miércoles, 14 de febrero de 2018

Gloria, cuento de Demián Konfino

CULTURA //// 10.02.2018
Gloria, cuento de Demián Konfino
Sus días eran obvios. Reiterados. Idénticos. Siete y cuarenta de la mañana sonaba el despertador comprado en un todo por dos pesos en neoliberales tiempos. Luego de asearse, el paquete de yerba marca Unión –con su bandita elástica-, el mate metálico con el escudito de Independiente, la bombilla y la pava a punto de hervor”.
    Por Demián Konfino
    Sus días eran obvios. Reiterados. Idénticos. Siete y cuarenta de la mañana sonaba el despertador comprado en un todo por dos pesos en neoliberales tiempos. Luego de asearse, el paquete de yerba marca Unión –con su bandita elástica-, el mate metálico con el escudito de Independiente, la bombilla y la pava a punto de hervor. No más de nueve o diez mates auto cebados. La radio clavada en Rivadavia, su única compañía. Al concluir el desayuno junto a unos biscochitos 9 de oro, dejaba todo en la mesa de pino blanco del comedor de su PH tres ambientes en Quilmes Oeste, para que su madre -una vez despierta- se encargara de no dejar rastros de su existencia matinal. Se entraba a bañar. El peine negro de bolsillo y la gomina definían su ritual arquitectura capilar de raya al costado en su abundante pelo entrecano. Elegía entre sus tres pantalones de vestir talle cuarenta y ocho, las tres camisas y las dos corbatas. Mismos zapatos y cinturón. El resto de la indumentaria dependía de las variantes climatológicas, relatividades que le ponían algo de pimienta a su mañana.
    Salía despacio con su carterita de cuerina negra bajo la axila izquierda. Dos giros a la cerradura, diez metros por pasillo y a la calle.
    Veintidós cuadras y media separaban su caminata hasta la Estación de tren. Cruzaba las vías por el paso subterráneo y enfilaba al boletero. “Ida y vuelta al final del recorrido, por favor”, enigmático, enunciaba. Pagaba y al andén. Adquiría el Diario Popular y recorría directo –aunque sigiloso- la chica de la contratapa. Sólo dos veces no llegó a tomar el tercer vagón de la formación de las nueve y dieciséis.
    Nunca conseguía asiento. Entre los miles de laburantes yendo a la capital en el Roca, podía reconocer –sin mirar- a la decena de vendedores ambulantes que transitaban los vagones hasta el furgón.
    El tuerto que oscilaba entre las mentitas y los pañuelos descartables. Los pibitos con las estampitas. El del tatuaje de “madre” en el antebrazo derecho vendiendo chocolates. El cafetero. El gordo de la granja de recuperación para adictos, ofreciendo panadería en su canastón de mimbre. El mutilado en pierna izquierda, de uniforme y medallas, sobreviviente de Malvinas repartiendo calcos a voluntad con la frase “Las Malvinas son Argentinas”. La viejita, siempre con algo diferente pero igual énfasis para todos sus productos. El flaquito enseñando la credencial de infectado con HIV.
    Entre el pasquín y los vendedores se entretenía hasta la estación terminal. Una vez allí, jugaba cinco pesitos a la Nacional vespertina y con la boleta al bolsillo partía caminando hacia la oficina. Antes de ingresar, saludaba –respetuoso- a señoras y travestis trabajadoras del más viejo oficio.
    Cumplía tareas en la Regional cercana de la Agencia de Recaudación Nacional, más precisamente en la Mesa de Entradas de una oficina de Fiscalización Externa del tercer piso, desde que ingresó al Organismo años antes había sido ferroviario. El avance tecnológico lo había obligado a aprender las nociones básicas de la informática, logrando adaptarse, de la vieja máquina de escribir Olivetti a diferentes programas de ingreso y egreso de expedientes.
    Minutos más, minutos menos, diez menos cuarto era el primero en llegar a su prolijo escritorio. De la carterita extraía un manojo de llaves, con la correspondiente al modular petacón donde guardaba la radio y la de la cajonera donde protegía la almohadilla de tinta y el sello. Los sellos. Pero sobre todo uno, aquel que lo hacía sentir –por un instante- el hombre más formidablemente poderoso: el sello de “recibido”.
