domingo, 15 de enero de 2017

La peor temporada de verano en veinte años

Los destinos turísticos del mercado interno atraviesan la peor temporada de los últimos años. La ocupación hotelera en ciudades tradicionales de la costa como Mar del Plata se encuentra al 50 por ciento. El consumo en los balnearios es muy austero, con familias que no salen a comer afuera ni compran regalos. Los precios en gastronomía, hotelería e indumentaria se ubican muy por encima de los registrados en la región. La noche en un hotel 3 estrellas en Villa Gesell, por caso, cuesta 50 por ciento más que en un hotel de la misma categoría en la playa brasileña. Se estima que viajarán a Brasil 1,5 millones de argentinos en toda la temporada aprovechando la ventaja cambiaria. En Chile la cola para cruzar la frontera supera los 7 kilómetros, en tanto que en Punta del Este se registra la mejor temporada desde mediados del ´90. En el sector aseguran que, con este dólar a 16 pesos, el turista argentino no lo duda y se va a una plaza del exterior.
  “El consumo en la costa argentina se hace a cuenta gotas. La gente no sale a comer y mucho menos gasta en regalos. Capaz se fija un poco más en la calidad del hospedaje. Pero los turistas se están arreglando con lo que pueden. Tratan de pasar el mediodía con comidas rápidas en la playa para gastar menos. Son conductas típicas de familias que están en plan de ahorrar o mejor dicho llegar a fin de mes sin la soga al cuello”, dijo a este diario Vicente Lourenzo, de Came, entidad que agrupa a medianos comerciantes. Al poco consumo, se le suma la baja llegada de turistas. En Mar del Plata el 48 por ciento de las habitaciones quedaron sin ocupar el fin de semana de navidad, el 30 por ciento en Año Nuevo y más de 40 por ciento en la primera quincena de enero. El resto de las ciudades costeras anotó niveles similares. Ese es el período fuerte de la temporada.
El incremento de los precios internos en los últimos meses, con suba del 41 por ciento, cuando en el resto de la región la inflación fue menor al 10, generó incentivos para ir de vacaciones al exterior. “Mucha gente a la hora de hacer turismo prefirió irse a Brasil, Chile, México o Uruguay. Punta del Este está teniendo la mejor temporada en 20 años y las playas brasileñas están invadidas de argentinos, tanto las del norte como las del sur. Brasil es la principal competencia para los destinos locales. No porque ellos están baratos sino porque nosotros estamos caros. En Villa Gesell una noche en un hotel 3 estrellas tiene un valor de 150 dólares y en Brasil ronda los 105”, indicó Lourenzo.    
El titular de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi, dijo a este diario que “los países de la región están recibiendo a muchos argentinos. Tenemos el hábito de viajar y nos damos ese gusto, incluso cuando se pusieron medidas como el impuesto del 35 por ciento al dólar turista”. Planteó que Brasil es uno de los principales protagonistas de esta temporada. “Las playas brasileñas tienen una fuerte incidencia en la temporada de verano y que vayan más o menos personas siempre depende del tema cambiario. Las estimaciones indican que este año llegarán a Brasil 1,5 millones de argentinos. En Chile el flujo de turistas también esta muy fuerte. Punta del Este también viene con una gran temporada. Hay un tema cambiario que es que Uruguay ya no está tan caro como antes y la verdad es que al argentino le gusta ir para allá”, indicó.   
El turista argentino que sale al exterior es consumo que se pierde en el mercado interno (ver aparte). “El turismo es muy especulativo. Mira y compara precios. Se fija cuánto sale ir a Pinamar, cuánto a Florianópolis, y no lo duda. El problema es que la familia que se va a Brasil deja de gastar en la costa local. A principio de año había consumo postergado en el mercado interno, porque a la gente no le alcanzaba la plata. Pero ahora que hay unos pesos más en el bolsillo en lugar de consumirse acá se esta gastando afuera. Encima vuelve del viaje y de nuevo se quedó sin plata”, dijo Lourenzo. Ghezzi agregó que en Chile, por caso, la indumentaria y los productos de electrónica son por lo menos un 30 por ciento más baratos que en la Argentina.
Para algunos productos la diferencia de precios en los negocios chilenos respecto de los argentinos alcanza a duplicarse. Un televisor smart de primera marca se consigue en Chile a 8000 pesos argentinos, cuando en la Argentina se vende a 19.000 pesos. Celulares de último modelo cotizan entre 4000 y 6000 pesos, contra los 8000 del mercado local. En las zapatillas y la ropa deportiva de primera marca también hay una  diferencia de más del 50 por ciento. En la Cámara de Comercio chilena informaron que las compras con tarjeta de crédito de argentinos subieron 120 por ciento en doce meses. En 2016 más de 2 millones de argentinos fueron a Chile. El promedio de ingreso diarios ascendió a los 7957 individuos, un 50 por ciento más que en 2015.
Brasil es otro destino de compras para los turistas argentinos. En algunos artículos de electrónica e indumentaria los precios de Argentina son hasta 200 por ciento más elevados en relación con los del principal socio comercial del país. Embratur, organismo regulador del turismo brasileño, registró que este verano ya ingresó 25 por ciento más de argentinos respecto del año pasado. Agencias de turismo locales indican que Río de Janeiro lidera el destino de viajes, en una lista en la que siguen La Habana, Cancún, Miami y Santiago de Chile.

