viernes, 31 de julio de 2015

CONTRATAPA Las piernas de Dora Markus

Por Juan Forn
El joven Eugenio Montale se embelesaba tanto cuando le hablaban de mujeres espléndidas, que a veces les dedicaba poemas sin haberlas visto siquiera una vez de lejos. A su amigo Bobi Bazlen nada le divertía más que detonarlo en esa dirección, porque el joven Montale languidecía en Génova, donde estudiaba contabilidad por mandato de su padre, que lo quería trabajando a su lado, y el joven Bazlen vivía a sus anchas en la mítica y cosmopolita Trieste. Desde allí, en septiembre de 1928, Bazlen le envió a su amigo una fotografía en cuyo reverso se limitó a garabatear: “Una amiga de Gerti, con piernas maravillosas. Escríbele un poema. Se llama Dora Markus”. Un par de meses más tarde, Bazlen vuelve a la carga en una carta: “De vuelta en Trieste, después de mi escapada con Gerti. Vimos en Moravia a Dora Markus, con botas altísimas, como para caminar en la nieve”. Pasan dos meses más y Montale recibe telegrama de Bazlen: “¿¿¿Y mi Dora M para cuándo???”.
Calma, calma, pide Montale, hasta que le envía por fin el poema, como hacía con todo lo que escribía: es leyenda que, hasta que a Bobi Bazlen no le gustó Huesos de sepia, Montale no lo publicó. Cincuenta años más tarde, Montale gana el Premio Nobel y “Dora Markus”, su poema más celebrado, se convierte de repente en un enigma a descifrar para sus especialistas (Montale los llamaba “accademici accaparratori e burocrati incapaci”), porque entre la montaña de papeles privados que donó a la universidad de su ciudad natal había aparecido aquella foto enviada por Bobi Bazlen en 1928. El hallazgo desató una fiebre tan fulminante como decepcionante entre los montalianos porque no existía una sola imagen de Dora Markus salvo aquella foto de sus piernas, y no existía un solo dato sobre ella, salvo que era judía y rica y misteriosa y venía de Austria y había logrado embarcarse a América cuando empezaron a regir en su tierra las leyes raciales. Nadie sabía de ella en América, nadie en Austria y nada más se sabía de ella en Trieste. En esa foto empezaba y acababa su leyenda, porque para entonces Bobi Bazlen llevaba diez años muerto, Montale no hablaba con periodistas ni con académicos y, asombrosamente, a nadie se le había ocurrido rastrear a la “Gerti” dos veces mencionada por Bazlen: Gertrude Frankl, la anfitriona de Dora Markus el día que se tomó aquella foto.
Como Montale había tenido una pléyade de musas, que en su mayoría estaban más que dispuestas a hablar de él, los montalianos se dirigieron en masa en esa dirección (luego del Nobel, hasta la prensa del corazón italiana estaba interesada en “las amantes del poeta”), salvo uno, un jovencito llamado Andrea del Giudice, que no supo salirse del trance y terminó diez años abducido, por el misterio Dora Markus y por un enigma mayor: la razón secreta que llevó a Bobi Bazlen a abstenerse de ser escritor. Del Giudice escribió un libro famoso sobre ese enigma (El estadio de Wimbledon), en cuyo centro hay un momento de gloria: cuando el aún joven montaliano se interna por la calle más oscura y laberíntica de Trieste, sube cinco pisos por escalera casi a tientas, toca un timbre en un lóbrego palier, y cuando le abren la puerta descubre con estupor una inesperada, luminosa vista al mar desde el ventanal, y una viejita de nívea e impecable melena que le dice: “Yo soy Gerti Frankl. Finalmente me ha encontrado”.
