miércoles, 11 de marzo de 2015

HSBC: Los principales medios del mundo destacan el pedido argentino de repatriar los US$3.500 millones

Los medios de distintos paises reflejaron la audiencia celebrada en el parlamento británico para analizar la causa que investiga a nivel internacional presuntos actos de evasión cometidos por el HSBC, en la que estuvo presente el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.
Hsbc_NYT_captureEl pedido de Echegaray para que el HSBC Holdings, el Grupo donde pertenece la casa matriz del banco londinense, repatrie los 3.500 millones de dólares que la filial argentina trasladó “off shore”, tuvo una amplia repercusión en los principales medios del mundo.
El diario británico The Telegraph tituló que “Argentina desafía al HSBC a condenar la “piratería financiera”, ya que exige 3.500 millones de dólares de cuentas suizas”.
En tanto, que BBC News señala que “la Argentina demanda” el repago de los 3.500 millones de dólares en cuestión. Por su parte, The Guardian, expone que Argentina busca “repatriar” los fondos aparecidos en más de 4.000 cuentas bancarias en Suiza, que no fueron declarados ante el fisco argentino.
Asimismo, la agencia Reuters destacó en su artículo la palabras del titular de la AFIP. “Nos gustaría saber, en primer lugar si HSBC Holdings PLC apoyó el comportamiento de las autoridades de la filial argentina”, consignó Reuters el lunes, según una copia del discurso que Echegaray pronunció en la audiencia, y que el titular de la AFIP reprodujo, durante una conferencia de prensa ofrecida en la embajada de Argentina, que conduce Alicia Castro.
Los medios estadounidenses también se hicieron eco del tema. El New York Times le dio entidad mediante una columna titulada “Argentina quiere que el HSBC repatrie U$S 3,5 miles de millones de dólares”.
Por su parte, el Financial Times difundió una nota en la que asegura que hay “enfrentamientos en torno al escándalo impositivo del HSBC”.
A su vez, el periódico francés Le Monde también mencionó la presunta evasión y dedicó una de sus páginas, aseverando que “Argentina le reclama a HSBC la repatriación de 3,5 miles de millones de dólares”.
Asimismo, el principal diario de Colombia, El Universal, tituló que “Argentina solicita al HSBC los fondos en su filial suiza” y destaca que “la cuenta con más dinero corresponde a un argentino con $1.400 millones”.
El diario español La Vanguardia encabezó la noticia, titulando que “Argentina reclama a HSBC 3,500 mdd por capital fugado”, al tiempo que mencionó que “el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, explicó que su gobierno espera del banco que repare el daño causado a las finanzas públicas argentinas.”
Además, el periódico uruguayo El País destacó que “la AFIP pide “repatriar” US$ 3.500 millones: que hay en el HSBC de Suiza” y destacó que “lo exigió el titular de la oficina argentina, Ricardo Echegaray”.
Mientras que el diario El Comercio de Perú tituló que “Argentina exige al HSBC repatriar US$3.500 millones fugados” y publicó que “según el administrador federal de Ingresos Públicos de Argentina, las acciones de HSBC amenazaron la estabilidad del país”.
De la misma manera publicó el diario El Mundo de San Salvador, el cual informó que “la AFIP denunció penalmente al HSBC el pasado 26 de noviembre en Argentina tras acceder a una lista de 4.040 clientes argentinos con cuentas opacas en la filial suiza”.
Por último, el diario El Telégrafo de Ecuador hizo mención al tema anunciando que “Argentina demanda al banco HSBC repatriar fondos por $ 3.500 millones” y asegurando que “la AFIP denuncia que existen más de 4.000 cuentas de argentinos en paraísos fiscales en Suiza. El jefe del grupo, Stuart Gulliver, compareció por ayudar a miles de clientes ricos a evadir impuestos”.

