lunes, 2 de febrero de 2015

Aníbal Fernández: "Stiuso es un ser nefasto"

"Jaime Stiuso, Antonio o como se llame, es un personaje siniestro, que lo que ha intentado por todos los medios es perjudicar y poner palos en la rueda al Gobierno", afirmó Aníbal Fernández durante una rueda de prensa en la Casa de Gobierno, donde remarcó que el exespía de la SIDE "es un personaje siniestro, que lo que ha intentado por todos los medios es perjudicar y poner palos en la rueda al Gobierno".
El secretario General de la Presidencia sostuvo que "hoy la realidad es que ese supuesto servicio de inteligencia que se llama Ramón Alan Bogado había sido denunciado en el 2013 por Stiuso, hubo una denuncia penal, por venta de influencias, no era servicio de inteligencia y se hacía pasar como tal".
"Con lo cual -añadió- en cualquiera de las condiciones siempre es Stiuso el que miente, o porque es él el que estaba presionando al fiscal (Nisman) o porque siendo un subalterno no lo corrigió o porque le ofreció esta mentira al fiscal Nisman de la existencia de esta situación y nunca le dijo que no eran servicios de inteligencia".
En esa línea, Aníbal Fernández recordó que "cuando el doctor Lijo pide por escrito a la Secretaría de Inteligencia (exSIDE), en el mismo día el Gobierno a través del doctor (Oscar) Parrilli le contesta que no existe esa relación de trabajo, ni existió ni existe ni como personal temporario ni de planta permanente de la (ex) Secretaría de Inteligencia".
"Con qué nos encontramos en el día de ayer: con que esa presentación de 290 hojas del fiscal Nisman aparecen testeadas y ese testeado se le atribuye a que se encontró en la casa del doctor Nisman otro proyecto, con lo cual tenía dos proyectos de denuncia en el cual involucraba a la presidenta de la Nación pidiendo su desafuero y su detención", aseguró.
Y agregó: "Todo esto es una mentira atroz. Entonces ¿cómo se puede mantener? ¿Cómo se puede sostener?" y pidió "salvar la figura del doctor Nisman, -con quien he tenido una excelente relación personal-. Si la denuncia la hizo el 29 de diciembre y llegó al 14 el día que la presentó y el 18 el día que murió, ¿se estuvo 20 días sin limpiar el departamento? . Si quieren ser benévolos, la tuvo el día 14 y aparece muerto el día 18, ¿cuatro días sin limpiar el departamento?. Eso es un despropósito".
"En esta causa hay muchas mentiras. Está llena de mentiras. Digámosle estas cosas a la sociedad, digámosle todo a la gente y en especial estas cosas que han aparecido porque esta es una maniobra de Stiuso: esto es pensado y diagramado y sostenido por Stiuso. Y lo que le están haciendo (con las publicaciones en algunos matutinos) son favores a Stiuso".
"Flaco favor le están haciendo a la República Argentina con este tipo de situaciones. Lo que hacen es que le están cumpliendo a Stiusso lo que él necesita para hacer más barullo para hacer una causa mugrienta, respecto de una denuncia que no tiene ni pies ni cabeza y que además prestigiosos juristas como (León) Arslanián, como (Eugenio) Zafaroni, como Julio Mahier, -que nadie puede dudar de la objetividad que tienen en términos del derecho-, han dicho que aunque todo lo que dice la denuncia del doctor (Alberto) Nisman se pudiera probar, no hay un solo delito en este escrito", concluyó.
Por otro lado, Fernández fue designado, interinamente y con carácter “ad honorem”, al frente de la Coordinación General de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidente, que se encontraba vacante desde diciembre del año pasado tras la renuncia de Rafael Follonier.
La Coordinación General de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidente tiene por objetivo "asistir" al jefe de Estado "en la respuesta a las demandas que se dirigen hacia su persona, tanto cuando se encuentra en sus lugares habituales como trasladándose, resolviéndolas apropiadamente o derivándolas a los organismos correspondientes".

Galas, gimnasios y apellidos en un buenos aires distinto Incursión al país de los ricos

Están cerca, a veces tomando sol a 150 metros del suelo, a veces jugando squash en el tercer subsuelo de la torre, y no son alienígenas, sino argentinos con pasiones, amigos y costumbres que no entran en los precios cuidados.

