jueves, 6 de noviembre de 2014

CONTRATAPA › 18.000 POR DIA Muertes gratuitas

Por Bernardo Kliksberg *
Diariamente perecen 18.000 niños, más de 6 millones por año por causas totalmente evitables. Son muertes gratuitas. Las tres causas principales son la desnutrición, que los coloca en extrema vulnerabilidad; la falta de agua potable, con la consiguiente ingestión de agua contaminada, y la ausencia de instalaciones sanitarias. Pasan hambre 842 millones de personas, en un mundo que produce alimentos que podrían abastecer a una población muy superior a la actual. Más de 700 millones no tienen acceso a agua potable y 1000 millones de personas hacen sus necesidades a cielo abierto.
Las tres causales se refuerzan mutuamente. Una reciente investigación en la India, que tiene más de un 40 por ciento de niños desnutridos, exploró un enigma. Algunas políticas sociales hicieron llegar alimentos a niños desnutridos. Cuando se los comparó con otros desnutridos que no los recibieron, se comprobó que todos estaban igual. Una razón central fue que el 50 por ciento de la población se ve obligada a hacer sus deposiciones a cielo abierto por la dramática carencia de instalaciones sanitarias. El nivel de contaminación produce infecciones bacterianas repetidas en los niños. Ellas dañan significativamente su aparato digestivo, que no puede metabolizar los alimentos.
Por otra parte, según Unicef, la ingestión repetida de agua contaminada lleva a que los niños con diarrea se debiliten y puedan contraer neumonía y otras enfermedades graves. Asimismo, puede producir un daño cognoscitivo permanente.
Una de las desigualdades más groseras es el acceso al agua. Según la ONU, una persona debe poder contar con un mínimo de 20 litros de agua diarios. Se estima que más de 1000 millones tienen menos de 5 litros diarios. En los países desarrollados se consumen 400 litros diarios per cápita.
La alimentación de los niños en los primeros 1000 días de vida es crucial para toda su existencia.
Si carecen de algunos de los micronutrientes necesarios, contraerán enfermedades agudas.
Amartya Sen realizó una constatación sorprendente (ver Amartya Sen/Bernardo Kliksberg, Primero la Gente). Encontró que reconstruyendo las series estadísticas sobre esperanza de vida en Inglaterra en el siglo XX, el período en que mejoraron fue la Segunda Guerra. El país tuvo que racionar alimentos y distribuirlos equitativamente. Ello mejoró el nivel nutricional promedio.
Alimentación, agua segura, instalaciones sanitarias, deberían ser derechos básicos totalmente garantizados para todos los habitantes del planeta. No lo son. Matan niños, silenciosamente. En mayor escala que ninguna guerra.

