lunes, 9 de marzo de 2015

ARTE DE ULTIMAR La confesión del Día Después

Por Juan Sasturain
“Estoy seguro que empezó de chico,
con tanta teta que me dio la vieja.
No veo en esto motivo de queja:
soy prefreudiano, no sé si me explico.”
“Ya de estudiante, cuando tuve el pico
de testosterona, nunca fui lenteja
y solía apuntarles entre ceja y ceja
a chicas de Letras y locas de Psico.”
“Pero eso fue. Pelado y con barriga,
ya no estoy para tales menesteres.
Hoy tengo una mujer, mina y amiga,
mi nena con la que hago los deberes
y estoy bien, Juan. Qué quiere que le diga:
a mí siempre me gustaron las mujeres.”

OPINION Créase o no

Por Horacio González
Una vieja sección de un diario argentino, que sólo por una rara nostalgia puede recordarse, era encabezada por la expresión “Créase o no”. Se trataba de casos prodigiosos o insólitos que se describían brevemente y dejaban al lector en una duda simpática y provocativa. ¿En qué creer? Pues bien, esta creación de Ripley –que data de los años ’20–, puede considerarse la fórmula alquímica final de todo periodismo. No es fórmula ingrata o tramposa, siempre que se la utilice con una pizca de gracia, desafiando al lector. Pero lo que está sucediendo ahora con la investigación judicial del caso Nisman, con los peritajes sucesivos y la proliferación de interpretaciones emanadas de confusos escaños judiciales o no, dejan a miles y miles de personas en una indefensión conceptual, política y moral. Se juega con otro cuerpo, el cuerpo social de la nación a la luz de un “créase o no” de aciagos perfiles. Para muchas opiniones –son fáciles de escuchar, basta viajar en taxi algunas horas por semana o ir al supermercado– el caso Nisman es un asesinato surgido de órdenes provenientes del sitial más elevado de la República, o bien, dicen los más concesivos, de indicaciones indirectas o implícitas, que al final acabaron encontrando fieles intérpretes. Otra veta de las opiniones fácilmente circulantes indica que “no les convenía” a los supuestos mandantes el asesinato de alguien que los acusaba. La acusación provenía de páginas grávidas de obviedad y finalmente inútiles, además de que hubiera sido muy fácil en el Parlamento desarmar al día siguiente su frágil escrito, propio de un fiscal primerizo. Entonces hacen aparecer a terceros bajo la forma de servicios de Inteligencia, extranjeros y nacionales, que habrían procedido con una clásica acción que trabaja dentro de los estados de latencia espiritual colectiva y de las formas furtivas de opinión, sellando en sangre las pulsiones inconscientes siempre existentes en cualquier núcleo humano. ¿En cuántas películas lo vimos?
En los últimos días, surgieron los dictámenes avalados por la querella encabezada por su ex esposa, sostenidos por “prestigiosos científicos”, “eminencias forenses”, “maestros diseccionadores” y “celebridades criminológicas”, que ha certificado la suprema validez de un asesinato. El veredicto tiene un sostén prestigioso y la palabra “ciencia” está en el centro de la escena. Ya que se dice que el ámbito donde se cometió un asesinato es una “escena sagrada”, “intocable”, la ciencia que lo estudie –ya que no puede presentarse bajo un rubro teológico– se declara como una ultraciencia de lo intangible, una detección de huellas que supera toda gnoseología disponible y lleva al saber a cumbres epistemológicas formidables. Ellas se vivifican en ese teatro de sangre. Sin decírselo, ciencia y teatro –las dos ramas hereditarias de nuestras sociedades históricas– se dan la mano. De paso, se acusa de profanadores a quienes primero visitaron la escena –imaginemos ese azorado momento—, con lo cual la ciencia, fiel a su tarea, logra proscribir de un cachetazo a sus precarios herejes.
No obstante, rige también en el sentido común (la pobretona “doxa”, tan diferente a la “ciencia”), una idea tan obvia como la del suicidio. La fiscal de la investigación declara dudar ente las dos posibilidades, suicidio o asesinato, y una conocida figura política cuya fiscalía fantasmática tiene la perseverancia arrasadora de eximirse siempre de toda prueba, habló de “suicidio inducido”. La duda de la fiscal judicial es comprensible: en el sentido común todo señala hacia un suicidio. Las horas vertiginosas y abismales en que vivía Nisman, el arma que pide a un custodia y a un colaborador, la fugaz pertinacia con la que seguramente se le aparecía, en su vigilia, la fragilidad de su escrito, que contradecía otros suyos anteriores, el sentimiento de que había dado un paso de incalculables consecuencias, es decir, la conciencia repentina de que había movido piezas de un ajedrez internacional para cuyas consecuencias no estaba preparado, y al fin, un sórdido