jueves, 25 de julio de 2024

 


Lluvia de inversiones

El universo productivo argentino y su potencial exportador.
Nicolás Sidicaro25/07/2024

Hola, ¿cómo estás?

Además de las inversiones vinculadas a los recursos naturales, hay otro tipo de movimientos referidos a la industria. Sin embargo, las grandes inversiones manufactureras suelen estar vinculadas a las famosas Cadenas Globales de Valor.

Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo

¿De dónde viene tu auto, tu celular, tu computadora o la pastilla que te tomaste para el resfriado invernal? Esta simple pregunta tiene una respuesta bastante compleja porque el origen de cada uno de esos bienes es evidente –en nuestro caso, casi todo proviene de Argentina–, pero si rascamos un poquito nos encontramos con una realidad diferente. A partir de la década de los ’70 la producción de mercancías comenzó un fuerte proceso de transformación que llevó la escala nacional a la internacional.

En el caso de los bienes relativamente complejos –los de la pregunta–, cada una de sus partes se produce en distintos lugares del mundo, pero confluyen en el ensamble del producto final. Precisamente, el carácter internacional de la producción es la novedad del sistema capitalista en las últimas décadas. Antes, las distintas etapas productivas solían concentrarse en mayor medida en un mismo territorio, de forma tal de reducir los costos de transporte y la dificultad de las interacciones entre las etapas.

Ahora bien, todo esto no surge de un repollo. Las empresas no decidieron de un día para el otro cambiar su forma de funcionar y deslocalizarse. Entonces, la dispersión geográfica productiva tiene tres factores principales habilitantes que permiten la reconfiguración del sistema capitalista:

  • La baja en los costos de transporte desde mediados del siglo XX, a partir de la revolución de los containers que aumentaron la capacidad transportable y evitan la necesidad de tener que bajar los productos de un barco, subirlos a un camión y después pasarlos a un tren. Con el container, solo hay que mover una cosa y los productos quedan guardados y asegurados dentro de él;
  • La revolución de las telecomunicaciones facilitó la coordinación de las diferentes etapas productivas, así como también el seguimiento de los stocks, el flujo de la distribución, el número de ventas, etc. Internet y los sistemas interconectados permiten saber cómo evoluciona la producción en cada una de las plantas;
  • La casi duplicación del tamaño del mercado laboral con la incorporación de China –con los acuerdos con EE.UU.–, la caída de la Unión Soviética y la incorporación de esos países al sistema capitalista y la liberalización de la economía de India (algún día vamos a hablar de esto). Todo esto frenó el crecimiento de los salarios del mundo occidental, ahora la oferta es mucho más amplia.

Entonces, ¿qué son las cadenas globales de valor? Es la organización de la producción de cada uno de los bienes en diferentes ubicaciones geográficas. Algunos países van a realizar el diseño, la investigación, el marketing y la ingeniería del producto, otros las piezas y unos terceros el ensamble final. Sin embargo, te imaginarás que no todas las empresas (multinacionales) pueden digitar su producción de la misma manera. En la medida en que el conocimiento técnico requerido para hacer un bien sea más complejo, y que tenga una menor capacidad de sistematizarse en una serie de operaciones estándares que puedan replicarse en muchas empresas proveedoras, la forma que adquieren las cadenas globales de valor va a ser distinta.

Mientras que, en algunos casos, la empresa multinacional compra a cualquier vendedor los insumos porque son bienes difundidos que no tienen mucha diferencia en sus calidades, en otros casos se requiere una coordinación mucho mayor entre los distintos eslabones de la cadena. En este sentido, hay algo nuevo en el sistema capitalista: relaciones de poder entre empresas. Algunas comandan qué y cómo producir algo y otras llevan adelante las etapas productivas de menor complejidad, por lo que quedan subyugadas, en algunos casos, a los designios y decisiones de las grandes firmas, ya que sus capacidades proveedoras no pueden adaptarse rápidamente a otros clientes.

