martes, 1 de marzo de 2022

 

Cenital

MUNDO PROPIO

Juan Elman
La gente vota
Una vuelta a un mundo en desorden. Miradas, voces y lecturas para entender dónde estamos parados.
28/02/2022

Buen día,

Desde sus inicios, allá por mediados de 2019, este newsletter ha contado golpes de estado, un par de estallidos sociales, una pandemia, los efectos de una pandemia, elecciones sorpresivas y guerras. Nos acostumbramos a tener el volumen alto. Muchas veces nos preguntamos –también jodimos– si estas explosiones rutinarias, esta sensación de que todo se va a la mierda, no estaba de alguna manera conectado, no formaba parte del cuadro de la nueva normalidad. Y la respuesta llegaría sola, en cuerpo de otra explosión. Hoy toca contar otra guerra, esta vez en Europa. Una que quizás la cambie para siempre. 

Empecemos. 

Esto es lo que sabemos

  • La guerra entra en su quinto día, luego de que el jueves Vladimir Putin anunciara una intervención militar en Ucrania a partir de tres frentes: por el norte desde Bielorrusia; el este a través del Donbás, la región donde había reconocido la independencia de dos repúblicas separatistas el lunes; y en el sur desde la península de Crimea, que controla desde 2014, el anterior capítulo militar de esta saga.
  • La campaña de Rusia empezó de manera áerea, con bombardeos en casi toda la extensión del territorio ucraniana, pero se fue haciendo más terrestre con el correr de los días. Rusia se hizo con el control de ciudades en el perímetro de los tres frentes mencionados y movilizó tropas hacia la capital del país. El foco del enfrentamiento con el ejército ucraniano hoy está localizado en las dos ciudades más grandes: Kiev, la capital, y Járkov. La estratégica ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste del país, también estaría bajo ataque.
  • Si bien sus capacidades son significativamente menores, el ejército ucraniano ha logrado mantener el control de la capital. Eso, para algunos analistas, mayormente occidentales, señala una “resistencia inesperada” por parte de Ucrania. El tiempo, sin embargo, juega a favor de Rusia, que todavía no desplegó la totalidad de las fuerzas destinadas a la invasión, que el Kremlin llama “operación militar especial”. 
  • Después de algunas idas y vueltas, funcionarios de Ucrania y Rusia comenzaron negociaciones en Bielorrusia.
  • Tanto Estados Unidos como el resto de la OTAN condenaron el ataque ruso, pero reiteraron su negativa a participar de un conflicto armado. Además de entregar armamento a Ucrania (de manera sorpresiva en el caso de la Unión Europea), la respuesta de Occidente, coordinada por el G7, se dio en el plano económico: luego de un primer paquete de sanciones a bancos e individuos rusos, hubo un acuerdo para desconectar parcialmente a Rusia del SWIFT, el sistema internacional de pagos. Las sanciones también alcanzan al Banco Central ruso, poniendo en peligro el robusto colchón de reservas que tiene el Kremlin. Su moneda se desplomó esta mañana.
  • Ucrania reporta 352 muertos y asegura que las bajas en las tropas rusas alcanzan las 4.300. Las cifras no fueron confirmadas por el Kremlin ni verificadas por los principales medios en terreno. Según Naciones Unidas, ya hay más de 500.000 desplazados, y la cifra podría llegar a los cuatros millones. Los hombres ucranianos que tienen entre 18 y 60 años no tienen permitido salir: pueden ser llamados a la guerra.
  • La amenaza está escalando. Putin puso a las fuerzas de disuasión nuclear en alerta. Las justificó como una respuesta a los anuncios de Occidente. Bielorrusia aprobó un referéndum que revoca su estatus no nuclear y según Estados Unidos va a enviar soldados al conflicto. 

Lo que no sabemos

Sumado a las urgentes qué va a pasar cuánto va a durar, podemos separar tres preguntas. La primera es qué busca Putin. La segunda es sobre cómo la OTAN se va a involucrar en el conflicto. La tercera es cuáles van a ser las consecuencias de la invasión para el mundo, pero sobre todo para Europa.

Son preguntas imposibles de responder por el momento, porque dependen del desarrollo del conflicto. Propongo acercarnos con algunas claves que fuimos publicando en Cenital, que ayudan a entender cómo se llegó a este punto, y agregar unas propias.