Bobi Bazlen era el niño mimado de todas las buenas bibliotecas particulares en Trieste, y en Trieste hasta el más tonto nacía hablando cuatro idiomas (italiano, alemán, idish, griego). Bobi Bazlen era huérfano de padre y tenía una madre eternamente postrada en cama víctima de enfermedades imaginarias, lo que le permitió hacer lo que quería en la vida desde temprana edad, y lo que quería hacer Bobi Bazlen era leer. Cuando terminó con todos los libros de su casa (“He encontrado el elemento común entre Salgari y Kant”) y todo lo que se podía leer en las librerías de Trieste, se convirtió en el fetiche de la intelligentsia de la ciudad: nadie se atrevía a negarle un libro de su biblioteca. Lo único que movía a Bobi Bazlen a levantarse de la cama era la promesa de un libro o de una buena conversación, pero hasta cuando estaba parado parecía recostado (lo decía él mismo, cada vez que veía las poses que adoptaba su cuerpo en las pocos fotos en que accedía a aparecer). Acostado leía y fumaba, horas y días. Acostado esperaba a sus amigos cuando iba a visitarlos (“Vino Bobi, te está esperando en tu habitación, creo que se metió en la cama”). Acostado escribía sus famosas cartas, primero a los amigos y luego a las editoriales de Turín y Milán y Roma que le mandaban libros en todos los idiomas, para que les dijera cuáles traducir. Bazlen enseñó primero a sus amigos y luego a toda Italia a leer autores extranjeros, pero no escribió otra cosa que esas cartas a mano alzada y no publicó una línea en su vida. En una carta garabateada en servilletas de bar era capaz de decir: “Ya no se pueden escribir libros, sólo se puede escribir notas a pie de página”, y agregar a continuación: “Te escribo en un café mientras converso con amigos, así que disculpa envase y contenido”. Así le hablaba a Joyce y a Italo Svevo, de mocoso, en la librería de Umberto Saba en Trieste, y así le habló siempre a todo el mundo, por escrito y en vivo y en directo. Supervisó la traducción de toda la obra de Freud al italiano (antes de cumplir los cuarenta) hasta que se desencantó de su “neurastenia decimonónica” y se inclinó por Jüng, pero también de Jüng se desvió, rumbo a los distintos pensamientos orientales y a la antropología y a las memorias y a todo aquello que le permitiera asomarse por las grietas al secreto e inefable carácter de los hombres, según Gerti. Nada le gustaba más (en la vida y en los libros, en sus cartas y en su conversación) que las crisis, del color que fueran: de Spinoza, de Kafka, de Po Chui o de las parejas de sus amigos y amigas. Según Gerti, “con el psicoanálisis todos se pusieron atentísimos a sí mismos: nuestra generación habló demasiado de todo”. De ahí venía, según ella, el mito de que Bazlen no publicó nunca porque era un taoísta de la literatura. “Quizá sólo era de aquéllos que no saben engañarse, y los que no se saben engañar no pueden escribir”.
Un momento más tarde, antes de levantarse para despedir a Del Giudice, la vieja dama triestina acepta una última pregunta y se queda pensando largamente antes de dar esta respuesta: “Las personas hablaban con él, o recibían una de sus cartas, y después creían haber actuado por sí mismas; yo creo que ése era su don: hacerles comprender invisiblemente”. Y en ese instante postrero antes de abandonar el paisaje luminoso que se ve por el ventanal, y sumergirnos con Del Giudice en el palier oscuro, y bajar cinco pisos por escalera y desembocar en la calle más sombría y laberíntica de Trieste, comprendemos de golpe, inequívoca e invisiblemente, que las hermosas piernas de aquella fotografía de 1928 eran las de Gerti Frankl y que la foto la tomó Bobi Bazlen y el nombre y la leyenda Dora Markus los inventó él, para que un amigo que sí sabía engañarse escribiera un buen poema.

MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA Según la CIA, Pinochet encubrió el Caso Quemados

El ataque de los militares contra los jóvenes durante una manifestación contra la dictadura del entonces presidente de facto Augusto Pinochet le provocó la muerte a Rodrigo Rojas De Negri y heridas a Carmen Gloria Quintana, quien hace días fue recibida por la presidenta Michelle Bachelet durante un encuentro en el que le pidió que se levante el secreto de 50 años que se estableció a un informe sobre la tortura durante la dictadura.
Según el diario El País, de España, Pinochet “en persona ordenó que se frenaran las pesquisas para determinar la responsabilidad de los hechos ocurridos en 1986, cuando patrullas militares quemaron con gasolina a dos jóvenes que protestaban en la primera de las dos jornadas del paro nacional contra la dictadura”.
La revelación ocurrió en el marco del juicio contra los acusados por ese hecho y ante el procesamiento de otros 12 nuevos exmilitares dictados por el juez Mario Carroza. “Los documentos vinculan a Pinochet con el encubrimiento de un crimen cuya autoría militar no caben dudas”, aseguró Peter Kornbluh, responsable de la investigación.
La publicación española cita los cables en los que se indica que las maniobras para ocultar los hechos comenzaron en el hospital donde fueron trasladados los jóvenes heridos después del ataque en los que se afirma que el “director de la Posta (centro médico) obstruyó el traslado de Rojas a una clínica mejor equipada para tratarlo”.
En otro cable remitido a la Casa Blanca se consigna que “el gobierno chileno, siguiendo directivas de Pinochet, está tratando de tachar públicamente como terroristas a Rojas y Quintana, que habrían sido víctimas de sus propios cócteles molotov”.
En otro documento, la inteligencia militar estadounidense afirma que el gobierno chileno cambió “varias veces su versión sobre su implicación en la quema y posterior muerte de Rodrigo Rojas, y aparentemente ha emprendido una campaña de intimidación para presionar a los testigos”.
Por último, se menciona en otro texto que “el ministro de Justicia, Hugo Rosende Subiabre, está ejerciendo presión sobre el fiscal del Estado y los jueves para atascar y finalmente desestimar el caso por falta de pruebas” y así evitar que llegue a la Corte Suprema.

ESCANDALO DE CORRUPCION EN LA FIFA Burzaco se declaró inocente en Nueva York

El empresario argentino y exCEO de Torneos acusado de pagar sobornos a dirigentes de la FIFA para obtener beneficios en la transmisión de partidos internacionales se declaró "no culpable" ante la Justicia de Nueva York. Depositó una fianza de 20 millones de dólares.

Alejandro Burzaco compareció ante la jueza estadounidense Vera M. Scanlon tras ser extraditado desde Italia. Está acusado de conspiración, lavado de dinero y corrupción, junto a otras 13 personas involucradas en el escándalo que sacudió a la Federación Internacional de Fútbol Asociado, siete de cuyos dirigentes fueron encarcelados por esos hechos.
Burzaco es el segundo inculpado extraditado que tiene que declarar en Brooklyn, después de Jeffrey Webb, exvicepresidente de la FIFA, declarado no culpable el 18 de julio en Nueva York. Fue puesto en libertad a cambio de una fianza de 10 millones de dólares, y se convirtió en el primero de los siete responsables de la FIFA detenidos el 27 de mayo en Zúrich (Suiza) en comparecer en Nueva York.
En Argentina todavía se encuentran los otros dos argentinos acusados en la investigación: los empresarios Hugo Jinkis y Mariano Jinkis, titulares de Full Play, otra empresa involucrada en la ruta de los sobornos.
Las autoridades estadounidenses inculparon el pasado 27 de mayo a 14 personas, nueve responsables de la FIFA y cinco socios, acusándoles de haber solicitado y recibido más de 150 millones de dólares en sobornos y comisiones en un periodo de 25 años.

ELECCIONES 2015 Con las manos, no

La delegación córdoba de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual confirmó que el defensor adjunto del organismo provincial, Reynaldo Rittatore, realizó una presentación para que se suspenda la difusión del spot publicitario "Vendo rosas para comprarme una bici”, del candidato a presidente del PRO, Mauricio Macri, quien aparece con una niña de la Matanza sentada sobre sus rodillas. La niña cuenta que cultiva rosas para comprarse una bici, y Macri ofrece comprarle una flor para contribuir al “negocio” y felicita a la chica por su producción.
En su presentación, Rittatore destacó que "el trabajo infantil en cualquiera de sus formas representa una vulneración a los derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y un gran perjuicio en su desarrollo”, y consideró que con ese mensaje, “naturalizar el trabajo infantil en la sociedad conspira contra su erradicación”.
“En el spot se naturaliza el trabajo de la niña, aunque más no sea por omisión. Lamentamos que esta oportunidad no haya sido utilizada para promover y difundir otros derechos de la infancia; como aquellos que el trabajo infantil conculca por antonomasia, como el juego, el esparcimiento, el deporte, la salud y la educación, entre otros”, asegura el texto.

