miércoles, 14 de febrero de 2018

De 14 gremios importantes analizados, sólo uno logró paritarias por arriba de la inflación en 2016/2017 Cae el poder adquisitivo del salario

Un análisis de la Undav sobre las paritarias en catorce de los gremios de mayor peso indica que en los últimos dos años sólo los aceiteros pudieron defender con éxito el poder adquisitivo de sus sueldos.
El Gobierno pretende imponer un techo a las paritarias para este año. Habrá resistencia sindical.
El Gobierno pretende imponer un techo a las paritarias para este año. Habrá resistencia sindical. 
Imagen: Télam
Los gremios más grandes llegan a la actual negociación paritaria luego de que en 2017 se hayan verificado resultados dispares en materia salarial, que no logran compensar la fuerte caída del poder adquisitivo de 2016. En el acumulado de dos años, los textiles y gastronómicos se llevaron la peor parte, con una merma acumulada en términos reales de casi el 10 por ciento del salario. Una de las herramientas que permitió en varios casos apuntalar el salario fue la cláusula gatillo, que el Gobierno pretende reemplazar por un compromiso de revisión del acuerdo al cabo de nueve meses. El techo que quiere imponer el Ministerio de Trabajo del 15 por ciento sin cláusula gatillo implica ir derecho a una nueva caída del salario real.
  El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda (Undav) analizó la posición salarial de catorce de los gremios más importantes al cabo de dos años de gobierno de Cambiemos, con niveles de inflación del 41 por ciento para 2016 y de 24,7 por ciento el año pasado. El único que logró un avance del salario real es aceiteros, que cerró una suba del 44,1 por ciento en 2016 y del 26 por ciento en 2017. Si se considera el diferimiento financiero entre el avance de los precios y el cobro de las cuotas del acuerdo, la mejora acumulada en términos reales es del 3,2 por ciento. En el gremio de la construcción, la suba fue del 38,5 en 2016 y del 21 por ciento el año pasado, aunque en marzo correspondería la aplicación de la cláusula gatillo para compensar la inflación. Es decir que la pérdida acumulada sería de un punto y medio, aproximadamente.
Ayer se refirió a la situación salarial Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central. “Estamos a favor de la cláusula gatillo cuando hablamos de paritarias porque los salarios vienen atrasados y la inflación subiendo, por ende esta medida defiende el poder de compra de los trabajadores. Mientras el Gobierno actualiza los créditos con UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) haciendo que la deuda se ajuste por la inflación y golpeando así el bolsillo de la gente, y a la vez les paga a los inversores financieros también con ajuste por inflación, los salarios son los que pierden porque pasan a ser la variable de ajuste”, señaló el dirigente del Frente Renovador. La consultora EcoGo prevé que este año los salarios obtendrían una suba nominal del 18 por ciento, lo que los volvería a posicionar por debajo de la inflación, de al menos el 20 por ciento. 
 Para los telefónicos, el acuerdo 2016 contempló un avance del 36,4 y del 24,5 el año pasado, con un retroceso total del 3,5 por ciento. La Undav calculó que para los bancarios, la suba fue del 37,5 en 2016 y si bien el acuerdo 2017 se firmó un 19,5, la cláusula gatillo que se cobró en diciembre elevó la mejora al 22,5 por ciento. La cláusula es retroactiva a enero de 2017 pero los bancos quieren evitar ese pago, explicaron desde el gremio.
 En gráficos, la paritaria fue del 37,5 en 2016 y del 22 el año pasado, con una reducción del 4,7 por ciento, mientras que en comercio el avance nominal fue del 34,3 por ciento en 2016 y del 20 por ciento el año pasado, aunque con una cláusula de actualización firmada del 6 por ciento en tres cuotas de dos puntos cada una. La Undav calculó que la baja acumulada en dos años es del 4,9 por ciento. En alimentación, los salarios subieron 36,9 por ciento en 2016 y 24 por ciento el año pasado, lo que implica una baja de unos cuatro puntos porcentuales. Los trabajadores rurales consiguieron una suba del 33 por ciento en 2016 y del 23,9 por ciento el año pasado (lo que incluye una suma fija). El deterioro acumulado es del 6,4 por ciento. Para los estatales, las paritarias 2016 y 2017 fueron del 31,9 y del 24 por ciento (incluyendo la cláusula gatillo), respectivamente, con un deterioro acumulado del 7,1 por ciento. En gastronómicos, el avance nominal fue de 29 por ciento en 2016 y 24 por ciento el año pasado, un retraso del poder adquisitivo de 9 puntos, similar al sufrido por el gremio de los textiles.