    Su fiel espada acompañaba sus ánimos. Si era una señorita, omitía algún refoliado sin firma. En la última media hora de la jornada, una señora lupa secundaba la búsqueda del inexorable error en la carátula, los agregados, los acumulados, la enumeración o el paquete mismo.
    Excepto el asuntito del sello, que desquiciaba a más de un compañero de otras oficinas, era un hombre apreciado por sus pares y modestamente valorado por sus superiores jerárquicos.
    Piropeador suave con las ellas, aunque no muy creativo. Ingenioso en el complejo arte de recitar chistes de salón. No se le habían conocido peleas laborales, como tampoco historias de mujeres.
    Peronista de cuna y voto, se consideraba apolítico. Paladín de la obediencia, nunca se había plegado a una protesta por añejas remembranzas al fantasma de la desocupación y la deshonra. Su madre, clarito le había explicado este tópico. Al trabajo, a laburar.
    El fallecimiento repentino de Chicha, madre y compañera de vivienda hasta su lecho final a los noventa y dos pirulos, trazaría un antes y después en su vida.
    Desafiando el psicoanálisis, ese deceso –lejos  de liberarlo- lo sumió en una profunda depresión, trastorno que afectó sus relaciones laborales tanto como la rutina hogareña.
    Dejó de comprar la cremona en la panadería de don Mario cuando retornaba de la oficina, hábito que tanto placer le daba a la vieja. Ya no adquirió las revistas de chimentos, ni los crucigramas, que tanta pasión imprimían a esos sábados con mamá, al despertar de la siesta.
    Comenzó a aborrecer los fines de semana, ansiando el lunes. Su vida pasó a ser solo la Agencia. La satisfacción de un GraciasQue buena mano me dioNecesito que usted me busque esto, lo hacían sentir Alguien. Subrayaba el gramo de existencia que le quedaba a su autoestima.
    Esa mañana fría de un gris lunes de invierno conurbano, en la que incorporaba a su vestuario el añejo tapado de pelo de camello con fuerte hedor a naftalina, todo hacía prever que ésta sería la gran novedad de la jornada. Nunca imaginó la gallarda noticia que lo aguardaba en su cuenta de correo electrónico oficial. La  Dirección de Recursos Humanos le notificaba una distinción a su persona por “sus encomiables servicios que ha prestado a este Organismo a lo largo de estos 20 años”. Textual. Irrumpió en silencioso y emocionado llanto al comprobar que no había yerro, pues su nombre y apellido -letra por letra- figuraban entre los premiados -con entrega de medalla incluida- como Agentes que cumplían veinte, veinticinco y treinta años de trayectoria, con la presencia del Jefe máximo de la Institución Tributaria estatal, a realizarse a fin de mes.
    Cuando volvía a su casa en el tren, observando desde el estribo los fondos de las fábricas de Avellaneda, pensó en Chicha. Lamentó no haber conocido a su padre. Supo, sin posibilidad de equivocación, lo orgulloso que estarían ambos. Definitivamente era Alguien, no solo para sus compañeros sino para la Institución.
    No recordaba un instante de mayor jactancia. Este leve sentido de vanidad que le hinchaba el pecho derivó en un pensamiento sublime, cuando la formación dejaba atrás la cancha del rojo y atravesaba los siete puentes.
    ¿Qué mejor que concluir acá, en el momento de mi mayor felicidad?
    Bajó los dos peldaños que lo apartaban del último estribo. Mantuvo al viento la pierna izquierda por espacio de diez segundos. Estaba por arrojarse, cuando imaginó la gloria. Volvió sobre sus pasos, satisfecho semblante, oyendo a la locutora anunciando: Vicente Atilio Nardone, Empleado Administrativo.
    Justicia por Nehuen
    EL 27 de febrero a las 9 horas se realizará la primera audiencia del juicio oral por el caso de Nehuen Rodríguez, joven asesinado por la Policía Metropolitana en diciembre de 2014.
    Por Santiago Asorey y Malena Ambas (Leer nota)
    Tres años sin Nehuén Rodríguez: luchar por justicia en tiempos macristas (Leer nota)

