lunes, 9 de marzo de 2015

REPORTAJE AL MEDICO LEGISTA JUAN CARLOS FENOGLIO “La de Arroyo Salgado no fue una pericia”

Por Martín Granovsky
Especialista consultor en medicina legal y anatomopatólogo, Juan Carlos Fenoglio dice que se recibió de médico en 1987 en la Universidad de Buenos Aires y que es médico legista desde hace veintidós años. Asegura que prefiere informar esos dos datos antes que contar cuántas pericias realizó porque, como dijo una vez en un juicio, el tema es cuántas pericias salen bien.
–Uno de los puntos de polémica estos días es una expresión que en su oficio debe usarse mucho: espasmo cadavérico.
–El espasmo cadavérico es una cosa excepcional. Hay mil suicidas y el espasmo se encuentra en uno. No es que todos los que se maten con un arma de fuego van a tenerlo. Al contrario. Si un especialista encuentra un caso lo contará en un seminario. Además, el espasmo es muy difícil de diagnosticar. Y por eso algunos caen en el sobrediagnóstico.
–¿En qué consistiría sobrediagnosticar?
–Vamos a lo concreto. Muchos suicidas que usan arma de fuego quedan con el arma en la mano. Una vez que tienen el dedo adentro, y jalan el gatillo y disparan, después el dedo no puede salir ni siquiera cuando el cuerpo se relaja. La parte del arma que circunda al gatillo no deja que el dedo salga. Recién después viene la rigidez.
–Espasmo, entonces, no es lo mismo que rigidez.
–No. Son momentos distintos. El espasmo es inmediato después de la muerte. Luego viene un período de relajación de músculos y en tercer lugar los músculos se endurecen y el cuerpo se pone rígido. Muchos autores sostienen que cuando el cuerpo adquiere la rigidez cadavérica ya no se puede hablar de espasmo. Todo está rígido. Entonces queda una duda: ¿hubo relajación? Los autores más serios aconsejan no aseverarlo.
–¿Por qué?
–Justamente porque queda una duda. Insisto con esta idea: que haya existido o no el espasmo no lleva a ninguna conclusión de si fue suicidio o si se trató de un homicidio. Supongamos que alguien ponga a otro en estado de inconsciencia y le haga empuñar el arma con la mano. Habrá espasmo y no habrá sido un suicidio. Y así puedo seguir combinando escenarios. Esa es la razón por la que pienso que los peritos contratados por la doctora Arroyo Salgado no debieron haber sacado conclusiones. Conozco autopsias de gente que estaba jugando con el arma y se pegó un tiro. Es un accidente, ¿no? Si hay herida de bala la muerte siempre será violenta, pero la última palabra no se puede decir hasta que termine toda la investigación. Y aun así, siempre podrá haber un elemento nuevo. ¿Qué pasa si tiempo después aparece una cámara de cuya existencia no se sabía? ¿O la filmación de un celular? ¿Qué pasaría si hay gente condenada? Las cuestiones periciales deben estar unidas a la investigación.
–¿Usted lo dice por la presentación de Arroyo Salgado?
–Lo digo como principio general, porque el documento que presentó Arroyo Salgado el jueves no fue una pericia.
–¿No? ¿Y los peritos que participaron?
–Son cosas distintas. El Código de Procedimientos lo dice bien claro. Los peritos de parte pueden participar de pericias si está el perito oficial. Tienen que pedirlo. Entonces quien está a cargo de la investigación nombra un perito oficial y ahí sí los peritos de parte pueden trabajar y hacer su informe. En algunos sitios, como en la provincia de Buenos Aires, además hay que notificar a todas las partes. En este caso, encima, la doctora Arroyo Salgado y sus peritos leyeron las conclusiones del informe por televisión, y supongo que lo hicieron antes de presentárselas a la fiscalía.
–¿Eso está mal?
–No. La doctora Arroyo Salgado está en todo su derecho de hacerlo mientras como querellante no viole el secreto del sumario. Sólo señalo que no es una pericia, de modo que hoy no tenemos una contradicción de pericias.
–La fiscal Fein dijo que llamará a una junta médica.
–Yo no la llamaría así. No es una junta sino una pericia lo que podría realizarse. Y agrego aún más preguntas a este caso. El médico que hizo la autopsia, ¿ya terminó su informe final? ¿Dispone de todos los informes de toxicología y de anatomía patológica? No lo sé. Dicho esto, en los días que vienen puede ser que la fiscal pida puntos de pericia. El cuerpo ya no está. Hay un informe. Puede ser que la fiscal pregunte y que cada perito diga lo suyo. Y también pueden no ponerse de acuerdo unos peritos con otros. De paso, recordemos algo: por ley, los médicos están obligados a deliberar en secreto.
–Pero los peritos son auxiliares, no son ni el juez ni el fiscal.
–Sí, por supuesto. No agotan la investigación, ni mucho menos.
–Aunque digan que en su vida hicieron 20 mil pericias.