Incursión al país de los ricos
Soledad Vallejos, exploradora de la vida de los ricos.// Libro.Vida de ricos, costumbres y manías de argentinos con dinero.// Piscina para estar cerca del cielo.// Patricia Della Giovampaola, princesa D’Arenberg.// Cristiano Rattazzi, empresario y famoso.
Publicó Amalita, una biografía de Amalia Lacroze de Fortabat, en colaboración con Marina Abiuso, y Trimarco, la mujer que lucha por todas las mujeres, un retrato de Susana Trimarco y su lucha contra la trata; dos temas poco relacionados que muestran la amplitud de mirada de Soledad Vallejos, la periodista que ahora firma Vida de ricos, costumbres y manías de argentinos con dinero, editado por Aguilar. En su expedición al mundo de los ricos y sus rituales retoma, indirectamente, la senda de un éxito editorial de los años ’60, Buenos Aires, vida cotidiana y alienación, libro que catapultó al conocimiento público a Juan José Sebreli.
Las diferencias que se observan entre uno y otro libro señalan el paso del tiempo y la mirada, crítica e ideológica en los ’60, pragmática y distante en la actualidad; el agua corrida bajo los puentes, y los muros y los imperios derruidos ya se escurrieron en ese reloj de arena. Sebreli se detenía en lo que consideraba las cuatro clases básicas de aquella sociedad. Hoy, neoliberalismo mediante, la distancia entre los que tienen mucho y los que tienen casi nada se agigantó, y no son pocos los que se proponen atisbar qué sucede en ese mundo poco visible, que se oculta en edificios torres que, para un habitante del conurbano bonaerense sur, rozan los delirios de los fumadores de hachís de Las mil y una noches.
La lectura de Vida de ricos dibuja el perfil actual de quienes tienen dinero en cantidad suficiente para no titubear ante el consumo suntuario, que en muchos casos se concibe como una necesidad cotidiana. Por ejemplo, más allá de los viajes, el avión propio, los entrenadores físicos personales o los colegios exclusivos, son los compradores de obras de arte, hecho que, más allá de que está predeterminado por el tener o no tener, se ve como una necesidad espiritual. Así, una lectura del capítulo titulado “Comprar belleza”, informa del galerista que dice: “Sé que está catalogado como un lujo, como un objeto suntuario, y la verdad es que no es así. El arte es el trabajo de otro trabajador, que trabaja en el arte, que lo que hace es vender su producto. (...) Si uno piensa que es un trabajo de un artista, que lo que hace es hacerte mejor al alma, mejorarte la vida cuando lo comprás... No es una joya, no es un diamante que de por sí tiene valor, que no se mueve. Es fluctuante”; lo que abre una puerta al componente de la inversión especulativa, porque lo que hoy se compra por poco tal vez mañana cueste mucho, o al contrario.
Soledad Vallejos dialogó con Miradas al Sur, que le propuso algo así como una ampliación de temas desde la óptica del periodista que investiga, para saber, entre otras cosas, si había tenido muchas dificultades para hacer este trabajo.
“En todo momento dejé claro que soy periodista, y que estaba trabajando para escribir un libro, no quería ocultarme, y la respuesta que tuve fue muy buena. A veces sorprendente, porque hay gente de la que uno piensa que será de difícil acceso, y te llaman al otro día para confirmarte la entrevista. En cambio otros, que parecen más fáciles, dan vueltas y vueltas y al final, nada”, dice. 
El periodista tiene que conectar con el otro y, al mismo tiempo, mantener la distancia que le permita observar, lo que no siempre es fácil: “En todo el libro, yo no doy opinión sobre lo que observo, lo cuento, lo narro; mi intención era mostrar. Y, en ese sentido, tuve la satisfacción de que cuando se publicó hubo entrevistados que me llamaron para agradecerme que hubiera respetado sus declaraciones”.
Como lo mejor de un libro es poder leerlo, esta nota cruza fragmentos deVida de ricos, costumbres y manías de argentinos con dinero, con breves comentarios, como para que el lector de Miradas al Sur tenga un aperitivo de lo que encierra entre tapa y contratapa.
Viejos y nuevos ricos. Para los foráneos, puede ser incomprensible que las pequeñas batallas por el prestigio se diriman en terrenos ajenos y supuestamente neutrales como peluqueros, maquilladoras, personal trainers. En el combate todo vale para generar clima. Un estilista que recorre las zonas acomodadas de Buenos Aires para atender a sus clientes dice que todo el tiempo escucha las cantinelas: “El viejo rico te habla mal del nuevo rico. El rico nuevo te dice: Ah, pero ésos son los ricos viejos, los de antes. (…) Los que hablan mal son siempre los ricos viejos de los ricos nuevos. Te dicen: ‘Estos qué se creen, mirá Puerto Madero, todos corruptos’. Claro, porque el rico viejo dice que hizo la plata bien. Bueno, que la heredó.”
“Es algo muy típico de la gente rica de la Argentina verse como alguien aristocrático, término que yo evito, porque aquí no hay aristocracias, solo burguesía, alguna más antigua y otra más reciente”, precisa Soledad Vallejos. El tema, como un sonsonete, se repite de generación en generación desde principios del siglo XX: “Ya en Caras y Caretas se hablaba de los arribistas, y de las primeras familias, hay algo snob en esa actitud que aún persiste”.
Vestidos. La elegancia de la sangre necesita el dinero, y sin embargo el dinero no siempre garantiza esa elegancia. Los viejos ricos, los de apellidos conocidos, pueden tener debilidad por señalar esa paradoja. La distinción, insisten, tal como lo señalaban en los años veinte los cronistas sociales temerosos de la aparición de parvenus y rastaquoères, esos arribistas sin gusto, no viene sola con los billetes.
En países también nuevos, como Australia, sus viejas familias se enorgullecen de ser descendientes de presidiarios expulsados de Inglaterra, en la Argentina pocos quieren recordar que su ancestro fue un pastor vasco o escocés analfabeto. “Creo que debería ser al revés –dice Vallejos–, que alguien haya comenzado de abajo, como inmigrante, hasta tener fortuna es meritorio, algo así como un símbolo.”
Fiestas benéficas. En las tazas humea el té. Ante las mesas hay señoras vestidas con el esmero que merece todo cóctel; algunas hasta se han provisto de tocados. Aunque en la vida hay un tiempo para jugar a la sociedad y otro para disfrutar de la buena moda, aquí se puede hacer todo a la vez. Además, el ambiente es todo lo exclusivo que puede desearse para un rato de small talk, besos, saludos. Si algo viene a demostrar el Six O’Clock Tea, el té-desfile que Carminne Dodero –hija del naviero y autodefinido “historiador autodidacta” Alberto Dodero y Marina Tchomlekdjoglou, famosa por su amistad con Christina Onassis– organiza en embajadas que fueron palacios de familias tradicionales y mansiones que pertenecen a grandes fortunas actuales, es que el chic cotidiano es posible.
En tal vez añorada época, las señoras de la sociedad hacían beneficencia anónimamente, pero desde hace un tiempo se encaminaron hacia el show, como el desfile de modas a la hora del té. Para Soledad Vallejos “en esos encuentros hay más cercanía entre los nuevos y los viejos ricos, y se busca la participación de la prensa. No son como antes, donde se privilegiaba la exclusividad. Ahora se mezclan los de antes y los famosos”. En ese sentido es un claro ejemplo la gala anual de Fundaleu (fundación para combatir la leucemia), donde hay que ser elegido y pagar para compartir mesa con famosos.
Red carpet. “Gana el smoking, claro”, señala Gloria Basavilbaso (Relaciones Institucionales de Fundaleu), para quien el hecho de que la cita cumpla a rajatabla las exigencias de una gala no es menor. “Es la única fundación que sigue haciéndolo. La nuestra es la única gala. (…) Que sea gala, a las famosas les encanta, y a los diseñadores también, porque es el momento de lucir sus productos. Nosotros hacemos red carpet (alfombra roja), es un momento como los Oscar. Sobre esa red carpet quiso caminar Ricardo Fort, pero sin suerte, porque sus gestores fracasaron en el intento de ganarle el pedido de ser famoso para la velada. (…)”. Para mantener el concepto de “gala”, la consigna es sencilla: el escándalo y la polémica no suman a la idea de glamour.
“Fundaleu, en su origen, era el esfuerzo de algunas mujeres que lo llevaban con dificultades y hoy, en ese sentido, es modélico, se lo administra como una empresa rigurosa y su fiesta anual es una manera de recaudar los fondos que se necesitan para asistir a la investigación médica –señala la autora deVida de Ricos, costumbres y manías de argentinos con dinero–. En la gala todo está preparado para explotar el show, como la red carpet que recorren a la entrada los famosos para que la prensa los fotografíe. Es una costumbre que comenzó en la época de Menem, y de alguna manera tiene ese estilo; hay mucho de cholulismo.”
Modelos de mujer. Aunque el atletismo común y silvestre, convertido en running a fuerza de marketing, esté cada vez más de moda y se haya extendido a un mercado amplio, en el mundo de los que tienen entrenadores personales lo preferible es caminar y no correr. Por lo menos las mujeres, con cuerpos intervenidos y tan trabajados por la ciencia que el universo de ejercicios posibles se reduce. Pecho operado y aumentado, cola modelada en quirófano son tan habituales que difícilmente se comenten, aun entre conocidos. (…) Por eso son pocos los que se ofenden y muchos los que están acostumbrados a escuchar las preguntas cuando el personal, o el health staff de turno, es nuevo y prepara la rutina. “¿Algún toquecito en la cara?”, “¿Lolas, lipo, algo retocado?”, “¿Tenés extensiones, alguna cosita nueva?”, “¿Qué otra cosa hacés?”. 
“Es gente que consume todo eso, que está acostumbrada. Y tenés que saber, porque si no sabés, por ahí lo ponés en riesgo”, explica un entrenador que también prefiere quedar en el anonimato por razones obvias.