  1. Rusia

En este artículo que publicamos el sábado, la historiadora y traductora de ruso Noelia Perez Rivaben analiza las motivaciones citadas por el Kremlin en el anuncio de la invasión: “ayudar a los ciudadanos del Donbás, defender a Rusia de la OTAN, y desmilitarizar y desnazificar Ucrania”. Para Noelia, en su avance sobre el territorio ucraniano Putin combina razones geopolíticas con decisiones simbólicas. El foco en Kiev, el origen del primer estado eslavo-oriental; la conquista de Odessa, una ciudad que junto al control de Crimea le asegura un dominio total sobre el Mar Negro; y la toma de la central nuclear de Chernóbil, símbolo del declive de la Unión Soviética, así lo demuestran. El cuadro se completa con el cambio de gobierno –que el Kremlin considera ilegítimo– y la llegada de uno más afín a los intereses rusos.

Putin se aferró a una visión particular de la historia ucraniana. Afirmó que la nación fue un invento de los bolcheviques rusos (esto, sumado a la gestión del espacio sovietico en el marco de la disolución de la Unión en los 90, fue para Putin uno de los más grandes errores del Partido). Repitió también lo que ya había escrito en un extenso ensayo el año pasado: que el pueblo ruso y el ucraniano son uno, y comparten la misma historia, cultura y “espacio espiritual”. Por último, Putin describió al gobierno como un grupo cooptado por “neonazis” y nacionalistas que además de alejar al país de sus presuntas raíces amenaza a la población de origen ruso, de fuerte presencia en el este del país. Si tomamos por válida esta interpretación, las razones para intervenir son más que suficientes.

Por suerte podemos recurrir al Instagram Live que hicimos el miércoles con el periodista Ignacio Hutin, que sigue el conflicto desde hace años. Hutin nos explicó que Ucrania siempre tuvo una identidad nacional propia, separada de la rusa, localizada principalmente en el oeste del país y más orientada hacia Europa. Nos contó también que la presencia de grupos neonazis en los frentes nacionalistas es visible y tiene un capítulo particular en la Segunda Guerra Mundial, donde hubo sectores alineados a Alemania, pero no representan a la mayoría de los ciudadanos de esa región o a los que buscan un acercamiento a la Unión Europea, para el caso. Y nos habló de la vida cotidiana en la región del Donbás, envuelta en una guerra entre separatistas apoyados por Rusia –ahora formalmente reconocidos– y el ejército ucraniano desde 2014, con más de 14.000 muertos. 

Además de las motivaciones citadas por el Kremlin, con su posterior escrutinio en los hechos, se pueden agregar otras lecturas complementarias. Laura Carpineta pone el foco en movimientos recientes de la política ucraniana, con cada vez menos espacio para los jugadores pro-rusos. Hay, sin embargo, otras consideraciones acerca del rol de Putin en la crisis, su liderazgo y su futuro a partir de esta decisión trascendental. Si apartamos por un momento las consideraciones morales –de poca utilidad para la comprensión–, puede servirnos de algo para pensar lo que viene.  

La inquietud acerca de una presunta radicalización del líder ruso, dominado por una suerte de resaca imperial, circuló en varios análisis occidentales. Hace un par de semanas, Gideon Rachman, el prestigioso columnista del Financial Times, aseguraba que la respuesta a si iba a haber invasión o no dependía de qué versión se tenía de Putin: si la de un frío calculador estratégico o la de un líder nacionalista más impulsivo. Rachman creía que el peso de los veinte años de Putin en el poder, sumado a la pandemia, habían convertido al ruso en un líder más paranoico e insensato, más volcado a las lecturas –y producciones– sobre la historia y el legado imperial ruso, que a la disposición a negociar con Occidente. Y que por tanto la posibilidad de una acción radical no podía descartarse. 

Ariel Gonzalez Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la UCA y especialista en la región de Eurasia, descarta la lectura esquizofrénica. “No hay dos Putin. Hay uno que ha utilizado varias estrategias en esta crisis, y ahora se decantó por una decisión que por el grado de movilización parece haber sido tomada hace varios meses”, me dijo. “Putin busca neutralizar a Ucrania, y a partir de eso generar nuevas reglas en el espacio europeo. En principio sería impedir la incorporación a instituciones euroatlánticas –la OTAN y la Unión Europea–, pero no sabemos si está buscando convertir a Ucrania en un Estado vasallo. O si busca dividirlo más. Dudo que si Rusia termina de conquistar el sur, que tiene salida al Mar Negro, lo vaya a devolver”.

Respecto al futuro de su liderazgo, hay dos frentes que me parecen importantes. 

