viernes, 8 de agosto de 2014

MEMORIA Un día cargado de futuro

Por Marta Dillon
“Hermosa excusa para hablar con los hijos de uno. Y abrazarlos fuerte”, fue el post que en Twitter publicó la periodista Ingrid Beck, y los mensajes se sucedieron en cascada con la misma potencia con que esta vez la aparición de un joven que fue un niño desaparecido, que fue buscado durante más de treinta años, nombrado como si se lo conociera, deseado por su madre que sostuvo ese embarazo a pesar del cautiverio, que parió engrillada, que se resistió cuando se lo quitaron, que no pudo acunarlo más que cinco horas, nos envolvió a todos y a todas. Sabíamos, la gran mayoría, que ese joven se llamaba Guido porque hubo sobrevivientes que tuvieron voz durante todos estos años. 
Porque esas voces fueron oídas, porque esas voces trajeron lo más querido por quienes sufrieron la desaparición de los suyos: los últimos rastros, la certeza de la resistencia, de la pulsión de la vida más allá de todo juicio. “Yo: Encontraron al nieto de Estela de Carlotto ¿sabías? Simón: ¿A Guido? Hice las cosas bien”, siguió Beck en la misma red social dando cuenta de por qué el martes fue un día de fiesta colectiva, un día insoslayable porque nadie podía quedar al margen, porque una historia particular, con sus pequeñas aristas y sus rostros definidos, cuenta más que la acumulación de números que pueden dar cuenta del genocidio pero no siempre cuentan lo que se necesita para entender la dimensión del genocidio. Esta vez la historia se metió en cada casa, se instaló en la mesa y en la mesada de la cocina. “Mientras desgrasaba una colita de cuadril. Mi hijo me dijo ‘soltá el cuchillo, mamá’ y me abrazó”, escribió alguien más en respuesta, relatando en pocos caracteres cómo un hijo es capaz de poner el mundo en orden, de decir basta, aquí podemos detener lo cotidiano porque pasó algo maravilloso. “Sofía (8) preguntó: ¿por qué llorás si es lindo? Le dije que era lindo pero aún faltaban 400. Agregó: Los vamos a encontrar a todos.” Algo hicimos bien, sin duda, algo colectivo hicimos bien, aunque el agradecimiento lo merezcan quienes pusieron el cuerpo y la voz a esta lucha que no se abandona, que se abrió paso en el enjambre más oscuro de la miseria humana, la que desapareció, la que quiso borrar todas las huellas de los valientes y la que negó más tarde pretendiendo que se podía vivir poniendo una losa de silencio sobre nuestras heridas abiertas.
 “Hoy les pedí a mis hijos y a mis sobrinos que vayan a abrazar fuerte a su abuela. ¡¡¡Estoy feliz!!!”, escribió un hombre y tradujo de qué se trata la reparación, la frágil reparación posible para heridas que atraviesan generaciones como un hilo negro que al menos por contraste nos deja ver lo que tenemos. Como contó otra mamá de su hija: “Roberta 4. Me vio llorar. Le expliqué. Y me dijo: ojalá todas las abuelas encuentren sus nietos. A mí me gusta tener abu”. No es fácil explicar el horror, puede parecer imposible transmitir a los hijos y las hijas de qué se trató el terrorismo de Estado, la apropiación de niños que se extiende en el tiempo hasta la expropiación de buena parte de la identidad de quienes hoy son adultos.
 Pero se puede desde ese límite radical que como pueblo enunciamos: Nunca más. “Felipe se preocupó por si Estela Carlotto dejaba Abuelas. Cuando le dije que seguía se alegró porq ‘falta encontrar nietos’.” Desde el límite y desde la acción sostenida, desde los pasos juntos que damos cada año, cada 24 de marzo, entre columnas embanderadas, cochecitos de bebés, niños y niñas sobre los hombros o de la mano de sus padres y madres; desde ahí todo relato es posible. “Milo (3) me vio llorando, le dije q a esa señora d la tele le robaron el nieto y lo encontró. Me puso cara con cara y se durmió”, escribió alguien más. Y siguieron los mensajes: un niño de diez esperó que sus padres llegaran para darles él mismo la noticia del día, otra les preguntó a los suyos “dónde iríamos si ustedes no están”, otro más ahorró cualquier explicación: “Hoy es un día muy hermoso hijo; Oriol (9): por el nieto, papá?”. Es imposible leer la catarata de mensajes sin emocionarse, sin moquear como niños y niñas cada uno y cada una. Pero la oportunidad se instaló y los relatos surgieron y cada quien fue encontrando las palabras y las preguntas y las respuestas porque lo que parecía imposible fue posible. Porque el pasado duele un poco menos cuando días como el martes nos cargan los ojos de future. El domingo es el día de los niños y las niñas y no hay mejor regalo posible que la verdad, porque es sobre esas huellas donde ellos y ellas están empezando a hacer su camino. l
(Para leer todos los mensajes: twitter.com/soyingridbeck)

