domingo, 9 de noviembre de 2014

EL PRESIDENTE DE EE.UU. AUTORIZO EL ENVIO DE 1500 “CONSEJEROS MILITARES” Y DIJO QUE NO ENTRARAN EN COMBATE Obama manda tropas a Irak, pero con otro nombre

La Casa Blanca pidió además 5600 millones de dólares adicionales al Congreso para combatir al EI. Los efectivos empezarán a viajar a Irak en las próximas semanas y duplicarán la presencia militar estadounidense en ese país.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó ayer el envío de 1500 consejeros militares adicionales a Irak, según la Casa Blanca, “para entrenar” a las fuerzas iraquíes y kurdas que combaten al Estado Islámico (EI). Esta cifra duplica el número de tropas estadounidenses en el país, informó el propio gobierno. “Como parte de nuestra estrategia para fortalecer a nuestros aliados en el terreno, el presidente Obama autorizó hoy (por ayer) el despliegue de hasta 1500 integrantes del personal militar estadounidense”, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado. El anuncio se conoció en el transcurso de la reunión entre Obama y congresistas demócratas y republicanos.

Según el vocero del gobierno, esas tropas no combatirán en el terreno y servirán “para entrenar, aconsejar y asistir a las fuerzas de seguridad iraquíes, incluyendo las fuerzas kurdas”, añadió. Algunos de los consejeros se desplegarán en la provincia de Anbar, donde el ejército de Irak fue forzado a replegarse ante el avance de los jihadistas, dijo un funcionario de Defensa bajo condición de anonimato.

El mismo funcionario informó que algunos de los efectivos empezarán a viajar a Irak en las próximas semanas. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, recomendó a Obama realizar esta maniobra basándose en un pedido del gobierno iraquí y con el asesoramiento del Comando Central estadounidense, que supervisa la ofensiva aérea contra el grupo extremista, de acuerdo con el Pentágono.

La Casa Blanca pidió además 5600 millones de dólares adicionales al Congreso para combatir al EI, informó por su parte el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca, Shaun Donovan, en un comunicado. El pedido incluye 1600 millones de dólares para establecer un fondo para entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad iraquíes, incluidas las tropas kurdas, ya que trabajan con el gobierno de Irak para enfrentar al EI.

Earnest subrayó que la estrategia de Estados Unidos para combatir al grupo islamista se centra en “construir las capacidades” de las tropas locales que luchan sobre el terreno contra los jihadistas del EI, que se establecieron en una franja de territorio en Irak y Siria. “Hemos estado dando este apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes a través de programas de asesoría y asistencia; provisión de armas, equipo e inteligencia; y ataques aéreos con nuestra coalición de socios para ayudar al éxito de nuestros aliados iraquíes”, agregó el funcionario.

Acusado de limpieza étnica y de crímenes contra la humanidad por la ONU, el grupo Estado Islámico aprovechó la guerra civil en Siria y la inestabilidad de Irak para hacerse con vastos territorios de ambos países. Estados Unidos lanzó una campaña aérea de grandes dimensiones contra este grupo, en Irak, el 8 de agosto y otra, en Siria, el 23 de septiembre.

Washington cuenta actualmente con cerca de 1400 militares en Irak, repartidos entre personal que protege las instalaciones diplomáticas estadounidenses y asesores que colaboran con las fuerzas locales, destacó ayer El País de España. “Estados Unidos dispone de dos centros de operaciones, en Bagdad y Erbil. Los 1500 militares adicionales se instalarán en otros nuevos centros, cuya ubicación no reveló el Pentágono. Y en nuevas bases de entrenamiento en el norte, oeste y sur de Irak. En estas bases, según Washington, también habrá personal de los países occidentales que participan en los bombardeos contra el EI en Irak”, aseguró el diario español.

Los extremistas del EI, que dominan amplias zonas de Al Anbar desde principios de este año, lanzaron una ofensiva relámpago en el norte de Irak en junio y proclamaron un califato en los territorios bajo su control en el país y en la vecina Siria. El grupo jihadista asesinó a principios de mes a más de cien miembros de la tribu Albunamr, entre ellos mujeres y niños, al norte de Ramadi, capital de la provincia iraquí de Al Anbar.

La tribu sunnita –la misma rama del Islam a la que pertenece el EI– había resistido las embestidas de EI durante semanas y había pedido armas al gobierno de Bagdad, de mayoría chiíta. La semana anterior, los miembros de la tribu se quedaron sin municiones y con pocas reservas de alimentos y combustible. Los combatientes jihadistas los cercaron en la ciudad de Zauiyat Albu Nimr y comenzaron las ejecuciones.

Al menos 1273 personas murieron y 2010 resultaron heridas por actos de terrorismo y violencia cometidos durante octubre en Irak, según los últimos datos de la misión de las Naciones Unidas en ese país (Unami).

En tanto, el EI cerró la mayoría de los colegios de la provincia siria de Deir Ezzor (noreste) para reemplazar los programas escolares y evaluar los conocimientos que los docentes tienen de la sharia (ley islámica). Según informó ayer el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, cuya sede se encuentra en Londres, los directores de las escuelas fueron notificados de las nuevas medidas en una reunión mantenida hace dos días en una mezquita de la población de Al Mayadín, en el este de Deir Ezzor.

De acuerdo con lo planeado, los profesores serán examinados durante un mes para probar sus conocimientos de la ley islámica, en la mezquita de Rauda, en esta localidad. Mientras tanto, en la ciudad de Al Bukamal, fronteriza con Irak, el EI anunció el jueves a los maestros que era su último día de clase y que tenían que unirse a sus sesiones de ley islámica, que serán impartidas hasta que esté preparado el nuevo programa escolar.


Carta secreta

Barack Obama escribió el mes pasado una carta “secreta” al líder supremo iraní, Ali Jamenei, según publicó el diario The Wall Street Journal. En la carta, enviada al parecer a mediados de octubre, el presidente estadounidense proponía dos cosas: llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní lo antes posible y colaborar en la lucha contra el Estado Islámico. Ambas cuestiones irían de la mano, para alcanzar un acuerdo antes del 24 de noviembre, que es cuando expira la actual fase negociadora y antes de que el Congreso proponga nuevas sanciones económicas contra Irán, como es probable que ocurra con la nueva mayoría republicana. La revelación del The Wall Street Journal sugiere que Obama temía la victoria de los republicanos en las legislativas. Los intereses de Estados Unidos e Irán convergen especialmente en Irak, donde ambos países apoyan al gobierno de la minoría chiíta. Según el diario, altos funcionarios estadounidenses valoraban recientemente las posibilidades de que hubiera acuerdo sobre el programa nuclear iraní en un 50 por ciento. El carácter privado de la carta se debe, evaluó la publicación, por la mala relación de Irán con dos aliados clave de la Casa Blanca: Arabia Saudita e Israel.