Carlos Gonella afirmó que se identificaron 29 empresas denunciadas por criminalidad económica que almacenaban sus documentos en Iron Mountain

Sobre la impresionante fuga, que no encuentra espacio mediático,  el fiscal explicó que se busca “la recuperación del dinero que se fugó de la Argentina en los últimos años, un fenómeno macrocriminal, que impacta negativamente en nuestro sistema socio económico,  hablamos de entre 200 y 400 mil millones de dólares fugados, en violación a las leyes anti lavado, bancarias y fiscales, sin contar activos físicos que no han sido declarados en sus situación fiscal”
“Investigamos también al BNP por una fuga de 1000 millones de pesos”
Gonella explicó que “las alternativas para recuperar el dinero son varias, jurídicamente a través de convenios bilaterales entre países, donde se pueden activar medidas cautelares, embargos, etc, otro puede ser el sistema de exteriorización de divisas voluntarios, o sea la persona que sacó dinero sin declarar,  puede exteriorizar esa situación, por lo cual el dinero ingresa al país y esa persona se ve beneficiada por la no perseguibilidad fiscal por ilícitos fiscales”, aclarando que este beneficio no alcanza “a los narcos”.
El fiscal explicó que la “experiencia que protagoniza Echegaray en Europa, que pide a los bancos que traigan la plata, el objetivo que se persigue es importante necesitamos el dinero para que el estado utilice ese dinero en políticas públicas”.
Con respecto a Iron Mountain, el fiscal aclaró que no lleva adelante esa investigación por el incendio, pero que se abrió una investigación en la procuraduría “para identificar empresas o personas tenían documentación guardada en Iron Mountain, para saber quiénes habían sido denunciado por criminalidad económica, o estaban siendo investigadas”
“Ya identificamos 29  firmas, entre los cuales hay varios bancos, todos conocidos, todos sancionados a nivel global y objetos de investigación en la Argentina, y allí aparece el HSBC con casi 26 mil cajas en los depositos 7 y 8 destruidos por el fuego, a partir de ahora se profundiza la investigaciones para ver si hay nexos entre estos y otros bancos,  y los responsables de iniciar el fuego que generó una catástrofe humana”, remató.

SERA JUSTICIA?

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Suspendieron al conductor de la BBC que provocó con Malvinas

Jeremy Clarkson es el conductor del la BBC que realizó el polémico programa automovilístico "Top Gear". La emisión provocó a los argentinos en relación a las Islas las Malvinas. Clarkson condujo por la Patagonia un vehículo de alta gama con una patente de numeración "H982 FKL", en referencia al año del conflicto en las Malvinas, 1982, y al nombre en inglés de las islas, Falklands. El hecho enojó mucho a los argentinos que apedrearon el vehículo.
Ahora, el polémico conductor está envuelto en un nuevo escándalo: fue suspendido del programa luego de una pelea con el productor.
"Top Gear no será transmitido este domingo".

Un portavoz de la cadena de noticias aseguró: "Después de un altercado con un productor de laBBC, Jeremy Clarkson se ha suspendido en espera de una investigación.
“Nadie más ha sido suspendido. Top Gear no será transmitido este domingo. La BBC no va a hacer más comentarios por el momento” expresaron.
Durante el escándalo que se produjo en Argentina por la patente "H982 FKL", el equipo del programa abandonó con apremio el país. La cadena de la BBC aseguró que todo fue una "desafortunada coincidencia" y se rehusó pedir disculpas.

POLÍTICA • Muerte de Nisman • Martes 10 de Marzo de 2015 | 10:59 El insólito comunicado a los jardines de infantes de Palermo sobre el caso Nisman

