martes, 2 de abril de 2019

https://images.pagina12.com.ar/styles/width470/public/rest_images/na01fo01_1132.jpg?itok=mTWgXUlS
La imagen puede contener: nube
No hay descripción de la foto disponible.
La imagen puede contener: océano, exterior, texto y agua

MALVINAS (Un texto de #EduardoGaleano)

usta en manos injustas, los altos mandos enviaron al matadero a los muchachitos enganchados por el servicio militar obligatorio, que más murieron de frío que de bala.No les tiembla el pulso: con mano segura firman la rendición los violadores de mujeres atadas, los verdugos de obreros desarmados..."
#RevistaSudestada
#17añosEnLaCalle

GOBIERNO PARA RICOS QUE TIENEN TRISTEZA




Por Mario Wainfeld
La ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley anunció el aumento de la pobreza y la indigencia. Expresó que ese jueves otoñal era un “día triste”. La flanqueaba el ministro de Producción y Ramos generales Dante Sica, cariacontecido también. El presidente Mauricio Macri se evitó el mal trago, por así decir.
Los “coletazos de la crisis” serían la causa de la desdicha. Uno imagina a la crisis como un animal silvestre, un escorpión que envenena con la cola o un cocodrilo que se vale de ella para golpear. Las metáforas naturales cumplen en la narrativa PRO la función de evitar explicaciones vinculadas con la política económica.
Cabría consolar a la ministra: el jueves no fue peor día que el miércoles, los dados estaban echados. Y, si uno mira hacia el futuro, dentro de un trimestre se añorarán las cifras actuales. La pesada herencia de este Gobierno engorda cotidianamente y el porvenir es peor que el aciago presente.
Por otra parte, hay funcionarios que pudieron festejar al mismo tiempo. El presidente del Banco Central (BCRA) Guido Sandleris consiguió que la cotización del dólar bajara unas chirolas después de una escalada notable. Solo trepó el 10,8 por ciento en marzo. ¡Aleluya! Para garantizar el éxito, Sandleris dispuso aumentar la guarnición de Leliqs que atesoran los bancos, minimizando los encajes. El festival de Bonos constituye un nuevo filón para el sector financiero: miles de millones de dólares de renta extra, calcula un columnista estrella de Clarín. En el otro extremo del sube y baja los intereses de créditos para particulares o empresarios se irán a la estratósfera: buenas nuevas para Sandleris quien confía en la recesión como instrumento esencial para domar a los aumentos de precios. Los daños colaterales (que algunos populistas apodan “economía real”) no son lo suyo ni tampoco le quitan el sueño al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne.
Los tarifazos de esta semana también mejoran la buena vida de las concesionarias de servicios públicos, en detrimento de los ciudadanos- consumidores, convocados por Macri a bancársela.
Este cronista ignora si Sandleris es apenas un tecnócrata neocon obtuso (por no usar el léxico agresivo de la diputada Elisa Carrió) o lo que parece más certero: un aliado-esbirro del Fondo Monetario Internacional y del sector financiero, un promotor de la bicicleta financiera y de la fuga de capitales, de magnitud inusitada aún para la Argentina.
– – –
A los jubilados ni justicia: Macri la emprende contra la Corte Suprema por un fallo que dispensó a una jubilada del pago de impuesto a las Ganancias. No bastó la sumisión del presidente del cuerpo, Carlos Rosenkrantz, quien como siempre votó lo que le conviene al Ejecutivo. A no enfadarse: en la cantidad, eventualmente, el hombre puede emitir un pronunciamiento razonable, si favorece a la Casa Rosada.
La decisión de la mayoría enardeció al presidente. No es para tanto, la sentencia pudo ser más protectoria de los jubilados y más extensiva a otras situaciones. Sin distinguir los matices, Macri se percibe acorralado, circunstancia que excita la paranoia. Debería atender más al espejo para buscar al principal responsable de las desdichas de la gente común.
El capital financiero domina el planeta. La Argentina exagera la tendencia hasta coquetear con el suicidio. El oficialismo confía en que los agroexportadores liquiden divisas pero levantó todas las regulaciones que les imponían plazos para hacerlo. Inédito en los “países serios” y aún en los cómicos o sonrientes.
Los quinchos de la City propalan versiones y rumores en lo que antes se llamaba cantidades industriales. Relevos en el Gabinete, eyecciones, dolarizaciones, cambios hasta en las candidaturas de Cambiemos. Este cronista supone que las principales (la de Macri incluida) se mantendrán pero solo se anima a apostar un par de almuerzos y desaconseja arriesgar cifras mayores en el contexto sísmico.
– – –
La CGT minimalista: Stanley, antaño amigable con las organizaciones sociales, las desairó levantando una reunión justo en el día triste. Intuía, acaso, que agravarían su penuria. Los movimientos sociales se plegarán a la jornada de protesta convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT).