El primero es interno. Y es sobre los costos de la guerra. Si bien se ya registraron protestas dentro del país –con más de 3.000 manifestantes detenidos según organizaciones locales–, las encuestas por ahora no muestran una mayoría en contra de la invasión: CNN afirma que hay más rusos dispuestos a usar la opción militar contra el ingreso de Ucrania a la OTAN que en contra; el centro Levada registró una subida al apoyo de Putin la semana pasada. Pero las actitudes pueden cambiar según cómo se desarrolle la operación militar, cuya duración es incierta. Hoy es imposible saber qué va a pasar en Ucrania. Pero aún si Rusia logra una suerte de victoria, no es descabellado pensar en un escenario donde haya focos insurgentes compuestos por grupos nacionalistas –y armados por Occidente– negados a aceptar un nuevo status quo. Los gastos del despliegue militar, sumado al daño que van a infligir las sanciones occidentales en una economía que ya se encuentra en crisis, pueden potenciar el descontento social. Acá Putin puede aprender de las campañas militares de Estados Unidos. O puede escuchar a Charly Garcia: “la entrada es gratis, la salida…vemos”.

El segundo frente es Europa. Esto supone preguntarse por los límites de la operación de Putin. Gonzalez Levaggi, por ejemplo, duda si el Kremlin se va a limitar a Ucrania o va a intentar algún tipo de maniobra –ya sea preventiva u ofensiva– sobre el resto del espacio pos-sovietico (Putin ya amenazó a Suecia y Finlandia respecto a su adhesión a la OTAN). El vínculo con el resto de la alianza, por otro lado, se proyecta mucho más tenso a partir de ahora.

Hacia allá tenemos que ir. Pero antes, una cosa más a tener en cuenta del lado ruso: todavía no vimos todo. “Rusia todavía tiene la alternativa, si la resistencia es buena, de virar hacia un ataque aéreo más fuerte, como hizo en Siria, para quebrar definitivamente al ejército ucraniano. Por ahora ha seguido una campaña aérea de precisión, más al estilo occidental, en parte por los costos en su imagen internacional que tendría la otra estrategia. Pero eso puede cambiar”, me explicó Juan Battaleme, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires y especialista en cuestiones militares.

Pero esta historia tiene otro protagonista.

  1. La OTAN (y Estados Unidos)

En el segundo artículo que publicamos, Bernabé Malacalza se pregunta por el rol de la OTAN en esta historia. Y como no lo dice explícitamente, la cita corre a cargo de Mundo Propio: es imposible entender el desarrollo de los acontecimientos –y por tanto, las motivaciones de Putin– sin prestar atención a la expansión de la alianza militar hacia el Este. 

Bernabé relata tres puntos de quiebre. El primero es en 1990, cuando James Baker, secretario de Estado norteamericano, le promete a Mijaíl Gorbachov que la alianza no se va a expandir hacia el Este, una promesa que queda rota a fines de la década, cuando la OTAN comienza a incorporar países del espacio post-sovietico. El segundo es en 1999, con la intervención de la alianza en Kosovo. El tercer episodio es el que se está desarrollando ahora, luego de que Rusia exigiera que la OTAN abandonara el compromiso que hizo en 2008 respecto a la incorporación de Ucrania y Georgia (escenario que, como hemos contado acá, estaba lejos de producirse en un futuro cercano). Y luego de dos manifestaciones previas: una invasión exitosa a Georgia en 2008 y una anexión, también exitosa, a Crimea en 2014. 

“Es muy sencillo –dijo Juan Gabriel Tokatlian en una entrevista con María O'Donnell–. Ninguna gran potencia quiere en su vecindario un actor hostil”. Y cita un ejemplo: la crisis de los misiles en Cuba, en 1962, cuando Estados Unidos se rebeló contra la decisión de la entonces Unión Soviética de armar a la isla. 

Pero la expansión al este cuenta una historia más grande.

Lo dice Stephen Walt en un texto escrito un día antes de la invasión, por lo demás una brillante clase de argumentación. El origen del problema en el que se metió Estados Unidos reside en su incapacidad para reconocer los límites de su poder y plantearse objetivos realistas. Si la línea te suena, quizás es porque Joe Biden la repitió hasta el hartazgo cuando justificó la retirada norteamericana en Afganistán (ya vamos a llegar acá). Para Walt, Washington creyó que podía expandir la OTAN hacia el este sin enfrentar una reacción de Moscú y sin generar, por ejemplo, que Rusia decidiera acercarse a China. Según este argumento, era evidente que lo que Rusia veía como una provocación –y, por qué no, una humillación– iba a traer consecuencias no deseadas. 