Felicita a los republicanos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió ayer en la Casa Blanca con líderes demócratas y republicanos del Congreso, por primera vez tras las recientes elecciones, en las que la oposición recuperó el control del Senado. Entre los 16 asistentes estuvo el legislador Mitch McConnell, quien está previsto sea el jefe de la nueva mayoría senatorial a partir de enero próximo, así como el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ambos republicanos. El líder demócrata llamó a trabajar conjuntamente.

El mandatario felicitó a los republicanos “por realizar una campaña muy fuerte” y reconoció que los resultados de estos comicios mostraron que los estadounidenses están frustrados por la falta de acción de sus gobernantes y quieren más cooperación entre ambas agrupaciones políticas. “Todos tenemos que hacer las cosas bien, pero la responsabilidad es mía en particular”, añadió Obama. Además, prometió que en sus dos últimos años en el cargo juzgará las iniciativas de gobierno sobre la base de su factibilidad y no porque “vengan de los demócratas o los republicanos”. En declaraciones a la prensa antes de una reunión de gabinete previa al almuerzo, Obama dijo que él y el Congreso podrían encontrar terreno común en materia de economía y empleos, así como impulsos a la industria y las exportaciones. “En todos estos temas existe una fuerte posibilidad de cooperación bipartidista siempre que dejemos de lado la política por el momento y nos concentremos en la gente que nos envió aquí”, dijo.

Añadió que siempre tuvo la actitud de que las buenas ideas no provienen necesariamente de un solo partido. “Tengo muchos deseos de reunirme con los dirigentes, tener la oportunidad de decirles lo que creo que debemos hacer para aprovechar el actual impulso económico”, expresó Obama. “Pero también –subrayó– me interesa escucharlos, saber en qué terrenos podemos avanzar juntos.”

08/11/14 Página|12

Countries: las identidades suburbanas y la construcción del "Otro"

Por Juan Carrá
Foto Télam

Para la socióloga Cecilia Arizaga, en los countries se configura un nuevo sujeto social que se aleja del afuera y comienza a pensar a quien no está adentro como un “otro” hostil y peligroso. Infojus Noticias conversó con ella sobre este proceso de urbanización que explotó en la Argentina de los ’90, donde un muro separa la opulencia de la pobreza visible. 

¿Qué hay detrás de los muros? Además de casas de lujo, inmensos parques, lagunas, canchas de golf, detrás de los muros hay historias que encierran mucho más que anécdotas de las familias que decidieron ese estilo de vida. Detrás de los muros se configura un nuevo sujeto que se aleja del afuera y comienza a pensar a quién no está adentro como un “otro” hostil y peligroso. Además del impacto medioambiental que redundó, entre otras cosas, en las inundaciones pasadas por la crecida del Río Luján, los countries tienen un impacto social que afecta a toda la zona.

Para la socióloga Cecilia Arizaga–investigadora y directora de la carrera sociología de la UCES–, especialista en el impacto social que generan los barrios cerrados este proceso de suburbanización es global, pero tienen características especiales en Argentina. “Se concentran en espacios en los que al mismo tiempo aparecen bolsones de pobreza, de sectores medios empobrecidos, que conviven en el espacio geográfico, físico, con estas nuevas urbanizaciones de sectores medios ascendentes”, explicó.

La privatización del espacio público, el extrañamiento del otro y el deseo de pertenecer a cualquier precio son algunas de las características que Arizaga explica en diálogo con Infojus Noticias.