El nuevo capítulo de la novela de Nisman

El objetivo primario: instalar como hipótesis posible que Alberto Nisman fue asesinado. Pruebas hasta ahora de que hubo un homicidio: ninguna. En dos años no apareció ni una sola evidencia de que al fiscal lo hubieran matado, según consignó quien fuera la encargada de la investigación, Viviana Fein. Tampoco pudo señalar prueba alguna la jueza Fabiana Palmaghini.  Estrategia 2017: poner en duda toda la evidencia existente hasta el momento y sostener que no se puede descartar que haya entrado un comando ultrasofisticado –“iranì-venezolano”, como dijeron Elisa Carrió y el ex espía Jaime Stiuso, también sin pruebas– y le haya dado muerte al fiscal. Por ejemplo, en el expediente judicial se habilitó la feria de enero para que se le siga tomando testimonio a todos los que vivían en las torres Le Parc aquel fin de semana del 17 y 18 de enero de 2015, cuando Nisman apareció muerto en el baño. La conclusión de los 200 testimonios será que la seguridad del edificio dejaba mucho que desear. Eso permitirá inferir que alguien pudo haber entrado a la torre, mató a Nisman y salió. ¿Algún vecino vio algo? No. ¿Alguien de la vigilancia vio algo? No. ¿Hay rastros de alguna persona dentro del baño en el que murió el fiscal? No ¿Una huella? ¿Un ADN? No. “Bueno, pero no se puede descartar que alguien haya entrado”, es la construcción que preparan los investigadores. Esa misma secuencia está en marcha en casi todos los aspectos del caso Nisman, a dos años de su muerte.
La clave de todo está en la política. El aparato político-judicial-mediático, muy alineado con el macrismo y con las derechas de Estados Unidos e Israel, se juega sus cartas a instalar la hipótesis del homicidio, con toda la mira puesta en usar el caso contra el gobierno anterior.
Lo trascendental entonces son las pruebas y lo que justamente ocurre es que la alianza judicial-política-mediática busca eludir las evidencias pateando todo al terreno de las incógnitas.

Vecinos

Eduardo Taiano, el nuevo fiscal que instruye la causa –en el fuero federal, como quería la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado– avanza en tomarle declaración a todos los vecinos de las torres Le Parc, donde alquilaba el departamento Nisman. Para ello se habilitó la feria judicial de enero, algo más que inusual.
Por supuesto que a los vecinos se les pregunta si escucharon o vieron algo en aquel fin de semana, aunque la respuesta es obvia: si hubieran escuchado o visto algo hace rato lo habrían declarado ante la fiscal Fein o la jueza Palmaghini. De manera que todo el objetivo de los doscientos testimonios es que digan que la seguridad en el edificio era mala y que había una especie de corredor ciego, un camino de ingreso y egreso sin cámaras molestas, que según los rumores estaba previsto para vecinos o vecinas que deseaban entrar a los edificios con compañías que no querían que queden registradas. Esto lleva indefectiblemente a que la conclusión sea que la seguridad del edificio no era plena y que siempre queda la chance de que alguien haya entrado y salido sin ser visto. Es una de las bases sobre las que se pretende asentar la hipótesis del homicidio.

Pruebas

Sin embargo, el hecho objetivo es que el disparo que terminó con la vida del fiscal fue a menos de un centímetro de distancia, algo propio de un suicidio y, pese a lo que se pretendió instalar, el disparo fue en la sien, también habitual en quien se quita la vida. No se encontró desorden en el baño, no había rastros de pelea y la puerta de ese baño –según el testimonio de la madre de Nisman– estaba cerrada, con la cabeza del fiscal trabándola desde adentro. No hay ninguna evidencia ni señal de arrastre que indique que alguien haya estado dentro del baño, que le haya pegado un tiro a Nisman, luego haya salido y desde afuera haya arrastrado el cuerpo hasta obstaculizar la puerta. Se trata de una operación imposible por lo entornada que estaba la puerta. Las pericias indican que no se pudo hacer y, además, no existe una razón para que un supuesto homicida lo   haga.
Como señaló la pericia firmada por cinco de los seis criminalistas, al momento del disparo no había nadie en el baño y no hay señales de tránsito de ninguna otra persona que no fuera el propio Alberto Nisman.