ARGENTINA REALIZO UNA PRESENTACION ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA CONTRA ESTADOS UNIDOS POR LOS FALLOS DEL JUEZ GRIESA Barack Obama tiene un mensaje en La Haya

Por Nicolás Lantos
La Argentina realizó ayer una presentación ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya denunciando a los Estados Unidos al considerar que el juez de Nueva York Thomas Griesa comete “violaciones” sobre “la soberanía” y “las inmunidades” de este país en las decisiones que toma en el marco de la causa que iniciaron los fondos buitre representados por el lobbista Paul Singer contra el Estado nacional. Al prohibir que los acreedores con bonos reestructurados durante los canjes de 2005 y 2010 cobren el dinero depositado en tiempo y forma, incluso en bancos extranjeros y con ley bajo leyes de otros países, el magistrado neoyorquino excede su jurisdicción, sostiene el gobierno nacional, que en este escrito hizo responsable al presidente Barack Obama por la actuación del Poder Judicial estadounidense. Como ese país no es signatario de los tratados que conformaron el tribunal con sede en Holanda, Washington debería someterse de forma voluntaria a su jurisdicción. En caso contrario, se le reclama a Estados Unidos que presente “un medio de solución pacífica alternativo para resolver” esta cuestión.
La noticia se dio a conocer por la tarde, a través de un comunicado de la Jefatura de Gabinete, y fue confirmada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, algunas horas más tarde, en el acto que encabezó en la Casa Rosada. “En la fecha se ha presentado en La Haya, que es el Tribunal de las Naciones Unidas, una demanda contra Estados Unidos, por la actividad de su Poder Judicial”, anunció la mandataria. “Empleados dependientes de ese país han provocado daño conforme a derecho”, agregó CFK, haciendo referencia a Griesa, quien “con sus resoluciones quiere llevarse por delante la soberanía de un país”, poniendo a la Argentina “en un limbo jurídico”.
Fernández de Kirchner se refería con esto al bloqueo que estableció el juez Griesa sobre los fondos depositados por la Argentina para pagar a los bonistas reestructurados. “O se embargan o se distribuyen los fondos”, señaló la Presidenta, quien descalificó la validez legal de la orden que “impide a un fiduciario, el Banco de Nueva York, que cumpla con su función” y les pague a los acreedores. “Hay como un aire de urbi et orbi en las resoluciones del juez municipal que no tienen ni pies ni cabeza”, manifestó la mandataria.
“La responsabilidad internacional de Estados Unidos por la violación de las obligaciones mencionadas surge principalmente de la acción de uno de sus órganos, el Poder Judicial, a través de la adopción de decisiones que vulneran la determinación soberana de la Argentina de reestructurar su deuda externa”, sostuvo el gobierno nacional a través de su comunicado. “Dado que un Estado es responsable por la conducta de todos sus órganos, las violaciones mencionadas han generado una controversia entre la Argentina y los Estados Unidos”, por lo que se decidió recurrir a la Corte Internacional de Justicia “para resolver esta controversia de conformidad al derecho y a la justicia”.
La viabilidad del pleito internacional “depende de que Estados Unidos acepte la jurisdicción de La Haya”, explicó ayer CFK durante el discurso. Es que Washington no ha refrendado el tratado de creación de ese tribunal, por lo que no se encuentra atado a su arbitrio. “Ninguna acción se adoptará hasta que los Estados Unidos consientan”, confirmaron ayer fuentes de la Corte Internacional, cuyo reglamento prevé que si un demandante pretende fundar la competencia en un consentimiento todavía no dado o manifestado por el Estado contra el que se formuló la solicitud, ésta será transmitida a ese Estado” para que decida si la acepta o no.