Devaluada en competencia con el peso, la principal central obrera arroja un déficit ya ilevantable durante el mandato de Macri. Los asalariados en relación de dependencia padecieron el ajuste más que las organizaciones que los aglutinan. Claro que hay sectores más damnificados dentro de la clase trabajadora; la CGT conserva un piso de representatividad y las paritarias revitalizadas durante el kirchnerismo proveen una plataforma para aminorar la caída. Méritos del gobierno popular y de las instituciones laborales, mucho más que de las cúpulas gremiales. Un elenco que, con honrosas excepciones se dejó pasar por arriba o transó en exceso con el Gobierno.
La movilización del jueves refleja la atonía de la conducción cegetista. Sin paro, sin acto, sin discursos, marchando desde un no lugar a otro (Once a la avenida 9 de julio) absteniéndose de ocupar las plazas con mayor significado simbólico y político (del Congreso o la de Mayo).
De cualquier modo, la marcha se presume masiva; la muchedumbre puede resignificar y magnificar la movida. La CGT se vio forzada a “hacer algo”: sus jefes están “condenados a representar” más allá de sus flaquezas. Generaron una caja de resonancia en la que tronarán demandas más fuertes que sus tibios comunicados.
La Paritaria Docente Bonaerense provee un contraejemplo.
– – –
Sostener la pulseada: La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal formuló a los gremios docentes una propuesta que mejora bastante la anterior, ni hablar de los iniciales. Aparte de los reajustes periódicos por inflación los salarios tendrían una suba de 15,7 por ciento pagadera en dos cuotas, como recomposición de la pérdida de valor adquisitivo en 2018. Las tratativas no terminaron al cierre de esta nota, la oferta acerca las posiciones de las partes.
La lectura política de la Casa Rosada y los medios dominantes mira con un solo ojo y ve a Vidal “haciendo la suya”: diferenciándose de Macri, accediendo a un reclamo de los trabajadores de la educación y aumentando “el gasto social”. Las sospechas de desdoblamiento electoral o de plan “V” para la elección presidencial completan el combo de chismes.
El enfoque completo debe abarcar a los gremios que pulsearon con Vidal desde el año pasado arrancando algunas mejoras y un prospecto de paritaria que (más o menos) emparde a los salarios con la inflación. Las concesiones de la gobernadora son consecuencia de la combatividad de dirigentes y laburantes, su templanza para soportar invectivas oficiales, descalificaciones periodísticas y hasta amenazas personales o a sus familiares. El marco legal de la Paritaria docente tutela a los trabajadores, como condición necesaria pero no suficiente. El resto lo agregan sus organizaciones.
Las CTA han sido más constantes en el enfrentamiento al ajuste y bregan por un Frente opositor para las próximas elecciones. Mejor postura y mejor historial reciente que demasiados sindicatos enrolados en la CGT.
– – –
Franqueza cero: Vino a cuento rememorar la bravata iniciática de Macri (“pobreza cero”) y su pedido de ser juzgado por los resultados en la lucha contra la pobreza. Vale ponerlos en vidriera a condición de añadir que la centralidad atribuida a la pobreza es un reduccionismo caro a la derecha y a ciertas vertientes religiosas. En la nueva Argentina conviven (pongalé) muchos empobrecidos con un puñado de privilegiados que la pasan bomba, cada día mejor. Todos los modelos económicos disciernen ganadores y perdedores: el macrista lo consuma con nitidez.
Líneas arriba se explicó que el Gobierno acentúa las transferencias de ingresos a favor de la banca y las concesionarias de servicios públicos. El trabajo informal –que el oficialismo incentiva con un menú surtido y cuenta con la activa cooperación de las patronales “del campo”-es consecuencia del fraude empresario y no de un flagelo impreciso. La pérdida de valor adquisitivo del salario es un instrumento de la política laboral, no un cataclismo inesperado.
El fallecido sociólogo francés Robert Castel escribió hace años sobre el “desplazamiento de la figura del trabajador hacia la del pobre como el referente principal de las políticas sociales. La ‘lucha contra la pobreza’ tiende a reemplazar las luchas por promover los derechos del trabajo”.
Retocado a nuestro modo: el combate a la pobreza como propósito único minimiza la agenda pública. Escamotea cuántos conflictos subyacen en la injusta distribución de los bienes materiales, la existencia de la puja distributiva, las tensiones entre clases solo para empezar. Si Stanley reparara en esas cuestiones su tristeza no tendría fin. Pero, más allá de sus modales corteses, forma parte del equipazo que vino a cambiar la historia. En eso están.
mwainfeld@pagina12.com.ar
31/03/19 P/19