Paraguay: de la colonia al desarrollo autonómico

"Si bien puede ser aventurado hablar de socialismo de Estado, resulta indudable que Paraguay experimenta una modernización que no es habitual en el resto de las ex colonias españolas, o más aun, dicha modernización se logra sin hipotecar la nación ni entregarse de pies y manos al imperialismo británico".
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Por Claudio Sacco y Esteban Chiaradía*
La Provincia del Paraguay, una vez comprobada su carencia de metales preciosos, quedó abandonada a su suerte. Sin nuevos contingentes importantes de españoles, la población paraguaya mostró un temprano y profundo mestizaje que fue socavando el predominio peninsular característico del resto de la América hispánica. Esta población fue adquiriendo una conciencia protonacional en base al idioma guaraní, la creciente identidad del campesino/soldado en defensa del territorio frente al indio y los bandeirantes brasileños, el rechazo a la competencia desleal de los jesuitas, la protesta por el abusivo monopolio de la ciudad de Buenos Aires y las altas tasas que cobraba a los productos paraguayos y por las exigencias de asistencia militar a la fachada atlántica. Este sentimiento se hizo patente en las revueltas comuneras (1717-1735).
El proceso juntista de Buenos Aires coloca a la provincia ante un dilema en el cual amplios sectores populares definen el enemigo en primer orden: la oligarquía porteña. Eso explica que Paraguay continuara leal al gobernador realista hasta que la invasión porteña de Belgrano es derrotada en Tacuarí, dejando en evidencia la debilidad del gobierno colonial y la gravitación de los oficiales de milicias provenientes de las capas populares. La revolución de 1811 da lugar a un gobierno independiente de hecho que conduce a un enfrentamiento con Buenos Aires, y es en ese marco que el Dr. Gaspar Rodríguez de Francia asciende como dictador con fuerte apoyo popular en Congresos donde la población rural va imponiendo su voluntad por sobre la élite asunceña (a diferencia de los congresos de otras colonias españolas sudamericanas). Así, Paraguay es la única provincia que rompe con sus dos metrópolis.
La política del Dr. Francia apuntó a la defensa de la soberanía exterior, a preservar el territorio heredado de la colonia, lograr la libre navegación de los ríos y sostener la independencia paraguaya en un plano de igualdad tanto frente a Inglaterra como al complejo rioplatense y el siempre amenazante Brasil. Así, las prioridades fueron la defensa nacional y las actividades industriales y comerciales ligadas a atender las fuerzas armadas.
Como respuesta a las presiones y el bloqueo impuesto por Buenos Aires, el Dr. Francia reguló el comercio exterior, fijando los precios el Estado y otorgando permisos especiales sólo a los comerciantes que exportaban los frutos del país e importaran armas y municiones. Esta medida, sumada al establecimiento del Estado como heredero de los bienes de extranjeros y la nacionalización de la iglesia, asestó un golpe mortal a la oligarquía exportadora destruyéndola como clase social. El último intento de esa oligarquía alentada por el convulsionado escenario rioplatense fue la Gran Conspiración de 1820 que culminó en un fracaso.
Se crearon las Tiendas o Almacenes del Estado, que adquirían sus importaciones por medio del trueque con sus exportaciones, sin incurrir en déficit de la balanza comercial. Se prohibía la salida de oro, plata, mulos y caballos. Y al quedar en manos del Estado la mayor parte de las tierras, se crean las Estancias de la Patria, que permiten redistribuir carne y otros alimentos a la población, además de atender necesidades del ejército.
Con Carlos Antonio López (1844) se buscó establecer un nuevo equilibrio, por lo que se intentó una liberalización controlada del sistema comercial. López impulsó tratados con Corrientes (1841 y 1842) para la libre navegación y un mercado regional. Pero la inestabilidad política y económica que vivían sus vecinos fue un claro limitante a este giro.
Con el ascenso de Urquiza, la Confederación Argentina abolió los impuestos interprovinciales, decretó la libre navegación de los ríos y en 1853 reconoció oficialmente la independencia del Paraguay. Esta coyuntura favorable fue muy bien aprovechada por López, quién firmó tratados comerciales con varios países y reabrió el comercio con Mato Grosso (territorio paraguayo apropiado por Brasil). Pero las malas experiencias con los inversores estadounidenses provocaron el cierre de esta tenue apertura liberal. López, entonces, estableció el monopolio del Estado sobre la yerba, la madera, los cueros y productos del ganado.
El rápido desarrollo del Paraguay y su terca independencia enfrentó una serie de episodios militares y diplomáticos provocados por Inglaterra, EEUU y Brasil, preludio de la guerra que pronto aniquilaría al país. La Baring Brothers ya comenzaba a destinar fondos a Brasil para la futura guerra.
En 1853-54 Francisco Solano, hijo del presidente López, realiza una gira oficial por Europa y regresa con un buque de guerra comprado allí, un equipo de ingenieros y técnicos, y con insumos de capital, materias primas y material militar. A partir de allí, y en base al desarrollo económico logrado durante el gobierno de su padre que se sostiene en las políticas de estado del período francista, Paraguay experimenta un rápido crecimiento (ferrocarril, telégrafo, industria siderúrgica, astilleros, arsenal, escuelas, etc). Todo esto logrado prácticamente sin endeudamiento externo.
Algunos historiadores han visto en esto una industrialización sui generis, tal vez exagerada. Otros negaron rotundamente los hechos en base a que los López no adoptaron el librecambismo en boga. Si bien puede ser aventurado hablar de socialismo de Estado, resulta indudable que Paraguay experimenta una modernización que no es habitual en el resto de las ex colonias españolas, o más aun, dicha modernización se logra sin hipotecar la nación ni entregarse de pies y manos al imperialismo británico.
Tras Pavón y el ascenso de Mitre, el escenario regional cambia. El gobierno popular de Berro en Uruguay buscaba oponer la alianza Montevideo/Paraná/Asunción frente al eje Buenos Aires/Río de Janeiro financiado por el capital británico. Paraguay necesita sostener la independencia oriental para exportar sus productos. En 1863 Mitre lanza al traidor Venancio Flores en una “cruzada libertadora” contra Berro. Brasil interviene. Las provincias argentinas se agitan. Sarmiento sentencia:"Es preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana, en referencia al pueblo paraguayo. En unos años Paraguay pasará de la independencia a la dependencia.
*Docentes de Problemas de Historia Americana / Historia del Paraguay FFyL-UBA

