martes, 11 de noviembre de 2014

› OPERACIONES CON AUTOS DE LUJO Evasión de alta gama

La agencia de recaudación bonaerense (ARBA) investiga a 2500 contribuyentes que residen en la provincia pero radicaron sus vehículos de lujo en municipios neuquinos para evadir el pago de la patente. El fraude fiscal representa un perjuicio de 10 millones de pesos anuales. A diferencia de la mayoría de las provincias, en Neuquén la administración y fijación de los impuestos a los automotores está a cargo de las municipalidades. “Al aplicar gravámenes minúsculos, ciertos municipios se convierten en verdaderos paraísos fiscales donde algunas concesionarias de automóviles y gestores alientan la inscripción de vehículos de alta gama que son propiedad de habitantes de otras provincias”, indicó el titular de la ARBA, Iván Budassi.
Como parte de la maniobra de evasión, los vehículos son registrados como si estuvieran “en guarda” en las localidades neuquinas de San Patricio del Chañar, Vista Alegre y Añelo, cuando, en realidad, pertenecen a personas que viven y trabajan en diferentes provincias. De los 20 mil autos radicados en esos tres municipios, 2500 deberían tributar en la provincia de Buenos Aires. El resto correspondería hacerlo en la ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Río Negro, La Pampa y otras jurisdicciones, que también fueron perjudicadas.
El caso extremo del mecanismo de evasión en el Impuesto a los Automotores fue detectado por los agentes de la ARBA en la localidad de San Patricio del Chañar, donde figuraban inscriptos 1500 automóviles de alta gama pertenecientes a contribuyentes bonaerenses. Todos los vehículos poseían como lugar de guarda el mismo sitio: un terreno baldío propiedad del municipio. En idéntica situación se encontraban otros 6000 autos, propiedad de habitantes de otras provincias que también estaban radicados de forma ilícita en ese terreno. “En esta localidad de 6000 habitantes hay registrados 7500 vehículos en un solo terreno que es propiedad de la municipalidad”, indicó Budassi.

LA AFIP DETECTO MANIOBRAS DE SOBREFACTURACION DE EXPORTACIONES Treinta empresas suspendidas

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) inhabilitó el acceso al mercado cambiario y a realizar giros al exterior a 30 empresas. Las compañías suspendidas pretendían pagar servicios por fletes a empresas del exterior por montos incompatibles con su situación fiscal. Se trata de maniobras por 145 millones de dólares que les permitirían sobrefacturar los pagos para así fugar divisas. La mayoría de las firmas a las que el organismo recaudador suspendió el CUIT es agente de carga, los intermediarios en las operaciones de transporte y logística. La AFIP se reservó sus nombres porque las investigaciones aún se desarrollan en sede administrativa y no fueron derivadas a la Justicia.
Desde el organismo que encabeza Ricardo Echegaray indicaron que la medida no afecta la importación de bienes, sino que recae exclusivamente sobre los prestadores tercerizados del servicio de fletes. “Sólo restringe la operatoria de las firmas a cargo de los servicios, los importadores deberán contratar a otra empresa mientras sus operadores estén inhabilitados.” Además de bloquear los pagos solicitados vía Declaraciones Juradas Anticipadas de Servicios (DJAS) por las firmas suspendidas, desde la autoridad tributaria notificaron al Banco Central para que inicie las investigaciones correspondientes en el marco de la ley penal cambiaria. En ese caso se trata de una serie de giros de divisas ya efectuados que presentan las mismas irregularidades.
La sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones son mecanismos tradicionales para fugar divisas y eludir impuestos a escala global. Las tensiones cambiarias que emergieron en la plaza local a lo largo de los últimos dos años estuvieron acompañadas por la proliferación de esas conocidas prácticas abusivas. La semana pasada el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, apuntó contra empresas que “ejercen activamente el terrorismo económico a través de acciones de especulación sistemática”. Durante su informe bimensual desde la Cámara de Diputados, el funcionario denunció que firmas como General Electric, Maltería Pampa (productora de las cervezas Quilmes y Brahma, entre otras marcas) y Procter & Gamble estaban siendo investigadas por fugar divisas y evadir el pago de impuestos a través de la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones y la manipulación de los precios de transferencia.
“No es consistente pretender girar 100 mil dólares por costos de transporte en un conjunto de tran-sacciones si la facturación anual de la empresa asciende a 500 mil dólares. Son maniobras irregulares que indican la sobrefacturación del pago de los fletes para fugar divisas”, graficó un funcionario de la AFIP a este diario al explicar el motivo de las inhabilitaciones. El bloqueo del CUIT de esas compañías impide que accedan al mercado único y libre de cambios (MULC) para realizar cualquier operación con moneda extranjera. La decisión no afecta a los importadores. La AFIP informó que el 46,5 por ciento de los fletes bajo investigación se contrató con empresas radicadas en China, en tanto que el 24 por ciento se hizo con empresas de Hong Kong y el 23,5 por ciento restante con compañías radicadas en Estados Unidos.
“Las acciones sistémicas de control sobre pagos de servicios al exterior que se desarrollan mediante el análisis de las DJAS nos permiten contar con información anticipada respecto de los servicios contratados por empresas argentinas en el extranjero y aplicar las matrices de riesgo para evitar maniobras defraudatorias”, indicó el titular de la AFIP a través de un comunicado. “El análisis previo de contratos, facturas, balances y flujos de fondos mediante la Ventanilla Unica del Comercio Exterior de la AFIP determinó que se bloquearan 528 declaraciones anticipadas por 2662 millones de dólares”, agregó el administrador federal.
El organismo informó que mediante la utilización de la red de acuerdos internacionales con la que cuenta solicitó información a las administraciones tributarias y aduanas de los países adonde se pretendía abonar los servicios. Además, a través de la DGI, inició una inspección integral a las empresas argentinas y a sus socios y directores.