    Violencia institucional
    Magdalena: condenaron al director de la unidad y al responsable del operativo (Leer nota)

    La Joaqui - GAUCHO (Video Oficial) (Prod. Pitt Lo)...TRAP....

    Lucha popular
    Las batallas de diciembre en Plaza Congreso fueron el punto más alto de las movilizaciones durante la presidencia de Mauricio Macri. ¿Se está configurando una nueva estrategia?
    Por José Cornejo (Leer nota)

    Géneros
    Rumbo al paro de mujeres: "El 80% de las víctimas de violencia laboral son mujeres" (Leer nota)
    Paro de Mujeres: “Las trabajadoras somos muy afectadas por las políticas económicas del Gobierno” (Leer nota)

    Patria grande
    Carnaval de Rio: el golpe y la reforma laboral fueron los protagonistas (Leer nota)

    medios y comunicación Libertad de prensa en Colombia

    Washington Uranga presenta un diagnóstico muy pesimista sobre la situación de la libertad de expresión en Colombia, elaborado por la Fundación para la libertad de prensa (FLIP).
    La Fundación para la libertad de prensa (FLIP) formuló un diagnóstico muy pesimista en su “Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia 2017”. En el documento se afirma que durante al año anterior “los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial faltaron a su deber de garantes de la libertad de prensa y tomaron conscientemente acciones de censura” y se argumenta que  “casos a nivel nacional encabezados por el presidente de la República, el Congreso y las cortes son la superficie de un problema profundo en el que los poderes públicos locales también restringen la libertad de expresión”. Ahondando en el diagnóstico la organización colombiana asegura que “la violencia sin protección ni sanciones; la pauta oficial que compra silencios; la estigmatización de la prensa como respuesta a las críticas; la violencia estatal y letal contra periodistas; las decisiones judiciales que abren la puerta a la censura y, sobretodo, aquellos extensos territorios carentes de información local nos llevan a la conclusión de que es necesario explicar este ‘Estado depredador’ de la libertad de expresión en Colombia con el fin de que las instituciones públicas dejen de acudir a la censura y se sitúen en el lugar que les corresponde: la garantía de una deliberación pública libre”.
    La FLIP es una organización no gubernamental que hace seguimiento a las violaciones contra la libertad de prensa en Colombia, desarrolla actividades que contribuyen a la protección de los periodistas, medios de comunicación y otros ciudadanos que ejercen la libertad de expresión sobre asuntos de interés público. Además, promueve la libertad de expresión y el acceso a la información.
    La Fundación para la libertad de prensa (FLIP) formuló un diagnóstico muy pesimista en su “Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia 2017”. En el documento se afirma que durante al año anterior “los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial faltaron a su deber de garantes de la libertad de prensa y tomaron conscientemente acciones de censura” y se argumenta que  “casos a nivel nacional encabezados por el presidente de la República, el Congreso y las cortes son la superficie de un problema profundo en el que los poderes públicos locales también restringen la libertad de expresión”. Ahondando en el diagnóstico la organización colombiana asegura que “la violencia sin protección ni sanciones; la pauta oficial que compra silencios; la estigmatización de la prensa como respuesta a las críticas; la violencia estatal y letal contra periodistas; las decisiones judiciales que abren la puerta a la censura y, sobretodo, aquellos extensos territorios carentes de información local nos llevan a la conclusión de que es necesario explicar este ‘Estado depredador’ de la libertad de expresión en Colombia con el fin de que las instituciones públicas dejen de acudir a la censura y se sitúen en el lugar que les corresponde: la garantía de una deliberación pública libre”.
    La FLIP es una organización no gubernamental que hace seguimiento a las violaciones contra la libertad de prensa en Colombia, desarrolla actividades que contribuyen a la protección de los periodistas, medios de comunicación y otros ciudadanos que ejercen la libertad de expresión sobre asuntos de interés público. Además, promueve la libertad de expresión y el acceso a la información.
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    Mediante su trabajo de investigación la organización colombiana documentó 310 ataques a la libertad de prensa que afectaron a un total de 368 periodistas, lo que representa un aumento del 43,5 por ciento con respecto al número de agresiones producidas el año anterior. También se denuncia la existencia de “zonas silenciadas”, entendiendo por estas “municipios en los que no hay medios que tengan informativos locales o si los hay estos no cubren todo el territorio”. Para la FLIP el 29 por ciento de la población que vive en 21 departamentos (sobre un total de 32 en todo el país) “no tiene acceso a suficientes medios de comunicación que le informen sobre asuntos locales”.
    El informe, que además denuncia el asesinato de la comunicadora indígena Efigenia Vásquez Castillo el 8 de octubre pasado mientras se encontraba cubriendo una protesta que derivó en represión, hace también un señalamiento de los responsables de la situación. “Este informe ve el paisaje de medios del país como un terreno escabroso en el que se asoman muchos predadores, los más voraces vienen del Estado y uno de los más nocivos ha sido su principal representante, el presidente Juan Manuel Santos”, a quien la FLIP señala como uno de los principales “depredadores” de la libertad de expresión en Colombia. El documento dedica un capítulo especial al Presidente colombiano bajo el título “Juan Manuel Santos: el presidente-periodista que traicionó a la prensa” donde se dice que a poco de finalizar su mandato “deja escasos logros frente a la libertad de prensa y por el contrario termina con numerosos pecados”.
    A la hora de analizar las causas de la situación se insiste en que “el problema es que los encargados de atender a las soluciones para ofrecer garantías al periodismo, en la mayoría de los casos, son su principal obstáculo. Los guardianes de nuestras libertades terminan siendo los primeros censuradores”. Porque, dice la FLIP, “hoy, quién está al acecho del periodismo libre son los políticos, el presidente, el congresista, el juez, el alcalde, la personera, los diputados, el concejal y en general: los funcionarios públicos que ignoran sus responsabilidades con tal de silenciar a sus críticos”.
    Porque, se afirma, “si se mira hacia el futuro del país, marcado por la accidentada implementación del  acuerdo de paz, y la incierta revitalización del diálogo con el ELN, hará falta atención a los riesgos que enfrentan los reporteros y las reporteras que tienen la tarea de contar qué está pasando en las regiones más apartadas, cómo se está aprovechando la inversión, de qué forma se está leyendo el país en esos territorios y cuáles son las urgencias de la población”.
    El texto incluye también una denuncia contra las fuerzas de seguridad, acusadas de reprimir a los periodistas con palos, bombas de estruendo y armas no letales “al menos en quince protestas sociales”. 