El Karaí Guasú Gaspar Rodríguez de Francia

El pasado 22 de setiembre se cumplieron 174 años de la muerte en Asunción Gaspar Rodríguez de Francia, que sin haber declarado la independencia del Paraguay puede con justicia ser considerado el padre de la misma, así como el principal artífice de su secesión de las Provincias Unidas.
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Por Teodoro Boot
El caso de este doctor en Teología y Filosofía no será raro en la historia de América. Denostado hasta la infamia y la tergiversación por las gentes decentes y principales (hasta el punto de haberse destruido el monumento que señalaba la ubicación de sus restos, cuyo paradero en la actualidad se desconoce) fue intensamente amado por los hombres y mujeres sencillos, hasta el punto de que sólo otras dos personalidades recibieron el honroso título de Karaí Guasú (Gran Señor o Señor Grande) por el que los pueblos de linaje guaraní conocieron a quienes habían sido sus líderes y benefactores: José Gervasio Artigas y Francisco Solano López.
Y por esas cosas del azar o acaso de la clarividencia popular, el destino de estos dos hombres estuvo signado por la elección que hizo Francia ante las opciones que se le presentaban al Paraguay de su época.
Paraguay en 1810
Para el momento en que tiene lugar en Buenos Aires la Revolución de Mayo, Asunción ocupaba el lugar de la última de las periferias de un sistema extractivo que tenía como embudo el puerto de Buenos Aires, gobernado por una bur­guesía intermediaria, dueña del negocio de la importación y exportación, y por intelectua­les y políticos imbuidos de la ideología de la Ilustración y seducidos por las teorías del liberalismo económico británico.
Tradicionalmente satélite de Cádiz y concentradora de las riquezas producidas por el conjunto del virreinato, Buenos Aires se integra con facilidad como satélite al siste­ma del Imperio Británi­co. Desde allí se exportan las ma­terias primas producidas en el interior y se importan las manufacturas inglesas que luego se revenden en todo el ámbito de las Provincias Unidas. Y así como In­glaterra es metrópoli de Buenos Aires, ésta es, a su vez, submetrópoli de las capitales de provincia donde actúan burguesías interme­diarias asociadas a la de la gran ciudad-puerto.
El historiador uruguayo Vivian Trías lo explicaría así: “Las capitales de provincia ope­ran según la misma ambigüedad de Buenos Aires. Son satélites de aquélla, pero submetrópolis de los pueblos y villas de la campaña. Y éstos, a su vez, son satélites de las capitales provinciales y submetró­polis de su periferia rural. De esa manera, una cadena de metrópolis-satélites y satélites-metrópolis ar­ticula los intereses de la City londinense con el trabajo de los pro­ductores rurales, los peones, arrie­ros, pastores, boyeros, etc.”
Pero no se trataba únicamente de que se mantuviera constante el flujo de materias primas hacia la metrópoli de ultramar y de que, por la misma ruta, en sentido inverso, las manufacturas inglesas fueran libremente comercializadas sino de que, siguiendo a Trías, “cada economía creciera ‘hacia afuera’, especializándose en la producción de aquellas materias primas para las cuales era más apta y que podía vender más barato, de que aceptara el dominio de las finanzas inglesas, el diseño de los ferrocarriles ingleses y cumpliera religiosamente con las reglas del patrón oro”. Básicamente, lo que se ha dado en llamar “división internacional del trabajo”.
Sin embargo, aun con la complicidad de una clase domi­nante de terratenientes, comercian­tes, mineros, banqueros y políticos, no sería tan sencillo desplumar la gallina sin que chillara. Y así como el sistema colonial español había acabado por provocar las revoluciones independentistas y autonomistas, era dable esperar que este sistema neocolonial despertara resistencias, las que dieron origen en las Provincias Unidas a una larga guerra civil que no cesaría sino hasta 1880. Cabe apuntar que con la federalización del puerto y la aduana de Buenos Aires terminaron los enfrentamientos armados pero sin que fuera suprimida la distorsión que los había provocado.
Unitarios y federales
Ya desde los primeros momentos posteriores a Mayo, Buenos Aires se arrogó la facultad de gobernar a las provincias, actuar en su nombre e imponerles sus gobiernos,  tendencia que se acentuó con la instauración del Primer Triunvirato y dio origen al unitarismo, expresión política de esa estructura dependiente. Se trataba de instaurar un gobierno centralizado del conjunto de las provincias, a las que revender las manufacturas británicas y de las que extraer las materias primas según las fuera requiriendo la metrópoli. Es así que bajo los auspicios de Rivadavia se exportan cebos y cueros y se importan botas, ponchos tejidos en los telares industriales de Manchester y hasta patines para hielo.
La incipiente industria criolla, incapacitada de competir con las manufacturas británicas, quedó arruinada por la libre importación, y con ella, las provincias, ya que para los unitarios, el puerto y las rentas de aduana eran patrimonio exclusivo de Buenos Aires. De ese modo, las rentas derivadas de la riqueza que las provincias producían y de las manufacturas que compraban, quedaban en Buenos Aires.
Semejante sistema afectaba en forma tan notable los intereses y necesidades de los pueblos del interior, que éstos reaccionaron encolumnándose detrás del más lúcido caudillos argentino: José Artigas.
El programa de Artigas
La reacción artiguista fue instantánea, prácticamente simultánea a los primeros intentos de instauración del sistema unitario y es Artigas quien primero advierte dónde se encuentra el origen de los males que se abaten sobre los pueblos del interior: el dominio del puerto y de los ríos por parte de una burguesía intermediaria, la apertura aduanera y el sistema en el cual medran las clases dominantes locales, que al tiempo que son esquilmadas por la metrópoli son a su vez las encargadas de esquilmar a sus propios satélites.
En consecuencia, el programa artiguista consistió en nacionalizar las rentas de aduana, proteger las artesanías y pequeñas industrias, abrir la navegación de los ríos de manera de habilitar otros puertos, distribuir la tierra entre los más humildes y organizar a las provincias en una gran nación federal dotada de un gobierno único capaz de expresar y respetar las autonomías provinciales. Su lema “naides es más que naides” tenía un doble significado, el de una nación donde rigiera la igualdad entre los hombres pero también la igualdad entre regiones, y no un país compuesto de metrópolis y satélites, submetrópolis y subsatélites.
