domingo, 19 de enero de 2014
Google será contratista del ejército de EEUU
Con la compra de Boston Dynamics, Google se lanza a la investigación y desarrollo en el campo de la robótica. La particularidad es que esa empresa ha desarrollado numerosos proyectos militares y tiene contratos firmados con organizaciones gubernamentales de defensa en Estados Unidos. Desde Google afirmaron que esos acuerdos serán respetados, lo que pondrá a “la gran G” en la lista de proveedores de la industria militar.
Boston Dynamics arrastra varios contratos con laAgencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), agencia fundada en 1958 para “crear sorpresa estratégica para los adversarios de Estados Unidos al mantener la superioridad tecnológica de los militares estadounidenses”
Las investigaciones científicas de DARPA abarcan desarrollos tecnológicos a gran escala en campos como la biología, la medicina, la informática, y las neurociencias, entre otros.
En enero de 2010, DARPA adjudicó a Boston Dynamics un contrato de 30 meses por u$s 32 millones, bajo el programa Legged Squad Support System (LS3), que incluyó el diseño y construcción de prototipos iniciales. El LS3 es un programa conjunto entre la Oficina de Tecnología Táctica (TTO) de DARPA y el Laboratorio del Cuerpo de Marines de Guerra de EEUU (MCWL).
Según el informe de DARPA, el objetivo del programa es desarrollar una plataforma de cuadrúpedos caminantes que aumentarán la autonomía de los escuadrones llevando equipamientos tradicionales y nuevos. “Estas plataformas serán capaces de manejarse en un terreno complejo donde los vehículos tácticos no son capaces de ir, aligerando la carga de los marines y soldados y aumentando su capacidad de combate”, señala, y agrega que a través del programa se “desarrollará técnicas de control que le permitan caminar, trotar y correr, y capacidades para saltar obstáculos, zanjas, recuperarse de perturbaciones y otras características discretas de movilidad”.
En el programa LS3, Boston Dynamics trabajó asociada con empresas como Bell Helicopter, AAI Corporation, la Universidad Carnegie Mellon, The Jet Propulsion Laboratory y Woodward HRT.
El desarrollo de la robótica para uso militar –incluído el combate- es uno de los objetivos de DARPA desde hace varias décadas. Steve Lukasik, Director de la agencia entre 1971 y 1975, aclaraba que “lo que ahora se llama el Sistema de Combate Futuro es básicamente principales adiciones robóticas a las fuerzas de tierra en el campo”.
El resultado de este contrato fue el desarrollo de dos prototipos extremadamente avanzados, elBigDog, un cuadrúpedo capaz de cargar 55 kilos, y AlphaDog, con autonomía de 24 horas y 180 kilos de capacidad de carga.
En 2012, Boston Dynamics creó un robot llamadoCheetah, basado en la anatomía del guepardo y capaz de alcanzar velocidades de hasta 29.3 mph (unos 45 kph), y WildCat, que llega a una velocidad máxima de 16 mph (casi 26 kph), ambos en el marco del programa Maximum Mobility and Manipulation (M3).
Pero los robots más sorprendentes de Boston Dynamics son Petman, un robot antropomórfico diseñado para probar trajes de protección química, y Atlas, un humanoide con habilidades sorprendentes, del cual está previsto que sean entregados varios ejemplares a DARPA este verano, a partir de un contrato de dos años por u$s 10.8 millones bajo el programa Darpa Robotics Challenge, una competencia con otras empresas en la que el ganador se lleva un premio de u$s 2 millones extra.
Andy Rubin –creador de la empresa Android, también comprada por Google- ha quedado a cargo de la división robótica de Google. En unaentrevista reciente, el New York Times aseguró que Rubin ya había adquirido en secreto para Google siete pequeñas compañías especializadas en robótica y que actualmente contaban con una serie de técnicos e ingenieros con amplia experiencia en ese campo, creando equipos en Japón y en Estados Unidos para trabajar en proyectos futuros.
La cifra de la compra de Boston Dynamics no fue revelada. De hecho, la adquisición es uno de los secretos mejor guardados por Google, y aunque anticiparon que van a continuar con los contratos militares previamente firmados, se especula que el desarrollo de proyectos de robótica estará orientado al uso industrial.
OPINION La cuestión financiera
Es un mismo precio que tiene influencia en las dinámicas productiva y financiera. Si bien existen canales vinculantes fuertes entre ellas, resulta esencial distinguirlas para abordar con más precisión el debate sobre el tipo de cambio. Por un lado, esa variable se utiliza para evaluar un aspecto de la competitividad de la economía, y por otro, es relevante en la orientación de la inversión financiera de capitales locales y del exterior. Es importante precisar entonces cuál es la motivación de la estrategia cambiaria para no confundir los objetivos, o para no terminar afectando el frente productivo y, por lo tanto, el sociolaboral cuando el financiero es el dominante.
Pese al consenso existente entre economistas, es discutible la pérdida de competitividad por un supuesto atraso del tipo de cambio. La paridad con el dólar, con el real y con una canasta de monedas de un tipo de cambio multilateral, y en una comparada con los costos laborales en dólares, no mostraban un atraso global. La devaluación horizontal, sin discriminar sectores productivos, ofrece una renta adicional a actividades que no la requieren para contabilizar ganancias.
