viernes, 4 de diciembre de 2015

Un llamamiento a la justicia Por Federico Bernal

De lo más nefasto del terrorismo financiero y especulador, este hábil comunicador se presentó a la sociedad bajo paraguas del PRO como un recién llegado a la política. Mentira. El periodista Maximiliano Montenegro escribió el 11 de mayo de 2003: "Cuando [Melconian] era jefe del Departamento de Deuda Externa del Banco Central, el economista que Menem quiere como su ministro, ayudó a detener las investigaciones de lavados y autopréstamos por miles de millones de dólares." Para Montenegro, Melconian "fue uno de los principales responsables de legalizar el proceso de estatización de la deuda externa privada, que ideó Domingo Cavallo como presidente del Banco Central de la dictadura... el joven Melconian, como jefe del Departamento de Deuda Externa de la entidad, archivó las investigaciones sobre fraudes cometidos por multinacionales y grupos económicos locales con los seguros de cambio a principios de los ochenta". ¿Recién llegado a la política? Hasta el mismo diario de Mitre, apenas conocida su designación al frente del Banco Nación, publicó su CV: "Durante la década del 80 se desempeñó en el Banco Central, en la Gerencia de Investigaciones Económicas, y ocupó la Subgerencia del Área Externa. Allí, participó de las negociaciones vinculadas con la deuda que Argentina mantenía con organismos de crédito". Echemos algo de luz adicional a estas "negociaciones".

Melconian en acción

¿Cómo fue que operó con la deuda externa el futuro presidente del Banco Nación? Explica Montenegro: "Los informes de los inspectores eran elevados al Jefe de Departamento de Deuda Externa, Carlos Melconian, quien, antes que profundizar las investigaciones, se esforzaba por rebatirlas. En su defensa de la inocencia de empresas a las que les interesaba el país contaba con el respaldo de su superior, el gerente de Estudios y Estadísticas del sector Externo, Enrique Bour, otro prominente economista liberal. La actuación de Melconian y Bour era clave, porque si confirmaban las objeciones de los auditores, entonces la deuda no se consideraba registrable y el Estado dejaba de asumirla como propia. Pero sólo ratificaron un puñado de expedientes menores y, por el contrario, en la mayoría de los casos se sumergieron en una fuerte controversia con el equipo de auditores". Finalmente, señala el periodista: "Con el documento Melconian, el Banco Central limitó las investigaciones a un sólo criterio: el procedimiento formal de verificar que los dólares hayan ingresado al país. El organismo emitió una resolución, impulsada por los directores Daniel Marx (el mismo que manejó las negociaciones de la deuda durante toda la década del noventa y fue secretario de Finanzas de Cavallo durante la gestión De la Rúa) y Roberto Eilbaun, refrendando todas sus recomendaciones".

Las huellas de Olmos

Néstor Forero es contador público nacional, historiador, escritor, profesor universitario y miembro de la Auditoría Judicial de la Deuda Externa Argentina. De su puño y letra, contundentes y desconocidos detalles para conocer más en profundidad al futuro presidente del Banco Nación. "En diciembre del 2009, un pequeño grupo de personas entre las que se encontraba el dos veces candidato a premio Nobel doctor Miguel Ángel Espeche Gil, y el doctor Julio Carlos González, secretario legal y técnico en la tercera presidencia de Perón, fuimos convocados por el juzgado que investigó la deuda externa argentina por denuncia realizada por el patriota Alejandro Olmos. Nuestra función era revisar y auditar las casi 42 mil fojas que acumulaba la investigación. Existían dos causas judiciales. La primera, obedecía a la deuda contraída por el Estado entre 1976 y 1982, que obtuvo fallo en julio del año 2000; la segunda, por el endeudamiento privado, su posterior traspaso al Estado Nacional y las renegociaciones que se sucedieron durante el regreso a la democracia de nuestro país, hasta el año 2005. Lo primero que realizamos fue el pedido de nulidad absoluta por las operaciones que se mencionan en el primer fallo: 477 operaciones ilegales y fraudulentas, porque así lo manda el artículo 1047 del Código civil de entonces que dice, "el juez puede (tiene potestad) y debe (tiene obligación) de declarar la nulidad absoluta de los actos administrativos de gobierno que resulten fraudulentos". ¿Qué fue lo que pasó?, preguntamos a Forero. "Llegamos hasta la Corte Suprema y nadie quiso tratar el tema, de haberlo hecho, por lo menos todas las renegociaciones de esos 477 contratos originales hubieran sido declaradas nulas y la Argentina hubiera estado en condiciones de reclamar la devolución de los fondos pagados indebidamente."

