sábado, 13 de julio de 2019

TWITTER ARGENTINA: CIBERTROPAS CONTRACTURADAS

Diego Cano Lucas Malaspina*@DC_1867 - @thebadthornExtracción y visualización de datos: Nicolás Rubinstein

Mientras algunas lecturas sugieren un corrimiento de la política hacia el centro, nuestro análisis de la actividad en Twitter en las últimas semanas nos muestra que el desarrollo de la batalla en las redes fagocita todos los matices –Pagni dixit– reafirmando que la polarización es lo que domina la acción.
La novedad es que la oposición supera en volumen a la sólida articulación comunicacional del gobierno en Twitter, aunque se caracteriza por una mayor dispersión temática.
La semana del cierre de listas fotografió un peculiar estado de situación en la batalla de las fuerzas políticas. Se trata de un escenario moldeado a fierro caliente, en extremo dinámico, donde la discusión violenta entre oficialismo y oposición en Twitter se masificó. 

Una radiografía de la grieta
En nuestro análisis realizamos un relevamiento de la conversación sobre la “rosca” en los siete días subsiguientes a la presentación de las alianzas (del 12 al 19 de junio). El uso de hashtags habitualmente expresa una acción coordinada, ya sea de tipo militante o por medio del uso de trolls y bots -práctica que tras años de desarrollo ha adoptado la denominación más fancy de astroturfing. Si bien algunas fuerzas menores también lograron la instalación de TT -la izquierda trotskista, que en los últimos años ha dado pasos importantes en el terreno digital, instaló el HT #FITUnidad para anunciar la inclusión del MST en el espacio protagonizado por el PTS y el PO- quedaron muchos cuerpos por delante, como es previsible, la coalición gobernante y la principal fuerza opositora. 
A continuación presentamos una clusterización (identificación de las burbujas de interacción) de los usuarios que intervinieron en apoyo a estos dos sectores, relevando más de 5000 HTs utilizados esa semana. Para esto recogimos más de 275 mil tweets y RTs de 50 mil usuarios diferentes. El tamaño de las etiquetas expresa el volumen adquirido por cada uno de los HTs, mientras que los puntos a su alrededor expresan a los usuarios, cada uno de los cuales puede haber intervenido en más de un HT.


Algunos elementos que se desprenden de la imagen:
– En primer lugar,pese a que existe un lugar común acerca de la superioridad del oficialismo en las redes sociales, el volumen – medido tanto en cantidad de usuarios como de tweets y RTs- expresa una ventaja considerable por parte del kirchnerismo (en números 173 mil menciones vs. 105 mil). El siguiente gráfico expresa el volumen total de la sumatoria de todos los hashtags impulsados respectivamente por el frente opositor y el oficialismo.
– En segundo lugar, se advierte una notable concentración de esfuerzos en la coalición oficialista en un único hashtag, #JuntosPorElCambio (que alcanzó las 87 mil menciones). Se destaca, a la vez, su carácter positivo, si bien detrás de él pudieron colarse los contenidos de odio a los que nos tienen acostumbrados las redes, como el siguiente ejemplo.


El ataque se concentró en la incorporación de Massa a la alianza, con el hashtag #MassaArrastrado, buscando explotar el “archivo” del candidato contra la ex presidenta. De manera general, las menciones a Massa son menciones del oficialismo. A pesar de que #EsConTodos, prácticamente no es mencionado en los principales HT de la oposición, que esquivaron referirse explícitamente a él en sus acciones coordinadas.
Otros hashtags que aparecen en el clúster oficialista, además del clásico #novuelvenmas, con cierto volumen apuntaron contra el conductor Jorge Rial (#rialbasura, #rialcagon, etc), cuya polémica performanceantimacrista en las redes sociales que aparece aquí cumpliendo la función de “llevarse la marca” de miles de cuentas oficialistas.
– En el caso del Frente de Todos se advierte en cambio una mayor dispersión de hashtags, varios de los cuales lograron colocarse como TT. Los de mayor volumen también son positivos, como #FrenteDeTodos (30 mil menciones), #YoVotoAlFrenteDeTodos y #BienvenidosTODOS, si bien también tuvieron importancia los HT que atacaron al oficialismo: #ManotazoPRO y #EchenAPichetto (en referencia al cargo en el Consejo de la Magistratura que finalmente se vio obligado a abandonar), entre otros.


