Tras la derrota de Juan M. de Rosas en el año 1852 el lugar que ocupaba su residencia en la zona de los lagos de Palermo, fue demolida por orden de lxs unitarixs vencedores en la batalla de Casero, en alianza con el Imperio de Brasil, el traidor J. J. de Urquiza, y mercenarixs pagos por ese Imperio (con Gran Bretaña sosteniendo esta política de intromisión en la Argentina), provenientes de Alemania e Italia lideradxs por Giusseppe Garibaldi.
Este jefe de esa banda de asesinxs pagos, mereció una estatua (frente al ex zoológico de la CABA), casualmente donde se iniciaban las tierras de Rosas en aquella época.
Sobre lo que fuera la vivienda del jefe federal, hoy pasa la avenida de nombre D. F. Sarmiento.
El escritor del "Facundo", la primer novela militante de la historia literaria argentina, contra lxs caudillxs federales y sus seguidores. También presidente de la nación, asesino de miles de gauchos indefensos y continuador de la guerra genocida contra el pueblo del Paraguay, iniciada por B. Mitre, a instancia de Gran Bretaña y una vez mas aliados al Brasil.
En el año 1955, tras el derrocamiento del gobierno electo democráticamente de Juan D. Perón, fue demolida la casa donde vivieran él junto a Eva, su esposa, para que no quedaran rastros de sus pertenencias, ni obviamente del lugar donde pasaron parte de su vida, Juan y Eva.
Sobre lo que fuera el Palacio Alzaga Unzué, hoy se levanta la Biblioteca Nacional.
El marido de la ex modelo "Pampita", hoy legislador de CABA, el día que Eva Perón, 31 de agosto de 1951, dirigiera un mensaje al pueblo argentino renunciando a su candidatura a vice presidenta de la nación, para las elecciones del año siguiente, acompañando a su esposo el general Perón, propuso demoler el edificio de Obras Públicas, donde una semana antes, aquél año de 1951, Evita le habló a 2 millones de argentinxs que le rogaban fuera candidata.
Un lugar histórico, si dudas, que hoy además de ser sede de dos ministerios, Salud y Desarrollo Social, contiene dos imágenes de Evita, diseñadas por al artista plástico Daniel Santoro. Una mira hacia el sur, cabello suelto, sonriente, mirada jóven, bondadosa. Es el sur del conurbano bonaerense, una de las cunas del peronismo.
La otra, un perfil enérgico, rodete, gesto de mujer enojada y gritando, seguramente contra la oligarquía vendepatria. Mira hacia el norte opulento.
García Moritain, el esposo en cuestión, siguiendo la línea de Sarmiento y la Revolución cívico-militar, golpista de 1955, propone demoler íconos de la historia nacional.
Borra la memoria, y sus lugares.
Como si con eso alcanzar para que el Pueblo olvide.
Y anoche, intentaron asesinar a la vicepresidenta C. F. de Kirchner.
Intentaron demoler la democracia.
El odio de periodistas militantes de Juntos por el Cambio, como Feinmann, quien hace pocos días afirmó en La Nación +, y deseó sonriente, "que lindo sería verla a la vicepresindenta vestida con un mono de color naranja, en la cárcel Néstor Kirchner".
O la obsesión, cuasi misógina de lxs militantes neoliberales como Leuco padre, Majul y Wiñasky que pronuncian Cristina cada 5 segundos, acusándola de corrupta, ladrona, y de una maldad inconcebible.
O cuando Lanatta hace unos años llamó públicamente (en un hecho deleznable) a escrachar al mejor estilo nazi a hijxs pequeñxs de jueces, en sus colegios, porque su padres no tomaban medidas condenatorias, que él consideraba imparciales, contra el peronismo. "Al menos que les pase algo" (cito de memoria) imploró este instigador a la violencia.
Y mas atrás en el tiempo la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, junto a la dirigenta de Juntos por el Cambio, Lilita Carrió, definieron y dijeron que "la Hitler judgen" (La Cámpora) "estaba armada".
"Chorrxs, corruptxs, asesinxs del fiscal Nismann", vagxs, con cuentas en el exterior, contenedores llenos de dólares, dólares escondidos en las paredes de sus casas" etc. etc.
Fueron demoliendo la razón de millones de argentinxs y preparándolos para hechos como el de anoche.
"LOS K", y por extensión todo el peronismo merecen según sus ópticas, demoliciones.
Como la vivienda del caudillo federal Juan M. de Rosas en pleno SXIX.
O la de Juan y Eva.
O sus personas mismas.
O como con Cristina.
SIN MEMORIA NO HAY IDENTIDAD, SIN MEMORIA NO HAY HISTORIA NO SOMOS.
Los ELLOS son el eje del Mal.
GB