jueves, 14 de enero de 2016

ECONOMIA › PRAT-GAY PRESENTO LOS EJES DEL PROGRAMA ECONOMICO Ajuste, despidos y metas de inflación

Por Javier Lewkowicz
El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, adelantó ayer un ajuste fiscal neto de uno por ciento del PIB, aunque considerando el impacto de la quita de retenciones y otros beneficios impositivos, el recorte treparía a 3,6 puntos del PIB (ver página 6). El funcionario elogió la política de despidos masivos en el Estado, aceptó los del sector privado y se quejó de las subas desmedidas de los precios. Lejos de hacerse cargo del ajuste, los despidos y de la aceleración inflacionaria por la devaluación, atribuyó todos esos hechos a la supuesta necesidad de aplicar una corrección a la economía heredada. El plan ortodoxo que el Gobierno disfraza de inevitable: definir un techo a las paritarias a través de metas de inflación, pagar a los fondos buitre y despedir empleados del Estado como forma de ajustar el gasto público.
Prat-Gay estableció metas decrecientes de inflación, empezando por una franja del 20 al 25 por ciento para 2016, y definió un objetivo fiscal que prevé un fuerte recorte de subsidios y de otros gastos que vinculó con el “derroche” de la gestión anterior. Justificó que los 18 mil despidos en el sector público le permiten al Estado deshacerse de la “grasa de la militancia” y aseguró que se abrirán concursos. También se desligó de los despidos en empresas del sector privado. Planteó que el no pago a los fondos buitre incrementó la factura del juicio, que espera resolver en el corto plazo a partir de las negociaciones en Nueva York.
El diagnóstico del Gobierno es que las primeras medidas económicas, como la liberación de los controles cambiarios y la devaluación, la eliminación de retenciones (baja en el caso de la soja) y de diversos controles a las exportaciones e importaciones forman parte del cuadro de “normalización” de la economía. “A partir de las medidas que tomamos se van a liberar las potencialidades de la economía. Para que la economía dé más, hay que facilitarle la vida, no complicarla con controles”, dijo Prat-Gay para justificar por qué este año mejoraría la productividad. Es el sentido común liberal: si el Estado no se interpone, la creatividad del empresario aumenta y con ello florece el bienestar general.
Sin embargo, Prat-Gay admitió que este primer paquete de medidas tiene un alto costo inflacionario. “La línea divisoria será claramente el final del primer trimestre”, dijo. En ese momento las variables se acomodarían a la previsión oficial y al postulado de “pobreza cero”, a pesar de que la gran mayoría las medidas tomadas hasta ahora fueron en sentido inverso, en contra de los sectores populares y a favor de los más concentrados.

La cuenta fiscal

Uno de los caballitos de batalla del Gobierno es la demonización del déficit fiscal como propulsor de la inflación, aunque el rojo del Tesoro sea más alto en otros países, incluso del mundo desarrollado, donde hay problemas de deflación. Prat-Gay detalló que el déficit de 2015 es de 2,3 por ciento del PIB, pero que esa cuenta no contabiliza los gastos no pagados y que anota recursos “truchos” del Banco Central y de la Anses. Entonces, el déficit fiscal en 2015 sería de 5,8 por ciento del PIB, “el más alto de los últimos 30 años. Es un Estado que derrocha, que gasta mal”.
Prat-Gay le sumó a esa cuenta 26 mil millones de pesos que la AFIP devolverá a contribuyentes por gastos en el exterior y compra de pasajes y también el impacto fiscal de las promesas de campaña, algunas de las cuales ya se aplicaron y otras no, como la quita de retenciones (estimó un costo de 5 mil millones de pesos), la extensión de la Asignación Universal por Hijo (AUH) a los monotributistas (7600 millones), la devolución del IVA en bienes de la canasta básica a beneficiarios de la AUH y jubilados con la mínima (10,3 mil millones) y la suba del mínimo no imponible de Ganancias (57 mil millones) menos percepciones de la AFIP por el impacto positivo en el consumo. En total, todas estas medidas elevarían el déficit fiscal en un monto equivalente a 1,3 por ciento del PIB. “El punto de partida es un déficit de 7,1 por ciento del PIB”, sumó.
El Gobierno explica que cerrará 2016 con un déficit del 4,8 por ciento, lo que equivale a una reducción, según Prat-Gay, del 2,3 por ciento, unos 170 mil millones de pesos. De ese total, el 1,5 por ciento del PIB, unos 105 mil millones de pesos, se dejarán de destinar a subsidios a los servicios públicos, dijo Prat-Gay, es casi el 40 por ciento del total de los subsidios. “Dejaremos de subsidiar al 30 o 40 por ciento más rico de la sociedad. Sólo se va a subsidiar a los que más lo necesitan”, anticipó. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, ya anunció que desde febrero llegarán las facturas de luz y gas con fuertes subas.
El restante 0,8 por ciento de la reducción del déficit vendrá por el lado del “reordenamiento del gasto”. Según Prat-Gay, se trata de “licitaciones de obras públicas no regulares, pagos de obras que luego no se hacían y los ñoquis, como ya habrán visto”. El ministro incluso llegó a soltar que “los ñoquis son parte de la herencia. Encontramos un Estado lleno de militantes. Queremos que al Estado no le sobre la grasa de la militancia”. Dijo que se abrirán cargos por concurso en el Estado. A continuación, el ministro estableció que el objetivo de déficit fiscal es de 3,3 por ciento del PIB en 2017, 1,8 en 2018 y 0,3 por ciento en 2019.