– Algunos hasthags de contenido neutro se ubican en el centro porque operan como un territorio de disputa para posicionar la agenda de cada sector, y por ese motivo se ven a la vez artificialmente inflados. Es el caso de #buenmiercoles o #buenviernes, pero también de #martesintratable o #soloperiodismo. La victoria en estos casos es siempre transitoria y minuto a minuto. Otro dato relevante es que la agenda cotidiana está mucho más presente del lado opositor, que impulsó hashtags relativos al apagón como #sinluz o #cosasquepasan. 
"A DIFERENCIA DE LO QUE SE ASUME HABITUALMENTE, NO ES CIERTO QUE LA ACCIÓN COORDINADA DEL OFICIALISMO SUPERE EN PODER DE FUEGO A LA OPOSICIÓN"


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Como se ve, a diferencia de lo que se asume habitualmente en el debate público, no es cierto que la acción coordinada del oficialismo supere en poder de fuego a la oposición. Pero sí, como vimos antes, logra una mayor articulación y homogeneidad, a pesar de algunas patrullas perdidas (¿o desprendidas?). Como planteó María Esperanza Casullo a partir de un informe de Luciano Galup, si algo caracteriza a Cambiemos es su capacidad de mantenerse on message, algo que ya ha sido demostrado en ocasiones anteriores (ver la excepcional investigación publicada en “El Gato y la Caja” en torno al debate sobre el CONICET).
Un discurso contenedor
En otro nivel de análisis, valiéndonos de las candidaturas y las alianzas presentadas como “palabras clave”, recogimos más de 2 millones de tweets. De los cientos de miles de menciones que recibieron las principales figuras políticas argentinas, en las menciones a los candidatos a Presidente y Vice, se observa un claro predominio de Mauricio Macri. Esto puede explicarse por el hecho de que en este momento es altamente redituable para quienes revistan en la oposición criticar al presidente para posicionarse, incluso en desmedro de potenciar a sus propios candidatos.


El sentimiento negativo en torno a Macri y a Cristina se muestra en órdenes cercanos al 60%, pero el saldo termina siendo favorable a la oposición en tanto se concentran los dardos lanzados en la conversación general sobre el presidente.
Sólo Pichetto lo superó en volumen el día 12, todavía arrastrando el impacto del anuncio del senador como candidato a vicepresidente. Más llamativo es que en el frente opositor, Massa tiene un volumen de menciones sensiblemente superior a CFK, mientras que Alberto Fernández está en el pelotón de los más bajos, junto a Espert y los candidatos de Consenso Federal 2030 y el FIT. 


Durante el último tiempo, un gran sector de cuentas oficialistas organizó su discurso de manera directa contra el peronismo, el Papa Francisco, buscando explotar la polarización en clave duranbarbiana. Al conocerse la designación de Pichetto, una minoría intensa se mostró “desgarrada” por la noticia. Este clima de contractura comunicacional fue expresado por @chica_belica al decir: “Le acabo de dar like a un tuit de Pichetto. Me estoy dirigiendo a la Iglesia más cercana para q me realicen un exorcismo”. En diálogo implícito con este tendal de heridos (liberal-libertarios) por la incorporación de un peronista, en ese espectro muchos adoptaron un tono combinado de contención y concesión al bancar la movida.En la nube de palabras más utilizadas en el HT, quedaron jerarquizadas “jugada”, buscando enfatizar la importancia estratégica de la acción, y “república”, que comienza a despegar como un baluarte clave del discurso que justifica y da sentido a esta nueva etapa de la alianza gobernante. 
La batalla feminista
Por último, el 18 de junio se produjo una acción coordinada transversal a las listas, con foco en la paridad de género. La convocatoria fue tuiteada por @OjoParitario con anterioridad, planteando un día y horario y una lista de tres hashtags.


El gráfico muestra cómo de entre los tres hashtags, impulsados todos como parte de la misma acción, se produjo un marcado predominio de #FeministasEnLasListas por sobre los otros dos (88% de un total de 18350 menciones). Parte de la campaña tomó este último en oposición a #MujeresEnLasListas, teniendo en cuenta por ejemplo la reciente elección de Amalia Granata (ver por ejemplo, la cuenta de Mercedes D’Alessandro, referente de @EcoFeminita). La radicalización de esta posición, si bien puede observarse que algunas cuentas cercanas al oficialismo hicieron propio el hashtag, se dio en simultáneo con otro proceso: la presión en favor de #FeministasEnLasListas se terminó concentrando sobre todo en el clúster (o racimo) opositor. 


"MÁS ALLÁ DE LA TRANSVERSALIDAD DE LA CAMPAÑA FEMINISTA SU MAYOR PODER DE FUEGO REAL SE DA ALREDEDOR DEL FRENTE DE TODOS"