Atando cabos

Las grandes discusiones sobre las alternativas de modelos económicos y sociales están envueltas para la ciudadanía con frecuencia en una bruma. Están plagadas de mitos, falacias, coartadas, argumentos justificatorios, racionalizaciones que en definitiva impiden “atar cabos”, conectar efectos con causas y poder identificar lo que es más conveniente para el bienestar colectivo.
Uno de los temas donde se observa con mayor fuerza el esfuerzo sistemático para que la gente “no ate cabos” es el de las conexiones entre pobreza y desigualdad.
Se explica. Cómo justificar la actual explosión de desigualdades, que ha llevado a niveles escandalosos las brechas de ingresos, activos, acceso a educación y salud.
El 1 por ciento más rico ya domina más del 50 por ciento del producto bruto mundial. A su interior, una porción ínfima, 86 personas, tiene más que los 3500 millones personas de menores recursos del mundo.
Los muy ricos, según describen los informes de bancos suizos, cuando desean que su dentista los vea, adquieren sus servicios en exclusividad, y le mandan un avión esté donde esté. Un príncipe saudita se compró un Boeing para 300 pasajeros para su uso personal. En él instaló un trono, para que la servidumbre y los familiares que viajen con él le rindan homenaje permanente.
Hay una ofensiva de think tanks sobre la idea de que riqueza y pobreza no tienen vasos conectores.
Los que son muy ricos es por mérito propio. Los que quedaron abajo es un problema totalmente diferente. Se debe a sus características personales, su falta de iniciativa, su indolencia, o a las de su familia, que no hizo lo suficiente para darles educación.
Si la ciudadanía no ata cabos, las grandes disparidades quedan legitimidas. Entre otras, la brillante senadora Elizabeth Warren, nueva estrella intelectual del Partido Demócrata (la profesora de Harvard que preparó la ley de regulación financiera después de la crisis del 2008/9 y que ocupa la banca que perteneció a Edward Kennedy), insiste dirigiéndose a los más ricos sobre esas conexiones. Su argumentación es: a ustedes les ha ido muy bien, pero la inmensa mayoría tenemos mucho que ver con eso. Sus empresas existen y rinden grandes beneficios porque el pueblo americano construyó con sus impuestos los puentes, los caminos, la infraestructura, las escuelas donde se formaron sus operarios y muchas otras cosas. El Premio Nobel de Economía Robert Solow es muy directo. Dice que detrás de la disparada de las desigualdades están la destrucción del movimiento sindical que ha dejado a los trabajadores sin protección, el desmantelamiento de la legislación social y los sueldos muy bajos. Como lo demostró Thomas Piketty, desde 1970 la participación del capital en el producto crece y la de los asalariados baja sistemáticamente.
Sueldos bajos, precarización de los trabajos, outsourcing, situaciones monopólicas, elusión de impuestos a través de declarar las ganancias en paraísos fiscales, auge de la especulación financiera, son algunas de las bases del crecimiento casi exponencial de las fortunas del 1 por ciento.
La contracara son las grandes masas de trabajadores con ingresos que los colocan por debajo de la pobreza, los precios en ascenso de los bienes básicos, la fiscalidad regresiva, la incertidumbre laboral severa ante la flexibilización de los mercados laborales.
La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellan, alertó recientemente sobre las desigualdades y sus efectos corrosivos. Señaló que, mientras el financiamiento público para educación temprana no ha crecido desde la recesión, el costo de la educación superior siguió aumentando. Eso hará más difícil para los jóvenes pobres llegar a las universidades. También subrayó la caída en la formación de pymes.
No es que en el mundo hay pobreza y hay desigualdad. Una causa eje, no exclusiva pero muy central de la pobreza, es la desigualdad.
Costaría 0,25 centavos de dólar diario darle a un niño desnutrido una taza de micronutrientes con todos los que necesita. Con aproximadamente 540 millones de dólares se podría dar esos nutrientes a los 6 millones de niños que mueren anualmente por males de la pobreza. Esto significa una cuarta parte de lo que cada uno de los 300 más ricos ganaron en el 2013.
El papa Francisco puso los puntos sobre las íes sobre esas conexiones. Señaló (2/10/14): “En los Estados más ricos la globalización aumentó el abismo entre los grupos sociales creando más desigualdad y nueva pobreza”.
* Puede ampliarse en El Informe Kliksberg. El otro me importa (Encuentro), que termina de ser nominado por la Academia para el Premio Emmy Internacional (categoría Arte).

› ESTELA DE CARLOTTO, JUNTO A IGNACIO GUIDO Y EL RESTO DE SU FAMILIA, SE ENTREVISTO CON FRANCISCO Una visita al Vaticano con todos sus nietos

