jueves, 10 de abril de 2014

El cruce entre Barrionuevo y una periodista de CN23


La jornada nacional de protesta que lanzaron Hugo Moyano y Luis Barrionuevo no parece haber tenido para este último el más feliz de los resultados. No solamente Gerónimo "Momo" Venegas lo ninguneó temprano al decir que se había quedado dormido por no ir a una conferencia de prensa conjunta, sino que además el Pollo Sobrero dijo que se le revolvía el estómago por compartir un espacio con él.
Pero el último episodio que vivió en este día de huelga el líder de los gastronómicos, tuvo como coprotagonista a la cronista del canal de noticias CN23Marina Hermoso, quien lo consultó sobre una posible e inminente reunión con Sergio Massa.
Barrionuevo se enojó ante la pregunta y sugirió que a la periodista la habían mandado a preguntar.
"Con todo respeto compañero, a mi nadie me mandó a preguntar nada", le respondió tajante la cronista, lo cual derivó en el final de la conferencia de prensa.
"Con todo respeto compañero, a mi nadie me mandó a preguntar nada", se plantó la periodista de CN23.
En otro orden, Ricardo Cirielli, sindicalista aeronáutico, deslizó de forma ambigüa que la gente "no puede esperar" a las elecciones, lo que motivó que se le preguntara si lo que estaba pidiendo era un adelanto de los comicios nacionales.
"No, hay soluciones que se pueden dar ahora, en lugar de estar trabajando para 2015", contestó el dirigente y agregó: "es el momento ahora de trabajar por la gente. Durante este año y medio la gente no puede esperar hasta las elecciones".
 TIEMPO ARGENTINO

POLÍTICA • Paro de Moyano • Jueves 10 de Abril de 2014 | 16:40 A pesar de la Ciudad sitiada, Hugo Moyano se preguntó: "¿De qué piquete me hablan?"