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Es decir que más allá de la transversalidad de la campaña feminista (y de la polémica frase de Cristina en el foro de CLACSO planteando que “en nuestro espacio hay pañuelos verdes y también celestes”), su mayor poder de fuego real se da alrededor del Frente de Todos. En esa misma línea, con posteridad al período analizado en el campo oficialista comenzó a moverse #ConAbortoNoTeVoto, donde cuentas celestes criticaron, por ejemplo, la preponderancia de figuras pro-ILE en el macrismo de CABA (Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri).
El ¿amor? después del (des)amor
Desde el inicio, CFK pateó el tablero político proponiendo un virtual relajamiento de la grieta, la cual no sólo se expresa sino que en un punto ha nacido y se ha fomentado especialmente a través de las redes sociales. La elección de Alberto Fernández es, en ese sentido, desestructurante para propios y extraños. Los asuntos insignia que han sido materia de diferenciación de AEWRTS(el neologismo millenial con el que el candidato es denominado por el influencer @tomasrebord), han sido justamente los que prohijaron una sustancia para la formación de las huestes proto-macristas y anti-kirchneristas antes de la victoria “amarilla” en 2015: Clarín y el memorándum con Irán, o sea, la cuestión Nisman. Una continuación de aquello que reflejó el experto Ernesto Calvo en su libro Anatomía política de Twitter en Argentina. Tuiteando #Nisman
Si bien en la conformación de las fórmulas presidenciales se advierte la conciencia de la inviabilidad de gobernar bajo la continuidad de la grieta, es esperable una postergación de esos efectos hasta el período post-electoral. Mientras tanto asistimos a un recrudecimiento de la virulencia verbal y el fuego cruzado. La pregunta es si al final de esta espiral de confrontación quedará algo en pie de las potencialidades que llevaron a dos “armadores” como Miguel Ángel Pichetto y Alberto Fernández al centro de la escena polític

The Cranberries - Dreams

The Cranberries - Linger (Official Music Video)

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL PERONISMO DEL SIGLO XXI

Ezequiel Meler@MelerEzequielLicenciado en Historia (UBA)
Comienzo por una anécdota. Cuando Sergio Massa lanzó su desafío al liderazgo de Cristina Kirchner, en el lejano 2013, hubo quienes lo consideraron natural. “Es el peronismo”, nos dijeron. Siempre lo mismo, se recicla. La comparación con Cafiero o con Menem -alentada por el propio nombre del espacio, que fue conocido como Frente Renovador- estuvo a la orden del día, y se reforzó con la victoria arrasadora de Massa, que implicó en los hechos la división del peronismo bonaerense y abrió un ciclo en que el PJ perdió tres elecciones nacionales consecutivas: 2013, 2015, 2017. 
Dos años más tarde, quienes se apuraron a prologar una nueva renovación del peronismo se quedaron sin libro. No sólo no hubo renovación más allá de la que ya se había dado entre 2007 y 2013, sino que Massa volvió al peronismo, abandonó a sus aliados y dejó abierto un amplio interrogante sobre la existencia de una “ancha avenida del medio.” Como es obvio, para alguien que acompañó ese itinerario, me caben las generales de la ley.
¿Qué pasó? ¿El aparato se mantuvo en su lugar, como dicen algunos? ¿La renovación vino por dentro, como dicen otros? Creo que parte del problema reside en la reiteración serial de una interesante cantidad de mitos sobre el peronismo, el voto peronista y cuestiones afines. Lo triste de esos mitos no es que existan, eso pasa siempre. Lo verdaderamente curioso es que sean compartidos por militantes propios, opinólogos, y periodistas opositores, y se reiteren sin más como parte del folklore de un país que aparentemente es incapaz de cambiar… y que sin embargo ha cambiado tanto, en cuarenta años, al menos. A veces el peronismo es descrito como un vasto aparato de políticos profesionales, otras veces los peronistas son vistos como gente pobre manipulada por el control político del Estado. Muchas veces oímos los nombres de Perón y Evita como si aún, a setenta años de los hechos fundacionales del primer peronismo y a más de 45 de la muerte del “gran conductor”, la gente votara al peronismo en la Argentina simplemente por la fuerza de la evocación simbólica de unos cuantos nombres propios, o como si ese votante fuese algo más que una minoría. Intensa, es cierto, pero una minoría absoluta.