Benny Goodman Orchestra - Sing, Sing, Sing

El padre del cadete Emanuel Garay denunció que lo llamaron cinco veces para cambiar el acta de defunción de su hijo Cuando a la tortura la llaman “muerte dudosa”

El padre de Emanuel Garay denunció “aprietes”. Los otros cadetes comenzaron a chatear entre sí. Luis Oropel, el joven internado en Córdoba, se recupera y no quiere ser policía. El modelo Chocobar genera rechazo en su propio ámbito.
La brutalidad del tratamiento ahora promovida con el modelo policial.
La brutalidad del tratamiento ahora promovida con el modelo policial. 
Mientras empiezan a ventilarse chateos entre los cadetes que sobrevivieron a los malos tratos recibidos durante su primer día de instrucción policial, Roque Garay, el padre de Emanuel, el joven de 18 años cuyo cuerpo no resistió las torturas a las que fue sometido durante el baile de bienvenida, denunció que hubo “aprietes” para que en el acta de defunción de su hijo figurara “muerte dudosa”. Garay afirmó que “cinco veces fui apretado para que entregue el documento. Esto no puede ocurrir en tiempo de democracia, no lo vamos a permitir”. En la causa, el fiscal general de La Rioja, Hugo Montivero, anunció que solicitará la detención de los seis cadetes de mayor edad, acusados de participar en las torturas. Luis Oropel, el joven que había sido trasladado a una clínica privada de alta complejidad en Córdoba, se recupera (le retiraron la diálisis) y anunció a través de una hermana que desistió de sus intenciones de ingresar a la policía.
Roque Garay, padre de Emanuel, el joven cadete de la policía de la provincia de La Rioja muerto en un entrenamiento de esa fuerza, denunció que recibió cinco llamados intimidatorios en los que le exigieron cambiar los motivos de la muerte de Emanuel. Además, afirmó que “cadetes más grandes también maltrataron” a su hijo. Y que los aprietes alcanzaron a los médicos que atendieron al joven. que fueron amenazados con ir presos si no firmaban en blanco el certificado de defunción.

Nicolás Azcurra, abogado de los Garay, denunció que en el “baile” al que fueron sometidos Emanuel y sus compañeros, hubo seis cadetes de segundo año con activa participación y pidió su arresto. Se trata de Oscar Quinteros, Cristian Brizuela, Facundo Carrión Agüero, Aynara Balinsky, Zulema Díaz y Romina Oviedo.
Sobre la investigación de la muerte del cadete Emanuel Garay, el fiscal general, Hugo Montivero, anunció que pediría la detención de los seis cadetes acusados. Sostuvo que la causa había sido iniciada por lesiones gravísimas y que luego de la muerte de Garay cambió a homicidio simple en contra de ocho policías, y por incumplimiento del deber de funcionario público en concurso real. Los ocho policías que fueron detenidos son el subdirector general del Instituto de Seguridad, comisario mayor Dardo Nicolás Gordillo; el director de la Escuela de Cadetes, comisario inspector Ramón Alberto Leguiza; el jefe del Cuerpo de Personal Masculino, comisario Jorge Marcelo Leguiza; y la jefa del Cuerpo de Personal Femenino, comisaria Adriana Mabel Rodríguez; la oficial inspectora Nadia Soledad Bravo, los oficiales subinspectores Elio Gonzalo Marcial e Ivana Karina Luna y el oficial ayudante Marcos Antonio Miranda.
En la causa se ordenaron allanamientos a la Escuela de Cadetes, secuestro de historias clínicas y del informe de autopsia.
En el Sanatorio Allende de Córdoba, entre tanto, Luis Oropel (25), otro de los cadetes que fueron atravesados por la instrucción policial, se recupera aunque continúa en terapia intensiva. Su hermana, Lucía Gómez, confirmó la mejoría y la intención del joven de no reintegrarse a la fuerza policial. “Ayer no ha recibido diálisis, así que su riñón está recuperándose y funcionando de manera natural”, contó. La joven definió como “terrible” lo vivido por los cadetes. Describió las “más de nueve horas en las que los sometieron a un entrenamiento durísimo sin hidratación”. Gómez precisó que hubo rotura de los músculos del cuerpo “que entraron a liberar toxinas que se pegaron a sus riñones y paralizaron su funcionamiento”. Respecto a su hermano dijo que “no quiere saber nada con volver a ese lugar”. También contó que Oropel sabe del fallecimiento de Garay y que presentaron una denuncia en la fiscalía de La Rioja. “Queremos llegar hasta las últimas consecuencias y que la ley aplique la condena que se merecen”, cerró.
En los medios locales circuló la declaración de una cadeta que había sobrevivido a la “bienvenida”.
“Llegamos a las cinco de la mañana, desayunamos, y nos cambiamos.  Estuvimos parados hasta las nueve de la mañana, allí empezamos la charla y seguido los ejercicios” dijo a Radio Fenix y agregó, “no nos permitían tomar agua, pero lo hacíamos a escondidas, al ver que no nos daban, buscábamos nosotros.” 
Además sostuvo que “había un jefe esa mañana. Los cadetes nos ayudaban. Controlaban que no nos quedemos o dejemos de hacer los ejercicios. No nos daban órdenes, si no fuera por ellos nadie tomaba agua”. En la descripción ubicó a un enfermero, que hacía el mismo papel que los médicos en los campos de tortura, verificar que se pudiera continuar con los tormentos. Un enfermero encargado de tomarles la presión arterial cuando caían desmayados, “nos revisaba, nos recuperábamos y volvíamos a entrenar, incluso yo le pedí al enfermero agua y me dijo que no tenía”. “Atrás de los campos de instrucción nos mandaban a trotar y tomábamos agua de la pileta de natación. No nos importaba si estaba sucia”, dijo la cadete. “Lamentablemente conocí el pozo estancado que tienen ellos, nos meten ahí y nos tiran gas lacrimógeno. Quien sale antes de lo previsto se tiene que ir. También conocí el sartén, es bastante feo, nos tiran en el cemento caliente para hacer ejercicios y hay que aguantar.”
Ayer comenzaron a circular chateos que mantienen o mantuvieron los cadetes sobrevivientes. “Deberíamos juntarnos y salir a contar la verdad”, decía uno. Otro revelaba que le ordenaban “déjenlo solo, que se muera el marica ése”.