domingo en soledad con una guardia policial indiferente trece pisos más bajo, despachando perezosamente el tiempo con aburridos chascarrillos. Ciertamente, nada de eso llevaría a que un hombre se suicide. Pero nunca sabremos demasiado sobre este minuto fatal donde una determinación de esa tragicidad es tomada, tanto como pudo ser evitada. Intuimos a esos hombres cercados por sus fantasmas morales, políticos o económicos, con la identidad o el honor en juego, el prestigio profesional peligrando ante la rapacidad de los rivales, o ante esos dudosos personajes circundantes, en el infinito engranaje tornasolado de los servicios de Inteligencia. Un hombre inteligente y abrumado, piensa con esos dos costados de su conciencia, la lucidez y la bruma, y una brizna incalculable de orgullo, de repente susurra la palabra fatal, mientras acaso estaba jugando con la pequeña pistola Bersa en la mano, pedida en préstamo. Nunca sabemos bien cómo devolvemos y qué hacemos con lo que pedimos prestado. Prestamos y nos prestan como en un juego fatal.
Veamos ahora el asesinato que postulan los científicos tan elogiados por los periódicos (Ni Bernardo Houssay elogió tanto la ciencia como en estos días), en un gesto que ni los maestros argentinos del positivismo –un Francisco de Veyga, por ejemplo– nunca se hubieran animado a afirmar. De ser así, un asesinato calculado, se debería haber tratado de una operación de envergadura, realizada por agentes especializados con muchos cómplices en el lugar, omisiones acordadas en determinados organismos de control, capaces de burlas custodias y cámaras de vigilancia (por más precarias que sean), ocasionales testigos, sistemático borramiento de huellas, propósitos ostensibles (culpar a aquellos a los que informe culpaba), para lo cual, encima precisarían simular un suicidio, lo que evidentemente confundiría las pistas. Eso no serviría al propósito de que tal asesinato se presentara como un suicidio. Ya que al Gobierno no sólo no le convenía, sino que el Gobierno, creáse o no, no hace eso. ¿Para qué ese simulacro si no hacía más que demorar el momento añorado en que la opinión colectiva simplificara todo de un manotón, designando a los asesinos, que vendrían a ser los que menos estaban interesados en que el hecho ocurriera?
¿Poca vigilancia? Sí. ¿Descuido? Sí. ¿Pero quién estaba pensando en ese momento en que el país –este país democrático y republicano, que atraviesa sus dificultades en medio de formidables debates abiertos–, abrigase un acto de esta magnitud? El Gobierno es un tipo de gobierno que prefiere hablar de centrales nucleares y de ingenieros. Es evidente que bajo condiciones históricas adecuadas, esas son las conversaciones absolutamente promisorias. Pero nunca sustituyen lo que toda nación abriga en sus memorias y simbolismos. Precisamos también una ciencia no escrita de la condolencia, de las humanidades críticas y la filosofía del hombre colectivo –como decía Scalabrini–, pero ahora atravesado por fantasmas comunicacionales, odios que suenan a proposición amorosa, sentimentalismos con oscuras vetas de crueldad en su interior, y desde luego, esperanzas que no deben escapar de su fuerza literal, pero que tampoco deben ser saludadas con el primer espontaneísmo concesivo que brota de nuestras conciencias. Nuestras conciencias son también esperanzadas, pero deben saber que lidian con oscuros ensueños, de fallas y caídas. Tanto cientificismo terminó en celebridades de morgue, vestidas de moñito, la otra forma del Estado. Son las que en su inverosímil positivismo nos dicen que si hay espasmo cadavérico no hay agonía, que si no hay huellas de deflagración no hay suicidio, y nos abruman con sus dictámenes que muchas veces –sin desdeñar vestigios, paradigmas indiciarios, un cabello inadvertido en una puerta o un ADN olvidado– concluyen sus conjeturas con palabras tremebundas. “Magnicidio.” Nadie niega el drama en que estamos envueltos y la necesaria investigación. Pero este “créase o no” al que se somete a la población, estos tecnicismos góticos que sustituyen la razonabilidad del pensar social crítico por novelerías que pronuncian vanamente el verbo científico, es todo lo contrario a la ciencia. Esta busca pequeños detalles, puede ser un pelito abandonado en el teatro de la atrocidad humana, pero siempre debe constituirlo en el plano de los saberes, de la trama histórica por donde circuló el acontecimiento. Créase o no, así debe actuar la ciencia criminológica, a la que no negamos, pero a la que lo objetamos su pérdida trágica de nociones cuando se convierte en un “como si”, que antes de llegar a la prueba la tiene premasticada en los pliegues de su indigente lengua conjurada.