› EXTIENDEN EL CONTROL SOBRE LAS OPERACIONES ILEGALES DE DIVISAS. DOS FIRMAS SUSPENDIDAS, CUATRO CITADAS A DECLARAR A las cuevas se les sigue abriendo el techo

Por Cristian Carrillo
La cruzada oficial contra el mercado paralelo de divisas alcanza a todos los eslabones de una cadena que vincula desde grandes compañías exportadoras hasta improvisadas cuevas. Otra de las medidas fue la suspensión del CUIT a treinta empresas que fueron inhabilitadas para realizar giros al exterior (ver aparte). También ayer, luego de los allanamientos, suspensiones y denuncias penales realizadas a entidades financieras y cambiarias y sociedades de Bolsa por los distintos organismos de regulación, el Banco Central citó ayer a declarar a cuatro empresas de distintos rubros y, por primera vez, a nueve particulares por presuntas operaciones en el mercado ilegal de divisas. Según se publicó en el Boletín Oficial, las citaciones se efectuaron de acuerdo con la Ley de Régimen Penal Cambiario y otorga un plazo de diez días hábiles a los citados para que presenten su descargo ante la Gerencia de Asuntos Contenciosos en lo Cambiario del Central. Por su parte, tal como anticipó este diario, la Comisión Nacional de Valores (CNV) suspendió a las sociedades de Bolsa Arpenta y JR Bursátil debido a serios incumplimientos de las normas establecidas para el funcionamiento de los agentes, detectados semanas atrás durante inspecciones realizadas en conjunto con el Central y la Unidad de Información Financiera (UIF).
La falta de coordinación entre los distintos órganos de contralor, sumada a un esquema burocrático que generó un cuello de botella en el ingreso de denuncias en el Banco Central, según relatan los actuales directivos del organismo, derivó en que se “amontonaran” cerca de 80.000 expedientes. El reproche de la Presidenta por esta situación produjo cambios en la conducción de la autoridad monetaria. En las últimas semanas comenzaron a desempolvarse algunos de esos expedientes con denuncias. Esta situación se complementó con una actitud más proactiva dentro de las áreas de fiscalización y supervisión. Las citaciones del Central forman parte del arsenal de medidas contra la operatoria ilegal de divisas, que hasta el momento permitió en cuatro semanas reducir el precio del dólar marginal de 15,95 a 12,65 pesos (ver aparte).
En los edictos publicados en el Boletín Oficial se informa que se cursó citación a los particulares Roque D’Alleva, David Orlando Rojas, Rogerio Alves Toledo, Oscar Alfredo Hernández, Johnny Richyard Cespedes, Abelardo Cesar Tchordoukian, René Johannes Henricus Maria Kuipers y Juan Pablo Araya. Desde el organismo descartan que haya operativos que recaigan en particulares que adquieran divisas en el mercado ilegal o en los denominados arbolitos o prestanombres. En los casos citados, se trataría de incumplimientos mayores al régimen penal cambiario. Las empresas convocadas son Exporpet, Mar Argentino, Insumarket y Magycan Group. Los citados deberán comparecer ante la Gerencia de Asuntos Contenciosos, que se ubica en el 6º piso de Reconquista 250. En el caso de no presentarse, serán declarados en rebeldía. El día de la inspección en Arpenta, en la sala de reuniones se encontraba el abogado Horacio Liendo, hijo del militar del mismo nombre (participante como ministro en la última dictadura) y cerebro jurídico de Domingo Cavallo durante el menemismo. Liendo es actualmente asesor legal de Arpenta, como también de los bancos de la familia Eskenazi, la consultora Economía y Regiones y del Banco de Córdoba.
Por su parte, el directorio de la CNV dispuso las suspensiones de las sociedades de Bolsa allanadas la semana pasada, y en cuyos operativos se encontraron “serios incumplimientos de las normas establecidas para el funcionamiento de los agentes”, según comunicó el organismo que conduce Cristian Girard. Tal como informó Página/12, personal del Central y la UIF realizaron un operativo en las oficinas de Arpenta, con orden de allanamiento porque no quiso mostrar las cajas fuertes, señalaron fuentes de la Comisión. Las autoridades corroboraron la existencia de 48 cajas de seguridad, utilizadas para prestación de servicios a clientes. Se trata de una situación que excede el marco de actividades que puede desarrollar una sociedad de Bolsa en el contexto regulatorio del mercado de capitales, explicaron. La firma además no realizaba las auditorías obligatorias en materia de prevención de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, como establece la ley. También se verificó que no se acreditó en forma fehaciente la titularidad de los valores del tesoro de Arpenta Sociedad de Bolsa y Arpenta SA, lo que imposibilitó determinar el origen de los fondos allí encontrados por los inspectores. Asimismo, se encontró una importante suma de dinero tirado en el piso de una de las oficinas.
En el caso de JR Bursátil, con domicilio en la ciudad de Mendoza, esas inspecciones permitieron verificar que allí no funcionaba esa sociedad, sino las oficinas de Ripa y Asociados INT. Consulting Group. En cambio, JR Bursátil funcionaba en la ciudad de Mar del Plata. En las oficinas de la localidad costera los operativos detectaron mediante documentos firmados y boletas cobradas, que JR Bursátil estaba relacionada con las sociedades La Moneta Cambio y Forex Bursátil. En ese lugar se encontró una caja fuerte de pared y un montacargas que comunicaba el primer piso con el tesoro de la casa de cambio La Moneta, que operaba en el subsuelo del edificio, “evidenciando la falta de independencia entre las sociedades”, explicaron desde la CNV. JR Bursátil interviene en el mercado de capitales en carácter de agente de negociación y asesor, por lo que, según establece la ley, debe contar con una organización técnica y administrativa adecuada para el cumplimiento de sus funciones.