Escena

Para tratar de mover el cuadro de pruebas, el fiscal Taiano virtualmente dió a entender que se alteró la escena donde ocurrieron los hechos. Con el objetivo de dejar instalada esa idea denunció a la fiscal Fein y al ex secretario de Seguridad, Sergio Berni, por su actuación en la noche en la madrugada en que se encontró el cuerpo.
Bien leída, la denuncia de Taiano ni siquiera dice que se alteró la escena en el baño, sino que hubo demasiada gente en el departamento –prefectos, funcionarios, familiares– y muchas personas sin funciones.
En su contra juegan dos elementos importantes:
  •  La madre de Nisman, Sara Garfunkel, testimonió que nadie entró al baño ni movió la escena.
  •  Daniel Salcedo, el perito principal de la ex pareja de Nisman, Arroyo Salgado, dijo bajo juramento que consideraba que “la escena no se alteró”.
Pese a estos elementos, se intenta poner en duda la evidencia que surgió de la escena. Los especialistas de la Policía Federal filmaron y fotografiaron el baño antes de que nadie ingresara; se hizo el relevamiento de huellas digitales, el levantamiento de rastros de ADN, el estudio minucioso  de las manchas de sangre. De todos esos trabajos surgió que no hubo nadie en el baño y que las huellas y el ADN sólo corresponden a Nisman. Ese cuadro tratan de alterar.

Gendarmes

La jugada central de la alianza judicial-política-mediática es la convocatoria a una nueva pericia, partiendo de cero, pero esta vez a cargo de la Gendarmería, fuerza que, como se sabe, depende del Ministerio de Seguridad. Nada menos que 27 hombres de la división científica de esa fuerza volverán a hacer todas las pericias respecto del baño y del arma. Y lo más asombroso es que todos los peritos anteriores sólo serán hombres de consulta, no participantes obligatorios.
Es un intento de borrar de un plumazo las conclusiones anteriores: trece de los quince forenses dijeron que Nisman murió el domingo 18 de enero a la mañana y que no había evidencia de accionar homicida; cinco de seis criminalistas sostuvieron que ninguna otra persona estaba en el baño en el momento del disparo.
A esto se agrega la pericia balística realizada en Salta, en el laboratorio más sofisticado: “Sobre las muestras analizadas se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo”. El estudio dice que esas partículas podrían originarse en otras cosas, fuegos artificiales o en una pistola para la construcción, pero es evidente que nada de eso fue utilizado por Nisman.
El intento ahora es, como en los otros rubros, poner todo en duda para dejar el terreno allanado para afirmaciones del estilo de “todo puede haber ocurrido, las posibilidades están abiertas”.

Informática

Lo ocurrido con la pericia informática es llamativo. Aquel 18 de enero a la mañana, Nisman entró a su computadora. Leyó una nota de PáginaI12 sobre su denuncia, incluyendo el desmentido del secretario general de Interpol; revisó brevemente otros diarios, ingresó al Instagram de la modelo M.E., con la que había estado la noche del miércoles anterior; revisó su casilla de mails de yahoo y luego entró a una nota posteada por Claudio María Domínguez sobre “el regreso de la muerte”. Se trata de la experiencia de un médico norteamericano que dice que estuvo muerto y luego regresó.
Todo ello prueba que esa mañana, el fiscal estaba con vida y que, por lo tanto, el informático Diego Lagomarsino no estaba en el departamento de Puerto Madero en el momento del disparo. Lagomarsino estuvo dos veces el sábado, la primera vez cuando Nisman le pidió prestada el arma y la segunda cuando fué a llevarle la pistola. Las cámaras de seguridad del edificio, las de la calle, las de los peajes y las del complejo en el que vive Lagomarsino demuestran que el informático dejó Le Parc el sábado a las 20.30 y llegó a su casa a las 21.
Como la ex pareja de Nisman acusa a Lagomarsino, convalidar que el fiscal estaba vivo en la mañana del domingo, arruina la acusación. En la pericia informática concluyeron que esos accesos a la computadora fueron locales, hechos en la computadora en el departamento de Puerto Madero, que no hay pruebas de intrusión en la computadora, pero que hubo un proceso de borrado que pone todo en sospecha.
Se le pidió a Yahoo de Estados Unidos que certifique el ingreso de Nisman a su cuenta de mails. No hubo respuesta. Se le pidió también que informe sobre el contenido de esos mails para ver si había alguna amenaza o algún dato relevante. No hubo respuesta. Se pidió la intervención de Microsoft de Estados Unidos. Tampoco contestaron nada. PáginaI12, en cambio, verificó en su servidor que efectivamente Nisman entró a ver una nota del diario a las 7.32 de aquel domingo 18 de enero. Nada importó.
El objetivo es invariablemente el mismo: dejar las cosas en una bruma, sin definiciones, para instalar la posibilidad de la existencia de un homicidio.