› OPINION Evidencias, mensajes, fotos

Por Eduardo Aliverti
Ante la falta de evidencias para augurar escenarios catastróficos en la economía, como motivo no único pero sí muy considerable, el ámbito judicial fue otra vez protagonista e invita a reiterar la desafiante pregunta de cuánto durará esa vigencia.
La coyuntura quedó dominada por Sandra Arroyo Salgado y las conclusiones de sus peritos, que arrojarían la certeza de que Alberto Nisman fue asesinado y que los medios opositores trataron, primero al unísono y después bastante menos, como una verdad revelada. La frivolidad periodística también pudo entretenerse con las eventuales aventuras amorosas de Nisman en los días u horas previos a su muerte, y con su vida privada en general relativa a ese aspecto. A esa prensa no le importan ni la solvencia conducente de las probanzas periciales que presentó la ex esposa del fiscal, ni cuál sería la hipótesis que se desprende de ellas. Empezando por lo segundo y en tanto la querella sostiene que el deceso de Nisman se produjo a treinta horas y pico de realizada la autopsia, de acuerdo con el razonamiento ¿pericial? todo enfocaría a Diego Lagomarsino. Esto se vería desmentido por la comprobación de que la computadora de Nisman se encendió a las 8 de la mañana del domingo, a lo cual se suma que, curiosamente o no tanto, La Nación dedicó su título central de este sábado a poner en duda la firmeza del “peritaje” alternativo encabezado por la jueza Salgado. Al revés de Clarín, en ese diario hay dos marchas a la vez y son antitéticas: los brulotes de sus editorialistas, que supieron adherir al delirio indescriptible de un comando venezolano-iraní, entrenado en Cuba, como ejecutor de la muerte de Nisman, chocan contra los cronistas que en el mismo diario siguen la causa con buen rigor profesional. En la opinión operada sobre el suceso, los medios opositores hacen del bardo una causa común. Pero en el tratamiento técnico de la información hay diferencias a veces sustantivas. La Nación, en lo estrictamente ligado a la crónica seca y, vaya, al respeto por morfología y sintaxis, conserva ciertos códigos a los que renunciaron los medios –y socios comerciales– de su mismo palo ideológico. Al cabo, sin embargo, se trata de que las cosas no redunden en otro aporte al juego del detective que tanto entusiasma al público en casos como éstos. El registro duro, incontrastable, a salvo de pavadas, es que las deducciones presentadas por Arroyo Salgado, en una escenografía suficientemente armada para revestirse de “institucional”, no son más que un comentario, una interpretación, en su detalle y en su valor probatorio. La fiscal Viviana Fein, quien se come todos los sopapos habidos y por haber ora porque habla demasiado, ora porque se resguarda, lo dejó bien claro y además avanzó en la demostración de que Arroyo Salgado retardó y retarda el chequeo de pistas que deben efectuarse. Explicó que, finalmente, sería una junta de peritos la que despejara o vehiculizara los interrogantes. Desde ya, se la oye pero no se la escucha. Ni a ella, ni a quienes advierten sobre la seriedad de la información que debe brindarse. Sólo importa embarrar la cancha titulando que a Nisman lo asesinaron. La bajada aclaratoria de que lo dijo su ex esposa tampoco le importa a nadie, entre quienes solamente desean asentarse en la conjetura de que fue asesinato por orden oficial u oficiosa y sanseacabó. No importan ni las pruebas ni las dudas. Sólo interesa que cualquier especulación sirva al efecto de corroborar(se) que es el Gobierno quien está detrás de la muerte de Nisman. Eso es lo que piensa la parte de la sociedad adscripta a la teoría de una loca cretina en rol de Presidenta, y nada la sacará de sus trece.
Después, más tarde o más temprano, resultará que las cosas decantan. Y decantarán por dos motivos: porque el humo es eso mismo, humo, y porque el año electoral llevará a que la agenda mediática y el debate sean otros, a menos que el kirchnerismo no tenga capacidad de respuesta frente a lo que pinta, o quiere ser, monotema de la oposición. Esto es, que estamos frente a un gobierno criminal. Lo visto en la última semana, tras el impactante discurso presidencial del domingo pasado, consistió en algunos de los principales referentes opositores chocándose entre sí para aclarar que no darían pasos atrás con los logros sustanciales del período kirchnerista. Es un dato importante, porque revela que en el arco confrontado al Gobierno toman nota de que no les bastará con hacer de la denuncia sistemática, agobiante, un eje único de su discurso. Eso puede servir al espectacularismo