Las supervisoras educativas del distrito de Palermo enviaron una insólita nota a los jardines de infantes de la zona. El viernes pasado, con motivo del inicio del ciclo lectivo, mandaron un texto a los cuadernos de comunicaciones en el que se referían políticamente a la muerte del fiscal Alberto Nisman y las implicancias del caso.
“Nos reencontramos después de 50 días, un verano que marcó tiempos turbulentos, dolorosos. La sorpresiva muerte de un fiscal, su impacto en el país y en el mundo. Tiempos de no sufrir la realidad pasivamente, de parir cosas nuevas, de reencontrarnos en el pensamiento y en la acción.¡Bienvenidos a la escuela pública!”, dice el comunicado firmado por las supervisoras Laly (sic) Carrino y Susana Lauro, funcionarias distritales del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
Tal como informó Página/12 en su edición de hoy, el hecho fue denunciado por padres que mandan a sus hijos al colegio y criticado desde uno de los sindicatos docentes más importantes, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
El comunicado de la polémica (Foto: @vickyginzberg)
El comunicado de la polémica (Foto: @vickyginzberg)
“Me pareció desubicado que se refirieran a la muerte de Nisman, que digan además que estamos en ‘tiempos turbulentos’ y que hagan referencias políticas sobre el impacto de esto ‘en el país y en el mundo’. Es todavía más fuera de lugar si se tiene en cuenta que es un mensaje de bienvenida en los cuadernos de chicos de tres, cuatro y cinco años”, declaró un padre al matutino.
Conocida la noticia, el reconocido escritor y periodista Marcelo Figueras –autor de “El rey de los espinos” y “Kamchatka”, entre otros libros- relató en Twitter que vivió la misma experiencia en un colegio de Palermo.


“La nota tiene una intencionalidad con la que no estamos de acuerdo”, indicó Lorena Di Vita, representante gremial del Distrito 9 por UTE. “Es una bajada de línea en un momento en que hay una situación política planteada a raíz de la muerte de Nisman, y desde la supervisión de escuelas avalan lo que mediáticamente se está tratando de instalar.” Consultados Página/12,voceros del Ministerio de Educación porteño que conduce Esteban Bullrich declinaron hablar sobre el tema. 