Objetivo

La alianza judicial-política-mediática viene usando el caso Nisman contra el anterior gobierno. Instalan la duda sobre todas las pruebas y esa duda les alcanza para sostener que no se puede descartar que un comando iraní-venezolano, muy sofisticado, entró a Le Parc aquel fin de semana. La versión inicial la lanzó Elisa Carrió, quien hasta se animó a señalar que la operación fue supervisada por oficiales iraníes desde un Buquebús que venía de Uruguay. La fiscal Fein chequeó las listas de pasajeros del 17 y 18 de enero y no aparecieron ni iraníes ni ciudadanos de Medio Oriente.
Bastante después se sumó el ex espía Stiuso, siempre en línea con las derechas de Israel y Estados Unidos. Sostuvo que cuando los iraníes se marcan un objetivo, no hay cómo detenerlos. El expía, sin embargo, no pudo aportar ni un dato, ni una prueba y hasta tuvo que salir a aclarar su abogado que la declaración de Stiuso no se basó en información sino que era una opinión.
La versión del comando sofisticado se choca con las pruebas. “Por ahora no hay ningún dato, ninguna prueba, que permita afirmar la hipótesis de un homicidio”, señaló Fein cuando tuvo que dejar la causa, tras un año y medio de investigación. La propia jueza Palmaghini tampoco pudo señalar en su fallo ningún elemento que sostuviera la teoría del asesinato.
Por de pronto, parece incongruente que un comando super-sofisticado haya usado una pistola vieja y fuera de uso  como la que Nisman le pidió prestada a Lagomarsino. Y más extraño todavía es que si Lagomarsino era parte del plan criminal se haya utilizado un arma que estaba a su nombre. Ni siquiera el más torpe de los homicidas deja una pistola a su nombre en la escena del supuesto homicidio. Paralelamente, si Lagomarsino no era parte del plan criminal es igualmente extraño que un comando sofisticado haya tenido la suerte de encontrarse con el hecho casual de que Nisman pidió un arma prestada. Nada de eso cierra.
La clave de la instalación de la duda es derrumbar las pericias existentes y agregarle a una estructura de zona liberada incomprobable. Para ellos se recurre a los baches de la custodia de Nisman, que el propio fiscal manejaba. Basta decir que Nisman viajó por el mundo, por playas del Caribe con modelos y con su familia por la convulsionada Europa, sin custodios. Y también llegaba a distintos boliches porteños igualmente sin los guardaespaldas. Se pretende adjudicar semejante clima de dejadez en la seguridad a un intrincado plan de zona liberada.
El otro elemento que se intentará usar fueron las conversaciones telefónicas de ese fin de semana entre el jefe del Ejército César Milani; el jefe de la Bonaerense Hugo Matzkin, el fiscal Carlos Stornelli y algunos de los altos cargos de la ex SIDE. Según ellos, se comunicaron por la desaparición de un misil de una unidad del Ejército en La Plata, la decisión de Nisman de ir o no al Congreso el lunes 19 y el viaje a Mar del Plata de las hinchadas de River y Boca. Como el contenido de esos diálogos será imposible de determinar, se tratará de usar el entrecruzamiento como una prueba de que se estaba armando una zona liberada.
La investigación de la muerte de Nisman consiste hoy en crear una gigantesca nube de dudas. Tratar de poner en tela de juicio las pericias anteriores, desmontar lo que dijeron forenses, criminalistas, informáticos y balísticos. La idea es basarse en historias incomprobables, zonas liberadas y comandos sobre los que no hay ninguna evidencia.
Eso es suficiente para la coalición judicial-político-mediática. Les alcanzará para instalar la acusación política que les interesa. No importa que las pruebas digan lo contrario.
Humor