El Banco Mundial contra Melconian

Ahora bien, vayamos con la segunda causa judicial referida por Forero, esto es, el endeudamiento privado y su posterior traspaso al Estado Nacional. Aquí es donde Melconian aparece en escena. "Él fue jefe del Departamento de Deuda Externa del Banco Central y responsable por la firma de un informe que trataba de descalificar una pequeña auditoría que se había realizado en el mismo banco, la cual arrojaba que más del 50% de la deuda investigada era ficticia. De hecho, el mismísimo Banco Mundial lo había informado en junio de 1984. Melconian dijo, en pocas palabras, que si en años anteriores se había dado el beneficio a un grupo de empresas, había que dárselo a todos los que lo solicitaran, sin importar la legalidad y razonabilidad del pedido, y porque la conducta de las empresas objetadas era la práctica común del mercado. Se ha estimado que dicho informe terminó costándole al pueblo argentino una cifra cercana a los 17.206 millones de dólares". Sobre el informe del BM al que refiere nuestro entrevistado, hablamos del Informe Mensual correspondiente al 22 de junio de 1984. Su párrafo de mayor trascendencia: "En julio de 1981, el B.C.R.A. introdujo un seguro de cambio para postergar el vencimiento de las deudas externas del sector privado, que debían extenderse, por lo menos a 540 días. La prima inicial cobrada por el B.C.R.A. se mantuvo por debajo de las tasas de devaluación del período, de tal manera que los incentivos para el sector privado eran muy fuertes y llegaron a generar deuda ficticia. Se alega que la práctica denominada autopréstamos, por ejemplo, la creación de residentes argentinos de deuda externa cubierta por un depósito en el exterior o por otro activo, suman más de 5000 millones de dólares, que quedaron registrados como deuda externa". Un escándalo, chillaría Pino Solanas.

Cavallo vs. Melconian: tiempo de valientes

Continua Forero: "El tema fue tan escandaloso que resulta que Cavallo es uno de los primeros en denunciarlo. En conferencia en la Peña El Ombú en Córdoba y luego publicado en un libro de su autoría llamado Economía en tiempos de crisis, el ex presidente del BCRA reconoce que si bien él estatizó la deuda privada en pesos no lo hizo con la deuda privada en moneda extranjera". A propósito, en las páginas 34 y 35 del libro se lee que "cualquier subsidio que se acuerde para aliviar la situación de los endeudados en dólares es una carga que se deja sobre las espaldas de los futuros gobiernos dado que implica un aumento de la deuda pública", lo cual "... en caso de producirse traería una hipoteca muy grave para el futuro argentino...". Y ahora la parte más jugosa. En la página 95 y preguntándose Cavallo por qué ciertas figuras económicas de la época lo atacaban, se auto-contesta argumentando: "... algunos que tienen suficiente capacidad profesional como para brindar buen asesoramiento, pensaron que era más importante dedicar sus conocimientos a la estructuración de un influyente grupo de poder económico y político dentro del radicalismo que resolver los problemas del país. Para acumular ese poder promovieron, o al menos apañaron, decisiones aberrantes… Tienen terror de que alguien bien informado tenga la valentía de hacer conocer toda la verdad no sólo a la opinión pública sino también a los jueces de la Constitución". Preguntamos a Cavallo: ahora que Melconian vuelve a la función pública, ¿No será tiempo de valientes? ¿No es hora que la opinión pública conozca toda la verdad?

Seguridad jurídica amenazada

Sobre cómo se resolvió el "subsidio a los endeudados en dólares" denunciado por Cavallo, Forero nos explica que "La realidad es que nunca fue llamado a declarar por este tema ni él se presentó voluntariamente. Por nuestra parte, le pedimos al Juez de la causa que lo llamara a declarar y realizara un careo con Melconian. En todos estos años jamás hubo pronunciación por parte del juzgado". El careo Nisman-Macri por la causa de las escuchas ilegales ya no es posible. Pero el de Cavallo-Melconian sí. Sólo se necesita que el Poder Judicial se empodere de justicia. Ironías al margen, dada la amenaza que el retorno de Melconian a la función pública representa para la seguridad jurídica popular, la reactivación de esta causa resulta más que perentoria. Su corresponsabilidad en la estafa de la deuda externa es incuestionable.

iNFO|news


 

El voto más Pro Cordobesismo Por Dante Leguizamón

Por Dante Leguizamón

Córdoba es conservadora y etnocéntrica: si la atacan, se encierra, y si no la atacan, se encierra también, dice el autor de este manifiesto. Una “isla”, como la definió un gobernador, en la que Macri arrasó en balotaje. Argumentos, broncas y preguntas sobre una provincia obrera y clerical que lleva años enfrentada a la Casa Rosada y en la que el kircherismo nunca pudo hacer pie.

