Desde siempre, Ignacio lleva la música en sus venas. Eso fue lo que llevó, después de haber terminado el secundario, hacia lo que él define “la Meca de todo argentino”: Buenos Aires. Y allá llegó en 1997 a estudiar piano (“y a ser famoso”, dice irónicamente). La crisis de principios de siglo lo obligó a volver a Olavarría, su ciudad. “A los que estábamos trabajando de músicos, estudiando o haciendo las dos cosas, se nos hizo tan difícil que tuvimos que volver... y volvimos todos”. Y sigue contando: “Como muchos de los volvedores, el trabajo fue retomar contactos perdidos, y establecer una profesión que no existe como tal. Porque en Olavarría no hay mercado. Así es difícil, para empezar a trabajar muy de a poco, el músico tiene que bancarse unos cuantos años de indigencia”. Pero, como él mismo razona, “si uno supera eso, después todo aparece”.
Volver a Olavarría significó encontrarse con una ciudad que tiene otra velocidad, otra manera de pensar las cosas. “No está la necesidad del apremio que siempre es mal vista acá. En realidad creo que esa necesidad es la que te mantiene vivo. Acá vos tocás un instrumento y ya está, todo el mundo te llama. Pero en Buenos Aires hay 300 tipos que tocan igual... No es solamente tocar bien. Tenés que tocar mejor, saber leer música, tener un mejor instrumento y reírte de los mismos chistes. Eso es crecimiento también. Más allá de que la mayoría no se lo aguante”. Para él, “si no te lo aguantás, la profesión no es para vos, dedicate a otra cosa y dejalo como hobby. La música es durísima en ese sentido, más allá de que sea una alegría después. En el momento de hacerla hay que hacerla bien y estar súper despierto”.
Por todo eso, él dice estar en un “proselitismo de la profesión”, lo que significa enseñar, ejercer, tomar y ocupar lugares. “A veces salen trabajos free-lance que no están tan buenos pero que hay que hacer para mantener los contactos. Hay que saber el lugar donde uno está parado y hacer muchas cosas: escribir en el diario, dar clases particulares, trabajar en una institución, grabar discos, siempre apuntando a trabajar con la música propia en algún momento”. Para Ignacio, el músico tiene una función y es la de “transformar la realidad”. Tarea ardua en el contexto de una ciudad mediana de la provincia de Buenos Aires como Olavarría. “Es muy extraño lo que pasa con la ciudad: nosotros tenemos que ayudar a los pibes para que emigren, lo cual es tristísimo. Después surge el orgullo que siente el olavarriense con el tipo que triunfa afuera, cuando en realidad se tendría que sentir tremendamente triste porque ese músico se fue. El problema es que la ciudad no lo puede contener y hace que el tipo se tenga que ir, a su pesar. Nadie se quiere ir. Pero a su vez, es necesario que los músicos lo hagan para aprender a tocar, a conceptualizar el arte con otra velocidad. Esto es un semillero, sacamos los plantines y cuando crecen hay que transplantarlos y después tienen que volver de alguna manera”. Así es como él volvió, con todo el desafío que representaba. “En Olavarría se promueven cosas, uno puede accionar algunos engranajes de tal manera que se pueden lograr proyectos y se pueden hacer cosas, que cuestan trabajo pero que ese mismo trabajo cuesta en todos lados”. Siente que es una postura filosófica y política muy importante dar a entender que se puede vivir de lo que a uno le gusta, sobre todo cuando tiene que decirle a un pibe que debe hacer algo de manera excelsa pero que no va a tener rédito inmediato, porque el mismo mercado no se lo va a permitir. “Así y todo el panorama es alentador porque por algún milagro de la naturaleza sigue habiendo tipos talentosos y la gente sigue siendo sensible al arte. Eso está bueno como incentivo”.
lunes, 11 de agosto de 2014
Nieto de Estela: tras el rastro del entregador
¿Cómo llegó Guido a Olavarría, después de haber nacido en cautiverio en La
Plata? La Justicia investiga la responsabilidad de civiles en el caso.
Por Enrique de la Calle
Ayer la noticia conmovió a todos: Abuelas encontró al nieto 114. Pero este caso tiene un plus: el chico encontrado es nada más y nada menos que Guido, el nieto de Estela de Carlotto, presidenta de la institución.
La jueza Servini de Cubría fue la responsable de informar a Estela. El ADN dio positivo en "un 99,9 %". Ahora la Justicia deberá investigar cómo ese chico, nacido en un centro clandestino, llegó a un campo en Olavarría, en el centro de la provincia de Buenos Aires.
Algunas partes de la historia son conocidas. La madre de Guido, Laura Carlotto, estuvo secuestrada en La Cacha, un predio ubicado en la periferia de La Plata. Fue detenida en 1977; estaba embarazada de dos meses.
“Parió engrillada y encapuchada, y aunque no lo tuvo por cesárea, nadie podría llamarlo un parto normal. Había sido un varón. Le había susurrado al oído su nombre, ´Guido, como tu abuelo´. Lo había acunado en sus brazos, entre tres y cinco horas, calculó. Se había guardado su olorcito a recién nacido”, relató la periodista María Eugenia Ludueña en el libro “Laura”. La joven fue asesinada el 24 de agosto de 1978.
¿Qué se sabe de Guido? Al chico lo criaron en un campo en Olavarría Juana y Clemente Hurban, dos peones. Lo bautizaron con el nombre de Ignacio. La chacra pertenece a Francisco “Pancho” Aguilar, un productor agropecuario que falleció en marzo de este año. El hombre, durante mucho tiempo vinculado a la Sociedad Rural local, es ahora uno de los sospechosos de haber entregado a Guido a la familia Hurban. Así despidió el diario El Popular, de la ciudad bonaerense, a Aguilar: “Profundo dolor causó en amplios círculos de la comunidad local la noticia del fallecimiento de (…) Aguilar, un reconocido y apreciado vecino olavarriense”.
Será la Justicia la que deba desentrañar ahora las redes de complicidad civil que permitieron que un niño nacido en cautiverio en La Plata se criara en Olavarría.
Ayer la noticia conmovió a todos: Abuelas encontró al nieto 114. Pero este caso tiene un plus: el chico encontrado es nada más y nada menos que Guido, el nieto de Estela de Carlotto, presidenta de la institución.
La jueza Servini de Cubría fue la responsable de informar a Estela. El ADN dio positivo en "un 99,9 %". Ahora la Justicia deberá investigar cómo ese chico, nacido en un centro clandestino, llegó a un campo en Olavarría, en el centro de la provincia de Buenos Aires.
Algunas partes de la historia son conocidas. La madre de Guido, Laura Carlotto, estuvo secuestrada en La Cacha, un predio ubicado en la periferia de La Plata. Fue detenida en 1977; estaba embarazada de dos meses.
“Parió engrillada y encapuchada, y aunque no lo tuvo por cesárea, nadie podría llamarlo un parto normal. Había sido un varón. Le había susurrado al oído su nombre, ´Guido, como tu abuelo´. Lo había acunado en sus brazos, entre tres y cinco horas, calculó. Se había guardado su olorcito a recién nacido”, relató la periodista María Eugenia Ludueña en el libro “Laura”. La joven fue asesinada el 24 de agosto de 1978.
¿Qué se sabe de Guido? Al chico lo criaron en un campo en Olavarría Juana y Clemente Hurban, dos peones. Lo bautizaron con el nombre de Ignacio. La chacra pertenece a Francisco “Pancho” Aguilar, un productor agropecuario que falleció en marzo de este año. El hombre, durante mucho tiempo vinculado a la Sociedad Rural local, es ahora uno de los sospechosos de haber entregado a Guido a la familia Hurban. Así despidió el diario El Popular, de la ciudad bonaerense, a Aguilar: “Profundo dolor causó en amplios círculos de la comunidad local la noticia del fallecimiento de (…) Aguilar, un reconocido y apreciado vecino olavarriense”.
Será la Justicia la que deba desentrañar ahora las redes de complicidad civil que permitieron que un niño nacido en cautiverio en La Plata se criara en Olavarría.
Chile: multitudinaria movilización contra el genocidio palestino
El Comité Chileno de Solidaridad con Palestina junto a organizaciones
palestinas y de voluntariado por Palestina y con la adhesión de movimientos
sociales,estudiantiles y fuerzas políticas como el Movimiento del Socialismo
Allendista, el Partido Comunista AP y la Juventud Guevarista participaron hoy en
una masiva y multitudinaria marcha de apoyo y solidaridad con el pueblo
Palestino en Gaza y de clara condena al Estado Israelí.
La masiva manifestación comenzó en la Plaza Italia y finalizó en el frontis
del palacio de La Moneda.
Una delegación representativa de las organizaciones convocantes y adherentes entregó una carta en la Moneda dirigida al gobierno de la Presidenta Bachelet solicitándole el romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel y anunció la presentación de una querella en Tribunales chilenos en contra Israel por cometer crímenes de lesa humanidad en contra de los palestinos en Gaza, crímenes que no prescriben y que tienen jurisdicción universal para ser juzgados.
Nicola Hadwa dirigente del Comité de Solidaridad con Palestina señaló que "es indispensable continuar con las movilizaciones y la activa solidaridad con el pueblo palestino, denunciando al sionismo y la agresión militar Israelí en contra del pueblo palestino".
Por su parte Esteban Silva Presidente del Movimiento del Socialismo Allendista señaló: No es admisible que Israel establezca como blancos militares a civiles y en particular a los niños en Gaza". "Se trata de crímenes de lesa humanidad. Tampoco es aceptable la gran hipocresía de las grandes potencias imperiales como los EEUU en este conflicito.Obama dice por un lado que bombardea a los integristas en Irak para prevenir un genocidio y por otro lado apoya y financia a Israel que perpetra un genocidio en contra de los palestinos en Gaza"."Chile debe suspender y romper toda relación con el Estado de Israel para que ese pais se comprometa a no bombardear y atacar a Palestina y debe promover un boicot y condena internacional en conjunto con UNASUR y la CELAC".