El líder de la CGT opositora y uno de los principales promotores del paro nacional brindó una conferencia de prensa esta tarde en la sede de Azopardo, en la que calificó a la jornada de hoy como "muy importante" y felicitó al conjunto de los trabajadores, al tiempo que se desligó de los piquetes que complicaron el tránsito en la ciudad.
"La jornada del día de hoy ha sido muy importante. La convocatoria lanzada hace unos días ha sido con una adhesión importantísima. En algunos casos supero el 90 por ciento. En todo el conjunto del país ha sido muy importante", destacó.
"En esta jornada, el trabajador general se expresó. No es como dicen que como consecuencia del paro, la gente no fue a trabajar. Eso es una mentira total. Acá la expresión fue la voluntad de la gente dando un mensaje claro al Gobierno Nacional", sostuvo.
"La gente se sumó a los reclamos que está haciendo el movimiento obrero organizado, dando un claro mensaje hacia la inseguridad, la devaluación, los aumentos. Ese es el mensaje que dio la sociedad. Se expresaron por la disconformidad que tienen con las medidas que toma este gobierno. Es lo que pretende el pueblo trabajador con la no concurrencia a su labor. Van a salir en estos días a tratar de minimizar esta jornada", agregó.
El titular de la CGT Azopardo defendió la medida de fuerza covocada junto a los dirigentes sindicales Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, y negó que los piquetes en rutas y autopistas dificultaran el acceso de los ciudadanos a sus lugares de trabajo.
A diferencia de lo manifestado por otros líderes sindicales, el jefe de la CGT opositora se cuidó de condenar los piquetes realizados durante la jornada por fuerzas de izquierda y rechazó las acusaciones que "intentaron minimizar esta jornada de lucha".
Moyano negó que los piquetes en rutas y autopistas dificultaran el acceso de los ciudadanos a sus lugares de trabajo.
Además, Moyano fustigó a dirigentes gremiales no alineados bajo su conducción y criticó a los periodistas que cuestionaron el paro.
"Quiero pedirle encarecidamente al gobierno, humildemente, que le preste atención a lo que expresa la gente en este tipo de medidas. Dejen de lado la soberbia y préstenle atención a este llamado de la gente", pidió Moyano.
Moyano señaló que "no estamos eufóricos, no estamos contentos porque a nadie le gusta hacer un paro. Ningún dirigente hace un paro por antojo, lo hace por necesidad y entendiendo la voluntad de la mayoría de la gente", indicó, para luego subrayar que la medida respondió a una "última instancia" ante la falta de respuestas del gobierno.
"Las crisis y las confrontaciones tienen que servir para algo, porque si no van a pasar inútilmente. Lo que estamos reclamando es superior a las divisiones que podamos tener y si lo entendemos nosotros, cómo no se dan cuenta aquellos que tienen un grado de intelectualidad. Este país se hace trabajando y para eso hay que lograr lo que el genio de Perón planteó: la comunidad organizada. O trabajamos todos o este país no lo resuelve nadie", advirtió.
Por otra parte, Moyano aseguró que "no se descarta nada" en materia de nuevas medidas de fuerza, pero destacó que "no se puede decir que no se hará nada ni que se hará algo mañana".
"Los planes de lucha son los que se organizan. En el seno del movimiento obrero siempre la lucha está permanente. No se descarta nada. No podemos decir que no vamos a hacer nada, ni que vamos a hacer algo mañana", señaló Moyano.
"El plan de lucha es la única defensa para exigir el cumplimiento de los reclamos. No está prevista la organización de ese plan de lucha", continuó.
El líder de la CGT opositora también descalificó las críticas del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich al paro y, tras llamarlo "Quico" irónicamente, dijo que "no podemos hacer otra cosa que reírnos" de lo que dice.
"Que dicen? Que Barrionuevo me había desbancado a mí como líder del movimiento obrero?, repreguntó Moyano a una consulta de periodistas.
"Es otro de los chistes permanentes que se manda Capitanich. Qué otra cosa podemos hacer que reírnos, Quico tiene esa forma, mejor dicho, lo mandan a decir eso", enfatizó Moyano entre risas, al ser consultado sobre las declaraciones en las que el jefe de Gabinete ubicó al líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo como el líder del sindicalismo opositor y del massista Frente Renovador, dejando a Moyano en lugar secundario como convocante a la medida de fuerza.

TIEMPO ARGENTINO

AFICHES-PIQUETES-LUIS-MST-LA NUEVA ALIANZA

Paro nacional

12:45 › LA HUELGA DE MOYANO Y BARRIONUEVO Día de paro y de cortes

Todas las líneas de trenes y colectivos paralizaron sus servicios desde la medianoche en adhesión a la huelga general contra el Gobierno impulsada por las CGT opositoras con el apoyo de la CTA de Pablo Micheli. En la ciudad hay taxis y, a pesar de que los metrodelegados de cinco de las seis líneas de subtes no adhirieron a la huelga, no hay servicio por cortes de vías impulsados por la UTA. Algunos accesos a la Capital Federal fueron cortados por organizaciones de izquierda, lo cual les valió la crítica de las centrales obreras. En Panamericana a la altura de Pacheco, la Gendarmería reprimió y detuvo a trabajadores que hacían un piquete.