Inflación

“Así como tuvimos un shock al salir del cepo cambiario, en el tema fiscal e inflacionario seremos cuidadosos pero con mano dura para avanzar hacia los objetivos que nos planteamos”, dijo Prat-Gay. Consideró que la inflación de 2015 se ubicó entre 28 y 30 por ciento anual y fijó metas decrecientes. En 2016 la franja objetivo es del 20 al 25 por ciento; en 2017, de 12 a 17 por ciento; en 2018, del 8 al 12 por ciento, y en 2019, del 3,5 al 6,5 por ciento. Sin embargo, no dio muchos argumentos que justifiquen esa baja en la inflación, más allá de su expectativa por la reducción del déficit fiscal. Los programas de metas de inflación consideran clave a la ortodoxia fiscal y monetaria y la fe en que los agentes económicos le crean a la pauta que definen el Gobierno y el Banco Central.
“Llevamos ocho años con inflación superior al 20 por ciento, que es parte de la herencia. Y hay precios que fueron a otra velocidad. Ese desajuste de precios relativos lo empezamos a corregir con la unificación cambiaria”, consideró Prat-Gay. La liberalización económica en sí misma es para el Gobierno un paso en favor de la reducción de la inflación, a pesar de que haya echado nafta a los precios con la devaluación, eliminación de retenciones y próxima quita de subsidios a las tarifas.
Prat-Gay sostuvo que “el costo de la salida del cepo fue una pequeña joroba en la inflación”. “Lo que estamos haciendo hasta ahora está teniendo un resultado visible. Capaz no es la sensación que tiene uno cuando va al almacén, pero nosotros estamos viendo que el salto de la inflación por la salida del cepo ya lo hemos superado y estamos aterrizando en la primera quincena de enero hacia niveles similares a los que teníamos en septiembre y octubre últimos”, destacó, aunque el Indec dejó de proveer datos oficiales. La “pequeña joroba” es un aumento en los alimentos que superó el 20 por ciento y llegó hasta el 60 por ciento en algunos casos. Los analistas calculan que la inflación en diciembre fue del 4 por ciento y en enero Orlando Ferreres estimó un 6 por ciento de inflación. Prat-Gay no dio detalles sobre la supuesta retracción de algunos precios.

