viernes, 30 de mayo de 2014

La grandeza de los nadies Por Hugo Presman



En el Talmud, libro importante del judaísmo, se afirma que “Quien salva una vida, salva al mundo entero”. El escritor uruguayo Eduardo Galeano escribió: “Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos. Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no hacen arte, sino artesanía Que no practican cultura, sino folklore Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.”
Héctor “El Toba” García  amalgama  en su vida  la frase del Talmud y el texto de Galeano. La noticia de su muerte no apareció en los diarios. Como diría Joaquín Sabina: “Hoy el diario no hablaba de ti.” Sin embargo hubo unos días que los diarios hablaron de EL TOBA.
Lo hizo en los días posteriores a aquel clivaje histórico del 19 y 20 de diciembre del 2001. Por ejemplo  el diario Tiempo Argentino, muchos años después relató con la firma de Rodolfo González Arzac: “Martín Galli y Héctor García se conocieron hace diez años de una manera absurda. Martín tenía 26, el pelo largo y con trenzas. Héctor, "el Toba", el pelo negro con un mechón blanco que delataba sus 48. Martín había viajado desde Haedo hacia el centro porteño impulsado por la rabia. El Toba, había caminado de Congreso hasta el Obelisco con una mochila en la espalda cargada de libros, empujado por una certeza breve: que tenía que estar ahí. Y a las siete con veintiún minutos de la tarde, ese 20 de diciembre, sobre la Avenida 9 de Julio, los dos quedaron atrapados en la misma escena. Nueve hombres bajaron de tres autos. Dispararon para todos lados. Martín cayó al suelo. Una bala le entró por la zona trasera izquierda de la cabeza y se detuvo en la zona frontal derecha. Tenía los ojos cerrados. Un hilo de baba grueso y largo extendido entre la boca y el pecho. El Toba se puso en cuclillas, le inclinó la cabeza, trató de reanimarlo. Un patrullero llegó y varios hombres bajaron y volvieron a disparar, esta vez con balas de goma. Los libros del Toba amortiguaron el impacto. El Toba le tomó a Martín el pulso. Le hizo respiración. Lo sacó de un infarto. Paró un auto. En el viaje al Hospital Argerich, lo salvó de otro paro cardíaco con una piña en el corazón. Los médicos lo terminaron de resucitar. La bala, sin embargo, por las dudas, desde entonces, se quedó donde estaba.
EL EMPATE. - Cuando yo lo vi a este tipo en el piso, no sé cómo, porque no se parece en nada y yo no soy creyente, pero pensé que era Jesucristo: con las rastas, la barba, tirado. Era Jesucristo-repite ahora, tanto tiempo después, el Toba, en su casa en Ezeiza, después de un abrazote con Martín, que lo mira y lo escucha: y revive.
La segunda que vez que se vieron, Martín ya estaba en la casa de sus padres en San Justo. Tenía la cabeza rapada y vendada. Estaba en una silla de ruedas, boleado. No podía hablar. Balbuceaba. Lo único que el Toba le pudo decir fue:
-Para atrás ni para tomar impulso, dale para adelante.
Pero se siguieron viendo. Habían quedado unidos por ese rato de esa tarde crucial para los argentinos, esos minutos todavía más decisivos para ellos. Y, sin embargo, necesitaron un pacto para poder seguir así, hermanados.
-En una época discutíamos mucho. Porque para él, y más que nada para su familia, yo era el salvador. Y para mí eso era una carga. Me agradecían. Se ponían a llorar. Y un día nos fuimos a un bar. Y le dije: "Vamos a poner las cosas en claro. Hay en el aire una cosa como que vos y tu familia me deben algo. Y vos no tenés una idea lo que significa para mí haber podido hacer algo por vos. Yo cargo una culpa. La culpa de la década del setenta. Yo fui el que le dije a mi hermana, que tenía su vida arreglada, que venga a una reunión. Y hoy mi hermana no está. Y yo no pude hacer nada. Y así como mi hermana, mi cuñado, cientos de compañeros desaparecidos." Y le propuse que nos pusiéramos de acuerdo: que el partido estaba empatado.
Martín aceptó. "Está bien, estamos empatados", le dijo. Y, por un tiempo largo, viajó cada fin de semana del oeste a Ezeiza a pasar un rato con el Toba y su familia. Con el hombre que lo había salvado. El mismo al que él, sin darse cuenta, había ayudado a rescatar de sus pesadillas.
EL PASO DEL TIEMPO. Martín y el Toba anduvieron juntos de acá para allá. Contando su historia. Pidiendo justicia. Viéndose, primero dos por tres, después un poco más espaciado. En los primeros meses, juntos, trabajaron un tiempo con Miguel Bonasso en la construcción del Partido de la Revolución Democrática. Después, Martín se abocó a lo suyo: la música, la literatura, el empleo que le habían conseguido en una biblioteca de la Ciudad de Buenos Aires. Dejó la carrera de Historia, cansado de que le pregunten por la bala que todavía llevaba (y que aún lleva) en la cabeza. Se casó. Tuvo dos hijos. Empezó a cursar una carrera de bibliotecario. Escribió cuentos. Creció.
Al Toba las cosas se le dieron distintas. Dejó de enseñar en la escuela. Trabó una suerte de amistad con Néstor Kirchner. Nunca pensó en ser funcionario, aunque militó desde los 16 años. Hasta que alguien le dijo lo bueno que sería tocar la puerta y que del otro lado hubiera un compañero. Y se convirtió en secretario de trabajo del municipio de Ezeiza (y en el hombre del presidente en el partido). Tuvo otra hija. Y también, hace no tanto, una enfermedad, que de un día para el otro le diagnosticaron, que lo llevó al quirófano y lo dejó 92 días sin comer, convertido en un esqueleto con vida. Ahora está mejor. El intendente de Ezeiza, pocos días atrás, lo mudó de despacho: lo acaba de nombrar asesor de su gobierno.”
A cinco años del 2001, el Toba contó otros aspectos de aquel 20 de diciembre en Página 12: “Soy docente y estaba dando clase en un Centro de Formación Profesional cuando el director me llama y me muestra por la tele lo que estaba pasando en Plaza de Mayo. Ahí nomás le digo: ‘Me voy’. El director intenta retenerme pero no le hago caso”. Aunque, recién comprende la magnitud de los hechos, cuando por fin llega a la zona del Obelisco: “Veo que vienen tres vehículos particulares (una 4x4, un palio y otro no identificado) y lo primero que se me ocurre pensar es: ‘¡Esta gente está loca! ¡Cómo van a venir justo para acá!’”. Pero cierta militancia de los ‘70, ciertas emboscadas ya vividas, rápidamente lo sobreavisan del peligro”.
En la película “La dignidad de los nadies” de Pino Solanas aparece el TOBA, y se narran algunos aspectos de la trayectoria de su vida: “A los 14 años deja su casa por problemas con su padre, que le había enseñado que “ningún trabajo deshonra al hombre”. Su primer trabajo fue de auxiliar en un camping de Bariloche donde fue explotado y le pagaban solamente con la comida y la cama. Después pasó a ser ciruja. Finalmente logra conseguir trabajo en una escuela de formación profesional. Pese a esa precaria situación económica, alimenta a cientos de chicos en una barriada popular todos los fines de semana arreglándose con lo que produce la granja que él y su familia hicieron. El estado en este barrio no participa. No hay policías, médicos, ni siquiera teléfonos.”
Hablé una vez con EL TOBA por teléfono en la escuela en que daba clase. Luego le perdí el rastro.
El lunes 19 de mayo recibí un correo de Carlos Galli, el padre de Martín. Era un texto en que se comunicaba poéticamente la muerte de Héctor García. Lo llamé y me lo confirmó. Había ocurrido el sábado 19 de mayo. Apenas tenía 60 años. El cáncer que  no nombraba la nota de  Rodolfo González Arzac lo abatió. Una demostración que la parca es igualitariamente injusta.
Fue incinerado el 21 y sus cenizas serán diseminadas en su provincia natal.
Héctor EL TOBA García integraba la multitud de los nadies y desde ahí hizo honor a la frase del Talmud. Los diarios lo ignoraron enfrascados en sus pequeñas miserias. Carlos Galli le agradeció una vez más de tener a su hijo Martín vivo y lo recordó en un texto que empezaba: “Cuántas cosas guardaste en tu mochila en el instante  de emprender el  viaje, consciente que el boleto era sólo de ida, seguro, armaste  sabiamente el equipaje……” Y concluía: “Y si alguno nos pregunta por El Toba,  digamos que anda errando por ahí, multiplicado.”
Diario Registrado
 

De Sandino al sandinismo: La experiencia nicaragüense en la lucha por la liberación nacional Por Dionela Guidi

Tras la huella de Morazán

“… Resucitar de la Tumba de Morazán a Centroamérica”
José Martí

A lo largo de su historia, Centroamérica fue una codiciada tierra de disputa imperial. Su importancia geopolítica radicaba (y radica) en su posición Intercontinental e Interoceánica, vital para la circulación de mercancías. Con la decadencia colonial de España en América y la expansión capitalista mundial producida 
a partir de siglo XIX, Inglaterra como potencia de ultramar, fija su mira en el Caribe como vía marítima para el transporte rápido y económico de materias primas, en el que Nicaragua sería el territorio para la construcción de un canal interoceánico. 

En 1821, los países que conformaban el Reino de Guatemala, declaran su independencia y casi de 
inmediato comienza el enfrentamiento por estas tierras entre Inglaterra y el naciente poderío de Estados 
Unidos, afectando desde el inicio el curso de la vida política interna de sus provincias, devenidas mas tarde 
en países1.

Luego de una breve anexión al Imperio de Iturbide en México, las Provincias Unidas de Centroamérica, 
conformadas por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, proclaman en Asamblea 
General la primera constitución de la República Federal de Centroamérica. Se concretó el 22 de noviembre 
de 1824, y se instituyeron entre otras medidas, la independencia de España, México o cualquier otra Nación, 
la eliminación de los títulos nobiliarios y la abolición de la esclavitud. Es en este momento cuando se 
definen con claridad los grupos políticos en Centroamérica delineándose dos partidos antagónicos: los 
Liberales y los Conservadores. Los primeros abogaban por el desarrollo de un Estado Capitalista, basado 
en un sistema político federal en dónde las distintas provincias contaran con igualdad de derechos. Los 
Conservadores, encarnados en caudillos regionales, defendían los privilegios provenientes de la época de 
la colonia y tendieron a fracturar la unidad en América Central.2

En 1825, Manuel José Arce es elegido como el primer presidente de la Republica Federal. De tendencia 
liberal, intentó aplicar un programa de reformas fuertemente resistidas por los conservadores, quienes 
impidieron a través de su poder político, económico y de control del Congreso la concreción de las mismas, 
lo que llevó a la claudicación del presidente y su posterior alianza con su otrora oposición.

Arce decidió disolver el Congreso federal, decisión que desató una guerra civil y condujo a una ola de 
levantamientos en todo el territorio centroamericano. En este convulsionado momento ingresa la figura de 
Francisco Morazán.

Este político y militar, olvidado por la historiografía del continente, protagonizó desde Honduras la rebelión 
contra las medidas de Arce, y resistió la destitución del jefe de Estado hondureño y tío político de Morazán, 
Dionisio de Herrera. En 1827, tras fugarse de la prisión, organiza una fuerza militar a lo largo y ancho del 
Istmo con el objetivo de reconstruir la Federación Centroamericana. Desde aquí protagoniza una serie de 
victorias militares que lo posicionarán como líder de los liberales y que lo conducirán a la presidencia de 
Honduras primero y más tarde, en 1830, a la presidencia de la República Federal de Centroamérica 
derrotando en las elecciones al conservador José Cecilio del Valle.3 

Morazán encabezó una serie de transformaciones que buscaban romper con los antiguos vestigios del 
colonialismo y construir un Estado Nacional soberano e independiente, intentando avanzar contra el 
latifundio en manos de la oligarquía terrateniente y la Iglesia Católica. Dirigió esfuerzos en la creación de 
una clase burguesa nacional para el desarrollo un modelo autónomo, y protegió la incipiente industria 
impidiendo la apertura indiscriminada a los productos extranjeros. Promovió la producción local exportable 
fomentando a su vez el mercado interno.

En materia educativa, entendió a la misma como piedra angular para la conformación de una Nación, la que 
se constituyó como responsabilidad del Estado, gratuita y obligatoria.

Sabiendo que se erguían sobre Centroamérica los colmillos imperiales ingleses y norteamericanos, luchó 
constantemente por la soberanía de Belice, Islas de la Bahía y demás territorios del Caribe en manos de la 
corona británica, quien como conocemos ampliamente en nuestras tierras del sur, no perdió el tiempo, 
cosechando permanentemente la división de la Unión Federal.

Sin embargo, las fuerzas de la reacción (la vieja oligarquía y los diferentes imperios) socavaron las bases 
de este proyecto emancipador, que por otro lado no pudo consolidar fuerzas económico –sociales que 
sostuvieran dicho proyecto. Se presentaron profundas dificultades a nivel organizacional, esto es, qué grado 
de soberanía le correspondía a cada estado, tendiendo a reproducir los viejos recelos entre cada uno, así 
como los gastos que la defensa requería para mantener la integridad eran elevadamente costosos y se 
hicieron insostenibles a lo largo del tiempo. 

Al término de su segundo mandato la Federación se encontraba colapsada y las fuerzas oligárquicas se 
encontraban en plena ofensiva, asentada ya en Guatemala, Nicaragua, Honduras. A pesar de apostar el 
proyecto unionista reorganizando fuerzas desde su presidencia en El Salvador, no pudo contra la feroz 
oposición de sus contrincantes y partió al exilio primero a Costa Rica y luego al Perú. Retornó en 1841, con 
la idea de refundar la federación, desembarcando en territorio costarricense obteniendo una rápida victoria 
política sin enfrentamiento armado, convirtiéndose en Jefe de Estado. Este acontecimiento convulsionó a las 
oligarquías regionales y por sobre todo al consulado inglés. La contrarrevolución se hizo sentir de 
inmediato, con una invasión de tropas nicaragüenses a Costa Rica con el fin del derrocamiento político y 
físico del Presidente y patriota centroamericano. El 15 de septiembre de 1842 es fusilado este hombre de la 
patria grande, sin juicio ni posibilidad de defensa alguna. Con él muere también el proyecto confederal.
¿Por qué empezamos a hablar de Francisco Morazán para hablar de Sandino y del pueblo sandinista? 
Porque entendemos que los sueños de unidad, soberanía y libertad de nuestros libertadores se reflejan en 
todas las luchas populares nuestroamericanas y porque también se unen y se enhebran en la historia en la 
medida en que esos proyectos inconclusos retornan como asignaturas pendientes a la vida de los pueblos. 
Las unen además similares adversarios, encarnados en las élites terratenientes o propietarias de los 
principales recursos, y el imperialismo ya sea europeo o estadounidense, que operó siempre como factor 
disgregante y deformador de las economías y las instituciones latinoamericanas (y de toda la periferia). 
Morazán y Sandino, fueron, son, líderes y mártires de la misma causa, en distinto momento.

Nicaragua: de patriotas, gerentes y filibusteros.

¿Verdad que da escalofrío? ¿Dónde comienza y dónde termina el “Gobierno” del Estado Yanqui? 
Juan José Arévalo

Nicaragua sufrió particularmente las guerras civiles luego de desmembrada la Federación. Tenía dos 
ciudades relativamente desarrolladas y enfrentadas entre sí: Granada y León. Organizaban su vida 
económica y política de forma independiente, mientras el resto del país era una extensión territorial en 
dónde se asentaba la población mestiza pobre, mano de obra de las haciendas de añil y cacao4.Granada 
era una rica ciudad de comerciantes conservadores, que se opusieron a la independencia y a las reformas 
liberales, y León era una ciudad conformada por agricultores, cuna del partido liberal. Rota la Federación, 
ambas ciudades reclamaban para sí la capitalidad del Estado Nacional. Los campesinos eran arrastrados a 
la guerra civil que enfrentaba a estas ciudades antagónicas. 

Inglaterra pronto comenzó a competir con el reciente poderío norteamericano por la hegemonía continental, y 
en Nicaragua por la construcción del canal interoceánico. A través de un tratado denominado Clayton-Bulwer, 
Inglaterra le reconoce a Estados Unidos el derecho canalero sobre Nicaragua, dónde, por supuesto, las 
autoridades nicaragüenses ni siquiera fueron consultadas. 

El hecho de que en 1848 se descubra oro en California, despierta ávidamente la sed de la piratería, que 
obliga a innovar las rutas de acceso y es Nicaragua un punto neurálgico por dónde pasaran los filibusteros. 
Se fagocitan a su vez, las internas entre granadinos y leoneses, en dónde los segundos deciden contratar 
mercenarios norteamericanos para derribar el gobierno conservador de Chamorro. William Walker, 
esclavista del sur estadounidense, arrebatador de tierra mexicana para su anexión al país del norte, será la 
cabeza del ejército mercenario.

Es recibido con júbilo por los leoneses, toma la Ciudad de Granada, fusila a sus dirigentes políticos, y tal 
fue el impulso de su victoria, que termina proclamándose Presidente de la República. Decreta el idioma 
inglés como lengua oficial, restituye la esclavitud, los Estados Unidos reconoce su mandato y establece 
relaciones diplomáticas.

Sin embargo, la aventura del pirata será breve, y los ejércitos centroamericanos lo derrotaran y expulsaran 
del país. A pesar de ser derrotado, perseveró en su empresa, e intentó conquistar nuevamente el territorio 
en varias oportunidades, hasta que en 1860 es arrestado y fusilado en Honduras.

Granadinos y Leoneses firmaron un acuerdo de paz que permite a los conservadores gobernar 30 años el 
país en un clima relativamente apacible.5

Llegando a los últimos años del Siglo XIX, el capitalismo mundial dio un nuevo salto expansivo, y 
Centroamérica, como todo el continente fue insertada en el mercado mundial como proveedora de materias 
primas para los centros manufactureros. Café y Bananos son los nombres de las cadenas 
centroamericanas. 

El nuevo orden agrario ligado a las necesidades del mercado mundial, es la veta que encuentran los 
liberales para llevar a cabo revoluciones contra los conservadores, estableciendo en el poder un gobierno 
militar liberal presidido por José Santos Zelaya en 1893. En paralelo son ocupadas enormes extensiones de 
tierras por parte de compañías norteamericanas como la United Fruit para la producción del banano.

Zelaya llevó a cabo reformas liberales que no fueron vistas con buenos ojos por el vecino del Norte, quien 
no le perdonó el intento de la construcción del canal en asociación con otras potencias extranjeras como 
Alemania y Japón. Esta “desobediencia” le costó el gobierno al militar en 1909 y a Nicaragua la ocupación 
del territorio por parte de la Marina de Guerra estadounidense.

De aquí en más, las fuerzas de ocupación vigilarán los gobiernos conservadores que se suceden en una 
calesita entre parientes, que de los rangos gerenciales de las empresas yanquis pasan a la Presidencia de 
la República. 

El colmo de la infamia se vería retratado en el tratado que Emiliano Chamorro firma con el secretario de 
estado norteamericano en 1914 en torno a la construcción del canal. En su triste letra dice: “El gobierno de 
los Estados Unidos tendrá la opción de renovar por otro lapso de noventa y nueve años, el arriendo y 
concesiones referidos, a la expiración de los respectivos plazos; siendo expresamente convenido que el 
territorio que por el presente se arrienda y la base naval que pueda ser establecida en virtud de la 
concesión ya mencionada, estarán sujetos a las leyes y soberana autoridad de los Estados Unidos”6. En 
este tratado se manifiesta la absoluta venta de la soberanía en el que Estados Unidos consiguió que 
ninguna otra potencia conserve y explote un canal en Nicaragua, al que por otra parte no le interesa 
construir porque ya concretó el de Panamá.

Los liberales, que permanecían en segundo plano en esta relación simbiótica entre el imperio y los 
conservadores, volvieron al ruedo bajo la accidental presidencia de Bartolomé Martínez, quien asume por la 
muerte del jefe de Estado. Martínez mantenía cierta independencia de criterio por no provenir directamente 
de una familia de la oligarquía granadina. Fue así como buscó la confluencia con el partido Liberal y dirigió 
una alianza para las siguientes elecciones entre un conservador (Solórzano) y un liberal (Sacasa). Entre 
revueltas y contrarrevueltas, son puestos y depuestos, promulgados y derrocados presidentes liberales y 
conservadores en el lapso de meses, hasta que la bendición norteamericana nombra a un antiguo amigo 
suyo, ex contador de una empresa minera: Adolfo Díaz. Los liberales, expresados en Sacasa, desconocen 
esta decisión y establecen un gobierno en Puerto Cabezas, lo que trae aparejada una crisis militar que 
desemboca en un nuevo desembarco de marines de guerra y también de la diplomacia estadounidense 
dispuesta a negociar con los liberales el precio de su rendición. El Ministro de Guerra, General Moncada, se 
sintió tocado por la varita mágica y creyó ver en los acuerdos de rendición con Estados Unidos su salto a la 
presidencia. Reparto de cargos para los insurgentes y la Presidencia para su General era el punto culmine 
del alegre pacto. 

Sandino: Una Pedagogía de la Dignidad

“En Nicaragua, señores,
Le pega el ratón al gato.”
Cántico guerrillero sandinista

Augusto César Sandino emergió a la escena pública en el marco de esta rebelión de los liberales contra los 
conservadores y su alianza imperial. Sandino había trabajado en plantaciones y haciendas, había sido 
guardalmacén en la United Fruit de Honduras y minero en Nicaragua. Comenzó su prédica entre los mineros 
en 1926, enfatizando en la causa nacional, a tal punto que conformó una pequeña columna de soldados al 
norte de Nicaragua, que se plegó al combate de los liberales de insurrectos. Entendía que en esa rebelión 
se estaba combatiendo la intervención extranjera y fue así como se incorporaron a su ejército además de 
los obreros de las minas, los campesinos desharrapados de las selvas nicaragüenses. Con armas viejas e 
insuficientes, con equipamiento rudimentario pelearon enarbolando la bandera de Libertad o Muerte.

Como la insurrección de los liberales no era otra cosa que una disputa oligárquica, el pacto con Estados 
Unidos era motivo suficiente para aceptar la rendición. Pero para las huestes sandinistas, se estaba 
librando una lucha por la liberación nacional que empezaba a ser plenamente tal y que terminaría con la 
expulsión del Imperio: “transformarían una guerra de soldados reclutados a la fuerza y de generales 
oportunistas, en una guerra en que generales serían todos pobres y soldados serían todos pobres e hijos de 
pueblo, que andarían en harapos (…) y aquella guerra convencional de montoneras, se transformaría en la 
primera guerra de guerrillas librada en el continente americano” 7.

Entre 1927 y 1933 este ejército del pueblo libra a brazo partido la guerra contra el invasor ocupante 
obligando su retirada el 1 de enero 1933, día en que el último contingente de marines se embarca y 
abandona Nicaragua.

El pensamiento de Sandino

Sandino entendió desde siempre su lucha como una lucha por la nacionalidad, por la necesidad de dejar de 
ser colonos de una potencia extranjera. Desde sus columnas en la selva, los soldados aprendían a combatir 
y también a leer y escribir para poder emitir sus propios telegramas, cartas y comunicados. El ejército del 
pueblo pobre también era una escuela. Dice Sandino: “Los yanquis solo pueden venir a nuestra América 
Latina como huéspedes; pero nunca como amos y señores, como pretenden hacerlo. No será extraño que a 
mí y a mi ejército se nos encuentre en cualquier país de la América latina donde el invasor asesino fije sus 
plantas en actitud de conquista”8. 

Sandino convirtió la causa nicaragüense en una causa latinoamericana. En todo momento enlazó la defensa 
de la soberanía con la defensa de los oprimidos, los indígenas, los campesinos, los obreros explotados en 
las plantaciones y haciendas. Proclamó a viva voz que lo que en Nicaragua se estaba librando no era solo 
incumbencia de los nicaragüenses, sino de todo el mundo latinoamericano, y se vinculaba a los proyectos 
que nuestros libertadores habían concebido en el siglo anterior: “Los Hombres dignos de América latina 
debemos imitar a Bolívar, Hidalgo, San Martín, y a los niños mexicanos que el 13 de septiembre de 1847 
cayeron acribillados por las balas yanquis en Chapultepec, y sucumbieron en defensa de la patria y de la 
raza, antes que aceptar sumisos una vida llena de oprobio y de vergüenza, en que nos quiere sumir el 
imperialismo”9.

En la senda de Simón Bolívar, enarbola el proyecto de unidad continental como una necesidad histórica. En 
su manifiesto Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar sostiene: “Variadas y Diversas son las 
teorías concebidas para lograr, ya sea un acercamiento, ya una Alianza, o ya una Federación que 
comprendiendo a las veintiún fracciones de Nuestra América, integren una sola Nacionalidad. Pero nunca 
como antes se había hecho tan imperativa y necesaria esa unificación, unánimemente anhelada por el 
pueblo latinoamericano, ni se habían presentado las urgencias, tanto como las facilidades que actualmente 
existen para tan alto fin, históricamente prescrito, como obra máxima por los ciudadanos de la América 
Latina”10.

También rescata el proyecto morazanista de la Federación Centroamericana, elaborando un Plan de Unión 
en el que otorga a cada provincia -estado una cartera y función específica de acuerdo a su grado de 
organización y desarrollo, poniendo énfasis en la creación de un Ejército Autonomista Centroamericano para 
la defensa de toda América Latina: “El Ejército Autonomista de Centroamérica declarará abolida la farsante 
Doctrina Monroe. Y, por lo mismo, anula el vigor que dicha doctrina pretende ejercer, para cobardemente 
inmiscuirse en la vida política, interna y externa, de las Repúblicas Indo-Hispanas”11.
Una vez expulsado el invasor, el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua depuso las 
armas y se dispuso a negociar la paz. El gobierno del liberal Sacasa, electo en 1932 había aceptado el 
pliego de condiciones impuesto por Estados Unidos tanto como a liberales como conservadores, que 
requería que al retirarse las tropas de ocupación se llegara a “ común acuerdo” para designar al jefe de la 
Guardia Nacional. Por primera vez sería un nicaragüense, aunque no por eso menos adicto a Norteamérica: 
Anastasio Somoza García.

El Ejército profesional, se convirtió tras años de lucha contra el sandinismo en un ejército armado y 
entrenado para combatir a su propio pueblo, y a ejercer como una fuerza de ocupación en su propio 
territorio.

En el año 1934, cuando se estaban realizando los acuerdos de paz entre Sandino y el gobierno, el héroe de 
Las Segovias es asesinado a balazos junto a varios compatriotas, tras una emboscada. Somoza es quien 
ejecuta la criminal empresa, pero es el Imperio quién da la orden de fuego. 

La semilla de Sandino se siembra en la lucha del pueblo nicaragüense

“…Vos estás resucitando 
en cada brazo que se alza 
para defender al pueblo 
del dominio explotador. 
Porque estás vivo en el rancho, 
en la fábrica, en la escuela, 
creo en tu lucha sin tregua, 
creo en tu resurrección…”

Hermanos Mejía Godoy
Credo Nicaragüense. Misa campesina.

Cuarenta años de dictadura familiar padeció el pueblo de Nicaragua. El somocismo, como era de esperar, 
favoreció el control monopólico de las empresas norteamericanas a la vez que garantizó el orden social vía 
represión y persecución política. 

Con el auge del cultivo de algodón y café, se generó una concentración abrumadora de tierras en favor de 
los terratenientes, en detrimento del campesinado quien se vio desprovisto de los terrenos de cultivo. Esta 
situación trajo aparejada más desocupación y pobreza. Por otra parte, el crecimiento industrial favoreció la 
consolidación del Grupo Somoza, quién comenzaba ya a asegurarse para sí el control de la banca nacional.
Para la década del ’60, el clima de malestar en que se vivía manifestaba profundas tensiones sociales. En 
1962 nace le Frente Sandinista de Liberación Nacional. Los hijos de Sandino emprendían la lucha por la 
recuperación de su dignidad. Confluyeron en él la masa de obreros campesinos agrícolas desarrollada bajo 
el funcionamiento del esquema agroexportador. De aquí que en un primer momento el FSLN llevara a cabo 
su estrategia en base a la guerrilla rural. Ya entrada la década del ’70 se suman al frente los trabajadores 
urbanos lo que permitió la articulación de demandas de amplios sectores de la población en contra de la 
dictadura. El FSLN supo apoyarse de las contradicciones de la sociedad dictatorial para dar el salto a la 
toma del poder. Carlos Vilas argumenta: “la contradicción fuerzas productivas (pueblo)/relaciones de 
producción (clases dominantes), estuvo presente siempre en el desenvolvimiento de la dialéctica social, 
pero fue la acción política de las masas, su incorporación a la lucha sandinista, la que hizo de ella una 
crisis revolucionaria”12

Con el asesinato de Pedro Chamorro, dirigente liberal, en el año 1978, se recrudeció la movilización popular 
y se aceleraron las condiciones para el estallido social. La Revolución Sandinista triunfa el 10 de julio 1979 
abriendo una etapa de rica experiencia de transformación social, con participación popular pero también 
plagada de incertidumbres, iniciando un camino minado de obstáculos provenientes tanto de la estructura 
socio-económica preexistente, la amenaza permanente de los Estados Unidos, como del propio marco de 
alianzas al interior del bloque popular.

El programa desplegado por el gobierno revolucionario llenó de esperanza a Nicaragua y a América Latina. 
En materia económica se creó un Área de Propiedad del Pueblo en base a los bienes confiscados al 
somocismo. El objetivo era desarrollar una moderna industria que impulsara la producción de café, algodón, 
azúcar, banano como principales productos de exportación. Se nacionalizaron la banca, el comercio exterior 
y se impulsó una Reforma Agraria. Se llevó a cabo un Plan Nacional de Alfabetización en el que toda la 
sociedad se vio comprometida tomando forma de causa nacional. De alguna u otra forma los y las 
nicaragüenses formaron parte de este Plan que pretendía terminar con el analfabetismo en el país.13
Retomando el análisis realizado por Carlos Vilas, la Revolución Sandinista abre varias cuestiones que 
pueden ser utilizadas para pensar los procesos de liberación nacional en América Latina. Con similares 
desenvolvimientos históricos, estructuras económicas dependientes y una pluralidad de actores sociales, la 
liberación tal cual es entendida por los movimientos populares aborda por lo menos cuatro cuestiones 
principales:

a) La cuestión de clase o de la situación de los sectores oprimidos. Aquí se manifiesta la necesidad de 
eliminar la explotación de las masas populares por parte de pequeñas élites propietarias.
b) La cuestión nacional. Esto es la supresión del Imperialismo como factor dominante en las sociedades 
latinoamericanas a nivel interno y externo. La autodeterminación es condición necesaria para la conquista 
de la soberanía.
c) La cuestión del Desarrollo. En esta cuestión se refleja la superación del atraso derivado de la posición en 
la que se colocó a América Latina en el mercado mundial, como economías netamente agrarias y 
dependientes de las manufacturas exportadas. La expansión de las fuerzas productivas deriva 
generalmente en la necesidad de que el Estado sea quién se ponga a la cabeza de este desarrollo, al no 
existir una clase que lidere dicha expansión. Las alianzas policlasistas son intentos de llevar a cabo esta 
expansión. 
d) La cuestión democrática. Aquí se plantea la necesidad de refundar instituciones y canales para la 
participación en las decisiones de Estado de las amplias mayorías y no sólo de un reducto oligárquico.14

La Revolución sandinista como proyecto emancipador pone sobre el tapete los desafíos que se le presentan 
a América Latina en su lucha por el camino de la liberación, y también nos habla de la importancia que ese 
camino nos encuentre unidos, ya que en soledad los gobiernos populares suelen naufragar a la deriva, a 
merced del imperialismo siempre atento al sabotaje y a sus aliadas nativas representadas en los núcleos 
reducidos de las élites económicas y políticas. 

A Néstor y Hugo. Patriotas del Bicentenario.

Bibliografía

Pérez Cruz, Felipe de J. (2010). Centroamérica en Morazán. Morazán en Centroamérica. En Son Tiempos de 
Revolución. De la Emancipación al Bicentenario. Buenos Aires: Ediciones Madres de Plaza de Mayo.
Ramírez, Sergio. (2007). El muchacho de Niquinohomo. Buenos Aires: El Andariego.
Sandino, Augusto César. (2007). Escritos y Documentos. Buenos Aires: El Andariego
Selser, Gregorio. (1955). Sandino. General de hombres libres. Buenos Aires: Ediciones Pueblos de América
Torres, Rosa María. (1980). Nicaragua: Revolución y Alfabetización. En Revista Nueva Antropología. Año IV 
N15. Distrito Federal: Universidad Nacional Autónoma de México.
Vilas, Carlos. (1987). Perfiles de la Revolución Sandinista. Liberación Nacional y transformaciones sociales 
en Centroamérica. Buenos Aires: Legasa

1 ver Ramírez, Sergio. (2007). El muchacho de Niquinohomo. Buenos Aires: El Andariego.
2 Pérez Cruz, Felipe de J. (2010). Centroamérica en Morazán. Morazán en Centroamérica. En Son Tiempos 
de Revolución. De la Emancipación al Bicentenario. Buenos Aires: Ediciones Madres de Plaza de Mayo.
3 Ibídem
4 Ramírez, Sergio. (2007). Op. Cit.
6 Selser, Gregorio. (1955). Sandino. General de hombres libres. Buenos Aires: Ediciones Pueblos de 
América, página 63.
7 Ramírez, Sergio. Op.Cit., página 34.
8 Sandino, Augusto César. (2007). Escritos y Documentos. Buenos Aires: El Andariego, página 94. 
99 Ibídem, pp. 99.
10 Ibídem, pp.106.
11 Ibídem, pp.186.
12 Vilas, Carlos. (1987). Perfiles de la Revolución Sandinista. Liberación Nacional y transformaciones 
sociales en Centroamérica. Buenos Aires: Legasa, página 135. 
13 Torres, Rosa María. (1980). Nicaragua: Revolución y Alfabetización. En Revista Nueva Antropología. Año 
IV N15. Distrito Federal: Universidad Nacional Autónoma de México. 
14 Vilas, Carlos. (1987). Op. Cit.

Perón hablando de Economía

25 DE MAYO- Cantando el himno Junto a Cristina - La Cámpora

jueves, 29 de mayo de 2014

LANATA sacado con los jueces FREILER, BALLESTERO y FARAH, van a remover ...

29.05.2014 | Lo informó el canciller ruso luego de reunirse en Moscú con su par Héctor Timerman Argentina fue invitada por Rusia a la cumbre del Grupo BRICS en Brasil

La noticia llegó a través de la cuenta oficial de Twitter del canciller ruso, Serguei Lavrov. El contenido en sí mismo, pero sobre todo lo que entraña como posibilidad en el mediano plazo, despertaron un visible entusiasmo en la Casa Rosada. Y también, dato subrayado por diversos analistas en relaciones internacionales, contradijo aquel latiguillo sobre el presunto aislamiento de la Argentina en el mundo, una hipótesis promovida por sectores opositores. Ayer, tras reunirse con el canciller Héctor Timerman en Moscú, Lavrov tuiteó que la Argentina será invitada a la próxima cumbre del bloque económico de nuevas potencias y países emergentes conocido como BRICS. El sexto encuentro del bloque, del que participan Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se celebrará en la ciudad brasileña de Fortaleza el 15 de julio, dos días después del último partido del Mundial de Fútbol. En su mensaje por las redes sociales, Lavrov adelantó que el presidente ruso, Vladimir Putin, realizará una gira por América Latina en el mes de julio que incluirá una visita a la Argentina y, por supuesto, una entrevista con la presidenta Cristina Fernández.
El convite a participar de la cumbre de los BRICS enseguida alimentó las expectativas sobre una futura incorporación al bloque, cada vez más influyente a escala global. Ese proceso, en caso de concretarse, implicaría seguir el paso de Sudáfrica, el último de los cinco socios que se incorporó al grupo. La ilusión argentina de seguir el mismo camino que Sudáfrica se basa en ciertas analogías con el proceso de inclusión del país africano, que primero fue invitado especialmente a una cumbre  y luego –tras una serie de pasos diplomáticos y decisiones económicas– concretó oficialmente su ingreso en el bienio 2010/2011. Sin embargo, ayer mismo, desde Moscú, el propio Lavrov se ocupó de recordar que la incorporación de socios al BRICS "se decide por consenso". "De momento, no se plantea su ampliación", señaló el canciller ruso en contacto con los periodistas, según consignó la agencia de noticias Novosti.
La frase de Lavrov no debe ser leída como desmentida tajante hacia el futuro. De hecho, el embajador de la India en Buenos Aires, Amarenda Khatua, declaró hace tres semanas, ante una consulta del diario Clarín, que tanto su país como Sudáfrica y Brasil están interesados en sumar a la Argentina al bloque que está inclinando el tablero geopolítico: el ya famoso BRICS. Con la invitación comunicada por Lavrov, Rusia parece sumarse al trío de promotores de la incorporación argentina. De hecho, según la información especializada que circula en la Web, la Argentina, Indonesia, México y Corea del Sur son los candidatos a integrarse al club de los países ascendentes. La inclusión de un nuevo país miembro requiere de pasos previos, como homologar ciertos procedimientos de intercambio comercial y financiero, léase el comercio exterior en monedas locales (sin recurrir al dólar), y prácticas comunes en materia de clearing por parte de los bancos centrales.
Ayer, cuando los periodistas que cubrían su encuentro con Lavrov le preguntaron por una posible incorporación al grupo, Timerman reconoció el interés de la Argentina pero se preocupó por transmitir prudencia. "Vemos con mucho interés el desarrollo que han tenido los BRICS en la política internacional. Trabajamos muy cerca de los países miembro, pero respetamos las individualidades y creemos que son los BRICS los que tienen que definir ese tema", subrayó. Apenas un par de cifras alcanzan para describir el peso descomunal de los integrantes del BRICS: tienen el 40% de la población terrestre (3000 millones de habitantes), cubren un 30% de la superficie del planeta y reúnen el 25% del PBI mundial. El comercio intrabloque crece a un ritmo del 28% al año. Es probable que el acercamiento entre la Argentina y Rusia, reflejado por la sintonía que vienen mostrando Cristina y Putin cada vez que se encuentran, sume un factor más en la diplomacia silenciosa por posicionar al país en esa liga. 
En la conferencia de prensa conjunta, entre banderas de ambos países, Timerman y Lavrov expusieron las coincidencias que vienen exhibiendo los dos gobiernos. Para Rusia, la intermediación de la Argentina para evitar una incursión militar estadounidense en Siria –en la que fue clave la carta del Papa Francisco a los líderes del G-20–, como la posición ante el conflicto en las regiones pro-rusas de Ucrania, profundizaron la confianza que se fue construyendo entre los dos jefes de Estado. "Rusia valora la postura independiente de Argentina sobre lo que está ocurriendo en Ucrania. Es una postura objetiva, lo vimos durante los debates de la Asamblea General (de la ONU)", elogió ayer Lavrov. Se refería a la decisión de CFK de poner en evidencia el "doble estándar" de la Unión Europea, que defiende el principio de la autodeterminación en el caso de Malvinas pero lo rechaza ante la decisión de los ucranianos pro-rusos de escindirse de ese Estado y sumarse a la Federación Rusa.
El propio Timerman se encargó de exteriorizar la posición argentina en este punto. "Hemos verificado nuestra convicción sobre la conveniencia de construir un sistema multilateral sólido, que sirva de base a relaciones internacionales basadas en la cooperación y colaboración mutua, la no intromisión en los asuntos internos de otros estados, ya sean políticas, económicas o militares. La Argentina cree inconveniente que se mantenga una situación de doble estándar de acuerdo a la situación", remarcó antes de agradecer a Rusia por su constante apoyo al reclamo por la soberanía argentina en el Atlántico Sur. Anoche, consultado por este diario, el especialista en relaciones internacionales Hernando Kleimans, director del Instituto Bering-Bellinghausen con un doctorado en Moscú, analizó lo que implica la invitación. "La Argentina lidera la lista de países en condiciones de ingresar al BRICS. De hecho, está en primer lugar. Y no se olvide que ese bloque auxilió al G-7 a salir de la crisis. Esto tiene muchísima importancia desde el punto de vista económico y destruye el mito del aislamiento argentino", evaluó Kleimans, que vive la mitad del año en Rusia.
La vocación de Rusia por invertir en la Argentina –como en el resto de Sudámerica– se explica por varios factores: por cierta competencia con China, por el potencial en energía y alimentos de la región y por recuperar influencia en el mundo tras los conflictos con las ex repúblicas soviéticas que se separaron. Otro ejemplo de la expansión económica rusa son los grupos de empresas Inter Rao y Power Machines, interesadas en desembarcar en el mercado argentino. "Esto demuestra el reconocimiento al protagonismo internacional que tiene la Argentina bajo la presidencia de Cristina, tanto en materia económica, a partir del desendeudamiento, como en materia política, a partir del rol de Cristina como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU", estimó el diputado Guillermo Carmona (FPV), titular de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja. «


Heller
El diputado por el Frente Nuevo Encuentro destacó que la invitación del grupo BRICS "es una respuesta para todos aquellos que dicen que estamos aislados del mundo".