lunes, 3 de octubre de 2016

PERSPECTIVAS DE LAS INVERSIONES EXTRANJERA DIRECTAS EN EL GOBIERNO DE MAURICIO MACRI Garúa que no llega a ser lluvia

Por Néstor Restivo
El presidente Mauricio Macri y sus funcionarios dijeron varias veces que la inversión externa es central en su estrategia económica. Las críticas llegaron en general por la idea de “lluvia” de esas inversiones, que no ha sido tal, apenas garúa, hasta ahora. Pero aun cuando los capitales externos llegaran en la forma meteorológica con la que sueña el gobierno, nunca alcanzarían el rango de factor clave del desarrollo nacional.
En el reciente foro de inversiones y negocios hubo muy pocos anuncios y promesas de inversiones, entre ellos los de Siemens –el más importante–, del Ex Im Bank de Estados Unidos o, entre pocos otros, de Pan American Silver, que de paso pareció ignorar una traba jurídica para su obra de minería a cielo abierto en Chubut. Sin embargo, los anuncios del foro reunido en el Centro Cultural Kirchner (nuevos, por apenas algo más de 7000 millones de dólares; más otros que computa el actual gobierno pero que negoció el anterior por 30 a 40 mil millones) deberían multiplicarse varias veces para mover el amperímetro de la economía. Es decir, no es sólo que no se verifica tal “lluvia” de inversiones, por razones globales de un mundo en honda crisis, y locales por incertidumbre en el manejo económico, sino que en el caso de existir tampoco la historia económica las revalida como llave para el desarrollo productivo. De todas sus “externalidades”, la mayoría son más bien inquietantes.
Según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, de 2014, las inversiones extranjeras directas (IED) en la región sumaron 160 mil millones de dólares. Contra un PIB regional de casi 6 billones, suponen menos de 3 por ciento de la capacidad productiva. Las IED, o sea inversiones no financieras, caen cada año desde la crisis mundial de 2008. Ese 2014, por ejemplo, retrocedieron 13 por ciento contra 2013, dice la CEPAL, que también informa que para las grandes economías (Brasil y México) la relación con sus PIB es de apenas 1,5 y 2,0 por ciento, respectivamente, y sólo en países muy pequeños o insulares, como República Dominicana o Trinidad y Tobago (en el primer caso por turismo, en el segundo por gas) esa ecuación puede ser de dos dígitos y significativa. Lo mismo sucede a nivel global. Para las grandes economías, el peso de las IED en sus respectivos Productos es menor; sólo en las muy chicas, algunas casi enclaves, es relevante, por ejemplo Luxemburgo o Singapur, pero en ambos casos por flujos financieros y en tanto guaridas fiscales.
En cuanto a las utilidades que giran a las casas matrices, dice la CEPAL que “las rentas de las IED seguían constituyendo en 2014 la principal partida negativa de cuenta corriente para la mayoría de las economías” latinoamericanas, con lo cual contribuyen al déficit externo que sólo puede compensarse si hay un buen nivel de exportaciones y un saldo comercial positivo (en el caso argentino, como durante el kirchnerismo prácticamente en todo su ciclo) o con deuda (como comenzó a hacer el macrismo).
En 2014, las rentas giradas desde América Latina a sus accionistas por las IED fueron de 80 a 100 mil millones de dólares, es decir, nada menos que la mitad de lo invertido. Y agrega por eso la CEPAL: “La IED no es una fuente de capital gratuito, y por lo tanto los países deberían dirigir estos flujos a proyectos con capital de transformación de su estructura productiva”. Todo ello, con el agravante además de que muchas veces se computan como “inversiones” compras de activos ya existentes o fusiones, que no agregan divisas frescas a una economía donde ya funcionaba la empresa con los anteriores dueños, que asimismo reinvertían casi la totalidad de la renta en el territorio nacional (en teoría, si no fugaban).
Otra externalidad dudosa es el impacto ambiental. Más, porque el grueso de las IED recientes en América Latina se dirigió a minería, y según el estudio citado esa actividad emite cinco veces más gases de efecto invernadero por cada dólar invertido que el promedio de las otras actividades productivas.
Sobre aporte al fisco, si bien las multinacionales son cuidadosas en las formas, suelen evadir y eludir el pago de impuestos mediante precios de transferencias y adulteración de valores de exportaciones e importaciones.
En términos de empleo, se sabe largamente que el grueso del mundo laboral de un país (cualquiera sea, salvo un enclave) lo proveen las pymes y las empresas nacionales. Un trabajo de Daniel Azpiazu, Pablo Manzanelli y Martín Schorr (proyecto PICT, 2011) indica que para una base 100, una unidad de producción de empresas nacionales demanda 196 puestos de trabajo promedio, mientras que en una IED ese requerimiento baja a 76. Por otro lado, las inversiones extranjeras suelen ir a sectores más competitivos, que en Argentina coinciden con actividades de poco impacto laboral relativo. Dice al respecto Alejandro Fiorito: “En general las IED de la región viene a actividades con poca demanda de mano de obra (energía, petróleo, minería). Desde la década de 1990 su foco es paliar divisas, cuando en un esquema de desarrollo nacional serían importantes para obtener tecnología que no disponemos”.
Justamente en materia de transferencia de tecnología puede observarse un impacto neto positivo en las IED, acaso el único, que ha servido a muchos países en su proceso de desarrollo. En el resto de lo visto aquí, con todo lo bienvenidas que son las inversiones productivas –no las financieras especulativas y de saqueo directo– no alcanzan para potenciar una economía como la argentina. Que además, debe señalarse, ya está muy extranjerizada (321 empresa foráneas sobre las 500 más grandes del país según el último dato del Indec, con algo de mejora durante el kirchnerismo, pues para el año 2003 eran 340, pero sin un cambio de fondo). Y en la cual el Plan Productivo Nacional 2015/2020 lo dirige un ministro que en su paso por la actividad privada lo hizo en una AFJP y dos bancos extranjeros.