Resulta interesante observar que a fines del siglo XIX o principios del XX, los perfiles de la “mujer de bien” y la “artista” se diferenciaban drásticamente, y que hoy, en las galas, la mayor parte de las mujeres asistentes se parecen mucho, sean modelos siliconadas o empresarias. Soledad Vallejos observa que “la relación de la mujer con su representación en la sociedad cambia todo el tiempo. En la antigua Caras y Caretas uno puede ver a aquellas mujeres, con unas cinturas estrechas que no podían ser naturales, que se asfixiaban con los corsets. Pero el cambio no es de ahora, ya en los ’40 la mujer estaba más suelta, más activa, y hoy se encuentra que tiene que responder a un modelo de juventud eterna. Siempre bien, siempre lozana, y recurre al gimnasio, a los masajes, a la cirugía. Pero nada de eso es exclusivo de los ricos”. La moda, hasta hace poco, de sortear retoques de pechos en las discotecas, o que fuera el regalo de quince en la clase media, señala esa democratización de un recurso. “Antes se hacía un elogio de la virtud y ahora del cuerpo perfecto –dice Soledad Vallejos–. Creo que se ha cambiado una esclavitud por otra.”
Lo que se tiene que saber. Para no pasar por un colado, los códigos de lenguaje son importantes. En ese sentido lo que manda es el inglés. En una invitación a gala, fiesta privada, boda o reunión social, se precisa la vestimenta, y no es lo mismo casual dress (ropa casual), que dress down(ropa sencilla) y menos dress suit, traje de etiqueta. Aunque en ciertas ocasiones el sentido es ambiguo, como dress up, que puede ser vestirse de etiqueta o incluso disfrazarse, dependiendo de la fiesta. Todo circuito social requiere cierto grado de atención a los códigos compartidos, para saber que hasta un cumpleaños puede ser un party time, que exija formal dress, si es por la tarde, y party dress, o sea traje de noche, si es por la noche. Por las dudas, si hay que señalar algo, es mejor hacerlo en inglés.

Postales por un peso
Tradición: Diálogo con un socio del Jockey Club (40 años, hijo de socio), sobre la no admisión de mujeres socias. –Bueno, son tradiciones. Es un lugar con seis mil socios, todos hombres, muchos con una mentalidad medio cerrada. Como es un lugar que siempre fue de hombres, no lo conocen abierto.
–¿Es tema esto en el club?
–No, ni siquiera se trata.
Parvenus y rastaquoères. Hay recelos entre ricos de antes y nuevos ricos, acepta Carminne Dodero, la organizadora del Six O’Clok Tea. Como vivió en los Estados Unidos dice que era un “país superdemocrático donde nunca vi esta boludez. Este país (habla de la Argentina) es un pueblo. Queda lejos. Andá a decirle a un americano me llamo Anchorena. Te va a responder ‘¿y a mí qué me importa?’”.
Sudor caro. De Daniel Tangona, el personal (con acento en la “e”) trainer de ricos y famosos: “Tengo que poder sentarme a una mesa con ellos y poder hablar sobre cómo es Venecia, cómo es Milán. Estar aggiornado. No puedo ser un ignorante que anda de musculosa, ojotas, con el tatuaje y nada más”.
Socialité. Se dice de quién realza las fiestas 
con su presencia, sin que se le conozcan méritos especiales.
Princesas. De Patricia della Giovampaola, princesa D’Arenberg, heredera de empresas de su marido: “En la Argentina ser princesa o no, no importa, no existe, ni siquiera yo me acuerdo. 
En Francia vas a una comida y por tu título sabés que vas sentada a la derecha del dueño de casa”. Preguntada si se siente una socialité, dice: “No soy una actriz, ni soy cantante, no soy bailarina, ni modelo. Entonces, probablemente sí, socialité”.
Confesiones de un masajista. Si una clienta le comenta que consiguió tres pasajes a Nueva York por 10.000 dólares, dice: “Qué suerte, encontraste barato. A Juan le salió 30 mil. Imaginate que si yo digo ‘¡qué barbaridad!’, no me cuentan más nada. 
Y a mí me gusta charlar con la gente, hace que se sienta cómoda”.