EL PAÍS 14 de febrero de 2018 Dos miradas sobre la transformación de las becas

Imagen: Dafne Gentinetta
Graciela Morgade *

“Idea ultraliberal”

“¿Cuál es el sentido de una ayuda económica de una beca como el Progresar, que tiende a colaborar en que el derecho a la educación se cumpla? Si la beca tiene que ver con colaborar a garantizar un derecho, lo que se tiene que pedir al estudiante –en el caso de la universidad– es que se mantenga como alumno regular. Cada universidad, obviamente, tiene su reglamentación para eso. Por eso, estoy totalmente en desacuerdo con que se supedite la ayuda a la cantidad de materias aprobadas en el año. Es evidente que tras la decisión del Gobierno está el supuesto de que cada estudiante es individualmente responsable por su propio rendimiento. Mirado como pedagoga, y desde mi experiencia como decana, lo que veo es que el ser estudiante universitario tiene que ver con muchos factores distintos. Algunos son de orden económico, otros de orden pedagógico, otros de orden sociocultural e incluso psicosocial: mantenerse como estudiante regular implica poder superar muchos obstáculos. En general, los jóvenes y las jóvenes de más bajos recursos necesitan elaborar estrategias para poder superarlos, como armar un grupo de pares para estudiar, sentirse acompañados por algún profesor que se interese por su rendimiento... Hay estrategias individuales y estrategias vinculadas a los docentes, pero lo central es que las universidades tenemos que hacernos cargo del rendimiento estudiantil y diversificar los apoyos tutoriales, los apoyos pedagógicos e incluso los que tienen que ver con el acceso a materiales y bibliografía, para hacernos cargo como institución de garantizar el acceso a la educación superior. Creo que afortunadamente cada vez más amplios sectores están abandonando la idea ultraliberal de que cada uno es responsable de su propio rendimiento. No quiero decir que no haya un quantum de esfuerzo, de horas de estudio, en los resultados académicos; pero esa es una parte de un complejo entramado de factores que hacen que, sin un apoyo sostenido en el tiempo, en muchos casos termine habiendo un abandono de los estudios superiores. Los cambios de enfoque anunciados en el Progresar no van a colaborar en garantizar el derecho a la educación. Más bien, van en un sentido que el gobierno nacional ya mostró en muchos otros aspectos de su política educativa: reafirman el preconcepto de que la competencia meritocrática es la que va a garantizar la calidad. Estoy absolutamente en desacuerdo con ese criterio.” 
* Decana de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA).