Algo tienen en común la expansión al este de la OTAN y la intervención estadounidense en Afganistán: son postales de un mundo unipolar, donde el muro había caído, y Estados Unidos no era solo la potencia más picante del condado, sino la única. Algo tienen en común, entonces, la retirada de Afganistán con este escenario. Estados Unidos debe lidiar con los límites de su poder y la llegada de un nuevo contexto global, donde ese poder es menor, se encuentra fragmentado, se comparte. Y no es solo que la debilidad se huela. Hace tiempo que Estados Unidos –y esta es una de las pocas agendas bipartidistas– viene diciendo que su atención y recursos militares van a estar cada vez más destinados al Asia Pacifico, el teatro de la confrontación con China, en detrimento de regiones como Europa o Medio Oriente. 

Y acá estaba para Walt el callejón sin salida. Rusia había demostrado que Ucrania era un escenario de alta prioridad y por el cual estaba dispuesto a usar la fuerza. Estados Unidos, en cambio, había demostrado que ese territorio no era una prioridad y había aclarado que no se iba a involucrar militarmente. Al mismo tiempo, no estaba dispuesto a acceder a una concesión diplomática como la que pedía Rusia respecto a la OTAN, lo que Walt define como una incapacidad para “empatizar” con las preocupaciones de Moscú (con el diario del lunes, y aunque sea contrafáctico, vale preguntarse si una concesión iba a frenar la invasión o ya era demasiado tarde). Visto de esta perspectiva, el desenlace no es descabellado. Paradójicamente, Estados Unidos lo predijo a la perfección. Le avisó a Ucrania que se prepare porque el lobo iba a llegar, mientras avisaba que no lo iba a enfrentar. Y el lobo llegó. 

Dos apuntes más. El primero supone repetir lo que dijimos en el correo de Afganistán: el repliegue de Estados Unidos, que busca salir de Europa, no es solo hacia el Asia Pacífico. Es también hacia dentro. Estos días nos dejaron dos buenos ejemplos. En su primera respuesta a la agresión rusa, Biden destinó buena parte de su discurso a tranquilizar a los ciudadanos estadounidenses, a los americans taxpayers, de que los precios de los combustibles no van a subir y que Estados Unidos no va a ser arrastrada a una –a otra– guerra. Por otro lado, la reacción de Trump a la invasión rusa fue elocuente: “Putin es un genio”, dijo. Unos días después anunció que va a ser candidato en 2024.

Lo segundo nos lleva a las consecuencias del lado europeo respecto a un vínculo más tenso con Rusia. Acá se empiezan a vislumbrar las sombras de la avanzada de Putin, que pedía por una menor presencia de la OTAN en sus fronteras. La alianza seguramente se vea reactivada. Putin posiblemente logre lo que ni Trump ni Biden pudieron: que los europeos comiencen a gastar más en defensa (el anuncio de Alemania de que va a honrar el compromiso de destinar el 2% de su PBI a ese área es bastante simbólico). Seguramente contribuya también a elevar el perfil de actores como Polonia o Hungría. Pero todavía hay discusiones donde es temprano para especular, porque no sabemos cómo va a terminar esto. Por ejemplo, los refugiados ucranianss. O la dependencia respecto al gas ruso –cuyo valor ha subido– y cuya compra Europa por ahora no ha detenido, si bien deberá reemplazarlo a mediano y largo plazo. 

El interrogante más grande, sin embargo, es si Estados Unidos y el resto de la OTAN mantendrán su posición de no involucrarse militarmente en el conflicto, más allá de suministrar armamento (cada vez más pesado). Eso cambiaría casi todo lo que dijimos hasta acá. Putin confía en que su armamento nuclear –al cual aludió tácitamente en su amenaza a Occidente– sea suficiente para mantenerlo alejado. Pero la guerra es improlija por naturaleza. Además de impredecible.

  1. Oh, mundo

El último texto es de Federico Merke, que se toma el trabajo de mirar la cosa desde arriba. Su primera conclusión es que el orden de seguridad europeo que emergió tras la guerra fría se encuentra en una crisis profunda (alguien más arrebatado, pongamos, un periodista que escribe sobre cosas que lo desbordan, diría “agotado”). Dice Federico:

Ese orden se construyó sobre dos expectativas fundamentales: (1) que la expansión de la prosperidad y la expansión de la seguridad irían de la mano a través de la ampliación de la Unión Europea y la OTAN y (2) que la interdependencia económica y comercial con Rusia (especialmente de Alemania) generaría incentivos para establecer vínculos estables, pacíficos y predecibles con Moscú. Nadie era inocente. Los conflictos entre Bruselas y Moscú, claro, aparecerían. Pero el costo del conflicto armado sería muy elevado como para tomarlo seriamente.

Este equilibrio entre prosperidad y seguridad se fue disolviendo de a poco cuando Putin percibió que no se estaba quedando ni con manteca ni con cañones, y comenzó a desarrollar una política exterior de carácter más ofensivo.