El impacto de la medida de fuerza "contra el ajuste del Gobierno" y en reclamo de "paritarias libres" y modificación del mínimo no imponible, entre algunas demandas, se hizo sentir fuertemente en los transportes públicos. Todas las líneas de trenes y de colectivos no circulan, el Aeroparque metropolitano y el aeropuerto de Ezeiza reprogramaron sus vuelos, algunas estaciones de servicio están cerradas y tampoco trabajan los empleados del Estado agremiados en ATE. Por el paro de camioneros, hasta la medianoche no habrá recolección de residuos ni transportes de sustancias ni recarga de dinero en los cajeros automáticos, entre otros servicios.
Varias esquinas de la ciudad fueron puntos de corte y piquetes. En Corrientes y Callao, así como en Córdoba y Junín, en la Ciudad de Buenos Aires, llevaron adelante sus protestas la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y el MTS.
"No veo ni un alma, está parado todo desde la medianoche", sintetizó el diputado nacional y dirigente del Partido Obrero Néstor Pitrola, quien calificó al paro como "un éxito". En su opinión, "el piquete clave ha sido desde las 5, repartiendo volantes, difundiendo y explicando la medida. No veo un alma, está parado todo desde la cero hora. Los objetivos de unir a una clase obrera contra el ajuste se están cumpliendo sobradamente".
En Avellaneda, manifestantes cortaron desde la mañana el Puente Pueyrredón, que conecta ese partido bonaerense con la Capital Federal. Como alternativa para acceder al sur del conurbano o ingresar al centro porteño, los automovilistas pueden tomar como alternativa los puentes Victorino de la Plaza o Avellaneda.
En tanto, otro grupo de personas bloqueaba la circulación vehicular en la colectora de la avenida General Paz y Constituyentes, sentido Riachuelo, aunque la traza central del acceso estaba habilitada para el tránsito. Otro piquete se lleva adelante en la autopista Del Oeste, a la altura del Hospital Posadas, en sentido a Capital.
En Panamericana y Henry Ford, la Gendarmería golpeó y detuvo a manifestantes que intentaban subir e la autovía. Varios militantes resultaron heridos y uno de ellos fue detenido, por lo cual la protesta allí se extendió hasta el mediodía en reclamo de la liberación de los detenidos. El corte terminó después del mediodía. Además permanecía interrumpido el Puente La Noria, en Lomas de Zamora, el kilómetro 22 de la ruta nacional 3, en La Matanza, y la ruta nacional 8 en la entrada al Parque Industrial de Pilar.
Si bien estaba previsto que sólo la línea B de subterráneos adhiriera a la medida de fuerza, el resto de las líneas y el Premetro no pudieron comenzar a circular debido a incidentes que se produjeron anoche, según informó a Télam una fuente de Metrovías. "Hubo algunos incidentes en la línea E que impidieron dar el servicio. En la estación Jujuy arrojaron matafuegos a las vías", señalaron.
En tanto, cientos de trabajadores del Astillero Río Santiago, de la ciudad de Ensenada, mantenían cortada la bajada de la autopista Buenos Aires-La Plata, en el acceso a la capital provincial. La medida se concretó en las dos manos de la rotonda de diagonal 74 y 120, y los manifestantes, según explicaron los organizadores de la protesta, permanecerán allí al menos hasta el mediodía.
Organizaciones como nucleadas en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia manifestaron su apoyo a la protesta de alcance nacional y responsabilizaron a las autoridades nacionales y provinciales por "cualquier política represiva". Exigieron también la absolución de "los trabajadores de Las Heras que fueron condenados sin pruebas y en un juicio donde muchos de los testimonios fueron arrancados bajo tortura", afirmaron.

Instrucciones para una masacre política Por Alejandro Horowicz

Del éxito o del fracaso de la política de terror de un sector de la oposición depende el proyecto que se dirimirá en 2015.

"Nosotros ejercemos el gobierno y el mando. Somos los dueños de la Constitución. Del propio modo que la dimos, podemos modificarla o suprimirla por acto exclusivo de nuestra voluntad. No hemos creado ningún dogma, ni nos hemos comprometido temporalmente ante extraños", Leopoldo Lugones.

Una política terrorista, sus consecuencias prácticas, no cae precisamente del cielo sereno. El "enemigo" a destruir tuvo que ser previamente un "enemigo de papel", un enemigo discursivo. Si algo enseña la sistematización de las masacres políticas es que los masacrados, para poder serlo, no pueden ser iguales a los masacradores. Previamente se construye la "diferencia" entre ambos. Esto es, los primeros valen y los segundos deben ser denigrados, objetualizados, vueltos caca. Y recién cuando su vida "vale dos pesos", cuando esa pasa a ser una valoración compartida, hegemónica las condiciones de la masacre se vuelven políticamente posibles. En ese debate estamos. 