Fotos: Agencia Télam

El día del balotaje, un vecino de Buenos Aires pagaba 3 pesos el boleto de colectivo gracias a los subsidios del gobierno nacional; el de Córdoba costaba 7,10. Un amigo que vive en Palermo, pagaba 80 pesos de luz subsidiada por un 3 ambientes. El autor de esta nota paga 380 a la Empresa Provincial de Energía (EPEC) en los meses más baratos. Un tubo de gas –donde vivo no hay gas natural aunque estoy a unos 45 minutos del microcentro de Córdoba– cuesta 600 pesos y dura, en invierno, entre 3 y 4 semanas. No quiero ni saber cuánto pagan de gas por mes en la Capital Federal.

Los referentes del Frente para la Victoria en Capital Federal fueron Daniel Filmus y Mariano Recalde. En Córdoba, todavía se ve la estela que dejó Ricardo Jaime. La derecha porteña es un empresario millonario y de ojos claros como Macri y un chico lindo de rulos como Martín Lousteau. Nuestra derecha, la cordobesa, es peronista y radical. Nosotros lo llamamos “el partido cordobés”. Desde 1983 gobernó Eduardo César Angeloz y luego Ramón Mestre (el de la represión en Plaza de Mayo en 2001) y ese radicalismo dejó como principal referente a Oscar Aguad. Desde 1999 en adelante nos gobernó José Manuel De la Sota.





Varios amigos de Buenos Aires me han preguntado en estos días: ¿Por qué nos hicieron esto? ¿Cómo puede ser que Cambiemos haya sacado el 71,5% de los votos? Lo primero que pienso es: nosotros no lo hicimos. Córdoba, pese a todo, no es una sola. Me animo a repreguntar: ¿Ustedes saben lo difícil que ha sido para los simpatizantes del proyecto nacional y popular cuando la mayoría –no todos, es cierto- de los beneficios de ese proyecto fueron obturados en nuestra provincia por la pésima relación entre la Nación y los gobernantes de este distrito?

En abril de 2013, La Plata sufrió una inundación espantosa. El gobierno nacional destinó millones a la reconstrucción. Cristina, además de ir a visitar a los afectados, dio un discurso conmovedor sobre la lucha y la militancia ayudando. Al mes publicó este informe sobre la ayuda prestada: http://www.cfkargentina.com/informe-de-ayuda-a-los-daminificados-por-las-inundaciones/

Cuando las inundaciones golpearon a la mitad del territorio cordobés, en el Hotel 18 de Marzo de Río Ceballos, convertido en centro de refugiados, entre los que ayudaban había muchos vecinos y algunos militantes, varios kirchneristas. Al tercer día, los últimos evacuados miraban el televisor a todo volumen esperando las palabras de Cristina. La presidenta hizo apenas una referencia tangencial al tema. Recién unos días más tarde nuestro gobernador –el más convencido representante de la derecha peronista, quien trabajó para Cambiemos en el balotaje- fue a hablar con Aníbal Fernández. El Jefe de Gabinete le prometió un crédito que todavía -10 meses después- sólo se hizo efectivo en un 25 %.

Por otro lado, queridos porteños, no fue Córdoba sino los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los que votan a Macri desde hace ocho años. Los mismos vecinos que gracias a los subsidios del Gobierno Nacional pagan los servicios entre un 30 y un 70 por ciento más baratos que los cordobeses.

Hay razones para entender el resultado electoral en Córdoba, pero dejemos en claro algo: no alcanza con preguntar a los cordobeses porqué los tapó la ola amarilla. También los vecinos de Buenos Aires deberían preguntarse cómo fue que esa ola comenzó a crecer.

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Los beneficiados por las políticas del gobierno nacional en los últimos 12 años fueron millones. Fuimos millones. Además de las iniciativas obvias y no por ello menos maravillosas (Ley de Medios, Matrimonio Igualitario, Procrear, etc) lo cierto es que la idea de aislar a los gobernantes cordobeses (De la Sota-Schiaretti-De la Sota) produjo una batalla narrativa que supo utilizar con mucha más lucidez el conservadurismo cordobés que el kirchnerismo nacional. Doy ejemplos: la Asignación Universal por Hijo se aplicó en Córdoba como en todo el país, pero los beneficiarios todavía hoy creen que es un beneficio del gobierno provincial. Mi hijo tiene la notebook de Conectar/Igualdad, pero ningún docente le dijo que era un beneficio de la Anses. Justamente, la Anses fue tomada como un enemigo ideal por el gobernador De la Sota que, según su relato anti-k, se quedaba con la plata de los cordobeses y era el responsable de que él se viera “obligado” a cobrar una tasa vial –a todas luces inconstitucional- que aumentaba el precio de la nafta en la provincia. El diálogo interrumpido entre la Casa Rosada y el gobierno cordobés también limitó el alcance de las políticas nacionales.

Entre las cosas que me dijeron en estos días ustedes, amigos porteños, estuvo también la comparación entre aquella provincia “rebelde” del Cordobazo y la Reforma de 1918 y esta Córdoba Pro. Lamento decirles que esos planteos muestran un desconocimiento de esta provincia similar al de Mauricio Macri cuando comparó la elección del domingo 22 de noviembre con la gesta obrera estudiantil de Agustín Tosco, Elpidio Torres y Atilio López.





