lunes, 8 de julio de 2019

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EL MUNDO 08 de julio de 2019 El llamativo paralelismo que trazó el mandatario entre la histórica figura y la joven congresista Trump comparó a Ocasio-Cortez con Eva Perón


Ocasio-Cortez, diputada nacional por la ciudad de Nueva York, agradeció la comparación con Evita.
Ocasio-Cortez, diputada nacional por la ciudad de Nueva York, agradeció la comparación con Evita. 

Imagen: AFP
Según un nuevo libro que adelantó hoy el diario británico The Guardian, el presidente norteamericano Donald Trump hizo una confusa comparación entre Eva Perón, la emblemática dirigente y actriz argentina, y la joven representante demócrata estadounidense Alexandria Ocaso-Cortez, símbolo de la nueva política progresista dentro del Partido Demócrata.
Trump afirmó que Ocasio le recuerda a Evita pero, en línea con su pensamiento de derecha y su afianzado rechazo hacia las expresiones populares, lo dijo para atacarlas. "Estaba despotricando y delirando como una lunática en la calle", habría dicho Trump al trazar un peyorativo paralelismo con la figura histórica argentina.
“Esa es Evita”, manifestó Trump cuando la hasta entonces mesera latina de Nueva York logró desbancar al histórico congresista Joseph Crowley en las primarias del distrito de 2018. Pero sus palabras no quisieron ser halagadoras, ni reconocieron el gran logro de Ocasio Cortez contra el sistema de representación que excluye a las minorías. "Veo a una mujer joven despotricando y delirando como una lunática en la calle y me digo: 'Esto es interesante'. La llamé Eva Perón. Ella es Eva Perón. Es Evita", recordó el mandatario que dijo cuando recién se enteró de su primera victoria electoral.
La historia sobre el comentario de Trump fue descubierta por el periodista Tim Alberta, quien contó que en el momento Trump enfatizó de forma graciosa el apodo “Evita”, pronunciándolo como “ah-vit-tah”, demostrando su poco conocimiento sobre la dirigente argentina.
Trump también ponderó su capital político, para luego volver a criticarla. "Ella tiene talento. Esas son las buenas noticias. Las malas noticias es que no sabe nada. Tiene criterio, lo que es un factor importante y eso es importante, pero no sabe nada. Pero con el tiempo, tiene verdadero potencial", sostuvo el mandatario.
La congresista respondió vía Twitter y tomó como un elogio que se la compare con Evita. "Sé que, como todas las mujeres del pueblo, tengo más fuerza de la que parece", citó.
El libro titulado Carnicería Estadounidense: En la Primera Línea de la Guerra Civil Republicana fue escrito por el periodista Tim Alberta, del sitio de noticias Politico. Será publicado el martes 16 y contiene al menos una entrevista exclusiva con Trump.

Ocasio-Cortez, una figura en ascenso

Alexandria Ocasio-Cortez nació en 1989 en Nueva York y se crió en el seno de una familia trabajadora. De madre portorriqueña y padre nacido en el barrio del Bronx, viajaba todos los días 40 minutos para estudiar en una escuela de Yorktown. Tras su victoria contra Crowley, como representante de Queen-Bronx siguió estando en el centro de la escena en Washington. Entre sus principales propuestas, reclama un un impuesto de hasta el 70 por ciento para los ingresos superiores a los 10 millones de dólares, el desmantelamiento de la policía fronteriza y que el país cumpla con el acuerdo para la mitigación del cambio climático.
En sus últimas entrevistas, Ocasio-Cortez había advertido que Estados Unidos estaba virando hacia el fascismo bajo el gobierno de Trump. La joven neoyorquina se puso al frente de la cruzada por visibilizar la crisis humanitaria que se vive en la frontera sur con México y las malas condiciones de los centros de detenciones de migrantes que tanto defiende el gobierno de Trump, además de convertirse en una voz obligada contra los beneficios de las grandes empresas y a favor de aprobar leyes para resistir el cambio climático.
Trump también apuntó contra ella en más de una oportunidad, aunque por otro lado demostró cierta simpatía. Por ejemplo, en abril dijo que el Green New Deal, que ella encabezó y que reúne conjunto de propuestas políticas para ayudar a abordar el calentamiento global y la crisis financiera, no sería una victoria electoral. Para Trump, fue apenas el trabajo de "un joven cantinero", una referencia al trabajo de Ocasio-Cortez antes de la política, a quien sin embargo definió como "una joven maravillosa".