"¿QUÉ PASÓ? ¿EL APARATO SE MANTUVO EN SU LUGAR, COMO DICEN ALGUNOS? ¿LA RENOVACIÓN VINO POR DENTRO, COMO DICEN OTROS? CREO QUE PARTE DEL PROBLEMA RESIDE EN LA REITERACIÓN SERIAL DE UNA INTERESANTE CANTIDAD DE MITOS SOBRE EL PERONISMO, EL VOTO PERONISTA Y CUESTIONES AFINES"
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Lo cierto, a medida que se suceden los cambios demográficos, sociales y culturales en la Argentina, es que cada vez son menos los votantes peronistas tradicionales (creo que se dice “ortodoxos”) y más los votantes que se ganan y se pierden en función de gestiones concretas, dignas del recuerdo por el motivo que fuere. Y en ese sentido, me parece importante destacar que lo que se recuerda es, siempre, aquí y en todas partes, terreno de disputa. En ese sentido, quiero postular algunas ideas iniciales para una reflexión que, necesariamente, tenderá a comprender la persistencia, no de un fenómeno inmodificable, sino de una tradición que se ha reinventado continuamente a lo largo de los años, y que no requiere de pruebas históricas, sino de presencia, trabajo político y gestión adecuada de los recursos del Estado para perdurar. Y todas esas cosas se han dado. En menos palabras, no fue magia.
La primera razón importante que explica el fracaso de las opciones renovadoras del peronismo post kirchnerista, reside en que, sin alcanzar en ningún momento el grado herético ni la adhesión del momento original -porque no estuvieron los recursos, porque faltó habilidad, por lo que sea-, el kirchnerismo transformó al peronismo realmente existente. Diría más, el peronismo del siglo XXI remitirá siempre al kirchnerismo, a su trabajo simbólico, incluso cuando no exista una adhesión a su liderazgo político personal. Hay un piso cultural y social mínimo, una serie de conceptos sobre lo que es el Estado y para qué sirve, sobre la importancia de la inclusión social -que no es justicia social, pero ese es otro tema: vivimos en otro mundo, donde el trabajo ocupa otro rol, diferente de la sociedad de posguerra-, sobre la lucha contra la pobreza, sobre el valor de la defensa de los derechos humanos, sobre la relación con los valores de un progresismo que no por iliberal deja de ser ajeno a las tradiciones nacionales, que forma el piso de lo que casi cualquier joven peronista entiende que es y debe ser la Argentina. En ese sentido, el kirchnerismo ha transformado a los distintos peronismos lo suficiente como para que sea inútil, fatuo, creer que hay algo más, un reservorio de ortodoxia, que puede construirse en ajenidad a esos requisitos antes mencionados. Poco importa, por ejemplo, que el vínculo entre peronismo y derechos humanos sea en verdad algo muy reciente, que la agenda de derechos humanos haya sido impulsada por el radicalismo en los lejanísimos años ochenta. Importa menos que la Asignación Universal por Hijo, en adelante AUH, haya sido un proyecto de la CTA, del ARI o incluso una recomendación del Banco Mundial, que llegara tan tarde como en 2009, seis años después del inicio del ciclo kirchnerista. Hoy, como la jornada de ocho horas lo fue en los años cuarenta, se trata de logros del kirchnerismo, que no se discuten salvo en ámbitos académicos donde importan cosas tales como la precisión histórica.
Es quizá ese dato tan elemental el que han leído tan mal las distintas alternativas renovadoras, y también los proyectos de la nueva derecha, sea esta lo que fuere. Las tradiciones no se guardan siempre iguales a sí mismas, cambian y se resignifican a medida que se alimentan de nuevos acontecimientos, fundan nuevas columnas, materiales y simbólicas, donde se aprenden nuevas ficciones y se forjan nuevas identidades. Bueno sería reconocer ese piso mínimo -y el gobierno de Macri lo ha hecho, mal o bien, en el caso de la AUH y la política social, no así en el campo de la cultura progresista, donde fundó una de sus mayores disrupciones y rupturas con lo que entendía eran los valores de una facción. Así, hemos visto una siembra generosa de punitivismo y agendas de derecha, muchas veces por parte de quienes se presentaban como la superación peronista del propio peronismo, su renovación con naftalina.
"LA PRIMERA RAZÓN IMPORTANTE QUE EXPLICA EL FRACASO DE LAS OPCIONES RENOVADORAS DEL PERONISMO POST KIRCHNERISTA, RESIDE EN QUE, SIN ALCANZAR EN NINGÚN MOMENTO EL GRADO HERÉTICO NI LA ADHESIÓN DEL MOMENTO ORIGINAL -PORQUE NO ESTUVIERON LOS RECURSOS, PORQUE FALTÓ HABILIDAD, POR LO QUE SEA-, EL KIRCHNERISMO TRANSFORMÓ AL PERONISMO REALMENTE EXISTENTE"
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Quizá, se pueda argumentar, todo esto no sea importante. Pues, al fin y al cabo, lo que diferencia al kirchnerismo de sus otros, de las alternativas que hoy son oficialismo y que buscan cambiar para siempre el rostro del país, es su proyecto económico y social, su propuesta de perfil productivo para el país. Hay algo de verdad en ello. Por ejemplo, está claro que la lógica financiera de estos años, que pagaremos por décadas, ha sido un retroceso indudable y lamentable. Es cierto, también, que la eficiencia no puede ser el único criterio con el cual evaluar si un productor, agrícola o industrial, “sirve” a la sociedad: Europa lo demuestra bien al sostener su producción agrícola atrasada e ineficiente porque entiende que cumple una función social. Función que aquí es más difícil de sostener, pero que el kirchnerismo quiso defender para sectores industriales muchas veces incapaces de conectarse competitivamente con el mundo, en un contexto de recursos fiscales mínimos -la comparación puede ser, ora con Europa, ora con la Argentina de entreguerras-, y de capacidades estatales poco articuladas.