Alrededor del nivel de la paridad cambiaria asociada con la disponibilidad de divisas, en cambio, aparece un aspecto estructural que tiene que ver con una industria deficitaria en su comercio exterior y con las importaciones de combustible. Pero también existe una tensión coyuntural por la persistente fuga de capitales que terminó derivando en la implementación de un sistema de control de acceso a la moneda extranjera cuya consecuencia fue la aparición de la brecha cambiaria. Esta terminó afectando el flujo de dólares porque ha desalentado el ingreso por el canal oficial y ha sumado tensiones en un mercado cambiario bajo estrés permanente desde el 2007.
El nuevo equipo económico abordó la coyuntura acelerando el ritmo de devaluación del peso (cierre del viernes a 6,81 pesos), flexibilizando la compra de dólares para turistas con aprobación de la AFIP (a 9,19 pesos) y habilitando la compra de dólares a través de operaciones bursátiles (a 9,55 pesos). El propósito es reducir la brecha. La intensidad que está teniendo el ajuste de la paridad cambiaria tiene costos porque genera presiones inflacionarias y sociales. Se despliega además en un contexto de una fuerte pulseada financiera mientras aún permanecen abiertos frentes externos por el default de 2001. Sobre uno de ellos el ministro Axel Kicillof inicia hoy el proceso de cerrarlo en París.
Los bruscos movimientos en la plaza cambiaria, con los diferentes precios del dólar (oficial, blue, Bolsa, contado con liqui, turista) son manifestaciones de un problema financiero más que de uno del frente productivo por cuestiones de competitividad. O sea, existe una cuestión estructural conocida como restricción externa, que debe ser abordada con una política integral de sustitución de importaciones fomento de exportaciones con la consiguiente modificación del perfil industrial. Pero la situación de urgencia es financiera. Esto significa que el problema es de liquidez de dólares y no de solvencia debido a que existe superávit comercial y el déficit de cuenta corriente es reducido. Además existe un muy elevado stock de billetes en la plaza local (en circulación y en cajas de seguridad) y un monto considerable de dólares en soja retenida como activo de inversión de los productores.
La combinación de una parte de la cosecha guardada en silos-Bolsa, como estrategia de ahorro defensiva de los productores por la restricción a comprar dólares, y la estrategia de grandes exportadores de granos de financiar sus operaciones con créditos en pesos tomadas en el mercado local, en lugar de conseguir los fondos vendiendo divisas, no debería tener la observación pasiva del equipo económico.
Una clave central es definir qué hacer con el tipo de cambio. Un grupo de economistas ortodoxos y heterodoxos conservadores que ya tienen experiencia en ajustes recesivos (suba de tarifas y disminución del gasto público) proponen una devaluación brusca, sendero que conduce a una gran recesión y fuerte caída de los salarios para equilibrar las cuentas externas. Para evitar ese desenlace traumático, el desafío por el lado financiero es frenar la fuga y achicar la brecha.
Una cosa es ajustar el nivel del tipo de cambio y otra es intervenir sobre la brecha. Es una distinción relevante al momento de evaluar qué hacer. Lo primero, con impacto positivo en la ya elevada rentabilidad de sectores vinculados con la exportación (agrario y producción de insumos difundidos), está agudizando la inestabilidad cambiaria. En casi todos los países de la región ha habido una muy fuerte apreciación de las monedas en los últimos años con déficit de cuenta corriente más elevados que el argentino, y esto no tuvo como saldo crisis cambiarias ni pérdida de reservas. También es cierto que las condiciones financieras de Argentina son distintas al resto de los países de la región por el default, la renegociación con una sustancial quita de capital, el juicio de los fondos buitre, la deuda impaga con el Club de París, las tensiones con el FMI y los juicios con el Ciadi (Banco Mundial). Por esos motivos, en estos años el mercado financiero internacional ha estado castigando y ahora, que está oliendo sangre, aspira a dar una lección disciplinadora a la Argentina y una advertencia hacia otros países, para disuadirlos de la pretensión de desplegar el guión de “vivir con lo nuestro”.
La trinchera de defensa ante la desmesura del mercado se encuentra en apuntar todas las baterías para aligerar el frente financiero: cuidar las reservas, obtener créditos externos para obras públicas e inversión privada, y colocación de deuda para cubrir vencimientos. Y también en cómo reducir la brecha cambiaria. Subir rápido escalones de la paridad cambiaria tiene como efecto la expectativa de una mayor devaluación futura, con resultados indeseados: más compra de dólares por especulación, adelanto de compras para importaciones y retención de liquidación de exportaciones.