A 41 años del asesinato del abogado Ortega Peña, el primero en abordar la figura del desaparecido

El abogado Rodolfo Ortega Peña fue asesinado por la Triple A el 31 de julio de 1974. Una década antes analizó, junto a Eduardo Luis Duhalde, el secuestro y desaparición del obrero metalúrgico Felipe Vallese, perpetrado en 1962. “Cuerpo del delito no es el cuerpo físico de la víctima, en el caso del homicidio. Bastaría hacer desaparecer el cuerpo –como ocurrió aquí- para que no hubiera delito o delincuentes”, señalaron Ortega Peña y Duhalde.

Por Pablo Waisberg

“Un hombre es torturado; sucumbe, o lo rematan, o se suicida; se escamotea su cadáver: no hay cadáver por consiguiente no hay crimen. A veces un padre, una esposa pregunta; se le responde: desaparecido, y el silencio vuelve a cerrarse”. Con esa frase, tomada de Simone de Beauvoir, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde abrieron el libro “Felipe Vallese: Proceso al sistema” y cuestionaron la posición de la Justicia al abordar casos de desapariciones forzadas. El secuestro y la desaparición de Vallese, en agosto de 1962, mostró la relación entre los policías que lo detuvieron y la Justicia, que condenó a los culpables por el delito de “privación ilegítima de la libertad”.

Vallese, delegado gremial de una metalúrgica y militante de la Resistencia Peronista, fue levantado de una esquina del barrio porteño de Floresta por un grupo de la Policía bonaerense. Eran de la Unidad Regional de San Martín, que encabezaba el comisario Juan Fiorillo. Esa misma noche del 22 de agosto de 1962, lo llevaron a la comisaría primera de esa localidad bonaerense. Allí lo torturaron durante nueve días y, finalmente, hicieron desaparecer su cuerpo.

El crimen se produjo en medio del gobierno de José María Guido, que había empeorado la destemplada administración del derrocado Arturo Frondizi. Estaba vigente el decreto del Poder Ejecutivo que prohibía la utilización de símbolos peronistas. No se podían exhibir las fotografías de Perón ni Evita ni de ningún otro dirigente del movimiento. Tampoco se podía cantar, ni siquiera silbar la marcha “Los muchachos peronistas”. Era el retorno del decreto 4161, aquel oscuro texto del 5 de marzo de 1956 que prohibió la utilización de “elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”.

El crimen de Vallese, uno de los delegados de base que cuestionaba a la conducción de Augusto Timoteo Vandor al frente de la Unión Obrera Metalúrgica, fue develado por el periodista Pedro Leopoldo Barraza, en 1963. Dos años más tarde, Ortega Peña y Duhalde escribieron un libro financiado por la UOM donde volvieron sobre el crimen de Vallese, la reconstrucción de su secuestro y torturas en una comisaría, y abordaron la figura del desaparecido.

En la nota 29 de “Felipe Vallese: Proceso al sistema”, Ortega Peña y Duhalde interpelaron a la Justicia y cuestionaron el fallo que condenó a los responsables del crimen sólo por el delito de privación ilegítima de la libertad y no por homicidio. La resolución se tomó pese a que varios testigos aseguraron haber visto vivo a Vallese en la comisaría de Villa Lynch, en el partido de General San Martín.


“No puede aquí argumentarse seriamente que no existe el cuerpo del delito, entendiendo por tal al cuerpo de Vallese. Cuerpo del delito no es el cuerpo físico de la víctima, en el caso del homicidio. Bastaría hacer desaparecer el cuerpo –como ocurrió aquí- para que no hubiera delito o delincuentes. Basta recordar como precedente jurídico el ‘caso Ingalinella’, donde los responsables son sancionados como tales, a pesar de no aparecer el cuerpo de la víctima. En este caso se dijo: ‘cuerpo del delito, es el conjunto de pruebas, que pudiendo ser totalmente inmateriales llevan a la convicción de que se ha cometido una infracción de las descritas en la Ley penal”, afirmaron.