Finalizó señalando que" la lucha del pueblo palestino es hoy nuestra lucha, es la misma lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación, es la lucha por la justicia,la paz y la solidaridad de los pueblos del mundo"
Más info: Prensa Allendista www.socialismoallendista.blogspot.com www.partidodelsocialismoallendista.cl @allendexxi
Una delegación representativa de las organizaciones convocantes y adherentes entregó una carta en la Moneda dirigida al gobierno de la Presidenta Bachelet solicitándole el romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel y anunció la presentación de una querella en Tribunales chilenos en contra Israel por cometer crímenes de lesa humanidad en contra de los palestinos en Gaza, crímenes que no prescriben y que tienen jurisdicción universal para ser juzgados.
Nicola Hadwa dirigente del Comité de Solidaridad con Palestina señaló que "es indispensable continuar con las movilizaciones y la activa solidaridad con el pueblo palestino, denunciando al sionismo y la agresión militar Israelí en contra del pueblo palestino".
Por su parte Esteban Silva Presidente del Movimiento del Socialismo Allendista señaló: No es admisible que Israel establezca como blancos militares a civiles y en particular a los niños en Gaza". "Se trata de crímenes de lesa humanidad. Tampoco es aceptable la gran hipocresía de las grandes potencias imperiales como los EEUU en este conflicito.Obama dice por un lado que bombardea a los integristas en Irak para prevenir un genocidio y por otro lado apoya y financia a Israel que perpetra un genocidio en contra de los palestinos en Gaza"."Chile debe suspender y romper toda relación con el Estado de Israel para que ese pais se comprometa a no bombardear y atacar a Palestina y debe promover un boicot y condena internacional en conjunto con UNASUR y la CELAC".
Finalizó señalando que" la lucha del pueblo palestino es hoy nuestra lucha, es la misma lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación, es la lucha por la justicia,la paz y la solidaridad de los pueblos del mundo"
Más info: Prensa Allendista www.socialismoallendista.blogspot.com www.partidodelsocialismoallendista.cl @allendexxi
Pena de muerte en la provincia de Buenos Aires
La pena de muerte está vigente en la provincia de Buenos Aires y se llama
“muerte en enfrentamiento”. En cinco meses, lo que lleva la Emergencia en
Seguridad en la provincia (Decreto 220/14), ya son 85 los supuestos
"abatidos".
Por Esteban Rodríguez Alzueta*
Decimos “supuestos” porque los muertos en manos de la Bonaerense nunca podrán probar su inocencia. Y ponemos “abatidos” entre comillas, porque fue la misma categoría que usaron los militares para nombrar los fusilamientos durante la última dictadura. Nada es casual, hace tiempo que el gobernador y su séquito, viene coqueteando con la “guerra de policía”, contribuyendo a militarizar la seguridad. Y está visto que ya no se trata de pirotecnia verbal sino de puntería efectiva.
Si la clase dirigente tenía un problema con la Bonaerense, ahora tiene dos o por lo menos uno más grande. Lo digo porque en menos de dos años se ha duplicado el número de efectivos de policías en la provincia. De hecho, lo primero que dijo Alejandro Granados cuando llegó al Ministerio de Seguridad fue manifestar que una de las prioridades de su gestión era alcanzar los cien mil efectivos. Es cierto, la policía de la provincia es una de las fuerzas de seguridad con menos efectivos. Si Córdoba tiene 880 (equivalente 27 mil efectivos) y Santa Fe 600 (equivalente a 18 efectivos), la provincia de Buenos Aires tiene la mitad, es decir, 433 cada cien mil habitantes. Y lo está logrando: en el 2013 se inscribieron en la Vucetich alrededor de 10 mil jóvenes, y este año, en lo que fue una inscripción histórica, se anotaron 26 mil. Si a eso le sumamos los 6 mil nuevos inscriptos a la nueva Policía de Prevención Local y le agregamos los miles de efectivos integrantes de las patrullas municipales que se sumarán a este flamante cuerpo, entonces nos damos cuenta que Granados está a punto de alcanzar su meta.
Si el encarcelamiento en la provincia es consecuencia del acrecimiento de la policía es de esperar que el aumento exponencial de policías se traduzca en un acrecentamiento de la tasa de encarcelamiento. En otras palabras: aumenta la población prisonizada no porque haya aumentado el delito (de hecho se mantiene relativamente estable), sino porque hay más policías en la calle, más patrulleros, más policías deteniendo sistemáticamente por averiguación de identidad, más retenes, más rastrillajes, más allanamientos, más operativos. Además, en un contexto inflacionario, cuando empiezan otra vez las suspensiones en las fábricas y la construcción, es de suponer –y ya se está viendo- que la conflictividad social se traducirá en una mayor presión punitiva.
Prueba de ello es la resolución (N°642/14) firmada por Granados, habilitando el alojamiento “transitorio” de los detenidos en calabozos de las Comisarías de la Provincia, hasta tanto se construyan nuevas cárceles y alcaidías.
Según la Comisión por la Memoria, y a partir de datos tomados del Registro Único de Detenidos de la Provincia de Buenos Aires (RUD), en diciembre de 2003 existían en la Provincia de Buenos Aires (y sólo en el fuero de adultos), 29.928 personas detenidas sin concesión de arresto o prisión domiciliaria. En la actualidad hay 33.166 personas detenidas en esos términos, lo que implica un incremento del 10,8%, representando, en consecuencia, un aumento porcentual en lo que va del año superior al detectado durante la totalidad de 2013. Por su parte las detenciones en comisarías aumentaron también un 13% sólo en el período que abarca desde diciembre a abril, cuando se declaró la Emergencia en Seguridad. Para Scioli no debería hablarse de “sobrepoblación”, toda vez que el sistema penitenciario abrió 9 mil nuevas plazas en las distintas unidades. Pero en rigor, el hacinamiento y las condiciones deplorables van a empeorar. Porque como denunció la abogada del CELS, Paula Litvachtky, en el espacio Bicameral de Derechos Humanos inaugurado la semana pasada en la Legislatura provincial -una iniciativa de la senadora Mónica Macha (Nuevo Encuentro) y la diputada Fernanda Raverta (FPV)-, lo que en realidad hizo el Ministerio de Justicia fue “tirar más colchones en cada unidad”, y donde antes cabían 100 ahora tienen que entrar 130 personas.
Pero repasemos los números que festeja Scioli, el nuevo parte de guerra: hubo 394 enfrentamientos policiales en los que se registraron 137 delincuentes heridos y 85 abatidos. La Bonaerense participó en 285 hechos en los que fueron detenidos 485 personas, incautándose 270 motocicletas y 133 armas. Se realizaron 43.067 procedimientos policiales; hubo 30.799 delitos esclarecidos; 38.926 personas fueron puestas a disposición de la Justicia; se secuestraron más de 20.000 vehículos, casi 4.000 armas y más de 44 mil municiones. Otros datos que destacan las estadísticas de la emergencia es que desde agosto se produjeron 41 homicidios en ocasión de robos, 15 casos menos que el mismo período del año pasado. En cuanto a la modalidad de robo denominada “motochorrro”.
Las consecuencias del impacto punitivo son inmediatas: Más policías es más cárcel. Cuando hay que desplazar lo social por lo policial, la seguridad se convierte en la vidriera de la política. Cuando Scioli, precandidato a Presidente, no tiene números exitosos para mostrar en materia de salud, desarrollo social y educación, puede no obstante dar cuenta de la “efectividad policial”. Allí se mueve como pez en el agua. Cuando el “miedo al delito” se convierte en la preocupación de los bonaerenses, los candidatos prometen más policías a cambio de votos.
Parafraseando a Galtieri podemos imaginar a Scioli diciendo “estamos ganando!” y lo imaginamos al Ministro levantando el pulgar; por eso se lo suele escuchar repitiendo: “La policía bonaerense ha subido los brazos y está trabajando con todo”.
*Docente e investigador de la UNQ. Autor de “Temor y control. La gestión de la inseguridad como forma de gobierno” (Futuro Anterior, 2014). Miembro de la Campaña Contra la Violencia Institucional.
Decimos “supuestos” porque los muertos en manos de la Bonaerense nunca podrán probar su inocencia. Y ponemos “abatidos” entre comillas, porque fue la misma categoría que usaron los militares para nombrar los fusilamientos durante la última dictadura. Nada es casual, hace tiempo que el gobernador y su séquito, viene coqueteando con la “guerra de policía”, contribuyendo a militarizar la seguridad. Y está visto que ya no se trata de pirotecnia verbal sino de puntería efectiva.
Si la clase dirigente tenía un problema con la Bonaerense, ahora tiene dos o por lo menos uno más grande. Lo digo porque en menos de dos años se ha duplicado el número de efectivos de policías en la provincia. De hecho, lo primero que dijo Alejandro Granados cuando llegó al Ministerio de Seguridad fue manifestar que una de las prioridades de su gestión era alcanzar los cien mil efectivos. Es cierto, la policía de la provincia es una de las fuerzas de seguridad con menos efectivos. Si Córdoba tiene 880 (equivalente 27 mil efectivos) y Santa Fe 600 (equivalente a 18 efectivos), la provincia de Buenos Aires tiene la mitad, es decir, 433 cada cien mil habitantes. Y lo está logrando: en el 2013 se inscribieron en la Vucetich alrededor de 10 mil jóvenes, y este año, en lo que fue una inscripción histórica, se anotaron 26 mil. Si a eso le sumamos los 6 mil nuevos inscriptos a la nueva Policía de Prevención Local y le agregamos los miles de efectivos integrantes de las patrullas municipales que se sumarán a este flamante cuerpo, entonces nos damos cuenta que Granados está a punto de alcanzar su meta.