coyuntural de los medios, pero es muy dudoso que tenga efecto definitorio en elecciones que determinarán las gestiones ejecutivas de los próximos años. El problema de la oposición, entonces, es cómo hacer para redondear una oferta convincente que sea superadora de lo realizado desde 2003 con, como si fuera poco, nombres que remiten a lo más emblemático de los noventa. Ese semblante podrá no ser de interés para la porción social que aborrece al kirchnerismo con lógicas más de vísceras que de bolsillo, pero jugará su papel en el electorado de ánimos cambiantes si es que se llega a los comicios decisivos con la economía estabilizada, o con una oposición circunscripta al mero denuncismo. Algunos grupos del establishment, con Techint a la cabeza, ya hicieron conocer los grandes trazos del programa económico que deberían tener en cuenta los aspirantes presidenciales. No hay en ello nada de novedoso, sino la certificación de una cantinela cuya puesta en práctica arrojó los resultados devastadores que no sólo Argentina ya comprobó de sobra. Fuerte descenso en la carga impositiva para las empresas, reducción de las contribuciones patronales, rebaja o eliminación lisa y llana de las retenciones a la exportación. Más mercado y menos Estado, siempre y cuando no aminoren los negocios con el segundo. ¿Cuál candidato de la oposición podría ganar las elecciones enunciando programa semejante, para aplicarlo después en condiciones de liderazgo que eviten incendios sociales? Ninguno, pero ése no es el dilema de grupos concentrados de la economía que siempre se arreglan para quedar cómodamente a flote. Es el problema de la dirigencia política que les es afín, y mucho más cuando el espacio kirchnerista –aun si resultara vencido en las urnas, y tal como se ratificó el último domingo– no dejará de ser un actor de fuste. En algo de eso se metió el primo de Mauricio Macri, Jorge, intendente de Vicente López, cuando les dice a los jóvenes del PRO que “militen así como lo hacen otros –por La Cámpora–, con la misma convicción y entusiasmo”.
El mensaje de apertura del año judicial, el martes pasado, a cargo del presidente de la Corte Suprema, expresa a su modo las enormes dificultades opositoras para articular un discurso atractivo. Es cierto que no puede pasarse por alto la increíble gaffe de Ricardo Lorenzetti, al dar por cosa juzgada la causa del atentado contra la embajada de Israel. Debió desdecirse a las pocas horas, y con estimable benevolencia hubo quienes consideraron que estuvo mal asesorado. Duro de creer, siendo que un fallo de la Corte, el 13 de diciembre de 2006, con la firma del propio Lorenzetti, ordenaba seguir investigando. Pero, en todo caso, esa fallida frase del magistrado fue literalmente la única susceptible de ser tomada como respuesta directa a la alocución presidencial del domingo, que tuvo en su referencia al ataque contra la sede diplomática uno de sus pasajes más demoledores, junto con la mención del acuerdo con los chinos. Todo, absolutamente todo el resto del discurso del supremo fue un conjunto de oraciones casi escolares, bien que coherentes con su estilo público, aplicables a cualquier gusto. Y de hecho es lo que ocurrió. “Mi zamba para olvidar” fue el notable título central de Página/12 al día siguiente. “La Justicia debe poner límites”, dijo Lorenzetti en lo que Clarín, en su portada, definió como “categórica respuesta del titular de la Corte a la Presidenta”. ¿Límites a qué? “Debemos preservar la democracia.” ¿Que estaría en peligro por obra de cuáles manos? “Es tiempo de terminar con la impunidad.” ¿De quiénes? Cabe pedir un “debate democrático”. ¿En dónde falta? Este mensaje obispal de Lorenzetti, decíamos, se emparienta a su manera con el rosario de mandobles que lanza la oposición propiamente dicha. Hay diferencias en el tono y el direccionamiento concreto, pero nada más si es por superar el rango de la imprecisión acusatoria y, sobre todo, el de la ausencia de recetas creíbles para corregir lo que los enardece. El juez Rodolfo Canicoba Corral, quien no sería “imputable” como kirchnerista (no desde sus manifestaciones públicas), dijo por estas horas: “Si yo soy fiscal y pido justicia, me tengo que ir a mi casa”. Y, sí. Es difícil retrucarlo, al margen de toda opinión que merezca su actividad profesional o su adscripción política.
De todas formas, tampoco se trata de que haya solamente un conjunto de metamensajes cual si todos hablaran en un lenguaje críptico, enroscado, gambeteador. Hay algunos bien directos según se quiera ir para atrás o seguir adelante.
Basta con ver las fotos en Expoagro.

