El 4 de octubre de 1917, el presidente Hipólito Yrigoyen decretó feriado nacional el día 12 de octubre. A partir de entonces, se fueron gestando diversas celebraciones, conmemoraciones y representaciones sobre la fecha en cuestión. Las siguientes entradas de este dossier reflexionan sobre algunos momentos centrales y tópicos recurrentes que discurrieron a lo largo de estos 103 años posteriores a su consagración como feriado.
Antecedentes del 12 de octubre como feriado institucionalizado
Ana María Presta
Descubrimiento, encuentro, ocultamiento, encubrimiento… Con esas categorías contradictorias, distantes y divergentes, en distintos momentos y de parte de corrientes de pensamiento disidentes, se nombró al 12 de octubre de 1492, fecha en que Cristóbal Colón y sus hombres pusieron pié en lo que arbitrariamente se nombró América, para conquistarla y colonizarla con sus nuevos otros, nuestros indios. Se iniciaba entonces un largo y doloroso período de guerras, iniquidades, divisiones, incomprensiones, saqueo, dominación, despojo y muerte.
Trescientos largos años después y luego de rebeliones indígenas que cuestionaban el mal gobierno, los criollos americanos comenzaban a levantarse contra la metrópoli, consagrando independencias después de cuatrocientos años de la invasión. En el Río de la Plata, un Himno Nacional reconocido en salones y sancionado por la Asamblea de 1813 resumía en versos flamígeros las perfidias y latrocinios del español, consagrando la distancia con España a lo largo de casi un siglo.
El flujo migratorio del último tercio del siglo XIX nos acercó a Madrid y aún más luego de la Independencia de Cuba, último bastión español en el continente, y a su posterior ocupación por los Estados Unidos en 1898. Entonces, se meditó la necesidad de integrar a los inmigrantes peninsulares con nativos argentinos que acreditaban aquel origen y constituían la mayoría de la población. Coincidentemente, en 1892 fastos celebrados en España y América daban cuenta del IV Centenario del “Descubrimiento”, resaltando la lengua, la cultura y la religión común y su unión indisoluble en un crisol de razas. Ese evento coincidió con el IX Congreso Internacional de Americanistas celebrado, sugestivamente, en el Convento de Santa María de la Rábida de Huelva, que albergara, previo a sus viajes, al revalorizado Colón quien, desde la década de 1880, comenzaba a tener monumentos y estatuas en ciudades españolas y americanas, cuando también el reconocimiento del Papa León XIII en su encíclica Quarto abeunte saeculo que tomaba al “Descubrimiento” como la expansión de la cristiandad tras la figura del genovés. En 1900, nuestro Himno adquiría la síntesis actual como prueba de amistad, reconocimiento y definitiva normalización de las relaciones diplomáticas con España. De manera que el pragmatismo político y un naciente Panamericanismo acercaron definitivamente a España con sus ex colonias y, tras la Unión Íbero-Americana, el 12 de Octubre de 1914 se celebró por primera vez la Fiesta de la Raza Española, devenida al año siguiente en Día de la Raza y, más tarde, en Fiesta Nacional de España, Día de la Hispanidad o el Día de Colón.
Feriado Nacional, gracias a un decreto antipanamericano
El 8 de marzo de 1822, los Estados Unidos reconocían la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Las intenciones norteamericanas estaban influenciadas por la participación comercial británica en nuestro territorio. En diciembre de 1823, el presidente James Monroe anunciaba también su famosa doctrina “América para los americanos”. Un período de distanciamiento e indiferencia entre ambas naciones se prolongó hasta la década de 1880, cuando los intentos de cimentar el “Panamericanismo” chocaron con las elites argentinas y sus estrechas relaciones con Gran Bretaña. En la primera Conferencia Panamericana de 1890, Roque Sáenz Peña se opuso a los intentos norteamericanos de un área de libre comercio enfatizando: “América para la humanidad”, desafiando abiertamente la Doctrina Monroe.