Divididos - Pepe Lui (Videoclip)

EL PAÍS 08 de julio de 2019 La decisión de los indecisos

Comenzada formalmente la campaña electoral y sin perder de vista algunos componentes estéticos y de contenido, a los que se alude dentro de unas líneas, vale preguntarse si hay mucho más para decir, ver, escuchar, registrar. O si acaso se trata de que la unificación opositora le acierte a unas pocas y precisas propuestas.
De adelanto: son (casi) solamente interrogantes porque, según antecedentes de sobra, la efectividad del proselitismo se mide con el resultado puesto y, antes, mediante cómo calza en un clima social predeterminado.
Hasta ahora, y como le cabe a toda fuerza oficialista, el macrismo se expresa con sus decisiones, que son inequívocas. Tuvo contramarchas políticas, pero nunca ideológicas. La más ostensible fue designar a Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula, y en el terreno operativo no le fue muy bien que digamos salvo por la cortina de humo de haberle caído fantástico a la invisible confianza externa.
Fuera de eso, Casa Rosada armó sus listas a gusto y piacere, el senador quedó pintado y, al margen de si fue él quien engendró la movida de proscribir a José Luis Espert para evitar fugas por derecha, lo evidenciado a hoy es un boomerang: lo victimizaron, le hicieron una publicidad extraordinaria y todo para nada, porque el humorista quedó firme como candidato con sus votos que, en primera instancia, se restarían de ex Cambiemos.
Apuntes como esos podrán ser considerables si se atiende a chicanas e intrigas de palacio, y lo serán mucho más si las primarias acaban en una diferencia grande o indescontable a favor de Fernández y Fernández. Lo cual ocurriría con el diario de un lunes que todavía debe construirse.
Mientras tanto, el Gobierno avanza a un paso vaya a saberse si convincente en cuanto a sus chances electorales. Pero es una marcha que no ofrece dudas, ninguna, acerca de su estable decisión.
Los cambiemitas ganarán o perderán con las botas puestas, e incluso se dan el lujo de advertir que trasladaron todas sus bombas para después de diciembre.
Una deuda externa triplicada en sus intereses desde 2016, no en factura de acreedores privados sino con un organismo financiero internacional. Lo que queda de los tarifazos, cuyas cuotas pasan asimismo a luego de las elecciones. Las reformas laborales y previsionales, que en el primer caso consistía en llamar “flexibilización” a lo ahora denominado “competitividad”. En el segundo, lesionar a los futuros jubilados sin siquiera desmentir que intentarán volver al fraude del sistema de capitalización.
Todo informado. Todo avisado. Incluye al dólar en descenso y en retraso cambiario, con el propio “mercado” recordando que eso  explota inevitablemente. Todo –en principio– para después del diciembre en que, Macri dixit, harán las cosas que hacen pero más rápido todavía.
No sólo eso.
Es un hecho de no tantos antecedentes, por su dimensión de falsedad técnica, que el Gobierno haya vendido el buzón de un acuerdo Mercosur–Unión Europea, inexistente en letra chica pero también en la mayor y, con suerte, a implementar en unos cuantos años.
No hay una sola referencia específica al margen de intenciones macropolíticas que, nada menos, deben atravesar la aprobación de un Congreso que, muy probablemente, estará integrado por una mayoría opositora.
Redoblan la apuesta con otra fake absoluta, el convenio de libre comercio con Estados Unidos que en el menemato se titulaba “intercambio recíproco” y que Martín Granovsky resumió en su artículo sobre el desentierro del ALCA (PáginaI12, viernes pasado): es una burla a Washington que, justo a 243 años de la independencia norteamericana, la oferta se produzca justo al rato de haber anunciado la intención de firmar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
“Los historiadores recordarán que cuando Mauricio Macri hizo el anuncio estaba en plena campaña por su reelección, y que un asesor ecuatoriano le recomendaba sacar de la galera un conejo por día para compensar noticias como la caída de la producción automotriz (y la industrial, o los índices de la construcción), o los cinco muertos de frío en condiciones de indigencia”.