Esta crisis descansa sobre otra mayor: la de todo el orden liberal de la posguerra. Federico se pregunta por el rol de China, cuyo ascenso es uno de los factores que lo ha puesto en jaque. Decíamos hace unas semanas que Xi y Putin se juntaron para reforzar su asociación estratégica y publicaron un jugoso documento con su visión sobre un orden global alternativo al liberal. Allí hablan, entre otras cosas, de los elementos de una nueva multipolaridad y decretan una tendencia a la redistribución del poder en el mundo.

China, que tiene intereses comerciales en Ucrania y pide respetar su integridad territorial, no ha condenado la agresión rusa y se abstuvo en una votación de Naciones Unidas para rechazarla (otro voto clave fue India, que no ha perdido su cercanía militar con el Kremlin). Resta saber si va a tener algún rol en un posible escenario de negociaciones. Dice Federico: “China debe demostrar que además de pensar en términos de razón de estado piensa en términos de razón de sistema (internacional). De lo contrario, no habrá consumido capital político en el conflicto en Ucrania, ciertamente, pero tampoco habrá ganado capital diplomático y reputación”. 

Juan Battaleme espera una mayor coordinación militar entre Rusia y China. “No descartaría algún ejercicio cerca de Europa”, dice. Pero advierte que una diferencia clave con otros contextos históricos, por ejemplo el de la Segunda Guerra Mundial, es que Beijing y Moscú no forman un eje militar. Le pregunté si China podría aprovechar este momento para invadir la isla de Taiwán.  “No lo veo. Taiwán no es Ucrania. Estados Unidos ahí sí está involucrado militarmente”, me respondió. Suena sensato: nadie quiere apostar contra la que todavía es –y por varios cuerpos– la mayor potencia militar. 

¿Pero estamos tan lejos de un conflicto así? Las escenas de Rusia entrando a Ucrania, visibles desde CNN a TikTok, ¿no nos hacen reflexionar sobre lo cerca que podemos estar de un escenario tal, como la trama de fondo de la aclamada Years and Years? ¿Puede ser que algo de esa percepción haya amplificado nuestra reacción ante la invasión, por lo demás devastadora en el tejido humano de Ucrania?

Un comentario más y dejamos por hoy. La crisis del orden liberal internacional ya lleva años. Y sus efectos en la proliferación de conflictos armados en los que Estados Unidos no cumple rol alguno –o China, para el caso– también viene desde hace tiempo. Hace más de un año que Etiopía se encuentra en guerra civil, apenas un poco más que Myanmar. Pasó con Nagorno Karabaj, sigue pasando en Yemen. ¿Por qué dejamos de hablar de Afganistán y la lucha diaria de los talibanes contra insurgencias diversas? Y para los efectos de la crisis climática quizás deberíamos hacer otro correo. 

Hace tiempo que los efectos más drásticos de la crisis se vienen desplegando por todos lados. La diferencia es que esta vez se ven en Europa. Le podemos decir, sin temor a equivocarnos, doble vara. También le podemos decir síntoma.

Acá dejamos por hoy. 

Desde que hicimos el Live con Ignacio, pasando por el especial del fin de semana, a esta entrega, en Cenital nos rompemos la cabeza para ver qué contenido de calidad te podemos ofrecer en momentos tan delicados. Sería importante y de gran ayuda que nos puedas apoyar.

Un abrazo,

Juan

PD: el jueves, en plena panzada de scrolleo en tuiter, me crucé con esta breve columna de Jorge Carrión, casualmente publicada el mismo día. Allí, el español hace una defensa del periodismo de largo aliento en un contexto donde nuestro consumo mediático se produce a través de “una ráfaga constante de microdosis difusas”, ya sea en redes o páginas webs. Es el periodismo en el que todavía creemos. Me pareció importante recordarlo.

CONFLICTO RUSO-UCRANIANO-MIGUEL MELLINO

 https://ctxt.es/es/20220301/Politica/38946/Miguel-Mellino-Gorka-Castillo-guerra-Ucrania-neoliberalismo-Rusia.htm

MIGUEL MELLINO / PROFESOR DE ESTUDIOS POSTCOLONIALES EN LA UNIVERSIDAD DE NÁPOLES

“La guerra en Ucrania es 

la crisis definitiva del orden 

neoliberal globalizado”

Gorka Castillo 1/03/2022

<p>Miguel Mellino, profesor de Estudios Postcoloniales en la Universidad de Nápoles.</p>

Miguel Mellino, profesor de Estudios Postcoloniales en la Universidad de Nápoles.