Fuente: Manual de Cadenas Productivas (Daniel Schteingart) en base a Gereffi et al. (2005)

Pero, no se queda solo ahí la cuestión. La capacidad de innovar y de generar nuevos productos también queda acaparada por las empresas decisoras –en las casas matrices–, por lo que toda ganancia extra (renta) generada por la innovación va a ser apropiada por estas firmas líderes y no por todo el mundo empresarial, lo que pone en una situación de diferencia cualitativa a los distintos tipos de empresas y refuerza las desigualdades de poder entre los eslabones de la cadena. A su vez, esto lleva a una consecuente mayor diferenciación entre los países, fortaleciéndose las distancias entre quienes comandan la innovación y quienes son meros fabricantes –algo que el siglo pasado coincidía en gran medida–.

Rápidos y furiosos

Veamos el caso de la industria automotriz un poco más de cerca. En primer lugar, pensemos en las automotrices que conocemos, casi todas marcas europeas (Volkswagen, Peugeot), estadounidenses (Ford, Chevrolet) o asiáticas (Daewoo, Toyota, Honda). Pero, más allá de su origen, casi todas tienen fábricas en distintos lugares del mundo, por ejemplo en nuestro país.

Ahora bien, en Argentina se fabrican algunas autopartes –producidas principalmente por PyMEs– que luego se ensamblan con el resto de los componentes importados en las terminales automotrices. No me voy a detener en la industria nacional porque pronto se viene una entrega de eso. Pero, ¿qué crees que fabricamos nosotros? ¿Motores o parachoques?

Entonces, cada país se inserta de una manera diferente en las cadenas de valor. Como te decía antes, la ingeniería suele hacerse en las casas matrices –actividades vinculadas a servicios con mayores sueldos y capacidad de innovar–, los componentes electrónicos en los países especializados en dicha materia –-por ejemplo, los asiáticos– y la metalurgia, que suele ser más cara y difícil de transportar, cerca de las terminales que lo ensamblan. En función del lugar en el que los países se ubiquen dentro de estas cadenas, mayor o menor será la probabilidad de que surjan firmas locales capaces de digitar la industria.

¿A qué me refiero con eso? En la medida en que un país tenga fabricantes de las partes de mayor complejidad y sustanciales para los autos, será más fácil que puedan avanzar hacia otros elementos complejos o bien integrar bienes fabricados por otras firmas y países a su propia producción. Esto se debe a que ya cuentan con expertise en áreas claves, por lo que pueden subir en la cadena hacia las etapas de diseño e ingeniería. Vale aclarar que este tipo de situaciones no es recurrente y es sumamente difícil de alcanzarse, por eso la industria automotriz no tiene miles de marcas fabricantes de autos de consumo masivo. Pero, los países que lograron desarrollar nuevas marcas suelen ser aquellos que se integraron en la parte más compleja de las cadenas.

¿Cuán diversificada está la cadena? Muy diversificada. Casi ninguna de las principales marcas –ni sus desprendimientos– figuran entre los productores de autopartes más importantes del mundo. Si bien este esquema ya tiene sus años, es bastante figurativo. Destacan principalmente empresas de países que cuentan con compañías automotrices líderes a nivel internacional (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Italia y algunos más).

No termina acá la historia. Cada una de las autopartes que estás viendo tiene sus propias cadenas de producción, en algunos casos globales también. En otros más locales. Es decir, para la construcción de un auto intervienen una multiplicidad de países especializados en cada uno de los componentes.

Y ¿dónde entra el tema del poder de las firmas? Cada una de las empresas automotrices tiene sus proveedores particulares porque necesitan asegurarse la calidad de los productos utilizados, de forma tal de reducir al mínimo los desperfectos. En definitiva, la reputación que está en juego es de las marcas de autos, nadie va a fijarse quién hizo los frenos.

Por eso mismo, también es sumamente difícil integrarse en estas cadenas. No se trata únicamente de tener el capital y las capacidades para fabricar una pieza en particular para los automóviles, sino poder certificar que esa calidad es del nivel pedido por la terminal y que además tienen la capacidad de proveer la suficiente cantidad de bienes para que no se trabe la producción por falta de suministros.

Sin cadenas sobre los pies

Este panorama de globalización de las mercaderías y de los bienes intermedios nos deja bastante patas para arriba a la hora de pensar las posibilidades que tiene nuestro país para convertirse en un productor industrial de relevancia a nivel internacional, algo de lo que ya hablamos en su momento con Lucas Terranova, en la entrega de desindustrialización.

Sin embargo, hay algunas luces en el horizonte que nos permiten no darnos por vencidos aún. El conflicto entre Rusia y Ucrania, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los problemas en el transporte de mercancías a nivel internacional por bloqueos en los canales de Suez y Panamá, y las políticas sanitarias del Covid-19 pusieron en alerta a las grandes firmas sobre los riesgos de las cadenas globales de valor. Si te interesan estos temas, te recomiendo que sigas #MundoPropio de Juan Manuel Karg y Dacil Lanza, donde estas cuestiones vuelven a aparecer cada tanto.

En particular, la falta de estrategias para diversificar el riesgo geopolítico y del transporte –dado que hubo largos años donde el conflicto geopolítico estuvo centrado en Medio Oriente, con pocos efectos en el comercio– llevaron a una situación crítica a algunas firmas ante las medidas de Donald Trump frente a China y posteriormente por las trabas en el comercio.

Dentro de quienes diversificaron sus inversiones, se encuentra Cenital, que cada vez tiene más columnistas, más newsletters y más productos en el flamante canal audiovisual C+ de YouTube y el especial Quiero plata fácil que te recomiendo su lectura con énfasis. Todo eso fue posible gracias a los suscriptores como vos, y si no estás suscripto podés sumarte a los Mejores Amigos de Cenital cuando quieras.

¿Qué empezó a suceder? Si bien por el momento, el alcance es escaso, dos palabras se volvieron comunes al hablar de cadenas de valor: reshoring y nearshoring. Básicamente, estos dos conceptos remiten a la necesidad de volver a traer a las fábricas a los lugares de nacimiento –en el caso de los sectores estratégicos, como parte de la electrónica, los minerales críticos y los fabricantes de bienes para hacer frente al cambio climático– y a los mercados de destino, en el caso de los bienes más difundidos.

Sin embargo, estas estrategias requieren una enorme inversión por parte de las firmas, ya que se trata de relocalizar nuevamente sus fábricas, encontrar nuevos proveedores, capacitar personal, entre otras cuestiones. Lo cual lleva a que los estados nacionales estimulen e incentiven su relocalización, en los casos que consideren relevante, a través de subsidios o reducciones impositivas. En el caso de nuestra región, las estrategias que puedan tener las empresas para acercarse a los mercados (nearshoring) están sumamente condicionadas a la capacidad de penetrar el mercado brasileño, que por su tamaño permite una escala productiva relevante. Por lo tanto, para Argentina significa un doble desafío: que se vuelvan a localizar las empresas en otros países y que al llegar a la región no lo hagan exclusivamente en Brasil.

En caso de que te interese el tema, te recomiendo mucho este documento de Gabriel Ríos del CEPXXI sobre los movimientos de las firmas ante el nuevo contexto internacional.

Bonus Track

  • La Cumbre del Mercosur pasó de largo en la agenda mediática del país, un poco más preocupado por las andanzas del presidente. En esta nota de Nueva Sociedad, Julieta Zelicovich repone la cuestión con un excelente balance;
  • Hace unas semanas se firmó un acuerdo entre PanAmerican Energy y Golar -empresa noruega- para traer un buque licuefactor, que va a permitir la exportación de GNL. Se estiman exportaciones por mil millones de dólares una vez que esté operativo. Te dejo estas dos notas: sobre el acuerdo y sobre estos buques;
  • La semana pasada Fundar publicó un portal que reúne un montón de datos sobre distintos temas y narrativas asociadas a los datos: Argendata. Te recomiendo todas las entradas, son muy interesantes, y en particular la de Servicios Basados en Conocimiento en la que tuve el gusto de participar.
  • Me gustó mucho la precuela de La Profecía: La primera Profecía sobre las precondiciones para que nazca el anticristo. Está muy bien ambientada, la historia es buena y no tiene sustos boludos.

Nico

MIRADA AL SUR