EL MUNDO › OPINION Dilma y su segunda presidencia

Por Eric Nepomuceno
Desde Río de Janeiro
Oficialmente, el segundo mandato presidencial de Dilma Rousseff empieza el 1º de enero de 2015. Pero estas dos semanas desde que logró la reelección frente al candidato de la derecha, Aécio Neves, fueron de vértigo y sacudón. Bajo varios aspectos, queda claro el difícil panorama que no sólo la mandataria sino todo el ambiente político y económico, y por consecuencia el país, vivirán en el futuro inmediato.
Por primera vez desde 2003, cuando Lula da Silva y el PT llegaron al poder, habrá una oposición firme y rabiosa. Aécio Neves logró 51 millones de votos, lo que significa 48 por ciento del electorado. Se siente fuerte y sabe que, para mantenerse como postulante, desde ahora, a las presidenciales del 2018, tendrá que ser la figura de proa de los insatisfechos con la actual situación. Hay un cierto malestar, alimentado por los poderosos conglomerados de medios de comunicación, la única oposición al PT organizada y actuante a lo largo de los últimos 12 años. Ahora, lograron una figura que incorpore el sentimiento antipetista, que alimentaron a extremos, principalmente en las clases medias y altas.
La muy dura y agresiva campaña electoral dejó secuelas y nadie se anima a decir cuándo serán superadas. En su discurso a la nación luego de los resultados, Dilma Rousseff convocó al diálogo. La primera respuesta de los derrotados vino del senador Aloisio Nunes Ferreira, el candidato a vicepresidente de Neves. Conocido por su temperamento explosivo, el legislador dijo que no aceptaba diálogo alguno. Luego de unos días, habló Neves, quien dijo que sólo acepta dialogar si es para investigar a fondo el escándalo de las denuncias de gruesa corrupción en la estatal petrolera Petrobras (ni una palabra sobre escándalos similares en las administraciones del gobierno estadual de San Pablo, que están por cumplir 24 años bajo dominio absoluto de su partido).
Este clima de tensión absoluta entre vencedores y vencidos se repite, aunque en menor grado, por el país. En el centro financiero y económico, San Pablo, una provincia conservadora, que siempre miró con desprecio a los ninguneados por el sistema basado en avaricia, ambición e injusticia social que desde hace siglos impera en Brasil, hay un odio palpable. Al menos dos manifestaciones callejeras, reuniendo a gente de clase media y media-alta, dejaron claro el grado de rabia de la que están impregnados los derrotados. Se oyeron voces contra la “dictadura del PT”, contra “la entrega de nuestro dinero a Cuba”, contra “el comunismo del gobierno” y, previsiblemente, se pidió el retorno de los militares al poder. Se pide a gritos que el Congreso abra un proceso para que Dilma sea alejada de la presidencia. Ese claro golpismo parlamentario es apoyado de manera descarada tanto por sectores de los partidos de oposición como por parte sustancial de la prensa.