El diagnóstico es más fácil que la gestión, y sobre qué hacer aparecen algunas vías que buscan eludir la opción de la gran recesión de la megadevaluación. Algunos economistas cercanos al Gobierno proponen disminuir sustancialmente la tasa de devaluación nominal como herramienta para reorientar las expectativas cambiarias junto con otras medidas. Afirman que acelerarla, en el contexto actual, sólo excita la inestabilidad financiera. Postulan la necesidad de que el Banco Central pueda recuperar el control del mercado cambiario. En parte, el funcionamiento de la plaza ha quedado en manos del sector privado, escenario no deseable si el objetivo es manejar la paridad y reducir la brecha. El Central tiene diferentes herramientas monetarias (tasa de interés), financieras (emisión de deuda vía letras), cambiarias (contrato de dólar futuro) y regulatorias (sobre entidades financieras y exportadores) para retomar el control del mercado. Para ello cuenta con la colaboración del Banco Nación y la Anses para intensificar el poder de fuego.
Alguna de esas y otras medidas en forma aislada tienen menos chance de ser efectivas. Todas juntas articuladas para intervenir con fuerza para influir sobre las expectativas cambiarias no garantizan el éxito, pero la disputa será más peleada. El frente financiero es complicado pero existen condiciones holgadas para encararlo: tasas de interés internacional reducidas, precios de las materias primas altos y endeudamiento público bajo.
Si el objetivo del equipo económico es tratar de reorientar las expectativas sobre el tipo de cambio y restringir la corrida, para seguir con una política expansiva, es esencial no quedar atrapados de la especulación de los privados. Más aun cuando los grupos empresarios juegan con el horizonte de los últimos dos años del gobierno de CFK. El dólar es una variable política, además de económica y financiera.
Mejorar la rentabilidad relativa de los pesos en manos de la población con capacidad de ahorro, desacelerar el ritmo de devaluación, cerrar frentes aún abiertos por el default y aliviar la cuestión financiera refinanciando vencimientos, dado el bajísimo nivel de deuda pública en dólares en manos privadas, como estrategia para frenar la fuga y achicar la brecha, tiene un costo más bajo que el de una recesión por una fuerte devaluación.
azaiat@pagina12.com.ar
DESATO LA INTERNA MACRISTA POR LA JEFATURA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD Los siete candidatos capitales
Con poca fe en la carrera presidencial de Mauricio Macri, cinco dirigentes del PRO se sumaron a la pelea por la sucesión con la idea de asegurarse un lugar en 2015. Ya estaban anotados Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta.
Por Werner Pertot
A comienzos de 2014, ya hay siete candidatos del PRO a suceder a Mauricio Macri en la Jefatura de Gobierno, aunque no todos con las mismas chances. En la interna porteña se menciona a Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Cristian Ritondo, Rogelio Frigerio, Esteban Bullrich y Hernán Lombardi. Y la lista está lejos de cerrarse en forma definitiva, mientras corren operaciones cruzadas de alianzas o rupturas entre los distintos jugadores que vieron la oportunidad, dado que Macri ya no puede ser reelegido. Pero la proliferación de candidatos tiene otra explicación. “Yo creo que hay muchos que no tienen expectativa de ganar la nacional”, reconoce en reserva una de las principales figuras del PRO.
Macri hace lo posible por mantener contenida la interna que –todos saben– se desatará hacia fines de este año. Al principio, eran tres los candidatos a suceder a Macri: Michetti, Larreta y María Eugenia Vidal. Con el pase de la vicejefa a construir una candidatura en provincia, el camino quedó despejado para la eterna interna entre el jefe de Gabinete y la ex vicejefa porteña. Pero a ellos dos se sumó un contingente de macristas en busca de ocupar el lugar que dejará vacante Macri.
A todo esto, Michetti le dice a todo el que quiera escucharla –y también lo dijo públicamente– que todavía no tiene decidido ser candidata a jefa de Gobierno. De todas formas, su decisión de no competir en la provincia revela que va derecho a la interna porteña de 2015. Con el resultado de las elecciones, pareció imponerse como la sucesora de Macri. Pero Larreta está trabajando sostenidamente para que se revierta esa tendencia. “Horacio le está prometiendo a todos el oro y el moro para tratar de esmerilar a Michetti y que lo acompañen a él”, comentan en el PRO.
Michetti, de momento, no tiene pensado adelantar los tiempos electorales que –como bien sabe– pueden desgastarla. Con el resultado electoral de 2013 fresco, piensa dedicarse a levantar el perfil como senadora y a hacer crecer la Fundación Suma, que usa como base para sus equipos. Su idea es emprender acciones en barrios carecientes, acompañar a los candidatos del PRO por el país y escapar lo más posible de una definición.
En tanto, Larreta trabaja en una nueva estrategia para quitar a Michetti de su camino a la Jefatura de Gobierno: convencer a Macri de que tiene que ser la candidata a vicepresidenta de Mauricio Macri. Ella lo sabe, pero no está claro cómo hará para decirle que no al jefe de Gobierno por segunda vez. “Son cuestiones lejanas”, dijo Miche-tti en un reportaje con La Nación para huir de ese fantasma.
En el michettismo estiman que, sobre el final, los candidatos a jefe de Gobierno serán muchos menos. Y que muchos “hacen correr sus nombres para aprovechar a crecer en conocimiento”, o bien para negociar ser el candidato a vicepresidente de alguno de los demás. Cerca de Michetti, estiman que esa es la estrategia de Ritondo.