Eduardo López *

“Cristaliza la desigualdad”

“Las pruebas estandarizadas mundiales, argentinas y porteñas muestran que en los resultados de las evaluaciones educativas incide el nivel socioeconómico. Por ejemplo, en las escuelas de zona norte los resultados han dado históricamente mejor que en zona sur. Es más: los alumnos de los colegios estatales del norte de la ciudad obtienen mejores resultados que los de colegios privados del sur. De la misma manera, en los operativos que hace en el país el Banco Mundial, la Capital siempre ha conseguido los mejores resultados, más altos que en Tucumán o Formosa. Las pruebas mundiales también dan mejores resultados en Europa del norte que en Africa. Es decir que hay una incidencia importante de cuestiones clave: si el alumno come bien, si viene de una familia con biblioteca, si trabaja o no, si está o no a cargo de niños –sean hijos o hermanitos–, si duerme bien, si está sano. El entorno socioeconómico incide en el resultado. Esto es algo que hay que tener muy presente. Si al apoyo económico se lo das al alumno que obtiene los mejores resultados, que en general es el alumno de un entorno socioeconómico favorable, les estás dando más a los que tienen más, estás cristalizando una desigualdad. ¿Cuál sería la mejor opción? La mejor opción es darles apoyo a todos, porque también el que tiene más necesita recibir, y se tiene que esforzar más. Esto tiene que ver con la singularidad educativa”.
López lo ilustra con una imagen: “El que corre en zapatillas y sobre el asfalto es más factible que llegue primero que el que corre descalzo y sobre el empedrado. Como docentes, nosotros tenemos que pedirles a los dos que se esfuercen. Tenemos que decirle al que llega antes que puede lograr más, y al que llega después que ponga toda la garra. Lo que no podemos es pararnos en la línea de llegada y pensar que el que llegó primero es el que hizo el mayor esfuerzo, porque quizás el otro fue el que se esforzó más. Entre los cambios que introdujo el Gobierno está el de aumentar la beca en los últimos años del profesorado, o en los últimos de una carrera universitaria. Sin embargo, los más pobres desertan en el primer año de la carrera, de manera que si empezás a pagar más en tercero o quinto año, también estás cristalizando la desigualdad”. 
* Secretario general del sindicato docente UTE (Ctera) y maestro de la Escuela media 5 de Villa Soldati (una secundaria de reingreso para jóvenes y adultos). 

Gene Krupa - Sing Sing Sing 1971

Los cambios anunciados para las becas Progresar implican que unos 360 mil estudiantes dejarán de percibir el beneficio El recorte que viene detrás del discurso meritocrático

Un estudio realizado por el CEPA advierte sobre el ajuste que sufrirá el programa destinado a jóvenes de bajos recursos.
Imagen: Leandro Teysseire
El presidente Mauricio Macri y su ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, relanzaron hace pocos días el programa Progresar –el plan de apoyo económico a jóvenes de hogares pobres, creado durante la gestión kirchnerista–. La medida fue anunciada con un discurso de tono grandilocuente. “Es la primera vez en la Argentina que existe un programa de becas tan amplias como la que estamos presentando hoy”, aseguró el Presidente. En este sentido, Macri prometió que “cada joven que lo necesite” tendrá “su beca”, pero diferenció su propuesta de la del gobierno anterior en que se exigirá a los estudiantes que “pasen de año”. “Vamos a hacer verdadero un programa, que no lo era, porque decirle a un chico que sobre ocho materias, reprobando 6 y aprobando sólo 2 él esta progresando es engañarlo, eso es mentirle, y mi compromiso con la verdad es absoluta desde el primer día, sobre todo cuando se pone en juego la educación”. Sin embargo, un estudio realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que este año 360 mil jóvenes dejarán de recibir la beca. Sucede que, bajo el discurso de que se premiará a los que más se esfuercen, Cambiemos fijó en realidad un presupuesto sensiblemente recortado para el programa.
El CEPA accedió a un dossier del Ministerio de Educación con los números que el gobierno nacional manejó internamente para redefinir y relanzar el programa. Antes de entrar en el cálculo de ese recorte, vale la pena repasar el sentido con el que fue creado el Progresar en 2014, y el cambio de lógica introducido en este relanzamiento. 