Pero esto mismo podría verse de otro modo. Pues, a fin de cuentas, ¿qué patrón productivo “diversificado” nos legaron los años kirchneristas? La economía extractivista, minera o agraria, Vaca Muerta… y la lista no sigue mucho más allá. Y si no sigue mucho más allá, es porque la economía post convertibilidad no fue mucho más allá de las capacidades primarias del país, aunque deba destacarse todo el tiempo el esfuerzo fiscal descomunal que implicó el intento de revertir esta tendencia. En ese sentido restringido, Cambiemos se lleva mejor con los ganadores, con la Argentina de la soja, el gas y el petróleo. La acepta como es, le quita tributos, la convierte en su base social. El kirchnerismo, como el peronismo clásico en su momento, busca expandir los rubros productivos, pero quizá por falta de tiempo, quizá por falta de imaginación y recursos, no rompió verdaderamente con ese patrón primarizador. Sí tuvo la vocación distributiva de hacerlo tributar, desatando uno de los conflictos más agudos, más profundos y menos entendidos de la historia de nuestra democracia desde 1983. Lo cierto es que tenemos que ir más allá de la soja, el trigo y el petróleo, pero no sabemos cómo. Reconciliarse con las ventajas comparativas del país es aceptar el piso de 30% para la pobreza como un dato natural, lo mismo con la creciente concentración económica de estos últimos cuatro años. Ahí hay un núcleo para pensar cómo una fuerza política que hace de la inclusión y, eventualmente, de la justicia social sus banderas, puede balancear el tremendo poder de fuego del mercado global.
"EN ESE SENTIDO RESTRINGIDO, CAMBIEMOS SE LLEVA MEJOR CON LOS GANADORES, CON LA ARGENTINA DE LA SOJA, EL GAS Y EL PETRÓLEO. LA ACEPTA COMO ES, LE QUITA TRIBUTOS, LA CONVIERTE EN SU BASE SOCIAL. RECONCILIARSE CON LAS VENTAJAS COMPARATIVAS DEL PAÍS ES ACEPTAR EL PISO DE 30% PARA LA POBREZA COMO UN DATO NATURAL, LO MISMO CON LA CRECIENTE CONCENTRACIÓN ECONÓMICA DE ESTOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS"
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El otro campo en que ha escaseado la reflexión y sobrado el voluntarismo ha sido el campo institucional. Por décadas, el peronismo fue antiliberal: lo fue su centro, lo fue su ala izquierda, lo fue su ala derecha. Y lo fue desde su origen, como muestra la inteligente tesis de Sabrina Ajmechet, que espero este año salga publicada. Todas ellas tenían en común el rechazo y la aversión a las formas institucionales necesarias para sostener una democracia republicana. Basta con leer a Perón para darse cuenta de que esto no operó como una casualidad. El peronismo se pensaba como el estadio real de la democracia sustantiva, a partir de sus continuos éxitos electorales. Una mayoría con derecho a ir más allá de las reglas que la consagraban como tal, las reglas que nos constituyen como comunidad. Eso se atenuó o pareció desaparecer en los años ochenta y en los años noventa, para volver como sueño delirante durante algunos picos álgidos del último gobierno kirchnerista. No hay manera de enfatizar lo que diré a continuación adecuadamente: fue un error. Liberalismo y democracia constituyen un matrimonio con aporías indudables, hay bibliotecas enteras que lo tratan, pero ese también es un piso que es necesario respetar para crecer y perdurar. Las intenciones no lo son todo, las formas son esenciales para el funcionario. Lo nuevo del kirchnerismo es que también sus socios progresistas se mostraron iliberales, justificando así un desvío que nunca debió haber ocurrido, y que es síntoma -como sucedió durante el intento de reforma de la justicia- de un aprendizaje que todavía nos falta.
"POR ESO ES IMPORTANTE, TAMBIÉN, AUNQUE PAREZCA NAIF DECIRLO, CUIDAR LAS INSTITUCIONES. LAS INSTITUCIONES IMPORTAN"
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Aquí se me dirá que nuestros adversarios comunes tampoco son liberales: basta con ver el ejercicio desmedido, el abuso de la prisión preventiva y la manipulación institucional constante que hace Cambiemos del Poder Judicial, tarea que comenzó ni bien asumió Mauricio Macri, para percibir que hay algo de extendido en el desprecio por los procedimientos. De nuevo, el tu quoquees mal consejero. No sólo por consideraciones electorales, sino porque la acción de gobierno siempre funda una cultura política que va más allá de la propia fuerza, y que genera límites que, en el tiempo, también absorbe el adversario. La moderación no es sólo un imperativo táctico, sino estratégico. La polarización que animó estas iniciativas debe ser desmontada si queremos vivir en una democracia sana, si queremos fundar un régimen que perdure y que genere adversarios capaces de comportarse como tales.
Todo lo anterior no implica desconocer los riesgos del “hacer política” cuando ese hacer afecta intereses concretos: el caso de Brasil es evidente en ese sentido. Por eso, también es importante aprender a tejer alianzas que reconozcan a la parte como tal, sin pretensión de totalidad, pero tampoco sin subestimar las intenciones de adversarios que no dejan de ir por todo. Por eso es importante, también, aunque parezca naif decirlo, cuidar las instituciones. Las instituciones importan, no hace falta leer la vasta biblioteca de la ciencia política y la economía política comparada para comprender que, sin instituciones fuertes, no hay ni habrá crecimiento, desarrollo, inclusión que sean duraderos.
"LA MODERACIÓN NO ES SÓLO UN IMPERATIVO TÁCTICO, SINO ESTRATÉGICO. LA POLARIZACIÓN QUE ANIMÓ ESTAS INICIATIVAS DEBE SER DESMONTADA SI QUEREMOS VIVIR EN UNA DEMOCRACIA SANA, SI QUEREMOS FUNDAR UN RÉGIMEN QUE PERDURE Y QUE GENERE ADVERSARIOS CAPACES DE COMPORTARSE COMO TALES."
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¿Por qué son necesarias estas reflexiones, se me preguntará? Porque, en el mejor de los casos, el próximo gobierno será un gobierno de minoría, en una sociedad polarizada, con una economía paralizada, pendiente de un tipo de cambio que no puede controlar y obligado por una deuda que no puede pagar. Requerirá, necesariamente, ejercicios de consenso para gobernar, para no chocar. No será una restauración, no será fácil, y muchas de estas recomendaciones apenas apuntan a que llegue a ser. El pasado no vuelve, hay que saber inventar el porvenir. De eso se trata. La moneda está en el aire.

