domingo, 10 de septiembre de 2017

Opinión Temporada de cacería

Opinión
Temporada de cacería
La represión tras el acto por Santiago Maldonado. Arrestos e incomunicaciones ilegales. Cheques en blanco de Rodríguez Larreta a las policías bravas. Directivas policiales brutales y malos tratos a los presos. Desmovilizar metiendo miedo: el objetivo del Gobierno. Un revés para la criminalización en Mendoza.
Imagen: Leandro Teysseire
El Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, estaba contento el sábado 2 de septiembre. Su alegría era ajena al área municipal, a la belleza del espacio público, al transporte, al aire puro: lo entusiasmaba que el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi hubiera incomunicado por más de 48 horas a 31 detenidos en las inmediaciones de la Plaza de Mayo. Habían sido arrestados con prepotencia y abuso de autoridad, mayormente por policías de civil o sin placa identificadora visible. Rodríguez Larreta predicó-resolvió, desde el confort de su hogar, que las personas apresadas habían delinquido y que era adecuado irlos castigando a cuenta.  Extendió dos cheques en blanco: a los uniformados y al impresentable juez. ¿Se equivocó? Hummm. Otra es la hipótesis de esta nota, que se irá explicando. Su principal error fue ilusionarse en exceso.
El activismo y la profesionalidad de los abogados, un comienzo de movilizaciones, denuncias de periodistas independientes del macrismo, apuraron a su Señoría. Adelantó las indagatorias, fijándolas para las ocho de la mañana del domingo, en Comodoro Py. 

LIBERTADORES???

Subjetividad, historia y política
Una investigación del Archivo Nacional de la Memoria sobre el alzamiento cívico-eclesiástico iniciado el 16 de septiembre de 1955, al que luego adhirieron militares retirados, documentó al menos 156 víctimas fatales. Ocho de cada diez argentinos no habían nacido cuando se produjo ese golpe, entre ellos el actual presidente. Una excepcional colección de fotografías muestra la subjetividad de sus protagonistas y ayuda a reflexionar sobre cuán profundo se hunden las raíces de nuestro presente.
Imagen: Jorge Schneider
El sábado próximo se cumplirán 62 años del alzamiento cívico-eclesiástico contra el gobierno del presidente Juan Perón, al que días después adhirieron también grupos militares, bajo la jefatura del general retirado Eduardo Lonardi. La contraseña de los complotados fue Dios es Justo y en los tanques y aviones de los que lograron apoderarse pintaron una cruz dentro de la letra V, que se leía como Cristo Vence. Las acciones iniciadas el 16 de septiembre de 1955 en Córdoba, prosiguieron hasta el 21 y culminaron el 23 con la asunción de un nuevo gobierno, que se autodenominó Revolución Libertadora. El jefe golpista repitió una frase histórica, que Urquiza había pronunciado un siglo antes al concluir la batalla de Caseros: “Ni vencedores ni vencidos”. La repitió después de la batalla de Cepeda, en la que derrotó al separatismo porteño. “Declaré que el triunfo era de la Nación, no de un partido. Era una victoria sin derrota. Era el precursor en la reconciliación de la familia argentina, el emblema de la fusión política, la voz de la civilización cristiana y el lema de la igualdad ante la ley”. 

Jorge Schneider

Apenas pasó un mes y medio hasta que Lonardi fue desplazado por el general Pedro Aramburu, que ilegalizó partidos políticos y asociaciones profesionales de trabajadores y pasó a docenas de opositores por las armas. El presidente Maurizio Macrì aún no había nacido, igual que el 82,6 por ciento de la población del país en 2016 (según la Encuesta Permanente de Hogares), que sin participación alguna en los hechos no pudieron escapar a sus consecuencias, que aún se sienten en los virulentos debates de la política actual. 

Un grupo de cinco investigadores del Archivo Nacional de la Memoria (entre ellos Carlos Hugo Morete, a quien todos llaman Gogo, y Rafael Cullen) investigó en archivos públicos y privados lo acontecido en aquella semana de septiembre de 1955 y estableció que hubo no menos de 156 víctimas. Hasta ahora se conocía que más de 300 personas fueron asesinadas en los bombardeos de la Fuerza Aérea y la Armada del 16 de junio de ese año, pero se daba por supuesto que el golpe de septiembre había producido pocas bajas. Los investigadores remontan la escalada de violencia al retiro de la oposición de la Convención Constituyente de 1949, con argumentos que consideran contradictorios entre sí y que podrán analizarse en profundidad cuando se publique el trabajo.
Durante la tarea identificaron 156 muertos “producto de los enfrentamientos entre fuerzas defensoras de la legalidad y golpistas y de la represión a las protestas. Ese número fue confirmado a través de actas de defunción, registro y archivos de Fuerzas Armadas pero podría ser mayor, ya que la investigación sigue en curso y no fue posible acceder a archivos policiales. Otros fueron destruidos. En Rosario existen testimonios e información periodística sobre decenas de víctimas de la represión  militar, pero hasta ahora no pudieron contrastarse con fuentes documentales. De esas 156 víctimas se verificaron 107 en Córdoba, capital y provincia; 28 en Buenos Aires, capital y provincia; 16 en Ensenada, y 5 en Santa Fe, de las cuales 4 en Rosario y una en Reconquista. El primer muerto fue un suboficial de la Policía Federal asesinado en la madrugada del 16 por un grupo de civiles en el barrio de Belgrano, según consta en el acta de defunción. En Córdoba, la mayor cantidad de muertos se produjo en el ataque del ejército golpista a la Jefatura de Policía legalista. En el Río de La Plata, 6 de los muertos fueron producto del bombardeo de la Armada al barrio Campamento de Ensenada, dos soldados del Regimiento 7 de La Plata legalista, dos policías de la provincia de Buenos Aires que enfrentaron a los marinos junto con los vecinos, un dirigente ferroviario que se quedó a atender a los soldados y otro vecino que murió de un síncope en la evacuación del barrio.

