domingo, 22 de enero de 2017
DESK...ARADOS
Mira en que usa tu dinero el gobierno de CABA? ????
Se colocan en la calle cerca de bares y restaurantes; la inversión total es de $ 12 millones
LANACION.COM.AR
sábado, 21 de enero de 2017
PANORAMA POLÍTICO Mauricio Trump
La línea de soldados con trompetas de dos metros en el frente neoclásico del Congreso, parecía de una peli de romanos. Y de pronto, el león de la Metro: el tipo grandote, rubio oxigenado, de jopo complejo. La peli no era del imperio romano, pero más o menos. Donald Trump tiene al mundo en un suspiro. La palabra “imprevisible” es la más común entre los analistas y los estadistas. Le encuentran parecidos y diferencias. Dicen que es lo opuesto a lo que hará Mauricio Macri en la Argentina, pero su campechanismo forzado hace recordar tanto a los pasitos de baile del argentino cuando asumió, que sugieren parecidos en muchas otras cosas. Una corte de barbies, ceos y empresarios dan la idea de que el grotesco de Miami ha desplazado en Washington a la cosmopolita Nueva York.
“Vamos a fortalecer las fronteras –dijo Trump– para proteger a nuestras empresas y nuestros trabajadores frente a otros países que se llevan nuestras riquezas”. Un discurso opuesto al que impulsa en Argentina otro gobierno de ceos y empresarios. Pero son diferencias más aparentes que otra cosa. El ascenso de Trump y su gobierno de ceos norteamericanos está expresando, al igual que el de Argentina, que las grandes empresas ya no confían en la intermediación de los políticos. Son ellos mismos los que se hacen cargo de la gestión pública, al tiempo que despotrican contra la política. El discurso antipolítico busca justificar y naturalizar a estos gobiernos de tipo corporativo. En esa cosmovisión, las grandes corporaciones son las que sostienen las economías de los países y en consecuencia creen que tienen el derecho natural a la conducción política. Si sobre ellos recae la responsabilidad de sostener la economía, es coherente que dirijan también la política. Casi toda la literatura de ciencia ficción norteamericana se refiere a sociedades futuristas con desigualdades abismales gobernadas por las grandes corporaciones. No están tan lejos.
La idea de imprevisibilidad con relación a Trump se afinca en un discurso muy provocativo del magnate, cuya aplicación sería muy traumática. Y en el llamado “síndrome de Guantánamo”, por la imposibilidad burocrática que impidió a Obama concretar su promesa de campaña de erradicar ese campo de concentración.
Trump viene a cerrar un ciclo que abrió Ronald Reagan, un actor de una mediocridad enorme, delator de sus compañeros durante el macartismo, al que el lobby del Pentágono y el capital concentrado disfrazaron de gran estadista. El mundo rebosaba de liquidez, la URSS caía en picada, despuntaba la globalización financiera y las empresas norteamericanas aspiraban a ocupar un mundo sin fronteras ni aduanas. El discurso que instaló Reagan con los Chicago boys es el que siguen repitiendo, algo desactualizados, los funcionarios del macrismo.
Pero ahora, el imperio cambió el discurso. La palabra que más repitió Trump fue “proteger” y “proteccionismo”, “fortalecer las fronteras”, o “la prioridad será Estados Unidos”. En lo esencial, las corporaciones hacen lo que les conviene. Si es un ciclo expansivo, hablan de mercado libre y lo ponen a Reagan de presidente. Si es un ciclo de reflujo, cambian el discurso y lo ponen a Trump. En ese discurso funcional a las grandes corporaciones, los que no pueden cambiar nunca son las economías periféricas, porque tienen que estar siempre abiertas y subordinadas, como lo explican tan bien los ministros argentinos del área económica.
La idea de cambio traumático en realidad no tendría que estar centrada en el recambio presidencial norteamericano, que es más expresión de una crisis que arrastran desde hace varios años. Se diría, en cambio, que este recambio presidencial es expresión de esa situación previa, es su “institucionalización”. Para usar una metáfora militar: es como si un ejército hubiera extendido tanto sus líneas de abastecimiento que empieza a debilitar a su retaguardia. El proceso, entonces es replegarse para fortalecer su base principal. Antes de asumir, Trump se reunió con directivos de 20 de las empresas electrónicas más importantes para convencerlas de que hagan regresar a Estados Unidos a los centros de producción que tienen en todo el mundo. Les prometió protección con impuestos a la competencia extranjera y el resurgimiento de Silicon Valley. También habló con Ford y General Motors para que no inviertan en sus plantas de México y lo hagan en Estados Unidos.