Empleo y paritarias

“Ahora los sindicatos tienen un número menos con el cual distraerse”, comentó Prat-Gay sobre la suspensión de la divulgación del índice de precios del Indec. En cambio, dijo que “haremos un promedio con los datos que andan circulando”. Sin embargo, Prat-Gay insistió en su franja de 20-25 por ciento como meta inflacionaria para 2016, lo que representa el techo que el Gobierno quiere imponer para las paritarias de este año. Ese límite no es una especulación sino que Prat-Gay lo hizo explícito.
“Si ustedes nos creen, la referencia va a ser de un 20 a un 25 por ciento de inflación para este año. Si lo que decimos es cierto, el que fija salarios por encima de esa pauta quedará descolocado. Es decir, o va a vender menos –por impacto de los mayores costos, que dejarían al producto por encima de los demás en términos de precios– o tendrán que ajustar por el lado del empleo”, describió Prat-Gay.
El ministro además se desligó de la delicada situación laboral en varios sectores de la economía, como el caso de la avícola Cresta Roja, Cerámica San Lorenzo, las denuncias de vaciamiento del Grupo 23, las suspensiones en la textil Felson, proveedora de Kevingston, los despidos en empresas de Techint y las dificultades en empresas metalúrgicas. “Es parte de la herencia. No creo que el empresario tome la decisión de un día para el otro. Se trata de sectores que vienen sufriendo hace tiempo. Si toman esa decisión es por los últimos cuatro años”, se desentendió Prat-Gay. No prometió, ni mucho menos, que el Gobierno intervenga para frenar los despidos. A pocas palabras, buen entendedor: ante la catarata de trabajadores echados en el Estado, los empresarios rápidamente empezaron el proceso de achicamiento, a la espera de que el Gobierno no pregone hacia afuera lo que no hace puertas adentro.
Prat-Gay sólo mencionó que el Gobierno sostiene el precio interno del petróleo para evitar despidos en la industria local, que amenazarían la situación social en la Patagonia e incluso arriesgó que “bajamos el impuesto a los autos –en relación con la reducción del impuesto interno a los autos de lujo–. Si no lo hubiéramos hecho, este año la industria automotriz tendría más despidos”, aunque el 80 por ciento de los vehículos de lujo son importados.

Feliz Año Nuevo

Por Guillermo Saccomanno
Salvador, nuestro vecino del octavo, vino al edificio a ocupar el departamento de su hijo que se fue a vivir a Estados Unidos. A los setenta, después de haber vivido lo que se dice toda una vida, no tiene problemas en pasar solo las fiestas. Está acostumbrado a la soledad. Hace cinco años que trabaja en una casa de sepelios de Almagro. Su único hijo vive en Boston. Y Salvador se acuerda cuando murió la madre, poco después del parto. Quizá cuando su hijo le anunció que se iba a Estados Unidos fue uno de los momentos más confusos de su vida. Por un lado, se alegraba. Por otro, se entristecía. Cuando vino a la Argentina, Salvador pensaba que, además de armar una familia, acá amasaría una pequeña fortuna. Si algo lo puede confortar esta noche del treinta y uno es saber que allá en los Estados Unidos su hijo está bien y él acá, entre ramos, palmas, coronas y ataúdes, se las puede rebuscar.

En la planta alta de la casa de sepelios hay tres salas. En una velan a un viejo que murió de cáncer. Hay pocos parientes. Casi no se oyen llantos ni lamentos. Los parientes, parece, optaron por una ceremonia discreta. En otra sala es el velorio de un chico que se mató con una moto. Esta sala es la más concurrida. Gente de todas las edades, jóvenes más que nada. Aquí sí hay gritos de dolor, estallidos de desesperación, desmayos. Salvador medita sobre los dos velorios, dos comportamientos diferentes. Quizá cuando una muerte está prevista, la espera le resta magnitud. Cuando una muerte es inesperada, piensa, la sorpresa despliega en cada uno la necesidad de manifestar la pena y el sufrimiento con exasperación. La sala restante está vacía.
Si una conclusión ha sacado Salvador de su trabajo es que la muerte no es igual para todos. Cuando se dice que los ricos y los pobres cagan, por ejemplo, se miente. Los primeros disponen de una serie de artilugios que los protege, sin ir más lejos, de contar las monedas para velar un ser querido. Los pobres, en cambio, como si la muerte no fuera tragedia suficiente, deben ser meticulosos en lo que gastan. Los pobres están castigados de povida. Y también les toca la muerte.
Esta noche Salvador no tiene ganas de comer. Ni siquiera un pan dulce y una sidra que tiene guardados en un armario. Saca una foto de su hijo. Está sonriendo una mañana de sol en la puerta de su casa en Boston. Está con su mujer y sus hijos, una nena y un nene. Uno puede acostumbrarse a la idea de la muerte de una persona mayor, se dice. Pero no cuando se trata de un hijo. La peor de las muertes debe ser la muerte de su hijo. Escucha los llantos de arriba, del velorio del chico que se mató con la moto. Salvador destapa la botella de sidra cuidando que el corcho no dispare un estampido. Mira la foto de su hijo. Mira el reloj. Faltan minutos para las doce.
Mientras se oyen las sirenas, los petardos y las risas en el barrio, el silencio se vuelve denso en la casa de sepelios. Es un silencio profundo, opresivo, macizo. Una voz lo sobresalta: ¿Puedo brindar con usted?, le pregunta. El El hombre que entró en la trastienda debe tener algo más de cuarenta. Salvador lo reconoce. Es el hijo del viejo que velan en la primera sala. De allí se han retirado los escasos familiares y amigos. Y quedó sólo el hijo. A mi padre le gustaba la vida, dice. Salvador saca un vaso de plástico del armario. Y se lo pasa al hombre. A mí me gustaría brindar con mi hijo, cuenta Salvador. Feliz año, le dice el hombre. Salvador, brindando, se acerca para besarlo. Felicitá, figlio mio. Ahora, como si le hubiera vuelto el ánimo, Salvador saca ese pan dulce guardado y lo pone sobre la mesa.