El programa comenzó a implementarse hace cuatros como una ayuda de 600 pesos para los jóvenes de entre 18 y 24 años que retomaran sus estudios –en cualquier nivel, primario o secundario– o que, siempre proviniendo de hogares con ingresos menores a un salario mínimo, cursaran una carrera terciaria, universitaria o se estuvieran capacitando en un oficio. En 2015, el monto de la beca fue aumentado a 900 pesos, y el requisito de ingresos familiares pasó a ser de tres salarios mínimos. En promedio, en los últimos tres años el Progresar tuvo un número estable de beneficiarios, de entre 750 y 800 mil estudiantes, con un pico de un millón de becados en 2015. 
Tras la llegada del macrismo a la Casa Rosada, el monto de la beca estuvo congelado por dos años. De acuerdo al cálculo del CEPA, el poder adquisitivo de la beca de 900 pesos se redujo a menos de la mitad. Por esto, el aumento anunciado para el relanzamiento, que pone al piso de la beca en 1250 pesos, sigue estando por debajo del poder adquisitivo que tenía el estímulo en 2015.
“El Plan Progresar había sido planteado originalmente como un beneficio ‘puente’ para familias que cobraban la Asignación Universal por Hijo o tuvieran ingresos bajos. Se orientaba a poblaciones vulnerables y su objetivo era permitir que cuando los hijos continuaran o retomaran los estudios, y antes de que se inserten en el mercado laboral, el grupo familiar no dejara de percibir un ingreso como la AUH o el Salario Familiar por el hecho de que el hijo cumpliera los 18 años”, reseñó Hernán Letcher, director del CEPA. “El Progresar fue lanzado como un derecho, y de allí venía su espíritu universal, ahora quebrantado.”
Un punteo de las principales pérdidas señaladas por el análisis del CEPA incluye los siguientes aspectos:
  • El acceso al programa deja de ser universal y pasa a depender del presupuesto previsto (que como se verá más adelante es sensiblemente menor al previo). 
  • En términos de equidad, el programa cambia drásticamente. Pasa de ser un derecho, cuya finalidad era equiparar el acceso a la educación de los jóvenes de menores ingresos, a ser un sistema de becas meritocrático, atado al rendimiento académico.
  • En el nuevo esquema planteado por el gobierno nacional, las becas Progresar son profundamente regresivas, ya que es un hecho ampliamente reconocido por los especialistas en educación la dificultad de los jóvenes de hogares con bajos ingresos que son primera generación universitaria para incorporarse a la vida académica (ver aparte las opiniones de Eduardo López, de UTE, y de Graciela Morgade, decana de Filosofía y Letras de la UBA). 
  • En el caso de los universitarios, el plan de becas exige ahora aprobar el 75 por ciento de las materias previstas para el año que esté cursando el alumno. Antes, el único requisito era ser estudiante regular, que en general implica aprobar al menos dos materias anuales. El nuevo requisito, como así también el establecimiento de montos de beca diferenciales muy significativos en función de las materias aprobadas y el promedio académico, discrimina fuertemente a los jóvenes de menores ingresos y bagaje cultural.
  • Las alumnas de menores ingresos son doblemente discriminadas. La mayor carga del cuidado de personas y familiares que recae sobre ellas las pone en desventaja para cumplir con los requisitos de cantidad de materias aprobadas, algo que no se contempla en el nuevo programa.
El CEPA advierte que, en el documento del Ministerio de Educación al que accedió, está previsto “un recorte de 362 mil becas”. Al hacer sus propias cuentas en base a otros datos detallados en ese informe interno, lo corrobora: “Para mantener las mismas becas con los aumentos previstos por el Gobierno para cada beca, sería necesario disponer de 17.320 millones de pesos aproximadamente. Pero se prevé sólo 10 mil millones. El ajuste será entonces de al menos 7320 millones”, indica Letcher.
“En la práctica, ese ajuste se vincula a la reducción de la cantidad de cuotas, que pasan de 12 a 10 (2580 millones de pesos), y en la cantidad de becas (4740 pesos). Esto representa un recorte de casi 380 mil becas al valor de la actualización (1250 pesos). Apuntemos, una vez más, que el propio Gobierno estima ese recorte en 362 mil becas”.
Finalmente, el centro de estudios revisa un antecedente cercano: el uso real que Cambiemos viene dando a los fondos destinados a becas. El caso analizado es el del Programa ArBec, que centralizaba las becas existentes en el Ministerio de Educación y el Ministerio de Modernización de la Nación. “A pesar de la recurrente mención a la necesidad de impulsar becas ‘al mérito’, lo real es que la ejecución durante 2017 respecto de tales becas ha sido poco satisfactoria. Sólo han ejecutado un 64 por ciento de las ArBec. A la fecha de hoy, aún se les resta abonar la mitad de las cuotas liquidadas al 40 por ciento de los beneficiarios.”

Gene Krupa & His Orchestra: The Brush Drum Solo - 1939