Si el encarcelamiento en la provincia es consecuencia del acrecimiento de la policía es de esperar que el aumento exponencial de policías se traduzca en un acrecentamiento de la tasa de encarcelamiento. En otras palabras: aumenta la población prisonizada no porque haya aumentado el delito (de hecho se mantiene relativamente estable), sino porque hay más policías en la calle, más patrulleros, más policías deteniendo sistemáticamente por averiguación de identidad, más retenes, más rastrillajes, más allanamientos, más operativos. Además, en un contexto inflacionario, cuando empiezan otra vez las suspensiones en las fábricas y la construcción, es de suponer –y ya se está viendo- que la conflictividad social se traducirá en una mayor presión punitiva.
Prueba de ello es la resolución (N°642/14) firmada por Granados, habilitando el alojamiento “transitorio” de los detenidos en calabozos de las Comisarías de la Provincia, hasta tanto se construyan nuevas cárceles y alcaidías.
Según la Comisión por la Memoria, y a partir de datos tomados del Registro Único de Detenidos de la Provincia de Buenos Aires (RUD), en diciembre de 2003 existían en la Provincia de Buenos Aires (y sólo en el fuero de adultos), 29.928 personas detenidas sin concesión de arresto o prisión domiciliaria. En la actualidad hay 33.166 personas detenidas en esos términos, lo que implica un incremento del 10,8%, representando, en consecuencia, un aumento porcentual en lo que va del año superior al detectado durante la totalidad de 2013. Por su parte las detenciones en comisarías aumentaron también un 13% sólo en el período que abarca desde diciembre a abril, cuando se declaró la Emergencia en Seguridad. Para Scioli no debería hablarse de “sobrepoblación”, toda vez que el sistema penitenciario abrió 9 mil nuevas plazas en las distintas unidades. Pero en rigor, el hacinamiento y las condiciones deplorables van a empeorar. Porque como denunció la abogada del CELS, Paula Litvachtky, en el espacio Bicameral de Derechos Humanos inaugurado la semana pasada en la Legislatura provincial -una iniciativa de la senadora Mónica Macha (Nuevo Encuentro) y la diputada Fernanda Raverta (FPV)-, lo que en realidad hizo el Ministerio de Justicia fue “tirar más colchones en cada unidad”, y donde antes cabían 100 ahora tienen que entrar 130 personas.
Pero repasemos los números que festeja Scioli, el nuevo parte de guerra: hubo 394 enfrentamientos policiales en los que se registraron 137 delincuentes heridos y 85 abatidos. La Bonaerense participó en 285 hechos en los que fueron detenidos 485 personas, incautándose 270 motocicletas y 133 armas. Se realizaron 43.067 procedimientos policiales; hubo 30.799 delitos esclarecidos; 38.926 personas fueron puestas a disposición de la Justicia; se secuestraron más de 20.000 vehículos, casi 4.000 armas y más de 44 mil municiones. Otros datos que destacan las estadísticas de la emergencia es que desde agosto se produjeron 41 homicidios en ocasión de robos, 15 casos menos que el mismo período del año pasado. En cuanto a la modalidad de robo denominada “motochorrro”.
Las consecuencias del impacto punitivo son inmediatas: Más policías es más cárcel. Cuando hay que desplazar lo social por lo policial, la seguridad se convierte en la vidriera de la política. Cuando Scioli, precandidato a Presidente, no tiene números exitosos para mostrar en materia de salud, desarrollo social y educación, puede no obstante dar cuenta de la “efectividad policial”. Allí se mueve como pez en el agua. Cuando el “miedo al delito” se convierte en la preocupación de los bonaerenses, los candidatos prometen más policías a cambio de votos.
Parafraseando a Galtieri podemos imaginar a Scioli diciendo “estamos ganando!” y lo imaginamos al Ministro levantando el pulgar; por eso se lo suele escuchar repitiendo: “La policía bonaerense ha subido los brazos y está trabajando con todo”.
*Docente e investigador de la UNQ. Autor de “Temor y control. La gestión de la inseguridad como forma de gobierno” (Futuro Anterior, 2014). Miembro de la Campaña Contra la Violencia Institucional.
“Secuestros” y “patotas” en el discurso petardista de la izquierda
El petardismo político de los grupos de izquierda que acompañan el reclamo de
la comisión interna de Lear hablaron de "secuestro" y "patotas" a la hora de
describir el rol de la conducción del SMATA. Las tensiones entre los
trabajadores dan otra perspectiva y permiten problematizar estas
afirmaciones.
Por Nahuel Placanica
El conflicto en la autopartista Lear escribió esta semana un nuevo capítulo. Los activistas gremiales junto a agrupaciones de izquierda fueron desalojados violentamente de la Panamericana en un operativo conjunto de la policía bonaerense y la Gendarmería Nacional. El episodio incluyó detenciones y varios heridos.
Los comunicados redactados por los grupos de prensa de los partidos de izquierda afirmaron posteriormente que “la Bonaerense hizo ingresar a la planta a la patota que responde a la conducción del SMATA”.
Hablar de "patota" dispara automáticamente en el imaginario colectivo la idea de un grupo de choque al mejor estilo barra bravas. Para poder problematizar el caso, señalaremos lo siguiente: en conflictos extensos y desgastantes como el de Lear, las tensiones entre los propios trabajadores son habituales.
En este caso, las diferencias llegaron a motivar el pedido frente al Consejo Directivo del SMATA de la revocatoria de mandato para los delegados, por parte de un grupo de trabajadores de la planta (sobre este punto volveremos más adelante).
No sería de extrañar que entre acusaciones cruzadas de "zurdos", "burócratas" y "carneros", se hayan producido agresiones entre los trabajadores que se presentaron a sus puestos y aquellos que continúan con el reclamo acompañados por grupos de izquierda.
El reduccionismo del término "patota", no parecería ser el más adecuado para esta situación. Antes bien, el descontento y las mismas divisiones entre los trabajadores de la empresa podrían dar cuenta mejor de lo sucedido.
Inoportuna y cuestionada asamblea
La semana pasada se llevó a cabo en la sede del SMATA una asamblea con el objetivo de destituir de su cargo a los delegados de la empresa Lear. La revocatoria de mandato lejos de ser una maniobra ilegal, está prevista en el estatuto del sindicato en el artículo 18 incisos “f” del mismo:
“El mandato de los delegados podrá ser revocado mediante asambleas de sus mandantes convocadas por el Consejo Directivo Nacional. La convocatoria podrá ser efectuada por propia decisión del Consejo Directivo Nacional o a petición del diez por ciento del total de los representados”.
En efecto, la convocatoria surgió de un grupo de trabajadores de la fábrica que elevaron el petitorio a las autoridades del SMATA, que actuó en consecuencia. Si bien la izquierda acusó de cómplices al sindicato y la patronal, el hecho de que la empresa no cediese la instalación fabril para la asamblea, bien puede relativizar esta afirmación.
A nadie se le escapa que dar lugar a una acción de este tipo en el marco de un conflicto entre los delegados y la empresa resulta, al menos, una medida desafortunada que puede llegar a poner en riesgo la continuidad laboral de los activistas una vez despojados de sus fueros.
Desde la conducción del gremio insisten en que no hicieron más que responder al pedido de los trabajadores de la empresa, que descontentos con la forma con que los delegados vienen llevando adelante el reclamo, elevaron una nota al Consejo Directivo.
Los abogados de la comisión interna impugnaron la asamblea ante el Ministerio de Trabajo y la Justicia Laboral, considerando que no se procedió conforme a la ley de asociaciones sindicales, que prevé la posibilidad de legítima defensa para los acusados. Por la noche del día jueves, se conoció un fallo judicial que declara nula la asamblea en cuestión.
¿Secuestro de laburantes?
Los cuestionamientos contra la asamblea de la polémica implicaron además una denuncia penal contra Ricardo Pignanelli y otros dirigentes de la conducción del SMATA por coacción. Los letrados argumentan que los trabajadores fueron obligados a participar de la convocatoria.
Algunos abogados vinculados a la izquierda rayaron el absurdo al hablar de “secuestro” por parte de la conducción del SMATA, en referencia al traslado en micros de los trabajadores para la realización de la asamblea.
La abogada y diputada por el FIT, Myriam Bregman, acusó en conferencia de prensa a Pignanelli de "secuestrar trabajadores, subirlos a un colectivo y llevarlos al sindicato para hacerlos votar uno por uno a favor de revocarles el mandato a los delegados, bajo amenaza de ser despedidos”.
Las declaraciones de Bregman parecen responder más al petardismo político característico de algunos dirigentes de izquierda antes que a una crítica respecto al funcionamiento de las estructuras orgánicas de un sindicato.
Re - incorporaciones
Las gestiones llevadas a cabo por la dirigencia del SMATA a lo largo de las sucesivas audiencias con el Ministerio de Trabajo y la patronal (de las cuales la comisión interna de la fábrica fue omitida) lograron la re-incorporación de alrededor de 50 despedidos, el levantamiento de las suspensiones y el retiro voluntario de unos 100 empleados cesanteados. Resta aún resolver la situación de unos 80 despedidos que esperan poder volver a sus puestos de trabajo.
Párrafo aparte merece la situación de los delegados de Lear, quienes fueron beneficiados por sucesivos fallos judiciales, instrumentados por los abogados de izquierda, ordenando su re – ingreso a la planta. El día jueves, la jueza Stella Maris Vulcano ratificó los fallos anteriores ordenando se imponga su reinstalación a través del Ministerio de Trabajo.