EL LIBRO
Título: Vida de ricos. Costumbres y manías de argentinos con dinero
Autor: Soledad Vallejos
Editorial: Aguilar

Asalto al poder estadounidense

El presidente israelí viajó a los Estados Unidos para torpedear el diálogo energético entre Washington y Teherán.

Asalto al poder estadounidense
Difícilmente James Vanderbilt pensó en su momento que su imaginación estaba anticipándose a una realidad. Su guión de la película Asalto al poder(White House down, EE.UU., 2013) detalla los acontecimientos de la toma de la Casa Blanca por un grupo terrorista.
En estos días somos testigos de un asalto y toma de control de la diplomacia del país de norte, aunque con ciertas diferencias de la película dirigida por Roland Emmerich. En este caso, la embestida no la llevan a cabo terroristas sino Netanyahu, el primer ministro del Estado Judío. La víctima, el Presidente Obama, para su pesar, no dispone de un personaje como John Cale, ese aspirante a agente de seguridad que lleva a un final feliz el largometraje norteamericano.
Para quien los conflictos se solucionan sólo por la fuerza, los trascendidos de avances en el diálogo entre las potencias occidentales e Irán respecto del plan nuclear de Teherán son motivo de exasperación. Cuando esas negociaciones son lideradas por Obama y el Congreso estadounidense está dominado por la oposición republicana, es necesario actuar con celeridad para armar una confabulación que logre sabotear el posible acuerdo con los iraníes.
Existe un consenso generalizado que la imposición de nuevas sanciones por parte del Capitolio es una garantía del cese de las negociaciones. Con ese objetivo se organizó, a espaldas de Obama, una insólita reunión de las dos cámaras del Congreso estadounidense para escuchar las arengas del Premier israelí. “Para el ejecutivo estadounidense no hay duda que la invitación a la exposición de Netanyahu en el Congreso se cocinó en una maquinación común entre los congresales republicanos, la oficina del primer ministro de Israel y los patrocinadores judíos de ambos lados.” La prensa israelí no dejó de recalcar con letras mayúsculas este grosero intento de copar un centro de poder de otro país.  
“Cuando se dispone de sponsors millonarios que abren afectuosamente sus billeteras a los miembros del Partido Republicano, Netanyahu todo lo puede conseguir. Con el patrocinio de los multimillonarios, Netanyahu será recibido en el Capitolio con alfombra roja.”
Yoav Karni es mucho más preciso al respecto. Él afirma que “la intención de Netanyahu es entorpecer la estrategia del presidente estadounidense en el Medio Oriente. Nunca fuimos testigos de algo parecido”. Para reafirmar el predominio y disuasión del dinero judío en las decisiones de los congresales de Washington, Karni agrega en su artículo que cuando los senadores estadounidenses aprobaron el abastecimiento de armamento norteamericano a Arabia Saudita en oposición a Israel, “el Lobby judío proisraelí puso en la mirilla a todos aquellos que apoyaron la iniciativa. Donaciones de individuos y agrupaciones, bajo su sugerencia informal, cumplieron un papel fundamental en el fracaso de reelección de esos senadores en la elección siguiente”.
Para el diario Haaretz: “Netanyahu hace todo para promover nuevas sanciones a Irán. De esta manera él sabotea los esfuerzos de Obama de aprovechar los dos años que le quedan para conseguir un acuerdo con Irán. Netanyahu quiere convertir el Congreso estadounidense en una sucursal de Aipac (lobby proisraelí en los Estados Unidos)”.
La Casa Blanca cayó en una trampa burocrática donde sólo pudo responder con represalias inocuas que nada conmueven a Netanyahu: declarar que se trata de una contradicción al protocolo y rehusar a reunirse con él. El pobre Kerry, que sólo días atrás se vio obligado a salir en defensa de Israel frente a la acusación palestina ante la Corte Penal Internacional, no podrá fácilmente desprenderse de la imagen de un servil tonto.
Esta última trama de Netanyahu sólo acentúa la impresión que ha decidido profundizar la toma de control en la administración norteamericana y de esta manera el continuo proceso de institucionalización de Israel como potencia supranacional. ¿Cuánto más necesita un ciudadano de cualquier país para no sentirse atraído por aquella diatriba que adjudica a los judíos el propósito de dominar el mundo con su dinero? Ojalá me equivoque.

Je suis Hollande

El presidente galo revirtió su alicaído índice de popularidad y fortaleció al oficialismo de cara a las elecciones departamentales de marzo. En Argentina, La Nación ponderó su accionar contra el terrorismo para criticar lo hecho por la Casa Rosada en el caso Nisman.