–Una vez en un juicio me preguntaron cuántas pericias había hecho. Contesté: “¿Por qué me pregunta el número y no cuántas pericias hice bien?”. En la Argentina muchos siguen trabajando, como Alexandre Lacassagne, que fue un gran criminalista, pero empezó a trabajar en el siglo XIX y murió en 1924. ¿Y en el medio no hubo avances? ¿Y la lógica? Pocos la usan. Con el problema de que, para un caso concreto, la excepción es tan válida como la regla.
–Volvamos a la presentación de Arroyo Salgado y a la discusión sobre el espasmo.
–Le doy un dato interesante: el mecanismo del espasmo todavía no se conoce del todo. Por algún mecanismo que se desconoce no se produce siempre del mismo modo la relajación muscular. Mariano Perel, muerto en un famoso episodio en 2001, fue encontrado agarrado a la sábana. Es uno de los pocos espasmos que vi.
–La presentación en San Isidro tuvo otra palabra fuerte: agonía. Uno escucha “agonía” y piensa en sufrimiento consciente.
–Y no tiene por qué ser así, claro. Ante una lesión mortal empieza un período, justamente llamado agónico, en el que a pesar de que el individuo no puede responder por lesión cerebral, el corazón sigue latiendo y tiene signos vitales. La cantidad de sangre dependerá de muchos factores. Por un lado, un orificio de 22 puede sangrar poco. Por otro, puede haber agonía y no hemorragia. O también puede producirse un trastorno de coagulación y mucho sangrado. No lo sé. Pero en el caso de Nisman esto no alcanza a indicarnos si fue suicidio u homicidio.
–¿Qué importancia tiene saber si el cuerpo fue movido o no?
–Depende de las circunstancias. Si realmente alguien se pegó el tiro parado, la experiencia muestra que el primer chorro de sangre va para abajo. Al caerse la persona, el chorro cambia de dirección. Si cae boca arriba el chorro va para atrás. Si un tercero lo mueve mientras está sangrando, el chorro cambia otra vez de dirección. Así puede saberse en principio si el cuerpo fue movido y cuándo. Si el homicida se quedó en el lugar y movió el cuerpo, o si el cuerpo fue movido en el procedimiento pericial. ¿En la pileta del baño había sangre? Si había, es compatible con una conducta común en los suicidas cuando buscan asegurar su muerte y se matan frente a un espejo. Es típico de arma blanca pero también sucede con armas de fuego.
–¿Cuál es su opinión acerca de las afirmaciones sobre el horario de muerte?
–Prefiero decir cómo se establece seriamente: tomando en cuenta, entre otras cosas, la temperatura ambiente. Y suponiendo, en el caso de Nisman, que el baño no era un ambiente frío. De todos modos, las respuestas no son exactas ni tampoco indican si fue suicidio u homicidio. Es más importante establecer si es que existió una tercera persona o no.
–No parece que pueda haber investigación seria si se demora la investigación sobre los mails, los mensajes y las comunicaciones.
–Esa parte de la investigación es fundamental. Claro que puede haber cosas personales, pero justamente hace falta saber por qué murió la víctima. ¿Es investigada una modelo y no sabemos qué hay en la notebook de un fiscal? El cruce de llamados es fundamental. Si se comprueba a qué hora Nisman habló con alguien, habrá otro indicio más que lleve hacia la forma y el momento de su muerte. Los médicos legistas impusieron esa idea de que el cadáver habla. Es mentira. Hoy no se puede terminar una investigación seria sin indagar en las llamadas y en la informática. A veces las partes mismas buscan un perito para forzar las cosas. Y encuentran peritos que se abstienen de usar una frase que deberían decir más a menudo: “Eso no se puede saber con exactitud”. A veces es complejo determinar los elementos fundamentales.
–Los peritos de Arroyo Salgado dijeron haberse expresado bajo juramento de ley.
–Es una expresión que usan los médicos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Una rutina. Lo que vale es el juramento en la Justicia. Pero más allá de quién sea el perito, yo digo siempre lo mismo: un perito no es un testigo. Analiza restos, indicios. Y lo que no está, o porque simplemente no está o porque fue borrado, hace más difícil todavía el análisis. ¿Sabe cuál es otro de los problemas? Los argentinos no mueren como argentinos. Mueren como muere cualquier otra persona en el mundo. Y sin embargo uno toma un libro editado en Estados Unidos y dice que todo es precario, que nada se puede afirmar categóricamente, que no hay que apurarse con las conclusiones... Uno toma después una obra canadiense y lo mismo. Sigue con otra inglesa y lo mismo: cuidado con las afirmaciones fáciles. Ve la experiencia en otros países y se entera de que, por ejemplo, las autopsias las realizan los anatomopatólogos, no los legistas. Contrastemos esa experiencia con muchas prácticas de la Argentina y sabremos por qué, a veces, aparece gente con respuestas rápidas y fáciles.
martin.granovsky@gmail.com