Jorge Schneider

Las fotos desconocidas que acompañan esta nota fueron tomadas por Jorge Schneider. Este fotógrafo documentalista, que también fue músico, consideraba que Perón dividía a la sociedad argentina, pero no participó en los comandos civiles. Su hijo Hernán, que trabajó en el Departamento de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba, fue detenido en 1975 y marchó al exilio al año siguiente, donó las fotos al miembro cordobés del equipo de investigación. Esas tomas restituyen el clima de un momento decisivo de la vida política del país. Algunas evocan imágenes de la guerra civil española, cuyo recuerdo indujo a Perón a no dar combate y explica su frase histórica sobre el tiempo y la sangre; otras parecen tomadas en los días de la liberación de París de la ocupación nazi. Todas muestran la subjetividad de sus protagonistas, y ayudan a reflexionar sobre algunas corrientes de la sociabilidad argentina que se prolongan hasta hoy. O sobre cuán profundo se hunden las raíces de nuestro presente. 

Jorge Schneider

La investigación comprendió las cajas correspondientes al año 1955 en el Archivo de la Cancillería Argentina; los Diarios de Guerra de 1955 del Comando en Jefe del Ejército y el Comando en Jefe de Represión; los libros históricos del año 1955 de los Comandos de Ejército II, IV y V; los regimientos de Infantería de Ejército 3, 7, 11, 12,  14; las escuelas de Infantería y Artillería de Córdoba; el  Regimiento de Artillería 2 de Villaguay; los de Caballería 1 y 2; la  Agrupación Blindada “A”; los destacamentos 4 de Mendoza, 5 de Neuquén y 12 de Iguazú, la Escuela Antiaérea de Mar del Plata; el Fondo Documental del almirante Isaac Rojas,  en el Archivo General de la Armada; los libros de actas de defunción de las provincias de  Buenos Aires,  Córdoba y Santa Fe; los cementerios de la  Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Chacarita), La Plata, Rosario, Avellaneda y Córdoba; los expedientes presentados ante la Dirección de Gestión de Políticas Reparatorias de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, por el acogimiento a la Ley 26.564; los diarios de la época de la Capital Federal, La Plata, Rosario, Córdoba; las revistas Esto Es (Nº 93, Tercer Año); La Gesta Revolucionaria en Córdoba (Publicación inédita, Septiembre de. 1955); “Nosotros los Muchachos” (Número Extraordinario, Septiembre 1955); la  Fototeca del Archivo General de la Nación, los archivos históricos de las provincias  de Buenos Aire y Córdoba y el Archivo audiovisual del archivo Nacional de la Memoria. 



Luego de convocar por las redes antisociales a una manifestación de apoyo a Macrì para el sábado 16, el oficialismo la postergó una semana para que no coincidiera con el aniversario. No todos estuvieron de acuerdo. De todos modos, el 23 de septiembre asumió Lonardi. 

Documental. Belico. Afganistán, detrás de las líneas enemigas

sábado, 9 de septiembre de 2017

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Ricardo Alfredo Amarilla “Ricardito” o “Negro”, nacido el 3 de julio de 1957 en Resistencia Chaco.
Sus tíos Guillermo y Rubén Amarilla eran militantes de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y la Organización Montoneros. Estudiante del Bachillerato Nº 9 Turno Mañana en Resistencia, Chaco. Fundador de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en dicha provincia y también militante de la Organización Montoneros. Corrido por la represión, se mudó a Rosario. Primero vivió en un hotel y luego en la casa de un tío materno. En Corrientes y La Paz de esa ciudad, es herido y secuestrado por las fuerzas represivas, en tanto que con otros 3 compañeros, realizaban una pintada de repudio a la dictadura militar. Fue el 7 de septiembre de 1976, “Dia del Montonero”. Con 19 años de edad