Je suis Hollande
Una intervención artística callejera a metros de la redacción del semanarioCharlie Hebdo sacude el paso cotidiano de los parisinos. Perimetrado con las clásicas cintas policiales que protegen la inviolabilidad de una escena criminal, un lápiz de dimensiones humanas mutilado en partes iguales recuerda la furia del yihadismo contra las caricaturas de Mahoma. A casi un mes de los atentados terroristas que pusieron a París en el centro de la agenda internacional, Francia retoma el pulso de una nueva cotidianidad, con cambios significativos en el orden cultural, editorial y, por supuesto, en el tablero político. Evidentemente, el país de Charles de Gaulle y François Mitterrand ya no es el mismo. La opinión pública parisina ávida de consumir noticias relacionadas con el asesinato de los famosos caricaturistas disparó las ventas de las mayorías de diarios y semanarios, que así han devuelto a la denostada pata gráfica el otrora rol de constelación central en el sistema de medios. En el mercado editorial, la nueva novela de la star literaria Michel Houllebecq –Sumisión, un relato ficticio sobre una Francia del futuro dominada por la comunidad musulmana, donde La Sorbona se convierte en una mezquita– se vende como pan caliente en todas las librerías.
Sin embargo, el hecho más significativo del nuevo escenario francés pasa por la inesperada recuperación política del presidente François Hollande. A fines del 2014, el devaluado líder socialista no llegaba ni a la categoría de cadáver político. Criticado desde su base partidaria por haberse convertido en el virtual “chico de los mercados” de la Canciller alemana Ángela Merkel en su comportamiento regional, lo que implicó una política doméstica austera en el ámbito público y el corrimiento del ala ministerial roja del oficialismo, Hollande languidecía en los sondeos. Sin embargo, el supuesto rol componedor del presidente en pos de recuperar el orgullo francés herido tras la masacre terrorista revirtió su alicaído índice de popularidad y fortaleció al Partido Socialista de cara a las próximas elecciones presidenciales, que hasta pocas semanas atrás parecía un menú dispuesto para sólo dos comensales: la derecha moderada de Nicolás Sarkozy y su versión triple x encarnada en figura de Marine Le Pen.
“Los franceses aplauden la buena gestión del Ejecutivo francés tras los tres atentados que dejaron 20 muertos. El presidente, que había caído a mínimos históricos a finales del año pasado, ha visto recuperarse su cuota de popularidad en diez puntos en apenas unos días. Con un 34% de opiniones positivas, Hollande recupera su mejor cuota de apreciación desde mayo de 2013, según el sondeo realizado por el instituto BVA para Orange e i-Télé.  El 47% de los interrogados ve positiva su capacidad para tomar las decisiones adecuadas, frente a sólo el 17% en noviembre pasado. En un contexto de unidad nacional, plasmada en la manifestación del pasado 11 de enero en París, a la que sólo faltó el ultraderechista Frente Nacional, el 39% le considera un mandatario unificador, cuando sólo lo hacía el 10% en noviembre. Por último, el 37% lo define como competente (el 21% lo hacía hace dos meses)”, pone en números la Hollandemanía el corresponsal del diario El País en Francia. “La repuntada de Hollande es un fenómeno rarísimo en la historia de las encuestas. El único caso parecido es el de François Mitterrand, que subió 19 puntos de popularidad durante la guerra del Golfo, entre enero y marzo de 1991”, concluye Frédéric Dabi, experto de la consultora gala Ifop.
Firme contra la barbarie terrorista, articulador de la dirigencia política nacional y valiente en haberle puesto el cuerpo a los hechos –acudió tempranamente a la redacción de Charlie Hebdo y encabezó la movilización internacional en París sin “usar chaleco de balas”, a diferencia de sus pares–, el líder del Ejecutivo galo parece estar escribiendo el nuevo manual de conducción para jefes de Estado en situaciones de conmoción nacional. Otros hechos colaterales a la enérgica respuesta estatal para desmantelar las células dormidas ancladas en París, como el apoyo de Hollande a las guerras de baja intensidad que la OTAN despliega en la región africana del Sahara-Sahel –previamente, definida por el Pentágono como un corredor del terrorismo islámico–, no parece conmover el corazón del parisino medio. Recapitulando, Francia sale a la calle y su sociedad recupera cierto ethos perdido para enfrentar la resaca de la masacre, Hollande sube como espuma en los sondeos, el antiquísimo Tratado de la Tolerancia, de Voltaire, escala al segundo puesto en venta de libros, la guerra sucia ejercida por el Eliseo en la periferia global no escala posiciones en la agenda nacional. Todo tiene que ver con todo.
“Con la urgencia y el coraje del caso, el presidente François Hollande se puso al frente de la difícil situación, como corresponde a un jefe de Estado que comprende las exigencias de su cargo y actúa con serenidad, sentido común y la justa cuota de decisión requerida”, editorializó una semana atrás el diario de los hermanos Saguier en una pieza titulada “El presidente de Francia y su liderazgo”. En el final de la nota editorial, La Nación proclama que: “Frente al dolor y el rechazo que generan los atentados terroristas, con su brutalidad característica, se necesita un temple particular para interpretar las necesidades de un país y sus habitantes. El singular contraste entre lo sucedido en materia de liderazgo en Francia y lo que acaba de ocurrir en la Argentina a causa de la más que dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman exime de mayores comentarios. La diferencia de calidad en esta materia es lamentablemente abrumadora”. La inesperada aparición de Hollande en la patria periodística criolla gracias al súbito enamoramiento del matutino porteño con la alta política gala tuvo su continuidad cuando el presidente francés anunció, oficialmente, esta semana, que reprogramaba su visita a Buenos Aires por “cuestiones de agenda”. Ese normal imprevisto diplomático fue música para los oídos de las corporaciones mediáticas locales que acusan al gobierno argentino de no haber elevado el tono lo suficiente para condenar con firmeza el fusilamiento de los caricaturistas franceses. “Me siento más fuerte, más firme. El país cambio y también la mirada hacia mi presidencia”, confirma Hollande en una entrevista cedida al diario Le Monde. París, y hasta la recoleta prensa argentina, le rinde honores al socialismo francés.

El repunte de François
47% de los ciudadanos franceses valora la capacidad del presidente para tomar decisiones rápidas en un contexto nacional difícil y sensible.
39% de la opinión pública gala pondera la actitud “unificadora” de Hollande para buscar denominadores comunes con los demás partidos.

La Nation
“El singular contraste entre lo sucedido en materia de liderazgo en Francia y lo que acaba de ocurrir en la Argentina a causa de la más que dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman exime de mayores comentarios”, editorializó, días atrás, el diario de los hermanos Saguier.