Hay una situación de pobreza y desocupación en Estados Unidos. Se vislumbró en el voto al izquierdista Bernie Sanders en la interna demócrata. Y terminó de expresarse en el triunfo electoral de Trump. Están en las antípodas. Sin embargo, el voto en los estados del viejo cordón industrial, que favoreció a Sanders, después se inclinó por Trump. Sanders se asume como socialdemócrata y Trump se reconoce abiertamente conservador, codicioso, misógino y varios calificativos más. Pero tanto Trump como Sanders fueron los únicos que hablaron de trabajo. No fue la única, pero seguramente fue una de las razones que explican el resultado electoral.
Pero cuando una potencia hegemónica está obligada a replegarse presionada por la crisis, no quiere decir que resigne esa condición de hegemonía. Simplemente dejarán de ejercerla en forma prioritaria a través del chantaje económico. Y el poderío militar puede pasar a convertirse en su argumento principal. En su corto discurso de asunción hubo mención a “nuestras maravillosas fuerzas armadas”, a la defensa de la Nación y la guerra contra el terrorismo. Hubo profusión de alusiones a “proteger” y “estamos protegidos”. Trump renegó del Tratado Transpacífico que era el eje de la estrategia de Estados Unidos para frenar la expansión comercial china en la región. Volteará el Transpacífico, pero buscará otras formas para frenar la presencia china. Los que se ilusionan con un repliegue en todos los frentes se van a desilusionar. Como tiene menos recursos económicos para presionar, es probable que la política exterior norteamericana hacia la región sea más agresiva.
Las acciones tan ofensivas contra México son significativas. Con el Nafta, Estados Unidos obligó a los mexicanos a reordenar toda su economía en función de la economía norteamericana. Las economías regionales fueron devastadas y los mexicanos consumen maíz importado. A cambio tenían las maquiladoras y automotrices que aprovechaban la mano de obra barata. Trump quiere que ahora todas esas fábricas vuelvan a Estados Unidos. Otra vez le rompió el esquema a un país que quedó muy expuesto cuando perdió autodeterminación y se subordinó a un tratado de libre comercio que les prometía el oro y el moro. Esta experiencia dramática de México con un tratado de libre comercio se convierte en un ejemplo ilustrativo de las consecuencias nefastas que hubiera sufrido América Latina con el ALCA si no lo hubieran impedido Néstor Kirchner, Lula y Hugo Chávez.
En este punto, los fenómenos de Trump y Macri se entrecruzan. Pertenecen al mismo ámbito, han compartido incluso sociedades para empresas que después no fructificaron. Comparten el lugar desde donde ven al mundo y por lo tanto también la forma de verlo. Son espacios físicos y espacios culturales e ideológicos comunes. Pero con una diferencia: la gran burguesía norteamericana tiene conciencia hegemónica y los otros conciencia colonial. Por eso, cuando la tendencia de la economía en Estados Unidos tiende al reflujo, en la inteligencia de la administración macrista no se genera un movimiento similar sino que se trata de abrir todavía más la economía local aún cuando es evidente que los beneficios, (incluso desde su concepción de beneficio) serán mínimos y son más las desventajas. Algunos entienden que la asunción de Trump expresa la idea de un mundo multipolar a partir del repliegue de Estados Unidos. Es probable que sea así la tendencia. Pero también es probable que por bastante tiempo más Washington siga llevando de las orejas a los gobernantes latinoamericanos que se le subordinen. Por eso, las diferencias son formales: el cierre de la economía de Trump y la apertura de Macri en Argentina, son funcionales a pesar de que tienen distinto sentido.
LUIS BRUCHSTEIN PAGINA 12 LA OTRA MIRADA
SANDRA RUSSO DIXIT.