La familia Carlotto en pleno visitó al Papa en el Vaticano. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y su nieto Ignacio Guido Montoya Carlotto mantuvieron una reunión privada con Francisco, quien tras ese breve encuentro saludó al resto de los nietos de Carlotto, a sus hijos Remo, Claudia y Guido, y recibió regalos. Antes de la entrevista, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo definió al Papa como “un ejemplo, un progresista, un hombre de fe para el siglo XXI y de una Iglesia del pueblo”.
“Fue una conversación maravillosa”, resumió Carlotto a los medios de comunicación internacionales al regresar al hotel de Roma donde se aloja junto con su familia. Previo al encuentro, el segundo desde que el ex cardenal Jorge Bergoglio se convirtió en la autoridad máxima de la Iglesia Católica, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo fijó la posición de esa institución en relación con las denuncias sobre la presunta complicidad de Francisco con la dictadura cívico-militar argentina. “Lo que se decía de él en la Argentina se desvirtúa con el papado. Todo eso está aclarado. Nosotras nos rectificamos”, apuntó Carlotto en declaraciones a la agencia de prensa francesa AFP.
Francisco recibió a Carlotto, sus hijos y nietos en el studiolo del Aula Pablo VI del Vaticano, un espacio “reservado para visitas de primer nivel”, contaron fuentes de la embajada argentina en Italia. Se trata de la primera reunión “privada” que Francisco concede a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. La primera fue en el marco de una audiencia pública en abril de 2013, cuando Carlotto le pidió la apertura de archivos de la Iglesia que ayudaran en la búsqueda de los nietos apropiados durante el terrorismo de Estado. Entonces Francisco comprometió su colaboración.
Las condiciones en este segundo encuentro fueron diferentes. Desde el Vaticano, a través de un comunicado, calificaron de “emotivo” el encuentro sucedido ayer. Ella e Ignacio Guido, que nació durante el cautiverio de su madre, Laura Carlotto, y recuperó su identidad en agosto pasado, charlaron una media hora a solas con el Papa. El diálogo fue “con mucha soltura, mucha franqueza, muy lindo”, comentó escuetamente Carlotto. Cuando Carlotto encontró a Ignacio Guido, Francisco la saludó a través de una carta en la que le agradeció por su lucha: “Gracias, señora, por su lucha. Me alegro de corazón y pido al Señor que le retribuya tanto tesón y trabajo”, le expresó el Papa en aquella misiva.
Tras el encuentro privado, Carlotto le presentó al Papa a sus hijos, Remo, Guido y Claudia. También introdujo al resto de sus nietos –otros 14–, que viajaron especialmente para conocerlo. Fuentes de la embajada comentaron que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo detalló las actividades que cada nieto suyo realiza en cuanto a estudios, trabajo y preferencias.
El momento de los regalos llegó sobre el final. En nombre de la institución que preside, Carlotto le entregó al Papa un pañuelo blanco enmarcado. Kibo Carlotto entregó una estatuilla de acrílico con la leyenda “Memoria, Verdad y Justicia”, de parte del gobierno bonaerense que integra como secretario de Derechos Humanos. Remo, diputado nacional, le entregó un cuadro. Los nietos le regalaron un poncho, mientras que Ignacio Guido le entregó su colección de discos compuestos e interpretados por él y un cúmulo de cartas de “amigos y vecinos” de Olavarría, el pueblo donde se crió. El y su abuela materna compartirán esta tarde detalles de la reunión en una conferencia de prensa que ofrecerán desde la residencia de la embajada argentina en Italia, que en la actualidad desarrolla una campaña de búsqueda de nietos apropiados en ese país.

PSICOLOGIA › DEBATE SOBRE LA RELACION CONTEMPORANEA CON LAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS Lo que nos hace dependientes