El voto cordobés tiene un recorrido histórico que puede servirnos para entender porqué mi provincia vota como vota. Sarmiento fue uno de los primeros que supo definir a esta tierra conservadora y clerical, donde hasta el zapatero se da aires de doctor: “Por lo demás, el pueblo de la ciudad, compuesto de artesanos, participaba del espíritu de las clases altas: el maestro zapatero se daba los aires de doctor en zapatería y os enderezaba un texto latino al tomaros gravemente la medida; el ergo andaba por las cocinas y en boca de los mendigos y locos de la ciudad, y toda disputa entre ganapanes tomaba el tono y forma de las conclusiones. Añádase que durante toda la revolución, Córdoba ha sido el asilo de los españoles en todas las demás partes maltratados. ¿Qué mella haría la revolución de 1810 en un pueblo educado por los jesuitas y enclaustrado por la naturaleza, la educación y el arte? ¿Qué asidero encontrarían las ideas revolucionarias, hijas de Rousseau, Mably, Raynal y Voltaire, si por fortuna atravesaban la pampa para descender a la catacumba española, en aquellas cabezas disciplinadas por el peripato para hacer frente a toda idea nueva; en aquellas inteligencias que, como su paseo, tenían una idea inmóvil en el centro, rodeada de un lago de aguas muertas, que estorbaba penetrar hasta ellas?”

Córdoba es, esencialmente, conservadora y etnocéntrica. Si la atacan, se encierra; y si no la atacan, se encierra también. Angeloz habló de una “isla” en tiempos previos al menemismo. Lo mismo hizo De la Sota al lanzar el “cordobesismo” en 2011 y culpar a la Nación para justificar sus administraciones, pésimas para mí, desde 1999 hasta hoy.

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En una conferencia llamada “Contra Córdoba”, el actual decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Diego Tatián, enumeró en agosto de 2015 una serie de hechos que no representan a Córdoba, sino que han ido justamente en contra de esa Córdoba conservadora que describía Sarmiento y cuya idiosincrasia soberbia y autoreferencial aprovecharon De la Sota y, antes, Angeloz. Para hacerlo, Tatián decide dejar de lado el Cordobazo y la Reforma Universitaria del ‘18 porque, entiende, el tiempo ha hecho que el establishment cordobés se apropie de ellos tratando de usurpar su simbología y escondiendo su verdadero significado revolucionario.

La idea de “Contra Córdoba” surge de la Elegía que Enrique González Tuñón lee (según entiendo) el día en que justamente es enterrado Deodoro Roca, el gran ideólogo de la Reforma Universitaria. Allí Tuñón describe, en 1942, a nuestra tierra como “una ciudad de nichos con espectros feroces, de ventanas ciegas, de antiguos muertos de levita y retratos al óleo de los antiguos muertos de levita…, que todavía, más allá de la ceniza, consiguen opíparos nombramientos oficiales para sus descendientes; Córdoba de marchitas vírgenes arrepentidas, arañas nocturnas hilando infamias, el cretino importante y las familias venidas a menos; Córdoba con poetas que hablan de efebos rosados, con ruiseñores ciegos; Córdoba del pequeño burgués, del filofascista y del encapuchado, topo, rata huidiza, mosca verde”. Pero va más allá y la narra como “Negra ciénaga, vivo cangrejal oscuro, esa Córdoba es ciudad triste de toda tristeza: arañas, sudarios, telegramas del señor Ministro, subvenciones a campos de concentración, murciélagos y nidos de murciélagos”.

Luego de enumerar hechos “Contra Córdoba” -que caben en los dedos de una mano- Tatián dice que el último de ellos ocurrió hace 40 años cuando en una fórmula del FREJULI, Ricardo Obregón Cano –un peronista cercano a la Tendencia Revolucionaria- obtuvo el triunfo en marzo de 1973 junto al sindicalista de origen peronista -clave en la gesta del Cordobazo- Atilio López.
 

Ese gobierno Contra Córdoba, que era parte de un proyecto nacional y popular, duró apenas 11 meses: un golpe de estado policial derrocó al gobernador. La historia dice que cuando Obregón Cano esperaba la ayuda del gobierno central, Juan Domingo Perón lo despachó con una frase: “Que los cordobeses se cocinen en su propia salsa”.

Así fue que la triple A, con el Brigadier Raúl Laccabane a la cabeza, se quedó con la intervención de la provincia. Después de desplazar al gobierno constitucional provincial, el brigadier hizo todo lo contrario con el gobierno municipal y decidió dejar en el poder al joven intendente peronista de derecha, Domingo Coronel y a su Secretario de Gobierno, José Manuel de la Sota. ¿Saben quién era el Secretario de Cultura de ese gobierno municipal? Juan Carlos Maqueda, al que le faltaban 30 años para llegar a la Corte Suprema de la Nación.