LA HIPOTESIS DEL MAGNICIDIO, TRAMPOLIN PARA ZAMBULLIR LA CAUSA EN FEDERAL El cupo femenino

Por Horacio Verbitsky
Hoy se celebra el Día Internacional por los derechos de la Mujer y la Paz Internacional, según la proclamación de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977. En homenaje a la fecha, la jueza Sandra Arroyo Salgado hizo pública demostración de igualdad con su difunto exposo, a cuyas hijas representa en la querella por su muerte violenta: igual que Natalio Alberto Nisman, dio por probados sin lugar a dudas hechos que, de acuerdo con los elementos que ella misma brindó en su conferencia de prensa, no pasan de ser presunciones opinables y cálculos de probabilidad. Sobre una base tan endeble, la ex jueza Aída Kemelmajer de Carlucci asentó una desmesurada conjetura: lo mataron fundamentalistas islámicos y su conexión local, sentenció, como si se tratara de un hecho comprobado o, como diría el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, de Cosa Juzgada.
Como se anticipó en esta página el domingo 1º, desde hace más de una semana estaba lista la presentación en la que Arroyo Salgado sostendría que la escena de la muerte fue adulterada para ocultar que a Nisman lo asesinaron. Sólo se postergó el anuncio por el inesperado fallo del juez Daniel Rafecas, que desestimó por inexistencia de delito la denuncia de Nisman contra la presidente CFK, el canciller Héctor Timerman y el diputado Andrés Larroque. La resolución fue apelada por el fiscal Gerardo Pollicita y por sorteo intervendrá la sala I de la Cámara Federal de la Capital, la misma que en mayo pasado declaró inconstitucional el Memorando de Entendimiento con Irán que, según Nisman, fue el mecanismo para encubrir a los iraníes autores del atentado de 1994 contra la sede de la DAIA.
El jueves, la madre de las hijas del fiscal dijo que había quedado descartada en forma científica la posibilidad de un suicidio o de un accidente, ya que se trató de “un magnicidio de proporciones desconocidas”, que “ha impactado de lleno en la institucionalidad de la República, además de poner en tela de juicio el rol del Estado ante la comunidad internacional en materia de terrorismo”. Es decir, materia de la justicia federal, donde espera el juez Luis Osvaldo Rodríguez, quien lleva una causa por amenazas contra Nisman, Arroyo Salgado y el ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio Horacio Stiuso, previa a la muerte del fiscal. La jueza ya abrió el juego en esa dirección y le pidió a Rodríguez que evaluara su seguridad y la de sus hijas. Esto le fue sugerido por Stiuso, según reveló la propia Arroyo. Según Diego Lagomarsino, Nisman le dijo que a él también Stiuso le había hecho la misma advertencia.
El 15 de junio de 2008 el diario Crítica de la Argentina publicó una nota de su propietario, Jorge Lanata, titulada La GESTAPO K en la que afirmaba que Arroyo fue designada jueza federal de San Isidro “de la mano de Stiuso y de su esposo”. Agregó que “todas las fuentes judiciales, policiales y del Gobierno consultadas coincidieron en un punto: el de San Isidro es un juzgado de la SIDE”. Ella vendría a ser así el cupo femenino de la Escudería Stiuso.