DEL 20 AL 25 POR CIENTO ES LA REFERENCIA A GREMIOS Y EMPRESAS El techo a las paritarias

Por Federico Kucher
Los despidos de las empresas privadas en las últimas semanas son parte de la herencia. La negociación de los salarios para 2016 no tiene que tomar como referencia los fuertes incrementos de precios generados por la devaluación, la quita de retenciones y el ajuste que viene sobre las tarifas públicas. Estas fueron dos definiciones centrales del ministro Prat-Gay para no perder de vista que la política económica tiene como principal objetivo alterar la distribución del ingreso a favor de grupos concentrados, en los cuales se destacan multinacionales exportadoras y financieras. El funcionario volvió a sugerir que las paritarias deberían negociarse entre el 20 y 25 por ciento para que no escale el ajuste en materia de desocupación y de consumo.
Prat-Gay aseguró que los casos de recorte de personal en firmas privadas no son fruto de las medidas de Mauricio Macri, sino de “inconsistencias acumuladas” en el gobierno anterior, el cual finalizó el mandato con desocupación de 5,9 por ciento, para marcar la cifra más baja de los últimos 30 años. “Los despidos son parte de la herencia. Nosotros llevamos un mes en el gobierno y las decisiones de recortar no se toman de un mes para otro. Son unidades productivas, empresas, sectores que vienen sufriendo hace mucho tiempo y, si llegaron a la decisión de despedir parte del plantel, no es por nosotros sino por los últimos cuatro años en los que no se creció”, dijo.
Empleó un argumento llamativo para justificar que la prioridad del equipo económico es cuidar a los trabajadores. “Cuando el Presidente dice que vamos a cuidar el empleo se lo toma muy en serio. Y así ya lo hizo en casos bien concretos. Una de las rebajas que anunciamos fue la reducción del insólito impuesto sobre autos de lujo. Sin eso hubiera caído todavía más la producción y el empleo del sector. Nuestra tarea es cuidar la macroeconomía para que esto no suceda y estar atentos a la micro para que cuestiones pendientes del gobierno anterior se subsanen con el menor costo posible”. El 80 por ciento de los autos con ese recargo impositivo son importados, con lo cual no explican ni un solo operario en los establecimientos productivos.
“Sobre las paritarias hay muchos números que se pueden usar como referencia. Eso es parte de la discusión. El Estado no participa de la negociación de cada sector. Pero lo que sí hace es poner el marco. El marco que ponemos es decir que si nos creen en lo que presentamos hoy, la referencia (para cerrar los convenios colectivos de trabajo) es un número que va a estar entre el 20 y el 25 por ciento de inflación”, aseguró Prat-Gay. Las advertencias fueron tanto para trabajadores como empresas que no tomen entre las referencias ese número. “Si lo que prometemos es cierto, el que fija un precio por arriba de nuestra pauta queda descolocado: se venden menos productos, se emplean menos trabajadores. Si nos creen y ordenamos las expectativas, nos va a convenir a todos, ya que en caso contrario habrá impacto en cantidades. Es decir, menos puestos de trabajo o menor nivel de ventas, según el sector que corresponda”.
El ministro advirtió a los sindicatos que no deberán tomar los fortísimos aumentos provocados principalmente por la corrección del dólar del 40 por ciento como una referencia para el reclamo salarial del 2016. “En el 2016 hay una línea divisoria. El primer trimestre y el resto del año. A partir del segundo trimestre o de la segunda mitad del año se empezará a ver una inflación mensual menor al uno por ciento. Por lo que el primer trimestre no se puede tomar como la base de proyección para el resto del año. En la medida en que acomodemos los precios relativos (tipo de cambio, salarios y tarifas), se va a ir acomodando también la tasa de inflación”.
Prat-Gay aseguró que la emergencia estadística que declaró el Indec y por la cual no se publicarán datos de precios durante los próximos meses no es un impedimento para el desarrollo de las paritarias. “No nos preocupamos por el Indec porque ya va a estar resuelto para mediados de este año. Se publicará toda la serie del 2016. Lo que sí va a pasar es que las cifras de inflación no van a estar disponibles para las paritarias que se negocien en la primera parte del año. En ese caso seguirá como hasta ahora. ¿Cómo se venía haciendo durante estos años? Miraban el Indec. No. Bueno ahora entonces tienen un número menos para distraerse”, cerró.