Franco Macri calificó al primer año de gestión presidencial de su hijo con un 5

El empresario Franco Macri calificó con un "cinco" el primer año de gobierno de su hijo Mauricio y consideró que no debería aspirar a la reelección presidencial y deslizó que la diputada Elisa Carrió debería estar en la lista de posibles sucesores.
También advirtió que el futuro presidente estadounidense, Donald Trump, es "prepotente" pero que de "loco no tiene nada"; opinó que su hijo "debería ocuparse de Latinoamérica" y subrayó que el papa Francisco es "demasiado populista".
En una entrevista a La Nación, dijo que el escándalo de los Panamá Papers es "un absurdo total" y que después de haberlo elogiado durante años al kirchnerismo, se desilusionó. 
Sobre el primer año de gestión de gobierno de Mauricio Macri, no coincidió con el  8 con el que se había calificado el presidente: "Le pongo un 5. Pero sé que ha querido ir por más". Al ser consultado sobre si su hijo debería aspirar a una reelección en 2019, Franco Macri subrayó: "Como padre le digo: cuatro años es suficiente. íDeber cumplido!" y, si bien dijo que no sabía quién debería posicionarse entre sus sucesores, advirtió que "Lilita siempre tiene que estar. Es un faro para el país", señaló.
Por otra parte, el empresario descalificó el escándalo que salpica al Jefe de Estado por empresas familiares en paraísos fiscales. "Los Panamá Papers son un absurdo total", advirtió.
En el plano de la política internacional, especialmente por los cambios que pueden suscitarse con la llegada de Trump a la Casa Blanca, Franco Macri sostuvo que "el proteccionismo es una discusión de toda la vida"; que "los países centrales se están encerrando en sí mismos" y consideró que su hijo "debería ocuparse de Latinoamérica".
El padre del jefe de Estado admitió que su relación con Trump fue "difícil" cuando quiso incursionar con negocios inmobiliarios en Estados Unidos, pero desechó que tome decisiones impulsivamente: "De loco no tiene nada".
También habló del papa Francisco. "Como papa es incuestionable; pero como hombre y político no deja de ser falible. Yo lo veía demasiado populista y se lo he dicho", aseveró.

"Podemos pensar que era un prestanombre"

A primera vista lo de Arribas no sería soborno porque no era funcionario público", advirtió el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, que quedó a cargo de la denuncia presentada por la diputada Elisa Carrió contra el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por haber recibido en 2013 cinco giros de dinero provenientes de un operador de la constructora brasileña Odebrecht.
Carrió, aliada del presidente Mauricio Macri, denunció esta semana penalmente a Arribas para que se investigue si perpetró algún delito cuando presuntamente recibió dinero de la empresa señalada por escándalos de corrupción en todo el mundo. La denuncia está basada en la investigación periodística publicada por el diario La Nación que asegura que en 2013 Arribas percibió cinco transferencias por casi 600 mil dólares que habría ordenado el cambista brasileño Leonardo Meirelles, condenado por el pago de coimas en el caso 'Lava Jato'. El jefe de la AFI dijo que solo percibió una transferencia por una compraventa de una propiedad en San Pablo.
En diálogo con el programa Toma y Daca de Radio Con Vos (FM 89.9), Canicoba Corral explicó que ahora corresponde al fiscal Federico Delgado definir si se abre la causa y qué medidas de prueba se llevan adelante, aunque advirtió que la investigación "tiene un problema probatorio complejo”.
“Estoy un poco ausente porque estoy de licencia. Por lo que he leído, no sé si puede hablarse de soborno porque este señor era un ciudadano común, no era funcionario público", remarcó el magistrado respecto al momento en que se hicieron los giros de dinero. Aclaró que eso es así "salvo que se pruebe que fue por interpósita persona", lo que sería un delito de cohecho.
Arribas no era funcionario público en el año en el que habría recibido el dinero, pero sí tenía una estrecha relación con Mauricio Macri, entonces jefe de Gobierno porteño. Además, los pagos se hicieron cuando se dio impulso al proyecto para el soterramiento del tren Sarmiento a cargo de un consorcio de empresas integrado por la brasileña Odebrecht, la argentina Iecsa -de Angelo Calcaterra, primo de Macri-, la española Comsa y la italiana Ghella.
"Entre una relación estrecha y que sea presta-nombre en un delito, hay una distancia. Pero eso supongo que es parte de lo que se denuncia, habrá que investigar y habrá que probar", advirtió Canicoba e insistió en que el hecho de que haya cercanía con un funcionario "es un elemento para comenzar a investigar, no para condenar o procesar". Por úlimo, sostuvo que "si se acredita que actuaba en favor de un funcionario público quedaría como partícipe necesario".
Hoy el diario La Nación reportó que el banco suizo Credit Suisse informó que en la cuenta de Arribas ingresó sólo una de las cinco transferencias que investiga la Justicia. En un mail enviado al titular de la AFI, la entidad bancaria señala que se acreditó una transferencia por 70.475 dólares y manifiesta: "No recibimos y no fueron acreditados" los otros 4 envíos, que deberían sumar 530.000 dólares, según lo declarado en la Justicia brasileña.
Según los registros bancarios publicados, esa sería la última transferencia a las cuentas de Arribas, y por el monto más bajo, realizada el 26 de septiembre de 2013. Las otras cuatro transferencias, en cambio, se realizaron el 23 de septiembre cerca de la medianoche y en total suman casi 530.000 dólares. Según la Justicia brasileña, desde la cuenta de Meirelles se ordenaron los cinco giros; sin embargo, no se sabe qué pasó con la mayor parte del dinero, que ahora según informa el banco, no fueron acreditados en la cuenta de Arribas.
 