Por Guido Croxatto La independencia de la justicia

Una justicia independiente es una necesidad primordial de un Estado de Derecho. Independencia significa que los funcionarios judiciales no se dejan condicionar en sus procedimientos por presiones externas de ningún tipo. La autonomía absoluta parece dificil, pero eso no obsta a que sea un objetivo digno de buscar. El problema es cuando se comienzan a desmenuzar las "dependencias" habituales de la justicia, las formas en que sus actuaciones, procedimientos, pruebas, tiempos, son condicionados o formateados por elementos extra judiciales, mediáticos, económicos, políticos (cuando no por servicios de inteligencia, normalizando la propia justicia algo que es ilegal, que contraviene el propio Estado de Derecho). Una marcha organizada por sectores que históricamente han sido (en nombre de la "independencia" judicial) renuentes a todo cambio concreto –en las estructuras mismas del Poder Judicial– que permita volver más transparente, por ejemplo, las formas de acceso a la justicia (dominada en muchas provincias argentinas por grupos de familias y estudios jurídicos, en un oscuro contubernio poco republicano, una alianza informal de intereses vituperable, pocas veces seriamente enfocada), como denunció Cristina Camaño, es en principio una contradicción: marchar no para el cambio (que lo necesitamos, nuestra justicia es presa de funcionarios, jueces y fiscales poco comprometidos, y poco formados, poco valientes), sino para preservar el status quo, siendo funcionales, muchos funcionarios judiciales, con sus expresiones (y silencios) a tiempos electorales y presiones políticas que poco tienen que ver con su labor o función de funcionarios "independientes".
Es cierto que la "independencia" de la justicia está amenazada. Es muy cierto. Pero no es el poder político –de los representantes democráticamente elegidos– el que encarna el mayor peligro para esa independencia o autonomía. Al contrario. El principal riesgo para la autonomía de la justicia y la independencia de los funcionarios judiciales viene dado por el vertiginoso vaciamiento del discurso "garantista" –siendo que nuestra Constitución lo es y siendo que la principal función de todos los jueces es preserver las garantías constitucionales, es decir, la Constitución argentina con su "garantismo"– en los medios masivos de comunicación, que (amen de ser los que instigaron mayormente y de modo insistente la marcha) han empezado a remplazar, en la era de las comunicaciones globales instantáneas, el propio Poder de la jurisdicción, es decir, el poder de la justicia "independiente": el de decidir (con garantías, no sin ellas), el de "fallar" de cara a la sociedad, después de un debido proceso. En muchos ámbitos y espacios la justicia ya no es en rigor la que "decide". La "decisión" auténtica (eficaz de cara a la sociedad) reside en los grandes medios, la decisión la toman, con o sin pruebas, con o sin garantías, (de allí que la critica al garantismo no es inocente ni casual, es una erosión creciente del principio de legalidad) en función muchas veces de su propia conveniencia o interés (como se vio con el caso de la Ley de Medios) los propios medios de comunicación masivos. Los supuestos y neutrales "intermediarios" de la información hacen mucho más que "intermediar": condicionan y bombardean continuamente a la audiencia, que termina, exaltada, confundida, desprevenida, desorientada, y temerosa, despotricando contra el "garantismo", contra los jueces que respetan (como manda nuestra Constitución!) "los Derechos Humanos" de los (caratulados por los medios, precisamente, prejuzgados) "delincuentes", como si no tuvieran derechos, porque en rigor ya "son" (ya serían, antes y no después del proceso, antes de que la justicia "ose decir lo contrario" a lo que dicen los medios "de la gente") "chorros", "delincuentes", no humanos. Los medios terminan despotricando pues contra la Constitución mientras deshumanizan personas. Terminan pidiendole a los jueces (última valla moral de la constitución garantista) que no la respeten, en nombre de la "lucha al delito", en nombre de la República y la "independencia". El juez garantista sería así no un juez modelo de apego a la Ley, como dice Ferrajoli, sino un juez con ideas "raras", no el que respeta la Constitución. La crítica al garantismo es un muy grave retroceso, es el mismo discurso (contra las "garantías" de los "delincuentes" no