Las fintech y el abuso de la desregulación Qué hay detrás de la disputa entre Palazzo y Mercado Libre

El gremio bancario reclama el encuadramiento de los trabajadores de servicios de finanzas digitales. Fuerte rechazo empresario y un ataque destemplado de Macri a Sergio Palazzo.
Sergio Palazzo (La Bancaria) y Marcos Galperín (Mercado Libre). Nuevas tecnologías y viejo fraude laboral.
Sergio Palazzo (La Bancaria) y Marcos Galperín (Mercado Libre). Nuevas tecnologías y viejo fraude laboral. 
El sector de finanzas y tecnologías Fintech, que ofrece sus servicios vía plataforma digitales, sigue generando polémica. Hace unas semanas se destapó un conflicto que lleva meses con los bancos por temas impositivos y de regulaciones. En los últimos días apareció otro frente de debate: la demanda de encuadrar a los trabajadores del sector en el marco laboral de los bancarios. Hubo declaraciones cruzadas entre los referentes gremiales de los bancos, como Sergio Palazzo (de la Bancaria), y los representantes de la industria Fintech, como Marcos Galperín (de Mercado Libre). El primero planteó que el sector aprovecha la desregulación para flexibilizar las condiciones de empleo. El empresario dijo que se trata de una extorsión y amenazó con mover su filial a Uruguay. 
“Lo que sostengo es que los trabajadores Fintech deben estar encuadrados dentro de la relación de los trabajadores bancarios. Esto representaría un sueldo mayor y mejores condiciones laborales de las que tienen. Si prestan servicios financieros, tienen que estar dentro de La Bancaria y de nuestro convenio colectivo de trabajo", afirmó Palazzo. El gremio fue uno de los pocos que consiguió mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en los últimos años y no resignaron cláusulas del convenio. La categoría inicial de un empleado del gremio -incluido el área de call center- recibe un salario de 51.318 pesos. 
Las empresas tecnológicas como Mercado Libre, que este año empezó a masificar en forma exponencial su aplicación para transferencias y ahorro de Mercado Pago, rechazan la sindicalización de sus empleados y aseguran que la poca flexibilización laboral en la Argentina produce problemas para las empresas y la innovación. El empresario, el año pasado, había sido explícito respecto de su idea de los salarios para sus empleados. “Si les molesta que el aumento fue 5 por ciento, Mercado Libre no es para ustedes”, dijo en agosto de 2018 en una charla interna de la compañía que terminó filtrándose a la prensa.
La empresa de Galperín es una de las más importantes de Latinoamérica y tiene una valuación bursátil de 30 mil millones de dólares. Las discusiones respecto de los sueldos y las condiciones de trabajo de su personal resultan chocantes con la fortuna que maneja la firma. No fue el único de los referentes Fintech que pretende evadir la sindicalización del personal. “Las declaraciones del gremio bancario fueron desafortunadas. Manifestamos nuestro profundo rechazo al uso del enfrentamiento, la intimidación y la prepotencia para encuadrar a trabajadores de manera ilegal y sin respetar la normativa vigente en actividades no alcanzadas por el marco gremial bancario”, mencionaron en la cámara Fintech.
La tensión entre las empresas tecnológicas que ofrecen servicios financieros poe plataformas digitales y el gremio que agrupa a los bancarios resultará difícil de zanjar. Las Fintech pretenden trabajar en un esquema de absoluta desregulación laboral y de normativas aprovechando que el corazón de sus negocios es la tecnología. La Bancaria reclama, con razón, que empleados que hacen tareas casi idénticas en un banco y en una Fintech, tengan condiciones de trabajo similares. 
La política se metió en la el debate y hubo declaraciones del presidente Macri a favor de los empresarios. “Ese señor Palazzo también es un prepotente. Quiere avanzar sobre un sistema que desde la tecnología le mejora la vida a la gente. Porque hoy hay gente que en estas plataformas digitales nuevas puede colocar su dinero, a intereses por día y pagar en forma electrónica, vamos todos rumbo a pagar en forma electrónica", dijo. Las declaraciones resultan impropias y faltas de respeto a las condiciones del trabajador. En particular, teniendo en cuenta los beneficios que recibió Mercado Libre todos estos años y la falta de iniciativas públicas exitosas para lograr que el sector público lidere la transformación digital de los servicios financieros en favor de la gente.