OPINIÓN Los usos políticos del miedo

El monitoreo de la zona metropolitana prueba que la mera sensación de inseguridad, en este caso la inseguridad social, cambia la vida. Perder el empleo es una tragedia. Pero tener miedo de perderlo es, en sí mismo, un tormento.
En 2016 avanzaron tanto la tragedia como el tormento. Eso es lo que revelan las cifras del Monitor de Clima Social. Según ellas el 43 por ciento de los que viven en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires no descarta quedar desocupado. En el Conurbano profundo ese temor llega al 56 por ciento de los encuestados por el Centro de Estudios Metropolitanos. Más de la mitad de la gente vive con miedo.
El sondeo confirma la debilidad del argumento oficial en el sentido de que, en primer lugar, no habría mayor desempleo sino mayor preocupación ante el desempleo y, en segundo lugar, que se trata de una inquietud y no una realidad. El argumento ignora, o disimula ignorar, que la incertidumbre empeora la calidad de vida. No puede decirse en cambio que el Gobierno ignore la incidencia del miedo a la desocupación en la baja del poder de negociación sindical ante la crisis. El entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay lo dijo sin vueltas el primer día de 2016: “Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos”.
La palabra “seguridad” en relación con la vida cotidiana tiene una resonancia fuerte cuando se habla de hambre. Ese lazo es sólido en la tradición de la Organización de las Naciones Unidas y sus entes. “El concepto de seguridad alimentaria es dar abasto a la población de una cantidad mínima de calorías y proteínas todos los días, seguridad que significa tener tres comidas al día”, definió el brasileño José Graziano, director desde 2011 de la FAO, la organización de la ONU para cuestiones de alimentación y agricultura. Antes de llegar a la ONU Graziano fue el diseñador del Plan Hambre Cero de Luiz Inácio Lula da Silva y la cabeza del Ministerio Extraordinario para la Seguridad Alimentaria que Lula creó al asumir en 2003.
El monitoreo metropolitano también marca un empeoramiento alimentario justo en una región del mundo que, como América Latina, logró disminuir el hambre entre un 14 por ciento de la población en los años ‘90 hasta un 5 por ciento en los últimos tiempos. La marca actual es una regresión. Un interesante trabajo de la especialista peruana Natalia Torres Zuñiga indica que jurídicamente la regresividad significa una reducción en el nivel de goce de derechos protegidos. Dice la abogada que la regresividad puede darse en el terreno normativo (por ejemplo si un Estado aumenta los años de aportes necesarios para obtener la jubilación) y también como resultado de políticas públicas. Se refiere a “aspectos como el de la disminución o desviación de los recursos públicos destinados a la satisfacción de cierto derecho, o al deterioro de determinados servicios o prestaciones a las que el Estado se encuentra obligado”.
Prat Gay o quien lo desee pueden leer el trabajo sobre la regresividad haciendo click en <http://bit.ly/2ioTd59>. Lo contrario de la regresividad es, naturalmente, la progresividad. Fue estudiada entre otros por los expertos Luis Daniel Vázquez y Sandra Serrano, de la sede mexicana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. El click para su obra es <http://bit.ly/2cxAWxK>. El progreso indica que “el disfrute de los derechos siempre debe mejorar”, escribieron. Agregaron que la progresividad depende de la implementación de planes para garantizar las condiciones que permitan esa mejora. Un derecho supone la exigencia de que se cumpla una base mínima. Por caso, las tres comidas diarias que enarboló Graziano como bandera de Brasil y luego de la FAO.
No es una discusión menor. Una vez establecido el mínimo empezará a regir el criterio de progresividad. Al mismo tiempo, la regresividad se hace nítida cuando no solo disminuye el disfrute de derechos sino que hasta el mínimo queda recortado. Sería el ejemplo del crecimiento del hambre en el segundo cordón del Gran Buenos Aires que revela el monitoreo.
El temor en la vida cotidiana es un viejo asunto de la política, En plena crisis del ‘30 Franklin Delano Roosevelt usó como lema de campaña que había que perder el miedo al miedo. El miedo, según FDR, paralizaba a la sociedad norteamericana y le dificultaba remontar la crisis. El punto clave es que el jefe de la Casa Blanca entre 1933 y 1945 no se quedó en el mensaje esperanzador al estilo de un reverendo. Diseñó estrategias para reactivar el empleo y mitigar el hambre. Y lo hizo mientras le ponía límites al sector financiero para que no confundiera la banca de depósito con la de inversión y para impedir el monopolio. La reducción de miedo no es un fenómeno natural sino el resultado de decisiones políticas. Estimular el miedo también es política pura.