humanos, "subversivos") que sostenía la dictadura mientras "reorganizaba" el país, mientras ponia "orden". Esta pérdida de poder de la justicia (este licuamiento de la jurisdicción con sus "garantismos", con sus tiempos demasiado lentos, con sus "pruebas") en manos de los mismos medios masivos de comunicación (voraces, ultraveloces, donde todo es una primicia "instantánea", donde el Derecho termima preso, el mismo, de un show mediático, mismos medios que apoyaron el Proceso) es el principal riesgo, la más seria amenaza, para la independencia de un poder tan esencial del Estado como es la justicia. En ese sentido, los fiscales y jueces no deberían ser funcionales con su silencio a los discursos que vienen horadando la jurisdicción, pilar insustituible de su propio poder, el Estado de Derecho. La crítica al garantismo es una crítica directa a la carta principal que debe regir la labor de todo juez: es una crítica a la Constitución y sus garantías. Es una lucha por remplazarla (en sus derechos y garantías) por la demagogia voraz y los "tiempos" (rápidos, veloces) que imponen los medios, que como siempre están "apurados" (por cambiar de "tema"); deben darle rápido a la audiencia "un culpable". Un chivo expiatorio. Un enemigo. En este escenario, para los medios, la verdad misma pasa a un relativo y discreto segundo lugar. Ya no importan las pruebas. Importan las "noticias". Importan los trascendidos, los indicios, los rumores, pero no la Verdad. Es decir, no importa ya la "prueba", sino la "versión", casi siempre falaz. No importa ya la palabra. Y esto es lo que la justicia, precisamente, no puede permitir o seguir permitiendo (en nombre de una critica al "garantismo"–como si fuera una "posición rara" entre otras, y no lo que manda la Constitución misma– se vulnera lo esencial, lo principal en todo Estado de Derecho). Que los trascendidos remplacen a la prueba. Que la verdad –los tiempos "lentos" del debido proceso, con sus "garantías" que nos llevan a conocer, con paciencia, la verdad– sea remplazada por los flahes voraces, muchas veces irracionales, falsos "trascendidos", de los mass media, que quieren para sí lo que la justicia (por ejemplo penal) adoptó como función primera: conducir a la sociedad mostrando "ejemplos" y castigando la infracción a la norma. No se trata aquí de cuestionar por bueno o malo este tipo de funcionamiento de la justicia. Se está señalando que esto (decider quién y porqué infringió una norma) está pasando de un ámbito (con garantías) a uno donde las garantías ya sencillamente no existen, donde la culpabilidad o inocencia se decide en "cuestión de segundos", incitando a la gente (audiencia) a hacer "justicia por mano propia", (a "tomar la justicia en sus manos", como tituló, muy mal, un medio argentino, de un modo precisamente muy poco "neutral" en esta discusión, de un modo muy poco "objetivo") "linchamientos", porque "no hay tiempo" ya para las "garantías" lentas de los jueces "garantistas" y los procedimientos demasiado "lentos" del Poder Judicial. Para eso aparece como se dice en Chile la "justicia ciudadana". Se cuestiona paradójicamente, muy cínicamente, la "puerta giratoria" (en un país con más del 60% de presos sin condena, inocentes, en prisión "preventiva", rehabilitando un criterio que se creia extinguido en democracia: la "peligrosidad" social contraviene principios de nuestra Carta fundamental, contraviene el Estado de Derecho, contraviene la Constitución apresar inocentes, no condenados). Eso es "el pasado". Esto es el "garantismo", se nos dice.
¿Decir esto es ser garantista? Decir esto es defender sencillamente lo que dice la Constitución, aunque muchos lo ignoren, o no lo quieran ver. Esta es la principal amenaza para la independencia de la justicia: el vacimiento del discurso garantista, que se ponga en cuestión, como algo opinable, el "garantismo". Por eso nuestros funcionarios judiciales genuinamente comprometidos con los valores republicanos, con el Estado de Derecho, deberían marchar. Pero no en silencio. Sino con una consigna bien clara, firme y concreta: por restablecer su independencia perdida. Su discurso "garantista". Su voz. Su palabra. La Constitución Argentina. Ni más ni menos.
