sábado, 13 de mayo de 2017

13 de mayo de 2017 | Contratapa Oxígeno

Me quedé con ganas después de la nota que hace dos días escribí de apuro (Somos éstos) porque tenía que entregar temprano. Uno con los años, a pesar de haberse pasado más de media vida en redacciones, va perdiendo cierto tono muscular de la escritura, y va adquiriendo otro. Como estas contratapas son quincenales, a diferencia de las notas del día, permiten el vagabundeo sobre algunas ideas, párrafos de más que luego son borrados, consultas de viejas lecturas, en fin, esa costura que permite recorrer el tema por una calle poco transitada. 
Y está muy bien encontrar esa calle, porque todos necesitaríamos, para pensar mejor, para no equivocarnos, para actuar políticamente de la manera más sensata, esos tipos de calles, esos soportes de comunicación, que habilitan el ida y vuelta de ideas, la puesta sobre la mesa de percepciones, el desahogo que pueda ser escuchado, la capacidad de escuchar el desahogo ajeno. Precisamente, uno de las herramientas que Cambiemos generó para sí con mayor éxito, fue esta implosión de información cruzada, de versiones confusas, de ataques sistemáticos en las redes, de mentiras periodísticas convertidas en fundamentos de causas persecutorias, de idas y vueltas con medidas delirantes que son modificadas en base a focusgroups, de naturalización mediática del escándalo enorme, monumental, abismal en el que se resume lo que estamos viviendo desde hace un año y medio. 
“Quiero una Argentina que camina”, dice Macri rodeado de discapacitados motrices en un escenario. Uno de ellos es su vicepresidenta. No ven contradicción ni desubicación en la frase. El PRO la aplaude. Ellos no tienen el registro natural de la ofensa que a veces uno profiere sin darse cuenta, y que es el motivo principal de las millones de veces que en un día hacen que alguien le pida disculpas a otra persona. Si pudiéramos acceder a esos millones de disculpas, comprobaríamos que, tal como lo contiene la palabra, la disculpa se pide por un hecho que pudo molestar o herir a alguien y que nadie tuvo la intención de provocar: la disculpa disipa la culpa que no se tuvo.  
Macri, y los que son como él, jamás pedirán disculpas cuando ofendan a alguien, porque han nacido y crecido entendiendo como inferioridad no ser como ellos. Hace poco hablaba acá de su falta de empatía. Es más que eso. O quizá, podría decirse que el origen de esa brutal falta de empatía yace en el hecho de que Macri y los que son como él son los que han nacido ya empoderados, en cunas de poder, en nichos de poder, y han crecido y entendido desde niños que todos los derechos de los demás están bajo su órbita de superioridad social y racial, de clase. 
Esa fue la “total normalidad” de este país, siempre salvo breves disrrupciones. A lo largo de las décadas y los siglos, esos nichos de poder construyeron un artificio al que le dieron forma de sentido común. Laura Alonso ocupa la Oficina Anticorrupción sin que prospere ningún pedido de interpelación, mientras desfilan ante nuestros ojos, uno peor que el otro, uno más grosero que el otro, los evidentes negociados que los empoderados de siempre aprovechan y aceleran ahora que ocupan el Estado. Todo el Estado irá a parar a sus bolsillos. Todo lo que es de todos. Y en canal 13 victimizan a Magnetto, y Bartolomé Mitre declara que “Sólo compramos Papel Prensa”. Se remite a los hechos: ¿comprar empresas no es lo que hacen los buenos empresarios? En paralelo, se cierra el tema de Avianca, sin demostrar que el presidente que les cede las rutas aéreas no tenga un testaferro en la empresa beneficiada. Sobre Aerolíneas Argentinas, en tanto, vuelve a pender el desprestigio que hace años condujo a la privatización. Gustavo Arribas vuelve a ser señalado por el denunciante de Odebrecht como el destinatario de más de ochocientos mil dólares en coimas, pero en la televisión eso no rebota, no se registra, ni hay acuse de recibo. 