Por Adrián Secondo (*)
"Paradojas del consumo. Reprimir, Regular o Responsabilizar" es el título convocante de la Jornada sobre Toxicomanía y Alcoholismo que se llevará a cabo este sábado 8 de noviembre, de 8.30 a 14.30 en la Sección Rosario de la Escuela de la Orientación Lacaniana. Participarán del debate los integrantes del TyA de la Argentina, Elvira Dianno y Sabina Serniotti de Santa Fe, Jorge Castillo de Córdoba, Claudio Spivak, Jazmín Torregiani, Mariela Coletti y Cecilia Fava de Buenos Aires, Gustavo Mastroiacovo, Daniel Senderey, Daniel Perretta, Ignacio Rodríguez, Raúl Vera Barros, Héctor Tarditti y Susana Colabianchi, entre otros, de Rosario.
Nos convocan las paradojas por tratarse de un concepto preciso y profundo que refleja lo complejo de la problemática del consumo de drogas. Problema social que no responde al paradigma de problema﷓solución y que plantea múltiples callejones sin salidas y contradicciones. Nos encontramos en una época en que el síntoma paradigmático es la adicción, el consumo, la dependencia no sólo de sustancias sino de cualquier actividad. Es la época de la adicción generalizada. El síntoma es el consumidor, lo que evidentemente es consecuencia de su promoción, hasta los estados dicen abiertamente que necesitan que haya consumo para que el sistema marche.
El problema es que con la industrialización la maquinaria es cada vez más veloz y se termina devorando a la naturaleza y a los propios consumidores. Acá tenemos otra paradoja, la de los consumidores consumidos. ¿Qué vemos cuando observamos a un adicto?... que está consumido. Es la trampa o la ignorancia del adicto, que cree que con la droga es rebelde, se opone o está al margen de lo que se impone socialmente y no se da cuenta que está en el centro, que es el mejor adaptado.
Preocupados por la proliferación de la violencia y el narcotráfico que viene asolando a nuestra ciudad y al país en general, los psicoanalistas que venimos trabajando desde hace años en el tema nos vemos en la responsabilidad de tomar la palabra en función de nuestro saber y experiencia.
Evidenciamos que las políticas prohibicionistas basadas en la represión y criminalización de la droga han fracasado. Las políticas de guerra contra las drogas o de tolerancia cero han mostrado ser inútiles y han provocado costos económicos inmensos, que podrían ser destinados a educación y salud, y muertes fundamentalmente en los sectores más vulnerables.
Notamos que las drogas han existido siempre y el objetivo de erradicarlas totalmente es una utopía absurda, es como querer erradicar la prostitución, y recordamos lo que Freud nos enseñaba en el Malestar en la Cultura, que todos los pueblos siempre han reservado un lugar para las drogas en su economía libidinal.
Los efectos de la guerra a las drogas han sido el aumento del crimen, la expansión de la violencia en jóvenes y pobres, la persecución y extorsión del toxicómano, corrupción de los funcionarios y el debilitamiento del sistema democrático. Perseguir al toxicómano, estigmatizar y segregar, no debilita a las mafias. Frente a este escenario es necesario dejar de lado temores y prejuicios ideológicos y plantearse un cambio de paradigma.
Sin dudas que la despenalización permitiría que el enfermo sea alojado en el sistema de Salud Pública y no en el penitenciario, que se deje de hacer un tratamiento por la vía del síntoma social emergente, y se asuma la responsabilidad del tratamiento de las causas. De lo contrario se hace maquillaje persiguiendo al adicto y no se toman medidas sobre el negocio de la droga y el crimen organizado.
Aunque despenalizar el consumo personal es una medida intermedia entre la prohibición y la legalización, que también es criticada por algunos sectores porque perpetúa lo clandestino de la venta. Un paso más sería animarse a evaluar los alcances y consecuencias de la legalización regulada, como se hizo en Uruguay por ejemplo, con controles y restricciones según la percepción de riesgo y con advertencias médicas como se hace con otros fármacos. Esto implicaría asumir que las drogas existen y que es necesario un marco legal que regule, sin llegar a la liberalización sin límites.
Esto significaría que habría que aprender a convivir con ellas como se lo ha hecho con otras sustancias. Tanto la tolerancia cero por un lado como la liberalización sin límites por el otro, son dos caras locas del superyo, una es la de la lógica de la prohibición, el deber y la culpa, y la otra es la que nos impone y exige gozar. Se trata de separarse de cualquiera de estas dos versiones que dejan expuestas a las personas y empujan a la muerte. Es tiempo de considerar cuál sería la política más eficaz y que reduzca los daños.
Frente a este imposible, la recomendación es tolerarlo, convivir con él por fuera de cualquier solución totalitaria. Es necesario un llamado a la humildad. No es un problema que tenga solución por lo que se debe responder con otra lógica, pasar de las soluciones universales a las múltiples, introducir una verdadera tolerancia con lo imposible, sin ceder ni a la resignación ni al cansancio, y manteniendo una posición de modestia activa, con soluciones multidisciplinares.
* Psicoanalista, Adherente de la Escuela de la Orientación Lacaniana y Responsable del TyA - Rosario

CIUDAD › A UN MES DE LA APARICION DEL CUERPO SIN VIDA DEL PIBE CASCO "A mi hijo lo mataron a golpes"