El conflicto en la autopartista Lear escribió esta semana un nuevo capítulo. Los activistas gremiales junto a agrupaciones de izquierda fueron desalojados violentamente de la Panamericana en un operativo conjunto de la policía bonaerense y la Gendarmería Nacional. El episodio incluyó detenciones y varios heridos.
Los comunicados redactados por los grupos de prensa de los partidos de izquierda afirmaron posteriormente que “la Bonaerense hizo ingresar a la planta a la patota que responde a la conducción del SMATA”.
Hablar de "patota" dispara automáticamente en el imaginario colectivo la idea de un grupo de choque al mejor estilo barra bravas. Para poder problematizar el caso, señalaremos lo siguiente: en conflictos extensos y desgastantes como el de Lear, las tensiones entre los propios trabajadores son habituales.
En este caso, las diferencias llegaron a motivar el pedido frente al Consejo Directivo del SMATA de la revocatoria de mandato para los delegados, por parte de un grupo de trabajadores de la planta (sobre este punto volveremos más adelante).
No sería de extrañar que entre acusaciones cruzadas de "zurdos", "burócratas" y "carneros", se hayan producido agresiones entre los trabajadores que se presentaron a sus puestos y aquellos que continúan con el reclamo acompañados por grupos de izquierda.
El reduccionismo del término "patota", no parecería ser el más adecuado para esta situación. Antes bien, el descontento y las mismas divisiones entre los trabajadores de la empresa podrían dar cuenta mejor de lo sucedido.
Inoportuna y cuestionada asamblea
La semana pasada se llevó a cabo en la sede del SMATA una asamblea con el objetivo de destituir de su cargo a los delegados de la empresa Lear. La revocatoria de mandato lejos de ser una maniobra ilegal, está prevista en el estatuto del sindicato en el artículo 18 incisos “f” del mismo:
“El mandato de los delegados podrá ser revocado mediante asambleas de sus mandantes convocadas por el Consejo Directivo Nacional. La convocatoria podrá ser efectuada por propia decisión del Consejo Directivo Nacional o a petición del diez por ciento del total de los representados”.
En efecto, la convocatoria surgió de un grupo de trabajadores de la fábrica que elevaron el petitorio a las autoridades del SMATA, que actuó en consecuencia. Si bien la izquierda acusó de cómplices al sindicato y la patronal, el hecho de que la empresa no cediese la instalación fabril para la asamblea, bien puede relativizar esta afirmación.
A nadie se le escapa que dar lugar a una acción de este tipo en el marco de un conflicto entre los delegados y la empresa resulta, al menos, una medida desafortunada que puede llegar a poner en riesgo la continuidad laboral de los activistas una vez despojados de sus fueros.
Desde la conducción del gremio insisten en que no hicieron más que responder al pedido de los trabajadores de la empresa, que descontentos con la forma con que los delegados vienen llevando adelante el reclamo, elevaron una nota al Consejo Directivo.
Los abogados de la comisión interna impugnaron la asamblea ante el Ministerio de Trabajo y la Justicia Laboral, considerando que no se procedió conforme a la ley de asociaciones sindicales, que prevé la posibilidad de legítima defensa para los acusados. Por la noche del día jueves, se conoció un fallo judicial que declara nula la asamblea en cuestión.
¿Secuestro de laburantes?
Los cuestionamientos contra la asamblea de la polémica implicaron además una denuncia penal contra Ricardo Pignanelli y otros dirigentes de la conducción del SMATA por coacción. Los letrados argumentan que los trabajadores fueron obligados a participar de la convocatoria.
Algunos abogados vinculados a la izquierda rayaron el absurdo al hablar de “secuestro” por parte de la conducción del SMATA, en referencia al traslado en micros de los trabajadores para la realización de la asamblea.
La abogada y diputada por el FIT, Myriam Bregman, acusó en conferencia de prensa a Pignanelli de "secuestrar trabajadores, subirlos a un colectivo y llevarlos al sindicato para hacerlos votar uno por uno a favor de revocarles el mandato a los delegados, bajo amenaza de ser despedidos”.
Las declaraciones de Bregman parecen responder más al petardismo político característico de algunos dirigentes de izquierda antes que a una crítica respecto al funcionamiento de las estructuras orgánicas de un sindicato.
Re - incorporaciones
Las gestiones llevadas a cabo por la dirigencia del SMATA a lo largo de las sucesivas audiencias con el Ministerio de Trabajo y la patronal (de las cuales la comisión interna de la fábrica fue omitida) lograron la re-incorporación de alrededor de 50 despedidos, el levantamiento de las suspensiones y el retiro voluntario de unos 100 empleados cesanteados. Resta aún resolver la situación de unos 80 despedidos que esperan poder volver a sus puestos de trabajo.
Párrafo aparte merece la situación de los delegados de Lear, quienes fueron beneficiados por sucesivos fallos judiciales, instrumentados por los abogados de izquierda, ordenando su re – ingreso a la planta. El día jueves, la jueza Stella Maris Vulcano ratificó los fallos anteriores ordenando se imponga su reinstalación a través del Ministerio de Trabajo.
"La economía popular tuvo su década ganada
Alberto Gandulfo es Coordinador General de la Comisión Nacional de
Microcrédito del Ministerio de Desarrollo Social. Analiza el rol de las
microfinanzas.
Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: En principio, le pediría una primera visión sobre la economía popular en la Argentina, sus desafíos y demandas.
Alberto Gandulfo: La economía social, solidaria y popular (o como se la quiera llamar) ha tenido su década ganada en este tiempo, porque de los 6 millones de puestos de trabajo que se crearon, 1,2 millones fueron hacia este sector. Esto tiene que ver con lo que ha sido una política de crecimiento con inclusión pero también con una política específica hacia las organizaciones populares. Ese sector ha tenido un rol protagonismo en este proceso que empezó en 2003.
APU: En la relación entre el Ministerio de Desarrollo y las organizaciones de base. ¿Cuáles son los programas que destaca como más exitosos?
AG: Desde el plan Manos a la Obra hasta Argentina Trabaja, hemos priorizado el trabajo popular, social. No solo hablamos de programas, sino de herramientas y leyes. Por ejemplo, las líneas de subsidios y microcréditos para compra de equipos y el desarrollo de emprendimientos. La ley de microcrédito fue muy importante en ese sentido. Hoy hay 1600 organizaciones de base de todo el país que están administrando fondos públicos. Otra herramienta fue el monotributo social, que permite la inclusión social de los trabajadores, que puedan tener una obra social. Se trata de una gestión integral, que incluye a Desarrollo Social y a otros ministerios del Ejecutivo.
APU: ¿Cuáles son las problemáticas que identifican?
AG: Nos preocupa lo que tiene que ver con el fortalecimiento del consumo popular. Si algo se ha hecho en estos años tiene que ver con extender, consolidar y facilitar las posibilidades de consumo popular. La asignación universal por hijo ha sido muy importante en ese sentido. Tenemos que avanzar en la organización territorial para que ese consumo se canalice a través de los emprendimientos de la economía popular y no que termine en la lógica de la economía concentrada. Cuando hablo de consumo popular hablamos de harina, aceite, azúcar. Esto es un problema de la economía global, no solo de Argentina. Queremos lograr que los productos generados por la economía social puedan entrar dentro de la canasta que consume nuestro pueblo. En ese sentido, queremos articular con el programa Precios Cuidados. Ese es nuestro próximo desafío: cómo organizar y articular producción y consumo popular.
APU: ¿Cuántos destinatarios tienen las líneas de microcréditos del Ministerio?
AG: No inventamos nada en el Ministerio. Esta es una herramienta que ya existe. En 2005 había 50 organizaciones que se dedicaban a las microfinanzas, que trabajaban con un interés del 40 % de interés anual. Nosotros incorporamos al Estado en esa política y con tasas subsidiadas pudimos incluir a 1600 organizaciones de todo el país, que trabajan al 6 % de interés anual. Asistimos a 2500 unidades productivas. Hablamos de emprendimientos pequeños hasta una empresa como el BAUEN.
APU: ¿Ese financiamiento público ha logrado que muchos pequeños emprendimientos sean sustentables en el tiempo?
AG: Lo revolucionario del modelo que implementamos en Argentina es haber fortalecido a las organizaciones populares. No es que nos devuelven la plata a nosotros. Las organizaciones administran fondos y los prestan a otras organizaciones. Eso potencia a las organizaciones de bases. La idea es a fin de año llegar a los 500 mil microcréditos. Es una inversión total de mil millones de pesos, que está en manos de las organizaciones. Esto desata procesos organizativos en los territorios.
AGENCIA PACO URONDO: En principio, le pediría una primera visión sobre la economía popular en la Argentina, sus desafíos y demandas.
Alberto Gandulfo: La economía social, solidaria y popular (o como se la quiera llamar) ha tenido su década ganada en este tiempo, porque de los 6 millones de puestos de trabajo que se crearon, 1,2 millones fueron hacia este sector. Esto tiene que ver con lo que ha sido una política de crecimiento con inclusión pero también con una política específica hacia las organizaciones populares. Ese sector ha tenido un rol protagonismo en este proceso que empezó en 2003.
APU: En la relación entre el Ministerio de Desarrollo y las organizaciones de base. ¿Cuáles son los programas que destaca como más exitosos?
AG: Desde el plan Manos a la Obra hasta Argentina Trabaja, hemos priorizado el trabajo popular, social. No solo hablamos de programas, sino de herramientas y leyes. Por ejemplo, las líneas de subsidios y microcréditos para compra de equipos y el desarrollo de emprendimientos. La ley de microcrédito fue muy importante en ese sentido. Hoy hay 1600 organizaciones de base de todo el país que están administrando fondos públicos. Otra herramienta fue el monotributo social, que permite la inclusión social de los trabajadores, que puedan tener una obra social. Se trata de una gestión integral, que incluye a Desarrollo Social y a otros ministerios del Ejecutivo.