En materia de comunicación, que es nada menos que las formas que encontramos para compartir nuestra vida y el mundo con los otros, desde hace un año y medio los soportes han cambiado, y no fue un fenómeno enmarcado en la libertad. Todo lo contrario, la uniformidad oficialista de los grandes medios y su amplificación del discurso gobernante, nos obliga al extenuante trabajo de revisar primeras, segundas y terceras capas de sentido, porque ya es ostentoso, obsceno el modo en el que disfrazan la realidad de lo que les convenga día tras día. Como resultado de ese esfuerzo que nos agota, que nos pudre los nervios, pero con la obstinación del que ya rompió el hechizo de ese falso sentido común, diariamente millones de ciudadanos se vuelven semiólogos al paso, expertos en advertir que no es normal, no lo es, que es terrible tener un Presidente que no experimenta culpa, porque hay un borde de la culpa que no deviene de la versión religiosa del pecado sino de la responsabilidad laica de la función pública. 
Todos los días en uno o varios lugares del país la policía detiene y golpea a personas sin causa. Estudiantes, manteros, militantes, docentes, despedidos. Mientras tanto, la “inseguridad” como la nombraron siempre ellos, o el número de delitos, que es lo mismo pero más preciso, crece exponencialmente porque a los delitos de antes se les suman las zonas liberadas, fuerzas de seguridad sin control civil, internas de mafias que se dirimen a tiros o carpetazos judiciales. Y Macri da un discurso y dice que ha llegado para combatir a las mafias. Y una semana después entendemos mejor qué quería decir: las “mafias” para Macri son las organizaciones sindicales que no se rinden ante ese empoderamiento del que él se cree propietario. Macri no tolera ni rectificar ni dejar de irritar: ésa es su manera de autoafirmarse como el dueño de un país, y así crece la tensión porque no existe la figura de dueño de un país con todos sus habitantes adentro.    
Necesitamos calles poco transitadas para sacarnos de encima los trastos que tiran ellos para confundirnos. No es fácil. Estamos confirmando que los medios de comunicación no trabajan para la comunicación sino para el gobierno. No podrían hacerlo de otro modo: maman la leche de la pauta, que hoy, pública y privada, coinciden en aquel viejo sentido común de la total normalidad cuando un rico da órdenes. 
Necesitamos repasar nuestras prioridades y nuestros límites. Necesitamos desintoxicarnos del sonido ambiente. Necesitamos dejar de enturbiarnos con la cloaca en la que cada día nos internan. Porque así como Macri y los que son como él han nacido empoderados por una fortuna familiar, un apellido, un linaje contado a medias –porque ningún linaje entero de riqueza es honorable–, nosotros, los ciudadanos simples y comunes, también hemos aprendido, y en ese sentido esta semana fue hermosamente visible y porosamente entrañable, que todo era mentira, que ellos no son superiores a nadie, que no tienen más derechos que cualquiera, que son falsos nobles en un país sin nobleza, que la inequidad terminará perjudicando a las enormes mayorías y que hay que hacer algo al respecto. Pensemos cómo y con quién, pero discutámoslo en una calle poco transitada, con nuestras propias palabras, con claridad estratégica, con generosidad pero con un objetivo claro. Es la única salida de esta espantosa encerrona que nos hizo caer allí donde sí se cae: en un gobierno como éste.