Por José Maggi
Una masiva marcha unió ayer el palacio de Tribunales con la sede de la Gobernación. El objetivo fue exigir justicia por la muerte de Franco Casco, el joven de 20 años que fue visto por última vez con vida en la seccional séptima de policía el 7 de octubre y cuyo cuerpo apareció flotando en el río Paraná 23 días después. Encabezada por sus padres y sus ocho hermanos, la gruesa columna de manifestantes fue tapizando las paredes del centro con la consigna más repetida: "Se sabía que a Franco Casco lo mató la policía". Para que no quedaran dudas, la cabecera de manifestantes -uno por agrupación- llevaba una consigna similar: "Todos sabíamos". El próximo lunes se realizará una nueva autopsia.
"Yo lo vi golpeado en la comisaría, a mi hijo lo mataron ellos porque fueron los últimos que lo vieron, lo mataron a golpes", sostuvo entre lágrimas, Elsa Godoy, mamá de Franco, en alusión a los policías de la comisaría 7ª donde el joven estuvo detenido.
La concentración comenzó en Tribunales, por calle Balcarce, y llegó a la plaza San Martín, frente a la Gobernación, donde se leyó un documento, donde se acusó al gobierno provincial por el destino del joven de Florencio Varela. "Desde su desaparición el gobierno provincial decidió no buscar a Franco, al tiempo que mantuvo un silencio cómplice con la policía que recién se rompió con las vergonzosas declaraciones de Ignacio Del Vecchio, secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad, en las que afirmaba que se lo había visto en un templo evangélico pidiendo alimentos y vestimenta, haciendo propias las pistas falsas sembradas por la propia policía", señala el documento leído por un joven de barrio Ludueña.
"Denunciamos y repudiamos también la lamentable actuación de la Fiscalía, que actuó pasivamente, sin contemplar los reclamos de la familia y demorando negligentemente el pedido de medidas elementales como la captura de las filmaciones surgidas de las cámaras de seguridad cercanas a la comisaría entre otras inadmisibles irregularidades". agrega el documento. Por eso se exigió que la carátula del expediente sea "Desaparición forzada de personas", un delito de lesa humanidad con jurisdicción federal.
El documento fue consensuado por una importante cantidad de organizaciones políticas, sociales, estudiantes y barriales, que conformaron una multisectorial. Por eso el escrito concluía denunciando y repudiando "los asesinatos y la represión sistemática a pibes pobres de los barrios populares por parte de las fuerzas de seguridad, tal como fue el caso de Emanuel 'Joroba' Cichero, del que mañana (por hoy) se cumplirá un año de su atroz homicidio, todavía no esclarecido por la Justicia, y de tantas otras vidas jóvenes que nos han robado".
Entre los firmantes del texto se encuentran Patria Grande, Movimiento Evita y JP Evita, PTS, Nuevo Encuentro, Corriente Clasista Combativa, Pueblos originarios en Lucha, APDH, ATE Rosario, MST, La Cámpora, la Cátedra de Criminología y Control Social de la Facultad de Derecho (UNR), entre otros.
Por la mañana, los familiares fueron recibidos en la comisión de Derechos y Garantías de la Cámara de Diputados, que preside el diputado Eduardo Toniolli. "Pedimos Justicia por Franco y por muchos chicos más que mata la policía", dijo la mujer que espera que le entreguen el cuerpo de su hijo para poder enterrarlo en Buenos Aires. "Me dijeron que será recién la semana que viene porque el lunes van a hacer una nueva autopsia", contó. Ya se hicieron dos estudios sobre el cuerpo. Ninguno pudo determinar cuál fue la causa de muerte. Sin embargo, las dos pericias disintieron en algunos puntos. Por eso el lunes se hará un nuevo estudio.
Para el defensor general de la provincia de Santa Fe, Gabriel Ganón el caso debe ser investigado por la Justicia Federal. Por eso la semana pasada presentó un escrito ante la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). El organismo aceptó el pedido. El juez Marcelo Bailaque es quien deberá resolver el tema de la competencia.