Recordemos. La "Conquista del desierto", la transformación del sur en "desierto" requirió la destrucción física de los pueblos originarios. Esa masacre característica fundante de toda estructura nacional moderna (pensemos la conquista del oeste de los Estados Unidos, que combino una "democrática" repartija de la tierra con el exterminio de los pueblos originarios, a modo de ilustración) tuvo su antecedente literario. El Martín Fierro no sólo resultó el primer bestseller de la literatura argentina, además posibilitó la popularización de una idea clave: el único indio bueno es el indio muerto. La escena más potente del texto, cuando Fierro defiende a la cautiva y pelea por la vida de ambos, me refiero a la terrible escena donde el indio había atado previamente las manos de la mujer con las tripitas de su bebé. ¿Cómo no horrorizarse ante semejante salvajada? ¿Cómo no identificarse con Fierro, que no sólo lucha por su vida, sino por la nuestra? Todavía es un mano a mano, pero ya no se trata del enfrentamiento entre "dos valientes"; no es Fierro contra Cruz, sino civilización versus barbarie. Y los masacradores, conviene retenerlo, siempre defienden la civilización existente, y detestan los enfrentamientos igualitarios. 

Las consecuencias de la crisis para muchos de sus sufridos protagonistas no pasa por proteger a los más desprotegidos, sino por garantizar las diferencias existentes.
A comienzos del siglo XX, con los primeros pininos de sindicalización proletaria, el bloque de clases dominantes instaura la 4144, más conocida como Ley de Residencia. Es una ley curiosa, ya que la autoridad de aplicación pasa por el ministerio del Interior, por el poder de policía. De modo que sin intervención judicial, sin admitir prueba en contra, cualquier trabajador que "alterara la paz social" podía ser expulsado del territorio nacional. Y si tuviera la malhadada idea de regresar "ilegalmente" podía ser fusilado. El estado de excepción contra el movimiento obrero había sido instalado. La orden que funda ese orden había sido pronunciada. La invitación del preámbulo de la Constitución, a todos los hombres del mundo, quedaba resignificada. 

Por eso, en 1916 Leopoldo Lugones, en sus conferencias en el Teatro Odeón, advierte a la "plebe ultramarina" su carácter extranjero, estructuralmente ajeno, bárbaro y por tanto su incapacidad para el ejercicio de los derechos políticos resguardados para los connacionales. La constitución es releída en clave 4144, ya que no se trata de un compromiso "ante extraños", al tiempo que hace saber cuál debe ser la interpretación adecuada del Martín Fierro. El gaucho es el soporte ontológico de la patria, la esencia del "ser nacional", y sin embargo fue exterminado. Esa "epopeya" le hace entender al extranjero que lee, no confiar en sus propias aptitudes cognitivas. No se trata de "protesta social", de la crítica a la ley de levas, sino de obediencia y sometimiento. Es el momento del consenso, pero basta que se resquebraje para que las clases dominantes entren en pánico, y si sucede –como durante la Semana Trágica o en las masacres de obreros de la Patagonia–, el exterminio resulta inevitable. 

Lugones hablaba en serio, y en El Payador –transcripción de las conferencias a formato libro– lo deja establecido. Esa orden retumba aun hoy. Nos recuerda Giorgio Agamben en ¿Que es una orden?: "No hay origen para una orden porque la orden es el origen o está en el lugar del origen." 