EL MINISTRO DE AGRICULTURA, CARLOS CASAMIQUELA, ASEGURO QUE NO HAY MOTIVOS PARA CONVOCAR A UN NUEVO LOCKOUT “Tendremos una producción de 110 millones de toneladas”

Por Sebastián Premici
La Sociedad Rural (SRA), CRA y Coninagro anunciaron un nuevo lockout patronal entre el 11 y 13 de marzo, bajo los argumentos de “una sostenida inflación, una asfixiante presión fiscal y trabas a la comercialización”. El dato destacado es que, luego de ocho años de existencia, la Mesa de Enlace aparece partida, ya que la conducción de Federación Agraria decidió no participar de la medida de fuerza y optó por llevar adelante un proceso de negociación con el gobierno nacional para establecer políticas diferenciadas para los pequeños productores. En una entrevista con Página/12, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, ponderó el nuevo acercamiento hacia la FAA y marcó las contradicciones detrás de este nuevo cese de comercialización cuando las estimaciones para la campaña 2014-2015 indican una producción total de 110 millones de toneladas, con una fuerte recuperación en la cosecha de trigo.
–¿Qué opina de este nuevo lockout?
–Lo primero que hay para decir es que ya no es más la Mesa de Enlace en pleno. Por suerte hemos logrado establecer un canal de diálogo más que interesante con la conducción de la Federación Agraria. Estamos percibiendo un cambio de estrategia, donde se vuelve a poner en el centro la discusión por los pequeños productores. Siempre me resultó muy difícil de comprender cómo era posible que los principios de la FAA estuvieran mezclados con los de la Sociedad Rural y la Mesa de Enlace. Dicho esto, me parece que el paro es contradictorio porque, más allá de las cuestiones por resolver, es difícil explicar –y entender– los motivos de un cese de comercialización cuando tendremos un nuevo record de producción. Las estimaciones de la campaña 2014-2015 indican una producción de 110 millones de toneladas, de las cuales 58 millones serán de soja. Con estos números, el paro es contradictorio. Tendrán sus motivos políticos.
–¿Los productores que pertenecen a las entidades que convocaron al lockout están especulando con la no venta de soja?
–Tienen 10 millones de toneladas de soja sin vender, sobre todo en manos de los grandes productores. Entonces, dicen que van a un paro para dejar de vender lo que ya no están vendiendo. Son contradictorios.
–¿Lo sorprendió el cambio de rumbo de la Federación Agraria?
–El tema es que (Eduardo) Buzzi tenía un compromiso de liderazgo con la Mesa de Enlace y eso le provocó que se perdiera el rumbo dentro de la entidad que presidía. La actual conducción de la FAA tiene otra perspectiva, está dispuesta al diálogo y por eso hemos avanzado en el diseño de políticas públicas diferenciadas para los pequeños productores en conjunto con la entidad federada. Pero no son las primeras. A muchos les cuesta admitir que hubo políticas orientadas a los pequeños productores. Un ejemplo es la reciente Ley de Agricultura familiar, que tiene un conjunto de herramientas para el sector que son inéditas. Esta ley es el reconocimiento a una visión compartida, con el claro impulso de la Presidenta. Los pequeños productores y agricultores familiares han sido un eje transformador en nuestro país. Por eso lo incomprensible de la pertenencia de la FAA a la Mesa de Enlace.
–¿La diferenciación en las políticas llegará hasta las retenciones?
–Ahora estamos trabajando en la diferenciación de los préstamos del Banco Nación para pequeños productores sojeros y con los tamberos. Los que produzcan hasta 2900 litros de leche por día recibirán un aporte de 30 centavos por litro durante 3 meses. Esto no sólo recompone el precio que recibirán los tamberos, sino que sirve como ayuda para los productores que están sufriendo las inundaciones. Vamos a llegar a 8700 tambos, es decir el 80 por ciento del total. Con respecto a lo otro (retenciones), es un tema que la Federación Agraria viene planteando con insistencia.