LA CÁMARA FEDERAL CONCEDIÓ LA APELACIÓN AL FISCAL DE INVESTIGACIONES ADMINISTRATIVAS, SERGIO RODRÍGUEZ Otra vez, Arribas quedó a tiro de la Justicia

La Cámara Federal habilitó ayer el recurso del fiscal de Investigaciones Administrativas, Sergio Rodríguez, en el caso de las transferencias al titular de la AFI, Gustavo Arribas. De esta manera, el recurso llegará a la Cámara de Casación que deberá pronunciarse sobre ese expediente. La situación actual es que el juez Rodolfo Canicoba Corral sobreseyó a Arribas porque consideró que en el momento de las transferencias no era funcionario y porque considera que no está probado el vínculo entre Arribas y la constructora Odebrecht. Sin embargo, la declaración del cambista de Odebrecht Leonardo Meirelles puso sobre la mesa que las transferencias provenían del gigante brasileño de la construcción y que serían coimas ligadas a una de las obras más trascendentes del país, el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. La Cámara de Casación podría revocar el sobreseimiento dictado por Canicoba o dejar firme esa decisión. En forma paralela, resulta llamativo que el presidente Mauricio Macri mantenga en su puesto a Arribas: está claro que mintió dando explicaciones distintas sobre el origen y el destino del dinero, más allá de que sea verdad o no lo declarado por Meirelles. 
El voto en la Cámara Federal fue por dos a uno, con Eduardo Freiler y Jorge Ballestero sosteniendo la legitimación de Rodríguez para apelar y Leopoldo Bruglia oponiéndose. Freiler y Ballestero señalaron que Rodríguez está legitimado para intervenir porque es un caso que trata de una posible coima en una obra del Estado. Bruglia en cambio afirmó que el fiscal de Investigaciones Administrativas sólo puede intervenir frente a la actuación de un funcionario público y Arribas no lo era cuando le llegó la plata. Freiler y Ballestero afirmaron que impedir la actuación de Rodríguez sería restringir las investigaciones. Tras el fallo, con la habilitación de Rodríguez, el expediente irá a la Cámara de Casación. 
La escudería político-judicial del PRO jugó sus cartas en el expediente. Para que Canicoba dicte el sobreseimiento intervino la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), encabezada por Mariano Federici y Maria Talerico. La UIF envió un rápido dictamen al magistrado diciendo que no veía delito alguno. En Comodoro Py ya consideran que la Unidad roza una actuación de escándalo: dictaminó que no hubo delito en el caso de los Panamá Papers y en el de Arribas, entre otros, mientras que pidió que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner no viaje a Europa porque tenía previsto estar en un centro financiero como Londres. El juez Sebastián Casanello los advirtió por su actuación partidaria, es decir favorable al PRO.
El otro protagonista de un juego escandaloso fue el fiscal de Cámara, Germán Moldes, que no sostuvo la apelación de Federico Delgado respecto de las transferencias que recibió Arribas. Era la forma de hacer zafar al titular de la AFI, pese a las evidencias existentes en la causa y sobre todo ante el hecho de que era inminente la declaración de Meirelles. Moldes se apresuró a desistir del recurso antes de la videoconferencia del cambista. 
Ayer, el defensor de Arribas, Alejandro Pérez Chada, señaló que Meirelles miente. En verdad el letrado no tiene mucho margen. Su cliente dijo que recibió una sola transferencia y Meirelles afirma que fueron diez transferencias y por 850.000 dólares, a través de la cuenta de una sociedad trucha en Hong Kong y de allí a la cuenta de Arribas en Suiza. Además el cambista sostiene que fueron coimas pagadas por Odebrecht y hasta mencionó que se acuerda del nombre IECSA, la empresa del primo de Macri, Angelo Calcaterra. En cambio cuando le preguntaron por Julio De Vido dijo que no se acordaba de ese nombre. 
Más allá de los avatares de Comodoro Py, lo cierto es que Arribas cambió su versión varias veces, lo que le quitó la escasa credibilidad con la que ya venía del mundo del fútbol. En algunos casos en diálogo con Hugo Alconada Mon, de La Nación, y en otros ante el propio Congreso, dijo que las transferencias no existieron, que fueron en negro, después que no fueron en negro y que fue una sola, después que fue la última cuota de un departamento y finalmente que no fue por el departamento sino por los muebles del departamento. El presidente Macri repitió alguna de estas versiones, incluyendo la anteúltima. Es público y notorio que Arribas es amigo de Macri, al punto que vive en el departamento que utilizaba el ahora Presidente antes de mudarse a Olivos. Desde esa óptica, parece que tiene la decisión de defender a su ladero a capa y espada. Habrá que ver cuánto dura la protección. 
La honestidad brutal del presidente Macri...

CFK

no. Si me decís que creo que es únicamente por nuestra avanzada en recuperar instrumentos como la energía, como Aerolíneas Argentinas o como el agua, en nuestro país, tampoco. Creo que parte de la inmensa violencia que se ejerció sobre mi persona cuando era magistrada y que aún hoy se sigue ejerciendo es por mi carácter de mujer. ¿Por qué? Porque el patriarcado ha formateado un tipo de mujer que no se corresponde con el tipo de mujer que les habla. No porque sea una heroína ni mucho menos sino porque me salgo del formato de la mujer que tiene que ser... hablar o mostrarse pero que no puede pasar... que no puede pasar a ejercer el poder. No se tolera a una mujer con formas de mujer, que se peine como mujer, que se pinte como mujer, que se ponga tacos aguja o que use pantalones ajustados... que además se atreva después de todo eso a tomar decisiones, a dar órdenes y a ejercer el poder.
https://www.youtube.com/watch?v=-mToKcGV-Iw&feature=youtu.be
Fragmento de la exposición de Cristina Kirchner frente al bloque GUE/NGL del Parlamento Europeo.
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