No dicen lo que dijo

Al presentar el trabajo de sus peritos (el forense Julio Ravioli y los comisarios bonaerenses Osvaldo Raffo y Daniel Salcedo), Arroyo dijo que no tenía un objetivo predeterminado, sino sólo conocer la verdad.
Pero la secuencia de los hechos permite una interpretación alternativa, ya que en cuanto regresó de sus interrumpidas vacaciones europeas, al día siguiente de la muerte de Nisman, en el mismo aeropuerto dijo que no creía que se hubiera quitado la vida. Reiteró ese artículo de fe en el acto que la oposición realizó en el Senado el 18 de febrero, horas antes de la marcha de los fiscales. En la conferencia de prensa del jueves dijo que “ha quedado acreditado con rigor científico lo que la familia ya había sostenido: Nisman no se suicidó”. No es eso lo que sostuvieron los peritos que propuso en la causa.
Para fundamentar sus tremendas conclusiones la jueza hizo una lectura parcial de los documentos firmados por ellos. La importancia de lo que dijo es tan grande como la de aquello que omitió. Si bien difieren de algunas de las opiniones del Cuerpo Médico Forense que dejó trascender la fiscal Viviana Fein, los estudios de Raffo, Salcedo y Ravioli no permiten discernir si Nisman se quitó la vida o fue muerto por mano ajena. A lo sumo internarse en un laberinto de hipótesis y porcentajes.
Las contradicciones entre estos peritos y los de la Corte Suprema han merecido minuciosa explicación, y aquí se retoma. Pero sólo Paz Rodríguez Niell, en La Nación, se interesó por la asombrosa discordancia entre las aseveraciones de Arroyo y el texto firmado por sus peritos. Según la periodista, quien dijo haberlo leído, el informe de Raffo, Salcedo y Ravioli concluye que el suicidio es “poco probable”. La jueza de San Isidro pasó por encima de estos matices y sostuvo lisa y llanamente que lo asesinaron. De la probabilidad a la certeza, de “poco probable” a “se descarta” hay un largo trecho que apuró de un salto y que ayuda a entender la expresión sombría con que sus peritos la escucharon, por el lío en que los estaba metiendo al atribuirles algo que no habían sostenido. No lo hizo por descuido sino a conciencia: Virginia Messi cuenta en Clarín que antes de la conferencia de prensa la jueza suprimió el punto 12 del peritaje y lo reemplazó con puntos suspensivos. Mejor no entrar en detalles.
Arroyo Salgado no disimuló su fastidio con la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini, a quienes acusó de haber apurado la autopsia y desatendido su reclamo de postergarla hasta que ella designara sus peritos. También dijo que Fein no había podido probar la hipótesis elegida, del suicidio. La fiscal, quien reitera que hasta ahora no puede descartar ninguna hipótesis, le respondió que esa solicitud ingresó a su despacho cuando la autopsia había concluido y que nadie le adelantó el pedido por otra vía.