En estas dos semanas que siguieron a su reelección, Dilma adoptó medidas que trató de postergar mientras duraba la campaña electoral. La tasa básica anual de interés subió de 11 para 11,25 por ciento, sorprendiendo hasta a los especuladores habituales de siempre, el llamado “mercado financiero”. La gasolina tuvo un aumento de alrededor de 3 por ciento, habrá cortes y ajustes en los gastos del gobierno. El dólar, mientras tanto, experimentó una significativa subida frente al real (esta semana, 3,6 por ciento). Hay una tremenda presión del sector productivo privado para que cambie la política económica. Las cuentas públicas están deficitarias, y a la muy posible excepción de la tasa de inflación, ninguna otra meta será alcanzada por el gobierno.
La composición política con los aliados es otro problema: a ejemplo del electorado, también el PMDB, mayor partido de la coalición de base, se dividió en la campaña. Claro que el PMDB jamás tuvo como característica otra cosa que el oportunismo y la poca confiabilidad, pero sin él nadie gobierna Brasil. Para mantenerse en el gobierno, exige más espacio y mayor participación, léase los ministerios con más presupuesto.
Para terminar, el nuevo Congreso, que inicia su período electoral en febrero, está más fragmentado que nunca, y supera al actual en conservadurismo. Hay claros indicios de que la tendencia será transformar la vida del gobierno en un verdadero infierno.
Si a ese escenario se suman otros componentes –las investigaciones sobre corrupción, las incertidumbres sobre los rumbos de la economía, las presiones internas en el mismo PT por más espacio, la pugna entre los grupos claramente reaccionarios, los liberales y los izquierdistas dentro de la misma y esdrújula alianza de base del gobierno–, será posible empezar a calcular las dificultades que esperan por Dilma y por el país de ahora en adelante.
Hay, sin embargo, un contrapunto sólido: el respaldo de la mayor parte de la población, el cambio profundo y las conquistas sociales experimentadas por Brasil desde que el PT empezó, primero con Lula y luego con la actual presidenta.
Esa, en el fondo, será la principal y verdadera base de apoyo del gobierno de aquí en adelante.

Denuncian graves irregularidades en la construcción del Metrobus Norte

Así lo denunció el Observatorio del Derecho a la Ciudad. Afirman que Rodríguez Larreta avanzó en un acuerdo con Vicente López sin que se haya expedido la Legislatura porteña.
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Por Observatorio del Derecho a la Ciudad

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) reconoció a través de nuevas documentaciones aportadas en la causa judicial, iniciada por el Observatorio del Derecho a la Ciudad e integrantes de la Asamblea de Inundados de Saavedra, que el Jefe de Gabinete de la Ciudad y candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad por el Pro, HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA, afirmó hechos falsos en la Resolución que llamó a licitación para la construcción del Metrobus Norte y comenzó a ejecutar un convenio entre la Ciudad de Buenos Aires y el Municipio de Vicente López, disponiendo alrededor de 220 millones de pesos, sin que éste tenga validez alguna por no estar aprobado por la Legislatura porteña.