Por aquello de que la libertad es lo que uno hace con lo que le hicieron, empiezo por acá. El año pasado, salvo en este espacio quincenal, no tuve trabajo periodístico. Volví a mi taller de texto breve, que hago desde 2002. Tampoco fue casual que comenzara entonces, cuando todas las seguridades de la clase media habían estallado, después de tres gobiernos, dos peronistas y uno radical, que habían vulnerado todas las seguridades populares. Acaban de estallar, esta semana y de un modo parecido, las seguridades de los ahorristas de Brasil. La inmersión en el mundo de la escritura fue una reacción en aquel naufragio: un acercamiento a algo sano, en un momento en el que la realidad estaba muy enferma.
Volvemos a vivir un período en el que muchos asistimos impotentes a lo que estaba escrito en la historia, cantado en los recuerdos recientes, exhibido descarnadamente en los últimos años en Europa; asistimos a todo lo que nos oponíamos, y nos oponíamos porque lo que estaba cantado era que primero iban a ir contra los trabajadores estatales, después contra los informales, después contra los formales, después contra los científicos, después contra los profesionales, después contra la educación, después contra la salud pública y así en todo en el recorrido lógico de la concentración de la riqueza. El vértigo de este gobierno es que va contra todos juntos. Esto no es un proceso, es un shock. La clase media argentina que aprendió a pronunciar “crispación” inspirada en decenas de formadores de opinión de medios concentrados, esa clase media que en su parte de más abajo sumaba y se hacía fuerte por políticas que ella misma despreciaba, hoy tambalea completa, porque lo que eligió está diseñado para otra clase.
En 2016, pasé el año tremendo que pasamos todos menos quinientos, pero lo viví como una experiencia extraña. Por un lado la actualidad fue y es abrasante, quema, duele, lacera, y vivo en ella, pero al mismo tiempo y obligada por el cierre de las puertas de los medios que sobrevino para mí y para muchos otros, recuperé la gracia de la narrativa, la profundidad de los análisis, el intento sostenido en todos los registros de escritura por lograr tres objetivos: claridad, belleza y precisión.
En el balance de fin de año, puse los dolores, los duelos y la impotencia que ya sabemos, pero también la recuperación para mi vida cotidiana de Murakami, de Scorza, de Barthes, de Fitzgerald, de O’Connor, de Hemingway, de Kundera, de Lispector. “Un escritor escribe para darnos noticias sobre su mundo”, dijo Carver, y cada texto leído, analizado o discutido fue precisamente el ingreso a mundos ricos y nutricios, en el que las palabras, que muchas veces narraban ficciones, siempre ocupaban ese lugar esquivo y anhelado, que es de una verdad que quiere ser dicha. Todas las ficciones están hechas de realidad, pero lo que intenta el cuento, que es la ficción en su estructura mínima, es mirar al sesgo, que es como decía Shakespeare que se miraba mejor, captar un rasgo de la realidad que nos es escamoteado, no dicho, mantenido opaco. La narrativa no da cuenta de otra realidad, sino de la que compartimos, pero que generalmente es cubierta con un fondant que nos impide comprenderla.
Ahora que estoy escribiendo los cuentos cortos que incluirá un nuevo libro, vuelvo a sentir que a veces las crisis son realmente oportunidades, y no es una frase hecha. Es una verdad que precisamente hay que rescatar del lodo de la frase hecha. Uno de los grandes combates que se libran cuando uno se hunde en el mundo de la escritura, es que debe saber, cuando trabaja, que siempre la frase hecha está al acecho, y a veces sin que la podamos detectar, porque las frases hechas no sólo circulan en el imaginario colectivo como decía Orwell, como “piezas prefabricadas de un gallinero”, sino que además brotan de los cerebros de la gente, incluso de la que escribe, como si fueran pensamientos propios. La frase hecha es, cabe recordarlo, “una zona muerta del pensamiento”.
Todos estos conceptos e ideas siempre fueron útiles, interesantes y necesarios, pero es increíble el valor hasta terapéutico de estas búsquedas y sus respectivos hallazgos, cuando el presidente de la Argentina es Macri. No puede haber nada más opuesto a todo lo que detallo en los primeros párrafos de esta nota que el gobierno de Macri, nada más opuesto que él mismo, nada más opuesto que la legión de periodistas que lo encubren, o que los títulos de los grandes diarios, o que los argumentos de los panelistas de los programas que hace meses que no miro. En todo eso, que es el habla pública, crujen los fórceps para que las palabras no sirvan para nada, y para que la comunicación sea imposible.