Plan B

En el probable caso de que el gobierno estadounidense no consienta someterse a sentencia de La Haya, “la Argentina entiende que ese país está en la obligación de indicar un medio de solución pacífica alternativo” para resolver la controversia “de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, de la OEA y del derecho internacional general, que imponen a los Estados la obligación de solucionar sus controversias internacionales por medios pacíficos”, asegura el comunicado difundido ayer por el gobierno nacional.
En ese sentido, la Presidenta hizo referencia a un artículo publicado ayer por el diario inglés The Guardian en el que se explica que el “presidente Obama podría poner fin a la crisis de deuda de la República Argentina” a través de un mecanismo previsto por la Constitución de los Estados Unidos. Según el artículo, el recurso, que tiene valor constitucional bajo la cláusula de separación de poderes, permite que el presidente estadounidense envíe un mensaje a Griesa informándole que el accionar de Singer y los fondos buitre en la causa contra Argentina interfiere con la autoridad del jefe de Estado de conducir las relaciones exteriores del país (ver página 4).
Si Obama hiciera eso, Griesa no puede más que declararse incompetente y el caso se agotaría allí mismo, así como las restricciones impuestas por el juez al pago de la deuda argentina reestructurada. Una solución similar ya fue utilizada recientemente por el ex mandatario George W. Bush en el marco de un conflicto del mismo grupo de fondos buitre capitaneado por Paul Singer con la República del Congo.
En la Casa Rosada ven en este antecedente una alternativa “política” para “solucionar de una vez por todas este asunto” sin depender de “los largos plazos judiciales” del tribunal internacional. Un día antes, en una entrevista radial, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ya había sugerido que el Ejecutivo podía aportar una posible solución al nudo gordiano enredado por Griesa. “Estados Unidos puede hacerse el distraído, puede hacerse el tonto, pero hay un juez de ese país que está tratando de embargar algo que ni siquiera es nuestro”, había dicho el titular de Hacienda.

HOMENAJE EN EL COLEGIO NACIONAL BUENOS AIRES La despedida a Lila

Lila Epelbaum, hija de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, fue secuestrada en Punta del Este el 4 de noviembre de 1976 junto a su hermano Claudio. Trasladada a la Argentina, fue vista por última vez en cautiverio en el centro clandestino Brigada Güemes y enterrada en una fosa común del cementerio de Avellaneda. De allí la exhumaron miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense, que este año confirmaron su identificación. Los restos de Lila, que tenía 20 años, serán enterrados este domingo en el cementerio de La Tablada junto a los de su mamá, Renée Yoyi Epelbaum. Pero la despedida comenzará hoy en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde hizo el secundario. La jornada de memoria y reflexión, denominada “Hoy podemos despedir a Lila”, es organizada por el colegio, su centro de estudiantes, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, además de familiares y compañeros.
El caso de los hermanos Epelbaum se enmarca en el Plan Cóndor, la coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur. Claudio y Luis militaban en la Argentina en la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO). Luego de la de-saparición de Luis, el 10 de agosto de 1976 en Capital Federal, sus dos hermanos se refugiaron en un departamento de Punta del Este. Según la investigación de la Comisión de la Paz del Uruguay, equivalente a la Conadep argentina, Claudio y Lila fueron secuestrados el 4 de noviembre de ese año en el centro de Punta del Este, luego de hacer gestiones para sacar un pasaje en oficinas de la aerolínea Pluna. El portero del edificio donde vivían contó que ese día ambos pasaron a despedirse y que él había visto estacionados en la cuadra del edificio dos autos con patente argentina (una camioneta Ford blanca y un Torino marrón) con siete hombres de civil que luego siguieron a los hermanos. Si bien se desconoce con precisión qué fuerza intervino, se sabe que la represión en Uruguay estuvo a cargo principalmente del Organismo de Coordinaciones Antisubversivas (OCOA), cuyos miembros siguen impunes gracias a la Ley de Caducidad de 1985.
Lila y Claudio fueron trasladados de Montevideo a Buenos Aires en un vuelo de Pluna el 8 de noviembre, luego de cuatro días en un lugar no identificado. Aquí fueron vistos en Brigada Güemes o Protobanco, en Camino de Cintura y Riccheri, centro donde operaban represores del Ejército y la policía bonaerense. Allí, según la investigación del juez Daniel Rafecas, fueron confinados los militantes de Poder Obrero.
Entre los más de 300 cuerpos exhumados de Avellaneda, el EAAF identificó los restos de Lila y de uno de sus hermanos, que habían sido enterrados como NN.
El domingo a las 9, los familiares y compañeros de Lila partirán desde Corrientes y Acuña de Figueroa rumbo al cementerio de La Tablada, donde está enterrada Yoyi, fallecida en 1998. La jornada de hoy en el Colegio Nacional comenzará a las 10.30 con el recibimiento de los restos y palabras de los organizadores. A las 13 empezará el panel “Historia, memoria e identificación”, integrado por los historiadores Victoria Basualdo y Federico Lorenz, y Patricia Bernardi del EAAF. A las 16 se iniciará el panel “Juventud y dictadura” a cargo de Werner Pertot, periodista de Página/12 y co-autor de La otra Juvenilia, sobre los desaparecidos del Nacional Buenos Aires, a quien acompañarán ex compañeras y compañeros de Lila. El acto de cierre comenzará a las 17.30.