La gravedad institucional y las ilegalidades en la construcción del Metrobus Norte no paran de cesar y demuestran que Rodríguez Larreta no ha respetado la autoridad constitucional de la Legislatura ni las competencias de autoridades autárquicas como la Agencia de Protección Ambiental (APrA).

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, firmó un Convenio Marco de Colaboración y Cooperación (Convenio N° 8/14) con el Municipio de Vicente López[3]. Tal como exige la Constitución de la Ciudad (Art. 80) remitió este convenio para su aprobación a la Legislatura Porteña el día 19 de Junio de 2014.

Rodríguez Larreta sin esperar que la Legislatura apruebe este convenio, o creyendo que se encuentra por arriba de la Legislatura y de su propio Jefe de Gobierno que remitió el convenio para su aprobación legislativa, firmó un Convenio Específico (Nº 15.811) con Vicente López el día 21 de Agosto de 2014, en ejecución u operativizando el Convenio Marco que no tiene existencia normativa aún.

Al firmar este Convenio no sólo avanzó sin que la Legislatura apruebe el Convenio firmado por Macri que el propio Macri respetando la Constitución remitió a la Legislatura porteña para su aprobación sino que también comprometió a la Ciudad de Buenos Aires a hacerse cargo de la totalidad de la obra del Metrobus Norte (alrededor de 220 millones de pesos) incluso poner recursos de la Ciudad para pagar la parte del Metrobus que corresponde a Vicente López (alrededor de 110 millones de pesos).

A Rodríguez Larreta no le importó el mecanismo institucional para que un Convenio Marco tenga validez legal (firma del Jefe de Gobierno + aprobación de la Legislatura) y, además, dispuso sin fundamentación alguna pagar con fondos de la Ciudad una obra millonaria en el Municipio de Vicente López, gobernado por el Pro.

Si esto fuera poco escándalo institucional, Rodríguez Larreta decidió seguir avanzando y llamó a Licitación Pública el día 29 de septiembre de 2014 para la Construcción del Metrobus Norte. Fundó la licitación en el Convenio Específico que no tiene validez alguna porque el Convenio Marco en el cual se basa tampoco  tiene validez alguna por no estar aprobado por la Legislatura. ¡La Licitación se sustenta en dos normas inexistentes!.

A Rodríguez Larreta no le basta fundar la disposición de alrededor de 220 millones de pesos de la Ciudad en normas inexistentes sino que también afirma HECHOS FALSOS en sus resoluciones provocando que hasta sus propios funcionarios tengan que salir a desmentirlo.

En la Resolución N° 792-MJGGC-14 que llamó a licitación pública para la Construcción del Metrobus Norte, Rodríguez Larreta afirmó que la Agencia de Protección Ambiental (APrA) había considerado la obra como "Sin relevante efecto". Es decir, que el APrA le había dado el OK ambiental sin necesidad de estudio de impacto ambiental y audiencia pública. Esto por sí solo, si fuese verdad, sería alarmante.

El APrA en la causa judicial informó que la obra nunca fue categorizada ni como "sin relevante efecto" o como "con relevante efecto" y que, por lo tanto, tampoco cuenta con Certificado de Aptitud Ambiental. Rodríguez Larreta hizo decir al APrA, máxima autoridad ambiental de la Ciudad, algo que nunca dijo.

La necesidad de avanzar con obras para inaugurarlas en plena campaña electoral y de mostrarse como un candidato exitoso, hicieron que Rodríguez Larreta desatendiera las competencias de la Legislatura, del ente autárquico de la Agencia de Protección Ambiental y haga un negocio escandaloso y sin fundamentos con otro candidato del Pro en Vicente López.

