El problema no es si abren o no abren la desprolija y apurada denuncia de Alberto Nisman. No es eso lo que le interesa a la coalición judicial-política-mediática que vive alineada con la derecha norteamericana e israelí.
Lo que les interesa es asegurarse que no vuelvan gobiernos que tengan la idea de la redistribución de la riqueza, el vínculo con los demás países latinoamericanos, la independencia de los grandes poderes internacionales. En el idioma de ellos, la cuestión es que no vuelva “el populismo”. Y entonces todo consiste en criminalizar a los dirigentes, reduciendo su actuación al código penal. Como sea. Que Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman aparezcan en titulares como encubridores de terrorismo sirve. (Tuny Kollman en P12 hoy)