OPINIÓN Otro año de ajuste Alfredo Zaiat

2017 empezó con subas de precios que deterioran el consumo global, variable clave para impulsar el crecimiento de la economía.
El primero de cuatro aumentos en el año en las naftas informado por el Ministerio de las petroleras implica una caída del 6,5 por ciento en el poder adquisitivo de un salario mínimo. El incremento anunciado de las cuotas prepagas para el mes próximo se traducirá en una pérdida de 12,6 por ciento de la capacidad de compra de ese salario. Las subas de la telefonía celular impactarán en un retroceso del 2 al 32 por ciento de ese poder adquisitivo, según la compañía y los planes contratados. Las estimaciones fueron realizadas por el Observatorio de Políticas Públicas  módulo “Políticas Económicas”, de la Universidad Nacional de Avellaneda, con el supuesto de que el total de ese salario mínimo se destine a la compra de esos bienes y servicios. O sea, con los aumentos de comienzos de año ese ingreso puede adquirir una menor cantidad de esos productos o para mantenerla deberá redistribuir el presupuesto afectando otros consumos. La sucesión de incrementos de precios en esos y en otros servicios y bienes (la lista de lácteos, café y panificados recibida en estos días por los supermercados tuvo aumentos del 5 al 15 por ciento) en el primer trimestre exigirá un esfuerzo creativo a la legión de analistas y economistas macristas en su abnegada misión de construir expectativas positivas para la economía 2017.
Dicen que los salarios le están ganando a la inflación mientras el consumo general continúa retrocediendo; que para bajar la inflación tienen que subir algunos precios en la definición más chapucera de todas; que aparecen brotes verdes donde no los hay; que la producción agropecuaria será record sin evaluar el impacto en la cosecha de la inundación y la sequía; que la obra pública ya arrancó cuando todavía no hay indicio de que haya sucedido; que el dinero del blanqueo se volcará en compras de inmuebles y de títulos públicos; qué disminuirá el déficit fiscal cuando el descalabro de las cuentas se profundiza y que las exportaciones se recuperarán con el esperado repunte de la economía brasileña que sigue en recesión.
La mayoría de los consultores de la city va camino a reiterar en este año el fracaso de sus pronósticos 2016. Habían asegurado que la economía iba a crecer, que la inflación no sería tan elevada y que se reduciría el desequilibrio de las cuentas públicas, entre otros errores de predicción. Si se recorre la línea argumental de esa secta de economistas acerca de la evolución económica 2017 sólo hay que esperar otro año de ajuste. Este será maquillado por el inmenso dispositivo de propaganda público-privado que se dedicará a difundir variaciones positivas de indicadores que, en caso de registrarse, serán consecuencia de la ilusión estadística de compararlos contra niveles muy deprimidos de 2016.     
Con una meta de inflación del 17 por ciento definida en el Presupuesto que a poco de empezar el año ya se ha convertido en un dibujo y con la pretensión oficial de condicionar las paritarias con un techo del 20 por ciento anual, el consumo global, la variable clave del crecimiento de la economía, seguirá siendo castigado. El esquema básico de razonamiento de economistas oficialistas es el siguiente: el dólar subirá menos que la inflación y los salarios más porque así sucedió en los últimos años impares, cuando hubo elecciones generales porque esa ha sido la estrategia del oficialismo para ganar. Es un análisis repetido por muchos pero es una reflexión extraña porque los resultados de tres de los últimos cuatro comicios no fue satisfactorio para la fuerza política que estaba gobernando (la excepción fue el 2011 con el triunfo arrollador de CFK por factores políticos más que económicas).