Nuevamente una obra del Metrobus nos muestra el irrespeto absoluto por la democracia y lo institucional de esta gestión de gobierno, y los intereses que nada tienen que ver con la necesidad de movilidad de los ciudadanos

México: los asesinatos de un Estado criminal

"Iguala, al igual que en el siglo XIX, se está transformando nuevamente en la cuna de la segunda independencia de México", asegura Norberto Emmerich.
Por Norberto Emmerich
Iguala, al igual que en el siglo XIX, se está transformando nuevamente en la cuna de la segunda independencia de México. Las movilizaciones reclamando la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa se están extendiendo por todo el país, y por todo el mundo. Los organismos internacionales le reclaman al gobierno mexicano por su bajo estándar de respeto a los derechos humanos. Los miles de movilizados en el zócalo capitalino sostenían que se trata de crimen de Estado, muchos piden la renuncia de un gobierno claramente agotado  mientras algunos funcionarios ya quieren retirarse.
Peña Nieto no estaba distraído atendiendo los intereses de las multinacionales petroleras o de los nacionales grupos de telecomunicaciones. No estaba ciego a los reclamos de seguridad y pacificación. No estaba dedicado a controlar la violencia a través de una estrategia de  medios. No planeó una maniobra de distracción, de obstrucción de justicia o de encubrimiento manifiesto. No disfrutaba los halagos del empresariado cautivado por las reformas. Muy por el contrario, Peña Nieto hizo lo que la elite mexicana siempre supo que debía hacerse: controlar a como dé lugar los Estados de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero.
Hernán Cortés, Estados Unidos y Francia invadieron México por el puerto de Veracruz, ese puñal geopolítico clavado en el heartland mexicano.
En las tres ocasiones, el poder instalado en la alta planicie de la ciudad de México vio en esas cuatro regiones el núcleo combativo al que debía dominar si quería gobernar un país geográficamente lleno de escondrijos, vericuetos y laberintos.
El EZLN en Chiapas, los maestros en Oaxaca, las autodefensas y los narcos en Michoacán, todos ellos en Guerrero fueron las manifestaciones más recientes de la importancia geopolítica de estos Estados.
La elite mexicana, aquella rancia estirpe de hombres que habla en castellano pero piensa en inglés, la que estudia estas cosas en profundidad, tiene una visión estratégica con límites precisos. Su mirada, enturbiada por cinco siglos de acumulación incesante, no puede ni quiere mirar más allá. Si México debe sobrevivir, lo que significa la sobrevivencia del México colonial y colonizado cuyos beneficios detentan, es moralmente justo y políticamente necesario que muera hasta el último mexicano si es preciso. Les preocupa el estallido social, no la desaparición de los normalistas.
Así como la revolución mexicana perdió todo rasgo revolucionario al llegar la pacificación, el priísmo peñista se alimenta del crimen (no de la violencia en general ni de la guerra en particular) como política de Estado. No es un Estado represor, como el de Echeverría, ni un Estado violador de Derechos Humanos, como el de Calderón. Es un Estado criminal, que comete delitos en forma sistemática para satisfacer imperativos geopolíticos en crisis. No es un Estado fallido, es un Estado de excepción, la definición más desnuda y estricta de lo que es un Estado.
Una crisis en Baja California o en Mérida puede ser tratada con ciertos rasgos democráticos. Una crisis en Chihuahua será reprimida con mayor fuerza. Una crisis en la zona de amortiguamiento (Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero) será resuelta en términos perentorios y excepcionales. Una crisis en la Ciudad de México ni siquiera puede nacer. Por eso Tlatelolco, el 1° de diciembre de 2012 o el ingreso policial a CU recientemente.
En los crímenes de Estado el asesino no es quien dispara (policías municipales), ni el jefe del pelotón (Abarca), ni quien encubre el hecho (Aguirre) sino quien planea la estrategia y emite la orden ejecutiva (Peña Nieto).
Y ¿qué es lo que amenaza a este México del priísmo peñista? Como siempre, ese triple fantasma tan temido que conjuga el cansancio, la historia y la revolución. Ese salvaje momento en que el cansancio de una historia centenaria de humillaciones se transforma en una marea revolucionaria que devora voluntades y desconoce temores.

Allí está Peña Nieto, una buena imagen para Televisa, un pésimo piloto de tormentas, parado en el timón de un barco (eso significa gobernar, manejar un buque), como si estuviera todavía en un spot de televisión.