FINANZAS › DERRUMBE DEL DEUTSCHE BANK PONE EN ALERTA AL MERCADO FINANCIERO GLOBAL El peligro alemán

Por Federico Kucher
La acción del Deutsche Bank costaba 159 dólares en 2007. Con la crisis financiera internacional en 2008 bajó a 22 dólares y en 2010 recuperó hasta los 80. A partir de ese momento, inició una fase de retroceso gradual para ubicarse en 24 dólares a fines de 2015. En 2016, se pronunciaron las caídas y en las últimas semanas la volatilidad llegó a situaciones extremas, con pérdidas diarias de casi 10 por ciento. En lo que va del año, la entidad perdió el 50 por ciento de valor, para cerrar la semana en torno de los 12 dólares y generar fuertes especulaciones acerca de la posibilidad de quiebra.
El recorrido bursátil del Deutsche enciende luces de alarma a nivel mundial, puesto que es el banco más grande de Alemania y de Europa y tiene negocios compartidos con grandes agencias de inversión de las mayores plazas financieras del mundo, en particular, de Inglaterra. Algunos analistas llegaron a llamarlo “el nuevo Lehman Brothers”, en alusión a la entidad que entró en bancarrota en 2008 y dio el puntapié inicial para el estallido de la crisis subprime.
A mediados de septiembre, Estados Unidos anunció que aplicaría una multa por 14 mil millones de dólares al Deutsche por haber jugado un rol activo en la crisis del 2008 por sus excesos en el negocio de derivados financieros y las hipotecas basura. El monto de esta multa, que por ahora sigue negociándose con la justicia de Estados Unidos, es inabordable para la entidad, cuya valorización bursátil no es muy diferente a los 14 mil millones que le exigen pagar. La noticia despertó inquietud entre los inversores, quiénes generaron una corrida contra el papel en los últimos días.
La situación de incertidumbre tomó aún más relevancia cuando se corrieron rumores de que los funcionarios de primera línea de Alemania incluyendo a Angela Merkel no ven con buenos ojos la posibilidad de un rescate estatal para mejorar la situación de liquidez del banco.
La clasificación del Deutsche como un posible “Lehman Brothers europeo” no es exagerada si se considera la interconectividad del banco con otras instituciones financieras a nivel global (en la jerga se lo llama el “cross border risk”). La quiebra del principal banco de Alemania podría en riesgo la estabilidad de 28 entidades globales, de las cuales 14 son europeas, 8 norteamericanas y 6 de Asia. Y, por supuesto, dejaría al borde de la bancarrota a bancos del Viejo Continente que se encuentran en una situación de fuerte debilidad de los balances, al punto que se los ha empezado a llamar el grupo de los “Zombie Banks” (Monte dei Paschi, Unicredit, Credit Agricole, Société Générale, Mitsubishi UFJ Financial, Mirhuo Bank, Royal Bank of Scotland, Bank of Nova Scotia, entre otros).
Una de las pruebas que deberá pasar el Deutsche en las próximas semanas será el pago del cupón de los “cocos” (bonos contingentes convertibles emitidos por la entidad), un vencimiento que algunos analistas consideran que no podrá afrontar. En el mercado se especula que una de las soluciones a la crisis del Deutsche, si el Estado se niega a salir al rescate en forma directa, es la fusión con el segundo banco alemán, el Commerzbank, que tiene 20 por ciento de participación pública y sería una manera encubierta de inyectarle liquidez a la entidad.
En Alemania están en época de elecciones y la población considera en forma negativa que el dinero público se utilice para “rescatar a los banqueros”. El Commerzbank, no obstante, tampoco atraviesa el mejor momento: en las últimas semanas anunció el recorte de 7300 empleados y que dejará de repartir dividendos.