GORKA CASTILLO

jueves, 24 de febrero de 2022

GUERRA II

 https://images.pagina12.com.ar/styles/width960/public/rest_images/whatsapp-image-2022-02-24-at-11-22-06_0.jpeg?itok=wf4cXDrb

GUERRA

 https://espanol.yahoo.com/noticias/rusia-ucrania-l%C3%ADderes-separatistas-donetsk-225941576.html

A man sits outside his destroyed building after bombings on the eastern Ukraine town of Chuguiv on February 24, 2022
A man sits outside his destroyed building after bombings on the eastern Ukraine town of Chuguiv on February 24, 2022

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció en la mañana de este jueves una "operación militar especial" en la región del Donbás, en el este de Ucrania, aunque con el paso de las horas quedó claro que las tropas rusas están invadiendo todo el país, con ataques y enfrentamientos reportados por todo el territorio ucraniano.

Así se están desarrollando los acontecimientos:

  • A las 05:50 hora de Rusia del jueves (02:50 GMT), Putin anunció el inicio de una operación militar especial en la región del Donbás y advirtió que la respuesta de Moscú sería "inmediata" si alguien intenta enfrentarse a Rusia.

  • Las fuerzas rusas invadieron Ucrania, con ataques con misiles y explosiones registrándose cerca de grandes ciudades y sobre la infraestructura militar ucraniana.

  • El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, rompió relaciones diplomáticas con Moscú y aseguró que estaban entregando armas a todo aquel que quisiera defender el territorio. "Lo que hemos escuchado hoy no son solo explosiones de misiles, combates y el estruendo de aviones. Este es el sonido de una nueva cortina de hierro que ha caído y está apartando a Rusia del mundo civilizado", dijo.

  • El Ministerio de Salud ucraniano reportó que al menos 57 personas fallecieron y 169 resultaron heridas en las primeras 24 horas de ataques.

  • El Ejército ucraniano asegura que "acabaron" con alrededor de 50 "invasores" rusos y derribaron al menos seis aeronaves rusas, si bien esa información no ha sido confirmada de forma independiente.

  • Las tropas rusas capturaron la central nuclear de Chernóbil, informó el asesor presidencial ucraniano Mykhaylo Podolyak: " Después de una feroz batalla, perdimos el control del lugar… Es imposible decir que la planta nuclear siga siendo segura".

  • El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una nueva ronda de sanciones económicas que incluirán el congelamiento de activos de bancos y capitales de inversionistas: "La agresión de Putin contra Ucrania acabará costándole caro a Rusia, económica y estratégicamente. Nos aseguraremos de eso", señaló.

  • Reino Unido anunció "el mayor y más severo paquete de sanciones que Rusia haya visto jamás", dijo el primer ministro Boris Johnson: congelará los activos de los principales bancos rusos y que legislará para impedir a las empresas rusas acceder a financiamiento, además de que vetará a la aerolínea Aeroflot.

  • Rusia dice, por su parte, que se ha encontrado poca resistencia en el país y asegura que las fuerzas armadas ucranianas están huyendo "en masa".

  • En un nuevo mensaje televisado el jueves por la tarde, Vladimir Putin dijo: "Lo más importante es dejar claro que lo que ha pasado es una medida que nos vimos obligados a tomar. Simplemente no nos dejaron la opción de actuar de otra manera".

  • Más de 1.700 personas han sido arrestadas en Rusia en protestas contra la guerra en todo el país, según un grupo de monitoreo independiente.

Una mujer siendo detenida en Mosc&#xfa;
Cientos de personas fueron detenidas en más de 40 ciudades de Rusia durante protestas contra la guerra y contra Vladimir Putin.
  • Más de 100.000 personas han huido de sus hogares y decenas de miles más se han marchado del país desde el inicio de la ofensiva rusa, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados.

  • El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, negó que las Fuerzas Armadas estén atacando a la población ucraniana y en cambio afirmó que están utilizando armas de precisión contra objetivos militares.

  • El Ministerio del Interior de Ucrania indicó que la operación militar rusa estaba siendo apoyada desde Bielorrusia. Cadenas de televisión occidentales captaron el momento en que tanques y tropas cruzaban la frontera ucraniana desde Bielorrusia.

  • La Unión Europea dijo que se trata de "uno de los momentos más oscuros para Europa desde la Segunda Guerra Mundial" y advirtió que Rusia será golpeada con "sanciones descomunales".

  • Putin justificó su decisión por una supuesta petición de los líderes separatistas de las regiones rebeldes de Donetsk y Luhansk el miércoles al Kremlin para que enviara tropas rusas a sus territorios.