De manual

El Cuerpo Médico Forense y los policías bonaerenses coinciden en varios puntos: Nisman murió por el disparo de la pistola que se encontró en el lugar, propiedad de Diego Lagomarsino, quien dijo habérsela prestado; no había pólvora ni restos del fulminante en su mano; ingirió antes de morir cantidades moderadas de psicofármacos, café y alcohol, que no obnubilaron su conciencia. Pero también hay diferencias llamativas. La fiscal Fein ya anunció que convocará a todos para que fundamenten sus aseveraciones y de persistir la bruma, a una junta médica con otros forenses, e incluso expertos internacionales, hasta llegar a una conclusión ya que ni ella ni Arroyo Salgado son médicas.
El interés de esa confrontación es relativo, ya que aún si en cada punto le asistiera la razón a los representantes de la familia de Nisman, eso no avalaría el presuroso colofón de Arroyo Salgado. El Cuerpo Médico Forense observó espasmo cadavérico en la mano derecha de Nisman, lo que indica que murió en el acto. Para los peritos de la familia, la copiosa hemorragia que se halló en el baño prueba que el corazón siguió bombeando y la muerte tardó en llegar. Además no corroboraron el espasmo cadavérico, que únicamente se produce cuando la muerte es instantánea. Pero ellos sólo vieron la filmación y las fotografías de la autopsia. También dijeron que “la posición en la que fue encontrado el cuerpo no fue la final”, cosa que Arroyo tradujo como que el cuerpo del fiscal fue movido. Ninguna de estas disyuntivas dice nada conclusivo respecto de lo primero que importa: si se mató o fue muerto. Tanto los suicidas como los asesinados pueden morir en cuanto se produce el disparo o luego de un tiempo de agonía, variable en cada caso.
Cada uno de estos dos peritajes tiene la congruencia interna de la que carecía la acusación de Nisman: quienes vieron espasmo cadavérico entienden que la muerte fue inmediata, y aquellos que mencionan la sangre como prueba de la agonía, niegan el espasmo. Son posiciones de manual. En su libro La muerte violenta, el propio Osvaldo Raffo dice que cuando una persona muere “la musculatura se relaja; transcurrido cierto tiempo, se endurece”, en el rigor mortis. Pero “en casos inhabituales la rigidez invade los músculos en el mismo momento de la muerte, sin pasar por la fase de relajación, fijando la posición y actitud que la víctima había adoptado voluntariamente. A este fenómeno, cuyo origen es vital, su requisito, la muerte brusca y su carácter, la excepción, se lo llama espasmo cadavérico”. El perito agrega que el fenómeno es excepcional pero muy importante cuando se observa “porque permite la reconstrucción del hecho y su simulación es imposible”. Pone como ejemplo un piloto de combate muerto por el choque de su cabeza contra la cúpula de acrílico de su avión. El cuerpo cayó en paracaídas y ambas manos estaban tiesas en la posición “idónea para accionar las palancas de expulsión de la cabina”. El maestro de Raffo, Emilio Pablo Federico Bonnet, incluyó en sus “Lecciones de medicina legal” la foto de un suicida por disparo de arma de fuego, sobre un charcho de sangre y con el dedo índice sobre el gatillo. La primera versión difundida sobre el espasmo cadavérico de Nisman, con el índice derecho rígido en la misma posición del libro de Bonnet, dejaba pocas dudas sobre el suicidio. La opuesta, sin espasmo cadavérico, no prueba que lo hayan matado.
Tampoco hay acuerdo entre los dos equipos sobre la hora del óbito, que los peritos oficiales ubican en torno del mediodía del domingo y los de parte entre la tarde y la medianoche del sábado. El primero en saltar ante la conferencia de prensa de la viuda fue el defensor de Diego Lagomarsino, Máximo Rosconi.
Ya se dijo aquí el último domingo que su tempestuosa actuación durante la declaración testimonial del Secretario de Seguridad, Sergio Berni, buscaba conseguir la nulidad del comienzo de las actuaciones pero podría contribuir a un efecto no buscado por él sino por Arroyo Salgado. Lento pero inseguro, terminó de entender que el pase al fuero federal no convendría a Lagomarsino, quien en ese caso sería imputado por homicidio y no por el inocuo préstamo de un fierro viejo. Aunque cueste creerlo, a cincuenta días del hallazgo del cuerpo, aún no se han peritado los gadgets electrónicos que Nisman adquiría durante sus tours de compras a Chile guiado por Cerebrito Lagomarsino, que luego Stiuso les ayudaba a ingresar sin pagar impuestos. La tarea comenzó, pero en cuanto los peritos comprobaron que la computadora de Nisman se había encendido en la mañana del domingo, la jueza solicitó que se interrumpiera, alegando razones de privacidad. Son motivos comprensibles si se atiende a la vida que su exposo se daba, pero no los había alegado antes de ese descubrimiento, contradictorio con la afirmación de los forenses de Arroyo Salgado, para quienes Nisman había muerto entre 8 y 16 horas antes. Esta es otra buena razón para que prefiera aguardar hasta que la causa llegue a manos de un coequiper de su misma Escudería, administrada por Javier Fernández.