–Los dirigentes patronales suelen resumir la situación del sector con las mermas en la producción de trigo como una foto contrapuesta con la idea de “Argentina granero del mundo”.
–La campaña actual arrojará casi 14 millones de toneladas, un 50 por ciento más que lo obtenido en 2013-2014. De ese total, 6,5 millones son para consumo interno y el resto, es decir, 7,5 millones de toneladas, estarán disponibles para la exportación. También existe una diversificación en la producción.
–De hecho, la cooperativa de FAA, Agricultores Federados, pasó de exportar trigo y maíz en 2008 a cinco variedades de granos al cierre de 2014.
–Sí, y en ese mismo período incrementó sus exportaciones en un 350 por ciento.
–¿Las grandes cerealeras exportadoras están pagando el precio pleno de los granos o siguen beneficiándose de su capacidad para fijar precios en detrimento de los productores?
–En el caso del trigo, de la campaña de 14 millones de toneladas, la exportación ya compró 5,5 millones, que no fueron vendidas al exterior, ya que todavía no se ha cumplido la cuota anterior. Están comprando para hacerse de un stock. Y en este contexto siguen pagando un poco menos de lo que deberían pagar. Una tonelada de trigo vale 1250 pesos y la mayoría de lo que se comercializó se lo hizo a un valor más bajo. Esta situación no se da por el sistema de cupos, y la supuesta falta de competencia en el sector, ya que el 70 por ciento del trigo que compra la molinería no lo hace a los productores sino que lo obtiene directamente de los exportadores. Las cosas se van a poner más claras ahora que lanzamos el sistema para monitorear los precios de la cadena (Sio Granos). Los productores podrán observar de manera online las compras de granos en todo el país, preservando la identidad de cada productor. Se podrá ver cuánto se vendió, a qué precio y dónde está la mercadería. Antes se manejaba la información de las Bolsas, que sólo reflejaban el 11 por ciento del total de las transacciones del sector.
–¿Este sistema les permitirá intervenir como Estado cuando haya dificultades en la cadena, como faltantes de stock?
–Sí, claro, será una manera inteligente de intervenir. Por ejemplo, los Registros de Exportación habilitados para AFA estuvieron vinculados a que pagaban el precio correspondiente, a diferencia de otros exportadores. Será una herramienta que nos permitirá profundizar la toma de decisiones de manera segmentada.
–¿Qué medidas están tomando para resolver las realidades adversas de algunas producciones regionales?
–Hay un contexto internacional complejo, una crisis mundial que afecta los precios de los commodities. Europa y Rusia están pasando por un mal período. Sobre todo este último país, que aplicó una fuerte devaluación que afectó nuestras exportaciones. Para los sectores del vino, las peras y manzanas estamos aportando fondos para mitigar el impacto negativo. Al mismo tiempo, estamos en pleno análisis de temas estructurales. Los fondos que invertimos son destinados directamente a los pequeños productores. Los próximos aportes serán para los productores de té y cítricos.
–¿Cómo avanza la instrumentación de la Ley de Agricultura familiar?
–Mantuvimos varias reuniones con productores y organizaciones sociales para avanzar en el diseño de la reglamentación. En días quedará listo un borrador para su discusión final. Los recursos que se comprometieron para el sector –1500 millones de pesos– quedarán definidos durante la reglamentación.

UN FRENO A LA INVESTIGACION "No tiene ni pie ni cabeza" el pedido para frenar el peritaje informático