QUIEN QUIERA OIR, QUE OIGA Sabbatella: "No vamos a permitir que Magnetto trabe la democratización de la palabra"

Durante el Encuentro de Comunicación Audiovisual de la región NEA, realizado en Paraná, del que participaron el gobernador Sergio Urribarri; la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, y la presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Lucrecia Cardoso, Sabbatella adelantó que "estamos haciendo más concursos, inaugurando nuevos medios y más cables pymes y cooperativos". Ya invertimos 20 millones de pesos en financiar proyectos comunicacionales comunitarios y esperamos invertir 30 más durante este año", agregó.
El funcionario afirmó que el Gobierno nacional está "aplicando todos los artículos de la ley para tener una televisión y una radio más inclusivas, más plurales, de mayor calidad y con mayor protagonismo social. Y mientras tanto avanzamos con firmeza para que los grandes grupos mediáticos se encuadren al nuevo paradigma comunicacional democrático que estableció la ley", expresó.
"Las nuevas voces se multiplican a lo largo y ancho de la Patria, con el surgimiento de radios y canales populares y comunitarios, de pueblos originarios, con medios en escuelas, en universidades, en municipios y gobernaciones", continuó Sabbatella, quien agregó que día a día se ven "nacer más y más espacios de comunicación audiovisual en todos los rincones del país, y la única amenaza que tienen es la resistencia de un grupo económico que concentra el mercado de medios en Argentina y que recurre a todo tipo de estrategias directas e indirectas para mantener su posición dominante". "Ese grupo se dedicó durante décadas a fundir cableoperadores medios de comunicación, aplastó la diversidad y la pluralidad de voces en nombre de una supuesta libertad de expresión que negaba con su propia hegemonía", observó.
El titular de la Afsca añadió que "a partir de 2009, cuando la presidenta Cristina Kirchner decidió dar impulso a la aprobación de la ley elaborada por un amplio colectivo social y político, el Grupo Clarín recurrió a maniobras con jueces amigos, acompañadas por una intensa campaña de mentiras difundida por los cientos de medios que concentra". "Ahora, como saben que no les queda otra salida que cumplir la ley, reviven la estrategia judicial a través de personajes dispuestos a hacerles el trabajo sucio", en alusión al diputado Guillermo Durand Cornejo, aliado al PRO en Salta, quien presentó un pedido de cautelar ante el Juzgado Federal 2 de aquella provincia, en su carácter de presidente del Comité de Defensa de los Consumidores (Codelco), la misma organización que a fines de agosto de 2013 se presentó en las audiencias públicas convocadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación como amicus curiae, para defender la posición del Grupo Clarín.
Mientras tanto, el Grupo Clarín desvió el desarrollo de su proceso de adecuación al intentar retener una serie de señales televisivas que había anunciado que vendería. "La empresa sabe que el Estado no cesa ni va a cesar en exigirle que cumpla con todos los pasos para concretar la desconcentración, al igual que lo están haciendo el resto de los grupos que se exceden a lo permitido por la ley y por eso recurre a idas y vueltas y a maniobras para eludir la decisión del pueblo y de los tres poderes del Estado, que decidieron que Argentina debe tener un mercado audiovisual plural, democrático y equilibrado", concluyó Sabbatella.

Guido, emocionado junto a su abuela: Hace dos días que sé quien soy El nieto de Estela de Carlotto enfrentó por primera vez a la prensa junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo: Estoy acostumbrado a mi nombre Ignacio y lo voy a seguir conservando.