Los abogados hicieron referencia al crimen del médico Juan Ingalinella, que era un militante del Partido Comunista, fue detenido en Rosario el 17 de junio de 1955 por efectivos de la oficina de Leyes Especiales de la Jefatura de Policía rosarina. Fue torturado y desaparecido. Y, al igual que ocurrió con Vallese, los policías fraguaron los registros de las comisarías para “demostrar” que los detenidos fueron liberados –como en el caso Ingalinella- o que nunca habían estado en esas dependencias, como hicieron los que mataron a Vallese.

Años después, el comisario Fiorillo fue liberado –en 1971 fue condenado a tres años de prisión por secuestro- y se sumó a la Alianza Anticomunista Argentina. También fue un activo integrante de la dictadura militar: fue detenido el 31 de mayo de 2006 por el rapto de una beba en 1976, Clara Anahí Mariani, hija de militantes montoneros y nieta de Chicha Mariani.

Una de las víctimas de esa organización paramilitar que precedió al golpe de Estado fue Ortega Peña. Lo ametrallaron en 1974 en Arenales y Carlos Pellegrini, en el límite entre el microcentro porteño y Retiro. Este mediodía, la Legislatura porteña colocará una placa de mármol en su memoria.

PW/RA

Infojus Noticias

Chávez, resplandor de candilón Por Ilka Oliva Corado

Desde el corazón de este imperio que mata, de este imperio que oprime, desde el corazón de este capitalismo puñetero y malévolo yo te escribo unas letras de amor, que te envío en el viento, en el viento que siempre sopla hacia el Sur, hacia el sur del río Bravo en donde está la templanza de los pueblos que tanto quisiste y que tanto te aman.

Chávez compañero. Chávez mano amiga, voz de trueno, dignidad imperante. Claro que se te extraña, claro que se te echa de menos, por supuesto que nos hace falta tu palabra y tu amor sincero.

Qué semillero tan fecundo dejaste en los arrabales en donde está la gente por la cual luchaste, en donde está la humilde mirada del obrero, la espalda encorvada del que pone el cuero, en donde está la sonrisa de los niños que fueron siempre el mejor lucero. La palabra certera de la mujer bravía, en donde te veneran las crías creciendo en integridad, con oportunidades, con felicidad. Comandante amigo qué fertilidad.

Chávez compañero. Chávez guerrero sincero. Qué decirte gigante de la liberación, qué escribirte si vos sos puro amor. Decirte tal vez que en los potreros siempre hay un poema que busca cortejarte, hablarte de la llanura y del mejor celaje. Decirte que tu canto alegre es el mejor brebaje, que tu voz sincera es el timonel, que tu pueblo sigue siendo fiel. Que no te equivocaste al luchar por él.

Chávez, tu fidelidad es nuestra inherencia para continuar. Es nuestra guía, nuestro bienestar, aquí estamos tus hijos desde el arrabal, con la mano empuñada, y en el corazón la sangre caliente hirviendo de amor. Defendiendo la patria siempre del impostor, del rastrero y del traidor. Con la frente en alto vamos a continuar porque con tu ejemplo nos hiciste vibrar, esa fortaleza que solo vos nos das, cuando viene el frío vos nos arropás.

Aquí desde el corazón de este imperio traidor, yo te escribo estas letras de amor. Si vieras los miles que vienen a morir a este capitalismo feroz para delinquir. Si yo te contara de tanta infelicidad que veo en las calles de esta gran ciudad. No es ninguna ganga la continuidad de este imperio podrido que va de invasión en invasión, gracias a los traidores que con alegría se bajan el pantalón, después de la estocada viene la remuneración, vendieron su patria al que llaman patrón por unos cuántos dólares, vaya qué decepción. Vos sos caso aparte, único en dignidad, en feroz combate y en integridad.