Fernández lamentó el freno puesto por la querella, subrayó como necesaria la realización de las pericias para avanzar hacia la verdad y ejemplificó que el dato que se conoció sobre el encendido de la computadora en la mañana del domingo podría relacionarse con Diego Lagomarsino, el técnico informático que le prestó el arma a Nisman horas antes de morir, ya que pudo haber activado la máquina "a través de un programa troyano, con el que se puede entrar a la computadora en forma remota".
En declaraciones a la prensa en la puerta de Casa de Gobierno, Fernández además señaló como "llamativas" las precisiones del informe presentado la semana pasada por Arroyo Salgado, quien habló de magnicidio, y defendió el resultado de la autopsia realizada por el cuerpo médico forense de parte.
"Acá no hay colisión entre dos pericias: hay una sola realizada a pedido de la fiscal (Viviana) Fein, que llevó a cabo un equipo con enorme prestigio, y la otra es un informe hecho por profesionales con algún reconocimiento", sostuvo el funcionario.
En ese marco, el jefe de Gabinete remarcó que Arroyo Salgado "tiene todo el derecho del mundo a contratar a peritos y que éstos trabajen en función de lo que se les pide, pero no han trabajado sobre el cadáver", sino que "analizaron fotos y videos".
En tanto, destacó que la autopsia oficial "fue realizada por un cuerpo médico forense de enorme prestigio, con la presencia del decano", mientras que el informe de Arroyo Salgado "llama la atención" y cuestionó particularmente al forense Osvaldo Raffo, que encabezó el equipo contratado por la magistrada.
"Nada que ver lo que escribe con lo que está diciendo en este momento. Llama la atención", insistió el jefe de Gabinete.

viernes, 6 de marzo de 2015

Negó que vaya a ser candidato en las elecciones Kicillof: "Los candidatos opositores son los que están pidiendo una devaluación"

El ministro de Economía salió al cruce de sectores económicos y políticos que piden una caída en el valor del peso y presionan con la baja del real ante el dólar. Además, volvió a criticar al juez Griesa por sus fallos favorables a los buitres.

Kicillof:
Definiciones - El titular del Palacio de Hacienda destacó la progresividad del Impuesto a las Ganancias.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, criticó a muchos economistas opositores que "están pidiendo una devaluación. Algunos candidatos hablaron de devaluación en diciembre. Después, si hay un movimiento en el tipo de cambio, una devaluación, están en contra", y aseguró que el objetivo del gobierno es dar certidumbre y previsibilidad a las variables económicas.
"Si Brasil devalúa violentamente, con todo lo que nosotros sabemos que implica una devaluación violenta, que se va a precios, que después genera inestabilidad, que hay más demanda de divisas, para Argentina, lo que hay que hacer es evitar la inestabilidad", aclaró Kicillof, refiriéndose a los planes de ajuste y devaluación del país carioca.
El titular del Palacio de Hacienda se mostró preocupado por la volatilidad a nivel internacional. "En el mundo hay en este momento un terremoto económico, un enorme terremoto económico, cambiario, financiero, económico en cuanto al nivel de actividad", señaló Kicillof a radio La Red. En consecuencia, rescató las medidas destinadas a evitar la importación de la incertidumbre y la crisis. "Me junté hace poco con los productores de leche porque al productor de leche le pasó lo mismo: le cayó el precio de la leche, no en Argentina, afuera. Y eso afecta a los pequeños tamberos. Entonces, el gobierno definió una medida" que permite mejorar la posición de estos productores, resaltó.
El ministro criticó a los candidatos que realizan problemas imposibles. "En esos retazos de plan económico que empiezan a aparecer que van a hacer. Y me parece que hay mucha irresponsabilidad porque yo he escuchado a algunos candidatos decir que van a bajar las retenciones, subir las jubilaciones, reducir el Impuesto a las Ganancias, si te descuidás regalar plata desde un helicóptero", bromeó el titular de Economía, y luego aseveró que "un candidato que gana con promesas que son mentiras después va a decepcionar".
Por ello, defendió el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores que algunos opositores planean derogar. "El Impuesto a las Ganancias, a los altos ingresos, no sólo es algo justo y progresivo, sino que es algo que se hace en muchísimos países, a niveles mucho más altos", sostuvo, aunque dijo que la discusión dinámica sobre "a quiénes sí y a quiénes no" está presente en el gobierno.
Kicillof también se quejó de las soluciones fáciles en el conflicto con los fondos buitre. "Yo escuché a un periodista que me comentó que había estado con un referente económico de un partido opositor y dijo 'no, esto se arregla fácil, pedimos 100 mil millones de dólares a los mercados, que nos los van a dar porque nuestro candidato está muy bien visto, y se arregla todo'", reprochó el ministro. También criticó al juez Thomas Griesa: "Nosotros decíamos no, este fallo judicial es injusto, está mal y va a generar mucho conflicto; y es lo que está sucediendo, van los bonistas a reclamarle, los bancos a reclamarle, ahora los jueces de otros países. Por eso, yo dije: Griesa está armando esa trampa a los buitres."
El titular de Hacienda también declaró que "la inflación bajó a un tercio de lo que dio en enero para todo el mundo, aun para el que miente, de la oposición".
Kicillof finalmente negó ser candidato por el Frente para la Victoria en las próximas elecciones y aseguró que el gobierno trabaja para los "que no te piden porque no están ni acunados por los medios, ni potenciados por sectores que tienen mucho poder en la Argentina y que son muchas veces los más vulnerables. A veces, cuando la presidenta anuncia un incremento en la AUH o más jubilados, esos no tienen voz."  «

Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística español Los españoles sufrieron 120 mil desalojos por ejecuciones hipotecarias en 2014

Los desahucios aumentaron un 9,3 por ciento el año pasado. Casi 45 mil corresponden a viviendas familiares, un 7,3 por ciento más que en 2013. Una de las causas es la destrucción del empleo, consecuencia de las políticas de austeridad.

Los españoles sufrieron 120 mil desalojos por ejecuciones hipotecarias en 2014
Andalucía - Por comunidades autónomas, lideró las ejecuciones sobre viviendas el año pasado, con un total de 16.275.
Los desalojos aumentaron en España un 9,3% el año pasado, según datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, en el país se produjeron 119.442 ejecuciones hipotecarias, de las cuales 44.682 fueron casas de familia, un 7,4% más que en 2013. El grueso de las viviendas embargadas corresponde a hipotecas firmadas en los años previos al inicio de la crisis, que arrancó en 2008 en el país ibérico, coincidiendo con el auge de la burbuja inmobiliaria.
De acuerdo con lo informado por el portal español Público.es, el repunte anual de las ejecuciones hipotecarias contrasta con la caída experimentada en el tercer trimestre, el único de 2014 en el que se registró un descenso de los desalojos. En el resto, siempre fue en alza: en el primer y segundo trimestre las ejecuciones hipotecarias crecieron un 19,1% y un 1,5%, respectivamente, mientras que en el cuarto lo hicieron un 29,9 por ciento.
Las estadísticas del INE difundidas ayer revelan que el 20,2% de las ejecuciones iniciadas sobre viviendas en 2014 corresponde a hipotecas constituidas en 2007; el 17,3% a hipotecas suscritas en 2006; y el 12,1% a hipotecas firmadas en 2005. Ampliando un poco más el espectro, el período 2005-2008 –inmediatamente anterior al inicio de la crisis– concentra el 61,6% e las ejecuciones hipotecarias iniciadas el año pasado.
Del total de desalojos sobre viviendas registradas el año pasado, más de ocho de cada diez (58.660) afectaron a viviendas usadas, con un aumento anual del 8,2 por ciento. Las ejecuciones sobre viviendas nuevas sumaron 11.418, un 4,3% menos respecto de 2013. La dramática situación se explica por los problemas acumulados para las familias durante años de destrucción del empleo, consecuencia de las políticas de austeridad aplicadas por el actual presidente Mariano Rajoy y su predecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE. Casi el 24% de la población activa –en especial, los jóvenes– sigue sin trabajo.
Los datos se conocen pocos días después de que el gobierno del conservador Rajoy diera luz verde a varias medidas para evitar los llamados "desahucios" entre los sectores de la población más desfavorecidos. En los últimos años, marcados por la crisis económica y el aumento del desempleo en España, miles de personas perdieron sus viviendas por no poder pagar las mensualidades de las deudas contraídas con los bancos. Los desalojos se convirtieron en un verdadero drama social que incluso aumentó la tasa de suicidios en el país ibérico. A pesar de eso, España mantiene una de las leyes hipotecarias más duras de Europa.
Por comunidades autónomas, Andalucía lideró las ejecuciones sobre viviendas el año pasado, con un total de 16.275, seguida de Cataluña (14.230) y Comunidad Valenciana (11.252). En el lado opuesto se situaron La Rioja (338), País Vasco (368) y Navarra (374). Sobre el número total de propiedades ejecutadas –sean o no familiares–, Andalucía también lideró el ranking, con 29.645, seguida de Cataluña (20.666) y Comunidad Valenciana (18.038). A la cola volvieron a situarse Navarra (642), La Rioja (777) y País Vasco (856). «



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Las ejecuciones sobre viviendas nuevas sumaron 11.418, un 4,3% menos respecto de 2013.