Entre dicha conferencia y la Primera Guerra, se impuso una tensa cordialidad, la cual terminó cuando Estados Unidos ingresó al conflicto bélico intentando traccionar a toda la región. Hipólito Yrigoyen, primer presidente radical, mantuvo la neutralidad declarada en 1914. Yrigoyen propuso, además, realizar una Conferencia de países latinoamericanos neutrales, pero las presiones del gobierno norteamericano hicieron fracasar el evento al cual solo asistió México. Los reiterados intentos norteamericanos para que Argentina declarara la guerra a Alemania, finalizaron con el decreto del 4 de octubre de 1917 que establecía el día 12 de octubre como feriado nacional. Los considerandos del decreto, laudatorios de un pasado hispano y católico, se oponían a una América del Norte anglosajona y protestante. Una proclama fuertemente simbólica que remarcaba el rechazo al Panamericanismo y a la injerencia estadounidense en América Latina.
A la sombra del Quinto Centenario
El ingreso de América Latina en la globalización durante la década de 1990 se vio marcado por la emergencia de “nuevas” identidades étnicas y la consolidación de organizaciones indígenas a nivel continental. El Levantamiento indígena de Ecuador (1990) y el alzamiento del ejército zapatista en Chiapas (1994), entre otros, cuestionaron las ideas de modernidad y ciudadanía occidentales en un marco de creciente urbanización indígena y control de territorios autogestionados. Instrumentos legales internacionales, como el Convenio 169 de la OIT (1989), la Declaración de los derechos de las minorías (ONU 1992), la Declaración Americana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (OEA 1997), enmarcaron la incorporación en nuestro país del inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional (1994) , que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas. El periodo también se vio marcado por la conmemoración del V Centenario que, acompañado de tratados de cooperación e inversiones estatales y privadas españolas, se proyectaba como un instrumento de la política exterior de España en América Latina. Conferencias, boom editorial, premios y exposiciones nacionales -como la argentina Expo-América ‘92- replicaron la Expo Sevilla y su marco conmemorativo “Encuentro de Dos Mundos”, propuesto por Miguel León Portilla quien, en 1959, había iniciado un nuevo paradigma en la investigación histórica en torno al rescate de la visión de los vencidos. Para su mentor, el término "encuentro" señalaba una perspectiva inédita que incluía el coincidir, aún chocando, de indígenas, europeos, africanos y asiáticos; en cambio distintos intelectuales denunciaron el ocultamiento que realizaba de las violencias de la invasión; mientras las organizaciones sociales indígenas realizaron pronunciamientos públicos, acompañados desde la música y el arte, enarbolando la consigna “Nada que festejar”.
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Vista del entorno del Pabellón de la Navegación. Exposición Universal de Sevilla, 1992. Fuente: www.expo92.es. |
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La diversidad cultural en la Argentina de hoy
Desde 2010 el 12 de octubre es el “Día del respeto a la diversidad cultural”. Se dejó atrás la idea de la existencia de “razas” humanas, forjada a partir de la conquista europea y los derechos derivados de ella. Las categorías raciales, creadas y naturalizadas, fueron instrumento para el dominio sobre las poblaciones indígenas (también de los esclavos africanos) y se articularon con aspectos económicos, políticos, religiosos, también de género, dando lugar a una matriz colonial de poder.
En principio, raza se asoció al “otro”, a la condición de los indígenas como personas legítimamente subyugadas por naturaleza divina, en razón de criterios morales y religiosos. Posteriormente, se sumó el color de la piel y se elaboró una compleja taxonomía. La discriminación, el racismo y la xenofobia que aún circulan en la sociedad contemporánea son pervivencias de aquellas clasificaciones coloniales.
La reformulación del 12 de octubre en términos del respeto a la diversidad cultural busca erradicar esos prejuicios sociales. Además, amplía la mirada sobre las alteridades que conforman la sociedad actual, evidenciando las múltiples poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes a las que se busca revalorizar en su historia y presente, así como respetar y garantizar sus derechos.
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Mural en el Sitio de Memoria ex CCDTyE Olimpo. Autor: Alejandro Dufort. |
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La conquista de América en los manuales escolares
Durante gran parte del siglo XX, los manuales escolares han sido los recursos didácticos más empleados por los docentes de Primaria y Secundaria para abordar los contenidos establecidos en los diseños curriculares. En las primeras décadas del siglo XXI, mantienen su plena vigencia en muchas aulas donde la incorporación de Internet y las TIC aún es materia pendiente. ¿De qué manera se suelen presentar en los manuales la llegada de los primeros españoles a América, la conquista y colonización de gran parte del continente y la organización de la sociedad colonial? Según investigaciones recientes, en líneas generales podemos distinguir dos panoramas opuestos. La perspectiva hispanista tradicional, vigente hasta la década de 1990, presentaba a las sociedades nativas como “indios bárbaros”, carentes de toda historicidad. La llegada de Cristóbal Colón marcaba el inicio de la Historia y la conquista como heroica gesta militar-eclesiástica, que ubicaba a América en la senda de la civilización occidental y cristiana.