El tercer ojo

El elegido es Luis Osvaldo Rodríguez, designado en octubre de 2012 pese a la fundada impugnación del CELS. Por sus escasos antecedentes como juez nacional, estaba 25 en el orden de mérito. Pero su examen escrito fue casi perfecto y con 95 puntos sobre 100 posibles saltó al quinto puesto. Una investigación judicial comprobó que Rodríguez solicitó en el juzgado federal de Daniel Rafecas el fallo sobre un robo de monedas, justo el tema que le tocaría en el examen escrito pocos días después. Cuando una periodista lo interrogó, Rodríguez mintió, negando los hechos. La jueza federal María Servini pudo probarlos, pero igual lo absolvió: dijo que también había pedido otros fallos, porque estaba estudiando para el examen.
Ya como juez federal, obstruyó la investigación sobre los sobornos y el tráfico de influencias en la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra, que involucran al juez de la Cámara de Casación federal Eduardo Riggi, al prosecretario de ese tribunal Luis Ameghino Escobar, al ex juez federal Aristóbulo Aráoz de Lamadrid y al agente de la SIDE Juan José Riquelme. Cuando el fiscal en quien Rodríguez había delegado la investigación reunió pruebas suficientes como para solicitar indagatorias y ordenar detenciones, el juez reasumió la investigación y con el ritmo moroso que le imprimió consiguió que se perdieran pruebas irrecuperables, como el contenido de los mensajes de texto de los imputados, que la empresa telefónica sólo guarda por 90 días. También admitió todas las presentaciones dilatorias de los imputados, a quienes comenzó a indagar a un año y medio de comenzada la investigación, tiempo suficiente para que coordinaran sus relatos.
En otra causa, acompañó la maniobra ideada por el fiscal Ricardo Sáenz y el ex subdirector de asuntos jurídicos de la Policía Federal, comisario Marcelo Emilio Pecorelli, para que la causa que se le seguía a Pecorelli por exacciones ilegales, tráfico de influencias, negociaciones incompatibles con la función pública, enriquecimiento ilícito y violación de sus deberes funcionales, saliera del juzgado de instrucción de Juan Ramos Padilla y aterrizara en el federal de Rodríguez. “Hay que pelearla, pero ya está, empiezan los amigos ahora”, dijo exultante Pecorelli al enterarse del pase del expediente a esa vía muerta en la que quedó hasta ahora.
Como remate de su bella personalidad, Rodríguez es un conocido coleccionista de insignias nazis. Con su notorio tercer ojo, espera atento el aterrizaje de la causa por la muerte de Nisman.