DERIVO EN UN "LIMBO" JURIDICO "La sentencia de Griesa ha sido un fracaso rotundo"

En este sentido, el jefe de ministros sostuvo que el fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa, en el marco del litigio entre el Estado nacional y los holdouts, "ha sido un fracaso en su implementación" ya que no hubo un "impacto" en la cotización de los bonos argentinos y, además, derivó en un "limbo jurídico".
Capitanich opinó que ese fallo "de carácter parcial en favor de los fondos buitre ha sido un fracaso en su implementación" ya que "se ha pretendido favorecer" a los holdouts, "pero no ha tenido impacto en cotización de los bonos argentinos en el mercado, ni hubo una acción efectiva por parte de bonistas respecto al proceso de aceleración".
"Por eso -añadió-, la ley de pago soberano ha permitido ratificar la voluntad de pago de Argentina, y observamos a partir de la reglamentación, el interés de muchos bonistas para propiciar acciones judiciales, como lo han hecho bonistas de legislación inglesa."

RECALDE RECHAZO EL INFORME DE LA AGN SOBRE AEROLINEAS "Politizado y poco técnico"

"El Estado Nacional se hizo cargo en 2008 de recuperar a nuestra línea de bandera, que se encontraba en un estado calamitoso como consecuencia de las gestiones privadas. Elegimos crecer en lugar de achicar y ajustar", sintetizó Recalde.
Respecto al informe, apuntó que "es una foto muy vieja, politizado y poco técnico", y explicó que las contrataciones que se hicieron "responden a un aumento en la cantidad de pasajeros y las ventas". Ayer la AGN presentó un documento en el que afirma que Aerolíneas "cubrió con los ingresos un 68 por ciento de los gastos que efectuó entre 2011 y 2012" y que durante ese período perdió "984 millones de dólares".
En declaraciones a Radio La Red, el presidente de la aerolínea de bandera indicó que "hicimos un esfuerzo considerable para asegurar los puestos de trabajo, renovar totalmente la aerolínea y sostener y aumentar la conectividad en nuestro país". "Nuestra premisa ha sido dar más servicio y de mejor calidad reduciendo las pérdidas y lo estamos consiguiendo", aseguró.
Apuntó que "se renovó e incrementó la flota de aviones y se duplicó la cantidad de vuelos y los pasajeros transportados. Durante nuestra gestión las transferencias del Estado se redujeron año tras año, a tal punto que el presupuesto pasó de representar el 0,73 por ciento del gasto total del Estado en 2009, a 0,19 por ciento para el año 2015".
"Cuando dicen que hay mucha gente, ¿están sugiriendo que echemos a trabajadores?", se preguntó Recalde y señaló: "Nosotros elegimos otro camino. La tarea fue volver a tener un servicio público que funcione, manteniendo todos los puestos de trabajo y aumentando las rutas, no ha sido fácil y llevó 5 años de durísimo trabajo en el que se tuvieron que atravesar innumerables dificultades".
Explicó que "si hay más pilotos fue porque cambiamos la flota de aviones y como los cursos duran seis meses, eso nos obligó a tomar más pilotos para poder seguir volando, pero por otra parte se incrementaron los vuelos y las rutas y cada destino nuevo implica más personal para atender los servicios". Si bien reconoció que "hay compañías que tienen menos pilotos por avión", explicó que "eso tiene que ver con los convenios colectivos, con la flota de cada empresa y con las rutas que tienen".
Recalde detalló que cuando comenzó su gestión el déficit era de 900 millones de dólares y que "los ingresos no llegaban a cubrir la mitad de los gastos". "El año pasado se redujo a 240 y estamos este año probablemente estemos este año en una proyección que podría rondar los 400 millones debido a cuestiones macroeconómicas", explicó.
Reiteró que "estamos llevando adelante un plan de negocios que aspiraba a resolver los problemas lo antes posible y lo estamos haciendo, pero no podemos resolver en cinco años 20 años de desinversión". Remarcó que "la solución no es dejar de volar y cerrar rutas" y sostuvo que "aún volando más, se ha logrado reducir el costo a través de la modernización de la flota que consume menos combustible, por ejemplo.
"Queremos dejarle al gobierno que venga y a quien se haga cargo de Aerolíneas, una empresa en funcionamiento y en camino a ser sustentable por si misma", concluyó Recalde.