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La Córdoba que muchos trataron de acercar al kirchnerismo (Cristina Fernández logró el 35 por ciento de los votos en 2011) es también esta Córdoba. Una provincia gobernada desde el regreso de la democracia por lo que el filósofo cordobés Gustavo Cosacov llama “conservadurismo lúcido”. Un conservadurismo que antes de la llegada de cualquier espíritu nuevo que pueda cambiar el statu quo se apura a apropiarse de sus ideas para aplicar políticas y reformas que tienen como fin aparentar cambios que no cambian nada.

En las presidenciales desde 2003 a 2015, el Frente para la Victoria siempre sacó en Córdoba la mitad de los votos que sacaba en el resto del país.

El candidato a gobernador del kirchnerismo cordobés en las elecciones de 2015 fue Eduardo Acastello. Obtuvo el 17 % de los votos. En las PASO Daniel Scioli sacó el 14. En las elecciones municipales de la capital, Daniel Giacomino apenas si llegó al 2%. Para las generales nacionales, Scioli sumó a varios dinosaurios del peronismo relegados por De la Sota -la gran mayoría de ellos anti k- que le permitieron llegar al 19 %.

Después de la derrota y previo al balotaje, los referentes –todos- desaparecieron. Dos amigos fueron al local del FPV a pedir afiches y les dieron unas hojas A4, mal impresas, con críticas a Macri. Preguntaron porqué tanta precariedad. Les respondieron: “Se ha decidido que esta campaña la encabece la gente, no los dirigentes”.





En Córdoba, las plazas “Amor sí, Macri no” fueron multitudinarias, pero sólo mostraban buena voluntad. Lo que se veía era una militancia huérfana de referentes y de línea política. Y cuando esos referentes aparecían, lo hacían por alguna radio para criticar al votante de Massa; justo al que había que seducir. Me cuentan que en Buenos Aires y muchas ciudades grandes se dieron situaciones parecidas: fue la militancia desde el llano la que ocupó las plazas, hizo carteles a mano que pegó en las paradas de colectivos, graffiteó y estencileó, pagó de su bolsillo los locales partidarios, visitó casa por casa a los vecinos, invadió las redes sociales, puso el cuerpo.

En Córdoba, miles de voluntarios se quedaron sin siquiera poder fiscalizar la elección porque el representante del sciolismo local decidió entregarle la tarea a Alejandra Vigo, la mujer del gobernador electo –socio de De la Sota y amigo personal de Macri- Juan Schiaretti. El día de la votación las carpetas con los padrones llegaron a varios lugares después de las 13 horas.

Si en el balotaje Scioli pasó del 19 al 28,5% en parte fue por esa militancia o voluntarismo de miles de cordobeses que salieron a la calle sin referentes.

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Córdoba no cambió. La provincia fue coherente con su historia conservadora. Y no se pudo, no se supo o no se quiso desde el gobierno nacional llegar a fondo con políticas –y referentes- capaces de generar un “contra Córdoba”, capaces de doblarle el brazo al poder del conservadurismo lúcido local.

Habrá que aceptar que la principal responsabilidad es de quienes habitamos esta tierra. Aquí la gran mayoría que pide un cambio en realidad no quiere que cambie nada. Nunca quiso. Por su parte, el proyecto que levantó las banderas de lo nacional y popular deberá encontrar, en la lógica de construcción federal, las formas de incluir a esta provincia, porque esta vez los cordobeses no se cocinaron en su propia salsa, más bien sintieron que eran el maridaje perfecto para acabar con aquello que para millones hizo tanto bien y que a ellos los convencieron de que sólo les hacía tanto mal.

Ahora, como siempre, nos sentimos una isla, la más pro de todas las islas, a la espera de las soluciones que lleguen del puerto de Buenos Aires.

