Por Alejandro Goldín
"Un ex funcionario macrista denunció que el secretario de derechos humanos de la Nación,
Horacio Pietragalla, le pidió militar para que no vuelva Macri en 2023 a cambio de ser escuchado".
Ese título sería increíble, gracioso, patético. Por eso Clarín utiliza otro que sea potable,
posible y mucho más hiriente. Vuelve a presentar al dirigente radical de Formosa como
"el líder qom", omitiendo por una parte que cuando se presentó a las elecciones en
su comunidad fue derrotado y apenas obtuvo el 25% de los sufragios y por otra que en el año 2016
fue designado por Macri como funcionario dependiente del Poder Ejecutivo Nacional
como Presidente del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas
de la República Argentina. De esa manera Macri le pagó haber sido un férreo opositor
al Gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner y del Gobernador Gildo Insfran,
que desde hace un par de semanas se convirtió en el blanco de toda la oposición mediática y
"cambiemita".
Y el ex funcionario de Macri vuelve a aprovechar su oportunidad como para intentar erigirse en
defensor de los derechos de los pueblos originarios, porque aunque no tenga la representación
comunitaria es el elegido por el Grupo Clarin y otros medios oligopólicos.
Félix Díaz reaparece después de varios años como burócrata macrista y renueva su puesta en escena
como si fuera una muy esperada segunda temporada de una serie de Netflix y se suma a la
estigmatización y difamación de Insfran que se hace desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
por supuestos excesos en la política sanitaria implementada por el gobernador durante la pandemia,
sin tener en cuenta los enormes logros de la misma (más aún si se compara con la cantidad de muertos
cada cien mil habitantes con el distrito administrado por Rodriguez Larreta) sino que cumple al pié
de la letra con lo que le requiere su jefe político, Mauricio Macri, que es erosionar y debilitar
la imagen de un Gobierno conformado por el Kircherismo, que puso como eje de su gestión
la Memoria, la Verdad y la Justicia con respecto a los delitos de lesa humanidad.
A su vez, Díaz no calumnió a cualquier funcionario, sino que difamó al secretario de
Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, que es un nieto recuperado por las
Abuelas de Plaza de Mayo que fue a Formosa a investigar qué ocurría y fue rechazado y
repudiado por los opositores con gritos y carteles que decían "Hijo de montoneros"
confirmando cuáles son los valores de estos supuestos defensores de derechos humanos y
exhibiendo de manera grotesca el entramado de la operación orquestada por quienes condecoran
a los policías que matan por la espalda y reprimen a las movilizaciones populares y a los pobres,
a los cabecitas negras en general.
Esa derecha dura y pura, que no es moderna, ni democrática, ni republicana y que durante
su gobierno se dedicó a espiar, perseguir y encarcelar a opositores.
Esa derecha gorila, antiperonista, anti popular, blanca y eurocéntrica que sigue considerándose
como la civilización que debe eliminar la barbarie aunque eso sea bombardeando la Plaza de Mayo,
fusilando, desapareciendo o encarcelando. Y Felix Díaz es un engranaje de esa tremenda maquinaria
conformada por medios de comunicación, periodistas serviciales/servicios, jueces, fiscales y
dirigentes políticos y legisladores como por ejemplo Macri, Bullrich, Wolff, Naidenoff,
Petri. Díaz es solo un actor de reparto pero muy útil en esta ocasión.