La guerra civil provocada por proyectos tan disímiles, que comienza con el desconocimiento y encarcelamiento de los delegados orientales a la asamblea constituyente y la complicidad de los gobernantes porteños con la invasión portuguesa a la Banda Oriental, es el escenario en el cual Gaspar Rodríguez de Francia hará su opción política y desarrollará su estrategia.
II. El Dr. Francia y el aislamiento del Paraguay
Probablemente ninguna otra ciudad del virreinato se opuso más terminantemente que Asunción a la pretensión hegemónica de la Junta de Mayo. Era lógico: si bien confinada en un margen del sistema español y arruinada tras la expulsión de los jesuitas, había sido desde Asunción desde donde se fundaron las ciudades del litoral argentino, incluida la veleidosa Buenos Aires, y desde donde el asunceno Hernandarias había regido los destinos de la Gobernación del Río de la Plata y el Paraguay, así como era también nacido en Asunción un nieto de Domingo Martínez de Irala y de Leonor, una de sus concubinas de origen guaraní, el cronista Ruy Díaz de Guzmán, primero en denominar Argentina a su región natal y primero entre nosotros en usar la palabrapatria para referirse a ella.
Por otra parte, desde sus mismos orígenes el Paraguay tenía una fuerte tradición autonomista que le venía de la temprana rebelión de Irala, la experiencia jesuítica y la revolución comunera.  Fue debido a estos antecedentes y a la situación de último satélite del sistema de exacción virreinal que tenía como principal submetrópoli a Buenos Aires, que Paraguay no se plegó al movimiento revolucionario de Mayo, fue invadida por Buenos Aires y derrotó al pequeño ejército comandado por Manuel Belgrano.
Poco después, al influjo de las conversaciones con Belgrano y de las promesas de poder comercializar libremente la yerba y el tabaco, la oligarquía asuncena ins­tauraba una Junta revolucionaria en la que Gaspar Rodríguez de Francia va cobrando preeminencia y pronto dirige en los hechos la política exterior paraguaya.
En principio, el nuevo gobierno revolucionario firma un tratado con Buenos Aires que es considerado el primer antecedente del federalismo y luego, lenta y perseverantemente, Francia va imponiendo su idea aislacionista. Fiel a su lema de que “el Paraguay no quiere paz ni guerra con nadie”, hace lo imposible por no verse involucrado en la guerra civil que ya entonces anarquiza a las Provincias Unidas, impidiendo su desarrollo.
La anarquía
¿Qué la “anar­quía al modo de ver de Francia? No otra cosa que el choque entre el proyecto neocolonial y el independentista, que toma la forma de un enfrentamiento cada vez más violento entre las elites comerciales y terratenientes apoyadas en ejércitos de línea, y los pueblos desposeídos conducidos por sus caudillos.
La consecuencia del afán aislacionista de Francia, empeñado en mantener al Paraguay a salvo de la guerra civil, es la elección de una estrategia contraria a la de los unitarios porteños, pues se tratará entonces de “crecer hacia adentro”, para lo cual se hace necesario adoptar o más precisamente llevar a la práctica el programa artiguista, aunque en el caso de Paraguay esto se hará con una sustancial salvedad que, según se mire, desencadenará a la postre la tragedia.
A la vez que Francia rechaza la invitación de Artigas a sumar al Paraguay a la Federación de los Pueblos Libres, se le hace evidente que para perseverar en el aislamiento y propiciar un desarrollo autónomo deberá enfrentar a la clase dominante local, vinculada comercialmente con la metrópoli británica o en su defecto, la submetrópoli porteña. Valido de su prestigio como distinguido abogado que nunca ha cobrado honorarios a los pobres, se apoyó en los campesinos, mayoritariamente indígenas, peones, artesanos, modestos indus­triales y comerciantes. Y no vaciló en reprimir la conjura de 1820, sancionando con el patíbulo, la cárcel, el destierro, y muy especialmente la confiscación de bienes, a lo más granado de la elite paraguaya.
Su actitud ante las diversas clases sociales no dejaba lugar a dudas. En un furibundo panfleto publicado en Buenos Aires, el opositor Fray Mariano Velazco escribía: "A vosotros consta por experiencia que cuando llega a sus puertas un rústico o torpe campesino, al punto le franquea su trato familiar y la licencia para estrecharse con él. Admira el ver a este hombre encapotado y taciturno, rebosando de alegría. ¡Con qué cariño recibe a su gran huésped! Lo toma de la mano, lo introduce en su mismo estudio, lo acaricia, lo halaga, lo palmea, lo llena de satisfacción, le sienta a su lado... Por el contrario, si pide audiencia un ciudadano culto y noble, lo veis ya transformado en una figura muy diferente y tan feroz como su genio”.
El crecimiento hacia adentro
El aislamiento político tenía necesariamente que derivar en el aislamiento económico, pero la estrategia del doctor Francia no consistió solamente en “prohibir” los vínculos con el exterior sino en sustituir el “crecimiento hacia fuera” por el “crecimiento hacia adentro”, tarea que no podía ser encarada por una elite revendedora de las mercaderías europeas importadas y expor­tadora de yerba y tabaco. Sostiene el historiador Vivian Trías: "No había en el Paraguay una verdadera burguesía nacional e industrial. De ahí que para ensayar la autarquía hubiera que quebrar el espinazo a la elite asuncena y poner en manos del Es­tado, apoyado en las masas, la direc­ción de la nueva política económi­ca”
Esa nueva política consistió en disminuir o directamente eliminar la apropiación de los intermediarios internos del Paraguay (comerciantes españoles, acopiadores, grandes hacendados y la Iglesia como propietaria, financista y cobradora de diezmos y otros beneficios) transfiriendo los beneficios a los productores primarios mediante el arrendamiento a bajo precio de las tierras expropiadas, y la eliminación de los intermediarios externos mediante el monopolio estatal del comercio exterior y el manejo de las licencias comerciales, la fijación de precios mínimos para los productos de exportación y de máximos para los de importación.