APU: ¿Cuáles son las problemáticas que identifican?
AG: Nos preocupa lo que tiene que ver con el fortalecimiento del consumo popular. Si algo se ha hecho en estos años tiene que ver con extender, consolidar y facilitar las posibilidades de consumo popular. La asignación universal por hijo ha sido muy importante en ese sentido. Tenemos que avanzar en la organización territorial para que ese consumo se canalice a través de los emprendimientos de la economía popular y no que termine en la lógica de la economía concentrada. Cuando hablo de consumo popular hablamos de harina, aceite, azúcar. Esto es un problema de la economía global, no solo de Argentina. Queremos lograr que los productos generados por la economía social puedan entrar dentro de la canasta que consume nuestro pueblo. En ese sentido, queremos articular con el programa Precios Cuidados. Ese es nuestro próximo desafío: cómo organizar y articular producción y consumo popular.
APU: ¿Cuántos destinatarios tienen las líneas de microcréditos del Ministerio?
AG: No inventamos nada en el Ministerio. Esta es una herramienta que ya existe. En 2005 había 50 organizaciones que se dedicaban a las microfinanzas, que trabajaban con un interés del 40 % de interés anual. Nosotros incorporamos al Estado en esa política y con tasas subsidiadas pudimos incluir a 1600 organizaciones de todo el país, que trabajan al 6 % de interés anual. Asistimos a 2500 unidades productivas. Hablamos de emprendimientos pequeños hasta una empresa como el BAUEN.
APU: ¿Ese financiamiento público ha logrado que muchos pequeños emprendimientos sean sustentables en el tiempo?
AG: Lo revolucionario del modelo que implementamos en Argentina es haber fortalecido a las organizaciones populares. No es que nos devuelven la plata a nosotros. Las organizaciones administran fondos y los prestan a otras organizaciones. Eso potencia a las organizaciones de bases. La idea es a fin de año llegar a los 500 mil microcréditos. Es una inversión total de mil millones de pesos, que está en manos de las organizaciones. Esto desata procesos organizativos en los territorios.
domingo, 10 de agosto de 2014
“Cristina puso en valor la necesidad de otra interpretación de la historia”
Por Víctor Ramos*
sociedad@miradasalsur.com
Entrevista. Osvaldo Vergara Bertiche. Escritor
En un reportaje concedido a Claves de la Historia, el pensador y escritor OsvaldoVergara Bertiche habló del marxismo, el peronismo, los fondos buitre, la unidad latinoamericana, la historia que se enseña en el sistema educativo, de su militancia en la izquierda y su paso al peronismo, del golpe del ’55, del mitrismo del PC, la dictadura, el menemismo y de la Alianza UCR-Frepaso.
Este rosarino es secretario del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego y de la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado.
Se identifica a sí mismo no como un historiador, sino como un divulgador del pensamiento nacional hispanoamericano. Sus escritos, algunos de ellos, de significativo aporte en materias diversas y dispersos en el “ciberespacio” conllevan una carga política de impronta peronista y de defensa del gobierno de Cristina Fernández.
Uno de esos extraordinarios textos es Por fin… ¡Como en Luxemburgo!, una sátira sobre la oposición parlamentaria con motivo de la pretensión de imponer el 82 por ciento móvil a las jubilaciones y pensionados sin considerar ¿de dónde? se obtendrían los recursos, así como la imprevisión de la continuidad en el tiempo del sistema de reparto.
–¿Desde cuándo tiene interés por la política?
–Corría 1957 y me encontraba cursando el secundario, en la especialidad construcciones, y comencé a participar activamente en el Centro de Estudiantes de la Escuela Industrial dependiente de la Universidad Nacional de Rosario, mi ciudad natal y en la que he vivido toda mi vida. En esos tiempos, bajo la presidencia de Arturo Frondizi, el movimiento obrero organizado sostiene profundas luchas por reivindicaciones concretas, algunas postergadas y otras suspendidas. Así, la Unión Tranviaria resiste la eliminación de este medio de transporte y la inmediata privatización al implantar el sistema de colectivos automotor. Lo mismo ocurre con la privatización del Matadero Municipal de carne vacuna. Eso nos llevó a solidarizarnos y participar junto a los trabajadores poniendo en plena vigencia aquella consigna reformista de “obreros y estudiantes unidos y adelante”.
–¿Cómo se pone en contacto con el peronismo militante?
–Había participación en asambleas y actos públicos y eso me pone en contacto justamente con el peronismo militante. En 1958, el conflicto estudiantil se agudiza mediante la reglamentación del artículo 28 de la Ley de Educación, que habilitaba a las universidades privadas a otorgar directamente los títulos sin la necesaria revalidación por parte del Estado y “laica o libre” enfrenta al estudiantado. La toma de los establecimientos, las manifestaciones callejeras, las interminables asambleas, las polémicas y los escritos me tienen en primera línea. Así, en 1959, en un Congreso Nacional realizado en el paraninfo de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, me elige como secretario de la Confederación Argentina de Estudiantes Secundarios (CAES).
–Más allá del movimiento estudiantil, ¿participa activamente en otros sectores y cuál es el contexto?
–El primero de enero de 1959 triunfa la Revolución Cubana. Es un hecho que conmueve a las fuerzas políticas y al estudiantado. Me encontraba en sexto año, el último de mi carrera en el nivel medio; tenía 17 años de edad. Entre CAES y la Federación Universitaria, junto a sectores disidentes de la intransigencia frondicista, socialistas, comunistas, radicales y demócratas progresistas, convocamos a la formalización de lo que fuera el primer movimiento en todo el continente, de Solidaridad con la Revolución Cubana. No hay que olvidarse que Rosario era la Cuna del Che. Allí fui su primer secretario. Las fuerzas antiperonistas de la época, vieron en la caída del régimen de Fulgencio Batista, un proceso similar al acaecido en nuestro país en 1955. La solidaridad de esos sectores se daba en un marco de acentuado “gorilismo”. El avance de la Revolución de los barbudos cubanos, los hacen retirar y es entonces que desembarcan sectores peronistas de la resistencia, incluidos sindicatos. Nuevamente en contacto con peronistas.
–Pero usted se inclina hacia la izquierda o, mejor dicho, hacia el marxismo leninismo. ¿Cómo fue eso?
–Así fue, a pesar de provenir de un hogar peronista. Mi padre participó activamente en la Unión Ferroviaria del Belgrano. El estudiantado estaba coaptado por la Revolución, y fui de los que creí que la canalización para la construcción de un nuevo mundo se realizaba incorporándose a las filas de la Juventud Comunista, la FJC.
Plena actividad política y estudio permanente. Materialismo histórico, dialéctico, filosofía y economía, así como también historia argentina. Con el correr del tiempo me fui dando cuenta de que había asimilado a pleno la corriente liberal mitrista de la que estaba consustanciado el Partido Comunista de la República Argentina.
Pero, siempre hay un pero… La militancia fundamental la realicé en los movimientos reivindicativos de la época, el de “defensa de los ferrocarriles argentinos”, el de “defensa del patrimonio nacional”, “defensa de YPF y carboníferos fiscales”, así como en Cocopra (Comisión Coordinadora por la Reforma Agraria) y vuelta a trabajar con peronistas, que eran la fuerza fundamental de esos organismos.
–¿Cómo fue su paso definitivo al peronismo?
–Fue un largo andar, una toma de conciencia; desaprender para aprender. Una suerte de catarsis filosófica y política. Una aventura del pensamiento. Una introspección para interrumpir el automatismo ideológico y el dogmatismo para hacer nuevas valoraciones. En esto, el recurrir a Scalabrini Ortiz, Jauretche y sobre todo a José María Rosa, permitió otra mirada y un posicionamiento más amplio, con una óptica nacional, que me permitió comprender la etapa iniciada en 1945. Un descubrimiento del ser nacional.
–¿Se incorpora al peronismo o simplemente adhiere a un pensamiento?
–No. Siempre consideré que pensamiento y acción van indisolublemente ligados. Es una decisión de vida luchar por aquello que haga al interés y al bienestar del Pueblo. Siempre fui y seré un militante; no sólo partidario, sino, fundamentalmente, en la trasmisión del pensamiento desde distintos lugares.
–¿Qué es Análisis Cuadernos de Divulgación?
–Una aporte cultural y educativo. Con mi esposa, compañera de andanzas, Olga Nora Mansilla, en 1985, resolvimos fundar un emprendimiento que nos permitiera incursionar en distintas temáticas afines con nuestra manera de pensar y obrar. Ciclos de conferencias, charlas, debates, impresiones de libros y revistas, nos posicionó de manera tal que la Municipalidad de Rosario, mediante un decreto, declaró de Interés nuestra actividad. Así también, con motivo de nuestra creación “La Orden del Yunque”, premio instituido a “los hacedores de nuestra cultura nacional”, el mismo Ente estatal lo declara de Interés. Ramón Carrillo, Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo, Manuel Ugarte, David Peña y tantos otros son revalorizados en charlas y conferencias por mí dictadas, lo que da lugar que luego convertidos en libros, formaran parte de la Colección Cultura y Nación, que fuera declarada de Interés por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe.
–Manzi, Discépolo… ¿Para usted, el tango es sólo un atractivo musical o una manera diferente de valorizar lo nacional?
–Desde siempre el tango fue de mi gusto. No sé bailar y ni siquiera “voy silbando una canción”. Soy un estudioso de las letras, por su significado, su relación histórica, su “mostrar”, en gran medida, las vivencias de la sociedad portuaria. Esas historias “contadas en tres minutos”, al decir de Enrique Santos Discépolo, me han apasionado y convocado a “mostrarlas”, a muchas de ellas, como el resultado final del sentimiento y el compromiso del Pueblo. Manzi y Discépolo han sido, por su trayectoria y consecuencia, y de acuerdo con mi manera de pensar, los principales hacedores de una poesía que cautiva y nos obliga a la reflexión. Así fue que estos autores me han servido para dimensionar el grado de compromiso militante en el campo nacional; el jugarse enteros por una causa que consideraron justa: el peronismo.
