miércoles, 13 de enero de 2016

ECONOMIA › PARA CERRAR CON LOS BUITRES, EL GOBIERNO DEBE ARREGLAR CON EL CONGRESO Negociación a dos puntas

El secretario de Finanzas, Luis Caputo, se reunirá esta tarde con los fondos buitre en las oficinas del mediador Pollack. El Presidente afirmó que el nuevo gobierno cambió la visión del tema. Sin embargo, para definir un acuerdo deberá pasar por el Congreso.
 Por Tomás Lukin

El principal desafío para clausurar definitivamente la disputa con los fondos buitre y rehabilitar el canal de financiamiento externo como pretende el Gobierno no está en Nueva York. En esa ciudad estadounidense el nuevo equipo económico retomará hoy las negociaciones con una porción del 7,6 por ciento de los tenedores de bonos que rechazaron los canjes, los representantes legales de los demandantes más agresivos. Pero el Congreso argentino reviste una importancia equivalente a las conversaciones con los fondos Elliott y Aurelius, entre otros, que acumularían sentencias por alrededor de 10.000 millones de dólares. Para implementar los posibles acuerdos a los que lleguen los funcionarios del Ministerio de Hacienda y Finanzas con los diferentes grupos de acreedores litigantes, el presidente Mauricio Macri deberá cambiar el plexo normativo vigente. “Acá ha habido un cambio en la visión que tenemos acerca de nuestras deudas, nosotros queremos dejar de ser un país que es catalogado como incumplidor y queremos resolver todos los temas pendientes, este es uno”, prometió ayer Macri durante una conferencia de prensa donde se refirió al diálogo que comenzará esta tarde en las oficinas del abogado Daniel Pollack, el mediador impueso por la justicia norteamericana a mediados de 2014.
En el doble terreno de discusión, local y externo, que se abre para resolver el conflicto será fundamental modificar (o derogar) la ley Cerrojo y la más reciente ley de Pago Soberano. Esos cambios son condición necesaria para poner en marcha cualquier acuerdo donde los acreedores carroñeros reciban un tratamiento más ventajoso que el 92,4 por ciento de los inversores que participaron de la reestructuración de la deuda. El titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el ministro de Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, ya comenzaron a conversar con gobernadores, diputados y senadores. El objetivo es garantizarle al Gobierno las adhesiones necesarias de las diferentes expresiones del peronismo que le permitan aprobar ese y otros proyectos. Las iniciativas económicas serán presentadas en marzo cuando comiencen las sesiones parlamentarias ordinarias.
El encuentro de hoy será el puntapie inicial para la negociación con los buitres, donde seguramente el secretario de Finanzas, Luis Caputo, intentará obtener una tregua legal (un levantamiento del bloqueo) de los carroñeros mientras dure el diálogo bilateral. El Palacio de Hacienda informó ayer oficialmetne que encarará ese proceso con un nuevo estudio de abogados. La decisión ya había sido anticipada por el ministro Alfonso Prat-Gay. Los funcionarios del equipo de Finanzas comenzaron a reunirse con los posibles representantes del país en las cortes estadounidenses.
Diecinueve meses atrás, cuando quedó firme el bloqueo al mecanismo de pago de la deuda en el exterior, Macri expresó su compromiso con el cumplimiento al pie de la letra con los términos financieros validados por el juez Thomas Griesa. A lo largo de los últimos meses, en cambio, sus principales colaboradores plantearon un esquema de negociación para los buitres “con el cuchillo entre los dientes”. Ayer, el mandatario no dio definiciones pero buscó diferenciarse de la lógica que imprimió el kirchnerismo a la disputa con su reclamo de condiciones “justas, equitativas y sustentables”.
En ese intento corrió del eje de la discusión a los protagonistas: los acreedores carroñeros. “Le pedimos al señor mediador que nos ayude para que, más allá de que no hemos hecho tal vez las cosas de la mejor manera y la posición en que nos pusimos no fue razonable, hoy estamos para cerrar el tema, para encontrar una solución y le pedimos que medie en función de que la Argentina tenga un acuerdo razonable”, planteó el Presidente.
En los términos del nuevo gobierno, “un acuerdo razonable” no contempla discutir la fórmula que otorga una rentabilidad extraordinaria a los buitres pero, según afirmó Prat-Gay, buscarán obtener alguna concesión sobre el mecanismo de cálculo de los intereses. El monto a desembolsar, mediante una operatoria de emisión de deuda externa que contará con la participación de bancos de inversión internacionales, ronda entre los 10 mil millones y 22 mil millones de dólares. La cifra depende de las “quitas” que se acuerden.
“Espero que queden atrás rápidamente estas partes de deuda que no supimos negociar, que lo hicimos mal porque es una limitación para poder crecer. Cuando ese tema esté resuelto, va a traer aún más energía, más posibilidades, más financiamiento para aquel que pueda invertir, crecer y darle trabajo a otro argentino”, expresó Macri. Desde la visión del nuevo gobierno, alcanzar un acuerdo con los holdouts es condición necesaria para rehabilitar el acceso al mercado de crédito internacional sin riesgo y a menor costo. No se trata solamente de facilitar la emisión de deuda externa para obtener divisas, sino de aceitarle el camino a provincias y grandes empresas.

LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACION David contra Goliat y sin la honda

Por Ricardo Haye *
En las elecciones presidenciales de 1973 la derecha se presentó con el sello de un partido creado al efecto y bautizado “Nueva Fuerza”. Su candidato, Julio Chamizo, habría de pasar a la historia porque, a pesar de una impresionante inversión en propaganda, apenas obtuvo el 2 por ciento de los votos. Cada sufragio le costó carísimo. En su descargo, sólo puede decirse que enfrentaba a un peronismo habilitado a competir tras 18 años de proscripción.
Contraviniendo pronósticos e intuiciones, diez años más tarde, en lo que podemos caracterizar como el nacimiento de nuestra modernidad política, Alfonsín derrotó a Luder. En esta ocasión, la notable diferencia fue que la comunicación jugó un papel destacadísimo, al punto que la UCR se impuso en todos los distritos con mayor cobertura mediática. Había comenzado una era en la que las campañas comenzaban a despersonalizarse y el contacto directo de los actos callejeros cedía protagonismo a la aparición de los candidatos ante los micrófonos de la radio y las cámaras de la televisión. La etapa que vive hoy la Argentina registra algunos hechos paradojales, como la significación que pudiera haber alcanzado la acción macrista del “timbrado” casa por casa y, sobre todo, la formidable gesta popular que los votantes kirchneristas desarrollaron entre el 25 de octubre y el 22 de noviembre para llegar a un cómputo final tan ajustado como el que se produjo en la segunda vuelta electoral.
En tiempos de virtualidad, “poner el cuerpo” parece haber tenido una gran incidencia en los resultados que finalmente consagraron al candidato de Cambiemos por un margen sumamente estrecho.
Esta es una circunstancia que los investigadores y estudiosos de la comunicación debieran analizar con detenimiento.
La otra es el capítulo que se abrió a partir del 10 de diciembre con el reformateo de una oferta comunicativa en la que el sistema público y un puñado de medios privados intentaban balancear el poder descomunal de organizaciones periodísticas poderosas y concentradas.
La desaparición de ciclos con decidida actitud crítica, el hackeo a este diario o las interferencias a la radio 750 AM, entre otros, documentan la voluntad de constituir un escenario mediático de fuerte alineamiento político-ideológico con el oficialismo y con escasas voces disidentes. De ese modo, cabe esperar mayoría de titulares elogiosos para la acción de gobierno, entrevistas complacientes a los funcionarios de turno y ausencia de cuestionamientos de fondo a la gestión oficial.
Si bien la decisión presidencial de designar a dos miembros de la Corte Suprema por la vía de un decreto suscitó críticas incluso entre los comunicadores más alineados con el macrismo, el modo en que los medios reflejaron en su momento el viaje del gobernador Scioli a Italia y las vacaciones del flamante presidente durante sendas inundaciones no puede llamar a error acerca de la existencia de una doble vara de medida.
Reducidos los espacios mediáticos cuestionantes, el análisis y la reflexión crítica tendrán que encontrar alternativas que rompan cerrojos noticiosos interesados y parciales.
En apenas un mes de la nueva gestión las plazas ya demostraron una manifiesta voluntad de protagonismo. Y lo propio ocurre con las redes sociales, que no sólo permiten la catarsis, sino que facilitan espacios para la denuncia y la exposición de prontuarios descalificatorios.
La rápida reacción popular obligó al gobierno a retroceder en su propósito de poner en funciones a personas que cosecharon impugnaciones inmediatas y fulminantes (Albino, Avila, Manfroni).
Sin grandes apoyos dentro del ecosistema mediático tradicional, que tanto puede servir para obturar conciencias como para dinamizar la sociedad, la acción comunicativa de la oposición va a requerir de una gran gimnasia de movilización así como de fórmulas que recuperen estrategias artesanales que difundan su posición, den a conocer sus propuestas y hagan posible la marcación de errores gubernamentales.
Pese a las asimetrías (y tal vez por ellas), la que asoma será una apasionante confrontación dialéctica.
* Docente-investigador de la Universidad Nacional del Comahue.

LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACION La democracia en riesgo

 Por Washington Uranga
La sucesión de acontecimientos producidos en el ámbito de la comunicación desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri no constituyen apenas un problema sectorial, de un campo de actuación o de un grupo de personas afectadas por razones profesionales o vocacionales. Hoy en día, la comunicación y el ejercicio del derecho que está vinculado a la misma, está indisolublemente ligado a la democracia misma. No puede pensarse la democracia al margen de la comunicación democrática y la comunicación democrática, plural, diversa es condición esencial para una democracia que garantice la igualdad y la justicia de los ciudadanos.
“Hoy en día se considera que la comunicación es un aspecto de los derechos humanos. Pero este derecho se concibe cada vez más como el derecho a comunicar, y rebasa el derecho a recibir comunicación o a ser informado. Se estima pues, que la comunicación es un proceso bidireccional, cuyos participantes –individuos o colectivos– mantienen un diálogo democrático y equilibrado.” El “hoy en día” de la cita resulta ya viejo por lo menos en el tiempo, aunque de ello aún no se han enterado (o no quieren darse por enterados) los nuevos gobernantes de la Argentina. La cita corresponde al documento de la Unesco titulado “Un solo mundo, voces múltiples” (también conocido como Informe MacBride) y data de 1980.
Solo para recordar. En el mismo texto se afirmaba que “el derecho a la comunicación constituye una prolongación lógica del progreso constante hacia la libertad y la democracia. (...) Todo el mundo tiene derecho a comunicar”. Pero para hacerlo tienen que existir condiciones mínimas de viabilidad política y factibilidad operativa. Y corresponde al Estado –porque estamos frente a un derecho humano inherente también a la ciudadanía– garantizar tales condiciones. Si no hay pluralidad de voces, si se fomenta o facilita la concentración mediática, si se miente o se omite la información (aunque se hagan conferencias de prensa en las que se responde siempre sobre un libreto ensayado y aprendido) no solo se está violando un derecho sino que se atenta contra la democracia misma.
Escribían los expertos convocados por la Unesco en 1980:
“La diversidad y la elección del contenido de la comunicación son condiciones previas para la participación democrática. Todo individuo y todo grupo concreto deben estar en condiciones de formular juicios fundados en la más amplia gama posible de informaciones, mensajes y opiniones y tener la ocasión de compartir sus ideas con los demás.” En síntesis, nuevamente; sin diversidad y posibilidad de elegir contenidos no hay democracia. Y tal elección no puede medirse con la vara del mercado ni dejar que la oferta y la demanda “regule” el tema. Lisa y llanamente porque la comunicación no es una mercancía, sino un bien cultural al que todos los ciudadanos tienen que acceder como derecho, de la misma manera que a la salud, a la educación y al trabajo remunerado con un salario justo.
Miente también el dirigente político o el funcionario (incluyendo también al Presidente) que mira para el costado, se hace el distraído o afirma no tener ninguna responsabilidad cuando una empresa privada deja sin trabajo a un periodista por razones de su posicionamiento político o editorial. Mucho más grave aún cuando todos los indicios ponen en evidencia que estas medidas represivas contra la libertad de expresión están promovidas y aplaudidas por la misma autoridad política.
“La variedad y la posibilidad de escoger el contenido de la comunicación es una necesidad en un sistema democrático, aunque no sea la única, y aunque esta condición no garantice automáticamente la democratización. Todo individuo debe tener la posibilidad de formarse su propia opinión a partir de una amplia gama de informaciones y de la presentación de puntos de vista diversos”, seguía diciendo la Unesco hace más de 35 años en aquel documento que hoy, con tristeza y preocupación, todos los argentinos deberíamos repasar para cotejar con lo que está ocurriendo frente a nuestras narices.
Como se dijo, las citas que anteceden no responden a ningún pronunciamiento reciente. No son parte de declaraciones políticas de grupos ultra y tampoco de voceros del gobierno saliente. No expresan tampoco la plataforma de una confabulación contra el gobierno que desde el 10 de diciembre se hizo cargo del Poder Ejecutivo. Pero sirven para echar luz sobre las determinaciones adoptadas en materia de comunicación (...coincidentes también con medidas tomadas, bajo el mismo sesgo ideológico, en casi todas las áreas). Avasallamiento de la diversidad, promoción de la concentración mediática, aliento de la censura, atropellos a la libertad de expresión. Con todo ello lo que se hace es atentar contra la democracia y la república, palabras con las que se llenan la boca impúdica y falazmente todos y cada uno de los funcionarios del gobierno del PRO. Porque el derecho a la comunicación está siendo violado, la democracia está en riesgo.

ESTAS SON OBRAS!!!!

"EN DOS TRAMOS"

Macri y Vidal anunciaron 3 kilómetros de ruta

Durante un breve acto en Casa de Gobierno, el Presidente y la gobernadora bonaerense presentaron obras viales que se realizarán en 3 mil metros (30 cuadras) de la ruta nacional 5, a la altura de Luján, y que estarán finalizadas dentro de dos años, según confirmó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.

LUIS BRANDONI EL DEMOCRATA SILENCIOSO

VOLVIO LILITA

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