En los mentideros macristas, circuló la versión de que Santilli está cerrando una alianza con Rodríguez Larreta, algo que niegan en el entorno del Colorado. “Eso lo está haciendo correr Horacio para reprocharle a Ritondo que se autonomizó. Ritondo se encargó últimamente de decir que la que tiene los votos es Michetti y no hay con qué darle, por lo que va a tratar de ser su vicejefe. Entonces, Horacio debe haber salido a comentar esto como diciendo: ‘Vos me traicionás y yo arreglo con Santilli’.” Lo cierto es que nada está cerrado y todas las posiciones son muy volátiles.
Santilli también piensa en ser candidato a jefe de Gobierno y no el vice de otro. Por ahora, mantuvo un perfil más bajo en los medios con este tema, aunque sí se lo comentó a Macri. En su entorno, descartan un acuerdo con Larreta para acompañarlo. “El pánico de Larreta es que Michetti y Santilli cierren un acuerdo y lo liquiden. Por eso sale a decir que ya cerró con Santilli”, interpretan en el PRO.
Ritondo buscó instalar con fuerza su candidatura en diversos reportajes. Advirtió que, si no lo dejan competir, lo estarían expulsando. Y para reforzar el mensaje, ayer jugó un partido de fútbol con Sergio Massa. El vicepresidente primero de la Legislatura aclaró que era “una cosa de amigos”. “Un partido de fútbol no tiene nada que ver con la política. Es lo mismo que encontrarse a tomar mate”, graficó.
A la lista de postulantes también se sumaron el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el de Cultura, Hernán Lombardi. Cada uno está ensayando una estrategia diferente. Frigerio, por ejemplo, va a buscar levantar el perfil y aprovechar la Fundación del Banco Ciudad para avanzar con acciones que le den visibilidad durante este año.
“Muchos ven que Macri no llega en 2015 y quieren asegurarse un cargo, aunque sea acordando con el que gane la interna”, interpretan en el macrismo. En las primeras filas de PRO, sospechan que la aparición de muchos candidatos tiene que ver con Larreta. “Su nueva estrategia es ‘que florezcan mil flores’”, dice uno de los referentes del PRO, quien señala que por eso echaron a correr los nombres de Bullrich y Lombardi. “Hay muchos que quieren ser. El problema es que tienen que medir para competir”, advierte. El tablero está puesto. Sólo falta colocar las fichas.
Macri de gira por La Feliz
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se mostró ayer en Mar del Plata junto a sus dos posibles candidatos a gobernador bonaerense: María Eugenia Vidal y Jorge Macri. Así, intentó mostrar la unidad del espacio, pese a las diferencias que viene teniendo con el intendente de Vicente López, quien advirtió que no hay que cerrar la posibilidad de hacer alianzas con otros espacios. Traducción: no comparte la estrategia de diferenciarse y alejarse de Sergio Massa en forma irremediable, que Vidal viene ejecutando. Macri esquivó las preguntas sobre Massa: “No voy a pasar el 2014 hablando de figuras o espacios”. En tanto, el procesado jefe de Gobierno prometió terminar con la inflación. “En nuestro gobierno no tendremos el problema de la inflación, porque generaremos confianza y las inversiones vienen solas.” Además, el líder del PRO siguió con su estrategia de sembrar desconfianza sobre la Presidenta: “Nadie sabe lo que está pasando con Cristina Kirchner”, afirmó e insistió: “El 2014 será un año particularmente difícil para la Argentina por la ausencia del Estado en resolver las dificultades en temas básicos”.
19/01/14 Página|12
ENTREVISTA AL JEFE DE GABINETE, JORGE CAPITANICH “Hay un intento de desestabilización permanente hacia el Gobierno”
A dos meses de asumir, Capitanich analiza la baja de las reservas y la pulseada por el dólar. Habla de los intereses que buscan desestabilizar al Gobierno para imponer políticas de ajuste.
Por Nicolás Lantos y Fernando Cibeira
Imagen: Leandro Teysseire
Difícil desenchufarse de la realidad en la oficina del jefe de Gabinete. Sobre una pared, varias pantallas transmiten los principales canales de noticias más otras dos que informan en tiempo real sobre la evolución de la Bolsa y de las variables económicas. En uno de estos canales, un ex funcionario analiza la cotización del dólar blue, que ya supera los 11,50 pesos. “Qué capos que son estos tipos. Lo voy a llamar a éste y le voy a decir: ¿para qué estamos nosotros? Si son capos ustedes, ¿por qué no gobiernan?”, reacciona Jorge Capitanich antes de acomodarse en un sillón. Detrás, hay imágenes de la presidenta Cristina Kirchner –una del día en que le tomó juramento, el pasado 20 de noviembre–, de sus hijas y de su visita al papa Francisco. La ola de calor ha vuelto y, con ella, un amago de nueva protesta policial en Córdoba. Un fantasma de los días de diciembre que Capitanich tiene muy presentes. “Hay un intento de desestabilización permanente hacia el Gobierno”, asegura.
–¿Qué balance hace de su decisión de dar conferencias de prensa diarias?