La decisión del juez Rafecas debe ser celebrada y también es la decisión de una justicia "independiente". Salvo que portal se entienda, malamente, hacer siempre todo lo contrario de lo que convendría a un gobierno constitucional y democráticamente elegido, esto es: actuar "políticamente". La justicia no está –ni fue pensada nunca– para remplazar a la política ni a la Administración. Está para controlar al poder, que no es lo mismo. El gobierno de los jueces entraña siempre el riesgo de que las mayorías populares –esas que nunca acceden a la justicia por la puerta de adelante– se queden sin voz. La justicia no está para suplantar a la Administración. Está –muy cuidadosamente, con extremo cuidado, sin saltar a ponderar oportunidades ni actos discrecionales (privativos de la Administración, que nace con la Revolución Francesa como concepto, mientras sean éstos idóneos)– para marcar algunos límites. Los jueces no deben nunca usar a la Constitución –esa misma que es "garantista" aunque muchos jueces (que claman por ella) curiosamente no lo digan– como pretexto. Deben usarla como lo que es: como genuino texto. El primer y único texto. Como garantia. Como garantismo. Con valor. Eso quería Bidart Campos. El vaciamiento –y la puesta en cuestión, como durante la dictadura– del discurso de las "garantías" (garantismo) es la principal y más seria amenaza para la independencia de nuestra justicia. Es la principal y más grave amenaza a nuestra Constitución y a nuestro Derecho. El garantismo no es una posición ideológica discutible. El garantismo es lo que expresa nuestra Carta Magna. El anti garantismo, la demagogia punitiva, en consecuencia, que estigmatiza jueces "garantistas", lo que debe plantear en concreto es una reforma de nuestra Constitución (normativa que los jueces deben aplicar). Pero no debe manchar la Constitución que tenemos. El vaciamiento (el vilipendio constante) del discurso garantista –del discurso de garantías– es la principal amenaza que hoy enfrenta la independencia de la justicia y el Estado de Derecho en nuestro país y en el mundo. El economista Lousteau cuestionó en su última columna el "comportamiento destemplado" de ciertos funcionarios, mientras afirma equivocadamente que Rafecas es un juez apretable. Lousteau no conoce a Rafecas. Es bueno recordar los propios ejemplos que uno da sobre la "destemplanza" Martín. En la nueva política, como dijo Marcos Ominami en Chile, se viene –no puede no darse– un debate sobre la ética. Rafecas la tiene. Es un juez valoroso y formado: comprometido además de un talentoso académico, que ha tenido el valor de denunciar y mencionar cosas que otros jueces no denuncian ni mencionan. Rafecas no merece una crítica superficial. La crítica al juez Rafecas es parte de las críticas al "garantismo". Hechas curiosamente en nombre de la "independencia" de la justicia. Esto es: si un juez falla como yo quiero es "independiente". Sino no. Esta doble vara le hace daño al Derecho.
En este marco de críticas insistentes al "garantismo" un medio republicano tituló: "Justicia por mano propia: matan a golpes a un ladrón de estéreos." Eso no es justicia. Eso es violencia. Un asesinato. Una forma de barbarie anti garantista que también el Papa tuvo el coraje de cuestionar. ¿La justicia en sus manos? Nadie toma la justicia en sus manos. No hay una justicia diferente de la que dictaminan los jueces con todas las garantías de un debido proceso. Nunca sin ellas. La crítica al garantismo es una crítica incompatible con la Constitución. Es una vuelta a los discursos "anti garantistas" del Proceso, donde también se acusaba a abogados "garantistas" como Duhalde y Ortega Peña de defender los Derechos Humanos "de los delincuentes". Estos casos de linchamientos y mal llamada "justicia por mano propia" son precisamente eso: comportamientos "destemplados" (matar a un ladrón de estéreos y calificar a este hecho aberrante con la palabra „justicia“), productos directos del discurso antigarantista. Un discurso inoculado. Hay que empezar a pensar. Hay que empezar a hacer política en serio. Hay que evitar los comportamientos "destemplados", poco ejemplares. Lo notable de nuestra degradación institucional es que se cuestione la sentencia de Rafecas por poco "independiente" (por ajustarse a Derecho), pero no se repare en el aberrante error jurídico –elemental, de estudiante de Derecho– cometido nada menos que por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esta es nuestra justicia. Por fin, desnuda y a la vista de todos. Politizada y especulando a más no poder. Necesitamos una reforma integral de la Justicia argentina. Necesitamos una justicia nueva. Mejor. 