Foro de Davos Democracia, votos y capitalismo

Democracia, votos y capitalismo
Y, qué lindos! Dicen que están preocupados por todos nosotros –o sea, el 99% que no invitaron a su fiesta– y que harán lo posible por ayudarnos.
Algo apesta cuando los ricos de repente expresan su preocupación por la pobreza y el deterioro del planeta. Huele feo cuando 1700 jets privados aterrizan en los Alpes, donde los maestros del universo se juntaron en Davos para abordar el cambio climático y afirmaron, mientras consumían caviar, que la desigualdad económica tiene que remediarse.
Algo está sospechoso cuando políticos prominentes de ambos partidos en Washington, desde precandidatos presidenciales republicanos (Mitt Romney, Jeb Bush) hasta demócratas como el presidente Barack Obama –muchos de ellos millonarios– declaran que su nuevo enfoque es sobre la gente trabajadora y los pobres.
Oxfam emitió un informe en el que señala que si las tendencias actuales continúan, el 1% más rico captará más riqueza que el total del restante 99% para 2016. El año pasado, Oxfam calculó que el 1% más rico era dueño de 48% de la riqueza mundial y señaló que hoy día sólo 80 individuos tenían la misma riqueza neta que la de 3.500 millones de seres humanos.
Algo chistoso ocurre: partes de la cúpula económica y política se dan cuenta de que su juego está en riesgo, no por un poderoso enemigo ni por una ola revolucionaria, sino por su propia mano. O sea, están contemplando, horror, que tal vez Marx tenía razón. Nada menos que Christine Lagarde, directora administrativa del Fondo Monetario Internacional, en una conferencia empresarial en Londres el año pasado, citó al autor de El Capitalsobre que el capitalismo lleva las semillas de su propia destrucción, y señaló que en tiempos recientes el capitalismo “se ha caracterizado por el ‘exceso’”, lo cual no sólo llevó a la destrucción masiva de valor durante la gran recesión, sino también está asociado con el alto desempleo, tensiones sociales y una creciente desilusión política. Agregó que esto ha reducido la confianza en líderes, en instituciones y en el libre mercado.
No es la única voz de alarma. Multimillonarios como George Soros y Warren Buffett han repetido que el exceso y las consecuencias de la desigualdad ponen en jaque el juego capitalista (algunos conservadores los han acusado de traidores a su clase por atreverse a decirlo). Algunos empresarios y financieros también se han sumado, y todos ahora hablan de la urgencia de la inclusión de las masas (bueno, no de todas, tampoco hay que exagerar).
No se refieren sólo a los efectos de todo esto, ya tan documentado, en lo que aún se llama tercer mundo, sino dentro de los países supuestamente avanzados, cuyas consecuencias están a la vista en Europa y Estados Unidos. Aquí, en el país más rico de todos, a pesar de una recuperación económica de cinco años que generó 11 millones de empleos (aunque muchos de salarios inferiores), para la abrumadora mayoría los ingresos se han mantenido estancados, mientras el 1% más rico concentra cada vez más riqueza. Eso después de que en la gran recesión se perdieron ocho millones de empleos y millones más perdieron sus casas y sus ahorros, todo gracias a algunos de los maestros del universo reunidos en Davos y sus cómplices políticos en Washington.
Son los mismos que promueven políticas donde siempre hay dinero para la muerte (las operaciones bélicas y gastos de seguridad nacional siguen al alza), pero no para la vida. Por primera vez en 50 años, la mayoría de los estudiantes en las escuelas públicas de Estados Unidos viven en la pobreza. No hay fondos suficientes, dicen, para otorgar vivienda, alimento y salud para todos en el país más rico del mundo, donde casi 16 millones de niños viven en hogares con insuficiencia alimentaria (cifra que creció de 12,4 millones en 2008, cuando se inició la presidencia de Obama), y una cifra récord de familias sin techo. Todo esto con gobiernos republicanos y demócratas, o sea, resultado de un consenso bipartidista. Y aun así insisten en que el libre mercado, la libre empresa, el libre comercio y otras libertades son la solución.

Grecia La pulseada por la renegociación de la deuda

Para conducir la negociación regional con dureza y rigor técnico, el presidente Alexis Tsipras escogió como ministro de Finanzas a un duro, Yannis Varoufakis, de muy alto perfil académico.