› @CFKARGENTINA "De la estupidez y algunas cosas más"

La presidenta Cristina Kirchner destacó a través de sus cuentas en las redes sociales la entrevista publicada ayer en Página/12 a Pedro Peretti, exdirector titular de la Federación Agraria, en la que el ruralista afirmó que durante el conflicto por la resolución 125 “Biolcatti usó la Mesa como gran estratega de la derecha y Buzzi era consciente de eso”. CFK dijo que el reportaje es "imperdible si querés entender lo que pasó en el 2008… y lo que sigue pasando".

"Ayer con la cuestión del Día de la Mujer y el álbum de fotos me olvidé de comentarles una nota del día domingo, en Página/12, págs. 14 y 15. Reportaje a 'Pedro Peretti, Ex Director Titular de Federación Agraria y compañero de ruta de Buzzi durante más de diez años'. Sic. No tiene desperdicio…", escribió la mandataria en sus cuentas de Twitter y Facebook y en su sitio cfkagentina.com.
En esa entrevista, Peretti cuenta la lucha de intereses durante el conflicto entre la Mesa de Enlace de las patronales agropecuarias y el Gobierno por las retenciones móviles a la soja. “Biolcatti usó la Mesa como gran estratega de la derecha y Buzzi era consciente de eso”, contó el dirigente.
Cristina destacó que "vale la pena leer la nota" porque "es una voz que no es oficialista. Al contrario. Justifica la participación de Federación Agraria contra la Resolución 125 y refleja la lucha de intereses contada desde adentro". "Imperdible si querés entender lo que pasó en el 2008… y lo que sigue pasando", manifestó.
Antes, la Presidenta compartió otra nota publicada en Página/12, en este caso una columna de opinión de Mempo Giardinelli titulada "Argentina y Finlandia, aquí y ahora". CFK destacó el "memorable final de la no menos memorable nota", que afirma que "un poco menos de estupidez y algo más de estudio y preparación le haría mucho bien a la dirigencia política argentina”.
La jefa de Estado comentó que en la columna "el conocido escritor argentino, con motivo de su viaje a Finlandia para dictar un seminario sobre literatura argentina en la Universidad de Helsinki, desmenuza las comparaciones, sin sentido, que a menudo realizan sobre nuestro sistema educativo y el finlandés dirigentes políticos, y me permito añadir numerosos “periodistas” y/o “comentaristas” que les sobra y les falta lo mismo que a los políticos: estupidez y preparación, en ese orden".
Hizo hincapié en la mención sobre que ambos países destinan el 6 por ciento de su presupuesto a la educación y sostuvo que "habría que distinguir si en Finlandia ese porcentaje sobre su presupuesto o sobre su PBI". "En nuestro caso, Argentina, es el 6,3" sobre el PBI. La diferencia no es menor ya que el PBI siempre es mayor que el presupuesto", aclaró.
"Pero bueno, lo importante es el aporte que hace Mempo Giardinelli para analizar lo que bien podría incorporarse, como una nueva Zoncera argentina, cuando dice: 'Pero comparar a Finlandia y Argentina es como comparar una gota de agua con una manada de tapires'. Más que recomendable lectura", escribió Cristina.
Por último, la mandataria contó que recibió el informe de consumo interno de cemento durante el mes de febrero, que arrojó un resultad de 885.296 toneladas. "Cifra, que comparada con febrero de 2014 registra un alza del 12,9 por ciento. Es récord histórico para un mes de febrero. El récord anterior, para un mes de febrero, lo habíamos alcanzado en el 2011, con 819.000 toneladas", comentó.
"Sin viento de cola superamos nuestro propio récord del 2011 en un 8 por ciento. ¡Vamos Argentina todavía!", concluyó CFK.

Se Dice de Mi. Canta: Tita Merello

TITA MERELO "Arrabalera"

Amparo Ochoa - Como tú

MUJER VOTO