Pero estos escándalos de la derecha gobernante, que se esparcen entre pornografía, estupideces, ninguneo mediático y falta de muñeca en visión de largo aliento, están lejos de una parte social decisiva. La de los indiferentes, unánimemente citados como “indecisos”.  Son clave para el resultado de elecciones en que se juega un dramático futuro de mediano plazo.
Estimables focus group, realizados desde proveniencias oficialistas y opositoras, por el momento mantenidos en reserva, muestran que los vacilantes no son atendidos como se debe en los mensajes conocidos hasta acá. Ni por el macrismo, que actúa en base al pasado kirchnerista despreciable, ni por la unidad o unión que por fin logró el espacio del peronismo globalmente entendido.
Los unos y los otros están hablándoles con prioridad a sus núcleos duros,  con la diferencia de que el Gobierno se asienta en sus hechos horribles pero sin ambigüedades y la oposición permanece genérica. Difusa respecto de propuestas más concretas, mejor enfocadas hacia un público más amplio.
Una de las consultoras, Argumentaria, que trabajó sobre este tema en el conurbano bonaerense, advierte que la apelación a un pasado que era mejor, y a un presente desastroso, no causa efecto en una ciudadanía necesitada de argumentos más específicos. El factor “épica”, por sí solo, no suma.
Es desde ahí donde, pareciera, la oposición necesita valor agregado, tanto en las declaraciones de sus candidatos como en la campaña propiamente dicha.
Acerca de lo segundo, las piezas publicitarias –de todas las fuerzas–  revelan, primero, las mismas deficiencias de continente que se saben hace rato. Con guiones predecibles y cansadores, mal locutadas, hechas a las disparadas, cabe inquirir si a esta altura los comandos de campaña están en verdad interesados en esa artillería que recorre radio y tevé hasta agotar a cualquiera.
Ocurre que el oficialismo no tiene más nada que demostrar, ni en sus spots ni en su acción de gobierno, y el Frente de Todos sí.
Cristina cubre la sección emocional, lo hace sin imperfecciones, trabaja desde el lugar al que se bajó subiéndose de otra manera y consolida la pasión de los votos asegurados.
Conseguir al resto, para el intento de liquidar el pleito en primarias o primera vuelta, requiere de mejores precisiones.
Alberto Fernández ya dejó claro lo que no se propone y se asienta como figura con juego propio. Sus reuniones ampliadas de los últimos días, con gobernadores e intendentes del conurbano, no hubieran sido posibles con CFK en papel protagónico. Aquello de que ella divide y Alberto suma, o que con Cristina no alcanza y sin ella no se puede.
Lo que no, ya está. Fue la agenda que el aparato del macrismo impuso en los momentos iniciales de lanzada su candidatura, y contestarle era inevitable.
No a la venganza, ni a que el gobierno de la unidad cometerá la chiquilinada de anunciar el no pago de la deuda con el Fondo, ni a que será Cristina quien le armará el gabinete, ni a cualquier ruta en esas direcciones.
Para lo que sí, sin tampoco caer en la inocencia suicida de anunciar cada medida a disponer, sería imprescindible que la oposición trazara ciertos ejes mucho más definidos que los vistos al presente.
El centro global es claro y pasa por palabras o disparadores como recuperación, reconquista, volver al trabajo y al mercado interno, acabar con la timba financiera, edificar sobre los escombros que deja Macri. Y formular esa “poesía” válida con creatividad propagandística, desde ya.
Pero aquella parte sustantiva de “la gente” demanda unas formulaciones más concretas, del tipo de cómo será un plan de emergencia para asistir a los pobres e indigentes que la brutalidad gobernante multiplicó, a cuáles ganancias se afectará para sacar los fondos que la reparación compele, de qué modo que no sean oraciones fáciles volverá el crédito productivo.
En otras palabras, se supone que hay dos pecados en que una oposición auténtica no debería incurrir.
Uno es cometer sincericidios.
El otro, no señalar a cuales minorías se afectará.
La plata para la reconstrucción de algún lado hay que sacarla y tarde o temprano deberá decirse de dónde, so pena de mostrar un programa aguachento o melancólico. Cuidado, porque el macrismo no duda.