CIENCIA › ANA MARIA LARCHER, ESPECIALISTA EN SEGURIDAD RADIOLOGICA La seguridad en un país nuclear

Por Ignacio Jawtuschenko
Una tecnología como la nuclear requiere de seguridad, es casi de sentido común. Pero implica también una cultura con principios, reglas, normas e instituciones reguladoras en la que la Argentina es referente internacional. Ana María Larcher, física especializada en seguridad radiológica y nuclear, tiene a cargo un centro regional de formación y entrenamiento de especialistas en protección radiológica y seguridad, gestionado por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), el organismo técnico encargado de fiscalizar la seguridad de las actividades radiológicas y nucleares, y la no proliferación nuclear.
–¿Qué es la seguridad radiológica? ¿Cuáles son los conceptos básicos?
–La protección radiológica es la disciplina que estudia los efectos de la radiación ionizante sobre los seres humanos y el ambiente, y los procedimientos y las tecnologías para proteger a los seres vivos de sus efectos nocivos. El objetivo de la protección radiológica es permitir el aprovechamiento de la radiación en todas sus formas conocidas, con un riesgo aceptable, tanto para los individuos que la manejan como para la población en general y las generaciones futuras. La radiación es potencialmente dañina, por lo tanto no debe permitirse ninguna exposición innecesaria.
–El poder nuclear sale a la luz para el mundo con la destrucción de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, digamos, no fue la mejor de las presentaciones.
–Si bien nace con el pecado original del uso bélico, es uno de los grandes descubrimientos del siglo XX. Incluso es a partir del impacto de Hiroshima y Nagasaki que se convierte en una actividad con niveles de seguridad muy elevados.
–¿Los especialistas en seguridad nuclear hacen un seguimiento de las fuentes de radiación?
–Sí, nos ocupamos tanto de los materiales radiactivos como de los equipos generadores de radiación. En el caso de los materiales, éstos todo el tiempo emiten radiación ionizante hasta que se van desgastando. En cambio, los equipos, como un acelerador lineal de uso médico o un equipo de rayos X que saca una radiografía, generan radiación cuando se prenden y dejan de producirla cuando se apagan. Y en los reactores nucleares, que no se apagan con un botón, sí se detiene la reacción en cadena para llevarlos a las paradas seguras, pero en su interior sigue habiendo material radiactivo, que al finalizar la vida útil del reactor se tratará como residuo o se reciclará como combustible.
–¿Diría que el sector nuclear es más seguro y controlado que otros sectores o industrias?
–Sí, tanto en las formas de trabajo con el material radiactivo como en el manejo de los residuos. A la par del desarrollo de las recomendaciones internacionales, van apareciendo los organismos que regulan las actividades con esas pautas, con esos estándares. Y nosotros, en particular en América latina, tenemos una historia de más de sesenta años. La CNEA nace en el año 1950, y las primeras regulaciones aparecen en el año 1958. La Argentina ha tenido el privilegio de haber logrado un desarrollo nuclear autónomo y en paralelo ha desarrollado también sus propios instrumentos de control, que cumplen con los estándares internacionales.
–Concretamente, ¿cómo se regula la actividad?
–Se regula de dos maneras. Una de ellas, produciendo normas que los usuarios de radiación tienen que cumplir, por ejemplo, indicando qué condiciones de seguridad tiene que tener un equipo para poder utilizarse. La otra forma es asegurándonos de que las personas que operan equipos o trabajan con fuentes de radiación sepan lo que está haciendo. Es decir, capacitando. Ahí está nuestro trabajo más importante, porque nosotros como reguladores somos los principales interesados y tenemos como responsabilidad propia generar una cultura de seguridad en el uso de la radiación. La ARN se ocupa de capacitar a quienes van a usar radiación y a quienes la van a controlar. Desde hace más de 35 años damos cursos de posgrado, hace poco elevamos su carácter académico y los hemos convertido en carreras de especialización de la Universidad de Buenos Aires, y además la ARN es hoy Centro Regional de Capacitación (CRC) en América Latina y el Caribe para la Seguridad Nuclear, Radiológica, del Transporte y de los Desechos.
–¿Dónde puede ver el ciudadano corriente la labor regulatoria de la ARN?