LENGUARAZ



Las pobres mentiras de Macri sobre la pobreza
Por Luis Bruschtein
Un lenguaraz que abre el Congreso de la Lengua suena tan falso como pedir que se juzgue a su gobierno por lo que suceda con la pobreza al tiempo que envía a la pobreza a millones de personas. El castillo de arena que armó Cambiemos con charlatanería profesional y guerra jurídica se desmorona con la crisis económica y el esperpento de enredos que está destruyendo al fiscal de la República, Carlos Stornelli, donde pide a un espía que le espíe al ex marido de su pareja. Ejemplo de republicanismo, el fiscal que mete presos a acusados sin condena, ni siquiera se atreve a presentarse a su indagatoria en la causa donde está acusado con muchas pruebas de cometer graves irregularidades.
El Indec anunció que la pobreza subió al 32 por ciento y da la idea miserable de que el año pasado más de dos millones y medio de personas fueron convertidas por este gobierno en nuevos pobres. Pero —oh casualidad— es casi la misma cifra que dicen que dejó el kirchnerismo. Todas estos índices que miden la pobreza, lo hacen según “líneas” que se suben y se bajan según los precios de la canasta básica que se tomen y según el momento que eligen para hacer el corte. Las cifras que se han instalado desde el 2015 buscan deslegitimar las medidas económicas que implican distribución de la riqueza.
Ni siquiera es por hundir a los gobiernos kirchneristas, lo que resulta una consecuencia de esa campaña. El objetivo es demostrar que con una u otra política siempre habrá pobres. Se trata de naturalizar la desigualdad como un fenómeno que no se relaciona con la política sino con la condición del ser humano. El titular más importante de El Cronista Comercial, por ejemplo, fue que la pobreza pegó un salto y está al mismo nivel en que la dejó el gobierno kirchnerista. De la misma forma tituló en su tapa de la edición en papel para América el diario El País, socio de La Nación. En las ediciones de la web no titulan de esta manera como sí lo hacen en las de papel.
Los propagandistas y los intelectuales del status quo, conservadores y falsos progresistas, dicen que la cantidad de pobres es la misma, pero que esos pobres igual apoyan a Cristina Kirchner por la demagogia de su gobierno. En esa mirada no existen medidas económicas que hagan la diferencia. Es increíble cómo ellos suponen que, en vez de gestión, todos hacen charlatanería social como el macrismo.
Tampoco fueron creíbles algunas de las mediciones de la época del kirchnerismo. Pero ese argumento no califica para mentir en forma descarada ahora. Resulta inaudito que haya la misma pobreza que cuando los servicios eran muchísimo más baratos, igual que los alimentos, los medicamentos y los alquileres; que cuando los salarios, en vez de perder el 15 por ciento de su valor como ahora, siempre obtenían unos puntos por encima de la inflación y cuando había mucho menos desempleo que ahora.
Hay algunas mediciones que dicen que la devaluación de 2014 aumentó cuatro puntos la cantidad de pobres. Resulta que esa devaluación del 13 por ciento aumentó cuatro puntos y este gobierno que viene con una seguidilla de varias devaluaciones que sobrepasan esa marca, tiene la misma cantidad de pobres.
Magia macrista: hay la misma cantidad de pobres que cuando el transporte, la luz y el gas tenían precios accesibles. La misma cantidad de pobres en este gobierno que en tres años sobrepasó la inflación que tuvo el gobierno anterior en doce años.
Sin hablar de cifras, la escena es muy parecida a las vísperas del 19 y 20 de junio, pero sin corralito hasta ahora. Son empresas y comercios que cierran, inflación descontrolada, filas de jubilados en los bancos para sacar sus ahorros o comprar dólares. Es incomparable este desastre con el 2015.
Cuando El Cronista Comercial o El País dicen que hay la misma cantidad de pobres que dejó el kirchnerismo ocultan que aún así, para estas mediciones interesadas, durante once años de gobierno kirchnerista, la cantidad de pobres fue a la baja. Es imposible discutir cifras, pero nadie puede negar que en 2015 había varios millones menos de personas pobres que en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner. Y fue el único gobierno de esta etapa democrática que redujo la pobreza y la indigencia porque aplicó medidas distributivas que, además, dinamizaron a la economía.
