jueves, 17 de abril de 2014

A LOS 87 AñOS Murió Gabriel García Márquez

El escritor y periodista colombiano, que falleció en su casa de la Ciudad de México tras no poder superar una fuerte infección pulmonar, obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1982 y será recordado por obras maestras como El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba y Cien años de soledad, su novela más reconocida, condecorada con una edición especial presentada durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española al cumplirse 40 años de su publicación. Márquez fue parte del "Boom Latinoamerciano" junto a Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Mario Vargas LLosa.

Esta mañana, la emisora colombiana Caracol había informado que el médico personal de García Márquez, Jorge Oseguera, había visitado al Nobel de Literatura en su casa e indicado que se encontraba "en un estado muy delicado, propio de su edad, y de los problemas que ha sufrido últimamente". Gabo, como se conoce afectuosamente al escritor, estuvo ocho días internado en un hospital de Ciudad de México, hasta la semana pasada, aquejado por un proceso de infección pulmonar y en las vías urinarias.

Cien años de soledad fue la obra maestra que llevó al escritor colombiano Gabriel García Márquez a la cúspide de su carrera. Con ella logró los premios al mejor libro extranjero en Francia (1969), el Rómulo Gallegos en Venezuela (1972) y fue sin duda decisiva a la hora de otorgarle el Nobel de Literatura en 1982.

La primera edición del libro de 471 páginas, escrito por "Gabo" en 1967, salió al mercado en junio de ese año en Buenos Aires, Argentina, editado por Sudamericana. Al poco tiempo se convirtió en una de las más importantes obras literarias del mundo, ha sido traducido a 35 idiomas e impreso más de 30 millones de veces.

La novela, que nació durante un viaje que García Márquez hizo con su madre a su pueblo natal, Aracataca, a los 25 años, no fue plasmada en papel hasta 13 años después, en 1966, cuando el colombiano ya vivía en México. Se compone de 20 capítulos no titulados en los que se narra la historia de la familia Buendía.

Sin embargo, Cien años de soledad es sólo una de las más de 50 obras escritas por García Márquez a lo largo de su vida. Entre ellas también destacan historias como la de El coronel no tiene quien le escriba (1961), que fue incluida entre las 100 mejores del siglo XX y que se centra en la vida de un veterano de la Guerra de los mil días que espera una pensión que nunca llega.

Casi medio siglo después de ser publicada, el director mexicano Arturo Ripstein la llevó al cine con el mismo título original. El escritor mantuvo también una larga y apasionada relación con el cine, desde el primer cortometraje que realizó junto a un grupo de amigos, La langosta azul, hasta las numerosas adaptaciones que de sus obras, entre otras El amor en los tiempos del cólera y Memoria de mis putas tristes.

"Después de escribir, lo mío es el cine", decía García Márquez. Fiel a esa pasión quedará como emblema la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), fundada por él en Cuba, y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL).

Otra de las importantes facetas de Gabo --la que lo inició en la escritura-- fue el periodismo. Oficio en el que también dejó huella con la Fundación Gabriel García Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNP). La tarea periodística quedó marcada en la obra de García Márquez en obras como Crónica de una muerte anunciada, novela de no ficción y narrada periodísticamente, o la menos famosa La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile.

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EL "COSTO" DE DIGNIFICAR

Aunque pasó prácticamente desapercibido en medio de los anuncios del gobierno para combatir el empleo en negro, y la discusión por el proyecto de ley llamado "anti piquete", esta semana se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 467 (ver acá texto completo); por el cual Cristina reglamentó la Ley 26.844, que estableció el régimen laboral para el personal de casas de familia.

Un justo reconocimiento a uno de los colectivos laborales más olvidados de nuestra sociedad, y otro caso más de ampliación de derechos durante estos últimos años; que en su momento analizamos acá.

De acuerdo con el decreto -que complementa a la ley, fijando el nuevo marco de derechos del sector- quienes empleen a alguien en su hogar para colaborar con las tareas del hogar deberán contratar obligatoriamente una ART para darles cobertura en caso de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales; y habilitarles sin costo una cuenta sueldo en una institución bancaria, en la que depositarle el salario, como cualquier trabajador.

Veíamos días pasados -al analizar el proyecto enviado al Congreso contra el empleo en negro- que el personal de las casas de familia quedaba excluido de la rebaja de aportes patronales; precisamente porque la Ley 26.844 ya tiene su propio régimen de contribuciones a la seguridad social, que ha permitido registrar (en el año que lleva en vigencia) a más de 400.000 trabajadores y trabajadores que estaban en negro, en una de las actividades en las que la informalidad es mayor.

Sin embargo no todas son rosas ni aplausos: bien se dice que cada vez que se conquista un derecho, se avanza sobre un privilegio.

Y si no veamos acá en la tribuna de doctrina como nada menos que un profesor titular de la UCA (¿lo habrá conversado con Francisco?) cuestiona que la ley sancionada por el Congreso y el decreto reglamentario aprobado por Cristina "aumentan los costos para el empleador" y "dificultan la registración" (o sea, una excusa para mantener en negro a las empleadas).

Avanzar en el reconocimiento de derechos para los excluidos siempre cuesta, cambiar algunas mentalidades, mucho más.

Prol en Prol. Humor gráfico


Publicado en NI UN PASO ATRÁS, Revista de Las Madres que apareció hoy con Tiempo Argentino.

EL MUNDO › CINCUENTA MIL MILLONES DE EUROS EN TRES AÑOS Ajuste a la francesa

El primer ministro francés, Manuel Valls, detalló ayer un anunciado ajuste por 50 mil millones de euros que incluirá el congelamiento de los sueldos de los estatales y las pensiones, plan duramente criticado por parte del Partido Socialista del presidente François Hollande. “Los esfuerzos deben proseguir pero con justicia. Serán esfuerzos colectivos, equitativos, repartidos”, aseguró Valls, imponiendo un cambio de estilo al dejar de lado a su portavoz y anunciar él mismo el congelamiento de sueldos y jubilaciones ante la prensa a la salida de la reunión de gabinete que se llevó a cabo en París.
En su intervención, Valls precisó que en los próximos tres años el Estado reducirá sus gastos en 18 mil millones de euros, recortará 11 mil millones más a las colectividades locales y 21 mil millones de euros en las prestaciones por seguridad social. “No podemos vivir por encima de nuestras posibilidades”, remarcó Valls, reiterando que el objetivo de este plan de austeridad para el período 2015-2017 es reducir el déficit público en línea con las metas comunes acordadas por la Unión Europea (UE).
Este ajuste, anunciado por Hollande hace cuatro meses, se suma a otro proyecto socialista denominado Pacto de Responsabilidad, que eximirá a las empresas de aportar al Estado 30 mil millones de euros por las cargas familiares de sus empleados entre 2015 y 2017. A cambio, las empresas deben comprometerse a crear nuevos empleos. “Esta medidas temporarias dejarán de lado a los jubilados cuyas pensiones sean las más modestas”, explicó Valls, nombrado el mes pasado luego de una dura derrota electoral del Partido Socialista en coincidencia con un desplome histórico de la aprobación de la gestión de Hollande

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