El Estado comenzó a ser un gran actor en el mercado, tanto en la compra como en la venta, utilizando las Estancias de la Patria y los Almacenes del Estado. Asimismo, intervino en la demanda de mano de obra, en la fijación de salarios, las tarifas de los arrendamientos, y para, evitar las fluctuaciones derivadas de los tiempos de escasez y la consiguiente especulación, el establecimiento de precios máximos a bienes de primera necesidad como la carne, el maíz, la mandioca y la sal. Esto provocó una importante redistribución de la riqueza hacia los campesinos y artesanos, que fueron también beneficiados con una reforma impositiva de carácter progresivo. El resultado fue la conformación de un Estado lo suficientemente fuerte como para impedir la concentración o la fuga de las riquezas.
III. La enseñanza paraguaya
El aislamiento –que en rigor de verdad no fue tal, pues Francia no prohibió el comercio exterior, sino que lo nacionalizó–, supuso inevitablemente la desarticulación de la oligarquía, concitó el apoyo popular y propició el desarrollo económico autónomo.
A fin de un mayor control y desconcentración, se establecieron dos puntos de comercio exterior, anteriormente concentrado en Asunción: uno en Itapúa, para el tráfico con Brasil, y el otro en Pilar, para el comercio con el litoral argentino.
El im­puesto sobre las importaciones era de un 19% sobre el precio de la mercadería, pero podía modificarse en cada caso, mientras que las exportaciones, también muy controladas a fin de reducir evasiones, eran gravadas con un 9%, prohibiéndose el pago en metales preciosos y, como modo de evitar el monopolio comercial de extranjeros y la escasez de plata, se estableció el trueque obligatorio por productos paraguayos.
Los dueños de la tierra
Una de las primeras medidas de Francia había sido la de revertir el proceso de concentración de tierras que tuvo lugar luego de la expulsión de los jesuitas, para lo que comenzó por apoderarse de las tierras que habían pertenecido a las misiones, y expropiar y multar a los grandes propietarios, incluida la Iglesia, a un ritmo tal que para 1840 más de la mitad de las tierras de la Región Oriental y la totalidad del territorio del Chaco pertenecían al Estado.
Estas tierras eran arrendadas a los campesinos con la condición de ser dedicadas a cultivos decididos por el Estado tendientes a lograr el completo autoabastecimiento del país. Fue así que el arroz el maíz, las legumbres, el algodón que anteriormente debían comprarse en el exterior, al promediar el período francista se producían en el país en cantidad suficiente para cubrir las necesidades de la población y aun ser exportados. Asimismo, con la organización de las Estancias de la Patria, se impulsó la producción ganadera y se reinstauró la práctica jesuítica de hacer dos cosechas anuales.
Educación popular y desarrollo industrial
La educación pública primaria se hizo obligatoria y gratuita y se extendió a todos los niveles de la sociedad. En un principio, las municipalidades locales fueron encargadas de abonar a los maestros y los jueces locales de construir nuevas escuelas de manera tal que a menos de quince años de la revolución prácticamente la totalidad de los paraguayos estaban alfabetizados. Para 1835 el Estado abonaba salarios uniformes a 140 maestros rurales, a los que también proveía de vestimenta y ganado, que enseñaban a 5000 alumnos.
Durante el gobierno del doctor Francia se creó la primera Biblioteca Pública del Paraguay en base a herencias en favor del Estado, a confiscaciones a la clase ilustrada, así como a la biblioteca personal del propio Francia.
Junto al notable incremento de la producción agraria y al régimen de tenencia de la tierra que benefició básicamente a la población campesina, al cesar la importación de numerosas manufacturas, se produjo un desarrollo impensado de la producción artesanal e industrial.
A la muerte de Francia, ocurrida el 20 de septiembre de 1840, el Paraguay estaba listo para el gran salto industrializador que impulsaría Carlos Antonio López, quien profundizó y sistematizó la política económica francista.
Conclusión
Carlos Antonio López completó la estatización de prácticamente la totalidad de las tierras, que eran cedidas en explotación a los campesinos por ocho años renovables, dio a los pueblos indígenas la nacionalidad paraguaya, otorgándoles la igualdad de derechos, y con los recursos del comercio exterior construyó importantes obras de infraestructura, como el alto horno de Ibicuy, los astilleros desde los que se armó una importante flota fluvial, el tendido del primer ferrocarril de Sudamérica y de una amplia red telegráfica, y se financió un desarrollo industrial inusitado para época y la región.
Pero el sistema de Francia constituyó también una limitación. Como pudo comprobarse dos décadas después, la derrota de la oligarquía local en base al aumento del poder popular, la justicia social, la defensa de la soberanía y el desarrollo industrial no serían suficientes para consolidar un país independiente si simultáneamente no se construía una nación, la Patria Grande republicana y federal que proponía Artigas.
Fue así como al no llegarse a una solución justa al problema del puerto y los ríos para que dejaran de ser privilegio porteño y fueran patrimonio de to­das las provincias, el desarrollo y la independencia paraguaya serían trágicamente truncados por obra de las elites mercantiles frente a las cuales el doctor Francia había dejado solo a José Artigas.
Además de mantener una sorprendente actualidad, la experiencia paraguaya muestra de qué modo son posibles el desarrollo industrial, la igualdad social y la soberanía política mediante el fortalecimiento del Estado, el empoderamiento de los sectores populares, la destrucción de las oligarquías nativas y la apropiación por parte del conjunto de la sociedad de las rentas del comercio exterior. Pero muestra también las enormes dificultades de ese sistema para prolongarse en el tiempo si paralelamente no se lleva a cabo un simultáneo proceso de integración regional, justa y equitativa, que diluya las desigualdades y dé forma a una nación sudamericana de carácter republicano y federal.
Si los pueblos, diría el Dr. Francia, no se organizan según sus aspiraciones y necesidades, serán organizados según los intereses y propósitos de las potencias.