Nunca estuvo más claro que dicen todo lo que dicen para tapar lo que necesitan que no se vea y que no se sepa. Y nunca hemos conocido como sociedad un momento como éste, en el que la palabra pública no tiene el menor peso, porque ha perdido su misión de transmitir una información o una opinión, y adopta el rol del pretexto, del biombo, de la anteojera, sin llegar jamás al texto. Este gobierno no tiene texto. Es atextual. Ese rasgo, que fue claro desde un principio, se va retroalimentando día a día, engordado por la impunidad de hablantes y transmisores periodísticos.
Y así, receptores de un show disparatado de mentiras a repetición (“María Eugenia Vidal veranea en México porque aquí la quieren tanto que no la dejarían descansar”), la vida en este país se hace insalubre. Somos tratados como incapaces, subestimados oprobiosamente por quienes tienen el poder de la palabra concentrada en cada ámbito. No quieren convencernos de nada, porque no pueden convencernos de que lo que hacen nos conviene. Es así, tan sencillo: nada de lo que hace el gobierno macrista nos conviene como pueblo, nada. En todo el mundo, el capitalismo pasa por una fase terminal, porque es el capitalismo que se acomodó a sí mismo como regente del mundo desde l989, y ahora reacciona con la urgencia del goloso que sabe que la torta no es toda para él. Reacciona concentrándose, que es como decir llenándose la boca de torta, atorándose de torta con tal de no compartirla. El mundo ya no es unilateral: la reacción es básicamente contra la multipolaridad. Después de todo, ¿cómo explicar las torpezas y los fracasos sucesivos de todos los gobiernos impuestos por los medios? Quieren tierra arrasada para que los buitres lleguen primero que los chinos.
Esta época coincide con el período de menor pluralismo conocido desde la dictadura. Los medios chicos o comunitarios son ahogados. La censura se lleva a cabo con ese bisturí: no hace falta prohibir hablar, lo que hace falta es eliminar los soportes capaces de darles espacio a determinadas voces. El resultado es agobiante. Para los espectadores y lectores, el agobio no es simplemente no tener a disposición distintos puntos de vista, sino sobre todo no poder elegir en qué relato del mundo se inscriben sus intuiciones, y sobre qué quiere ser informado. Hace muy poco era importante para todos y ahora resulta que nadie se acuerda del derecho a la información. Si algo no nos falta, son los hipócritas.
Las excusas, las negligencias, las malas praxis, el doblez, la soberbia, el desprecio, todo eso late bajo el habla pública argentina. Estas criaturas humanas de nuevo tipo que concentran el poder, no se rigen por los contratos de comunicación generales que regían hasta hace un año la vida institucional, y lo siguen haciendo en los países serios. Macri dice que “estamos generando trabajo”. Y mucha gente le cree, pero es mucha más la que con el clima alterado de cada hogar, con lo vulnerados que fuimos y lo maltratados que somos, siente como un colmo insoportable que la hagan sufrir y encima le tomen el pelo, que la gocen.
La inmersión en los deleites de la narrativa pone todavía más en relieve la degeneración de un lenguaje público que alcanza en estos días un punto culminante de su decadencia.
CINCO ORGANIZACIONES SE SUMAN AL RECLAMO PARA QUE SE INVESTIGUE AL DIRECTOR DE LA AFI “Debe tener una trayectoria transparente”
Iniciativa Ciudadana para el Control del Sistema de Inteligencia (Iccsi), integrada por cinco organizaciones no gubernamentales solicitó a la Secretaria de Ética Pública, Transparencia y Lucha contra la Corrupción, a la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia y a la Procuraduría de Investigaciones Administrativas que adopten las medidas adecuadas para investigar las cinco transferencias que habría recibido Gustavo Arribas, director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por cerca de 600 mil dólares desde una empresa fantasma usada para el pago de coimas, lavado de dinero y evasión, según la justicia brasileña. El reclamo se suma a las denuncias penales que por el mismo tema se hicieron en la justicia y el reclamo que el Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (Cipce) hizo a la Oficina Anticorrupción y a la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) para que se involucren en este tema.