› OPINION ¿Hay fin de época?

Por Oscar Laborde *
El triunfo de Macri en las últimas elecciones presidenciales conmovió a la región. Por primera vez la derecha gana una contienda de esta proporción en Argentina, y el impacto sobre el resto de los países fue fortísimo.
De seguido la oposición en Venezuela se impuso en las elecciones a la Asamblea Nacional, generando un escenario complejísimo para el gobierno de Nicolás Maduro, amenazándolo una vez que asumieron lisa y llanamente con su destitución. Si se le agregan los embates contra Dilma Rousseff, resulta un escenario donde las advertencias sobre los peligros de la ofensiva conservadora se concretaron de manera drástica.
Los datos son innegables, tendremos que decir que la integración con contenido popular que se vivió en estos tiempos pasa su momento más difícil. Ahora, ¿hay fin de ciclo? ¿Es irreversible el retorno a lo que fue décadas de sometimiento de las elites dominantes al interés imperial para favorecer su interés sectorial y en desmedro de nuestros pueblos? Es prematuro afirmarlo. Están todas las condiciones para revertir este momento.
Veníamos anticipando que la ofensiva del imperio y las derechas locales sobre el proceso que se daba en nuestra América era coordinado y sostenido. Por un lado, luego del fracaso de instalar el ALCA, se dio una ofensiva para impulsar el libre comercio como un ariete para debilitar el proceso de desarrollar un mercado regional virtuoso, que impulsara lo productivo, el mercado interno y el comercio entre los países de la zona. Así, la firma de tratados de TLC con varios países, la Alianza del Pacífico, el Tratado Transpacífico, la insistencia de firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
Un ataque sostenido externo e interno a los tres pilares de la integración: Argentina, Brasil y Venezuela. A nuestro país, con el permanente hostigamiento de los fondos buitres. A Venezuela, con desabastecimiento, contrabando, presencia de paramilitares colombianos fomentando enfrentamientos armados, baja del precio del barril de petróleo que perjudica a ese país y casualmente a Rusia, Irán y Ecuador, enfrentados los cuatro a Estados Unidos. Y a Dilma, con la amenaza constante de un juicio político que fue impulsado a días de haber triunfado en las últimas elecciones.
Los medios de comunicación concentrados jugaron un papel fundamental en estas maniobras, y en la presentación, impulso y apañamiento de una nueva derecha alejada de las tradicionales formaciones conservadores y recalcitrantes que solían representar los intereses de la oligarquía en otra época. Una derecha más “moderna” y también más hipócrita al no plantear tan brutalmente sus intenciones. Por supuesto que este avance tuvo lugar por errores, insuficiencias y el déficit en la construcción de un sujeto político que haga sustentable el proceso.
La pelea por instalar en nuestra América un proyecto autónomo y con sentido popular al del imperio será larga. Está claro que este es una circunstancia muy difícil, sin embargo nada está definido, como tampoco lo estuvo en nuestros mejores momentos.
En Paraguay, un candidato progresista ganó las elecciones en Asunción y Fernando Lugo está al frente en las expectativas de voto a presidente.
En Venezuela, hay tiempo para entender el mensaje del electorado y llegar con los cambios necesarios a las presidenciales. En Brasil, el desplazamiento del ministro de Economía Joaquim Levy, la toma de algunas medidas que impulsen el mercado interno y la redistribución y el acercamiento de Dilma al PT y a sectores organizados del pueblo puede revertir la situación de ahogo de su gobierno. Lula puede llegar en mejores condiciones al 2018.
Y en Argentina, la fuerte oposición a las primeras medidas de Mauricio Macri y el compromiso de unidad del Frente para la Victoria y de los sectores populares puede hacer que se defiendan los derechos adquiridos en estos 12 años de gobierno y se pueda pensar en volver al gobierno en 2019.
Fue mucho lo avanzado en estos años en la conquista de derechos de nuestros pueblos y en la unidad latinoamericana y es muy fuerte la intención del imperio de encolumnar a América incondicionalmente a su propuesta económica y a sus intenciones geopolíticas.
No hay fin de época. Sí una disputa que será larga y que tiene en este momento a la derecha envalentonada. Dependerá de la voluntad, la inteligencia, la organización y la unidad de los sectores del campo popular, y sabremos si perdimos una batalla o si lo vivido en este tiempo fue sólo un paréntesis entre tantos años de dominación. Depende de nosotros, y a pesar de las dificultades, tenemos todas las condiciones para volver a transitar juntos los caminos de la Patria Grande.
* Director del Instituto de Estudios de América Latina-CTA

