“Mis estudios los hice en un colegio religioso. Era el primero en todo. Por eso los curas me insistían en que siguiera la carera de sacerdote. Si no –me decían- Dios me iba a castigar. Yo siempre me identifiqué con la imagen de Jesús. Pero me dí cuenta que Jesús estaba con los pobres por eso decidí unirme a ellos”. Así contó Raimundo Ongaro su opción vocacional. Pasó de ser compositor, profesor de música y director de orquesta en su juventud, a trabajar como obrero gráfico y de allí dio el salto hacia la dirigencia sindical.
Fue secretario general de los gráficos y, a fines de los 60, uno de los fundadores de la CGT de los Argentinos. Símbolo del sindicalismo combativo.