"La relación entre narcotráfico y policía obliga a repensar el concepto de violencia institucional"

Manuel Tufro es el coordinador del equipo de “Políticas de Seguridad y Violencia Institucional” del CELS. Su visión sobre la creciente violencia en el cordón sur de la Ciudad de Buenos Aires.
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Por Santiago Asorey e Ignacio Ramirez Charré
En los últimos meses se registró en los barrios del sur de Capital Federal una serie de asesinatos de jóvenes pobres. El incremento de la violencia da cuenta de cuáles son los sectores sociales más castigados y también de las complejas relaciones de connivencia entre la policía y las organizaciones criminales, en especial las ligadas al narcotráfico. Son crímenes ejecutados por las fuerzas de seguridad o por bandas criminales que muchas veces actúan en zonas liberadas.
Se trata de un aspecto silenciado del fenómeno de la “inseguridad”. Para los medios de comunicación, en cambio, esos sectores pobres suelen ser los responsables de la violencia, no sus víctimas. AGENCIA PACO URONDO charló con Manuel Tufro, coordinador del equipo de “Políticas de Seguridad y Violencia Institucional” del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
APU ¿Qué lectura hace de la situación de violencia en los barrios del cordón sur de la Capital en los últimos meses? En muchos casos se trata de casos que prácticamente no son difundidos por los medios ni los especialistas.
MT: Tenemos algunos indicios de que la situación de violencia en la zona se estaría complicando en el último año. Creo que acá habría que distinguir dos cuestiones que, al mismo tiempo, están unidas en algún punto. Por un lado, las dinámicas de violencia interpersonal o criminal y, por el otro lado, las dinámicas de violencia institucional, que a veces, obviamente, aparecen mezcladas con mercados de ilegalidad.
Digo que hay que separarlo por lo siguiente: cuando en junio del 2011 empieza el ‘Operativo Cinturón Sur’ con el desembarco de Gendarmería y Prefectura, lo que sucede, según la mayor parte de los testimonios que hemos recogido en la zona, es un descenso bastante importante de la violencia explícita u ostensiva. La situación de los tiroteos cotidianos, la imposibilidad de circular por los pasillos, se modifica para mejor. Se desplaza a la Policía Federal del patrullaje en estos barrios, entonces disminuyen también ciertos tipos de abusos de violencia institucional muy ligados a la historia de la Policía Federal en esos barrios. A la historia de comisarías como la 52, que tiene un historial extenso de casos de ejecuciones y abusos.
APU: ¿Cómo fue la relación de la Gendarmeria y la Prefectura con los vecinos?
M. T.: Tuvieron lugar otra series de problemas, que tienen que ver con la convivencia cotidiana de fuerzas como Gendarmería y Prefectura con los habitantes de estos barrios. Son fuerzas más militarizadas que la Federal y pasan a tener una presencia permanente en estos barrios. Eso no ocurría antes.
Lo que se veía ahí era una forma de violencia que nosotros denominamos de “baja intensidad”. Es decir, que no se manifestaba en casos de gatillos fáciles o ejecuciones. Se manifestaba en casos de abuso cotidiano muy sostenido sobre una parte de la población que eran los jóvenes y los consumidores de drogas. Esa era la situación que nosotros veíamos en el 2011/2012.
En los últimos meses hay una descomposición de este operativo y aparecen de nuevo ciertos vicios de la Policía Federal, como el no patrullaje en el interior de los barrios. Y aparece de nuevo la violencia cotidiana relacionada a una forma de violencia entre bandas ilegales, que vuelve a cobrar una visibilidad que había quedado atenuada. Particularmente, a partir de lo que pasó con el caso de Kevin Molina en Zavaleta. De nuevo queda expuesta la realidad de zonas liberadas, movimientos de bandas que no están siendo controladas por la presencia de Gendarmería y Prefectura. Hay indicios de un crecimiento de la violencia en todo sentido en la Zona Sur de la ciudad de Buenos Aires.
APU: Si tuviera que hacer un balance de lo actuado por Gendarmeria y Prefectura: ¿Cuál sería?
M. T.: No tenemos una evaluación sistemática como la teníamos en el 2012, cuando habíamos hecho todo un trabajo de campo sobre el tema. Pero los relatos que registramos tienen que ver con esto: cierto repliegue de la Gendarmería, menor presencia, falta de patrullaje hacia el interior de los pasillos. Más bien, una vigilancia perimetral de los barrios. Es esto lo que se percibe. Y esto es lo que deja el terreno para las disputas territoriales, entre distintos mercados de ilegalidad y distintas bandas.