La pulseada por la renegociación de la deuda
La llegada al gobierno de Grecia de un movimiento político nuevo y de izquierda ha generado enormes expectativas en la comunidad internacional. Fue sorprendente su crecimiento en pocos años, cuya adhesión se multiplicó a partir del deterioro económico y financiero de la sociedad provocado por los salvatajes aplicados por los partidos tradicionales (Pasok, socialdemocracia, y Nueva Democracia, conservador). El rechazo al sistema impuesto por los organismos europeos y con hegemonía de Alemania, liderados por un modelo de extrema ortodoxia macroeconómica férreamente conducido por Angela Merkel, fue el mayor incentivo en el triunfo alcanzado.
Syriza, un movimiento con un programa de 40 puntos políticos opuestos a la derecha, tiene como ejes fundamentales de gobierno renegociar la deuda enfrentando el modelo del Banco Central Europeo, BCE, el FMI y los bancos privados acreedores, cuyo esquema de política económica era el (fracasado) Consenso de Washington, hoy Consenso Europeo, para la reorganización de países en crisis (Irlanda, Portugal, España y hasta Italia y Francia, además de Grecia), terminar con los ajustes fiscales entre otras formas aplicando una reforma fiscal que amplíe los gravámenes en impuestos directos que deben pagar el 1% al 10% más rico de la población, subir el salario mínimo reducido en 25% por los gobiernos anteriores, frenar las privatizaciones de los sistemas estratégicos de producción y servicios estatales, reformar la salud (virtualmente privatizada y mercantilizada) y establecer nuevas reglas en la negociación internacional en el marco de la Europa unida.
Por las características de la crisis iniciada en 2010, la aceleración y desgaste de los gobiernos tradicionales y el emergente social que llevo a Syriza al gobierno, la batalla más importante es la renegociación de la deuda, hoy por encima del 175% del PIB griego. En la primera semana de gestión, Alexis Tsipras, un joven líder político de 40 años con reciente experiencia parlamentaria y larga militancia política desde sus años de estudiante secundario, con una fuerte formación teórica de izquierda y gran pragmatismo para llegar con su discurso a los jóvenes y la población más afectada, tiene más allá de su programa, uno de los desafíos más grandes para dar una batalla ideológica que, prima facie sin salirse de la UE, permita desafiar a los líderes dominantes con una solución que dote a Grecia de la salida para recuperar la actividad económica, establecer un marco alternativo de ingresos y retribuciones salariales y cree bases exitosas para las negociaciones equivalentes en socios que, como España y Portugal, se ven también asfixiados por el desempleo, la reducción salarial y las jubilaciones, el retroceso del gasto social y, como ocurre en Grecia, la caída del PIB, que en el caso analizado, implicó entre 2010 y 2015 una caída del producto de más del 24%, lo que de suyo expresa una de las mayores crisis en Occidente observadas en los últimos cien años.
Para conducir esa negociación con mucha dureza y rigor técnico, Tsipras escogió como ministro de Finanzas a un duro, Yannis Varoufakis, de muy alto perfil académico y en los medios de comunicación, de larga trayectoria y prestigio internacional logrado en Inglaterra, Australia y los EE.UU. como intelectual distinguido por ideas respetadas por la comunidad universitaria, y de persistente enfrentamiento con el enfoque de los mercados, dominante hasta estos días.
El debate que introdujo Varoufakis en los meses previos a tomar posición en el gobierno fue el de discutir la formación del excedente económico, la formación de capital, el desarrollo productivo, el empleo, y la disponibilidad de poder para enfrentar la solución impuesta por la Troika (UE y Banco Central Europeo, FMI y bancos privados) en una economía dominada por los servicios y la reducida o casi nula industrialización. El debate es quién financia la reconversión, y Syriza y Varoufakis pretenden que sea un flujo inverso, donde los recursos vengan de donde fueron los excedentes girados por la crisis.
Remesas de residentes en el exterior, turismo y tarifas generadas por el transporte marítimo internacional (uno de los grandes jugadores empresarios tradicionales que el nuevo gobierno busca “ordenar”) son las principales fuentes de riqueza que generan el valor agregado social nacional y el ingreso de divisas. A todas luces, aun cuando la población en el exterior es muy relevante y sus remesas son el sustento de una parte de la población, el desafío es emular a Turquía, con producción industrial, un centro financiero que articula Europa con Asia, etc., solo que Grecia no dispone como su vecino de una moneda propia.
El desafío de Syriza es en estas horas articular un cambio, devaluar sin ajustes estructurales ni bajas de salarios y usar los recursos fiscales (hoy con un superávit primario de más del 1,7% del PIB) para reactivar la economía y salir de la recesión.
Queda enfrentar a Europa para cambiar radicalmente el modelo de la Troika y su salvataje financiero y renegociación de la deuda. Varoufakis transita con un programa que llamó “Una Propuesta Modesta para superar la Crisis del Euro” (www.levyinstitute.org/ pubs/pn_11_03.pdf) En los días que vienen, señalando nada menos que al BCE y al Banco Europeo de Desarrollo, EIB, y otros multilaterales regionales, deben hacerse cargo con los bancos privados de renegociar no sólo los inminentes vencimientos de deuda programados, descremarla de los desatinos de los precios y tasas firmadas por los gobiernos conservadores, recomprar bonos y lograr una línea de liquidez del exterior provista por estos mismos organismos que aceite el financiamiento de manera inversa que como opera actualmente la desangrada Grecia, y de este modo recupere después de años de transferir pagos al exterior por servicios que generan recesión, desempleo, concentración del ingreso y ajustes fiscales en nombre de los designios de Merkel, la Troika y las clases poderosas de Grecia, que hoy se verán enfrentadas al nuevo gobierno.
Impuestos a los ingresos de las clases más poderosas con reforma fiscal, nuevos contratos colectivos y llevar el salario mínimo a € 751 de los 580 euros que rigen hoy el mercado de trabajo, junto a la deuda y a la integración europea, frenar las privatizaciones y dotar de fuertes incentivos al crecimiento en el mercado financiero, son premisas de política pública que Syriza aplicará no sólo mirando a Grecia, sino necesitando que Podemos en España y los grupos alternativos en Italia, Francia y otros países europeos acompañen a los griegos para poner freno a la ortodoxia neoliberal que reduce las expectativas de los sectores que pagan los ajustes y disminuyen la calidad de vida de sus habitantes.
Syriza trajo una bocanada de aire fresco a Europa y su éxito será seguramente el inicio de un ciclo que llevará a cambiar la política económica internacional, contribuirá a desarrollar una nueva arquitectura financiera y a crear un desafío que enfrente los consensos transitoriamente alcanzados.
Grecia va por los sueños, requiere de audacia y perseverancia, algo que mostraron incipientemente en su historia y en los primeros días de gobierno, pero que sus líderes saben será la llave del éxito de la izquierda progresista para volver a gobernar Europa

Grecia Syriza enfrenta a Bruselas

El flamante gobierno heleno cumple su palabra y aprueba las primeras medidas antiausteridad antes de reunirse con los acreedores internacionales.