La 4144 no fue ¿abolida? hasta el gobierno de Arturo Frondizi. Dos gobiernos populares, electos por voto mayoritario y plebeyo, no la arrumbaron. John William Cooke, cuando fue diputado del primer peronismo, impulsó su anulación. Obtuvo amplia mayoría en la Cámara Baja, pero fue cajoneada en el Senado. El radicalismo ni siquiera fue capaz de legalizar los sindicatos, el Senado conservador se lo impidió; de modo que Frondizi "actualizó y perfeccionó" la 4144. El estado de excepción ya no era para los trabajadores extranjeros, sino que todos los trabajadores pasaban a serlo mediante el Plan Conintes (conmoción interna del estado). Por decisión presidencial cualquier protesta obrera que implicara una "amenaza" para el orden existente, perdía las garantías constitucionales para ser reglada por tribunales militares. El Cordobazo del '69, mejor dicho, la represión a los dirigentes que lo organizaron, fue realizada mediante la aplicación de ese marco legal. 

La masacre que fundara la "democracia de la derrota", la masacre del '76, amplió las condiciones del estado de excepción. No sólo los trabajadores podían ser pasados por las armas, la posibilidad misma de la oposición –desarmada o armada– se volvía ilegal. Y así lo hicieron saber las FF AA en su acta fundacional. Era la primera vez que un golpe de Estado adquiría desde el vamos ese carácter. 

Leer la tapa de los diarios del año '75, de todos los diarios comerciales, permite constatar una masacre anunciada. Todo lo que sucedió fue anticipado rigurosamente. Nadie lo ignoraba, y la compacta mayoría deseó que sucediera. Una regla de oro de las ciencias sociales permite saber que no se gobierna contra la voluntad de la compacta mayoría. Basta leer la versión original del Nunca Más para comprobarlo. El intento de exculpación es burdo, dos demonios se matan frente a una sociedad aterrada; de modo que salvo los propios demonios nadie es responsable de nada. Esa idea banal ha sido derrotada. Nadie ignora si no quiere que la dictadura militar hubiera sido imposible sin al menos la aquiescencia del bloque de clases dominantes. Por eso, ahora se buscan "los cómplices" civiles. 

En medio de esa búsqueda la crisis global impone su agenda. Bastó que el mamarracho denominado Código Penal fuera sometido a examen, para que Sergio Massa lo pusiera en la picota. Es decir, no bien se propone mediante un acuerdo amplio organizar las bases para orden jurídico elementalmente democrático, el referente discursivo de este grupo de tareas ruge. En ese punto la labilidad del orden político queda al descubierto. Y si bien todas las fuerzas del arco parlamentario respaldaron en teoría ese acuerdo, a la hora de la verdad se hacen los distraídos o directamente aceptan el núcleo duro de la otra propuesta: todos los pobres son potencialmente peligrosos, incluso para los pobres mismos. 

Como las FF AA han sido destruidas en el proceso represivo, como el '76 y Malvinas, fueron su sepulcro histórico, el homicidio con impunidad garantizada pasa a denominarse "justicia por mano propia". La falta de Estado al que hace referencia Massa no es otra cosa que la obsolescencia del brazo armado del Estado. Un conjunto de experiencias piloto en continua reproducción mediática así lo informan. Las consecuencias de la crisis para muchos de sus sufridos protagonistas no pasa por proteger a los más desprotegidos, sino por garantizar las diferencias existentes. La demarcación democrática resulta básica. De un lado los que se proponen matar a los que arrebatan una cartera; del otro, los que no ignoran que robar es un delito que no se resuelve mediante la amenaza permanente de cometer otro mucho más grave. Que la vida es un bien superior a tutelar, y que los bienes personales no se compensan arrebatando la vida de nadie. Del resultado de esta polémica depende el proyecto que se dirima en el 2015.

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Es la campaña, estúpido Por Jorge Cicuttin


En plena campaña electoral por la presidencia de los Estados Unidos, en 1992, el demócrata Bill Clinton aparecía en la intención de voto muy por debajo de George W. Bush (padre), que se presentaba para la reelección.