–La regulación del uso de radiaciones ionizantes tiene dos protagonistas, el Ministerio de Salud de la Nación, que regula el uso de los rayos X, y la Autoridad Regulatoria Nuclear, que regula el uso de las radiaciones nucleares, que comprenden desde los reactores nucleares y reactores de investigación hasta los equipos médicos y las fuentes radiactivas que se emplean en la radioterapia, o sea tratamiento oncológico, y la medicina nuclear, que es la que utiliza radiofármacos para diagnóstico o tratamiento, así como en los usos industriales. Respecto de la presencia de la ARN, es una pregunta muy interesante. Tal vez habría que hablar con nuestros regulados y preguntarles cómo sienten ellos la presencia cercana de ese organismo regulador para poder realizar sus prácticas. También podría decir que la ausencia de la ARN en los medios es una forma de señalar su eficacia, ya que afortunadamente podemos vanagloriarnos de un alto nivel de seguridad en las actividades que controlamos.
–¿Quiénes son los regulados?
–Los planteles técnicos de los reactores y las plantas del complejo industrial del ciclo de combustible, el personal de la CNEA, los médicos, los paramédicos que están en torno de estas prácticas de las que hablábamos. También hay técnicos de diversas especialidades, por ejemplo quienes hacen gammagrafía industrial, es decir radiografías en cañerías con fuente gamma. Estas se utilizan en construcciones como también en prospección petrolera. Hay fábricas con equipos de medición industrial que miden, por ejemplo, espesor de papel, o determinan si enormes tanques de colada de arrabio tienen o no la cantidad de material que requieren. Los usos de la radiación son enormes.
–¿Cómo se comenzó a trabajar en esta disciplina en el país?
–Dentro de la CNEA, que iniciaba el uso de las radiaciones ionizantes en el país, hace unos cuarenta años se creó un grupo y luego una gerencia de protección radiológica y seguridad que tenía a cargo verificar que los usos del material, que siempre han sido pacíficos, sean siempre seguros. Hubo un pionero de la protección radiológica en el país que fue el doctor Dan Beninson, uno de los mayores expertos internacionales en temas de seguridad radiológica, que durante muchos años estuvo al frente de esa gerencia.
–Cuénteme acerca de esa cultura de la seguridad. ¿Qué objetivos se plantean?
–Todo el tiempo hay que estar construyendo esa cultura, la investigación y el entrenamiento son elementos clave para lograrla. El concepto de cultura de seguridad fue introducido en el ámbito nuclear en los años ’80 y, siguiendo la definición del OIEA, es el conjunto de características y actitudes en organizaciones e individuos que aseguren que las cuestiones de protección y la seguridad reciban la atención que merecen en razón de su significación. En la Argentina, llevamos más de 60 años de trabajo, lo cual es significativo. Los usuarios han desarrollado niveles satisfactorios, pero nunca se deja de impulsar esa cultura, porque además la tecnología cambia y los usuarios deben actualizarse. Pero tenemos principios permanentes, uno de ellos es reflejado en las siglas Alara (siglas en inglés de “tan bajo como sea razonablemente posible”). Aunque el beneficio reportado es mayor que las desventajas, y optimizada según la tecnología, se intentará por todos los medios posibles que la dosis recibida por cualquier individuo de una fuente de radiación sea lo más baja posible.
–¿Cuáles son las principales reglas para la protección radiológica?
–Hay tres reglas fundamentales de protección de una fuente de radiación: la distancia, es decir alejarse de la fuente de radiación, puesto que su intensidad disminuye con el cuadrado de la distancia; el blindaje, colocar muros de hormigón, láminas de plomo o acero y cristales especiales enriquecidos con plomo entre la fuente radiactiva y las personas y tiempo, que es disminuir la duración de la exposición a las radiaciones. Los trabajadores suelen llevar dosímetros que miden la cantidad de radiación ionizante a la cual han estado sometidos. Estos dispositivos permiten asegurar que la persona no haya recibido una dosis mayor a la permitida, o en caso de accidente radiológico, conocer el alcance de la dosis recibida.
–Supongo que por tratarse de una fuerza invisible y poderosa, la radiación desde su descubrimiento genera miedos y temores. ¿Qué puede decir acerca de los prejuicios que sobrevuelan el tema del riesgo?
–Lo que hacemos es que en actividades en las que el hombre utiliza radiación ese riesgo disminuya todo lo necesario. No estamos hablando de una actividad que tenga un riesgo diferencial con respecto a otras industrias. Además, una cosa es la apreciación pública de la radiación y otra cosa es la que los propios usuarios tienen de ella, por ejemplo, los médicos. A nosotros nos preocupa el usuario técnico que puede llegar a usarla más allá de las normas que debe cumplir, y respecto al ciudadano no especializado, por supuesto siempre vamos a estar dispuestos a dialogar y explicar. Hay dos aspectos relevantes para el futuro de la cultura de la seguridad, una es mantener un diálogo permanente y abierto con todos los sectores, la otra ser proactivos en materia de capacitación y creación de competencias de los recursos humanos involucrados en las actividades nucleares reguladas.