–¿Cómo llegó al Instituto Manuel Dorrego?
–De la mano de los amigos. Durante mucho tiempo escribí artículos que se publicaban en páginas web de carácter nacional y popular tanto argentinas como extranjeras. Empezaron a conocerme y un día fui invitado a disertar en Buenos Aires a raíz de un trabajo al que había titulado “Discépolo, de la Década Infame al Estatuto del Peón”. De allí en más mis viajes se hacen frecuentes y termino propuesto para integrar la Comisión Nacional de Homenaje a la Vuelta de Obligado. Conozco allí a Mario Pacho O’Donnell.
–¿Fue una situación de las llamadas “bisagra” en su vida?
-Sí. Por pertenencia. Decididamente incursioné en el llamado “pensamiento nacional”, más que leyendo, estudiando, a los autores más destacados, como Fermín Chávez, Abelardo Ramos, O’ Donnell, como también las publicaciones realizadas por mis propios nuevos compañeros. Fue un despertar del intelecto, una catarata de nuevos conocimientos, de nuevas reflexiones. El panorama que se abría era inconmensurable. El desafío ya no era una quimera, se manifestaba como una realidad que había que asumirla.
–Usted también incursionó en temas literarios. Son de su autoría La poesía indigenista, los Fabulosos fabulistas -Samaniego e Iriarte y otros temas afines. ¿Nos puede contar de eso?
–Siempre creí en la necesidad, el deber, de poder educar, de acuerdo con lo que uno considera útil para los demás. El conocimiento y la trasmisión de esos conocimientos debe ser una constante. Fui docente de escuelas secundarias mucho tiempo, años, lo que me permitió jubilarme. Ese afán por la docencia hace que uno, a partir de determinadas temáticas, siga en la senda. Poner en conocimiento hechos y personajes, como cuestiones culturales, permiten que otros accedan a la lectura, vehículo de importancia para fundar la “desmemoria” a que fuimos sometidos durante décadas.
–En algún momento de su vida fue un funcionario político. ¿Qué lo decidió a aceptar una responsabilidad de tal magnitud?
–La militancia. El deber ser. Fui desde muy joven empleado de la Administración Pública santafesina. En 1973, luego del triunfo del Frejuli (elecciones en que ganó el 11 de marzo de ese año la fórmula peronista Cámpora-Solano Lima), fui designado secretario técnico de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, mi primer cargo jerárquico. Al poco tiempo asumí como secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Pavón, una localidad cercana a Rosario. Luego, la larga noche del Proceso, la dictadura cívico-militar. Cesanteado, con tres hijos, tuve que afrontar la situación haciendo lo que se podía.
–Una vez que retornó la democracia, ¿cómo siguió su lucha, su militancia?
–En 1989, el Partido Justicialista me lleva a ser, primero, Habilitado, y luego, subsecretario del Concejo Municipal de Rosario. La ciudad se había “incendiado” gracias a la nefasta conducción del radicalismo, la hiperinflación condujo a que las masas empobrecidas quedaran aún más empobrecidas, expulsadas a la marginalidad, la tarea no sólo fue burocrática en un ámbito legislativo, sino que hizo a la obligación de “apagar el fuego”. Fue para mí y para mis compañeros de entonces una experiencia de solidaridad.
–¿Cómo vivió el menemismo y lo que vino después hasta 2001?
–Primero con gran ilusión. Luego la decepción. Se había consumado la entrega. Desde los tiempos del “sapo del diluvio”, Bernardino Rivadavia, no se había aplicado una política de tamaña sumisión a los dictados del imperio. Luego la Alianza, un rejunte que culminó en los acontecimientos del 20 y 21 de diciembre, con muertos y con un país quebrado. La deuda externa e interna nos pulverizó. La Nación al borde de la desintegración. El helicóptero se llevaba los restos de la improvisación y el desmanejo, la enajenación y la liviandad política, el desprecio por el Pueblo y la Patria. Se sucedieron presidentes por un rato. Más de los mismo; parecíamos detenidos en el tiempo. Pero los pueblos no se suicidan. Otros tiempos con otros aires vendrían. Venían del sur. Desde donde nace nuestro continente subyugado, maltratado por décadas.
–¿Qué opina de la actual situación política, económica, social y cultural?
–Hemos “saltado” hacia arriba y hacia adelante. No soy kirchnerista ni cristinista. He asumido el peronismo, y por tanto, mi posición es de total apoyo, de acompañamiento incondicional, al gobierno peronista de Néstor y de Cristina. En 1955, el golpe cívico militar fusilador cercenó la continuidad y profundización de un proceso revolucionario, eminentemente nacional, popular y de integración iberoamericano. Sostengo que si nos sentimos herederos de esa “revolución inconclusa” somos revolucionarios. Y la revolución se puso nuevamente en marcha el 25 de mayo de 2003. De ahí mi posicionamiento al lado del Gobierno.
–Volviendo al Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, ¿su determinación política hace a su participación tan activa?, ya que se desempeña como secretario.
–Es la consecuencia lógica y natural. No es casual que el gobierno de Cristina Fernández pusiera en valor la necesidad de otra interpretación de la historia. La historia que aprendimos es la historia narrada por los vencedores de Pavón. Por aquellos que convirtieron el país en un “coto de caza” de nuestros federales, del conjunto del pueblo del interior del país; que fueran los responsables de las miserias provinciales y de la entrega de nuestras riquezas a la voracidad del imperio, fundamentalmente al inglés. Debemos señalar que no les bastó con eso. Cometieron el mayor genocidio en nuestra América: el de la guerra contra nuestros hermanos paraguayos y su aniquilamiento.
–¿El Instituto Manuel Dorrego es una nueva “academia”?
–Muchas veces suelo decir que esta determinación de la creación del Instituto no conlleva a la formación de una “nueva academia”, sino a la puesta en escena de una “unidad básica” de la historia. De un lugar desde donde se combata la mentira, mentira que les sirve para ponernos de rodillas. Un lugar para llevar adelante la madre de todas las batallas: la batalla cultural. Ya que hemos sido, al decir de don Arturo Jauretche, objeto de la dominación pedagógica. El Instituto es un lugar de militancia política, de militancia permanente para “avivar zonzos”. Para crear una conciencia nacional, popular y federalista. Sostengo, que a los 72 años de edad, tener una tarea como la actual, es un privilegio.
–¿Cómo es eso de “saltar” hacia arriba y hacia adelante?
–Se han tomado medidas de gobierno de reparación de los sectores populares. Desde la Asignación Universal por Hijos, hasta el Casamiento Igualitario. Los aumentos jubilatorios, las paritarias, y sobrarían los etcéteras. Esto es haber “saltado” hacia arriba y hacia adelante. A contrapelo de las actitudes de gobiernos anteriores, que ponían el “carro delante del caballo”, éste ha incorporado a las masas a un mejoramiento de las condiciones de vida. La injusticia social es mucho menos injusta. Quizá falte mucho por hacer, pero se va haciendo todos los días. Esto es peronismo. No me cabe duda alguna.
–¿Buitres, sometimiento a dictados extranjeros o soberanía?
–La impronta del Gobierno Nacional es la de defensa irrestricta de nuestra Soberanía. El concepto de Pueblo, Patria y Nación está presente de manera permanente tanto en la prédica como en la acción. La amenaza de los sectores del capital financiero internacional es permanente. No nos perdonan nuestra autodeterminación. No nos perdonan el ser generadores principales de la necesaria e impostergable Unidad de Iberoamérica sobre la base de una Confederación de Naciones. No nos perdonan que paguemos nuestras deudas. Nos quieren deudores para hacerse acreedores del sudor de nuestro Pueblo y de nuestros recursos naturales. La lucha por Malvinas es lo identitario, la pelea con los denominados fondos buitre, carroña del poscapitalismo, nos cohesiona como Nación. Esas son las virtudes de este gobierno.
–¿Cómo ve las acciones tendientes a la Unidad Iberoamericana?
–Tomando el territorio. Las naciones no tienen límites. Los Estados limitan entre sí. La Argentina y Chile son la península del continente. Las vías para la integración son claras y ancestrales: Buenos Aires - Lima (pasando por las distintas ciudades de nuestro país y Bolivia) - Bogotá - Caracas. Por otro lado Buenos Aires - Santiago y de ahí en más la integración con todo el arco cordillerano. Más Buenos Aires - Montevideo - San Pablo - Río de Janeiro - Caracas. Una verdadera pinza que abraza el continente. Debemos ocupar el centro, defender en primer lugar nuestros recursos acuíferos, porque también vienen por el agua, fuente de vida. El que domina el agua domina la vida. Ésa es la pretensión. También dominar la vida. De ahí la integración será con el resto de nuestros hermanos caribeños, centroamericanos y mexicanos. Es un largo camino, pero el camino se hace al andar. Nuestro gobierno ha dado prueba de ello.
–¿Es optimista para el futuro?
–El optimismo es proporcional a las circunstancias actuales. En el devenir histórico los hechos concretos del presente determinan la naturaleza del futuro. Roberto Arlt decía, que “el futuro será nuestro por la prepotencia del trabajo”. Trabajo y más trabajo, mayor capacitación e interés permitirán construir la Patria que nos merecemos. Y no debemos olvidar esa suerte de axioma del general Perón: “Sólo la organización vence al tiempo”. En la medida en que logremos consolidar el “movimiento nacional de los argentinos” y proseguir en la ruta que hoy llevamos, podremos “saltar hacia arriba”, pero nuevamente de felicidad. Los tiempos felices son aquellos que los pueblos construyen para sí y para las generaciones que le sucederán.