El nieto recuperado de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo,Estela de Carlotto, Guido (Ignacio Hurban), expresó hoy: "Me parece maravilloso y mágico todo esto que pasa", durante una conferencia de prensa en la sede de la asociación de Derechos Humanos.
En ese sentido, el joven comenzó: "Yo soy Ignacio, o Guido, Estela está muy firme con esa decisión de llamarme Guido. Estoy un poco convulsionado. Hace muy poco que pasó todo esto. Me parece maravilloso y mágico todo esto que pasa y quisiera que esta situación que vivo hoy sirva para potenciar esta búsqueda y la importancia que tiene cerrar estas heridas. Yo parte de este proceso de cicatrización".
"Son muchas emociones juntas. Es una alegría enorme no sólo por mí. Sobre todo por mi familia que fue un puntal en esta lucha. Veo en ellos la alegría en sus ojos. Lo estoy disfrutando. Pero lo que más disfruto es la felicidad en los demás. Que sienten la satisfacción de un trabajo cumplido", agregó.
Por otro lado, el nieto de Carlotto aclaró: "Estoy acostumbrado a mi nombre Ignacio y lo voy a seguir conservando. También entiendo que hay una familia que hace treinta y pico de años que me llama Guido".
"Me enteré de muchas cosas que no sabía. Tengo una gran admiración por toda la gente que trabaja para recuperar la identidad", sostuvo.
Además, contó: "El encuentro fue maravilloso, muy lindo. Para mí es diferente que para ellas. Yo hace dos días que sé quien soy de verdad. Es un poco fresco. Estoy muy agradecido".
Por otra parte, respecto de cómo él inició su camino de búsqueda, expresó: "Me parece que es lo que le pasa a todos. Hay como unos ruidos que tenés y preguntas. Hay cosas que no las sabés, pero las sabés. El proceso de búsqueda que inicia cualquier persona es completamente confidencial, salvo esta vez que se filtró un poquito, sabemos por quien. Pero bueno, la noticia era muy importante. Yo quería conocerlos a ellos antes de dar la cara. Pero el proceso es muy respetuoso y rápido".
Sobre su familia adoptiva, Hurban manifestó: "Me crié con una pareja que me crió con el mayor de los amores. Hace dos meses me enteré que soy adoptado y ahora viene todo esto. Tuve una vida extraordinaria. Y a esa vida feliz y extraordinaria puedo sumar ahora esto, que, queriéndolo o no, entraré en los libros de la historia".
"El sentido de que hoy esté acá tiene que ver con aportar mi grano de arena para ayudar a que otros recuperen su identidad", remarcó el joven.
En tanto, Hurban explicó que es músico y que nunca supo cómo le llegó ese interés. "Hay una memoria genética y una energía que traspasa todo. Estoy en el lugar del que nunca me tendría que haber ido. Es feliz, es una vuelta enriquecedora. Esta vuelta me ha ayudado a crecer y tomar este momento como de mayo disfrute", dijo.
"El miedo que tenía es no dar nunca con quienes eran mis padres. El miedo ingresa en el camino de buscar tu identidad y es no encontrar. Yo creo que naturalmente quiero ir hacia atrás e ir atando los cabos sueltos de cosas que me hacía ruidito y ahora ya no. Los que tengan dudas que se presenten. Ante la incertidumbre de no encontrar hay que presentarse. Hay que hacerlo para cicatrizar y seguir la mejor manera posible", agregó.
También habló de la tarea de la entidad que conduce su abuela al señalar: "Es un colectivo de gente que a través del amor estaba buscando a sus nietos. Es invalorable. Abuela significa una cosa, hablar de abuelas es hablar de un acto frente a la vida".
"A los que no se animan a hacer el ADN les diría que se acerquen. La gente es cariñosa, te atiende con amor. A aquel que tiene una dudita que se acerque, no pierde nada con intentar. Yo era un pibe que había crecido en el campo, me fui acercando y mágicamente termine acá", sostuvo.
"Cuando vi fotos me vi muy parecido sobre todo a mi viejo. Fue muy shockeante. Fui joven en los 90 y tal vez hubiese ido para otro lado, no para el arte. Ser artista es una actividad politica tambien. Mi carrera artística ha sido producto de mi historia, sin duda", concluyó.


http://www.infonews.comGuido, emocionado junto a su abuela: Hace dos días que sé quien soy