Rervista Anfibia
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Dijo recién Sabbatella:"Ante una causa que no conocíamos porque no nos la dejaron ver, basada en una denuncia del grupo Clarín contra los directores de la AFSCA viene Bonadio, manda a retirar el expediente del Grupo Clarín, directamente, lo que es burdo", relató. En la misma línea contó que "ayer vino Miguel de Godoy, con quien tuvimos una reunión muy cordial, y ellos nos plantearon que querían asumir el 10 diciembre próximo. Entonces yo les leí el artículo 14, que dice con claridad que los mandatos están desacoplados de los mandatos presidenciales y que no admite otras interpretaciones por lo cual, si quieren asumir, tendrán que esperar al 10 de diciembre del 2017, y en todo caso si Macri nombra a Godoy tendría que convivir con los actuales directivos".
"Expliqué que nosotros vamos a cumplir la ley y que no iba a renunciar porque nos parecería violentar las instituciones. Ahora, con esto, la sensación que tenemos es que como no funcionó Godoy ayer, hoy Macri manda a Bonadio. Por eso digo que estamos ante un estado mafioso articulado", afirmó. El titular de la AFSCA agregó que "para los que nos preocupa verdaderamente la democracia esto asusta, es peligroso, se quiere violentar una ley para favorecer a los intereses corporativos de un grupo cuya posición dominante la usa para lesionar la libertad de expresión, la pluralidad y lo hacen con una parte del poder judicial".
"Antes de asumir quieren violar la ley y si vos no aceptás te mandan otro capítulo de su misma estrategia, que es la pata del poder judicial, que funciona para eso con esta suerte de estado mafioso que se está construyendo", finalizó Sabbatella previo a la conferencia de prensa que brindará en el organismo.
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PRESENTACION DEL INFORME SOBRE LA REPRESION A LOS TRABAJADORES DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO El rol de las empresas en la dictadura El dictador Videla exponiendo en IDEA.

El CELS, Flacso, el Programa Verdad y Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos realizaron una investigación en la que analizaron y sistematizaron información de 25 empresas para entender la “responsabilidad empresaria” y no la “colaboración” o “complicidad”.

Por Alejandra Dandan

Anoche se presentó en la sede de Flacso-Argentina el informe “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad: represión a trabajadores durante el terrorismo de Estado”, un trabajo de investigación monumental que por primera vez analiza y sistematiza la represión en 25 empresas, elaborado por el CELS, Flacso-Argentina, el Programa Verdad y Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. Durante la presentación, se explicó uno de los principales efectos del libro: la posibilidad de caracterizar la historia de represión obrera y encuadrar la relación entre empresas y dictadura como de “responsabilidad empresaria” en lugar del papel que denota posibilidades más subsidiarias como el de colaborador o complicidad. La contribución de este megainforme a las causas y a la Bicameral de investigaciones civiles que acaba de ser promulgada en el Congreso fueron parte de los puntos destacados. En palabras del economista Eduardo Basualdo, el informe aporta “un nuevo conocimiento del régimen dictatorial” y es un “salto cualitativo en el análisis de los casos no sólo por el tipo de fuentes de información, o su metodología, sino porque todo eso permitió construir no sólo una tipología sino jerarquizar los tipos de participación empresaria en la represión a los trabajadores durante la dictadura militar”.

De la mesa de presentación participaron el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda; el subsecretario de políticas criminal, Luciano Hazan; el presidente del CELS, Horacio Verbitsky; el director del Area de Economía y Tecnología de Flacso, Eduardo Basualdo, y la responsable del Programa Verdad y Justicia, Elizabeth Gómez Alcorta. La investigación, que llevó un año y medio de trabajo, estudia la responsabilidad de un sector del empresariado nacional y extranjero en las violaciones a los derechos humanos de los que fueron víctimas trabajadores y trabajadoras durante la última dictadura argentina. Aunque durante el trabajo se relevó un listado de 200 empresas, el trabajo se acotó a un universo de 25, dedicadas a actividades diferentes y localizadas en distintas regiones del país. Desde Minera El Aguilar, La Veloz del Norte y el Ingenio Ledesma, hasta las del grupo Techint, Bunge y Born, Acindar, Astarsa y Mestrina, tres automotrices y la Nueva Provincia. Casi todas, investigadas por el Poder Judicial, con distintos tipos de alcance en las respectivas causas.

Con el auditorio Emilio Mignone completamente lleno, una de las coordinadoras del proyecto, Victoria Basualdo, agradeció el trabajo aportado por cada uno de los investigadores de las cuatro instituciones que “con un ritmo insoportable, investigaron en archivos complicados y trabajaron con procedimientos complejos y se encontraron con historias tremendamente conmovedoras”. Frente a la mesa de los panelistas, un grupo de ex trabajadores de los años 70 colocaron la bandera peregrina que reclama el avance de los juicios al sector empresario. “Y queremos agradecer a los protagonistas de esta historia –dijo Victoria en diálogo con esa bandera–, las víctimas, que fueron trabajadores víctimas de crímenes extremos pero también protagonistas de una historia de movilización, lucha y resistencia de en las peores situaciones. A ellos –dijo– les dedicamos este trabajo, por eso tenemos esta bandera puesta acá.”