  • En una rueda de prensa este jueves, Zelensky vinculó las acciones de Putin con la Alemania nazi.

  • En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el miércoles, el secretario general de la ONU, António Guterres, también le pidió a Putin que le diera "una oportunidad a la paz".

Qué dijo Putin al inico del ataque

Discurso de Vladimir Putin del 24 de febrero.
Putin anunció una "operación militar especial" en Ucrania.

Putin comunicó sus intenciones en un discurso televisado que ocurrió al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le imploraba que detuviese cualquier acción bélica.

El mandatario ruso dijo que la operación busca la "desmilitarización y desnazificación de Ucrania" (el presidente ucraniano es, de hecho, judío).

Según aseguró, la decisión fue tomada después de recibir una petición de ayuda de los líderes de los territorios separatistas respaldados por Rusia formados en el este de Ucrania en 2014, aunque desde hace semanas la inteligencia occidental había alertado de una potencial invasión.

"Tomé la decisión de llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo será defender a las personas que durante ocho años sufren persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev", señaló el presidente ruso en una afirmación que no está sustentada por ninguna evidencia.

Mapa mostrando las regiones de Luhansk y Donetsk
Mapa mostrando las regiones de Luhansk y Donetsk

"Para ello, apuntaremos a la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como a llevar ante los tribunales a quienes cometieron múltiples crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de la Federación Rusa. Nuestros planes no incluyen la ocupación del territorio ucraniano".

Putin pidió a los soldados ucranianos que depongan las armas de inmediato.

"Todos los miembros del servicio del Ejército ucraniano que sigan estas demandas podrán abandonar la zona de batalla", dijo.

Decenas de autos se dirigen a las afueras de la ciudad de Kiev, despu&#xe9;s de que el presidente ruso, Vladimir Putin, autoriz&#xf3; una operaci&#xf3;n militar en Ucrania.
Numerosos habitantes de la capital ucraniana, Kiev, se dispusieron a abandonar la ciudad tras conocerse el inicio de la operación militar rusa.

También ofreció lo que parecía ser una advertencia a otros países, como Estados Unidos, que han apoyado a Ucrania.

"Cualquiera que intente interferir con nosotros, o más aún, crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y lo llevará a consecuencias como nunca antes ha experimentado en su historia. Estamos listos para cualquier giro de los acontecimientos".

Explosiones y ataques a lo largo de Ucrania

Mapa
Mapa

Rusia lanzó ataques contra la infraestructura militar de Ucrania y las unidades de control fronterizo, según informó el presidente de Ucrania.

Las fuerzas ucranianas señalaron que vehículos militares rusos cruzaron la frontera por Kharkiv, en el norte; Luhansk, en el este; Crimea, en el sur; y desde Bielorrusia.

El Ejército de Ucrania señaló que el aeropuerto internacional de Boryspil estaba entre los aeródromos bombardeados, junto a cuarteles y almacenes militares en las grandes ciudades de Kiev, Dnipro, Kharkiv y Mariupol.

Humo negro sale de un aeropuerto militar en Chuguyev, en el marco de la operaci&#xf3;n militar rusa en Ucrania.
Humo negro sale de un aeropuerto militar en Chuguyev, en el marco de la operación militar rusa en Ucrania.
Bomberos trabajan para sofocar un incendio en la localidad de Chuguiv, en el este de Ucrania, el 24 de febrero.
Los ataques se produjeron en diversas partes de Ucrania.

"Putin acaba de lanzar una invasión a gran escala de Ucrania", escribió en un tuit el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania.

Y agregó: "Las pacíficas ciudades ucranianas están bajo ataque. Esta es una guerra de agresión. Ucrania se defenderá y ganará. El mundo puede y debe detener a Putin. Este es el momento de actuar".

"Nadie esperaba este asalto total a su país", señaló Sarah Rainsford, corresponsal de la BBC en Europa del Este, desde la región de Donetsk.

"Tan solo anoche, en Kramatorsk [ Donetsk], estuve con una multitud de cientos en la plaza principal, envueltos en banderas ucranianas y montando un pequeño acto de desafío, cantando el himno y las canciones patrióticas. Había muchos niños. Anoche, los restaurantes estaban llenos. Florerías abiertas. Autos en las calles. Todos con los que hablé estaban asustados", recuerda.

"Ahora la gente con la que he hablado está asustada, es como si estuviera congelada. Nadie sabe siquiera hacia dónde correr, si quisieran correr".