Lenguaraz es igual que charlatán: o sea, el que destruye la lengua porque la vacía y desvaloriza. Mauricio Macri llegó al gobierno haciendo promesas que nunca cumpliría, como “Pobreza cero”, “lluvia de inversiones” o “reinsertarnos en el mundo” “mantendré lo que ya tienen” “no tocaré las jubilaciones” y sigue la lista.
En la lógica de los candidatos de derecha, nunca pueden decir lo que harán verdaderamente porque nadie los votaría. Entonces un candidato de derecha usa dos herramientas: las promesas huecas y la difamación del adversario y de sus propuestas. No discute de política y despliega a nivel judicial esa estrategia de difamación.
Es la lengua que miente como estrategia de los poderosos. La lengua usada para someter. Es la idea que tenía el dictador Francisco Franco cuando prohibió las lenguas de catalanes, gallegos, vascos y demás para que predomine el castellano, al que denominó “español”. Y es la idea que simbolizan Macri y los Reyes de España en el Congreso de la Lengua. No es la lengua liberadora de la inteligencia y el progreso, sino la que busca colonizar las lenguas originarias. La belleza del castellano se desmerece cuando se reivindica su utilización como herramienta hegemónica colonizadora. El campeón del uso falaz de la lengua ganó así el lugar de inaugurar el Congreso de la Lengua junto a los Reyes de España.
Pero la caída vertiginosa de la imagen de Mauricio Macri probaría que las palabras huecas tienen fecha de vencimiento, al revés que la palabra verdadera que puede sostenerse en el tiempo. El discurso hueco del gobierno ya no es creíble ni siquiera para la estructura del poder económico que lo impulsó a la presidencia. Periodistas que trabajan como voceros de esa estructura ya lo definen como “presidente devaluado” y otros prefirieron “alejarse de la política”.
La palabra Justicia fue de las más castigadas por el gobierno al convertirla en una especie de ópera bufa. El pedido del gobierno a la Magistratura para que enjuicie a un juez que lo está investigando tiene esa connotación tragicómica. Y el fiscal Carlos Stornelli se niega a escuchar las pruebas y acusaciones en la causa donde es acusado y tuvo que ser declarado en rebeldía después de cuatro inasistencias.
A veces marea el flujo de información y podredumbre que sale de esa causa. Hay pruebas donde el fiscal habla con el espía Marcelo D’Alessio para ponerle droga o prueba falsa al ex marido de la pareja del fiscal “para que se queda tranquilo”. Stornelli estuvo a cargo de la seguridad de Boca cuando Macri fue presidente del Club. Las fotografías, los testigos, los videos y decenas de mensajes de whatsapp destapan un submundo de barrabrava berreta, enquistado en el Poder Judicial. Stornelli como fiscal del fuero federal equivale a Macri inaugurando el Congreso de la Lengua. Se desvirtúa todo lo que hagan, ambos perdieron legitimidad y credibilidad y contagian lo que tocan.
El daño que le ha hecho este gobierno al Poder Judicial con el armado de estas bandas de agentes de inteligencia, periodistas, y funcionarios judiciales para perseguir a miembros del gobierno anterior parece irreversible. Y el efecto ha sido tan fuerte que rompió el blindaje mediático que protege al gobierno. El único argumento que atinan es denunciar sin pruebas que se trata de una estrategia del kirchnerismo para bajar la causa de los cuadernos.
Pero nadie rebate ni explica ni una sola de las abundantes pruebas que muestran a Stornelli como una especie patotero que “ordenó espionajes y otras investigaciones ilegales que guardaban relación con las causas judiciales a su cargo”. No importa ya lo que pase con esta causa porque el destape de esa banda expuso la forma en que el gobierno llevó adelante el lawfare o guerra judicial contra el gobierno anterior. Lo que se actúe a partir de ahora solamente será creíble para los cada vez menos fanáticos del macrismo.
Para Macri es la pérdida de credibilidad y potencia de su principal artefacto electoral al comienzo de un año de elecciones. Una reelección que se ve cada vez más lejana.
30/03/19 P/12