–La agenda que hemos diseñado por instrucción de la Presidenta fue tener una comunicación fluida con los medios. Nos parece una metodología apropiada, aun cuando existen interpretaciones capciosas de determinado tipo de periodistas o de grupos mediáticos concentrados. Una conferencia de prensa no significa tener una agenda temática con una duración definida. Los medios que son férreamente opositores critican cuando la conferencia es de seis minutos, cuando es de 52 minutos, cuando se utiliza un lenguaje técnico para explicar determinadas situaciones y cuando se usa un lenguaje más rudimentario. Nunca están de acuerdo con nada.
–¿No preveía que esto podía suceder?
–Sí, pero qué es lo que pretenden aquellos que son opositores al Gobierno: que uno diga lo que ellos quieren que uno diga. Y, en general, los opositores quieren que uno haga lo que ellos quieren que uno haga. Pero para eso hay que ganar elecciones. Y acá la única persona que ha ganado una elección con casi el 55 por ciento de los votos se llama Cristina Fernández de Kirchner, así que si quieren ocupar ese espacio tienen que competir en elecciones y ganarlas.
–¿No cree que se instaló un clima de pesimismo con los cortes, la cotización del dólar y con la caída de las reservas?
–El tema central es que desde la oposición en forma permanente van a intentar generar pesimismo y esmerilar todas las acciones del Gobierno. Pero lo importante es ver razones objetivas de comportamiento de cada una de las variables.
–Vamos a las reservas, que bajaron de los 30 mil millones de dólares.
–Efectivamente, hemos tenido una evolución de las reservas conforme al programa de desendeudamiento. Prácticamente 43 mil millones de dólares se destinaron a pagar deuda. En definitiva, se utilizó una política contracíclica no a través de la política fiscal sino de la política de acumulación de reservas. Argentina en una primera fase del ciclo expansivo con Néstor Kirchner tuvo acumulación de reservas en virtud de la expansión de la política fiscal para tener mayor cobertura previsional, para incrementar la inclusión social, para mejorar la actividad distributiva. Mientras se producía este esquema de crecimiento de la actividad económica, también se generaban condiciones como para acumular reservas. Esas reservas han permitido pagar deuda. Eso fue lo que permitió bajar de casi 160 por ciento de deuda en términos del PBI al actual cerca del 42 por ciento.
–¿En qué nivel comienza a ser preocupante la falta de reservas?
–Lo que hay que pensar es que las reservas eran un activo que se destinaron a cancelar un pasivo, por lo tanto no tiene variación patrimonial. Digámoslo de otra manera: en vez de tener casi 30 mil millones de dólares podríamos tener 73 mil millones de dólares. El problema es que si no hubiéramos cancelado la deuda con el FMI tendríamos políticas que hubiesen condicionado el desenvolvimiento de la actividad económica. Entonces, no tendríamos una desocupación del 6,6 por ciento, no tendríamos la capacidad de generar 6 millones de puestos de trabajo, la industria automotriz no hubiera tenido cerca de 800 mil autos producidos localmente. Tampoco 2,5 millones de jubilados que no habían completado los aportes previsionales, ni cerca de 3,8 millones de niños y jóvenes con AUH. En definitiva, se invirtió en el pueblo argentino. ¿Quiénes son los que critican a la Argentina? Las grandes usinas internacionales, los fondos buitre, los que tienen capacidad de lobby en los medios dominados por el poder financiero.
–Más allá de esto hay una idea, incluso en gente afín al Gobierno, de que la situación no es la misma que la de hace un par de años.
–Las condiciones son distintas. La puja distributiva se ha acentuado. Acá hay una discusión política de carácter ideológico. No es lo mismo la capacidad de representación de los sindicatos con 25 por ciento que con 6,6 por ciento de desempleo. La puja implica que los especuladores y quienes proponen una estrategia neoliberal pretenden prescindir del Estado, generar un ajuste de carácter recesivo y castigar a la gente. Hay dos modelos en pugna.
–Hoy el repiqueteo informativo tiene que ver con la última cotización del dólar blue, que aunque represente a un mercado marginal genera impacto psicológico, porque la gente imagina hasta dónde podría llegar el dólar oficial. ¿Eso les preocupa?
–Es un mercado ilegal. Son transacciones de quienes no tienen sus dólares declarados o no pueden explicar el origen de sus fondos. La política económica que define la Presidenta está orientada a la sustitución de importaciones, la industrialización más acelerada y el incremento de exportaciones. Esos son los temas a resolver, igual que el autoabastecimiento de energía, que va a implicar menor demanda de divisas. El consumo de energía creció de una manera extraordinaria. Eso es porque crece la calidad de vida en los hogares y también la demanda industrial.
Hay muchos que proponen un modelo agroexportador. Eso implica dejar afuera a 10 millones de argentinos, o tener salarios más bajos, o generar mayor exclusión. No es casualidad que exista un diseño urdido por grupos mediáticos concentrados, con una acción deliberada para generar pesimismo y pérdida de confianza.
–¿En qué ve ese diseño?