APU: ¿Cómo enfrentan las organizaciones sociales y territoriales este fenómeno de violencia creciente?
M. T.: Es un fenómeno que se nos está presentando en los últimos tiempos, no solamente en Capital Federal, sino también en el conurbano, en Rosario y en Córdoba. Es un fenómeno de violencia de bandas asociados a mercados ilegales que empieza a afectar la acción de organizaciones sociales y territoriales. Estas bandas casi siempre tienen protección policial y política.
En el caso del CELS, estamos repensando la cuestión de la violencia institucional. Para nosotros, la violencia institucional estaba asociada históricamente al personal uniformado o fuera de servicio; ahora esta violencia aparece de forma más difusa, o tercerizada en bandas que ejercen formas de violencia donde no están directamente implicados agentes del Estado. Pero claramente tienen protección o, al menos, convivencia con el Estado.
APU: Más allá de las fuerzas de seguridad, ¿Qué rol desempeña el Estado?
M. T.: Hay una dificultad muy grande del Estado para brindar protección en el territorio a las organizaciones sociales, a las víctimas de estas bandas criminales. No hay instancias a la cuales recurrir. Muchas veces, ir a la propia policía es contraproducente por estas relaciones de convivencia que hay con estas bandas. Y por fuera de la Policía es muy difícil pensar en otras instancias.
Es muy difícil el acceso a la justicia en los barrios, a pesar de que hay algunos ejemplos e iniciativas incipientes, pero interesantes. Tanto en la zona sur de la ciudad con Atajo, como en Rosario con algunos Centros de Acceso a la Justicia que se han montado también. Pero son todas cuestiones todavía muy incipientes frente a una sensación de desprotección de las organizaciones sociales que se encuentran frente a un fenómeno para el cual no están preparadas para responder. Su antagonista histórico era el Estado, y en esta situación no aparece como una cara visible.
Esta situación se da en un contexto en el cual aparece la idea del avance del narcotráfico como una amenaza para todo el país: el nuevo enemigo. El narcotráfico aparece construido de forma homogénea pero, en realidad, no se sabe bien qué es. Y en la forma que se tematiza en los grandes medios de comunicación y en la comunicación política, aparece totalmente soslayado el papel de las fuerzas de seguridad en la producción y reproducción de esta red de ilegalidad.
Entonces, por un lado, hay un discurso muy alarmista respecto al avance del narcotráfico y, por el otro, se hace muy poco para afrontar los verdaderos problemas; no solamente en relación al narcotráfico, sino en otros mercados ilegales, como el tráfico de armas en los barrios pobres.
APU: ¿Qué debería hacer el Estado para poder intervenir de forma rápida?
M. T.: El desafío de intervención sería que el Estado pudiera tener una presencia territorial permanente, bajos las formas de políticas de prevención de consumo de droga. Pero también políticas de protección frente a los embates que sufren organizaciones sociales y vecinos de los barrios por parte de las bandas. Por otro lado, una política criminal diferente a la que se implementa en estos momentos y que apunte a desarmar estas redes; que no se fije tanto en el microtráfico, o en el pequeño transa, que es rápidamente reemplazable, si no que apunte a desarmar las redes. Esto no se logra con la saturación policial, sino con la inteligencia, la investigación compleja. Toda una serie de cuestiones que representa un gran desafío para las fuerzas de seguridad y para la Justicia.
APU: Por último, ¿Qué lectura realizan del cambio de la causa de Luciano Arruga a partir del encuentro de su cuerpo?

M. T.: La identificación del cuerpo de Luciano abre, en realidad, todo un nuevo terreno de irregularidades y oscuridades en torno al funcionamiento burocrático, que se suman a las que ya conocíamos y que había iluminado la misma causa. Toda la cuestión de las irregularidades policiales se suma a todas las denuncias sobre hostigamiento y reclutamiento que ya se conocían y que son problemáticas que siguen absolutamente vigentes. Se suman, también, las dificultades de la Justicia para investigar. El CELS está impulsando el juicio político a dos fiscales que intervinieron, y al Juez que había intervenido desde la provincia de Buenos Aires en la causa