Víctor Hugo

 Por Eduardo F. Valdés *
Vladimir, la libertad solamente para seguidores del gobierno, solamente para miembros de un partido –por más numeroso que fuere– no es libertad. La libertad siempre es libertad de quienes piensan distinto.”
(Rosa Luxemburgo a Vladimir Lenin cuando cierra la dacha y forma los Soviets)
Intentar palabras de aliento después de la censura es como el sol tras el aguacero.” (Johann Wolfgang Goethe)
Como detesto lo que escribes, daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo.” (Voltaire)
Todos los que les niegan la libertad a los demás, no se la merecen ellos mismos.” (Abraham Lincoln)
O comes o te comen, no hay más remedio. Todas las dictaduras, de derechas y de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación o el soborno para controlar el flujo de información.” (Mario Vargas Llosa)
Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.” (Jean-Jacques Rousseau)
H oy una prensa libre puede ser buena, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala.” (Albert Camus)
U nánimemente la censura ha perdido a todos aquellos a quien quiso servir.” (FrançoisRené de Chateaubriand)
G racias a la libertad de expresión, hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco.” (Jaume Perich)
O íd Mortales el grito sagrado, Libertad, libertad, Libertad” (Vicente López y Planes)
* Diputado del Parlasur, ex embajador argentino ante el Vaticano.
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DIVISION EN EL GOBIERNO POR UNA DENUNCIA DE CARRIO CONTRA LORENZETTI Una nueva grieta en Cambiemos