Su agresiva política exterior y su éxito en la Guerra del Golfo hacían del republicano un candidato en apariencia imbatible. Pero la estrategia electoral de Clinton comenzó a centrarse en las necesidades más inmediatas de los norteamericanos y allí fue cuando se acuñó esta suerte de eslogan no oficial de campaña: "Es la economía, estúpido." El nuevo enfoque de campaña fue fundamental para la victoria que logró Clinton y esa frase comenzó a aplicarse en discusiones y análisis políticos no sólo en los Estados Unidos, sino también en el resto del mundo.

En la Argentina de hoy, podemos decir "es la campaña, estúpido" para explicar y entender los pasos que toman y las declaraciones que hacen muchos de los dirigentes políticos y sindicales.

Porque si bien falta un año y medio para las elecciones presidenciales de 2015, hace rato que los juegos de campaña comenzaron y todos especulan con sus posicionamientos de cara a las internas.

Es difícil entender de otra manera el momento del paro general lanzado para este jueves por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, así como la amenaza de nuevas medidas de fuerza y por tiempos más prolongados. No sólo el momento, sino las características de la medida de fuerza.

"Nada del 30%, hay que pedir un 40% de aumento más un 12% por lo que perdimos el año pasado. Si no hay respuesta a los pedidos, vamos a profundizar las medidas y vamos a hacer paros de 36 y de 48 horas”, amenaza Luis Barrionuevo. El gastronómico está más lanzado que su socio camionero. Hugo Moyano intenta ser más prudente con sus declaraciones y simpatías electorales de cara a 2015.

Barrionuevo no oculta su apuesta a Sergio Massa. No sólo anunció que formará una "mesa sindical" en apoyo al diputado y ex intendente de Tigre, sino que acompaña desde su gremio las jugadas electorales del massismo. En los últimos días la sede central de la Obra Social de Gastronómicos se sumó a la campaña de recolección de firmas para ir contra el anteproyecto de reforma del Código Penal, una iniciativa liderada por Massa.

Pero que no es un momento apropiado para amenazar con una seguidilla de paros lo reconoce el propio Massa, quien públicamente tomó distancia del gastronómico señalando que no estaba de acuerdo con el paro del jueves. También saben quienes trabajan en la campaña massista que tanto Barrionuevo como Moyano no son figuras rendidoras a la hora de captar votos, sobre todo de la clase media. Son "piantavotos", y por eso se evitan las fotografías que los tengan como protagonistas.

Esta semana se están cerrando las negociaciones paritarias de grandes gremios, como Comercio y los empleados públicos nucleados en UPCN. Ya cerraron otros gremios fuertes como los metalúrgicos, el de la construcción y los docentes. Es decir, las paritarias funcionan libremente. También el propio jefe de Gabinete reconoció que el gobierno evalúa aumentar el mínimo no imponible de Ganancias. No hay despidos ni suspensiones masivas. ¿Cuáles son las condiciones reales para llamar a un paro general y amenazar con otros más extensos?

Es la campaña, estúpido.

Las mismas estrategias y especulaciones electorales que se ven en el tema del próximo paro se observan en otros temas más urgentes. En los que se les va la vida a los argentinos. Ocurrió con las anunciadas reformas al Código Penal, en las que el Frente Renovador "apuró" al radicalismo y al PRO, y estos pasaron de aportar y apoyar los cambios, a repudiarlos y dejar heridos a sus especialistas que trabajaron en ellos.

También se nota en las discusiones sobre el tema de seguridad y la serie de linchamientos a presuntos ladrones que se repitieron en los últimos días. Los principales dirigentes políticos rechazaron los violentos intentos de la mal llamada justicia por mano propia, pero repitieron una serie de peligrosas justificaciones que ocultaban el temor a quedar mal parados frente a futuros votantes que aceptaban los linchamientos.

Esta es la semana del paro de Moyano y Barrionuevo. Se juegan a mostrar su poder de fuego paralizando el país. Pero no se arriesgan a realizar un acto donde tengan que hablar, dar respuestas, anticipar estrategias y manifestar apoyos políticos. Hasta ahora, estos últimos han sido retaceados, al menos públicamente, por los principales partidos políticos.