Recién a partir de las reformas curriculares implementadas tras la sanción de la Ley Federal de Educación (1993), y con más fuerza a partir de la Ley de Educación Nacional (2006), tanto los diseños curriculares como los libros de texto se hicieron eco de las nuevas interpretaciones elaboradas por la historiografía crítica. Desde entonces, las poblaciones nativas adoptan un rol activo en el proceso histórico, se cuestionan las visiones idílicas del “encuentro entre dos mundos” y la sociedad colonial adopta mayores niveles de dinamismo y complejidad. Sin embargo, las tensiones entre la historia investigada, los textos escolares, los procesos de enseñanza y aprendizaje y los sentidos comunes siguen siendo materia de debate.
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Portadas de manuales de Historia para Nivel Medio. |
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Las luchas del presente, las organizaciones de los pueblos originarios
Las organizaciones que nuclean a los pueblos originarios, reconocidos por la Constitución argentina como pueblos preexistentes a la conquista, fundamentan sus reclamos en el derecho al territorio como base para su organización comunitaria. “Nuestra voz es colectiva y proviene del territorio”, declara el Encuentro Nacional de Organizaciones territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO). En el año 2010 se presenta a las autoridades nacionales el Protocolo de Consulta Previa, Libre e informada en el que los Pueblos originarios declaran el territorio como fundamento de su identidad colectiva. Por esto se reivindica la propiedad comunitaria como forma de organización social. El Protocolo establece que “La Propiedad Comunitaria Indígena tenderá al aprovechamiento sustentable de la tierra por parte de los Pueblos y las Comunidades Indígenas de acuerdo a la cosmovisión de cada Pueblo, sus usos, costumbres, prácticas, valores y conocimientos”. El mapa elaborado por el ENOTPO nos muestra la diversidad y distribución geográfica de las naciones que conforman el colectivo de pueblos originarios en el territorio nacional quienes defienden el derecho a una educación intercultural y bilingüe -amparado por la Ley 26.206- con el fin de promover “un diálogo mutuamente enriquecedor de conocimientos y valores entre los pueblos indígenas y poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes, y propicia el reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias”. Para conocer en detalle algunos de los conflictos por los territorios ancestrales se remite a la conferencia de la antropóloga Dra. Lorena Rodríguez y la entrevista al Hermano Juan Condorí, delegado Diaguita Kallchaki de la comunidad "El Divisadero" y de la UPND-SALTA.
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Mapa de la Argentina Plurinacional (Reproducido de ETNOPO). |
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Afrodescendientes en Argentina: 500 años de racismo y desigualdad
El 12 de Octubre en la Argentina, nación que se considera mayormente blanca y europea, nos interpela a reflexionar sobre los efectos presentes de la esclavitud y la trata transatlántica de hombres, mujeres y niños africanos que fueron arrancados desde sus pueblos para recalar en las Américas. Fue por su trabajo forzado que se levantaron las viviendas, se alimentaron los niños y se fabricaron productos básicos para la vida en nuestro territorio. Lucharon y murieron por una patria que hicieron propia. Y sus descendientes no desaparecieron. Políticas de Estado que buscaron menoscabar su presencia propusieron esa matriz social europea que los invisibilizó y nutrió la efeméride del “Día de la Raza”, hoy y siempre desafiada por afrodescendientes que luchan por revertir las condiciones de desigualdad que impusieron el sistema de esclavitud, el patriarcado y la estructura de clases racializada y que nos afectan hoy como sociedad en términos de derechos humanos, de ciudadanía, de género y de racismo.
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Los afrodescendientes fueron y son protagonistas de la cultura argentina. Gabino Ezeiza, el gran payador argentino. Fuente: Cultura.gob.ar |
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