Por Sebastian Abrevaya
Elisa Carrió inauguró el 2016 con otra denuncia explosiva. Acusó al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y al secretario general de Administración del máximo tribunal, Héctor Marchi, por presunto “enriquecimiento ilícito”. Como integrante de la alianza Cambiemos, la presentación judicial de Carrió generó un cimbronazo político, a punto tal que el ministro de Justicia, el macrista Germán Garavano, salió a aclarar que el Poder Ejecutivo no está involucrado con la denuncia firmada por su principal socia política y el diputado de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez. Desde la Corte no dieron una respuesta oficial pero deslizaron que se trata de una cuestión “política” de Carrió, que ya lleva acumuladas varias acusaciones contra el jefe de la Corte. La causa recayó en el juzgado federal número 2, a cargo del juez Sebastián Ramos y el fiscal interviniente será Gerardo Pollicita. Anoche, la chaqueña habló de los “negocios”, la “extorsión” de Lorenzetti y su supuesto pacto con Carlos Zannini, ex secretario de Legal y Técnica. “Van a ver que los negocios de Lorenzetti van a ser ciertos en seis meses. Está extorsionando a la AFIP para que le encubran el enriquecimiento ilícito de Marchi”, aseguró Carrió en TN.
En el escrito presentado ayer, Carrió y Sánchez reclamaron “una seria investigación sobre la evolución patrimonial” de Lorenzetti y Marchi, desde el momento en que ambos ingresaron a la Corte. Los legisladores sostuvieron que existió “el ocultamiento de riqueza para eludir obligaciones tributarias, la exteriorización de la misma sólo a partir de la actuación del ente fiscal (la AFIP) y como consecuencia de ella y la adquisición de un bien a sociedades extranjeras off-shore radicadas en Delaware (EE.UU.), que sería el de la residencia del presidente del Alto Tribunal en Buenos Aires”.
Piden que se investigue sobre Lorenzetti la “tenencia de, por lo menos, las rentas provenientes de un plazo fijo constituido en una entidad bancaria del exterior que no fue declarada” y la compra de una propiedad en Puerto Madero por parte de una sociedad denominada Ratio S.A, que pertenece al hijo del magistrado. Sobre Marchi, señalaron que habría omitido “declarar un inmueble rural y la presentación de las declaraciones juradas de Impuesto a las Ganancias por los períodos 2005 a 2011”.
La denuncia de Carrió descolocó por completo a sus socios de Cambiemos, con quienes viene manteniendo más de un cortocircuito en las últimas semanas. El propio ministro de Justicia aclaró que estaban “sorprendidos” por la noticia. “Preocupa institucionalmente por ser contra la cabeza del Poder Judicial y debe ser tomada con prudencia”, señaló Garavano, tratando de bajarle el tono y evitar un conflicto abierto con la Corte en el marco de una relación que ya tuvo varios roces: hace menos de un mes Mauricio Macri pretendió cubrir mediante un decreto las dos vacantes restantes en el máximo tribunal, algo que fue postergado hasta febrero luego de una reunión a solas entre Macri y Lorenzetti.
Consciente de las consecuencias de sus dichos Carrió aclaró anoche que no está “rompiendo Cambiemos”. “Estoy diseñando una estrategia, quizás sola, para ayudar a la República y a que Macri sea el mejor presidente de republicano”, afirmó.
Fuentes del máximo tribunal aseguraron que se enteraron de la denuncia de Carrió a través de los medios. Durante el día hubo contactos con el Ejecutivo para aclarar si se trataba de una acción promovida por el Gobierno o un hecho presentado por Carrió a título personal. Finalmente llegó la aclaración de Garavano.
No se trata de la primera vez que Carrió choca con el PRO desde que Cambiemos llegó al poder. La líder de la Coalición Cívica salió al cruce del macrismo por haber firmado la designación de Ricardo Echegaray al frente de la AGN, por propuesta del Frente para la Victoria. Para la chaqueña, Echegaray no podía ocupar el cargo ya que había utilizado su lugar en la AFIP para “perseguir políticamente a infinidad de dirigentes políticos, sociales, empresarios y ciudadanos en general”.
Sin embargo, ayer Carrió uso en su denuncia la información producida precisamente por el organismo que dirigía Echegaray. En aquel momento, producto de un cruce entre Lorenzetti y Echegaray, el entonces diputado macrista Federico Pinedo denunció al titular de la AFIP y a Cristina Fernández por presunta “extorsión”, “abuso de autoridad” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