CONTRATAPA Bienvenidos, y por favor váyanse

Por Juan Forn
En el año 2006, la BBC cableó al mundo que, en los confines de Nepal, un joven de quince años llevaba siete meses meditando sentado bajo una higuera sagrada, sin probar agua ni comida. A la revista GQ le pareció una buena nota y le propuso a George Saunders ir a cubrirla. George Saunders era un escritor para escritores: la admiración que le tenían gente como Lorrie Moore, Thomas Pynchon o David Foster Wallace no le alcanzaba para pagar las cuentas, así que aceptó. Como todavía sigue siendo un escritor para escritores en nuestro idioma, lo que escribió (en su libro de ensayos The Braindead Megaphone) sigue sin traducirse, así que voy a contarlo yo, con mis palabras.
Ya en el vuelo interminable que lo lleva a Katmandú, Saunders empieza a trabajar. Cada vez que necesita estirar las piernas, se fuerza a permanecer quieto mientras repite: “Dijo Buda que la vida es sufrimiento. Toda felicidad, todo descanso, toda satisfacción es temporaria. Todas las apariencias de permanencia son ilusorias”. Y a continuación se pregunta: ¿Siete meses así? ¿Cómo hace? Lo rescata la visión del Himalaya al llegar a Katmandú: un blanco platónico, el blanco que existía antes de que los demás colores existieran. La aldea adonde debe ir queda a doce horas de Katmandú. A medida que se acercan, hay más vendedores de estampitas. Se venden de a tres: una del Dalai Lama, una de Gurú Rinpoche (el monje que trajo el budismo al Tíbet) y una del joven que medita, Banjan. En la estampita parece de doce años, mofletudo, con un flequillo que cubre apenas su frente. Nadie piensa que sea un truco (dicen que lo alimentan las serpientes, que su veneno es leche para él), todos esperan que haga algo bueno por el país, arrasado como está Nepal por guerras civiles, dinastías despóticas, guerrillas nacionalistas y la presión del gigante chino al lado.
El camino para llegar es de tierra apisonada por los miles de peregrinos en ruta hacia la higuera sagrada donde medita el niño. En las ramas de los árboles hay un sinfín de ofrendas de colores, blanqueadas y arrugadas por el sol y el frío y la lluvia. Hay dos cercas de alambre en torno de la higuera y una caja para recibir donaciones y un cartel que dice “Bienvenidos, y por favor váyanse”. La fila de peregrinos da una vuelta perimetral a la cerca externa, pasa por la caja y emprende el descenso. La gente de GQ le ha conseguido un guía a Saunders, y éste le ha conseguido acceso hasta la primera cerca. Puede acercarse, puede incluso pasar la noche allí, junto a unos lamas que custodiarán durante la noche la meditación de Banjan. Ya está atardeciendo. Es difícil distinguir al niño del árbol. Está sentado en posición de loto, levemente inclinado hacia adelante, un brazo asoma de su túnica, la mano con el dedo anular curvado hacia adentro, como el buda. El pelo le cubre no sólo la frente sino que le llega casi hasta la boca.
Su pecho no se mueve, sus fosas nasales y su boca tampoco, sus ojos están cerrados, una fina película de polvo cubre su piel, su pelo y su túnica descolorida. Podría estar en coma, podría estar muerto. No; no se lo ve vaciado: flaco sí, pero aún entero. A pesar de su quietud produce la inequívoca sensación de pertenecer a nuestro reino. Tenerlo delante es sentir el paso del tiempo mientras lo contemplamos, dice Saunders, y enumera todas las cosas que pasaron en el mundo en los siete meses que el chico lleva meditando: parecen un siglo.
Con la llegada de la noche comienza el frío. Sentado junto a los dos lamas, Saunders se va poniendo encima toda la ropa que trajo en la mochila, mira la hora una y otra vez, siente ganas de hacer pis, tiene miedo de las víboras, se hace un ovillo, piensa: olvidemos la comida, olvidemos la inmovilidad, ¿cómo soporta el frío, cubierto apenas por esa túnica? De pronto recuerda un ejercicio yoga: tensar el recto para sentir un chispazo de calor por dentro. Lo intenta, siente el calor, pero el esfuerzo es mucho mayor que el premio. Empieza a llover. Con los ojos cerrados, Saunders se dice: estoy dormido, no tengo frío, si no abro los ojos no siento el frío. Cada hora que pasa, la noche se pone más oscura. ¿Cuándo llega el amanecer?, se pregunta Saunders, si yo estoy sufriendo, ¿qué es ese monumental, insano esfuerzo de voluntad de él?, ¿por qué soy tan flojo, por qué soy un esclavo de mi mente, de mis limitaciones, de mis errores?, ¿no será ese chico el primer exponente de una nueva raza enviada a nosotros para enseñarnos algo que no conseguimos entender?
De golpe uno de los lamas lo despierta y le señala al chico. Se oye un sonido rítmico y apagado, como tambores lejanos, y se ven luces. El sonido es el latido del corazón del chico, las luces son como chispas y a la vez ínfimos copos de nieve naranja que flotan sobre la cabeza del meditante. ¿Esto es lo que se entiende como milagro?, se pregunta Saunders. Su cara arde, su interior se ha vuelto tibio, en el fondo de su mente una vocecita le recuerda un experimento de sus días lisérgicos. Con infinito esfuerzo, Saunders lo aplica: si enfoca los ojos en otra dirección, ¿ve chispas? Sí, las ve igual. Si cierra los ojos, ¿ve chispas? Sí, las ve igual. Y sin embargo... ¿Sin embargo qué?, se pregunta Saunders. Se va haciendo de día, entretanto. No se ve el sol, hay niebla. El chico sigue en la misma posición, cubierto por la misma capa de polvo, tan indiferente al frío como el árbol bajo el cual está sentado hace doscientas noches.
Emprenden el regreso. El guía le cuenta a Saunders que la familia de Banjan ha pedido al gobierno nepalí que le haga tests, que demuestre científicamente que no hay ningún truco, sólo piden que no molesten su meditación, que no interfieran en ella, pero el gobierno no sabe qué hacer, o no le interesa (es una zona del país en poder de la guerrilla) y Saunders tampoco sabe qué hacer con esa historia, cuando vuelve a su casa y a sus clases en Estados Unidos. A los tres meses recibe un mail de su guía en Nepal: ha pasado algo. El chico ha desaparecido en medio de la noche. Su túnica descolorida quedó en el lugar que ocupaba bajo la higuera. Nadie sabe adónde se ha ido. La policía lo busca, miles de peregrinos también. La familia dice que Banjan se les apareció por el pueblo antes de irse y les explicó que debía seguir meditando y que necesitaba un lugar donde hubiera más paz. Saunders siente un vacío en el estómago. Desde su retorno se venía reconfortando con la idea de que algún día volvería a Nepal, haría las doce horas de marcha desde Katmandú hasta esa aldea entre las montañas y la selva, y Banjan habría terminado su meditación y abriría los ojos y le diría qué había aprendido, qué debía hacer, qué debíamos hacer todos.
O no. Quizá ya lo había hecho: bienvenidos, y por favor váyanse, como decía el cartel. “Imaginen –dice Saunders–, el momento en que se puso de pie y comenzó a caminar entre la vegetación a la luz de la luna, sus ojos por primera vez abiertos en meses, el mundo a su alrededor, visto de una manera que no podemos ni concebir. No tiene hambre, no tiene sed. Ha llegado tan lejos y sin embargo necesita llegar aun más lejos, para terminar lo que empezó.”