"Paraguay se caracterizó por su autonomía, su independencia del poder que se gestaba a nivel internacional"

Entrevista al historiador León Pomer, quien analiza los gobiernos de Gaspar Francia y los Solano López. "Si hay algo que puede reivindicar el pueblo paraguayo es ese gran movimiento popular y tratar de entender el significado de esa dictadura, avocarse a ver a quién favoreció y perjudicó, que son las dos preguntas fundamentales".
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Por Juan Ciucci
APU: ¿Por qué hablar de una revolución en Paraguay?
León Pomer: En Paraguay se produce la única revolución auténtica  que ocurre en un país que fue parte del imperio español: en ningún otro  hubo algo semejante. Esa revolución significó la eliminación del régimen colonialy la neutralización del grupo social dominante, estimado en unas cien familias que controlaban Paraguay y generalmente tenían negocios con la burguesía mercantil de Buenos Aires. El Doctor Gaspar Rodriguezde Francia, un abogado formado en Córdoba, produjo la neutralización política de las mismas y reprimió sus intentos de recuperar su poder.
Hablar de revolución es mentar una transformación radical de las estructuras políticas, sociales y culturales. A propósito de estas últimas,  en la década del 20 de 1800 un naturalista francés que fue a Paraguay a estudiar su flora y su fauna, advirtió  que los campesinos guaraníes sabían leer en un guaraní escrito en el alfabeto castellano,  algo inimaginable en los tiempos coloniales.Se debe destacar que no había en Paraguay una clase dominante significativa, que intermediara entre el Estado y el campesinado,  presencia si relevante en  todas las otras ex colonias. Los terratenientes, como los conocimos en Argentina,  cuyos sucesores todavía andan por ahí (en la Pampa húmeda), en Paraguay no existieron como clase social de importancia equivalente a la que tuvieron en nuestro país. La mediterraneidad paraguaya impidióque se desarrollaran  grandes plantaciones tropicales. Tampoco hubo minas como en  Bolivia, Perú etc. Al no haberse desarrollado  estructuras productivas destinadas a la exportación, no  creció una poderosa clase dominante sobre la masa campesina, lo que sin duda  favoreció la revolución promovida por Francia. Este personaje, ampliamente denostado, además de conceder  tierras a las familias guaraníes, reivindicación fundamental, y de alfabetizarlas, creó las “Estancias de la Patria”, a través de la confiscación de tierras improductivas que habían estado en manos de miembros de las  cien familias.  En esas extensiones territoriales se criaban animales (vacas, caballos) que eranentregados a los campesinos  y además se fabricaban las herramientas de trabajo fundamentales para  el  laboreo de la tierra. De nada valía esta sin los instrumentos básicos de trabajo,  muy bien documentado en el libro de Richard Alan White La primera Revolución Popular en América, Paraguay 1810-1840. La entrega de la tierra a la masa campesina configuró una verdadera revolución, expresada en una política  volcada hacia las necesidades de las masas y autónoma en relación al exterior.
De modo que lo que caracterizó a Paraguay hasta la Guerra de la Triple Alianza fue su autonomía  del poder que se estaba gestando a nivel internacional, y que de hecho tendía a configurar las diferentes regiones del planeta con arreglo a las necesidades del sistema capitalista.  El sistema mundial capitalista estaba creando en todo el planeta las condiciones necesarias para su penetración, que por cierto  se daba a costa de terribles sufrimientos. He mencionado muchas veces algo que ocurrió en un país  que hoy se llama Bangladesh,  y en aquella época,  Bengala. Cuando los ingleses ocuparon Bengala, su población estaba constituida por tejedores  que  fabricaban telas en telares domésticos, utilizadas para confeccionar ropa para los pueblos de la India. A medida que los productos de la maquinofactura de la Revolución Industrial Inglesa comenzaron a penetrar se produce un desastre terrible, al punto que un gobernador inglés de Bengala le dice al ministro de Relaciones Exteriores, en una nota: “En la llanura de Bengala blanquean los huesos de los antiguos tejedores”. En la medida en que se va constituyendo el sistema mundial capitalista, a través de diferentes procedimientos, algunos violentos y otros  a través del arma de la mercancía producida por la maquinofactura, se van imponiendo nuevas y diferentes estructuras económicas y relacionales.
Pero ocurre que Paraguay, un lejano rincón del mundo, por las razones esbozadas antes, la tendencia de la política y de la economía marchaba a contramano de la entonces corriente principal de la historia. Esto permitió que desde Gaspar Rodríguez de Francia hasta 1865 (comienzo de la Guerra de la Triple Alianza),  pudiera instrumentarse una política de autonomía en relación a lo que ocurría en el Plata y otras regiones del antiguo imperio español. Francia practico un cierto aislamiento que consideraba necesario para proteger al país guaraní de vecinos en casi permanente guerra civil, lo que no significa que fuera enemigo de comerciar con el exterior, siempre desde la defensa empecinada de la autonomía. Esto no le fue perdonado a Paraguay. De hecho, la Guerra significó, fundamentalmente, cancelar ese mal  ejemplo para otros países de América Latina. Al mismo tiempo, Francisco Solano López, sucesor de su padre, Carlos Antonio, y este de Francia, fue contemporáneo del procesode constitución del  Estado Argentino, lideradopor una oligarquía mercantil – terrateniente que consideraba  necesario eliminar sus presuntos enemigos potenciales: en primer lugar, el Gobierno Blanco de Uruguay y, en segundo lugar, el sistema político –social  delParaguay.    El gobierno de Mitre, al ser promotor y partícipe de la Triple Alianza y, posteriormente, el de Sarmiento, de hecho cumplieron una tarea muy grata al sistema mundial que se estaba constituyendo, bajo la dirección de la Gran Bretaña, y de paso eliminaron lo que también para ellos constituía el mal ejemplo mencionado.
Pero volvamos al libro de White, a lo que constituye su médula. Este autor norteamericano trabajó durante  años en los archivos documentales de varios países, probando que en el país guaraní había acontecido la primera y única revolución auténtica de aquella América pos colonial. No cabe duda que la revolución paraguaya no responde en absoluto al modelo francés, y, si se quiere, al soviético. Un caso notable de desafío a los historiadores, y que por cierto no puede ser abordado con categorías idóneas para otras realidades. Es fácil utilizar la palabra “revolución” para denominar cambios políticos, como en el caso de la Revolución de Mayo. Pero la palabra “revolución”, tomado en el sentido que adquirió a partir de la Revolución Francesa, se repitió en Paraguay, pero con características y actores sociales absolutamente diferentes .El Paraguay autónomo será violentamente cancelado de la manera más brutal, por la Triple Alianza de las oligarquías gobernantes en Argentina, Brasil y Uruguay.
APU: ¿Qué continuidades y diferencias hay entre Gaspar de Francia y los gobiernos de los Solano López?
LP: Tanto Carlos Antonio López, como su hijo Francisco Solano López, pretendían que Paraguay comenzara a exportar lo que Inglaterra necesitaba: algodón, que había dejado de fluir del sur de los Estados Unidos con motivo de la guerra civil norteamericana.. Inclusive, se mandó a pedir muestras del algodón que requería la industria textil británica. La idea era  producir esa materia en Paraguay y exportarla.
Francisco Solano quería el comercio  con   Gran Bretaña, y por cierto beneficiar a su país con los avances tecnológicos, lo que no equivalía a aceptar determinaciones que pudieran herir la capacidad autónoma de decisiones. Una política de Solano López fue becar a jóvenes paraguayos para estudiar en  fábricas metalúrgicas inglesas. Cuando en Paraguay se decidió construir un ferrocarril,  financiado y controlado por el Estado, fueron contratados  ingenieros ingleses expertos en la materia. Que caminos hubiera seguido el Paraguay de no haber mediado la guerra de la Triple Alianzasólo puede ser objeto de especulaciones.
APU: ¿Cómo analiza el ataque que sufren desde distintas corrientes históricas y políticas las figuras de Francia y los Solano López?
LP: Se basan sobretodo en la figura del dictador. En  Paraguay no se reproducen las estructuras políticas de organización del Estado como síocurre en países europeos, donde emergen como consecuencia de una especificidad histórica que las requería. Francia es nombrado dictador por un congreso representativo del pueblo paraguayo, al que  asisten más de mil personas. Pero la palabra dictador adquiere connotación diferente a la que tiene hoy entre nosotros, y no necesariamente representó en aquellas circunstancias un sistema de opresión a la masa popular. Semánticamente, una palabra muda de significado según el contexto histórico. No es  Francia el   dictador a la manera argentina. En realidad no se le perdona no haber “respetado” los fueros y los intereses de las cien familias de la clase alta o dominante de origen colonial, y haber sido implacable en la represión de estas, cuando tentaron complotar contra el gobierno.Don Gaspar prefirió favorecer al pueblo, lo que no le fue perdonado por una historiografía para la cual la única gente “decente” eran los supuestos linajudos.Quienes lo critican, no  advierten que  la palabra dictador no siempre significó lo que hoy significa: era utilizada en la antigua Grecia para nominar las facultades provisorias concedidas a un gobernante para actuar con plenos poderes durante un determinado lapso, cuando ciertas condiciones históricas exigían concentración del poder y ejecutividad.
Hay que estudiar el carácter específico que tuvo la dictadura francista y quienes fueron sus beneficiarios. Una de las cosas que definen aquel gobierno,  fue nombrar jueces a personas del pueblo, gente que sin  instrucción jurídica juzgaba con arreglo a una suerte de derecho no escrito, o consuetudinario. Algo de eso hacía en La Rioja el  Chacho Peñalosa, hombre de consulta que dictaminaba sobre  rivalidades y disputas y su autoridad era acatada.
A un personaje se lo debe juzgar por su papel histórico, no por su papel personal. De Solano López se ha dicho que fue un individuo vanidoso, pero históricamente él defendió a Paraguay hasta la muerte y no solamente porque tuvo la locura de morir por Paraguay sino porque, además,fue acompañado hasta el último momento por  lo que había quedado del diezmado pueblo paraguayo. Es algo que sus enemigos nunca entendieron. Quien lo entendió en su momento fue Juan Bautista Alberdi, cuando decía que el pueblo guaraní estaba defendiendo su pedazo de tierra, que conquistó gracias a la Revolución de Francia, sostenida por sus sucesores. Es una problemática histórica específica que cuando se la juzga con parámetros que se utilizan para juzgar la historia europea, se fracasa totalmente en el entendimiento.
APU: De esa Revolución del Paraguay, ¿qué queda en el país del presente?
LP: Es difícil decirlo. Tengo la impresión  que hay un movimiento popular en Paraguay:   algo se está gestando, que viene a reivindicar los antecedente históricoshonrosos como pocos en la historia de las antiguas colonias españolas. El problema de Paraguay ( y no solamente de allí) es la habilidad de las fuerzas populares para dividirse y fragmentarse y no actuar mancomunadas. Sé que el Frente Guazú fue a las elecciones divido en dos o tres partes: prevalecieron las diferencias, cuya importancia no puedo evaluar. Si hay algo que puede reivindicar el pueblo paraguayo es un pasado glorioso, criminalmente cancelado; un pasado que dejó pendiente una tarea gigantesca. La respuesta está en una historia que está transcurriendo y cuyo desenlace  no conocemos.