EL PAÍS 08 de julio de 2019 Intemperie

Vélez, otro estadio que dio cobijo a los sin techo.
Vélez, otro estadio que dio cobijo a los sin techo. 
Habitamos una ciudad en la que muchas personas viven a la intemperie. El censo que realizaron las organizaciones sociales que trabajan sobre la situación de calle indica: 7251 personas. En cada barrio, en cada calle. Habitamos esa ciudad y eso implica caminar sin ver, o ver tratando de evitar ser afectados. Que esos cuerpos en las calles no traspasen con su grito mudo nuestro propio andar, esa salida del cine, la vuelta del trabajo, las bolsas con las cosas necesarias para hacer una comida en el abrigo hogareño. Caminar como si viéramos una pantalla y no cuerpos reales, sintientes, temblorosos. Cuando la inmunización falla la angustia corroe.
¿Qué es una ciudad atravesada de ese modo por la desigualdad? ¿Cómo se vive cuando la renta inmobiliaria vuelve inaccesible la vivienda para quienes trabajan? Ciudad a la que dan ganas de ponerle bombas, escribía Rafael Barret en una furibunda crónica a la que llamó “Buenos Aires”. Decía: donde hay riquezas ostentosas y personas buscando comida entre la basura. La crónica fue escrita a principios de siglo XX, en una urbe que se gloriaba de moderna y de pródiga. En una época en la que había anarquistas que pensaban que la furia debía manifestarse en pólvora y dinamita. Ahora ¿qué hacemos con el dolor, la furia, lo que nos acontece cuando no podemos pensar a esos cuerpos como figuras en una pantalla, cuando nos retorna el saber de lo sintiente, la certeza del padecimiento, la crueldad que supone someter la vida al mercado?  La crueldad que se inscribe en cada despojo, la que arroja a las personas a las calles, la que produce intemperie, la que surge de pensar que todo es cuestión individual, de éxito o  fracaso, de esfuerzo y mérito.
La lógica de la meritocracia es cruel, pero también falaz: desconoce que hay condiciones sociales más propicias para acceder al trabajo, la educación, la salud, la vivienda, la jubilación. Que esas condiciones no resultan del azar ni de la naturaleza, y que en todo momento  es necesario que se desplieguen políticas públicas para expandir esas posibilidades. A veces con urgencia dramática: porque si la ciudad de Buenos Aires se regodea en su Paseo del Bajo mientras las ratas invaden las escuelas, si se declara vidriera y peatonal mientras hay vecines que mueren a la intemperie de frío, hay que exigirle intervenciones rápidas y precisas. En lugar de atender ese drama, lo encubren, culpabilizan a los despojados. Un ejército de trolls pagos y vocacionales se indignan porque hay quienes son remisos a noctambulear en paradores. No se trata de ahorrar dinero, sino de redistribuirlo: lo que no existe en las cuentas de las políticas públicas de amparo (lugares para residir, subsidios, atención profesional) abulta las cuentas de las fuerzas de seguridad y las canaletas de los troll center. El Estado está: públicamente con sus policías, secretamente con sus agentes de comunicación. Los funcionarios mismos, cual trolls, inventan una lengua que esquiva la afectación del drama humano, como si dejarse atravesar por el saber del padecimiento impidiera la labor gubernamental o los pusiera en jaque por su complicidad votante con la crueldad..
Los funcionarios que no pueden pensar su propia responsabilidad con la situación tampoco pueden pensar en términos de autonomía y responsabilidad de les habitantes. Parecen ofendidos, así, porque alguien no fue a un parador y se murió. La víctima deviene victimario, casi objeto de una acción policial. Salir de una lógica meritocrática para pensar no significa negar la autonomía de las personas, el reconocimiento de sus capacidades de actuar, tramar, resistir, organizar. Ni siquiera en la crisis, son cuerpos a ser llevados y traídos, arrastrados, pastoreados. Aunque aparezcan como objeto de asistencia inmediata no se trata de caridad sobre unas vidas pasivas, sino de volver a interrogar su capacidad de hacer. Mientras desde el gobierno se pensaron como trolls (meros agentes de una batalla comunicacional), aconteció una campaña desesperada en redes y organizaciones. Se pidió abrir lugares, repartir ropa de abrigo, comida caliente. Clubes deportivos y universidades, centros barriales y espacios políticos, abrieron sus puertas. Como si estuviéramos ante una catástrofe natural (son los gestos que sabemos hacer ante las inundaciones) una multitud de personas decidió tomar en sus manos la capacidad de cooperar.  No es poco. Es salir de la lógica de la crueldad que desecha. Es decir que las vidas dañadas son un problema de la comunidad y no de los individuos. Es dejar de pensar que son imágenes en pantallas para ser interpelaciones reales e inmediatas. De algún modo las y los vecinos de la ciudad más rica del país, comenzaron a actuar como si estuvieran en la más empobrecida: al tiempo que una organización civil convocaba, otros se organizaban para salir con termos y ollas de guiso y frazadas y abrigos para que la noche no sea tan larga ni coseche sus mártires.
Es necesario evitar las muertes por frío. Pero al mismo tiempo exigir más, reclamar al Estado políticas públicas. Para invierno, primavera, verano, otoño. La intemperie es un problema social: las compañeras organizadas en No tan distintas lo gritaron con certeza y urgencia. El gobierno dice que hay 1100 personas en situación de calle, el censo popular que son 1600 los que están en la calle por primera vez. Y que hay 870 niñes registrados. La noche fría acrecienta lo dramático de la situación. El cuerpo mudo rasga el silencio, lo vuelve imposible. La helada moviliza. La solidaridad salvará vidas. Ojalá que esa empresa común, que esa conjunción de esfuerzos, que esa visibilidad del daño y de las organizaciones que trabajan con las personas que están a la intemperie, sean como el barco de Carola Rackett: no sólo el imprescindible salvataje de 42 náufragos migrantes, sino el llamado de atención sobre políticas migratorias criminales, que por serlo deben ser desobedecidas. Que la conjura para proteger y protegernos de la intemperie sea el comienzo de un Basta colectivo, capaz de afirmar otra ciudad y otro país.