–No es casualidad lo que ha ocurrido en diciembre. Nosotros asumimos el 20 de noviembre y el 3 de diciembre hay un alzamiento policial en Córdoba, qué enorme coincidencia. Pero no es casualidad, hay causalidad. Hay un intento de desestabilización permanente hacia el Gobierno. El cambio de expectativa, a través de un cambio de gabinete, ha sido sistemáticamente atacado. Primero, por las características personales de sus miembros. Los alzamientos policiales fueron para provocar una deslegitimación de los gobiernos provinciales que lograron, en muchos casos, respaldo popular en las elecciones. Todos los petitorios fueron con acciones coordinadas. Por lo tanto, ha habido actores políticos, actores sindicales y actores económicos. No es casualidad un proceso de desestabilización política con un nivel de fuerte impronta por las fuerzas de seguridad provinciales, que portan armas. Fue una afrenta institucional en la fecha de celebración de 30 años de la democracia, porque empezó el 3 de diciembre y se agudizó esa semana con una finalidad determinada. El mensaje es que hay fuerzas organizadas para provocar disturbios y desestabilización de un gobierno. A eso se le suman acciones deliberadas, o no, por parte de empresas de energía para no prestar servicios o no programar adecuadamente, mecanismos de omisión de comunicación y de capacidad operativa para resolver el problema. El permanente ataque a la gestión desde medios de comunicación en donde no hay nunca una noticia positiva. Se puede estar a favor o en contra de un gobierno, pero un medio de comunicación tiene una responsabilidad social y eso implica garantizar pluralidad de voces y perfil de carácter informativo. Cuando existe la acción manifiesta de solo atacar a un gobierno, eso, más que oposición política o mediática, es acción desestabilizadora.
–A partir de lo que sucedió el jueves en Córdoba, ¿cree que pueden reanudarse las protestas policiales?
–Todo mecanismo de aceptación de la extorsión por parte del sistema democrático termina mal. Lo que hay que hacer es garantizar el cumplimiento de la ley. Hay un rol indelegable de la Justicia para la investigación y la detención de aquellos que fueron autores de delitos. No se puede autorizar ningún tipo de negociación bajo extorsión.
–Con ese argumento, en algunas provincias se está planteando la nulidad de los acuerdos salariales firmados durante las protestas. ¿Cuál es la posición del Gobierno sobre la validez de esos acuerdos?
–Lo que dice la Justicia en muchos casos, que bajo extorsión se determina la nulidad de los actos. Es imprescindible pensar si con 30 años de democracia todavía tenemos que aceptar métodos extorsivos. Toda negociación de carácter salarial tiene que hacerse en el marco de la representatividad de los actores. En ese contexto, quien usa un arma no puede tener sindicalización, porque debe primar su misión principal, que es garantizar la vida, la propiedad y la libertad de los habitantes.
–Vamos a los que hacen reclamos sin usar armas, entonces. Las primeras declaraciones de los referentes de las diferentes centrales obreras coinciden en un pedido de recomposición que va del 25 al 30 por ciento para estas paritarias. ¿Cuál será la postura del Gobierno?
–El Gobierno ha establecido claramente una estrategia desde Néstor Kirchner hasta la fecha. Había 200 paritarias en el año 2002 y hoy hay 1500 y la meta del Gobierno es llegar a 1650. Las paritarias son libres y dependen de la capacidad de negociación entre empresarios y trabajadores. No todos los sectores que forman parte de la industria pueden tener la misma capacidad de discusión salarial porque tienen parámetros distintos. Todos quisiéramos ganar lo que gana un trabajador del petróleo pero no puede un trabajador público de una provincia pretender esa equiparación. En ese contexto, creemos que aquellos dirigentes sindicales que pretenden a partir de este mes azuzar con determinados porcentajes, lo que están haciendo es una manifestación de orden político.
–¿Cómo marcha el plan de los Precios Cuidados? Hay denuncias de faltantes en los comercios.
–Los precios cuidados están cumpliendo de forma gradual los objetivos: primero se identificaron 100 productos, 194 precios, 64 proveedores y las cadenas de supermercados para llegar a 1500 bocas de expendio en el área metropolitana. Eso luego se extendió a la Costa y ahora están en proceso de incorporación los supermercados de origen asiático. También está la idea de convocar la semana próxima a los ministros de Economía provinciales para extender el acuerdo a todo el país. Se espera que los productos seleccionados tengan efectos de demostración. Incorporar una mermelada de ciruela es un precio de referencia para la mermelada de naranja o durazno de las mismas características. Apuntamos a desalentar cualquier tipo de expectativa de inflación. El acuerdo tal como está implementado significa una reducción del 7 por ciento en los precios de los productos que forman parte. Se busca mostrar que el Gobierno está dispuesto a utilizar todas las herramientas de política económica. Si se produce el faltante de un producto por algún motivo, el Gobierno está determinado a intervenir, aun con la importación transitoria.
–La famosa discusión del tomate.
–La discusión del tomate es muy importante, porque pone en evidencia que en la cadena existen contradicciones. Por un lado, alguien puede suponer que puede faltar un producto por condiciones climáticas adversas y por otro lado los productores dicen que hay excedente. Por eso queremos poner todas las cosas a la luz pública, para que el pueblo argentino pueda tener información acerca del precio de cada cosa.
–¿Se está pensando qué herramientas se van a aplicar luego de que concluya el acuerdo de precios?