No conviene electoralmente. Todos sospechan, aún los antikirchneristas más furiosos, que detrás del paro hay intereses que exceden los reclamos gremiales. Es que la campaña hace rato que se largó. Y cada cual atiende su juego, que puede no ser justamente los que impulsan a Moyano y Barrionuevo a tomar estas medidas.

Infonews


Dolores de parto de la nueva derecha

Macri entendió que uno de sus comentarios sobre la inseguridad terminó siendo usado por Massa para castigarlo y sacarle ventaja allí donde se instalaron para competir: el espacio conservador.

Por Laura Mendoza

La pelea pasó casi al terreno de lo personal. Dinamitó, por un lado, los escasos puentes que podrían unirlos a futuro. Y por otro, una de las vertientes de la estrategia electoral fogoneadas desde el Pro. El hasta ahora módico enfrentamiento de los dos máximos referentes de la nueva derecha, Mauricio Macri y el renovador Sergio Massa, pasó a mayores cuando Macri entendió que uno de sus comentarios sobre el espinoso asunto de la inseguridad, terminó siendo usado por Massa, un cruzado de la oportunidad, para castigarlo y sacarle ventaja allí donde se instalaron para competir: el espacio conservador.

Que Macri haya dicho que respiraba aliviado al pensar que su hija Gimena vivía fuera de la Argentina, y que por tanto estaba a salvo de la violencia y de los robos cotidianos (la chica vive y estudia en la ciudad del flower power, San Francisco), sirvió a Massa para cuestionar la supuestamente escasa vocación del jefe de Gobierno porteño por la cosa nacional.

Macri respondió que la utilización de Massa era poco menos que una bajeza y que lo había decepcionado, ahora, a nivel personal. Pero más allá de la esgrima de superficie, lo cierto es que hacia adentro del Pro la cuestión, medida en términos electorales hacia 2015, comenzó a inquietar a varios. Especialmente a los que alentaban un entendimiento pre primarias con el hombre fuerte de Tigre. Entre ellos, la rama orientada por Nicolás Caputo, socio de Macri en sus empresas y en la política. Es que “Nicky” es un defensor del acuerdo con Massa, toda vez que entiende que con “lo propio” no es posible llegar a la poder, aunque lo propio podría servir para hacerse con una cuota importante si triunfa una alianza que, de hecho, reparta los espacios.

Tal vez envalentonados por el –lento- crecimiento de Macri en las encuestas –que hoy le dan un 15 por ciento de intención de voto-, han soñado con un reparto del Gabinete nacional, con un acuerdo que instale como vicegobernadora bonaerense a María Eugenia Vidal y hasta la vicepresidencia de la Nación.

En esa mesa de arena, imaginan un poder consolidado, entre otras cosas, por un bloque de diputados y senadores nacional de envergadura, y dejando fuera a Macri de los cargos aunque no de la política. El ingeniero se convertiría así en un árbitro ineludible, del mismo modo que Cristina podría serlo después de 2015.

La otra vertiente en el Pro, la más tradicional y si se quiere “romántica”, es la que impulsa el armador Emilio Monzó quien sostiene que hay que ir con los propio a elecciones –tal como predica públicamente Macri-, tal vez en una fórmula con Gabriela Michetti, la única dirigente del Pro con 70 por ciento de imagen positiva. “Dadas las circunstancias, y en el predicamento de apoyar al alguien en un eventual ballotage, Mauricio prefiere apoyar a Daniel Scioli, con quien comparte una larga amistad”, sospechan cerca de Macri.

Por ahora la consigna sigue sin cambiar: profundizar el discurso de la “tercera vía”, de lo nuevo en la política y de la gestión, que se propone inaugurar el metrobus de Cabildo y seis pasos bajo nivel más a fines de septiembre de 2015.

DZ/sc

Diario Z