Opinión Un presidente retrógrado acelera el retroceso

Desde Río de Janeiro
"Habla inglés y español, es amigo de la familia Trump, viajó por el mundo". Así justificó el presidente brasileño Jair Bolsonaro la intención de nombrar a su hijo, el diputado Eduardo, para ocupar el puesto de embajador en Washington. A la mañana siguiente, el elegido agregó otra credencial a las mencionadas por el papá presidente: "Conozco bien el país, ya preparé hamburguesas en el estado de Maine, bajo mucho frío". Y Bolsonaro padre agregó otro argumento para justificar su idea: “Es como si el presidente Mauricio Macri indicara un hijo para ser embajador de Argentina en Brasil. Tendría, claro, un trato especial’.
La de Washington es la embajada más importante para Brasil, y ha sido reservada siempre a diplomáticos con larga experiencia. De confirmarse lo anunciado, por primera vez alguien será nombrado por saber inglés y español y haber viajado mucho. Antes que alguien le preguntara si una azafata que hable varios idiomas y ha viajado mucho más no sería mejor para el puesto, Bolsonaro aclaró que no estaba nombrando al hijo por ser hijo, sino por tener las condiciones requeridas.
No pasó inadvertida una coincidencia nada casual: desde abril la representación en Washington está sin titular. Y un día antes del anuncio divulgado por el papá presidente, Eduardo cumplió 35 años, edad mínima exigida por ley para que alguien sea nombrado embajador. A la mañana siguiente, el matutino conservador O Globo dijo que anónimas "fuentes del gobierno" afirmaron que Trump había decidido nombrar a su hijo embajador en Brasil. Nadie logró confirmar la información.
No ha sido la única perla de la semana: otras dos llamaron la atención. En un país que tiene legislación durísima contra el trabajo infantil, y vive bajo la lupa de organismos internacionales que tratan del tema, Bolsonaro dijo que empezó a trabajar a los diez años y que "el trabajo dignifica al hombre". Y al otro día, en un culto de autonombrados pastores evangélicos, dijo que cuando le toque nombrar a alguien para el Supremo Tribunal Federal elegirá a uno que sea "terriblemente evangélico". Dicha declaración refleja el profundo malestar presidencial a raíz de la decisión de la corte suprema que declaraciones e iniciativas homofóbicas sean consideradas actos criminales. Bolsonaro concluyó la frase con una afirmación tajante: "El Estado es laico, pero nosotros somos cristianos".
Los criterios en los dos casos – nombrar a un hijo para el puesto diplomático de mayor relevancia porque viajó mucho y elegir a un nuevo integrante de la corte suprema tomando como base la religión practicada – indican la pérdida de rumbo de un gobierno cuya capacidad de extravagancia supera a cualquier otro en la historia de la República. Si Bolsonaro efectivamente designa a su hijo en la embajada, surgirán obstáculos para que el nombramiento sea efectivo: se trata no solo de nepotismo descarado, como de la elección de alguien que irremediablemente no tiene ninguna condición para el puesto. La designación tendrá de ser refrendada por el Senado. ¿Habrá resistencia?
Mientras la opinión pública se distrae con las extravagancias del ultraderechista, el país retrocede aceleradamente en varios aspectos determinantes. La cuestión ambiental, por ejemplo, que se agrava a cada semana, quizá el punto más sin retorno de semejante saga. La destrucción de inmensas áreas bajo protección aumentó de manera escandalosa, y seguramente tendrá consecuencias en el comercio exterior, especialmente con países europeos.
También la política externa, bajo el comando de un diplomático mediocre y fundamentalista, adopta iniciativas alarmantes. La actuación de Brasil en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU provocó sorpresa e indignación en antiguos aliados, al alinearse a países islámicos en temas de derechos sexuales y reproductivos, principalmente los relacionados al matrimonio infantil forzado. El vuelco en la posición brasileña tradicional le costó al país ser ampliamente derrotado al lado de Egipto, Arabia Saudí y Paquistán. También la sumisión extrema a los dictámenes de Washington destroza parte esencial de la tradición diplomática brasileña.
Retroceso en política externa, política ambiental, política educacional. Retroceso en la economía, en la política jubilatoria, aniquilación de la política cultural.
Mientras, siguen goteando revelaciones bombásticas sobre la actuación del entonces juez y actual ministro Sergio Moro. A esta altura, no hay espacio para dudar que Moro, el verdugo del ex presidente Lula da Silva, actuó como coordinador de la fiscalía. Su complicidad se extendió a los magistrados de segunda instancia, revelando una de las más escandalosas farsas jurídicas de la historia brasileña. Nadie sabe qué rumbo tomará el caso en agosto, cuando la corte suprema vuelva a reunirse.
Mientras tanto Bolsonaro sigue destrozando lo que se construyó a lo largo de décadas.
¿Hasta cuándo aguantaremos semejante aberración?