–La tensión de precios en la Argentina es producto de la puja distributiva y del incremento de la demanda. En ese sentido, hay que pensar que es una tensión derivada de la concentración económica y de precios oligopólicos y monopólicos impuestos por sectores que ostentan una posición dominante. Por eso, democratizar la economía significa propiciar políticas públicas para preservar el poder adquisitivo del salario.
–Eso ya hablaría de un plan a largo plazo, no sólo de un acuerdo de precios.
–Muchos hablan de la inexistencia de un programa económico integral. Esa es la permanente afrenta de la ortodoxia para promover planes de ajuste descomunales. ¿Qué significa tener un programa económico? Significa tener reglas esenciales desde el punto de vista fiscal, monetario y cambiario. La regla fiscal la da el presupuesto aprobado, la reglamentación de ese presupuesto y la asignación de los recursos correspondientes. Lo que nosotros hacemos, que la ortodoxia económica rechaza, es utilizar los elementos que nos permite la Carta Orgánica del Banco Central. Pero nada se dice cómo utilizan estos recursos en otros lugares del mundo, donde dedican parte de la renta obtenida por recursos estratégicos, ejemplo petróleo, que se colocan dentro del presupuesto como recursos cuasifiscales para lograr el equilibrio presupuestario. ¿Existe política fiscal en la Argentina? Claro. El Banco Central publicó el programa monetario el último día hábil del año pasado. Y política cambiaria también: hay una flotación administrada, que puede tener distintos niveles conforme lo que determine la conducción política del Estado. Lo que la ortodoxia y las usinas del neoliberalismo pretenden es desacreditar todo este tipo de herramientas. ¿Por qué publican todo el tiempo la cotización del blue? Es un mercado ilegal que no tiene una cotización transparente, no hay un valor que determine claramente el precio de la oferta y de la demanda. Por ejemplo, la cotización del gramo de cocaína es exactamente lo mismo. Los medios de comunicación podrían publicarlo.
–En algún momento advirtieron sobre la posibilidad de que el Estado asumiera el manejo de las empresas energéticas. ¿Quedaron conformes con las respuestas que recibieron en la reunión que mantuvieron con ellas?
–Vamos a quedar conformes cuando las empresas inviertan lo que se comprometieron y hagan efectivo el plan de contingencia que nos han entregado. La Presidenta tomó la decisión de dejar conformado el ente regulador y este ente es el responsable de la supervisión del plan de inversiones, de evaluar la calidad del servicio y del plan operativo y de contingencia a los efectos de garantizar que existan cuadrillas entrenadas con los recursos adecuados. Eso es lo que tienen que hacer las empresas.
–Hay toda una cuestión acerca de si la Presidenta tiene que hablar o no, si está gobernando como siempre o no. ¿Cómo es el trabajo con ustedes?
–La Presidenta toma decisiones en forma sistemática y diaria, tanto estratégicas como operativas, y está en contacto con cada uno de sus ministros, a quienes instruye órdenes y promueve las acciones correspondientes. Es una persona que está gobernando con plena y absoluta dedicación.
–Scioli planteó la posibilidad de modificar las leyes de Defensa y de Seguridad Interior para que el Ejército profundice su participación en la lucha contra el narcotráfico. ¿Cuál es su posición?
–Es un debate contrario a la Ley de Seguridad Interior. En definitiva, el ámbito de discusión de eso es el Congreso de la Nación. Pero tenemos experiencia como para restringir la participación del Ejército en estas tareas. Lo que hay que pensar es que las fuerzas de seguridad en la Argentina cuentan con 205 mil miembros de fuerzas provinciales y otros cien mil de fuerzas nacionales, además de 150 mil trabajadores registrados abocados a tareas de seguridad, además de los trabajadores no registrados. Por lo tanto, si uno toma sólo los registrados formalmente hoy hay casi 455 mil personas afectadas a seguridad.
La carrera hacia 2015
Todos declaran que para 2015 falta mucho, pero todos los días aparece un nuevo candidato. Ya estaba anotado Daniel Scioli y en los últimos días, Florencio Randazzo y Aníbal Fernández anticiparon su intención de candidatearse. ¿Usted se ve en esa carrera?
–A mí ya me lo habían dicho Aníbal y Florencio. Es cierto que para el 2015 falta poco y mucho a la vez, pero en definitiva nosotros tenemos responsabilidades de gestión. Hay una líder excluyente en este espacio que es la Presidenta de la Nación. Ella aún no ha tomado posición respecto de la metodología para la selección de un candidato. Nosotros tenemos una herramienta, que son las PASO, que pueden ser efectivamente un factor de potenciación del candidato que surja de la voluntad popular. Pero también la Presidenta tiene el derecho de ser una gran electora del espacio para la continuidad institucional del proyecto. Yo siempre repito una frase de Perón cuando decía que la Revolución Rusa tenía cuatro etapas: la toma del poder, que atribuía a Trotsky; la fase doctrinaria que le correspondió a Lenin; la fase dogmática que fue la de Stalin, y la institucional, de Kruschev. Esta etapa del peronismo le corresponde un afianzamiento institucional. En democracia la toma del poder no es revolucionaria sino a través del voto popular. Después, una etapa doctrinaria para plantear objetivos que deben ser aceptados por la mayoría del pueblo, y después una etapa dogmática para fortalecer esos principios. Ahora llega la etapa de carácter institucional, para que estos grandes cambios sean apropiados por la mayoría del pueblo argentino. Eso se logra generando conciencia sobre estos cambios.
