cálculo ajeno ni propio. Producido el hecho, y aunque la convocatoria no pasó por figura alguna de quienes enfrentan al Gobierno, bien que solamente desde el discurso, era obvio que buscarían potenciar la magnitud del caceroleo hasta esos límites comprensibles pero injustificables.

Algunos colegas opositores puntearon que el oficialismo sí tomó nota de lo acaecido. Ahora dicen que no volvió a citarse la re-re, lo cual es veraz. Dicen que los tonos y actitudes de Cristina reflejaron la decisión de bajar un cambio. Dicen que en algo andaría si no volvió a abusar de la cadena nacional. Por algo será, dicen, que Boudou ya no aparece con esa sonrisa permanente y causante de irritación masiva. Por algo habrá sido, dicen, que a ella se la ve más simpática, menos tensa, distendida, no tan provocadora. Acerca de esto último sería atinado si se ponen de acuerdo porque, justamente, se viene de una tapa revisteril que exhibió a la Presidenta en gestualidad orgásmica por su relación con las masas. La saltan de deprimida a bipolar, de bipolar a furiosa, de furiosa a autista y del autismo a la felicidad masturbatoria. ¿Eso es todo lo que se les ocurre como cuestionamiento político? Convengamos que semejante pobreza argumentativa refleja mucho, o todo, sobre cuál es el verdadero equipaje de la oposición. ¿Creen, honestamente, que la muchedumbre caceroleante, y la gran mayoría de quienes se quedaron en sus casas pero aprobando el repudio, salió a la calle porque está inflada de cadenas nacionales, de la re-re, de que no haya conferencias de prensa, de la sonrisa de Boudou? ¿De la “inseguridad”? Este aspecto sí puede ser incluido en el pésimo humor de los manifestantes, pero se desarma al contrastarlo con el tipo de salida que propondrían y aun si dejara de considerarse que cualquier estadística demuestra que no hay un incremento del delito violento. ¿Qué significa protestar contra la inseguridad en términos de solución? ¿Salir a pura bala, matar a como venga, institucionalizar el gatillo fácil? Sí. Pero no pueden decirlo. Por fortuna o militancia, el asentamiento de la democracia le puso una raya, grande, a que se tome como natural poder vomitar cualquier afirmación de anclaje facho, so pena de exposición absurda o maloliente. Se puede en el anonimato de los llamados sueltos a las radios, en las redes sociales o en las estrofas y carteles de una manifestación cada tanto. Pero no en forma generalizada. Es por esa misma autopista que circula lo auténticamente representativo de la irritabilidad del teflón. Es el dólar, estúpido. El cepo cambiario sobresalta a las porciones acomodadas de la sociedad. Y al imaginario de clase media: por obra de factores culturales históricos, estimulados hasta el hartazgo por los medios de comunicación, se termina convencido de que la cotización o acceso a la divisa norteamericana son determinantes para sentirse libres o en prisión. Pero eso tampoco pueden manifestarlo de manera consignista, porque es vergonzante. Y el Gobierno comete el enorme error de no ajustar su alocución, y sus disposiciones, a desflecar ese espíritu convocante del dólar.

Página 12 , 24 de setiembre de 2012.