En el Sur que tanto vos amás está la resistencia a tanta invasión, a tanto descaro a tanto traidor. Chávez, compañero luz de candilón aquí está tu pueblo luchando por vos, vos nos diste tu ejemplo con éste la mejor lección, hay que poner el pecho jamás bajarse el pantalón.

Chávez, camarada. Chávez vos sos amor de todos los que soñamos con la emancipación de nuestra Patria Grande, de nuestra gran nación, de las cordilleras, de las mocedades, de los ríos lozanos que infesta el traidor. Vos nunca te fuiste, vos sos luz de candilón.

Viajen estas letras siempre en libertad, entre las cornisas en esta gran ciudad, lleguen a mi Sur amado y se acerquen a vos y te digan quedito desde esta invisibilidad de los indocumentados en esta gran ciudad: gracias comandante por tu fertilidad, estamos en todos lados los del arrabal, somos el socialismo que vos tanto amás, somos la semilla que un día sembraste en la aridez de una Patria Grande que comienza a florecer. No existen fronteras para tanto amor, vos sos la sangre roja de un solo corazón.

¡Viva el socialismo! ¡Viva la dignidad! ¡Viva la lucha por la libertad! ¡Viva nuestra patria Venezuela, viva nuestra Patria Grande! ¡Viva la América de los pueblos originarios! ¡Viva la América de los libertarios! ¡Viva nuestro Comandante Hugo Chávez!

En el cumpleaños de uno de los hombres más enteros que ha parido la Patria Grande.

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado

Julio 28 de 2015.

Estados Unidos.

Blog de la autora: Crónicas de una Inquilina


Trampas de última hora Por Carlos Barragán

IRONÍA. La ironía de Cristina nos costó caro. Las palabras de la presidenta -después de las declaraciones de Macri en las que asumió como positivos los logros del kirchnerismo- fueron leídas de manera más lineal de lo que era razonable. Eso nos costó una semana de desvaríos. Cristina dijo que era una pena que nuestros opositores acérrimos no hubieran entendido antes que había que acompañar esas política, y que se alegraba de que ahora las acompañaran. Dijo que con ese apoyo nos hubiéramos ahorrado mucho esfuerzo, discusiones, y tiempo. Ironía presidencial. Cristina no cree que Macri se haya vuelto kirchnerista. Ni que apoye nada. Sin embargo no todos lo entendieron así y perdimos tiempo analizando de qué manera el PRO gobernaría el país después de este cambio “ideológico”. Y los por qué. Y los cómo. Y los cuánto. Presunciones sin mucho gollete. Macri miente y eso es todo. Y Cristina que es elegante prefirió ironizar antes que decirle “dejá de mentir, payaso”. Que suena mal, pero es tan clarito.

EN BLANCO. La insistencia de Mario Toer en llamar “almas bellas” a quienes votamos en blanco en las elecciones de la ciudad de Buenos Aires me parece un exceso. Está bien que uno se enoje con el amigo que no piensa igual y -quizá un poco desesperado por hacerlo comprender- lo trate de estúpido. “Alma bella” funciona como eso: estúpido. Y no es tan grave decirle al amigo: “¡entendeme, estúpido!” Pero volver a tratarlo de estúpido después del enojo y de los días, ya es otra cosa. Esta insistencia suena a provocación. Una insistencia que convida a una ruptura entre compañeros (Toer aclara que los estúpidos somos sus compañeros y que nos quiere a pesar de eso). Raro que un cientista social como él postule que hay una sola causa para emitir un voto, sea en blanco o no. Pero si él entiende que las fuerzas militantes debemos seguir unidas, no es descalificando y boludeando a un sector la mejor manera de conseguirlo.

GUERRILLA. Clarín cansa. Creo yo que dejó de generar esas grandes operaciones, esas operaciones complejas que le funcionaban con Lanata, y eligió cansarnos con mentiras pequeñas, cotidianas, fáciles, sencillas de encarar, baratas, que no requieren de mayor logística ni imaginación. Una especie de cambio de táctica bélica: abandonar los ataques masivos y pasar a la guerrilla. En vez de una gran mentira más o menos estructurada y sostenida desde todos sus frentes durante una semana, pasaron a lanzar media docenas de mentiras todos los días. Mentiras que duran apenas unas horas. Pero cansan. Para eso están las guerrillas. Y los terroristas.