La Iccsi está integrada por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Fundación Vía Libre, el Znstituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED) y el Núcleo de Estudios sobre Gobierno y Seguridad (UMET). Las mismas organizaciones, junto a la Asociación Pensamiento Penal y Poder Ciudadano habían impugnado los nombramientos de Arribas y Silvia Majdalani, como director y subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) cuando sus pliegos fueron tratados por el Senado. En esa oportunidad, las críticas se centraron en los perfiles de los funcionarios, a partir de analizar los antecedentes que habían presentado, los datos que surgían de revisar sus actividades previas y las causas judiciales en las que estaban involucrados, además de las decisiones que habían tomado desde que fueron nombrados en comisión en sus cargos.
“Llama la atención que ni Arribas ni Majdalani tienen la formación ni la experiencia profesional adecuada y necesaria para desempeñar los cargos para los que se los propone. No han acreditado conocimientos específicos en cuestiones de inteligencia, seguridad, defensa o cualquier otra materia relacionada. Al mismo tiempo, tanto Arribas como Majdalani cuentan con numerosas denuncias judiciales y antecedentes que requieren una investigación seria antes del análisis de sus pliegos por parte de la Comisión y antes de que las y los senadores sean convocados a prestar su acuerdo”, dijeron en esa oportunidad las organizaciones que forman parte de la Iccsi. “Lamentablemente –señalaron ahora– la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación, presidida por Rodolfo Urtubey, y luego la enorme mayoría de los senadores nacionales, desoyeron las advertencias que formuláramos, y sin siquiera indagar respecto de los antecedentes del candidato, dieron su aval para que un escribano dedicado a la compraventa de jugadores de fútbol esté a cargo del organismo superior del Sistema de Inteligencia Nacional. Además de su absoluta falta de formación para el ejercicio del cargo, y las omisiones en su currículum para conocer su relación actual con empresas y sociedades anónimas en las que participó, señalamos sus antecedentes en el negocio del fútbol como representante e intermediario de jugadores y clubes, una modalidad de negocios cuestionada por la falta de transparencia y las posibilidades que ofrece para la evasión y el lavado de dinero, entre otros delitos. Por esa actividad, Arribas fue vinculado a cuestionadas operaciones de triangulación de jugadores con el fin de evadir impuestos, y mantiene una causa penal abierta”.
La Iccsi se refirió además a las cinco transferencias por cerca de seiscientos mil dólares a la cuenta personal de Arribas en Suiza provenientes de una empresa fantasma usada para el pago de coimas, lavado de dinero y evasión por parte de la empresa brasileña Odebretch, que reveló hace diez días en diario La Nación. Y a la presentación del CIPCE, que fue adelantada por PáginaI12, en la que se destacó que Arribas podría estar realizando actividades particulares incompatibles con el cargo de Director General de la Agencia Federal de Inteligencia porque se encuentra listado como intermediario registrado activo en la AFA.
El ministro de Justicia, Germán Garavano y el presidente Mauricio Macri minimizaron las denuncias. Adujeron que Arribas sostiene que recibió solo una de las cinco transferencias por el valor de 70 mil dólares y que se debió a la venta de un departamento. La Iccsi requirió a las autoridades competentes que “investiguen con celeridad los hechos”. Y advirtió “sobre la dudosa viabilidad de cualquier investigación que pretenda indagar sobre quien ejerce el cargo de titular de la AFI mientras continúe en su rol, ya que tiene acceso a mecanismos que pueden obstaculizar cualquier tipo de pesquisa; más si se tiene en cuenta que estos acontecimientos se inscriben en un marco de sostenimiento absoluto del secreto de las actividades de inteligencia. Es fundamental que se den los mensajes necesarios para forzar que quien esté a cargo de la AFI demuestre una trayectoria transparente y no se encuentre vinculado a actividades económicas asociadas al lavado de dinero y la corrupción”
POR VICTOIA GINZBERG, PAGINA 12 LA OTRA MIRADA.
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