Una sociedad que todavía elige la transgresión peronista Por Luis Alberto Romero | Para LA NACION

Desde los foros académicos hasta las charlas de café, no son pocos quienes atribuyen los problemas argentinos al peronismo. Siguiendo la célebre pregunta de Vargas Llosa sobre el Perú, creen que la Argentina se "perjudicó" en 1945. La respuesta es tan cómoda como autoexculpatoria: la culpa es de "ellos". Pero el peronismo tiene ya 60 años de existencia y parece imprescindible invertir la pregunta. ¿Qué ven en él los argentinos, para renovarle una y otra vez su confianza? Mi respuesta, parcial y especulativa, se apoya en una idea de Carlos Nino: un país al margen de la ley se expresa a través de un movimiento político como el peronismo. Me pregunto cómo ocurrió eso y qué se puede hacer, no para modificar al peronismo, sino para poner a la Argentina dentro de la ley.
 
Foto: LA NACION 
El peronismo es esencialmente un movimiento político popular, concentrado en la conquista y conservación del poder. Su carácter popular se ha adecuado a todos los cambios sociales; hubo un peronismo de los obreros, luego otro de los militantes y actualmente uno de los pobres. Su imaginario se apoya en la idea del pueblo unido detrás de su jefe, paternal y benevolente, que los hará partícipes de la bonanza económica y dosificará las consecuentes medicinas amargas. A eso llaman democracia "real", que distinguen de la "sólo formal".
Otros sectores, indispensables para construir su mayoría electoral, agregan un segundo motivo: los peronistas son los únicos que garantizan gobiernos estables. Los gobiernos peronistas han sabido equilibrar las demandas de los distintos grupos de interés, ya sean sindicatos, empresarios nacionales o empresarios prebendarios. Todos integran la "comunidad organizada" y para cada uno tienen una solución singular, una franquicia o un privilegio. No asignan mucho valor a la igualdad ante la ley. Mucha de su capacidad para construir gobernabilidad se basa en esa flexibilidad en la aplicación de la norma.
Conquistar y conservar el poder requiere una artesanía política compleja y operadores muy calificados. Allí es donde el peronismo saca ventaja. ¿Por qué las personas con aptitudes políticas se hacen peronistas? Hace tiempo quizá primaron la tradición, las ideas o los sentimientos. Desde 1983 la política es una profesión y quienes eligen al peronismo han hecho un cálculo racional. Quienes quieren sobre todo hacer carrera y prosperar encuentran allí un ambiente de amplitud y tolerancia ética, donde es aceptable tratar de "hacer una diferencia" personal, incluso en los márgenes de la ley. Aunque esto es común en la política, en otros partidos se lo hace de manera discreta y sin ostentación, mientras que en el peronismo la fortuna acumulada suele considerarse la prueba de la eficacia y el talento. No es raro que muchos políticos prometedores elijan la alternativa más cómoda, más redituable y, finalmente, más apreciada.
El peronismo tiene una concepción amplia y flexible de las normas, muy adecuada para un país que en general no le asigna a la ley mucha importancia, ni en los principios ni en la práctica cotidiana. Sabemos que vivir de acuerdo con la ley no es algo espontáneo, sino un refinado producto de la civilización, que implica un sacrificio, a veces significativo, de los beneficios inmediatos, para obtener los beneficios mediatos de una convivencia ordenada y previsible. ¿Por qué en la Argentina no se ha llegado hoy al mismo punto? Descartemos las respuestas fáciles, siempre referidas a "ellos", como la idiosincrasia del argentino, su raza, su origen inmigratorio o sus raíces criollas.
El examen de nuestra historia política e institucional puede darnos una clave. La Argentina se democratizó aceleradamente desde principios del siglo XX, en momentos de una profunda renovación social. Su tradición liberal y republicana, asentada apenas en 1853, sufrió desde fines del siglo XIX los embates del nacionalismo, el catolicismo integral y el militarismo, declaradamente antiliberales. Este complejo sustrato se consolidó con los movimientos democráticos, nacionales y populares. De Yrigoyen a Perón, y como era moda en la época, fueron reacios al pluralismo y a la institucionalidad republicana, cuyo deterioro abrió paso a las dictaduras militares. Entre todos, profundizaron el divorcio entre una práctica autoritaria y un sistema de normas escritas pero ignoradas. La democracia republicana de 1983 hoy se nos aparece como una tregua, un recreo, al cabo del cual los gobiernos retomaron con brío renovado la antigua senda. Pocos son los gobernantes de la actual democracia cuyo ejemplo impulse a la valoración de la ley.