OPINION Macri, el golpe y el golpista Por Eric Nepomuceno

El presidente argentino Mauricio Macri recibe este lunes, en visita oficial, Michel Temer, presidente brasileño.
Son como almas gemelas, pero con una diferencia abismal: Macri llegó a la presidencia al amparo de los votos de la mayoría del electorado de su país. Temer llegó a la presidencia al amparo de los 61 votos de los senadores que admitieron liquidar 54 millones y 500 mil votos alcanzados por Dilma Rousseff en 2014.
Macri es un presidente legítimo. Temer, un usurpador ilegítimo.
Será la primera vez que Temer es recibido formalmente por otro jefe de Estado. Al recibirlo con todas las del ceremonial, Macri reconocerá oficialmente al golpista.
En sus dos viajes anteriores - a China, para la reunión del G-20, y a Nueva York, para la apertura de la sesión anual de la ONU - Temer hizo de todo para lograr una foto, una fotita que fuese, apretando la mano de algún dirigente del primer escalón global.
Nada. Obama siquiera fue escuchar el discurso que alguien escribió para ser leído por el ilegítimo.
Bueno: ahora, tendrá su foto con Macri. Algo es algo.
Sería conveniente que alguien le recordase al presidente argentino algunos puntos relacionados sobre el golpista cuya mano estrechará para las fotos de circunstancia.
Él traicionó de manera vil a la primera mujer electa presidenta del más poblado país de América Latina. Sabía que no había prueba alguna de que Dilma hubiese cometido crimen de responsabilidad, única condición prevista por la Constitución para destituir a un mandatario electo.
Tanto es así, que lo reconoció, con todas las letras, en un encuentro con empresarios en Nueva York: como Dilma no aceptó implantar el programa ultra neoliberal llamado ‘Puente para el futuro’, ya no había condición alguna para mantenerla en la presidencia. Fue el reconocimiento formal de que hubo un golpe institucional. Pese a haber registro grabado de su declaración, la prensa brasileña ignoró solemnemente la frase. Claro: hay que hacer prevalecer a la farsa.
Temer aceptó someterse al papel de heraldo de un golpe institucional llevado a cabo por los derrotados en las cuatro últimas elecciones presidenciales brasileñas. Temer jamás tuvo peso político para llevar a cabo nada significativo, cuanto más un golpe de Estado. Siempre fue un actor secundario, un mediocre escurridizo.
No es más que un testaferro gris de los que ya no aguantaban más ser relegados a la derrota elección tras elección. Los verdaderos ideólogos del golpe, con el Aécio Neves derrotado en 2014 y el ex presidente Fernando Henrique Cardoso a la cabeza, lo tienen como rehén.
O implanta un neoliberalismo fundamentalista, o cae. O impone el programa que responde directamente a los intereses del gran capital y de las grandes transnacionales, o lo despachan de regreso a la insignificancia de su vida insípida.
Hay, claro, coincidencias robustas entre su figura opaca y el presidente de los argentinos.
El FMI, por ejemplo. Seguramente los dos podrán intercambiar sonrisas por haber traído de regreso la tenebrosa sigla a nuestros países.
La misión que cumplió su primera visita oficial al Brasil de Temer fue veloz a la hora de difundir su receta: antes de cualquier otra cosa, hay que eliminar de inmediato una de las más exitosas medidas de los gobiernos de Lula da Silva y preservada por Dilma Rousseff para dar combate a la pobreza y disminuir las planetarias distancias sociales: la valorización del salario mínimo. Entre el primer año de la primera presidencia de Lula, 2003, y el primer año de la segunda presidencia de Dilma, el salario mínimo brasileño tuvo un aumento real de 76%. Dice la ONU que esa política fue el centro esencial de todas las otras que lograron disminuir la pobreza en Brasil.
Dice el FMI que hay que deshacer esa política. Y que hay que eliminar la relación entre jubilaciones y pensiones y la valorización del salario mínimo. Alrededor de 25 millones de brasileños sufrirá pérdidas reales. Dice el FMI que son medidas indispensables. Dice Temer que cumplirá la orden.
¿Sabrá el presidente argentino de todas las maniobras en que está enredado su colega usurpador? ¿Sabrá el presidente argentino de las andanzas de la pandilla que Temer abriga a su alrededor?
De Mauricio Macri se podrá decir lo que sea, excepto que haya llegado a la Casa Rosada montado en un golpe de Estado.
De Michel Temer se podrá decir cualquier cosa, excepto que sea un presidente legítimo y una figura íntegra con algún vestigio de decencia.
¿Lo sabrá Macri?

TODO BEM

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Agencia Paco Urondo
AGENCIAPACOURONDO.COM.AR|DE REDACCIÓN A.P.U.

Trabajadores América se movilizarán este miércoles al Enacom en defensa de sus puestos de trabajo y para ser tenidos en cuenta en la licitación de la frecuencia.
Realizarán una protesta el miércoles frente al Enacom. Reclaman ser tenidos en cuenta en el proceso de licitación que lleva adelante el organismo estatal.
DE TIEMPOAR.COM.AR