Masa salarial

 Para que el salario crezca en dólares y además supere la evolución de la tasa de inflación, como lo logró el kirchnerismo en esos años, tiene que haber una hoja de ruta que facilite ese tránsito. El atraso del tipo de cambio es lo más probable por el festival de emisión de deuda que lidera el secretario de Finanzas con rango de ministro, Luis Caputo, y por el ingresos de los dólares del blanqueo. Sin embargo no está tan claro que el salario le gane a la inflación. No hay señales ni del gobierno, que dejó trascender cuál es el techo que pretende para las paritarias (20 por ciento), ni del mundo empresario de que vaya a suceder ese circuito virtuoso que era promovido por el kirchnerismo. En un 2016 con rentabilidades en baja para la mayoría de las actividades mano de obra intensiva, con excepción del financiero, cuál será la motivación microeconómica de la mayoría de las empresas de incrementar sus costos en 2017 con aumentos salariales por encima de la inflación prevista. Es un interrogante que eluden abordar los vendedores de informes económicos de coyuntura.  
El dato clave igualmente no será la cifra de cierre de paritarias, sino la masa salarial que alimenta la demanda global. El último informe de FIDE es ilustrativo de las restricciones de la actual política económica. Señala que la reactivación del consumo constituye la condición necesaria para impulsar la actividad económica y explica que para que tenga un impacto difundido se requiere de la recomposición de la masa salarial general de la economía, en especial de los sectores medio y bajo que tienen una mayor propensión al consumo. Advierte de todos modos que la eventual mejora del salario real actuará en el margen porque la masa salarial global no aumentaría y, por lo tanto, no podrá impulsar el consumo porque predomina un contexto económico de disminución de la ocupación. Menos trabajadores activos implican una menor masa salarial o en el mejor de los casos se podrá mantenerla en los actuales niveles deprimidos si, con aumento del desempleo, quienes preserven el puesto pueden mejorar su ingreso real. El informe de FIDE elaborado por Mercedes Marcó del Pont apunta que “dado que la tercera parte de los trabajadores se desenvuelve en la informalidad, la ampliación de la masa salarial trasciende la negociación paritaria y por lo tanto requiere de políticas públicas de ingresos que contribuyan a reforzar la capacidad de gasto de los tramos de menores ingresos”.

Comunidad

El último reporte de coyuntura del CESO de Andrés Asiain lo sintetiza del siguiente modo: “La política del dólar barato y apertura importadora financiados con deuda externa no es suficiente para relanzar la economía, sino se acompaña con la decisión de incrementar los ingresos ligados al mercado interno por encima de la inflación y relanzar el gasto y la inversión pública”. Por el lado de la inversión privada y las exportaciones no es esperable impactos dinámicos relevantes en este año tanto por la elevada capacidad de utilización ociosa de la industria como de la crisis del principal socio comercial (Brasil) y del avance del proteccionismo en el comercio internacional. El gobierno promete entonces compensar esa debilidad con inversión pública poniendo en marcha un ambicioso plan de obras públicas que dejaría atrás la recesión. Por ahora son más anuncios -como el Plan Belgrano– que desembolsos de magnitud para encender el motor del crecimiento, y las obras que ha inaugurado Macri en 2016 fueron realizadas durante el gobierno de CFK. La ilusión de una mejora será con la comparación con el primer semestre del año pasado, cuando en una decisión desconcertante de gestión de gobierno se paralizó la inversión pública.  
El 2016 cierra con un muy fuerte retraso en la inversión estatal directa al reducirse casi 30 por ciento en términos reales y disminuir 14 por ciento en términos nominales las transferencias de capital a las provincias  en relación a 2015, calculó FIDE. Con pocos desembolsos cualquier comparación con estas cifras mostrará signos positivos pero se trata de una expresión de deseos que pueda encender con intensidad el motor del crecimiento. Lo que ha sucedido con la obra pública es reflejo de la gestión oficial. Transcurrido más de doce meses la inoperancia y descoordinación en la administración del mejor equipo de los 50 años ya es una característica de gobierno.
Esto no implica que diferentes facciones del poder económico no vayan cumpliendo los objetivos de preservar y ampliar sus privilegios con el gobierno de Macri. En cada una de las áreas se van conjugando definiciones políticas que neutralizan derechos históricos y recientes, con el predominio de la ideología neoliberal en los funcionarios y una amplia red de negocios en un festival de conflicto de intereses. En esa comunidad no es relevante establecer la prioridad que tiene cada uno de esos componentes en la orientación de la gestión de la Alianza macrismo-radicalismo porque cualquiera sea el resultado será el mismo: deterioro del bienestar general y concentración de la riqueza.