El peronismo tiene una concepción amplia y flexible de las normas, muy adecuada para un país que en general no le asigna a la ley mucha importancia, ni en los principios ni en la práctica cotidiana
La historia de nuestro Estado agrega otra dimensión a este proceso de descrédito de las nociones de Estado de Derecho y de igualdad ante la ley. En sus tiempos de prosperidad, además de desarrollar políticas fundamentales como la educativa, el Estado utilizó sus recursos para balancear los desequilibrios sociales y también para favorecer con generosos privilegios a distintos grupos amigos, desde los azucareros tucumanos de 1870 hasta los sindicalistas de las obras sociales de 1970. Desde mediados de la década de 1970, el déficit presupuestario y la creciente colusión de intereses que anidaban en el Estado impulsaron su reforma.
Fue una reforma fallida, que según el viejo dicho arrastró algo de agua sucia, pero también muchos bebes. El Estado desertó de sus funciones esenciales -la educación o la seguridad- y renunció a una gestión eficiente y al control de la sociedad y de los gobernantes. El deterioro estatal arrasó con el funcionariado capaz y con su ética, y finalmente con la idea misma de que en la práctica gubernamental las normas tienen algún valor. Eso se ve hoy en lo alto del poder, donde se instrumenta la corrupción, y en la base, donde se mezclan y confunden los delincuentes y quienes deben reprimirlos. Pero, además, todo el llamado capitalismo prebendario o "de amigos" se ha fundado en esta idea de que la norma no es igual para todos y que "todo puede arreglarse", salvo la ley de la gravedad.
Suponer que este derrumbe de la noción de gobierno de la ley es responsabilidad de los peronistas es un simplismo. En todo caso, la comparten con los militares -la dictadura arrasó con la noción de Estado de Derecho- y con muchos autotitulados democráticos y liberales que no escaparon a la regla. La hipótesis inversa es mucho más productiva. Una sociedad acostumbrada a vivir al margen de la ley, a ignorar las normas incómodas y a buscar la excepción personal prefiere una fuerza política cuyos principios no excluyan semejantes prácticas. La vota y también la nutre de jóvenes políticos a quienes la vida ha educado en esa práctica. Si hipotéticamente alguien acabara con el peronismo, con seguridad su lugar sería ocupado por una fuerza política similar.
Si hipotéticamente alguien acabara con el peronismo, con seguridad su lugar sería ocupado por una fuerza política similar
Hay una minoría activa que querría cambiar esto. Hay otros que, con menos convicciones, hoy experimentan en carne propia los perjuicios de la falta de institucionalidad, la inseguridad jurídica, la corrosión de las instituciones estatales. Cambiar esto es un largo camino que va mucho más allá de una elección. Quienes sean elegidos recibirán un Estado estropeado y con muchos mecanismos ya montados para ejercer el poder discrecional. Los intereses organizados lucharán por el statu quo, desde los sindicalistas hasta los manteros de Once.
Quienes gobiernen deben tener una convicción muy firme sobre la necesidad de restablecer el gobierno de la ley, y deben dar el ejemplo: un buen magisterio presidencial ayuda mucho, lo mismo que una práctica de gobierno más saneada y transparente. Pero es ilusorio apostar todo a la reforma moral. El respeto a la ley se construye con el control y la sanción, igual para todos. Esto depende de la presencia del Estado, en lo grande y en lo chico, esgrimiendo la ley, hasta que el control cotidiano deje de ser necesario, porque se ha establecido control social y la costumbre. A la vez, el Estado puede hacerlo todo. Las asociaciones civiles -las voluntarias y las de intereses- deben tener la voz y la constancia suficientes como para vigilar, denunciar, exigir y modificar conductas, del Estado y de la gente. Si todo esto ocurriera, seguramente seguirá existiendo un peronismo popular, pero mucho menos transgresor de la ley.
El autor es miembro de la Universidad de San Andrés y del Club Político Argentino

(lo dice alguién que siempre estuvo, al igual que su padre José Luis, del lado de la ley...militar)