DICCIONARIO. Pablo Sirvén defendió a Mirtha Legrand. Su derecho a decir que esto es una dictadura, y la dictadura que según Sirvén “la escracha”. A todo esto el crítico de cine (es muy común que los críticos de cine tengan la capacidad de analizar la política, los medios, la cultura, las ciencias sociales, las artes plásticas, etc) utilizó una definición de un diccionario de la palabra “dictadura”. Palabra que según él encaja bastante con este gobierno. Todo muy previsible y triste. Como si los argentinos no supiéramos lo que es una dictadura y Sirvén nos lo tuviera que explicar con su diccionario. Como si Mirtha no lo supiera. Como si Sirvén no lo supiera. Me hizo acordar a Eduardo Feinmann cuando, como hacen los niños de 8 años, buscó la palabra conchudo en el diccionario para después utilizarla con estudiantes de la escuela secundaria. La misma operación infantil. El mismo diccionario.

LOBOS. Lo vimos a Sturzenegger contando cómo Durán Barba lo adoctrinó para no decir qué haría en el caso en que llegara a ser gobierno. Si uno tuviese que esconder sus convicciones para conseguir la aceptación general se sentiría el tipo más desgraciado del mundo. Sturzenegger no. Estaba muy divertido. Contando cómo había aprendido a cagar a sus eventuales votantes. Se reía mientras compartía esa verdad que su auditorio ya conocía: que hay que mentir, que hay que engañar, que hay que esconder las verdaderas intenciones que son veneno para el interés colectivo. Gente muy jodida esta que se divierte poniéndose una piel de cordero para entrar al corral de los corderos. Hombres muy peligrosos estos que se saben lobos en busca de sus presas. Lobos adiestrados por el hombre de la cabellera oscura.

876. Macri anda mintiendo todo tipo de cosas. Dice que está de acuerdo con: la AUH, la jubilación estatal, YPF estatal, Futbol Para Todos, Aerolíneas Argentinas estatal, pero 678 sigue sin gustarle. Ahí no miente. Y dice que si llegara a ser gobierno no habría 678 ni 876. Y uno se pregunta ¿qué carajo sería un 876? Sería el reverso de 678. Con un Melconián contando todo lo que va a privatizar y las miles de personas que van a quedarse sin laburo. Con un Espert contando cuánto va a recortar la inversión social y cuántos jubilados van a quedarse sin jubilación. Con un Broda explicando que lo mejor es importar sin restricciones para destruir la industria. Pero el caso es que ese 876 no existiría, ni existirá, de ninguna manera. Porque la derecha ya tiene sus medios que la defienden. Y defenderla es ocultarla, disfrazarla de otra cosa. Nosotros tenemos 678 porque necesitamos que alguien diga nuestra verdad. Ellos necesitan que nadie se entere de la suya.

PERONISTA. A veces me preguntan si me hice o soy peronista. O si lo era de antes, o si ya me hice de una vez. Desde hace un tiempo largo que no puedo dejar de sentirme peronista en alguna de sus variantes. Lo que siempre me pregunto es cómo fue. Y especulo si fue porque entendí algo que antes no entendía. (Peronismo intelectivo.) Y puede ser. A veces pienso que fue porque los gorilas me tratan como a un peronista, con el mismo aborrecimiento. (Peronismo por oposición.) Y puede ser. A veces pienso que es sencillamente porque empecé a sentir simpatía por sus posturas. (Peronismo empático.) Y puede ser. Pero hoy creo que uno se hace peronista menos por Perón y menos por su doctrina que por los peronistas. Los peronistas te hacen. Ellos te abrazan, te gritan, te besan, te alientan y te nombran compañero. Y uno se deja querer y aprende a querer a los compañeros. Que es una cosa muy peronista. El peronismo se transmite de persona a persona. Peronismo contagioso.

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