Ucrania
Ucrania

Qué dijo Zelensky

Este jueves, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, condenó las acciones de Moscú, rompió relaciones diplomáticas con Rusia y señaló que distribuirían armas a cualquiera que estuviera dispuesto "a todos aquellos que quieran proteger nuestra tierra, a todos ellos que sean capaces de defender nuestra soberanía".

Zelensky, además, vinculó las acciones de Moscú con la Alemania nazi, informó Reuters.

"Rusia atacó nuestro país vilmente y de forma suicida a primera hora de la mañana, justo como lo hizo la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial (...) Desde hoy, nuestros Estados están en diferentes lados de la historia mundial. El Estado ruso está en la senda del mal".

El líder ucraniano aseguró que las Fuerzas Armadas estaban resistiendo ataques en la región del Donbás en el este de Ucrania, además de otras partes del este, norte y sur del país.

Horas antes que Putin anunciara la operación, Zelensky había advertido que la ofensiva rusa contra su país era inminente.

Ucrania
Avión del ejército de Ucrania derribado.

En un discurso televisado, Zelensky afirmó que su par ruso no había respondido a su invitación para hablar y advirtió del peligro del estallido de una gran guerra en Europa.

El mandatario ucraniano dijo además que Rusia tenía "casi 200.000 soldados en las fronteras de Ucrania y miles de vehículos de combate".

El gobierno de Zelensky instó además a todos los ciudadanos ucranianos que estén en Rusia a abandonar ese país lo antes posible.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, fue quien informó previamente de que los líderes separatistas de Donetsk y Luhansk pidieron a las fuerzas rusas que entren en sus regiones para "ayudar a repeler la agresión de las fuerzas y unidades armadas de Ucrania".

No hay evidencia de genocidio en el este de Ucrania, aunque más de 14.000 personas murieron desde 2014 en un conflicto en curso entre Ucrania y los rebeldes respaldados por Rusia.

Una mujer recoge los escombros tras una explosi&#xf3;n en Donetsk
Una mujer recoge los escombros tras una explosión en Donetsk
Los autos bloquean la carretera mientras los residentes intentan huir de Kiev.
Los autos bloquean la carretera mientras los residentes intentan huir de Kiev.
Cientos de personas hacen largas filas para tomar buses para evacuar Kiev, la capital de Ucrania.
Cientos de personas hacen largas filas para tomar buses con el fin de evacuar Kiev, la capital de Ucrania.

Reacciones internacionales

La acción rusa provocó un rápido rechazo de la comunidad internacional, comenzando por EE.UU.

De acuerdo con el presidente estadounidense, Joe Biden, Putin eligió llevar adelante "una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano".

"Solo Rusia es responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque, y Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera unida y decisiva. El mundo hará que Rusia rinda cuentas", afirmó.

La OTAN también condenó la incursión militar.

En un tuit, el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, mencionó el "ataque imprudente" de Rusia contra Ucrania y afirmó que "pone en riesgo innumerables vidas de civiles".

"Esta es una grave violación del derecho internacional y una grave amenaza para la seguridad euroatlántica", dijo.

Biden
La acción rusa provocó un rápido rechazo de la comunidad internacional, comenzando por EE.UU.

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, aseguró que estaba "horrorizado" por los "terribles eventos en Ucrania".

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Putin de ser el "responsable de traer de vuelta la guerra a Europa" y aseguró que las sanciones debilitarán "la base económica de Rusia y su capacidad de modernización".

El canciller alemán, Olaf Scholz, reafirmó su apoyo a sus aliados en Europa del Este y aseveró que el mandatario ruso pagará un "amargo precio" por su "grave error".

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó la solidaridad de su país con Ucrania y solicitó una cumbre urgente de la OTAN, mientras el primer ministro italiano, Mario Draghi, calificó el ataque ruso como "injustificado e injustificable".

En Europa del Este, los temores se extendieron a tener que hacer frente a una ola de refugiados.

China, por su parte, evitó usar la palabra invasión. El alto diplomático Wang Yi dijo que Pekín entiende las preocupaciones de seguridad de Rusia.

Cierre del espacio aéreo

El jueves en la madrugada, Rusia emitió una notificación de aviación civil advirtiendo que cerró prácticamente todo el espacio aéreo de su frontera con el este de Ucrania.

Por su parte, la organización Safe Airspace instó a las aerolíneas a no volar sobre todo el territorio ucraniano, debido a los riesgos de que un avión sea derribado por error o ante la posibilidad de un ataque cibernético al control de tráfico aéreo.

Safe Airspace es un centro de monitoreo aéreo que le proporciona información sobre zonas de conflicto y seguridad a las aerolíneas. Fue creado después de que un avión de pasajeros, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, fuera derribado sobre el este de Ucrania en 2014.

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