¿Amás a Massa? Por Sebastián Lalaurette*

La pasión del líder del Frente Renovador por transformarse en un producto no puede sino despertar cierta desconfianza. Primero fue la marca electoral, “+a”, que bien podría tomarse por una nota excelente puesta al revés, y ahora, en una movida que no fue suficientemente advertida por las glándulas detectoras de grotesco de la sociedad argentina: Llegó la aplicación oficial para celulares: “MassApp”. Es fuerte, pero es así.

La tentación inicial es señalar que una cosa es convertirse en un símbolo y otra muy diferente es convertirse en un chiste, y que quien aspira a convertirse en líder de algo (de cualquier cosa) debería apuntar a lo primero teniendo mucho cuidado de no caer en lo segundo. Pero la estrategia funciona, aquí, hoy. Le sirvió a Francisco de Narváez, que pasó del eslogan vacuo (“Votame, votate”) al paródico televisivo (“Alica, alicate”) y de ahí, sin escalas, a un escaño legislativo. Y parece funcionarle a Sergio Massa, empeñado en exprimir hasta el límite las posibilidades de su breve apellido.

Primero fue la marca electoral, “+a”, que bien podría tomarse por una nota excelente puesta al revés, y ahora, en una movida que no fue suficientemente advertida por las glándulas detectoras de grotesco de la sociedad argentina, llegó la aplicación oficial para celulares: “Massapp”. Es fuerte, pero es así.

Para el lector no interiorizado en estos temas hay que aclarar un poco. Los teléfonos celulares modernos son, más que teléfonos, pequeñas computadoras. Como tales, tienen un sistema operativo (similar al Windows o Linux en las PC de escritorio) y admiten la instalación de aplicaciones (programas) que permiten realizar las tareas más variadas: hay aplicaciones para organizar las tareas, para escribir documentos, para sacar fotos y para retocarlas; para escuchar música, para grabar entrevistas... en fin, el espectro es amplísimo. Entre las aplicaciones más descargadas en todo el mundo se encuentra una que se llama “Whatsapp”, que sirve para chatear y enviar mensajes de audio en forma básicamente gratuita. El nombre de la aplicación es un juego de palabras entre app, la abreviatura de application, y la frase “What’s up?”, que vendría a significar algo así como “¿Qué tal?”. Desde el punto de vista del marketing, el nombre del programita es un hallazgo brillante.

“Massap” añade a todo este proceso derivativo una capa adicional de referencialidad. No sólo remite a “Whatsapp”, sino también a wassup, una versión deformada de “What’s up” que fue popularizada por un video viral (“Wasuuuuuuuuup”) que más tarde fue tomado por otro fenómeno de Internet, The Annoying Orange (La Naranja Molesta) en uno de sus propios videos: allí la frase se transformaba en “Wasaaaaaaaaaaaabi”.

Más allá del nombre, ¿cómo funciona la aplicación en sí? +a- (massamenos). La instalé en mi celular y no hubo forma de ingresar en ella a través de Facebook, ya que el proceso se colgaba sin un error definido, esto a pesar de que la página de la aplicación en la tienda de Google asegura que el problema ya fue subsanado. Contra mi voluntad, tuve que crear una cuenta, ingresando un nombre (falso) y mi dirección de correo electrónico (quién sabe para qué la quiere el ex superministro kirchnerista), ya que de otra manera me habría sido imposible utilizar la aplicación.