    Benny Goodman Quartet at the Lincoln Center, 1972

    Por las Lebac, se pagaron intereses por 21 mil millones de dólares en 2016 y 2017 Y después te dan lecciones de austeridad

    Un análisis sobre las cuentas del Banco Central resume los resultados de la política antiinflacionaria y el pago de altísimas tasas para neutralizar dinero y sacarlo de la economía. El déficit cuasi fiscal representó dos puntos del PBI en 2016 y 2017.
    El stock de Lebac del BCRA era de 700 mil millones de pesos a fines de 2016 y se elevó a 1,2 billón al cierre de 2017.
    El stock de Lebac del BCRA era de 700 mil millones de pesos a fines de 2016 y se elevó a 1,2 billón al cierre de 2017. 
    Imagen: Guadalupe Lombardo
    El Banco Central desembolsó el equivalente a 21.000 millones de dólares en intereses de Lebac entre 2016 y 2017. Así lo reveló un informe oficial de la autoridad monetaria, que se complementó con estimaciones para el año pasado de consultores del sector privado. En el mercado algunos consultores empezaron a difundir informes en los que se asegura que el stock de Lebac es insostenible y que resulta una política monetaria ineficiente. Se puso de moda entre los analistas económicos plantear la necesidad de un canje de Lebac por deuda de mediano plazo, con el objetivo de disminuir el pago de los intereses y bajar el déficit cuasi fiscal del Central
     Los detalles del balance contable del Central muestran el desequilibrio acumulado con la deuda del organismo monetario. Al 31 de diciembre de 2016, cuando cerró el primer año de gestión de Federico Sturzenegger, el stock acumulado de Lebac fue de 698.831 millones de pesos. Los intereses pagados ese año sumaron 153.344 millones de pesos, que al tipo de cambio de ese momento resultaron equivalentes a 10.000 millones de dólares. Se trató de un momento que representó 2 puntos del PBI argentino y cerca del 20 por ciento de las reservas de la autoridad monetaria. El tipo de cambio utilizado para llevar de pesos a dólares el monto de los intereses fue 15 pesos. En los primeros días de 2016, el dólar cotizaba a 13,8, avanzando por encima de los 14 pesos a lo largo del primer semestre del año y concluyendo a 15,85 al cierre.
     Los Estados Contables del ente monetario al 31 de diciembre de 2016 son los últimos publicados en forma oficial. El próximo mes se haría pública la versión definitiva de los Estados Contables al cierre de 2017. De acuerdo con las estimaciones del mercado, el año pasado el pago de intereses de Lebac acumuló un 20 por ciento del stock de letras. Al finalizar 2017 el stock de Lebac era de 1,2 billones de pesos, con un incremento de casi 500.000 mil millones de pesos respecto de 2016. El pago de intereses por la deuda en estas letras fue de 190.000 millones de pesos, según analistas privados que vienen en los últimos años proyectando los pasivos de la autoridad monetaria. Si se tiene en cuenta que el dólar cotizaba a 15,91 pesos en los primeros días del año pasado, que descendió a unos 15,40 pesos a mediados de año y que finalizó en 18 pesos, los consultores calcularon que el Central pagó en 2017 un monto equivalente a unos 11.000 millones de dólares por intereses de Lebac.
      Analistas del mercado explicaron que, si bien parte de la deuda en Lebac tiene respaldo en reservas internacionales, la política de esterilización con letras resulta muy ineficiente por el elevado pago de intereses. Incluso uno de los principales defensores de la gestión de Sturzenegger, el ex ministro Domingo Cavallo, se mostró crítico con el abuso de la deuda en Lebac de los últimos dos años. La propuesta de varios consultores en las últimas semanas, entre las que se incluye a Cavallo, es canjear las Lebac de corto plazo por un bono del Tesoro con vencimiento a mediano plazo para disminuir la carga de intereses y los vencimientos permanentes. Aseguran que esta maniobra monetaria permitiría disminuir la alta carga de intereses que debe afrontar el Central mes a mes, con cada vencimiento de letras. 
      En la autoridad monetaria, sin embargo, niegan esa posibilidad. La principal preocupación de las autoridades del Central es que la credibilidad del organismo terminaría de desarmarse. En la institución resultaron muy golpeados, tras los cambios en la meta de inflación para 2018.