El loro de Miguel

Miguel Landhe vive en París desde que salió de la cárcel. Es hincha de River y su ídolo de toda la vida fue un nueve de la década del setenta, que sólo los muy fanáticos  pueden recordar. De apellido Montemarani,  flaco, alto, torpe y desgarbado, fue goleador de la reserva y jugó muy pocos partidos en primera. Luego, quedó convertido en una anécdota que Miguel revivía como crack cada vez que relataba, desde su celda en la prisión de Magdalena, partidos imaginarios de su querida banda roja.
Pero no es por Montemarani que sus compañeros recuerdan a Miguel cada vez que se juntan para matear y lamerse las heridas que aquellos años les dejaron.
Miguel ocupó durante buena parte de ese tiempo de cautiverio la última celda en el pabellón nueve de esa prisión militar, y desde ahí contagiaba a todos su alegría.
Junto a Miguel Ortiz, eran los dos ciudadanos franceses a los que el Cónsul de ese país visitaba para interesarse por su estado, pero en esos años ese tipo de contacto, lejos de ser un privilegio, era una causa para sufrir represalias extras.
El director de la cárcel, coronel Romero, recibía al Cónsul en sus oficinas, compartían el té y la charla sobre polo y caballos de carrera, a los que ambos eran adictos. Luego el Cónsul hablaba con los dos migueles y ellos les denunciaban las torturas y privaciones a los que eran sometidos. El Cónsul desconfiaba de los prisioneros y no de los militares, que tan bien lo recibían y agasajaban.
Cada noche de cada día en que eran visitados por el Cónsul, los dos franceses eran sacados de sus celdas y sometidos a golpes y humillaciones. Al grito “de acá no hay Cónsul que valga”, los gendarmes se ensañaban con ellos al punto de obligarlos a pedir al diplomático que suspendiera sus visitas.
Pero tampoco es esto lo que perdura en la memoria de los compañeros de Miguel Landhe.
Una tarde de domingo, en la mitad del hastío, el grupo de presos políticos del pabellón nueve entabla una conversación a los gritos, de celda a celda, sobre un tema que no puede comprometerlos frente a sus carceleros. Los presos discuten cuál es el mejor método para enseñarle a hablar a un loro.
Cada uno tiene su receta y los compañeros del interior se lucen más que los porteños en esas sabidurías.
El tucumano Maza dice que hay que encerrarlo en un cuarto oscuro y repetirle muchas veces lo que uno quiere que el loro diga.
Osvaldo López, que es cordobés, no está de acuerdo, y dice que hay que acariciarle el pico con sal mientras se le enseña la frase. No, no, tercia el Tano Giusti, que afirma haber tenido un loro que se hablaba todo y que aprendía tomando sorbitos de ron cubano. Hay que emborracharlo, grita queriendo convencer al resto.
Así va pasando esa tarde de domingo en el pabellón nueve, que es húmedo y muy frío, donde una guardia tolerante permite a los presos transcurrir las horas con una discusión que no definirá el curso de la lucha de clases pero sí la posibilidad de que un loro hable más y mejor que otro.
Miguel nunca tuvo loros, pero grita desde el fondo que cuando salga en libertad se comprará uno para que lo acompañe por la vida. Aunque no sabe si el loro preferirá hablar en francés o en castellano, no es ésa la duda que lo inquieta. Cuando se acababa la discusión y cada uno había dado su método, Miguel dispara desde su celda del fondo: “Compañeros, una pregunta. ¿Una vez que el loro aprendió a hablar, se limita a repetir siempre la misma frase que uno le enseñó, o se puede mantener con él una conversación?” Ya está dicho, tarde se da cuenta Miguel que no tiene retorno.
Hoy, desde París, manda fotos y grabaciones charlando con su loro para que sus compañeros, cuarenta años después, sigan explotando de risa. Su loro es bilingüe, dice Miguel y consta en las grabaciones, habla francés y castellano con la misma soltura. Lo que nunca revela Miguel es el tenor de las conversaciones que sostienen. Ni por cual método se decidió de todos los que se discutieron aquella fría tarde de otoño en la prisión de Magdalena.