Quisiera sorprenderme, pero no puedo (un signo de vejez, acaso), de que para obtener algo de un político que pretende representarme haya tenido que entregar algo primero, en este caso mi dirección de email. El mismo fenómeno se repitió en el caso de la encuesta: imposible enterarme del resultado hasta el momento (la pregunta era “¿Fuiste vos o tu familia víctima de algún hecho de inseguridad?”) sin antes dar mi propia respuesta. En fin.

El diseño de “Massapp” es limpio, como corresponde a toda buena aplicación de este tipo, y al parecer el contenido se actualiza frecuentemente. La aplicación es, también, blanda. ¿Qué otra cosa cabría esperar de un producto construido para simular la interacción entre el político y el pueblo sin el barro y el humo de la realidad? La apuesta más fuerte no es el contenido, que es exactamente lo que uno esperaría, sino justamente el nombre, una pieza de marketing político que parece retomar la huella de Narváez. Con chistes malos se amassan victorias, aparentemente.

La pasión del líder del Frente Renovador por transformarse en un producto no puede sino despertar cierta desconfianza. No, mejor borremos eso, porque es justamente lo contrario de lo que ocurre: esa pasión es la manera que Massa encontró de generar confianza, de evitar la suciedad de los límites borrosos y las cuestiones ambiguas de la realidad social. Es el mundo de las etiquetas, como “inseguridad”, como el cuadradito negro con la leyenda “+a” que se ubica en la base de la foto del diputado en la pantalla de apertura y que parece literalmente una etiqueta como las de la ropa que informan el talle o avisan que la prenda se puede planchar pero hay que lavarla en frío. Somos pocos, somos siempre menos, los que desconfiamos de estas cosas porque, qué sé yo, somos así. En una campaña dirigida a la intelectualidad vernácula, el exministro pierde; en una campaña dirigida a “la gente”, la reducción de sí mismo a un símbolo un poco ridículo es exitosa.

En el fondo lo que existe detrás de esto es una concepción de la política que ha venido calando hondo en la Argentina desde 1989, con una breve interrupción entre 2003 y 2009 aproximadamente. Es la presentación del político como antipolítico, la destilación de lo complejo social en fórmulas límpidas y de poco riesgo. Hay una curiosa continuidad en este afán autodenigratorio que trasciende las ideologías y los partidos: “Dicen que soy aburrido”, confió alguna vez Fernando de la Rúa, y también ganó. Alivianar el peso de la propia personalidad es deshacerse de todo lo que puede jugar en contra porque la personalidad tiene dobleces y defectos y un pasado, cosas que no están presentes en un mero eslogan (y si aparecen, se lo desecha: ver el ejemplo de “la Casa está en orden”).

Todo esto no sería posible si el público, es decir el pueblo, se rehusara a entrar en el chiste y exigiera algo de seriedad para variar. Pero la seriedad está devaluada. Pertenece al ámbito de lo programático, de la ideología que planifica remitiéndose a raíces siempre cuestionables y a veces hasta contradictorias. Como lo recordara recientemente Andrew O’Hehir para Salon, “todo el drama de la elección de 2012 tuvo que ver con los hilarantes esfuerzos de Mitt Romney para aparecer como un outsider”. No queremos ideología, queremos candidatos que no salgan de ninguna parte, que reflejen, a lo sumo, nuestras confusas ideas de hoy.

Desde ese punto de vista, incluso llama la atención que el rótulo (porque eso son los apellidos, además) no haya sido más explotado. Podemos imaginar una línea de preservativos con la que el Frente Renovador apuntaría a las fantasías masculinas de poder y dominación, sin explicitar estas oscuras connotaciones y reduciendo la idea a una atractiva marca publicitaria: Massadentro. El paquete de alimentos para su futuro programa asistencialista: Massamorra. Un libro escrito por él, o encargado a un ghost writer, denunciando con documentos y testimonios las atrocidades del kirchnerismo post su salida: Nunca +a. Y por último podría directamente plagiar la estrategia Narváez/Tinelli y convocar al voto con un nuevo eslogan: “Amassame, amassate”. Un llamado que terminaría de anular a la persona Sergio Massa para transformarla en un concepto abstracto, una suerte de lifestyle que uno se calzaría como una capa, al mejor estilo New Age, desprovisto de más conflictividad que la lucha de uno contra sí mismo para aceptar el cambio y animarse a ser feliz.

*Periodista y escritor

Fuente: La Tecl@ Eñe
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