Syriza enfrenta a Bruselas
La celeridad con la que se ha constituido el nuevo gobierno griego y con  la que se ha realizado el traspaso de poderes ha sorprendido a todos. Y la velocidad con la que el nuevo Ejecutivo presidido por Alexis Tsipras ha aprobado las principales medidas de emergencia prometidas durante su campaña electoral, han asombrado más aún.
En la noche del domingo 25 pasado, cuando aún se desconocía el resultado final de las elecciones generales griegas, decenas de politólogos especulaban en mesas redondas en radios y televisiones europeas sobre las posibles alianzas que Syriza podría establecer si se confirmaba su triunfo pero no alcanzaba la mayoría absoluta.
Pero muy pocos imaginaban que Tsipras tuviera todo tan planificado. En Europa se preveía que iban a ser unas negociaciones arduas y que eso añadiría aún más inestabilidad a Grecia e inquietaría a los mercadosfinancieros. Numerosas personas temieron un corralito y sacaron 11.000 millones de euros de los bancos.
Pero no habían pasado ni veinticuatro horas desde que se conociera el recuento final –Syriza consiguió el 36,3% de los votos contra el 27,8% de Nueva Democracia– cuando Alexis Tsipras aparecía en público junto a Panos Kamenos, líder de ANEL (sigla de Griegos Independientes), partido conservador pero antiliberal, para anunciar el acuerdo alcanzado entre los dos partidos para formar gobierno.
¿Por qué elegir a ANEL como socio de gobierno y no a otro partido de izquierda?, se preguntaron muchos. La alianza no es casual. ANEL es un pequeño partido escindido de Nueva Democracia por su izquierda, por negarse a aceptar las recetas ultraliberales que la troika imponía al Gobierno de Samaras para otorgarle los rescates financieros. 
ANEL y Syriza coincidieron durante años en la batalla contra las políticas de ajuste preconizadas por Nueva Democracia, sin mantener sin embargo una postura antieuropea ni a favor de la salida del euro, como sí proponían otras fuerzas de izquierda.
A pesar de que Syriza, un partido declaradamente de izquierda que ya en 2012 se quedó a las puertas de la victoria, tuviera más afinidad ideológica con otras organizaciones griegas, Tsipras valoró muy especialmente esa experiencia realizada con ANEL a la hora de elegir a su socio minoritario de gobierno. 
Syriza consiguió 149 escaños, dos menos para tener mayoría absoluta, por lo que necesitará de ANEL, que consiguió 13 escaños, como socio legislativo estable para acometer reformas del calado que ha prometido.
Tsipras paga ese apoyo con una cartera ministerial, la de Defensa, que ocupará el propio Kamenos –pero controlado de cerca por un equipo de confianza de Tsipras– y otros cuatro cargos de menor relieve. El nuevo gobierno reduce de 21 a 10 los ministerios por austeridad y eficacia, pero tres de ellos serán superministerios con competencias en distintas áreas económicas y financieras. Al frente de ellos ha puesto a prestigiados expertos económicos de izquierda. 
En el resto de Europa llamó mucho la atención que Tsipras no hubiera contado con ninguna mujer para su Ejecutivo y que sólo fichara a seis mujeres para distintos cargos del segundo escalón, pero en Grecia extrañó menos, ya que es uno de los países más machistas de la UE. En el Parlamento sólo hay 68 mujeres de un total de 300, 44 de ellas de Syriza, y también se ha propuesto una mujer para presidir la Cámara de Diputados.
Es de esperar que en la lucha por la igualdad de género el nuevo gobierno muestre también un cambio drástico con esa nefasta tradición nacional.
A pesar de las advertencias que Tsipras recibió del FMI y la UE antes e inmediatamente después de que se confirmara su triunfo, en cuanto a su obligación de “asumir los compromisos” económicos contraídos por gobiernos anteriores –que han endeudado al país en 321.000 millones de dólares–, el nuevo gobierno aprobó en su primera reunión del Consejo de Ministros un paquete de medidas de emergencia que ha irritado a sus acreedores y a los mercados pero que ha sido festejado por la población.
Cumpliendo a rajatablaba el Programa de Salónica de su campaña electoral, el gobierno ha aprobado el aumento de salario mínimo de 586 euros a 751; recupera el aguinaldo de Navidad para los jubilados con pensiones de menos de 700 euros; elimina el copago sanitario y da cobertura sanitaria a los tres millones de griegos que actualmente no la tienen. El gobierno ha aprobado igualmente recontratar a los 10.000 funcionarios públicos despedidos; restablecer la negociación sindical y los convenios colectivos y congelar la privatización de la electricidad y de puertos.
Syriza anula así varias de las medidas impuestas a gobiernos anteriores por la troika –UE, Banco Central Europeo y el FMI–; el Parlamento debe validar esas medidas, pero el gobierno cuenta con mayoría absoluta para ello.
La visita de los acreedores no se ha hecho esperar, y el jueves y viernes ya aterrizaban en Atenas representantes de Alemania y también del Parlamento Europeo. “No buscamos la confrontación, pero no aceptamos la sumisión”, advirtió Tsipras.
El nuevo gobierno griego no se amilana ante las presiones externas, e incluso en la primera reunión que mantuvo su canciller en Bruselas con sus homólogos de la UE, impidió que se votaran, tal como estaba previsto, nuevas sanciones contra Rusia por su intervención en Ucrania. Y otro gesto: tradicionalmente, el nuevo gobierno de Grecia recibe en primer lugar la visita del embajador de Estados Unidos, ahora, sin embargo, el primero ha sido el embajador ruso.
La UE está desconcertada ante el fenómeno Syriza y sus gobernantes sin corbata, y Mariano Rajoy es el más preocupado de todos por el estímulo que su victoria pueda suponer para organizaciones como Podemos, la fuerza política que podría terminar por disputarle el poder en noviembre próximo.
Los ataques políticos y mediáticos no dan tregua a los líderes de la nueva formación política española, y un día sí y el otro también hacen circular rumores y especulaciones de todo tipo sobre la vida personal y profesional de los jóvenes dirigentes de Podemos. “Es el todo vale”, dice su secretario general, Pablo Iglesias, “está claro que estamos en la diana de muchos y que la infamia y las agresiones irán en aumento a medida que se acerquen los procesos electorales de este año, contamos con ello”.