EL PAIS › OPINION No aclaren que oscurecen

 Por Alejandro López Accotto, Carlos Martínez y Martín Mangas *
La propuesta presentada por la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Economía, Hernán Lacunza, a los legisladores para destrabar el tratamiento del Presupuesto de 2016, que incluye un fenomenal endeudamiento, es una información confusa que no permite corroborar el estado de bancarrota anunciado. Bajo la apariencia de presentar información frondosa sobre el estado de las cuentas fiscales y financieras de la provincia de Buenos Aires, hay una serie de imprecisiones y contradicciones flagrantes en la documentación enviada.
En lo que respecta a los municipios se informa que la deuda asciende a 1.256 millones de pesos. La nota está firmada por un funcionario del Ministerio de Economía donde consigna que fueron liquidados en tiempo oportuno y sólo estaban pendientes de pago en la Tesorería. Sin embargo, en la información presentada y firmada por un funcionario de la Tesorería, se indica que los fondos adeudados totalizan 1095 millones. Entonces: ¿cuál es la deuda que tiene la provincia con sus municipios, la que informa el área de Coordinación Municipal del Ministerio de Economía o la que notifica la Tesorería General de la Provincia?
Una inconsistencia similar ocurre con la deuda con los proveedores. El área de presupuesto del Ministerio de Economía informa como operaciones devengadas no pagadas al 31 de diciembre del año pasado, la suma de 5127 millones. Sólo figura la apertura por objeto del gasto (inciso), pero no por ministerio, secretaría u organismo y menos por proveedor. Con un mecanismo que se aleja de los principios y criterios de la contabilidad pública, se suma matemáticamente a lo devengado no pagado, como si fuera exactamente lo mismo, las operaciones comprometidas no devengadas (explicamos que cuando eso ocurre puede no haberse concretado la prestación del servicio o la entrega del bien), que totalizan un valor de 2888 millones. El concepto de comprometido sólo implica intención y autorización de gasto, por lo que no se puede considerar deuda sobre bienes y servicios que no se sabe si se adquirieron o prestaron. Por otro lado, tampoco existe aquí detalle alguno de los proveedores.
Además, en los listados, figuran deudas devengadas no pagadas al 31 de octubre de 2014. No queda claro por qué se incluyen deudas de ese año a municipios y otros entes gubernamentales por 5523 millones, pero que no figuran en el resumen inicial. Por lo tanto, si esa deuda ya fue cancelada (sería lo lógico, por su antigüedad y porque es una cifra demasiado elevada para que los municipios no la hubieran reclamado), ¿cuál es el sentido de que figure en los anexos remitidos al Parlamento?
En otro anexo titulado “Déficit por más inversión” se señalan una serie de proyectos, donde figuran obras de saneamiento (agua y cloacas), eléctricas, de gas, entre otras, a ser iniciadas en 2016 con proyección plurianual hasta el 2018. Al final del documento, aparecen otras obras del Instituto Provincial de la Vivienda que en teoría se encuentran en ejecución, pero con montos significativos que restan ejecutarse. Se desconoce la necesidad de financiamiento total y en que artículo del presupuesto ello figura. ¿Será que para financiar esas inversiones se aplicarán los 28.500. millones previstos en el artículo 33 del proyecto de presupuesto? Llama la atención que así sea, porque el artículo 33 plantea “atender la constitución de un fondo de liquidez destinado a financiar eventuales erogaciones que no hubiesen contado con los recursos necesarios para su ejecución”. No queda entonces claro cuál es el destino de esos fondos (28.500 millones), pero lo que sí es evidente es que resulta muy distinto utilizarlos para financiar obras de infraestructura necesarias para la población que para cualquier otra cosa.
Por último, conjuntamente en la información presentada para justificar el endeudamiento, se mezclan los compromisos del año 2015, con el déficit proyectado del año en curso. La propuesta de presupuesto de 2016 tiene una meta de crecimiento de los gastos corrientes de tan sólo un 17,4 por ciento, lo que a priori, implica una fuerte “subestimación presupuestaria” que de confirmarse, requeriría de mayor carga impositiva o de más endeudamiento, para hacer frente al desfasaje.
Han pasado más de 20 días desde que el Poder Ejecutivo presentara el proyecto de presupuesto y la solicitud de endeudamiento. A pesar del fracaso en su aprobación, las autoridades bonaerenses se empecinan en brindar información parcial, confusa, incongruente e inconsistente. Es hora de que las autoridades bonaerenses dejen de poner en vilo a la población (y también a los legisladores e intendentes) sobre las fatalidades que causa la falta de aprobación del presupuesto, y al mismo tiempo, dejen de lado la opacidad con la que se mueven, y se pongan seriamente a trabajar en brindar una información pública, sin maquillajes, ajustada a las normas de administración financiera y por sobre todas las cosas, veraz.
Las dificultades fiscales de la provincia de Buenos Aires, que sin duda existen, no se resolverán con endeudamientos desmesurados sino todo lo contrario, aumentarán las dificultades, en especial para el mediano y largo plazo. En un contexto de fenomenal traslación de ingresos a los sectores agropecuarios no proponer un aumento considerable del impuesto inmobiliario rural, que se encuentra vergonzosamente atrasado, resulta incomprensible. Mejorar la administración pública y hacerla más eficaz y eficiente puede ser otro aporte, pero esta forma de presentar y elaborar el presupuesto no es una señal de que estén pensando en ese objetivo. La falta de proporcionalidad en la percepción de fondos de coparticipación federal que tiene Buenos Aires es también un tema que habrá que discutir más temprano que tarde, pero eso no justifica el aventurerismo del endeudamiento fácil, cuyas consecuencias ya hemos conocido en nuestro país.
* Investigadores-docentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento.