miércoles, 17 de julio de 2024
Che España....mirá que distintos somos....
LA FRANCIA DEMOCRATICA
Hiyab. Amnistía Internacional cuestionó a Francia por prohibir el uso del hiyab a las deportistas. En un comunicado, denuncian que la medida infringe los derechos humanos y “evidencia la discriminación racista y de género del deporte francés”. Según un estudio de la organización, Francia es el único país de Europa que prohibió el uso de hiyab. Recordemos que el país galo recibirá los Juegos Olímpicos, que se van a inaugurar el 26 de este mes.
MALVINAS /4
CAPITULO IV
Las Invasiones inglesas
(1806-1807).[1]
Contexto
internacional.
“Quien
manda en el mar, manda en el comercio del mundo, manda en las riquezas del
mundo, y consecuentemente en el mundo mismo.” Walter Raleigh, 1618.
Esa frase del parlamentario, comerciante y
corsario británico, no es más que una foto de época, en la cual este Imperio
disputa con el francés, español y los Países Bajos, el control planetario de
recursos materiales y de seres humanos. Un siglo más tarde de estas palabras,
Francia e Inglaterra se disputarán más precisamente hasta 1815 (año en que es
derrotado el Imperio napoleónico) primero la hegemonía europea y desde allí
consolidar y/o expandir sus dominios alrededor del mundo. La ventaja inglesa
era la creación entre los años 1696 y 1713, del Banco de Inglaterra, la
Cámara de Comercio, la Compañía de Indias y la Compañía de los Mares del Sur.
Este entramado económico-financiero-comercial,
asentado sobre el contrabando de mercancías, los corsarios (piratas) que
robaban cargamentos de oro y plata a galeones pertenecientes a otros países, la
trata de esclavos/as desde Africa, garantizaba el poderío en esos rubros a
nivel mundial, más allá de lo que sucediera en el campo bélico terrestre y/o
marítimo. De todos modos, en el año 1805, la batalla de Trafalgar,
frente al puerto de Cádiz, terminó con la denominada Armada Invencible
española, dando definitiva supremacía en los mares y océanos del mundo a
Inglaterra. Y, la batalla de Waterloo, en el año 1815, tampoco dejó
dudas, tras el triunfo sobre Napoleón Bonaparte, de quién era…
El Imperio Mundial.
El Río de la Plata.
“La llave de Sudamérica”.
El lugar
que ocupábamos en este ajedrez económico y geopolítico para Inglaterra estaba
íntimamente relacionado con la decadencia del Imperio español en todas sus
colonias hispanoamericanas; la natural entrada del estuario del Plata a
Sudamérica y su conexión con los ríos Paraná y Uruguay que bañan el territorio de
Argentina, Uruguay, Paraguay y comunican al norte de nuestro Litoral con
Bolivia y Perú, y a través de los ríos Pilcomayo, Amazonas y Orinoco, a Venezuela
y Colombia. Una “organizada” vía natural fluvial, de ingreso de manufacturas
británicas y egreso de materias primas y alimentos de todos estos países para
el imperio, y sumar a cientos de miles de habitantes sudamericanos al consumo
de las producciones industriales inglesas. Sumado a ello, el control de los
puertos de Montevideo y Buenos Aires, para las incursiones terrestres hacia el
sur del Brasil (entonces colonia portuguesa, aliada a los ingleses) y de este a
oeste, llegar a la zona de Cuyo y de allí a Chile y Perú, conectando las
colonias británicas del Océano Indico con el Pacífico y Sudamérica. Este
proyecto se comenzó a debatir en Inglaterra desde los inicios del Siglo XVIII.
A partir el año 1805 se comenzó a trazar
la que se conocería como la Primera Invasión inglesa. Al desalojar
a los holandeses (aliados de los españoles) de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; desde
allí el comodoro Home Riggs Popham navegaría hacia el Río de la Plata, para
conquistarnos como un primer anclaje comercial imperial y también como parte de
un plan estratégico que nos aislaría del resto de las regiones en manos
españolas. Vale aclarar que el Almirantazgo le recomendó a H. R. Popham,
recorrer las costas del Brasil y de Buenos Aires, pero sin desembarcar. Sin
embargo, el comodoro se convenció por espías propios que Buenos Aires sería
presa fácil y decide por su cuenta la invasión. Finalmente desembarcaría con su
ejército el 25 de junio de 1806 en las playas de Quilmes.
El general William Carr Bresford, es
designado como vicegobernador de Buenos Aires y gobernará por cuarenta y seis
días. Inicialmente, tras el retiro a Córdoba del virrey marqués de Sobremonte
para proteger los caudales de la corona española, los referentes comerciales, y
muchos de los vecinos acatan a su nuevo rey, Jorge III. Sin embargo, el libre
comercio establecido por las fuerzas de ocupación perjudicaba a los comerciantes
españoles que controlaban el monopolio de mercaderías con la metrópoli.
Precisamente, con el nuevo Reglamento de
Comercio de dieciséis artículos, el flamante vicegobernador dejó claramente
establecido cómo serían de ahí en más los aranceles de los productos exportados
e importados, que beneficiaban obviamente a las mercaderías británicas y a sus
consumidores en el Reino Unido. A partir de estas medidas económicas, y el
accionar militante contra los invasores de Manuel Belgrano, Martín de Alzaga,
Juan M. de Pueyrredón y Santiago de Liniers entre otros, se organizó la
resistencia y la reconquista. El día 4 de agosto Santiago de
Liniers se posiciona en los Corrales de Miserere e intima la rendición de
W. C. Beresford. Al no aceptarla comienza el avance patriota que le permite
tomar el arsenal una semana más tarde. El conjunto de la sociedad porteña se
suma a la rebelión y el 12 de agosto las tropas del Regimiento Highlander 71,
desfila derrotada ante los criollos. El héroe, líder de la Reconquista
reemplaza al virrey de Sobremonte, al tiempo que se había conformado un pueblo
en armas.
La Segunda Invasión Inglesa.
A inicios
del año 1807, las tropas inglesas (alrededor de 6.500), bajo el mando del mayor
general Samuel Auchmuty ya estaban en las costas del Maldonado. La presión
mediática (tal como ocurre en la actualidad) de los diarios londinenses, quienes
definieron a Buenos Aires como “el granero de Sudamérica” y “parte integrante
del Imperio británico”, aportó lo suyo para acelerar los planes de esta nueva
invasión.
El general John Whitelocke reunió en
total 12.500 hombres; tomó primero Montevideo, donde dejó una guarnición
importante antes de avanzar con 9.000 efectivos hacia Buenos Aires. En esta
oportunidad, tras desembarcar nuevamente en la localidad de Quilmes el 1° de
julio, avanzó hacia Miserere donde derrotó la resistencia criolla.
Martín de Alzaga dispuso entonces,
concentrarse en el Fuerte, con milicias populares ya formadas tras la Primera
Invasión. Buenos Aires tenía casi 10.000 de sus 40.000 habitantes integrando
Regimientos militares. El más importante con casi 2.000 integrantes era del de Patricios,
liderado por Cornelio Saavedra, un criollo comerciante nacido en Potosí
(la actúa Bolivia), que además era un líder popular nato; esta milicia se había
organizado con pobladores de los márgenes de la aldea bonaerense y sus
suboficiales y oficiales eran elegidos mediante asambleas de los soldados.
Nuevamente el accionar del Pueblo en su
conjunto, desde las azoteas, las callejuelas, las Iglesias, casa por casa;
españoles/as, criollos/as, las etnias todas que conformaban la sociedad
virreinal (un capítulo aparte merecerán los pueblos originarios), fueron los protagonistas
que tomaron conciencia además, de la posibilidad cierta de comenzar a decidir
sus destinos a corto plazo. Prácticamente en un día, de 6 al 7 de julio se produjo
la segunda derrota de uno de los Imperios más poderosos del mundo.[2]
Ahora sí, esperarían casi treinta años en intentar nuevas incursiones en el Río
de la Plata y en el Atlántico Sur, con distinta suerte.
[1] Según el historiador Leonardo Catagnino, se produjeron doce invasiones
inglesas a lo largo de nuestra historia, a saber: en el SXVIII: año 1763, Colonia de Sacramento, 1765 y 1769, el
archipiélago malvinense, y 1788: la isla de los Estados, las ya conocidas (y
analizadas en este trabajo) de 1806-07, 1833 y 1845. En los años 1908 y 1917,
mediante cartas patentes de pesca, se arrogó la incursión en aguas
continentales y Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur, aduciendo que, inclusive
la Patagonia le pertenecían. En el año 1970, la empresa Deltec Internacional
(de capitales ingleses) y King Ranch (norteamericana) se unieron y conformaron
Deltec Panamericana, para adquirir 35 mil hectáreas en la provincia de Santa
Fe. Monopolizaron así la exploración de ganado vacuno, en su crianza,
procesamiento, embarques y traslado a bajo costo para el mercado inglés. Entre
Uruguay, Brasil y nuestro país sumaron1.400.000km cuadrados y 140 millones de cabezas
de ganado. Y finalmente, el tema que nos convoca: la usurpación en el año 1982
hasta el día de hoy de nuestras Islas Malvinas. En http://www.lagazeta.com.ar/. Leonardo Castagnino. Las invasiones inglesas. Ultima vez
consultado 2 de agosto de 2022.
[2] Vale destacar la
aparición de liderazgos políticos y militares que a lo largo de décadas
participarían no solamente de las guerras de independencia (1810-1825)
Sudamericanas, sino también en las civiles de nuestro territorio. Manuel
Belgrano, Bernardino Rivadavia, Juan M. de Rosas, Facundo Quiroga, Cornelio
Saavedra, José G. de Artigas, Estanislao López, Manel Moreno, Martín M. de
Güemes, Macacha Güemes, Juana Azurduy, Juan R. Balcarce, Gregorio Las Heras,
Juan M. de Pueyrredón, Mariano J. Escalada., José M. Paz, Juan G. Lavalle, entre
tantos otros.
CONTINUA....
LIBERARIOS DE GENOCIDAS/CENITAL.COM
Astiz. La agrupación H.I.J.O.S. denunció que un grupo de al menos cinco diputados libertarios visitó la semana pasada a Alfredo Astiz y otros represores condenados en el penal de Ezeiza. La información fue revelada por La Política Online. La visita fue coordinada por el legislador entrerriano Beltrán Benedit, quien acusó a los jueces que dictaron las sentencias en los juicios de lesa humanidad de fallar “en función de la venganza, la ideología y el negocio”. Habrían participado del encuentro los diputados Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo.