martes, 22 de abril de 2014

LEY SÁENZ PEÑA LA PRIMERA VEZ

El 31 de Marzo de 1912, la Provincia de Santa Fe es el escenario de la aplicación, por primera vez, de la denominada Ley Sáenz Peña de sufragio universal (masculino) secreto y obligatorio (Ley Nacional de Elecciones Nº 8.871).

El sufragio secreto evitaba el tráfico de votos y se aplicaba, asimismo, el sistema de lista incompleta: la mayoría obtenía 2/3 de los cargos y el tercio restante lo ocuparía la primera minoría.

Señala Fernando Sabsay en “Presidencias y Presidentes constitucionales argentinos“ (Colección Fin del Milenio): “Roque Sáenz Peña asumió la primera magistratura el 12 de octubre de 1910, acompañado por Victorino de la Plaza como vicepresidente. El hecho más destacable de su gestión fue la Ley General de Elecciones, a la que aplicó todo su esfuerzo y dedicación: el voto pasaba a ser universal, secreto y obligatorio. El nuevo presidente estaba decidido a cambiar las prácticas políticas que se venían utilizando. La prepotencia política y los matones de comités habían alejado a la ciudadanía de los comicios. La libertad de sufragio llevaría al electorado a las urnas. La ley Sáenz Peña inició ese proceso, esa fue la más importante obra de su gobierno y su aporte imperecedero a la política nacional”.

Roque Sáenz Peña afirmaba: "En este momento decisivo y único vamos jugando el presente y el porvenir de las instituciones. Hemos llegado a una etapa en que el camino se bifurca con rumbos definitivos. O habremos de declararnos incapaces de perfeccionar el régimen democrático que radica todo entero en el sufragio o hacemos otra Argentina, resolviendo el problema de nuestros días, a despecho de intereses transitorios que hoy significarían la arbitrariedad sin término ni futura solución".

Las conversaciones reservadas entre Sáenz Peña e Hipólito Yrigoyen indican que éste último manifestó: "El Partido Radical no busca ministerios, únicamente pide garantías para votar libremente en las urnas". El Caudillo radical diría más adelante: "El gobierno nos da garantías; dejaremos la abstención y concurriremos a las urnas".

Y así, en Santa Fe, intervenida por el conservador Anacleto Gil, tres fórmulas se candidatean: la Coalición Conservadora, con Marcial Candioti y Alberto Paz, la UCR con Manuel Mencheca y Ricardo Caballero, y la Liga del Sur con Lisandro de la Torre y Cornelio Casablanca. El día del comicio la afluencia fue multitudinaria.

Eran necesarios 32 electores para consagrar gobernador, obteniendo la Unión Cívica Radical, 34 (25.000 sufragios); con los que logró la mayoría, y la Liga del Sur la minoría (17.000 votos).

La Unión Cívica Radical condujo la propaganda con habilidad y eficacia levantando la bandera de la pureza del sufragio, la lucha contra el fraude y los privilegios de la vieja oligarquía, para atraer y apoyarse en la gran masa de la clase media, obreros y jornaleros del campo, prestigiando hombres nuevos, reclutados en diferentes actividades y círculos. Su excelente disciplina y el entusiasmo de sus partidarios le permitió alzarse con el triunfo.

Durante el gobierno del Doctor Manuel Menchaca, (médico y farmacéutico), y a pocos meses de haber asumido, estalla el movimiento campesino conocido como el Grito de Alcorta, (25 de junio de 1912). Era esta zona del sur santafesino, maicera por excelencia. Los agricultores comenzaron una huelga que tuvo importantes repercusiones en nuestro país. Fue la primera protesta agraria, que originó las bases de un nuevo derecho rural donde se promovieron formas de economía social en la explotación y comercialización de los productos del campo y se creó la Federación Agraria Argentina.

Al llegar a nuestro país, los inmigrantes tuvieron varias alternativas: convertirse en colonos (que les abriría el paso para llegar a ser propietarios de las tierras) o ubicarse como arrendatarios, sin la posibilidad de transformarse en propietario, llevando circunstancias adversas como los resultados de la cosecha y las obligaciones que les imponían los propietarios: trillar con la máquina que éstos le indicaran, venderle a él la cosecha y adquirir los artículos de primera necesidad en un comercio determinado. El malestar imperante, se agravó con la crisis de 1909 y las malas cosechas de 1910.

Si bien la causa inmediata de la huelga estaba basada en la mala situación económica de los agricultores, el verdadero fundamento fue la ausencia de una legislación agraria que equilibrara las desiguales relaciones jurídicas entre los propietarios que poseían los medios de producción y los colonos, que no contaban más que con su fuerza de trabajo. Los arrendatarios no tenían la menor seguridad en su trabajo, en cualquier momento podían ser desalojados del campo en que trabajaban y despojados de sus máquinas y útiles de labranza. Cualquier mejora que introdujeran en la chacra, quedaba a beneficio del patrón. A tal efecto Juan B. Justo, en una exposición concisa, llegó a la conclusión de que “había que asegurar al agricultor la inembargabilidad de sus elementos de trabajo, indemnizarlo por las mejoras realizadas en el campo, asegurarle la libertad de cosechar con las máquinas que creyera conveniente, abolir los impuestos que gravaban la producción, eximir del pago de la contribución directa a la pequeña propiedad rural y dar alojamiento digno a los obreros del campo”.

Juan B. Justo, defendió a los agricultores en el Parlamento Nacional, y fue suya la primera voz que se hizo oír en la Cámara denunciando a terratenientes e intermediarios subarrendadores como explotadores de los agricultores. Sus interpelaciones a los Ministros de Agricultura Adolfo Mujica en 1912 y a Alfredo Demarchi en 1918, constituyen valiosos documentos históricos que fijan claramente la situación del campo argentino en aquella época. Justo fue el autor del primer proyecto de ley de arrendamientos presentado en nuestro Parlamento Nacional, el 4 de agosto de 1913.

La huelga duró cuatro meses aproximadamente. El movimiento se propagó sobre la base de la unánime solidaridad que se estableció durante el conflicto.

El Diario La Prensa informaba que a pesar de las resistencias patronales y la represión policial de las manifestaciones la huelga se fue extendiendo y, por consecuencia, se comenzó a descalificarla buscándole tintes extremistas.

La intervención del Gobierno Provincial de Santa Fe (Menchaca - Caballero) hace que los terratenientes se avinieron a mejorar las condiciones de contratación con los chacareros arrendatarios.

“El Grito de Alcorta fue mucho más que una huelga justa y el triunfo de una reivindicación del trabajo. Fue el primer paso que se dio en la historia Argentina para corregir las relaciones de propiedad rural imperantes en nuestro país. Fue el origen de organizaciones de economía social y representaciones de intereses gremiales que generaron una racional explotación de la tierra y distribución de su producto y procuró vincular sus intereses de sector con el interés nacional y la defensa de las instituciones democráticas”. Un capítulo especial, merece el referirse al Vicegobernador de ese entonces, Doctor Ricardo Caballero.

Héctor Nicolás Zinni, historiador y librero, que se erigió en una referencia local después de publicar "Rosario de Satanás", profundo y metódico, escribió un libro sobre la vida y obra de Ricardo Caballero, diciendo de él: “"Defendió los intereses del pueblo" y “fue uno de los personajes más emblemáticos de un país yrigoyenista”.

Señala Zinni en un reportaje: “me impresionó su personalidad. Yo lo conocí cuando tenía siete años de edad y él me curo de una afección. Mi padre gozaba de su amistad y gracias al doctor Caballero hubo un pan más en la mesa familiar, cuando hizo entrar al autor de mis días como bibliotecario en la Facultad de Medicina de Rosario. Mi padre era uno de los poetas del Centro de Estudios Argentinistas Juan Manuel de Rosas que había fundado el doctor Caballero y que tenía más de 30 filiales aquí y en el sur de Córdoba. Ahí nomás de haber empezado a conocer los versos criollos de mi viejo, Caballero, gran activista, lo tomó prácticamente bajo su tutela”.

”Mi obra - dice Zinni - refleja la imagen pura, luchadora y rebosante de ideales de quien fuera caudillo argentinista - siempre en defensa del hijo de nuestra tierra, además de eminente, altruista y galardonado profesional médico de vida espartana, quien, además de haber sido miembro fundador de la Facultad de Medicina de Rosario, de la Biblioteca Clásica de dicha Facultad y creador de la cátedra de Historia de la Medicina, ocupó dos veces la banca de Diputado y otros dos períodos la de Senador de la Nación, además de haber sido un muy buen escritor, un excelente narrador y un eminente catedrático; defendió desde su banca en las oportunidades que se le brindaron, los intereses del pueblo que lo había elegido, entre ellos la tan resistida en su momento Ley de Jubilaciones y otras no menos notables iniciativas que lo tuvieron como protagonista”.

El Doctor Ricardo Caballero tomó parte en las revoluciones de 1893, 1903 y 1905, siendo encarcelado por ello. Intimo amigo de Hipólito Irigoyen, fue Jefe Político de Rosario, solucionando numerosos conflictos obreros a favor de los mismos en los tiempos que los sindicatos no existían.

Fue Presidente de la Caja Nacional de Ahorro Postal y contó entre sus numerosas y calificadas relaciones y amistades con la de Homero Manzi, quien lo hizo personificar por el actor Juan Carrara en la película "El último payador".

En estos tiempos difíciles, se hace necesario el rescate de figuras de tamaña talla, para la consolidación de un pensamiento y una acción en salvaguarda de nuestra memoria histórica y de nuestro futuro como Nación.

La Ley Sáenz Peña se volvería a aplicar por segunda vez el 2 de Abril de 1916, en que ganó la presidencia de la Nación el Doctor Hipólito Irigoyen, a la que pudo acceder porque el Doctor Ricardo Caballero - quien ya había fundado la Unión Cívica Radical de Santa Fe - le envió los 19 electores que le faltaban, siendo evidente que si esto no se hubiese dado, en una actitud desinteresa y de gran adhesión a Irigoyen, otra hubiera sido nuestra historia nacional a partir de allí.

Osvaldo Vergara Bertiche

A 45 AÑOS DEL DERROCAMIENTO DE FRONDIZI. 



¡OH... CASUALIDAD!

Como no vamos a utilizar la interjección “oh”, si ésta expresa “muchos y muy diversos movimientos del ánimo, y más ordinariamente asombro, pena o alegría” (Diccionario de la Real Academia Española)

Y el caso que nos ocupa, no nos causa asombro, sino pena, porque los destinos de la Patria han dependido de ciertas ¿casualidades? como “La crueldad inteligente”, que para Maquiavelo, “puede ser un atributo del buen gobierno cuando el monarca necesita asentar su autoridad, a fin de evitar el mal mayor del desgobierno”.

Y este preámbulo sirve ya que en 1926, el entonces estudiante Arturo Frondizi, mientras cursaba quinto año, publica su primer artículo periodístico en el boletín del colegio sobre “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo. (www.agendadereflexion.com.ar - número 273). ¡Oh casualidad!

A 45 años (29 de Marzo de 1962) de la caída del gobierno no precisamente bien gobernado de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) vale la pena resaltar algunas cuestiones inherentes.

“Anticapitalista y antiimperialista aún, en 1956, Frondizi se convirtió a la libre empresa; librepensador, declaró su fe católica y apoyó la enseñanza libre. Antiperonista no hacía mucho, resultó electo por los votos peronistas, y, lo que es peor, a base de un programa que no está totalmente desprovisto de referencias negativas al régimen derrocado; así sucedió a pesar de que los peronistas lo colmaron de insultos hasta la víspera de la orden del líder. Electores y opositores desconfiaron desde el primer día del nuevo presidente. La fama de maquiavelismo y duplicidad de Frondizi, cuyas sucesivas sinceridades resultaban sospechosas, comenzó antes de que asumiera sus funciones”. (Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, Tomo II: 1943-1973, Buenos Aires, Emecé, 1982, página 151).

El partido liderado por Frondizi, una de las dos fracciones en que se había dividido la Unión Cívica Radical en marzo de 1957, no participó de la elaboración del programa de gobierno.

Lo que se ha dado en llamar “frondizismo” se generó por fuera del partido, en un equipo técnico liderado por Rogelio Frigerio y conformado por jóvenes y “brillantes” empresarios.

Es que Frondizi y Frigerio estaban convencidos de que era posible llevar a cabo un “esfuerzo orgánico” para realizar un cambio estructural de fondo en el país a partir de importantes inversiones y técnicas modernas que llevarían “naturalmente” a un aumento de la producción, al pleno empleo y a la “desaparición” de conflictos sociales.

Desde 1955 en adelante, todos creían que se podía poner en marcha una serie de esfuerzos destinados a destruir al peronismo para crear una alternativa civil de apoyo mayoritario; fue en vano.

Al mismo tiempo nadie logró recuperar ni la prosperidad ni el crecimiento sostenido que se había dado desde 1946; “la inflación crónica y los repetidos ciclos de recesión y recuperación detuvieron su proceso hacia la industrialización”.

“Las divisiones sociales y políticas se hicieron cada vez más tensas y violentas, y los sucesivos gobiernos fueron incapaces de impedir la progresiva decadencia institucional. Las alianzas político militares se hicieron constantes; las Fuerzas Armadas fueron asimilando esta necesidad de ciertos grupos civiles de contar con el apoyo militar, y los gobiernos de facto se fueron institucionalizando, hasta derivar en el sangriento Proceso de Reorganización Nacional”.

Es que el derrocamiento del gobierno democrático nacionalista popular de Perón implicó el cierre de un ciclo histórico.

Desde entonces se sucedió una época de "empate" entre fuerzas, alternativamente capaces de vetar los proyectos de las otras, pero sin capacidad real y suficiente para imponer perdurablemente los propios.

Ese “empate político" se vio reflejado, por sobre todo, en los ciclos periódicos de las llamadas “crisis” económicas.

En honor a la verdad, las “crisis” no eran tales, ya que desde cualquiera de ellas se puede retroceder. En la Argentina se había entrado en un profundo proceso de “decadencia” del que ya resultaba, a todas luces vista, imposible de detenerlo en un marco que no fuera “revolucionario”, en definitiva retornar a la “revolución inconclusa” que se había puesto en marcha desde el mismo 17 de Octubre de 1945 y que fuera interrumpida en Setiembre de 1955.

Así, desde entonces, el poder económico fue compartido entre la oligarquía vacuna-agraria pampeana (proveedora de divisas y por lo tanto dueña de la situación en los momentos de inestabilidad externa) y los sectores hegemónicos del capital internacional. La burguesía industrial, (en retroceso constante) quedaba solamente “volcada” hacia un mercado interior cada vez más con menor capacidad adquisitiva.

Los que “terminaron” con “La Segunda Tiranía” creían que con tiempo y “educación democrática” se podría integrar a los peronistas a la “sociedad” que pergeñaban, que ya no era, ni tan siquiera la discursiva “ni vencedores ni vencidos”, sino una predominantemente intolerante y antinacional.

El “gorilaje” de pelambres distintas, condenaban a un ridículo silencio a las mayorías populares.

“La regla tácita operante durante esta época señalaba que el peronismo no debía gobernar ni podía ocupar espacios de poder relevantes. Quien, por táctica o principios republicanos, diera lugar a su retorno a posiciones de poder, aunque fueran parciales, sería desplazado por el método tradicional de los cambios críticos: el golpe de Estado”. Con el Gobierno de Pedro Eugenio Aramburu, las clases dominantes deciden "poner la casa en orden" terminando con todo tipo de políticas ambiguas.

La historia es conocida: proscripción total del peronismo y prohibición del uso de sus símbolos; intervención de la CGT, como así de la mayoría de los sindicatos; persecución y cárcel de dirigentes y militantes políticos y gremiales; anulación de la Constitución de 1949, entre tantas otras “fechorías”, como los fusilamientos de 1956.

“Procurando desarmar lo más posible el aparato de la organización obrera peronista, el gobierno de Aramburu sentó la base institucional para el proceso que se abriría con Frondizi: el reemplazo de trabajo por capital en el desarrollo industrial, esto es, el despojo de los derechos sociales peronistas en función de la acumulación de capital y la eficiencia de la economía”.

Perón, demostrando la fuerza y capacidad de conducción que desde el exilio mantenía, en 1958, desde Madrid, indica al Movimiento Nacional Justicialista votar por el radical disidente y desarrollista Arturo Frondizi.

Por otra parte es necesario señalar que el candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo, el Doctor Ricardo Balbín, era el “candidato oficioso” de los sectores más antiperonistas de las fuerzas armadas. Así, el 23 de Febrero de 1958, con el peronismo proscripto, con 4.070.398 (44,79%) votos, contra 2.617.693 del opositor (28,80%), Arturo Frondizi se hace cargo del Poder Ejecutivo Nacional.

El “voto en blanco” que para la Convención Constituyente de 1957 alcanzó 2.115.861 votos (25%), y que resultó “ganador”, cosa inédita en la historia política en nuestro país, en ésta última (1958) obtuvo 841.400 (9,26%), que sin duda alguna también fueron sufragios peronistas.

La UCRI en 1957 alcanzó 1.847.603 sufragios. Queda claro como el “voto auténticamente peronista” dio el triunfo a Frondizi en 1958.

El ideario desarrollista concebía al capital extranjero como el elemento dinamizador del desarrollo, “debidamente orientado por el estado en beneficio de los intereses nacionales”, logrando así que la antinomia entre capital externo y nacionalismo económico dejara de tener sentido.

“Las condiciones de acumulación e inversión insuficientes provocaban en los países subdesarrollados la ausencia del capital necesario para la instalación de las industrias básicas y la construcción de las obras de infraestructura. De esta manera, el capital extranjero debía contribuir al desarrollo de la explotación petrolera, la siderurgia, la energía eléctrica, la petroquímica, etcétera” (Fanor Díaz, Conversaciones con Rogelio Frigerio, Buenos Aires, Colihue-Hachette, 1977, páginas 111-114)

El programa económico frondi-frigerista incluía los siguientes pasos: “a) incrementar la tasa de acumulación de capital interno; b) fomentar el ingreso de capital y tecnología extranjeros; c)sustituir importaciones; d) diversificar exportaciones; e) ejecutar una política fiscal y monetaria subordinada al fin económico del desarrollo; y f) orientar las inversiones hacia los rubros más productivos” (Rogelio Frigerio, Crecimiento económico y democracia, Buenos Aires, Paidós, 1983, páginas 74-75).

En este programa la primera prioridad la tenía el petróleo, la segunda el acero, la tercera era recuperar la capacidad exportadora del país. “El desarrollismo habían acuñado la fórmula: petróleo + carne = acero”.

Es cierto que después de Perón, el sector industrial se había reducido a pequeños capitalistas y talleres artesanales de baja eficiencia y competitividad, pero con una gran capacidad de empleo. Las grandes corporaciones del país, que cubrían las áreas de industria y servicios públicos, eran todavía propiedad del Estado.

En Diciembre de 1958 se promulga la Ley de Inversiones Extranjeras que trajo como consecuencia la radicación de capitales, principalmente norteamericanos, por más de 500 millones de dólares, concentrándose el 90% en las industrias químicas, petroquímicas, metalúrgicas y de maquinarias eléctricas.

Y es desde ese momento que se consolida un nuevo actor político: el capital extranjero inserto en la industria. La burguesía industrial de carácter nacional debe, desde entonces, amoldarse a sus decisiones. Al mismo tiempo relega el liderazgo a la gran burguesía oligárquica, convirtiéndola en socia para, fundamentalmente, los momentos de “crisis”.

La política quedó subordinada a una nueva clase dirigente: la burguesía gerencial, que empezó a conformar un nuevo Establishment.

La consecuencia inmediata de esta política fue la fuerte declinación de los salarios, del poder adquisitivo de los trabajadores y la pauperización del conjunto de la población.

Todo olía a entrega. Entrega al imperialismo yanqui.

Los contratos con ocho compañías petroleras extranjeras y la privatización del frigorífico Lisandro de la Torre desbordaron toda expectativa de cambio; quedaba como síntesis la traición; el maquiavelismo estaba en marcha.

Ante la creciente oposición y una recesión galopante, con poco espacio para maniobrar, Frondizi, encontrándose entre la espada y la pared, cede a todos y cada uno de los planteos militares.

Así declara el Estado de Sitio y luego el plan de represión CONINTES para desmovilizar a los trabajadores.

Al mismo tiempo legalizaba al Partido Peronista para competir en las elecciones de 1962 para gobernaciones provinciales; el peronismo gana en cinco distritos y esto fue intolerable para los militares, por lo que decidieron, lisa y llanamente, el derrocamiento de Frondizi, poniendo en vigencia, nuevamente, el más virulento antiperonismo, al mejor estilo de los años ‘55 y ‘56.

No debemos olvidar que en el mes de Enero de 1962, a raíz del anuncio de que Andrés Framini competiría por la gobernación de la provincia de Buenos Aires con Juan Domingo Perón como compañero de fórmula (vicepresidente), hizo a la reacción del Gobierno Argentino señalando que éste (Perón) era un “prófugo de la justicia” y porque los “principios de su régimen eran incompatibles con aquéllos de la Revolución Libertadora”.

“Luego se supo que el ministro del Interior del presidente Frondizi, Alfredo Vítolo, había firmado un documento con los jefes militares, garantizando que no se permitiría a Perón volver al país”.

A fines de enero de aquel año, Vítolo anunciaba que el gobierno rechazaría la candidatura del ex-presidente exiliado. Paralelamente, el juez electoral Leopoldo Isaurralde - de abierta filiación oficialista - declaraba que Juan Perón no podía ser candidato por no tener residencia en el país, no estar en el padrón y ser un fugitivo de la justicia. Para que nada quedara librado al azar, al mismo tiempo el cardenal Antonio Caggiano recordaba que la excomunión del “tirano prófugo” estaba en vigencia.

Proscritos Perón y el peronismo, finalmente se oficializó la fórmula bonaerense con Andrés Framini y Marcos Anglada, que concurrieron bajo las siglas de la Unión Popular, al igual que en la Capital Federal. En Córdoba, La Pampa, Chaco, Jujuy y Tucumán el movimiento prohibido lo hizo bajo la sigla del Partido Laborista; en Mendoza, Santiago del Estero y Entre Ríos, con el nombre Tres Banderas; en Neuquén como Movimiento Popular Neuquino; en Río Negro como Partido Blanco; en Misiones como Partido Justicialista y en Chubut y Santa Cruz como Partido Populista.

En febrero el presidente Arturo Frondizi ya había sido sometido a una intensa presión militar para el rompimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, que el gobierno argentino efectivizó, en el marco del bloqueo declarado por los yanquis. Pero las Fuerzas Armadas no tolerarían ahora un gobernador peronista: Frondizi (que había confiado en una derrota peronista), al día siguiente de las elecciones, decretó la intervención de Buenos Aires y las provincias ganadas por el justicialismo, y anuló los comicios.

El día 21 las 62 Organizaciones gremiales anuncian una huelga general en repudio de las intervenciones. El día 27 el presidente declara “no me suicidaré, no renunciaré y no me iré del país”.

Pero el 29, frente al primer movimiento de tropas, renuncia, es arrestado en Olivos y trasladado a Martín García.

El día 30 asume la presidencia José María Guido; hasta entonces el presidente del Senado (Senador por Río Negro) juraba ante la Corte Suprema de la Nación en el Palacio de los Tribunales como nuevo presidente.

La maniobra urdida por el ministro de Defensa de Frondizi, Rodolfo Martínez, y el ministro de la Corte Suprema, Julio Oyhanarte, en la que no estuvo ajeno Roberto Etchepareborda, último ministro de Relaciones Exteriores, tomó de sorpresa al poder militar, a los sindicatos y a la sociedad argentina.

Será un gobierno títere, una fachada tras la cual gobernarán efectivamente los militares.

Mi Abuela de política no sabia nada, pero como vieja era sabia, y como sabia siempre decia que “al que a hierro mata...”

Aunque esto no justifica a los militares golpistas, “gorilas” de pura cepa, como Poggi, Toranzo Montero y compañía.

(Colaboracion de: Osvaldo Vergara Bertiche)

Ver otros 
Pactos y tratados de la Confederacion Argentina

Fuente: www.lagazeta.com.ar

Proclama de Juan Manuel de Rosas (13 ded abril de 1835)



PROCLAMA

"Compatriotas:

Ninguno de vosotros desconoce el cúmulo de males que agobia a nuestra amada patria, y su verdadero origen. Ninguno ignora que una fracción numerosa de hombres corrompidos, haciendo alarde de su impiedad, de su avaricia, y de su infidelidad, y poniéndose en guerra abierta con la religión, la honestidad y la buena fe, ha introducido por todas partes el desorden y la inmoralidad; ha desvirtuado las leyes, y hécholas insuficientes para nuestro bienestar; ha generalizado los crímenes y garantido su impunidad; ha devorado la hacienda pública y destruido las fortunas particulares; ha hecho desaparecer la confianza necesaria en las relaciones sociales, y obstruido los medios honestos de adquisición; en una palabra, ha disuelto la sociedad y presentado en triunfo la alevosía y perfidia. La experiencia de todos los siglos nos enseña que el remedio de estos males no puede sujetarse a formas, y que su aplicación debe ser pronta y expedita y tan acomodada a las circunstancias del momento.

Habitantes todos de la ciudad y campaña: la Divina Providencia nos ha puesto en esta terrible situación para probar nuestra virtud y constancia; resolvámonos pues a combatir con denuedo a esos malvados que han puesto en confusión nuestra tierra; persigamos de muerte al impío, al sacrílego, al ladrón, al homicida, y sobre todo, al pérfido y traidor que tenga la osadía de burlarse de nuestra buena fe. Que de esta raza de monstruos no quede uno entre nosotros, y que su persecución sea tan tenaz y vigorosa que sirva de terror y espanto a los demás que puedan venir en adelante. No os arredre ninguna clase de peligros, ni el temor a errar en los medios que adoptemos para perseguirlos. La causa que vamos a defender es la de la Religión, la de la justicia y del orden público; es la causa recomendada por el Todopoderoso. Él dirigirá nuestros pasos y con su especial protección nuestro triunfo será seguro.

JUSTO" JOSÉ DE URQUIZA - BIOGRAFÍA DE UN TRAIDOR

"Urquiza, era el Gobernador Tirano de Entre Ríos, pero era más que todo, el Jefe Traidor del Gran Partido Federal, y su muerte, mil veces merecida, es una justicia tremenda y ejemplar del partido otras tantas veces sacrificado y vendido por él. La reacción del partido debía por lo tanto iniciarse por un acto de moral política, como era el justo castigo del Jefe Traidor". (José Hernández, autor del Martín Fierro)

Genio militar y hábil comerciante, amasó una fortuna en una mezcla de negocios legales, turbios y “vendidas”. Había sido durante muchos años caudillo y gobernador de su provincia, pero poco había aprendido de política “grande”, salvo en su propio beneficio. Su falso orgullo, su ambición desmedida y sus delirios de grandeza, le impidieron ver los sutiles manejos de la política y la gran diplomacia tras bambalinas, y sería conducido por la diplomacia inglesa y brasilera , como tonto al baño.

Egocéntrico al extremo, decoró su “Palacio San José” con escenas épicas de sus batallas, y al afeitarse tal vez viera reflejado en el espejo a mismísimo Alejandro, Cesar o Napoleón.

Vanidoso, desconfiado y celoso enfermizo desconfiaba hasta de su sombra y de sus íntimos y le provocaban furias incontenibles.

Coronado, (su secretario) relata que “Serían las dos de la tarde, cuando el general Urquiza se retiró a sus habitaciones después de concluir la comida, de donde momentos después salió con un rifle que tenía costumbre de cargar cada vez que entraba a la quinta y fue a sentarse a la glorieta, desde donde observaba con facilidad cuánto pasaba en el primero y segundo patio de San José… habiendo visto pasar al joven Franklin Bond Rosas del lado opuesto al que estaba alojado, el general se precipitó como una furia creyendo sin duda que sorprendería a Franklin en conversación con su señora con alguna de sus hijas…frenético como un loco se arrojó sobre el joven llenándole de improperios al mismo tiempo que lo amenazaba con el rifle. Franklin atacado de ese modo, y sin armas con qué defenderse, entró al cuarto inmediato, donde estaba leyendo el Señor Haedo, y el general entró atrás persiguiéndole con un encarnizamiento feroz, que bien pudo concluir en un asesinato, si el agredido no desvía prontamente el arma que el general le asestaba en el pecho… Todas las personas que se encontraban en San José salieron apresuradamente y se desparramaron por el campo llevadas por el terror unas, y por no presenciar tan repugnante escena otras… solo se oía el llanto y las lamentaciones de la esposa y personas de la familia del general que gritaban desde sus habitaciones, y cuyas voces se confundían con las desvergüenzas y blasfemias del general. La señora de Urquiza, llevando en brazos a un niño que gritaba a sus pechos, con los cabellos desgreñados y el rostro bañado en lágrimas se presentó en la secretaría… y entonces aquella hiena enfurecida que un momento antes lo habría devorado todo inclinó la cabeza, meditó, y se puso triste y pensativo” (Coronado, Misterios de San José).

Un verdadero caudillo de su provincia y seguido fielmente por sus paisanos, su permanente lucha interna fue conservar esa posición y su fortuna o asumir el papel de de patriota, “El Libertador” después de Caseros, “El padre de la Constitución” en 1852, “El grande y buen amigo” (Pedro II) “El grande hombre de América” (Alberdi) “El Washington de la América del Sur”(Mitre después de Pavón ) Navegando con un pie en cada canoa se quería quedar con Rosas y coqueteaba con Verón de Astrada, buscaba la alianza de López para luchar contra Bs.As. y tramaba alianzas con Brasil para doblegar a Solano López, a quien pedía sus vapores para poder ir contra Bs.As. pero ofrecía ayuda a Ingleses para vengarse de López ante la negativa de este y se ofrecía como mediador ante norteamericanos para ganarse su apoyo. Se llamaba federal pero contemporizaba con los liberales sin poderlos manejar, se decía patriota pero ofrecía su ejército a brasil por unos patacones y su propia gloria.
Lo perdió su orgullo y sus delirios de grandeza. Enredado en las palabras de alabanzas que no le dejaban ver la realidad,. vapuleado por una politiquería que no entendía, optó por retirase a su feudo personal a cuidar de su fortuna y su gloria.

Durante el primer bloqueo Francés y el posterior boqueo Anglo-francés, ya había estado coqueteando con el enemigo, con ganas de “pronunciarse” para formar una república independiente en la Mesopotamia (Entre Ríos y Corrientes, y tal vez Paraguay y la Banda Oriental), con él como “Supremo”, lo que le valió algunas “apretadas de bolas” por parte de Rosas, como aquella a raíz del Tratado de Alcaraz.

En cada “agachada” contra Rosas, obtenía algún beneficio de Rosas, que sabiendo con que bueyes araba, le daba soga o la tiraba con habilidad, sin cortar la cuerda. Sin embargo, con motivo de la guerra con Brasil, (que la Confederación tenia ganada de antemano) calculó mal Rosas, y nunca pensó que Urquiza tiraría por la borda su “patriotismo Federal”, su honra y hasta su “memoria póstuma”, y se pasaría al bando enemigo con todo el ejercito de la Confederación, por unos patacones y una gloria que nunca obtuvo ni supo obtener.

Posteriormente a Caseros, vapuleado por unitarios, masones y doctores, brasileros, ingleses y hasta por López, finalmente se “borraría” en Pavón, tal vez desilusionado, cansado o “vendido”, y se retiraría a su palacio de San José ha disfrutar de su fama y su fortuna hasta morir a manos de López Jordán, sin poder llevarse a la tumba ni un patacón de los muchos que habría cobrado en varias traiciones. Apenas si le quedaría alguna fama que lograron salvarle los “historiadores oficiales”, para la posteridad, y algunos nombres de calles o monumentos, como el mal ubicado donde fuera la estancia privada de Juan Manuel. (Av. Figueroa Alcorta y “Sarmiento”, nada menos)

“Debemos tener absoluta confianza en el señor general Mitre – le escribía al Chacho – Sus intenciones son leales: lo creo capaz de afianzar las instituciones nacionales en todo su vigor sobre las bases del orden y la fraternidad” (Urquiza a Varela. San José. 21 de noviembre de 1863. AGNA. Arch. Urquiza, leg. 77 . AGM. “Proceso...” t. II. p.122)

Pero de poco le sirvieron los patacones “que supo conseguir” ni la gloria “que no supo conservar”, y a poco tiempo de Caseros ya estaba arrepentido y con ganas de llamarlo a Rosas a que venga a “sacarle las papas del fuego” : “Hay un solo hombre para gobernar la Nación Argentina, y es Don Juan Manuel de Rosas. Yo estoy preparado para Rogarle que vuelva aquí” (Mayo de 1852. Urquiza al representante ingles Gore, al partir para reunirse para el encuentro de San Nicolás. J. M. Rosa. Tomo VI. P.34) Pero ya era tarde y la macana estaba hecha. Rosas, vencido por el tiempo, por la agobiante tarea personal durante 20 años de gobierno, y por el conjunto de unitarios y vendepatrias, por brasileros, ingleses, franceses y traidores había sido derrotado en Caseros y se había retirado al exilio diciendo al renunciar: “si mas no hemos hecho, es que no hemos podido”. Ya no querría volver, aunque se lo pidiera Urquiza ni los Federales que quisieron traerlo por una revolución, a la que Rosas nunca se hubiera adherido “contra un gobierno legalmente constituido”

Urquiza quiso corregir su error en parte y levantó la confiscación de los bienes personales de Rosas, (que hizo y tuvo antes de ser gobernador) y que permitió a Terrero vender la estancia “San Martín” de Rosas (los demás bienes volverían a confiscarlos los unitarios, entre otras cosas para pagarle a los bonoleros) y hasta le mando unos pocos pesos a Inglaterra (que Rosa tuvo la amabilidad de agradecerle). Pero ya era tarde, y Rosas estaba en su granja de Inglaterra, retirado de la política, viviendo modestamente de su trabajo personal y ordenando sus papeles para el juicio de la historia.

“Buenos Sentimientos le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle”. (1858. Justo José de Urquiza. Carta a Rosas del 24 de agosto de 1858. Extraída del libro de Mario César Gras “ Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros “. EDIC. Del Autor. Bs. As. 1948.) Precisamente fue Urquiza “quién quiso arrebatarle la gloria, pero no pudo”


JUAN MANUEL DE ROSAS. La ley y el orden1851 La Traición a Rosas

El imperio de Brasil que se caía en pedazos por sus propias luchas internas (abolición de la esclavitud entre otras), comprometido en una declaración de guerra con la Confederación y en una guerra perdida antes de iniciarse, como último recurso para dar vuelta su comprometida situación, le hace llegar a Urquiza una propuesta de alianza o al menos que se mantenga al margen de la lucha. Urquiza “ofendido en su honor” le contesta por escrito al Imperio, haciendo además publicar su nota en el periódico El Federal Entre-Riano” :

“Yo, gobernador y capitán general de la provincia de Entre Ríos, parte integrante de la Confederación Argentina y general en jefe de su ejército de Operaciones que viese a ésta o a su aliada la República Oriental en una guerra en que por este medio se ventilasen cuestiones de vida o muerte vitales a su existencia y soberanía…..¿ como cree, pues el Brasil, como lo ha imaginado por un momento, que permanecería frío e impasible espectador de esa contienda en que se juega nada menos que la suerte de nuestra nacionalidad o de sus mas sagradas prerrogativas sin traicionar a mi patria, sin romper los indisolubles vínculos que a ella me unen, sin borrar con esa ignominiosa mancha todos mis antecedentes ?……Debe el Brasil estar cierto que el general Urquiza con 14 o 16 entrerrianos y correntinos que tiene a sus órdenes sabrá, en el caso que ha indicado, lidiar en los campos de batalla por los derechos de la patria y sacrificar, si necesario fuera, su persona, sus intereses y cuanto posee”

...y no contento con la sola respuesta, en el mismo periódico El Federal Entre-Riano” hace publicar el editorial: ...”Sepa el mundo todo, que cuando un poder extraño nos provoque, ésa serla la circunstancia indefectible en que se verá al inmortal general Urquiza al lado de su honorable compañero el gran Rosas, ser el primero que con su noble espada vengue a la América”

Acto seguido, y patacones de por medio, asume su rol de traidor (que siempre fue) y se pasa al enemigo con todo el ejército de la Confederación, dándole así una victoria al Brasil, que sin imaginarlo, tenia la revancha deItuzaingo, ganando con la por medio de la “diplomacia” y las armas argentinas una guerra ya perdida.

Fue tan alevosa la traición, que ni los brasileros lo podían creer, y Pontes (diplomático brasilero) preguntaba: “¿ Pero obrará Urquiza de buena fe”? ….no será una comedia entre él y Rosas? …….!!!! El general de los ejércitos de la Confederación …..!!!! (…..no lo podía creer……) (Ver "El milagro de la casa de Braganza" )

J.M. de Rosas - L.Castagnino
Los patacones

El Marqués de Caxias, jefe de las tropas brasileñas en Caseros, informa al ministro de guerra Souza de Melo: “La 1º División, formando arte del ejército aliado que marcho sobre Bs.As., hizo prodigios de valor recuperando el honor de las armas brasileras perdido el 27 de febrero de 1827 ” .(Es decir la batalla de Ituzaingó, victoriosa para las tropas argentinas) No es de extrañar entonces que, a pesar de que la derrota de Rosas fue el 3 de febrero, el ingreso triunfal de las tropas de la alianza argentino-brasileras se haya producido recién el 20. Sin duda se trató de una imposición de los brasileños que Urquiza acató.

El jefe argentino pareció arrepentirse e inconsultamente decide que el desfile se hará el 19, pero su par brasileño se mantiene firme: “A victoria desta campaha e uma vitoria de Brasil, e a Divisao Imperial entrará em Bs As com todas as honras que lhe sao devidas quer V.Exia ache conveniente o nao”

Urquiza se niega a devolver las bandera de Ituzaingo que estaban en la catedral e intenta una última estrategia para evitar el desdoro ante sus compatriotas de desfilar al frente de tropas extranjeras. Informa erróneamente la hora del desfile. Inicia la marcha con un malhumor que sostendrá durante toda la ceremonia, montado en un caballo con la marca de Rosas, al que Sarmiento califica de “magnífico”. Para consternación de los unitarios luce un ancho cintillo punzó en la solapa, reivindicándose como Federal. Ni siquiera irá al estrado donde era esperado por autoridades, diplomáticos y notables, quizás para que la ceremonia terminase lo antes posible, antes de que las tropas imperiales iniciaran su desfile triunfal” (Pacho O´Donnell; El Águila Guerrera)…… Por lo visto Urquiza se arrepintió enseguida de lo que hizo. …..(tímidos los brasileños para exigir condiciones…..será por eso de los “prodigios de valor”)

Algunos días Después de Caseros (el día 9) y algunos días antes del desfile, se había producido un hecho significativo: Honorio, el representante del Emperador del Brasil, concurre a Palermo el día 9 para entrevistarse con el vencido de Caseros. Pero siente tanta repugnancia por los cadáveres que cuelgan por doquier, pudriéndose entre el follaje de los árboles, que decide regresar al día siguiente. Entonces se produce un áspero diálogo cuando el brasileño le recuerda las concesiones territoriales que Argentina debía hacer por el apoyo recibido.

Urquiza, rabioso, responde que es Brasil el que le debe a él, pues Rosas hubiera terminado con el Emperador y hasta con la unidad brasileña si no fuera por mi”...También… “Si yo hubiera quedado junto a Rosas, no habría a estas horas Emperador”

Honorio (el brasileño) se retira ofendido. Pero días mas tarde recibirá la visita de Diógenes Urquiza, hijo de don Justo José, quien en nombre de su padre le pide 100.000 patacones y además “el compromiso de contar con esa subvención en adelante”, según informa Honorio a su gobierno. Y agregará “Atendiendo a la conveniencia de darle en las circunstancias actuales una prueba de generosidad y de deseo de cultivar la alianza, entendí que no podía rehusarle el favor” (Pacho O´Donnell; El Águila Guerrera) …..lerdos para pedir algunos “héroes” de la historia oficial .

Urquiza fue “comprado” por el Brasil para que traicionara a su Patria en ese 1852 —cosa que atestigua el mismo Sarmiento, quien escribe el 13.10.1852 a Urquiza desde Chile y le enrostra:

“Yo he permanecido dos meses en la corte de Brasil, en el comercio casi íntimo de los hombres de estado de aquella nación, y conozco todos los detalles, general, y los pactos y transacciones por los cuales entró S. E. en la liga contra Rosas. Todo esto, no conocido hoy del público, es ya del dominio de la Historia y está archivado en los ministerios de Relaciones Exteriores del Brasil y del Uruguay.” (...) “Se me caía la cara de vergüenza al oírle a aquel Enviado (Honorio Hermeto Carneiro Leão, o Indobregavel) referir la irritante escena, y los comentarios: "¡Sí, los millones con que hemos tenido que comprarlo para derrocar a Rosas! Todavía después de entrar a Buenos Aires quería que le diese los cien mil duros mensuales, mientras oscurecía el brillo de nuestras armas en Monte Caseros para atribuirse él solo los honores de la victoria."(Domingo Faustino Sarmiento, Carta de Yungay, 13.10.1852)

La revancha de brasil

El Brasil fue la segunda potencia, después de los ingleses, que desfiló triunfante por Buenos Aires. Después de “a Batalha de Monte-Caseros”, las tropas de Dom Pedro II. demoraron su desfile por las calles de Buenos Aires desde el día 3 hasta el 20 de febrero para poder conmemorar así con la derrota de la Confederación lo que se llamó «el desquite de Ituzaingó» a los 25 años de la derrota imperial. Caxias remitió el 12 de febrero de 1852 el parte de batalla a su ministro de Guerra, Souza e Mello: «... Cúmpleme comunicar a V. E., para que lo haga llegar a S.M. el emperador, que la citada 1a. División, formando parte del Ejército Aliado que marchó sobre Buenos Aires, hizo prodigios de valor recuperando el honor de las armas brasileñas perdido el 20 de febrero de 1827.»

Urquiza quiso impedir la entrada en triunfo del Brasil en Buenos Aires el 20 de febrero —tal vez ilustrado por alguien a último momento— pero sus jefes imperiales lo echaron con cajas destempladas. Manuel Marques de Souza, vizconde de Porto Alegre, le respondió a Urquiza con desaire: “A vitoria desta campanha e uma vitoria de Brasil e a Divisão Imperial entrará em Buenos Aires com todas as honras que lhe são devidas, quer V. Ex-cia. ache conveniente o não.” (Gustavo Barroso, A Guerra do Rosas, 159)

A algunos historiadores poco informados sobre Caseros, que sonríen con indulgencia al encontrar que en los libros de historia brasileños se llame vencedor de Monte Caseros al brigadier Marques de Souza, vizconde de Porto Alegre, Gustavo Barroso contestaba:

"... nosotros estamos en el Brasil en la dulce ilusión de que la División brasileña de Manuel Marques de Souza fue la que decidió en verdad la batalla de Caseros. Y aún cuando su papel no hubiera sido el principal, el Vizconde de Porto Alegre fue uno de los vencedores de la guerra y pudo ser llamado por Jourdan vencedor, sin exagerar, como lo hace. Sabemos perfectamente que no habiendo derrotado nunca un general argentino nuestras tropas en los suburbios de Río de Janeiro, y desfilado en ésta triunfalmente con sus tropas a banderas desplegadas, al compás de la música, aunque fuera junto a revolucionarios nuestros, no es nada agradable para nuestros amabilísimos vecinos que el Vizconde de Porto Alegre haya conseguido esa gloria” (A Guerra do Rosas, 143-144)

No caben dudas de que Barroso, por lo menos en su última frase, tiene razón. Urquiza, según Sarmiento, 13.10.1852, comprado por el Brasil , nada tenía que decir y sólo obedecía, como vimos: «quer V. Excia. ache conveniente o não.» Caxias y el Marques de Souza quisieron llevarse de Buenos Aires los trofeos de Ituzaingó que se guardaban en la catedral. Urquiza tuvo que aceptar en primer momento, pero fue el emperador Dom Pedro II. quien se opuso: “«Tocar esas reliquias sería impopularizarse, justificar una sublevación del sentimiento, herir una legítima susceptibilidad nacional que al gobierno imperial no conviene»”, le habría dicho a Andrés Lamas. (Pedro S. Lamas, Etapas de una gran política)


El arrepentimiento

Poco le duraría a Urquiza la alegría del triunfo traidor. Luego de fusilar, entre otros, a Chilavert, Santa Coloma y a todo el batallón de Aquino completo, (a los que dejó colgados por varios días de los árboles de Palermo) debió atrasar el desfile de entrada triunfal hasta el 20 de febrero, por exigencia brasilera para festejar al revancha de la batalla de Ituzaingo. Finalmente lo hizo de poncho y galera con cinta punzó y montado en un caballo con la marca de Rosas, y con el peor malhumor. En muy poco tiempo tendría las exigencias de brasil para que cumpliera los tratados de alianza (entrega de la banda oriental, las misiones orientales, el reconocimiento de la independencia paraguaya y la devolución de los “gastos de guerra”) También tendría encima a los ingleses que exigían la derogación de los tratados de Rosas, y a los unitarios que se sentían dueños de la revolución y empezaron a conspirar inmediatamente.

En bando del 21 de febrero de 1852 restablece el uso del cintillo punzó y llama a los unitarios “díscolos que se pusieron en choque con el poder de la opinión pública y sucumbieron sin honor en la demanda. Hoy asoman la cabeza y, después de tantos desengaños, de tanta sangre, se empeñan en hacerse acreedores al renombre odioso de salvajes unitarios y, con la inaudita impavidez, reclaman la herencia de una revolución que no les pertenece, de una patria cuyo sosiego perturbaron, cuya independencia comprometieron y cuya libertad sacrificaron con su ambición”

1852
“Hay un solo hombre para gobernar la Nación Argentina, y es Don Juan Manuel de Rosas. Yo estoy preparado para Rogarle que vuelva aquí” (Urquiza al representante ingles Gore, al partir para reunirse para el encuentro se San Nicolás. Mayo de 1952. J.M.Rosa. Tomo VI. P.34)

1858
“Buenos Sentimientos le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle”. (Justo José de Urquiza. Carta a Rosas del 24 de agosto de 1858. Extraída del libro de Mario César Gras “ Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros “. EDIC. Del Autor. Bs. As. 1948.)

1865
“Corresponda esta adquisición al desarme del adversario, pues los entrerrianos, óptimos y admirables jinetes, no formaban sino pobre infantería. Y de esta manera Urquiza fue anulado como valor combatiente…No había en Urquiza la pasta de un hombre de estado; no pasaba de un condotiere…Permaneció inactivo por lo tanto. De hecho, traicionaba a todos. Cuidó Brasil hasta tornarlo inofensivo. Urquiza, a pesar de ser inmensamente rico, tenía por la fortuna un amor inmoderado; el general Osorio le conocía el lado flaco” ( J.Pandá Cológeras. “Formaçao histórica do Brasil” . JMR TVII.p117) El brasileño general Osorio, que comandó la caballería brasileña en Caseros en 1851, conocía bien “el lado flaco” de Urquiza

“Toda mi vida me atormentará constantemente el recuerdo del inaudito crimen que cometí al cooperar, en el modo en que lo hice, a la caída del General Rosas. Temo siempre ser medido con la misma vara y muerto con el mismo cuchillo, por los mismos que por mis esfuerzos y gravísimos errores, he colocado en el poder.” (Fragmento de carta de Urquiza a un tucumano de 18 años después de caseros, de fecha 3 de marzo de 1870 y publicada a fs, 326. tomo3 de la Historia de los Gob. De las Provincias Argentinas de A. Zinny, ed. 192º - cita de Raúl Rivanera Carlés, Rosas Pág. 13)


Guerra del Paraguay  - Leonardo CastagninoEl chantajista - Siempre a dos puntas - Las traiciones

Urquiza siempre jugo “a dos puntas” y traicionó “a las dos puntas”. Por intereses económicos propios y por sus sueños de “Supremo” de la Confederación o al menos de una República Mesopotámica independiente:

- En el tratado de Alcaraz intenta de separarse con Corrientes y Paraguay (Rosas le hizo dar marcha atrás)
- En 1847, en plena agresión anglofrancesa-unitaria trataba con el enemigo para separar la mesopotamia.
- En Caseros se dio vuelta y se paso al enemigo “con todo el ejército de la Confederación”.(y cobró sus buenos partacones)
- En la década del 1850 “jugaba” a aliarse con López de Paraguay y transaba con brasil e Inglaterra, y hasta le ofreció gente y territorio para que agredan a Paraguay.
- En Pavón “se borro” la Palacio San José y dejó que la dupla Mitre-Sarmiento oprima a las provincias y masacre a todos los federales (militares o no, y hasta pobres gauchos)
- Le prometía al Chacho que se "pronunciaría" a su favor, y "lo dejó solo" para que lo masacraran.
- Lo mismo hizo con Felipe Varela: “Debemos tener absoluta confianza en el señor general Mitre – le escribía al Chacho – Sus intenciones son leales: lo creo capaz de afianzar las instituciones nacionales en todo su vigor sobre las bases del orden y la fraternidad” (Urquiza a Varela. San José. 21 de noviembre de 1863. AGNA. Arch. Urquiza, leg. 77 . AGM. “Proceso...” t. II. p.122)
- En las preliminares de la guerra del Paraguay se hacía el amigo de López y que se “pronunciaría” contra Mitre. Le vendío la caballada a Brasil a buen precio, y fué a cobrarle a Mitre y la banca Británica su traición contra el Paraguay, como un vulgar chantajista.

"Ganó (Urquiza) la batalla de Pavón y le regaló a Buenos Aires la victoria, yéndose a su casa y dejando el campo de batalla en manos de los vencidos.
Capitaneó al Brasil para sacudir el ascendiente tiránico de Buenos Aires: hoy se pone a las órdenes de los dos, contra los países interiores.
Trabajó por la causa de las provincias: hoy trabaja contra ellas, por la causa de Buenos Aires.
Representó el nacionalismo argentino: hoy es el brazo zurdo del localismo de Buenos Aires contra la República Argentina.
En el convenio, en la reforma de la Constitución, en la triple, alianza, Urquiza firmó lo que escribió Buenos Aires por la pluma de Victorica".
 (Juan Bautista Alberdi)

“Urquiza era el Gobernador Tirano de Entre Ríos, pero era más que todo el Jefe Traidor del Gran Partido Federal, y su muerte, mil veces merecida, es una justicia tremenda y ejemplar del partido otras tantas veces sacrificado y vendido por él. La reacción del partido debía por lo tanto iniciarse por un acto de moral política, como era el justo castigo del jefe traidor.” (José Hernández, en carta a Ricardo López Jordán, fechada en Buenos Aires, el 7 de octubre de 1870.)


Apodos de Urquiza

“El Tigre de Montiel”

“El Caguetón” Aplicado por Taboada, en carta a Anselmo Rojo.

“El Guazetón Sudamericano” ¡Viva el Guazetón Sudamericano! Exclamó el indio Monzón, queriendo expresar: ¡Viva el Washington Sudamericano! Según le habían enseñado. A resultas de estas, el indio Monzón fue a dar con sus huesos a la cárcel.

“Loco Salvaje Traidor” El pueblo de Buenos Aires al enterarse del pronunciamiento de Urquiza.

“El Morao” De Hilario Ascasubi, en “La Media Caña de los Libres”. “Al Morao Urquiza la correntinada le saca friza”. “Morao” en el habla gauchezca; vil, flojo, cobarde.

“El Quiscudo” (de quisca: espina, púa de algunos vegetales) Mote dado por Manuel Taboada.

Bibliografía:

- Castagnino Leonardo Juan Manuel de Rosas. La ley y el orden
- Castagnino Leonardo Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
- Castagnino Leonardo Guerra del Paraguay. La Triple Alianza contra los paises del Plata
- Rosa, José Maria : Historia Argentina.
- García Mellid, Atilio . Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay. Teoría.
- Saldías, Adolfo . Historia de la Confederación Argentina.
- Alcibíades Lappas: “La masonería Argentina a través de sus hombres”.(Bs.As.1966)
- Chávez, Fermín. Vida y Muerte de López Jordan.
- Coronado Juan, Misterios de San José.
- Cutolo-Ibarguren. Apodos y Denominativos en La Historia Argentina.

ROCA Y SU TIEMPO

Primera parte de la entrevista con la historiadora Hilda Sábato, investigadora superior del CONICET; especializada en historia política argentina del siglo XIX. “La Nación no hace historiografía, construye memoria”
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Por Juan Ciucci y Julia Rosemberg
APU: En principio, queríamos arrancar con una pregunta más general, si se quiere. Hay una especie de discusión pública sobre la figura de Roca, ¿cómo analizas en este momento histórico el análisis que se hace desde las distintas líneas historiográficas?
Hilda Sábato: Con la historia en Argentina pasa algo muy curioso porque, en realidad, si vos me preguntas a mí sobre las líneas historiográficas en el plano de la investigación histórica, yo diría que hay un debate menor alrededor de Roca. O sea, ha habido mucha investigación alrededor del periodo de formación del roquismo, y los historiadores, te diría, que hoy hacemos un análisis complejo de Roca con todas sus variaciones; algunos historiadores le tendrán más simpatía que otros, pero no hay un gran debate respecto a la figura de Roca. Lo que hay es un debate público que se alimenta a partir de distintos relatos sobre el pasado, construido desde distintos lugares, no solamente desde los historiadores. Lo que quiero decir es que si bien hay una controversia alrededor de la figura de Roca, es una controversia que tiene más  que ver con la memoria colectiva, con el debate público sobre el pasado que con una discusión de tipo académica sobre cómo fue Roca. No hay demasiada discusión entre los historiadores, te digo puede haber gente que le simpatice más, que le simpatice menos, pero hay bastante consenso respecto qué significó el gobierno de Roca en términos del desarrollo histórico argentino.
Entonces, por eso quiero separar las cosas, porque creo que el debate público se alimenta más sobre los relatos de memoria: qué es lo que queremos reivindicar, cómo queremos reivindicar el pasado, qué cosas se toman del pasado para construir modelos ejemplares que nos sirvan para el presente y el futuro. Y por lo tanto, se hacen recortes de las figuras históricas que tienen que ver más con el presente que con cómo funcionó el pasado. Esto es importante porque Roca fue una persona muy de su tiempo, no nació de un repollo, ni cayó de Marte, es una persona totalmente ubicable para los historiadores en su tiempo, por lo tanto es un producto de circunstancias del momento, a la cual él como figura de gran ambición y capacidad política le agrega su grano de arena. En ese sentido, los historiadores hablamos hoy por hoy desde los individuos más en la historia, pero algunos individuos tienen más que ver, nosotros lo sabemos muy bien en la Argentina, algunos individuos operan por distintas razones sobre la realidad circundante de una manera más efectiva, o que tienen consecuencias más fuertes, que otros. En ese sentido, Roca es un personaje de la historia que tuvo agencia, se dice hoy, es decir que pudo incidir sobre los hechos de manera bastante importante. Pero al mismo tiempo no salió de un repollo, no es alguien que viene con ideas grandes nuevas, además no era un ideólogo, no era un personaje que tuviera, como tenía Sarmiento, ideas muy fuertes, propias, respecto a la Argentina. Él tenía ideas pero no eran ideas originales. Sí tenía en cambio una enorme vocación política de acción sobre el presente y yo creo que eso es lo que lo ha hecho a él muy visible en nuestra historia, aunque sí uno puede verlo en continuidad y ruptura con lo que venía de antes, ¿no? En continuidad con Avellaneda, con Sarmiento mismo en algunas cosas, en otras no; en ruptura con Mitre, por ejemplo, cosas que no se hacen habitualmente pero que desde el punto de vista político claramente ahí hay una ruptura.
Me parece que cuando uno lo discute a partir de las construcciones de memoria, lo que se hace es buscar aquellas cosas que nos sirven para hoy, que es lo que hacemos todos con el pasado, operamos con el pasado, recortamos. Entonces en relación con Roca se plantean algunos problemas importantes para pensar el presente, porque hay algunas líneas que en el proceso de largo plazo de construcción de la Argentina, ven en Roca un artífice, un arquitecto de la consolidación del Estado, de la ocupación de un territorio que estaba disputado, y por lo tanto como un hito importante en la construcción, después, de una Nación que después tendría otros derroteros. Pero se lo puede ver, lo han visto algunos historiadores como Abelardo Ramos y otros también en la línea de la historiografía más tradicional en general, como el artífice de la construcción estatal; el que afirmó el Estado con todos sus atributos:  monopolio de la violencia, control del territorio, incluso la constitución de un aparato estatal eficiente y ahí entra un tema que siempre trae problemas para los que son críticos de Roca y es que Roca fue uno de los principales arquitectos de la Ley de Educación Común. Efectivamente, si bien hay antecedentes, y sobre todo en el gobierno de Sarmiento, pero también en el de Mitre respecto a la importancia de la educación para la construcción de una nueva Nación: el que dicta la ley, el que se enfrenta con la Iglesia va a ser Roca en la primera presidencia. Entonces, uno de los grandes iconos del progresismo que es la Ley de Educación Común la firmó él, la firmó, la apoyó, la presionó y se peleó con la Iglesia para sacarla.
Entonces, es un personaje en ese sentido que se puede ver en esa sintonía, pero también se puede ver, y eso es lo que ha ocurrido, sobre todo en los últimos años con el surgimiento de los relatos identitarios y la reivindicación de las sociedades indígenas, de los llamados pueblos originarios – a mí no me gusta llamarlos originarios porque no sabríamos cuál fue el pueblo más originario. De todas maneras las sociedades indígenas, me parece que en la aparición de la reivindicación y de la búsqueda de memoria para esos pueblos indígenas, (naciones aparte de la nación argentina en el momento de su derrota y aplastamiento por parte de Roca, por parte del Estado argentino en realidad), en ese marco aparece el Roca genocida. Entonces, Roca es el que aplastó a los pueblos indígenas. Creo que esas serían las dos grandes líneas que veo: Roca constructor del Estado/Roca genocida.
Los investigadores, los que estudiamos el pasado desde una perspectiva de la disciplina de la historia, buscamos entender, dar sentido, por qué pasó lo que pasó, y eso es parte de la aventura de lo que hacemos, pero después está por supuesto el juicio, eso no nos anula a nosotros el juicio crítico; yo puedo tratar de entender por qué surgió Hitler, pero eso no me quita pensar que Hitler era un asesino y un personaje siniestro. Entonces, digo, está por un lado lo que sería la reconstrucción histórica del personaje y, por otro lado, el juicio que cada investigador puede tener respecto a los valores que significó, los valores que sustentaron ciertas acciones y las consecuencias de esas acciones. Ahí es donde yo creo que tenemos, podríamos decir, la situación: separar lo que sería la construcción de la figura histórica de los juicios que cada uno de nosotros tiene, que son personales y por supuesto van a teñir la manera en que yo hablo de Roca, pero también de lo que a mí me parece muy importante, que es la construcción de memoria colectiva y la figura de Roca en esos relatos.
APU: Si nos remitimos a ese momento, Mitre y Roca pertenecen a dos facciones políticas enfrentadas, y sin embargo hoy desde mucho lados se borran esas diferencias al punto tal de abrazar a Roca y a Mitre en la misma bolsa. Quizás el caso más paradigmático sea el del diario La Nación, que siendo su adn mitrista, en aquel entonces se dedicó a combatir a Roca y  sin embargo hoy hace una apropiación de ese personaje, borrando todas las diferencias que había entre uno y otro. ¿En qué momento pasa eso, a qué es funcional esa lectura?
HS: Yo creo que ahí hay una cosa que es interesante, que Mitre y Roca se peleaban porque tenían dos ideas de cómo tenía que ser, sobre todo la política. Mitre era un hombre que pertenecía mucho más al universo republicano, si se quiere, por ejemplo él defendía mucho el tema de la milicia, de las revoluciones, fue cambiando con el tiempo, y fue cambiando porque perdió políticamente, a él le fue mal políticamente. Él ganó, después de la Guerra del Paraguay pierde y no gana nunca más, aunque su partido va a ser un partido importante pero no puede competir. Entonces de alguna manera, va cambiando su propia ideología, va aceptando las nuevas ideas de orden que tienen que ver con un poder central y termina siendo un prócer nacional, él se coloca más allá del bien y del mal después, a pesar de que su partido compite, él se convierte en una especie de figura de referencia muy importante. Mitre muere en 1906, en esos años de principios de siglo hay una expansión muy grande del consumo de alimentos, de consumo de la gente, de los sectores populares y medios, pero sobre todo de los sectores populares por distintas razones. Una de las cosas que ocurre es que empieza a haber propaganda, cosa que antes tampoco existía, quiero decir con esto que empieza a hacerse publicidad de manera bastante más sistemática, y empieza a aparecer el packaging, las galletitas Criollitas nacen en ese momento, y hay un montón de marcas que en ese momento se ponen muy de moda, por ejemplo fósforos y ese tipo de cosas, que se llaman Mitre. Mitre era como una especie de marca, pero para todo el mundo, o sea se convirtió en un referente más allá del bien y del mal.
Y él negocia después con Roca políticamente, y después Roca tiene su segunda presidencia que ya es otra cuestión, porque en la segunda presidencia de Roca va perdiendo el poder que tenía antes. Pero lo interesante es que yo creo que la historiografía propiamente dicha no siempre es tan esquemática como creemos cuando hablamos de la historia liberal, pero La Nación no hace historiografía, La Nación construye memoria justamente, hace operaciones y creo que lo que hace es incorporar, subsumir a todos estos hombres, a toda esta historia de lo que se llama organización nacional, porque se llama así, ellos lo llaman así, y la historiografía de la academia en su momento lo llamo organización nacional, tratan de ver ahí la continuidad que está vinculada con la consolidación de un Estado.
No lo dicen en estos términos pero es la construcción de un poder central que va doblegando a los otros poderes, entonces en ese sentido, también uno podría decir, que deberían incorporar a Urquiza en esa genealogía porque en su gobierno se intenta por todos los medios materializar lo que él mismo había querido plasmar en la Constitución que es la idea de un Estado Federal, no de un federalismo, de un Estado nacional, un gobierno nacional que no existía y eso es algo que nos cuesta mucho entender. No había gobierno nacional, había que crearlo. Crear un gobierno nacional a partir de sacarle cosas a las provincias es lo que los une, lo une a Urquiza con Mitre, con Sarmiento, con Avellaneda y con Roca porque todos ellos están en una lucha por construir un gobierno central que no es el gobierno porteño, esto hay que subrayarlo diez veces, porque el gobierno porteño también pelea por tener más, el gobierno de la provincia de Buenos Aires también se pelea con el gobierno nacional por tener más poder. O sea ese gobierno nacional que es una entelequia cuando sube, no existe cuando sube Urquiza, que existe muy poco con Mitre, que Sarmiento va a querer fortalecer, Avellaneda también con muchas dificultades y que Roca termina por, no digo termina, consolida un poco más a partir también de mucha negociación con las provincias, de mucho toma y daca. No es una imposición unilateral ni mucho menos, quizás es una imposición frente al gobierno de la provincia de Buenos Aires, porque ahí le gana Roca a la Provincia de Buenos Aires por las armas, pero el resto de las provincias, y luego también Buenos Aires, es también la materia de negociación que luego va a continuar Juarez Celman.
APU: ¿Qué se buscaba con la creación de un gobierno nacional?
HS: Bueno, el problema era ese, por eso que a partir del ’53 hay que pensar que están inventando algo nuevo, se copian de Estados Unidos pero se están inventando algo nuevo, una república federal; lo que había antes era un conjunto de provincias, cada una tenía sus reglas, cada una tenía sus instituciones, se unían y había una que tenía más poder que las demás, que era la del Buenos Aires rosista, que era efectivamente hegemónica, pero a los efectos institucionales cada provincia tenía sus aduanas, tenía sus ingresos. La Constitución es una apuesta enorme y yo creo que Urquiza es una figura decisiva que apuesta políticamente a un cambio que es construir una república federal, esto es construir una república que tenga un gobierno central y que las provincias tengan que ceder soberanía. Esta relación entre un gobierno central que se está construyendo con muchos altibajos y con distintas ideas, no todos coinciden en cómo tiene que ser ese gobierno central porque las provincias están de acuerdo en que haya un gobierno central, pero no el mismo gobierno central que tiene en la cabeza Sarmiento, por ejemplo. Entonces hay una permanente pugna entre soberanías, entre gobierno central y los gobiernos provinciales, empezando por la plata porque los gobiernos provinciales renuncian a sus aduanas, incluyendo la provincia de Buenos Aires, con lo cual las aduanas exteriores pasan a ser el principal ingreso del gobierno nacional. Las provincias ¿de qué viven?
Yo creo que es un problema central en toda esta discusión, porque si pensamos que durante el siglo XIX las provincias manejaban siempre sus milicias, cuando Urquiza en el año ’54 crea una cosa que se llama el Ejército Nacional, tiene dos patas: por un lado, el ejército de línea que es el ejército profesional, esto no tiene nada que ver con el ejército del siglo XX. Ese ejército de línea es el ejército profesional que es muy débil, que cuando Urquiza apenas empieza a construirlo, luego con Mitre, la Guerra del Paraguay en eso ayuda pero de todas maneras son estructuras muy nuevas, un ejército profesional que depende del gobierno nacional, o quieren que dependa del gobierno nacional, pero las milicias  se transforman en guardia nacional, esa es la otra pata del ejército. Y por el otro ejército guardia nacional que es la estructura miliciana de ciudadanos en armas. Esta pata, a pesar de que en teoría depende del Presidente de la República y del Gobierno Nacional, en la práctica depende de las provincias.
Las provincias manejan las comandancias de la guardia nacional, es una fragmentación del poder militar que se da con patadas con cualquier idea del monopolio de la fuerza en un Estado central. Ahí hay un poder militar fragmentado, las provincias van a defender con uñas y dientes ese poder. A medida que el gobierno central se va afirmando, y eso tiene que ver con un montón de medidas que van tomando los presidentes, las administraciones, (Mitre, Sarmiento, Avellaneda) como recuperando hilos de poder, y mientras recuperan hilos de poder, en un país que tenemos que pensar que se empieza a expandir económicamente, eso es fundamental, se empieza meter en relaciones con el mercado internacional de manera mucho más dinámica que antes, el gobierno nacional empieza a tener un instrumento para negociar con los gobiernos provinciales, para negociar al punto tal que esos gobiernos deben empezar a ver si les conviene tener un aliado un el gobierno central, y esto es lo que va a ocurrir con Avellaneda en particular, y después con Roca.
Entonces, es curioso el lugar de Roca, porque Roca le gana a Buenos Aires la guerra del ’80, la Revolución del ’80 y le gana las elecciones con una alianza de políticos provinciales, es decir él lo que hace es derrotar a los políticos, a la sede política de la provincia de Buenos Aires que era muy fuerte y a sus aliados y va a armar una alianza con grupos provinciales que van a ser los que lo llevan a la Presidencia de la República, y ahí es donde está la paradoja, el que centraliza no es un porteño como se suele decir, el que más centraliza, el artífice de una centralización importante es alguien que viene de las provincias, se alimenta del poder de las provincias. Yo creo que hay que pensar también que hay un giro político importante porque el gobierno nacional comienza a operar primero con bastante autonomía y, al mismo tiempo, con una capacidad de acción para meterse en las internas provinciales, tanto en las elecciones como en el tema militar, que es el que controla el poder de las milicias, el poder de los gobernadores. Él es un centralizador  pero al mismo tiempo esa centralización viene de una negociación con las provincias, cosa que después va a profundizarse.

APU

lunes, 21 de abril de 2014

Las palabras y los días POR MIGUEL RUSSO


 
En pocos días (aunque pocos días parece un siglo en la Argentina), tres sucesos hacen pensar sobre la coherencia entre palabra y cosa (significado y significante, en su justa denominación). Sobre todo en esos pocos días donde, también, ocurrieron las muertes de Ernesto Laclau, de Eliseo Verón, de Gabriel García Márquez, tres personas que, desde distintas disciplinas, distintas ideologías, reflejaron un mismo amor por la palabra: lo que dice, lo que señala, lo que nombra cada una de las palabras que supieron usar. Los tres sucesos hacen palidecer a Platón y al mismísimo Borges, reflejado aquél en un poema de éste: "Si, como el Griego afirma en el Cratilo, el nombre es arquetipo de la cosa, en las letras de 'rosa' está la rosa y todo el Nilo en la palabra 'nilo'". Los tres sucesos –siguiendo con la perspectiva de esta nota, de alguna manera hay que nombrarlos– pusieron en tela de juicio lo que se dice cuando se dice y lo que se verbaliza cuando ocurre algo. Los tres sucesos, vistos a la escasa distancia de hace unos días nomás, remiten, en una primera aproximación, al desvarío etílico del discepoliano Carancanfunfa cuando en su barquito llegó a Francia: "en un pernó mezcló a París con Puente Alsina". Después, en una lectura un poco más profunda, los tres sucesos, cada uno por su lado y los tres juntos, vertiginosos –domingo, lunes, martes de hace una semana– por lo sucesivo, muestran el grado de enloquecimiento disolvente en que se mueve, en realidad en que es obligada a moverse, la sociedad argentina.  
 
DOMINGOS DE SICARIOS. La nochecita del pasado 13, volvió Jorge Lanata con su programa –ternado para el Martín Fierro, aunque de la terna ya se bajó Víctor Hugo Morales con su Bajada de línea– Periodismo Para Todos. Volvió, dijo, anunció, dispuesto a mostrar cómo la narcocultura caló hondo en todos nosotros. Para demostrarlo, no tuvo mejor ocurrencia que hacer saltar el rating ibopiano con dos entrevistas –realizadas por el entrevistador con una mueca de seriedad que rozaba una angustia digna de mejores causas– a dos sujetos de rostro tapado que fueron presentados como sicarios que trabajan a sueldo para narcotraficantes de Rosario. "¿Acá se les dice también 'sicarios', como en Colombia?", preguntó Lanata. "Sí, sicarios", fue, escueta, la respuesta de uno de ellos. El diálogo –digno heredero de las afirmaciones del librepensador colombiano Durán Barba acerca de la definición, en su país natal, de la palabra "espectacular"– siguió su curso, con insólitas declaraciones de los dos entrevistados: "Yo no mato por poder, mato por plata", "Ya maté a más de 20", "Al principio se siente miedo, después se te hace costumbre". Y hasta con una respuesta (a la punzante pregunta "¿tenés miedo de ir preso?") que hace pensar en un trabajo perfectamente aceitado: "¿Con la nueva ley? No, salimos en dos minutos". El entrevistador no se preguntó ni le preguntó a qué "nueva ley" se refería el entrevistado. ¿Sería, acaso, el anteproyecto de reforma del Código Penal? Quizás, sí. De todos modos, convendría haberle señalado al entrevistado sicario que por asesinar a alguien –con el actual Código Penal y con cualquier futuro código medianamente normal– se va preso algo más de dos minutos. Sí, sicarios (sí, periodistas), aunque cobren por el crimen. 
 
El estudio de C5N se abrió el pasado 14 para que Samuel Gelblung recibiera en su programa Chiche en vivo a dos entrevistados también enmascarados. Los dos, de espaldas a cámara, pero frente a la vastamente conocida figura del periodista, admitieron ser delincuentes: motochorros.
Ahora bien, la incoherencia estaba plasmada. ¿Qué sicario, por más principiante que sea, va a prestarse a una entrevista defendiendo su tarea y, encima, haciendo gala de ella? Además, ¿para qué? Y otro además, ¿por qué? Y muchos además: ¿Qué periodista va a realizar una entrevista al borde de la apología del delito? ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué límites pueden cruzarse por un puñado de rating, por más ibopiano que sea? ¿Qué es un sicario, qué es un criminal, qué es un entrevistado por más pixelado de ojitos que haya y por más máscara que se ponga para responder preguntas? Y, fundamental, en el supuesto caso de que el entrevistado sea en realidad quien dice ser: ¿qué proporciona alguien enmascarado, más allá de cierta renuencia a creerle lo que dice?
 
LUNES DE MOTOCHORROS. El estudio de C5N se abrió el pasado 14 para que Samuel Gelblung recibiera en su programa Chiche en vivo a dos entrevistados también enmascarados. Los dos, de espaldas a cámara, pero frente a la vastamente conocida figura del periodista, admitieron ser delincuentes: motochorros, para más datos. Los muchachos definieron sus gustos al momento del choreo: "billeteras, notebooks, maletines, bolsos, automotores, autos de alta gama, pulseras, collares, motos, motos grandes", es decir, de todo, siempre y cuando le encontraran algún valor posible en el momento de la reducción.
 
Gelblung es un experto en esas lides. Él mismo definió una vez, hace varios años, y muy suelto de cuerpo, cómo entendía la labor del periodismo: "Sorprender, sorprender y sorprender; de vez en cuando, informar." El aporte gelblungiano, esta vez, no tenía en cuenta la información. Ni siquiera de manera solapada. La cuestión era tener, de primera mano, un testimonio sobre "un tema de actualidad permanente, uno de los flagelos que azota a la Ciudad y el Conurbano". Y, ni lerdo ni perezoso –aunque sí, un día después del controversial episodio Lanata– citó a dos ladrones que operan en motocicleta, conocidos popularmente como "motochorros", como supuestamente debe haber "automovichorros", "bicichorros", "camionechorros", "peatonechorros", y así. Claro que se volvió a hablar –con o sin mención de ella– de la archiconocida puerta giratoria y de las componendas político-policiales con la delincuencia bajo el remanido cliché "todo suma". En un primer momento, cabe preguntarse cómo consiguió la producción de Chiche en vivo, no a uno, sino a dos delincuentes decididos a ponerse la máscara y contar sus peripecias, poco se sabe. O, peor, antes de la respuesta, habrá quien pueda llegar a admirar la excelencia del equipo de producción. Al fin de cuentas, ¿dónde quedó aquello de "somos periodistas, queremos preguntar", eh?
 
Pero el desmoronamiento llegó a la salida del programa, cuando un grupo de policías de la seccional vecina a C5N decidió meter en cana (o, al menos, demorar) a quienes se enorgullecían de sus ilícitas tareas por la tele. El diálogo entre partes fue muy parecido a ese juego infantil del "yo señor, no señor, pues entonces quién lo tiene". Se sabe, los delincuentes no eran delincuentes sino contratados para seguir un guión; todo fue desentrañado después de unas horas de comisaría de ambos guionados y un productor que salió a decir la verdad. Lo que no quedó claro, ni siquiera con la aclaración absurda del día siguiente ("acá no se guiona a nadie, la entrevista se hizo de buena fe") fue qué es la verdad. Y qué tiene que ver la verdad con dos "motochorros" convocados bajo máscara y con Chiche Gelblung.  
 
MARTES DE USUARIOS. El subte de Macri sigue a $ 4,50. La jueza Elena Amanda Liberatori había dado el 11 de abril un nuevo plazo para exigir que el gobierno porteño compareciera con la composición tarifaria del valor del pasaje. El lunes, Liberatori escribió su fallo: "Lo expuesto vivamente en la audiencia, según SBASE, de modo alguno constituye lo requerido el pasado viernes en el sentido de conocer la estructura de 4,50, es decir, qué abona el usuario al efectuar el pago. Ni siquiera se aportó algún documento elaborado específicamente para responder a ello. Sólo se presentó por segunda vez un documento que ya obraba en autos y que, como antes se detalló, es un cuadro de costos." Más adelante, en el escrito se señaló que las propuestas realizadas por SBASE "no satisfacen adecuadamente lo ordenado en la medida cautelar en la medida en que siguen quedando fuera de poder acceder a una tarifa más baja de 4,50 un importante nivel de usuarios que son aquellos que realizan de 1 a 19 viajes por mes", un 53% de los viajeros subterráneos. ¿Es decir? ¿Marcha atrás en el valor del pasaje? No: para viajar en subte hay que pagar 4,50. ¿Justicia? ¿Qué dice la justicia cuando quiere decir que algo no está del todo en orden? ¿El Palacio de Justicia repartirá ábacos entre los usuarios para saber qué conviene, luego del organigrama de 20, 30, 40 o 50 viajes pagaderos con Sube, Monedero o taca taca? ¿Y cómo se toma la promesa del aumento para mayo con que el gobierno porteño asumió el fallo? El martes pasado, por la mañana, algunos medios, no todos, por supuesto, daban cuenta del disparate. Mientras tanto, la sociedad (la palabra "sociedad", la cosa "sociedad") sigue enloqueciéndose por saber dónde y cuándo decir lo que tiene para decir sin que le digan lo que debe decir.

La Victoria Alada

No fue un gorrión que apenas intuye
un suspiro vuela inalcanzable.
Tampoco un cóndor que vigiló
desde sus alturas cruces del Ande.
Ni cintura cósmica del sur,
ni río color de león
ni argento descubierto.

La Victoria Alada la veo
platinada en cienes, cabelleras
de musas, avenida de tilos, esquinas
del suburbio, aún recordando,
militando, generosas las almas
que reencarnaron en nuevas
diapasones.

La Victoria Alada fue un aire de mar,
que duró una rompiente,
que creímos pronta a disfrutar,
ya casi digerida, bebible,
casi un camino recorrido
por padres.

Comunidad de destino, testimonio
subjetivo, cuando todos
hemos volado, Ella volvió
a posar en ese balcón.
GB


HUELGA DE LA CORRIENTE VILLERA INDEPENDIENTE EN EL OBELISCO