Perfil
Nació en Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina, en 1942. Dirige, junto a Olga Nora Mansilla, Análisis Cuadernos de Divulgación, emprendimiento cultural-educativo, editora de Cultura y Nación, Tangueando y Folcloreando, entre otras. Fue docente del Instituto Politécnico Superior (UNR) y de escuelas secundarias provinciales.
Se desempeñó como funcionario de carrera y funcionario político en la administración pública provincial y en el Honorable Concejo Municipal de Rosario, respectivamente.
Es autor de ensayos sobre poesía indigenista de habla hispanoamericana y de los fabulistas Samaniego e Iriarte, así como de trabajos literarios referidos a la vida y obra de personalidades del campo nacional y popular.
Galardonado con la Orden de La Chaveta, por la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos de Rosario, y con la Orden del Poeta, por la Peña La Herradura, por su trayectoria en el campo educativo y cultural.
Creador de la Orden del Yunque, a los Forjadores de la Identidad Nacional, Declarada de Interés por la Municipalidad de Rosario.
*Presidente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino.
sociedad@miradasalsur.com
Entrevista. Osvaldo Vergara Bertiche. Escritor
En un reportaje concedido a Claves de la Historia, el pensador y escritor OsvaldoVergara Bertiche habló del marxismo, el peronismo, los fondos buitre, la unidad latinoamericana, la historia que se enseña en el sistema educativo, de su militancia en la izquierda y su paso al peronismo, del golpe del ’55, del mitrismo del PC, la dictadura, el menemismo y de la Alianza UCR-Frepaso.
Este rosarino es secretario del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego y de la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado.
Se identifica a sí mismo no como un historiador, sino como un divulgador del pensamiento nacional hispanoamericano. Sus escritos, algunos de ellos, de significativo aporte en materias diversas y dispersos en el “ciberespacio” conllevan una carga política de impronta peronista y de defensa del gobierno de Cristina Fernández.
Uno de esos extraordinarios textos es Por fin… ¡Como en Luxemburgo!, una sátira sobre la oposición parlamentaria con motivo de la pretensión de imponer el 82 por ciento móvil a las jubilaciones y pensionados sin considerar ¿de dónde? se obtendrían los recursos, así como la imprevisión de la continuidad en el tiempo del sistema de reparto.
–¿Desde cuándo tiene interés por la política?
–Corría 1957 y me encontraba cursando el secundario, en la especialidad construcciones, y comencé a participar activamente en el Centro de Estudiantes de la Escuela Industrial dependiente de la Universidad Nacional de Rosario, mi ciudad natal y en la que he vivido toda mi vida. En esos tiempos, bajo la presidencia de Arturo Frondizi, el movimiento obrero organizado sostiene profundas luchas por reivindicaciones concretas, algunas postergadas y otras suspendidas. Así, la Unión Tranviaria resiste la eliminación de este medio de transporte y la inmediata privatización al implantar el sistema de colectivos automotor. Lo mismo ocurre con la privatización del Matadero Municipal de carne vacuna. Eso nos llevó a solidarizarnos y participar junto a los trabajadores poniendo en plena vigencia aquella consigna reformista de “obreros y estudiantes unidos y adelante”.
–¿Cómo se pone en contacto con el peronismo militante?
–Había participación en asambleas y actos públicos y eso me pone en contacto justamente con el peronismo militante. En 1958, el conflicto estudiantil se agudiza mediante la reglamentación del artículo 28 de la Ley de Educación, que habilitaba a las universidades privadas a otorgar directamente los títulos sin la necesaria revalidación por parte del Estado y “laica o libre” enfrenta al estudiantado. La toma de los establecimientos, las manifestaciones callejeras, las interminables asambleas, las polémicas y los escritos me tienen en primera línea. Así, en 1959, en un Congreso Nacional realizado en el paraninfo de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, me elige como secretario de la Confederación Argentina de Estudiantes Secundarios (CAES).
–Más allá del movimiento estudiantil, ¿participa activamente en otros sectores y cuál es el contexto?
–El primero de enero de 1959 triunfa la Revolución Cubana. Es un hecho que conmueve a las fuerzas políticas y al estudiantado. Me encontraba en sexto año, el último de mi carrera en el nivel medio; tenía 17 años de edad. Entre CAES y la Federación Universitaria, junto a sectores disidentes de la intransigencia frondicista, socialistas, comunistas, radicales y demócratas progresistas, convocamos a la formalización de lo que fuera el primer movimiento en todo el continente, de Solidaridad con la Revolución Cubana. No hay que olvidarse que Rosario era la Cuna del Che. Allí fui su primer secretario. Las fuerzas antiperonistas de la época, vieron en la caída del régimen de Fulgencio Batista, un proceso similar al acaecido en nuestro país en 1955. La solidaridad de esos sectores se daba en un marco de acentuado “gorilismo”. El avance de la Revolución de los barbudos cubanos, los hacen retirar y es entonces que desembarcan sectores peronistas de la resistencia, incluidos sindicatos. Nuevamente en contacto con peronistas.
–Pero usted se inclina hacia la izquierda o, mejor dicho, hacia el marxismo leninismo. ¿Cómo fue eso?
–Así fue, a pesar de provenir de un hogar peronista. Mi padre participó activamente en la Unión Ferroviaria del Belgrano. El estudiantado estaba coaptado por la Revolución, y fui de los que creí que la canalización para la construcción de un nuevo mundo se realizaba incorporándose a las filas de la Juventud Comunista, la FJC.
Plena actividad política y estudio permanente. Materialismo histórico, dialéctico, filosofía y economía, así como también historia argentina. Con el correr del tiempo me fui dando cuenta de que había asimilado a pleno la corriente liberal mitrista de la que estaba consustanciado el Partido Comunista de la República Argentina.
Pero, siempre hay un pero… La militancia fundamental la realicé en los movimientos reivindicativos de la época, el de “defensa de los ferrocarriles argentinos”, el de “defensa del patrimonio nacional”, “defensa de YPF y carboníferos fiscales”, así como en Cocopra (Comisión Coordinadora por la Reforma Agraria) y vuelta a trabajar con peronistas, que eran la fuerza fundamental de esos organismos.
–¿Cómo fue su paso definitivo al peronismo?
–Fue un largo andar, una toma de conciencia; desaprender para aprender. Una suerte de catarsis filosófica y política. Una aventura del pensamiento. Una introspección para interrumpir el automatismo ideológico y el dogmatismo para hacer nuevas valoraciones. En esto, el recurrir a Scalabrini Ortiz, Jauretche y sobre todo a José María Rosa, permitió otra mirada y un posicionamiento más amplio, con una óptica nacional, que me permitió comprender la etapa iniciada en 1945. Un descubrimiento del ser nacional.
–¿Se incorpora al peronismo o simplemente adhiere a un pensamiento?
–No. Siempre consideré que pensamiento y acción van indisolublemente ligados. Es una decisión de vida luchar por aquello que haga al interés y al bienestar del Pueblo. Siempre fui y seré un militante; no sólo partidario, sino, fundamentalmente, en la trasmisión del pensamiento desde distintos lugares.
–¿Qué es Análisis Cuadernos de Divulgación?
–Una aporte cultural y educativo. Con mi esposa, compañera de andanzas, Olga Nora Mansilla, en 1985, resolvimos fundar un emprendimiento que nos permitiera incursionar en distintas temáticas afines con nuestra manera de pensar y obrar. Ciclos de conferencias, charlas, debates, impresiones de libros y revistas, nos posicionó de manera tal que la Municipalidad de Rosario, mediante un decreto, declaró de Interés nuestra actividad. Así también, con motivo de nuestra creación “La Orden del Yunque”, premio instituido a “los hacedores de nuestra cultura nacional”, el mismo Ente estatal lo declara de Interés. Ramón Carrillo, Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo, Manuel Ugarte, David Peña y tantos otros son revalorizados en charlas y conferencias por mí dictadas, lo que da lugar que luego convertidos en libros, formaran parte de la Colección Cultura y Nación, que fuera declarada de Interés por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe.
–Manzi, Discépolo… ¿Para usted, el tango es sólo un atractivo musical o una manera diferente de valorizar lo nacional?
–Desde siempre el tango fue de mi gusto. No sé bailar y ni siquiera “voy silbando una canción”. Soy un estudioso de las letras, por su significado, su relación histórica, su “mostrar”, en gran medida, las vivencias de la sociedad portuaria. Esas historias “contadas en tres minutos”, al decir de Enrique Santos Discépolo, me han apasionado y convocado a “mostrarlas”, a muchas de ellas, como el resultado final del sentimiento y el compromiso del Pueblo. Manzi y Discépolo han sido, por su trayectoria y consecuencia, y de acuerdo con mi manera de pensar, los principales hacedores de una poesía que cautiva y nos obliga a la reflexión. Así fue que estos autores me han servido para dimensionar el grado de compromiso militante en el campo nacional; el jugarse enteros por una causa que consideraron justa: el peronismo.
–¿Cómo llegó al Instituto Manuel Dorrego?
–De la mano de los amigos. Durante mucho tiempo escribí artículos que se publicaban en páginas web de carácter nacional y popular tanto argentinas como extranjeras. Empezaron a conocerme y un día fui invitado a disertar en Buenos Aires a raíz de un trabajo al que había titulado “Discépolo, de la Década Infame al Estatuto del Peón”. De allí en más mis viajes se hacen frecuentes y termino propuesto para integrar la Comisión Nacional de Homenaje a la Vuelta de Obligado. Conozco allí a Mario Pacho O’Donnell.
–¿Fue una situación de las llamadas “bisagra” en su vida?