Gómez Alcorta lo presentó como un documento indispensable “para la praxis judicial”. Señaló que el informe llegó a “conclusiones absolutamente incontrastables”. Y explicó que en los orígenes de este trabajo situado a comienzos de 2014 comenzó a entenderse una necesidad: “Una vez reconstruida las características del aparato represivo, identificamos que no estaba disponible un insumo para entender el universo del colectivo de víctimas entre los trabajadores”. “Ante la lectura de todos los casos juntos nos encontramos en condiciones de explicar la clara responsabilidad de un sector del empresariado en los crímenes que tuvieron a estas víctimas”, explicó. “Por eso decimos que la palabra ‘participación’ o ‘complicidad’ a priori no resulta correcta para la comprensión de los crímenes en estas intervenciones.” El informe encontró “un patrón común en las prácticas represivas y una estrategia común de disciplinamiento laboral de terrorismo de estado”. Marca distintas formas de disciplinamiento de las fábricas en las que se encuentra el extremo de haber tenido centros clandestinos de detención. Pero también hubo formas más invisibilizadas, como la entrega de listas, el señalamiento de blancos o delegados, listas de direcciones, fotos, legajos personales o apoyo de logísticas. En esos “patrones de recurrencia” encontraron que 88 por ciento de las empresas hubo secuestros o despedidos; 76 por ciento entregó información privada de los trabajadores; 72 por ciento tuvo presencia de actividad militar, control y amedrentamiento y en el 52 por ciento de las firmas hubo presencia de cuadros empresariales en la detención, secuestro y tortura de los trabajadores. “En este sentido evidencian las distintas formas de combinación de prácticas empresariales y militares del terrorismo de estado que tuvieron como víctimas a los trabajadores.”

Verbitsky trazó líneas de continuidad entre los intentos de disciplinamiento del 55, 66 y 76 pero también con este momento. “Se requirió de la máxima violencia estatal para lograr quebrar la resistencia de los trabajadores de 20 años previos al golpe –dijo–. Es del 76, no es del 55 cuando no pudieron. Y tampoco pudieron en el 66 porque hubo resistencia, organización, lucha. Por eso aplicaron a partir de 1976 la máxima violencia, para producir resultados que procuraron transformar definitivamente la estructura social, productiva, la conciencia de la sociedad para siempre. Ese golpe tuvo una misión refundacional.” Este momento, cuando llega la presentación de este informe, tiene, dijo, puntos de confluencia con ese 1976. “Hay puntos de contacto pero me interesa señalar las diferencias.” Habló del crecimiento de la industria frente al saldo de 20.000 fábricas cerradas que dejó la dictadura. Del incremento de puestos de trabajo, del crecimiento del producto bruto industrial, de la distribución de la riqueza. Ahora, frente a las manifestaciones de ciertos sectores que avanzan, “sin esos niveles de violencia no van a poder hacer lo que hicieron –dijo– porque la democracia tiene restricciones, que son claras y concretas”.
04/12/15 Página|12

Las enfermedades de la desigualdad Por Bernardo Kliksberg *

De acuerdo con un reciente informe de un banco suizo, el uno por ciento más rico, concentra actualmente el 50,4 por ciento de los patrimonios mundiales. Tiene más que el 99 por ciento. El coeficiente de Gini de distribución del ingreso dice el informe que es el peor en 100 años. Oxfam Internacional estimaba que en el 2014 tenía 49 por ciento el producto bruto mundial. Su prognosis era que si no cambiaban las reglas de juego de la economía mundial para el 2019 tendría el 56 por ciento. Va en camino a cumplirse.

Hoy “la corriente central de ideas” en economía considera que las grandes desigualdades son nefastas para el desarrollo: bajan el consumo, generan pobreza, reducen la productividad laboral, minan la cohesión social, aumentan la criminalidad, incrementan la de- serción escolar. Hoy hay “enfermedades de la desigualdad”. Algunas de las enfermedades más mortíferas, el tabaquismo y la obesidad, tienen un perfil epidemiológico nítido. Según la OMS, la industria del cigarrillo es “la única que mata a la mitad de sus consumidores”. Con seis millones de muertes anuales es la principal causa de decesos. ¿Quiénes son los que más fuman? El 80 por ciento de los mil millones de fumadores están en países de ingresos bajos o medios. Muchos no han terminado la secundaria, son víctimas fáciles del marketing agresivo. La obesidad, causa central de múltiples enfermedades, se ha duplicado desde 1980 (700 millones actualmente). Los niveles de ingreso y educación inciden muy significativamente. Los sectores más modestos tienden a comer “comida basura,” como la que se expende en el fast food, repleta de grasas ultrasaturadas, y tomar bebidas gaseosas en escala. Son un mercado cautivo del bombardeo publicitario que se lanza contra ellos y no tienen recursos para comprar alimentos balanceados y con proteínas.

Estas cifras se reflejan finalmente en años de esperanza de vida y enfermedades. En México, que tiene el mayor consumo de gaseosas por habitantes del mundo, hay 50 millones con sobrepeso, 70.000 muertes por año por diabetes y un record de niños obesos.