La Revolución popular del Paraguay

“La revolución paraguaya sustrajo a la clase dominante sus bases sociales, políticas y económicas de poder”


Entrevista al historiador norteamericano Richard Alan White, autor de La primera Revolución Popular en América, Paraguay 1810-1840 (Editorial Punto de Encuetro). “Al desmantelar su tradicional sociedad dependiente, los paraguayos negaron a las elites española y criolla su status dominante social, económico y político, impidiéndoles de este modo continuar dirigiendo los asuntos de la nación en el rumbo de sus intereses”.
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Por Juan Ciucci
APU: ¿Por qué habla de una revolución social radical en el Paraguay?
Richard Alan White: A través de América Latina, las guerras de independencia (1810–1825) lograran romper los vínculos políticos y económicos con España. La estructura social de América también sufrió un cambio. Sin alterar la tradicional estructura de poder de la sociedad de clases de las anteriores colonias, la oligarquía criolla nativa asumió la posición de clase dominante, reemplazando a los españoles en la cúspide de la pirámide social. Este cambio en el lugar de privilegio y poder fue la principal modificación en la estructura social que fue generada por las guerras de independencia. Las condiciones básicas de vida para la vasta mayoría de los latinoamericanos permanecieron iguales; solamente cambiaron los amos. Salvo en el Paraguay.
Bajo el liderazgo del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia la revolución paraguaya sustrajo a toda la clase superior, tanto española como criolla, sus tradicionales bases sociales, políticas y económicas de poder. Al designar a nuevos funcionarios directamente de entre la gente común, Francia no permitió a las elites que ejercieran cargos gubernamentales o militares, prohibiéndoles de ese modo que ejercieran el poder directo. Incluso utilizó un sistema de multas y confiscaciones para negarles el poder menos directo, pero de igual modo eficaz, que otorga el dinero.
APU: ¿Cuáles fueron sus principales logros?
RAW: Junto con la abolición del Consejo Gobernante Municipal de la elite (Cabildo), el régimen revolucionario controló a la iglesia y sus instituciones auxiliares. Proscribió las fraternidades eclesiásticas, cerro sus monasterios y confisco sus bienes raíces. Al anular las donaciones reales de tierras y confiscar la propiedad de los conspiradores de las clases sociales altas de la Gran Conspiración de 1820, Francia promulgo una profunda reforma agraria que abolió el tradicional sistema de tenencia latifundista de la tierra.
Para la fecha del fallecimiento del Dr. Francia en 1840, más de la mitad de la rica región central del Paraguay había sido nacionalizada, se habían creado numerosas estancias estatales y decenas de millares de personas tenían granjas arrendadas del Estado. El sector privado de la economía tuvo que competir con el gobierno que, al reducir los impuestos a un mínimo, recibía la mayor parte de sus ingresos de la venta de artículos importados, ganado y productos manufacturados por el Estado. Además, el Estado controlaba en forma completa el comercio internacional a través de su masiva participación y un sistema estricto de permisos de comercio.
APU: ¿Qué se entendía por Dictador en ese contexto?
RAW: Debido a que la palabra dictador en la actualidad es fuertemente peyorativa, debe enfatizarse que a principios del siglo XIX no llevaba dicha connotación negativa. El titulo se usaba en esa época en su sentido romano - un magistrado con suprema autoridad, electo en periodos de emergencia - y se otorgó a varios de los nuevos jefes de estado latinoamericanos incluyendo a José de San Martin y Simón Bolívar.
Yo decidí emplear en el libro el frase El Dictador, no solamente porque era el titulo formal de Dr. Francia y refleja el enorme poder que le fue conferido por los congresos populares masivos, sino también porque a menudo así lo designaba el pueblo paraguayo y frecuentemente incluso firmaba los documentos oficiales con “El Dictador”.
APU: ¿Qué eran y cómo funcionaban las "Estancias del Estado"?
RAW: Las primeras estancias fueron fundadas con ganado adquirido mediante las confiscaciones de la Iglesia y la oligarquía criolla y española para el fin de proporcionar alimentos, caballos, equipos y ropas para las fuerzas armadas. Sin embargo, bajo la vigilante mirada del Dictador, que exigía que todas los administradores presentaran informes mensuales, la función de las estancias creció más allá de sus límites originales. A fines de la década de 1820, tanto el número de estancias y sus planteles de ganado - que incluían vacunos, bueyes, caballos, mulas, ovejas, y vacas lecheras - había proliferado mucho más allá de las necesidades del ejército. Abarcando la republica enteres, las más de setenta y cinco estancias del Estado producían un exceso de productos y subproductos ganaderos, que el gobierno distribuía entre los necesitados o vendía en los mercados locales y tiendas del Estado a precios moderados.
APU: ¿Qué enseñanzas nos deja la revolución paraguaya?
RAW: Aunque ningún proceso de cambio social puede servir de un modelo para cualquier otro, la revolución radical del Paraguay incluye varios componentes fundamentales necesarios para cualquier revolución exitosa en América Latina. Al desmantelar su tradicional sociedad dependiente, los paraguayos negaron tanto a elites española y criolla su status dominante social, económico y político, impidiéndoles de este modo continuar dirigiendo los asuntos de la nación en el rumbo de sus intereses de clase superior.
Junto con la eliminación de la dominación de la oligarquía, el Paraguay se rehusó a ceder ante las agresiones del imperialismo argentino, escapando de esta manera a la nueva dependencia sufrida por las demás provincias de antiguo virreinato, que continuo siendo dominado por Buenos Aires a medida que emergía como la submetropolis americana del orden neocolonial en el Rio de la Plata.
A través de un estricto control del estado y una amplia reforma rural, el Paraguay además diversifico su tradicional economía de monocultivo y desarrolló una economía equilibrada, destinada a satisfacer adecuadamente las necesidades fundamentales de todo el pueblo. Fue la primera nación en toda la historia de América en alcanzar una meta tan radical.
La implementación de estos cuatro factores fundamentales - la remoción de las elites, la liberación de la dominación imperialista, la implantación de una reforma rural igualitaria, y la institución de un rumbo estatal racional de la economía - proporcionaron al Paraguay los medios de salir de su dependencia tradicional y establecer una nación verdaderamente autónoma.
En efecto, la implantación exitosa de estas medidas básicas - tanto actualmente como hace 200 años - es la base de la independencia y el desarrollo. Puesto que la independencia política solamente, sin la independencia económica, históricamente ha dado como resultado nada más que lo que hoy en día se denomina el subdesarrollo.