-Sí. Por pertenencia. Decididamente incursioné en el llamado “pensamiento nacional”, más que leyendo, estudiando, a los autores más destacados, como Fermín Chávez, Abelardo Ramos, O’ Donnell, como también las publicaciones realizadas por mis propios nuevos compañeros. Fue un despertar del intelecto, una catarata de nuevos conocimientos, de nuevas reflexiones. El panorama que se abría era inconmensurable. El desafío ya no era una quimera, se manifestaba como una realidad que había que asumirla.
–Usted también incursionó en temas literarios. Son de su autoría La poesía indigenista, los Fabulosos fabulistas -Samaniego e Iriarte y otros temas afines. ¿Nos puede contar de eso?
–Siempre creí en la necesidad, el deber, de poder educar, de acuerdo con lo que uno considera útil para los demás. El conocimiento y la trasmisión de esos conocimientos debe ser una constante. Fui docente de escuelas secundarias mucho tiempo, años, lo que me permitió jubilarme. Ese afán por la docencia hace que uno, a partir de determinadas temáticas, siga en la senda. Poner en conocimiento hechos y personajes, como cuestiones culturales, permiten que otros accedan a la lectura, vehículo de importancia para fundar la “desmemoria” a que fuimos sometidos durante décadas.
–En algún momento de su vida fue un funcionario político. ¿Qué lo decidió a aceptar una responsabilidad de tal magnitud?
–La militancia. El deber ser. Fui desde muy joven empleado de la Administración Pública santafesina. En 1973, luego del triunfo del Frejuli (elecciones en que ganó el 11 de marzo de ese año la fórmula peronista Cámpora-Solano Lima), fui designado secretario técnico de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, mi primer cargo jerárquico. Al poco tiempo asumí como secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Pavón, una localidad cercana a Rosario. Luego, la larga noche del Proceso, la dictadura cívico-militar. Cesanteado, con tres hijos, tuve que afrontar la situación haciendo lo que se podía.
–Una vez que retornó la democracia, ¿cómo siguió su lucha, su militancia?
–En 1989, el Partido Justicialista me lleva a ser, primero, Habilitado, y luego, subsecretario del Concejo Municipal de Rosario. La ciudad se había “incendiado” gracias a la nefasta conducción del radicalismo, la hiperinflación condujo a que las masas empobrecidas quedaran aún más empobrecidas, expulsadas a la marginalidad, la tarea no sólo fue burocrática en un ámbito legislativo, sino que hizo a la obligación de “apagar el fuego”. Fue para mí y para mis compañeros de entonces una experiencia de solidaridad.
–¿Cómo vivió el menemismo y lo que vino después hasta 2001?
–Primero con gran ilusión. Luego la decepción. Se había consumado la entrega. Desde los tiempos del “sapo del diluvio”, Bernardino Rivadavia, no se había aplicado una política de tamaña sumisión a los dictados del imperio. Luego la Alianza, un rejunte que culminó en los acontecimientos del 20 y 21 de diciembre, con muertos y con un país quebrado. La deuda externa e interna nos pulverizó. La Nación al borde de la desintegración. El helicóptero se llevaba los restos de la improvisación y el desmanejo, la enajenación y la liviandad política, el desprecio por el Pueblo y la Patria. Se sucedieron presidentes por un rato. Más de los mismo; parecíamos detenidos en el tiempo. Pero los pueblos no se suicidan. Otros tiempos con otros aires vendrían. Venían del sur. Desde donde nace nuestro continente subyugado, maltratado por décadas.
–¿Qué opina de la actual situación política, económica, social y cultural?
–Hemos “saltado” hacia arriba y hacia adelante. No soy kirchnerista ni cristinista. He asumido el peronismo, y por tanto, mi posición es de total apoyo, de acompañamiento incondicional, al gobierno peronista de Néstor y de Cristina. En 1955, el golpe cívico militar fusilador cercenó la continuidad y profundización de un proceso revolucionario, eminentemente nacional, popular y de integración iberoamericano. Sostengo que si nos sentimos herederos de esa “revolución inconclusa” somos revolucionarios. Y la revolución se puso nuevamente en marcha el 25 de mayo de 2003. De ahí mi posicionamiento al lado del Gobierno.
–Volviendo al Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, ¿su determinación política hace a su participación tan activa?, ya que se desempeña como secretario.
–Es la consecuencia lógica y natural. No es casual que el gobierno de Cristina Fernández pusiera en valor la necesidad de otra interpretación de la historia. La historia que aprendimos es la historia narrada por los vencedores de Pavón. Por aquellos que convirtieron el país en un “coto de caza” de nuestros federales, del conjunto del pueblo del interior del país; que fueran los responsables de las miserias provinciales y de la entrega de nuestras riquezas a la voracidad del imperio, fundamentalmente al inglés. Debemos señalar que no les bastó con eso. Cometieron el mayor genocidio en nuestra América: el de la guerra contra nuestros hermanos paraguayos y su aniquilamiento.
–¿El Instituto Manuel Dorrego es una nueva “academia”?
–Muchas veces suelo decir que esta determinación de la creación del Instituto no conlleva a la formación de una “nueva academia”, sino a la puesta en escena de una “unidad básica” de la historia. De un lugar desde donde se combata la mentira, mentira que les sirve para ponernos de rodillas. Un lugar para llevar adelante la madre de todas las batallas: la batalla cultural. Ya que hemos sido, al decir de don Arturo Jauretche, objeto de la dominación pedagógica. El Instituto es un lugar de militancia política, de militancia permanente para “avivar zonzos”. Para crear una conciencia nacional, popular y federalista. Sostengo, que a los 72 años de edad, tener una tarea como la actual, es un privilegio.
–¿Cómo es eso de “saltar” hacia arriba y hacia adelante?
–Se han tomado medidas de gobierno de reparación de los sectores populares. Desde la Asignación Universal por Hijos, hasta el Casamiento Igualitario. Los aumentos jubilatorios, las paritarias, y sobrarían los etcéteras. Esto es haber “saltado” hacia arriba y hacia adelante. A contrapelo de las actitudes de gobiernos anteriores, que ponían el “carro delante del caballo”, éste ha incorporado a las masas a un mejoramiento de las condiciones de vida. La injusticia social es mucho menos injusta. Quizá falte mucho por hacer, pero se va haciendo todos los días. Esto es peronismo. No me cabe duda alguna.
–¿Buitres, sometimiento a dictados extranjeros o soberanía?
–La impronta del Gobierno Nacional es la de defensa irrestricta de nuestra Soberanía. El concepto de Pueblo, Patria y Nación está presente de manera permanente tanto en la prédica como en la acción. La amenaza de los sectores del capital financiero internacional es permanente. No nos perdonan nuestra autodeterminación. No nos perdonan el ser generadores principales de la necesaria e impostergable Unidad de Iberoamérica sobre la base de una Confederación de Naciones. No nos perdonan que paguemos nuestras deudas. Nos quieren deudores para hacerse acreedores del sudor de nuestro Pueblo y de nuestros recursos naturales. La lucha por Malvinas es lo identitario, la pelea con los denominados fondos buitre, carroña del poscapitalismo, nos cohesiona como Nación. Esas son las virtudes de este gobierno.
–¿Cómo ve las acciones tendientes a la Unidad Iberoamericana?
–Tomando el territorio. Las naciones no tienen límites. Los Estados limitan entre sí. La Argentina y Chile son la península del continente. Las vías para la integración son claras y ancestrales: Buenos Aires - Lima (pasando por las distintas ciudades de nuestro país y Bolivia) - Bogotá - Caracas. Por otro lado Buenos Aires - Santiago y de ahí en más la integración con todo el arco cordillerano. Más Buenos Aires - Montevideo - San Pablo - Río de Janeiro - Caracas. Una verdadera pinza que abraza el continente. Debemos ocupar el centro, defender en primer lugar nuestros recursos acuíferos, porque también vienen por el agua, fuente de vida. El que domina el agua domina la vida. Ésa es la pretensión. También dominar la vida. De ahí la integración será con el resto de nuestros hermanos caribeños, centroamericanos y mexicanos. Es un largo camino, pero el camino se hace al andar. Nuestro gobierno ha dado prueba de ello.
–¿Es optimista para el futuro?
–El optimismo es proporcional a las circunstancias actuales. En el devenir histórico los hechos concretos del presente determinan la naturaleza del futuro. Roberto Arlt decía, que “el futuro será nuestro por la prepotencia del trabajo”. Trabajo y más trabajo, mayor capacitación e interés permitirán construir la Patria que nos merecemos. Y no debemos olvidar esa suerte de axioma del general Perón: “Sólo la organización vence al tiempo”. En la medida en que logremos consolidar el “movimiento nacional de los argentinos” y proseguir en la ruta que hoy llevamos, podremos “saltar hacia arriba”, pero nuevamente de felicidad. Los tiempos felices son aquellos que los pueblos construyen para sí y para las generaciones que le sucederán.
Perfil
Nació en Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina, en 1942. Dirige, junto a Olga Nora Mansilla, Análisis Cuadernos de Divulgación, emprendimiento cultural-educativo, editora de Cultura y Nación, Tangueando y Folcloreando, entre otras. Fue docente del Instituto Politécnico Superior (UNR) y de escuelas secundarias provinciales.
Se desempeñó como funcionario de carrera y funcionario político en la administración pública provincial y en el Honorable Concejo Municipal de Rosario, respectivamente.
Es autor de ensayos sobre poesía indigenista de habla hispanoamericana y de los fabulistas Samaniego e Iriarte, así como de trabajos literarios referidos a la vida y obra de personalidades del campo nacional y popular.
Galardonado con la Orden de La Chaveta, por la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos de Rosario, y con la Orden del Poeta, por la Peña La Herradura, por su trayectoria en el campo educativo y cultural.
Creador de la Orden del Yunque, a los Forjadores de la Identidad Nacional, Declarada de Interés por la Municipalidad de Rosario.
*Presidente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino.
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