¿Se pueden enfrentar las desigualdades? Con seguridad. Dinamarca es uno de los líderes mundiales en expectativa de vida, cero pobreza, y productividad. Su fórmula similar a la de los otros países nórdicos, protección universal en salud, educación gratuita y estipendios adicionales para los estudiantes y hogares subsidiados para el cuidado de niños. Una política fiscal muy activa paga éstos y otros beneficios. La recaudación fiscal significa casi la mitad del producto bruto. Su economía crece sanamente, es muy competitiva, y el país encabeza las tablas de felicidad.

La política fiscal y las regulaciones son fundamentales para corregir y moderar las desi- gualdades que generan los mercados, que serán mayores cuanto más concentrados sean. Se puede tener una muy completa visión, de cómo funcionan algunos de los mecanismos que activan las desigualdades en el nuevo libro de Alfredo Zaiat Amenazados (Editorial Planeta, 2015). Zaiat, autor de obras económicas de extendido uso como Historia de la Economía Argentina en el siglo XX con Mario Rapoport, y Economía a contramano (un best-seller), analiza con documentación totalmente actual, temas vitales para entender el problema. Así refiere que las intervenciones de la política pública a través de los sistemas de protección social y políticas fiscales progresivas han mejorado el coeficiente de Gini, en un 46 por ciento en Finlandia, en un 42 por ciento en Alemania, en un 42 por ciento en Dinamarca y Noruega, en un 40 por ciento en Francia, y en un 39 por ciento en Suecia. La obra examina en detalle el funcionamiento concreto en casos reales de la especulación financiera, que es una de las razones del aumento de la desigualdad. También muestra cómo la acción monopólica favorecida por el debilitamiento de las regulaciones públicas la acentúa, aumentando precios y reduciendo el valor real de los salarios. Algunos de los análisis de esta sugerente obra aparecen muy presentes a la luz de casos como el de Volkswagen. La empresa líder del mundo en producción automotriz vendió, como se sabe, 11 millones de autos, que enviaban a la atmósfera un gas peligroso, óxido de nitrógeno. Las emisiones de sus autos eran 40 veces mayores a las fijadas legalmente en EE.UU. y engañó sistemáticamente a las autoridades con una aplicación informática escondida que las bajaba cuando había inspecciones. Dice The New York Times que el gas que lanzaba “irrita los pulmones, aumenta las inflamaciones, puede bajar la resistencia a enfermedades respiratorias, puede aumentar el riesgo de enfermedades graves o de muerte, para aquellos con condiciones como asma y obstrucciones pulmonares crónicas. La gente mayor que es más probable que tenga estos problemas es particularmente vulnerable”. Volkswagen lograba con la emisión de los gases prohibidos hacer subir la potencia de sus motores. El trueque era más potencia y ventas, por más riesgos pulmonares para la población. ¿Qué habría sucedido, si no hubiera habido políticas regulatorias firmes?

Una nueva obra de Robert Reich, ex ministro de Trabajo de Clinton, Salvando al capitalismo, plantea que el nivel de desigualdades lo erosiona, y que es imprescindible lograr que haya más inclusión de las mayorías. Destaca entre otros puntos que los CEO de las grandes empresas, ganaban en 1978, 30 veces el sueldo promedio. En el 2013 era 296 veces, Reich propone entre otras reformas, políticas públicas que creen un ingreso mínimo garantizado.

Un disparador de desigualdades es el cambio climático. Como lo demuestra el papa Francisco en su Laudato SI, afecta mucho más a los pobres del planeta. Dice que para ellos no es algo que va a suceder, sino que está sucediendo. Un informe de la ONU para el Congreso de Cambio Climático que se está haciendo en París lo ratifica. Durante las dos últimas décadas hubo 335 desastres naturales por año, el doble que una década atrás. Han generado 600.000 muertos y han afectado a más de 4000 millones de personas. Han producido daños económicos por 1,9 trillón de dólares. Los perjudicados han sido en primer lugar, y a gran distancia, los campesinos pobres, los pescadores, los marginales urbanos cercanos a aguas y otros desfavorecidos. Las inundaciones, que también América latina, y Argentina, vienen experimentando han dañado las vidas de 2400 millones de personas.

Fumadores, obesos, vulnerables climáticos son algunas de las víctimas de las “enfermedades de la desigualdad”.

La economía es con frecuencia una ciencia que sólo razona en términos herméticos, que no presta cuidado mayor a quiénes pagarán los costos de los ensayos de políticas económicas. Frente a la explosión de desigualdades, sería muy útil escuchar atentamente una recomendación de una de las grandes pensadoras económicas contemporáneas, Joan Robinson, que resalta Alfredo Zaiat, en su aguda obra: “El propósito de estudiar economía no es el de adquirir un conjunto de respuestas prefabricadas a las cuestiones económicas, sino aprender cómo evitar ser engañado por los economistas”.

* Se termina de publicar en París en francés, la obra del autor Etica para empresarios (Editorial L’Harmattan).

03/12/15 Página|12
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