La normalización del PJ
En marzo debe regularizarse la situación del PJ y, entre otras cosas, debe designarse a un nuevo titular. ¿Le interesa la presidencia del PJ o, en caso contrario, quién cree que debe ocuparla?
–Es necesarios la normalización. Existen tres alternativas. La intervención de carácter judicial, obviamente no me parece lo correcto. En segundo lugar, la realización de un Congreso a partir del cual se elija una conducción de consenso. O propiciar elecciones internas para elegir una conducción partidaria. De esas tres opciones, creo que quedan las dos últimas. Respecto del perfil de quién debería ejercer esa conducción, yo tenía una opinión formada desde antes de que la Presidenta me asignara esta responsabilidad. La conducción debe quedar para aquellos que tuvieron un resultado electoral favorable en sus distritos, que tenga raigambre y legitimidad política derivada de los votos, y con una concepción del carácter federal que debe tener el Consejo Nacional. El fortalecimiento institucional del PJ es la base de construcción del Frente para la Victoria, que en 2015 deberá buscar la continuidad de este proyecto político para garantizar que lo logrado hasta ahora sea un piso respecto de los desafíos del futuro.
–Dentro de esta normalización del PJ, ¿hay lugar para aquellos dirigentes de origen justicialista que se fueron para conformar otras opciones?
–Hay casos y casos. Siempre hay un espacio para garantizar el retorno a aquellos que tomaron la decisión, equivocada, de alejarse en algún momento. Pero también es necesario advertir que quienes tomaron la decisión de construir por afuera del peronismo van a ratificar ese rumbo. Es el caso de Sergio Massa, que eligió un camino por afuera del PJ
19/01/14 Página|12
Por Nicolás Lantos y Fernando Cibeira
Imagen: Leandro Teysseire
Difícil desenchufarse de la realidad en la oficina del jefe de Gabinete. Sobre una pared, varias pantallas transmiten los principales canales de noticias más otras dos que informan en tiempo real sobre la evolución de la Bolsa y de las variables económicas. En uno de estos canales, un ex funcionario analiza la cotización del dólar blue, que ya supera los 11,50 pesos. “Qué capos que son estos tipos. Lo voy a llamar a éste y le voy a decir: ¿para qué estamos nosotros? Si son capos ustedes, ¿por qué no gobiernan?”, reacciona Jorge Capitanich antes de acomodarse en un sillón. Detrás, hay imágenes de la presidenta Cristina Kirchner –una del día en que le tomó juramento, el pasado 20 de noviembre–, de sus hijas y de su visita al papa Francisco. La ola de calor ha vuelto y, con ella, un amago de nueva protesta policial en Córdoba. Un fantasma de los días de diciembre que Capitanich tiene muy presentes. “Hay un intento de desestabilización permanente hacia el Gobierno”, asegura.
–¿Qué balance hace de su decisión de dar conferencias de prensa diarias?
–La agenda que hemos diseñado por instrucción de la Presidenta fue tener una comunicación fluida con los medios. Nos parece una metodología apropiada, aun cuando existen interpretaciones capciosas de determinado tipo de periodistas o de grupos mediáticos concentrados. Una conferencia de prensa no significa tener una agenda temática con una duración definida. Los medios que son férreamente opositores critican cuando la conferencia es de seis minutos, cuando es de 52 minutos, cuando se utiliza un lenguaje técnico para explicar determinadas situaciones y cuando se usa un lenguaje más rudimentario. Nunca están de acuerdo con nada.
–¿No preveía que esto podía suceder?
–Sí, pero qué es lo que pretenden aquellos que son opositores al Gobierno: que uno diga lo que ellos quieren que uno diga. Y, en general, los opositores quieren que uno haga lo que ellos quieren que uno haga. Pero para eso hay que ganar elecciones. Y acá la única persona que ha ganado una elección con casi el 55 por ciento de los votos se llama Cristina Fernández de Kirchner, así que si quieren ocupar ese espacio tienen que competir en elecciones y ganarlas.
–¿No cree que se instaló un clima de pesimismo con los cortes, la cotización del dólar y con la caída de las reservas?
–El tema central es que desde la oposición en forma permanente van a intentar generar pesimismo y esmerilar todas las acciones del Gobierno. Pero lo importante es ver razones objetivas de comportamiento de cada una de las variables.
–Vamos a las reservas, que bajaron de los 30 mil millones de dólares.
–Efectivamente, hemos tenido una evolución de las reservas conforme al programa de desendeudamiento. Prácticamente 43 mil millones de dólares se destinaron a pagar deuda. En definitiva, se utilizó una política contracíclica no a través de la política fiscal sino de la política de acumulación de reservas. Argentina en una primera fase del ciclo expansivo con Néstor Kirchner tuvo acumulación de reservas en virtud de la expansión de la política fiscal para tener mayor cobertura previsional, para incrementar la inclusión social, para mejorar la actividad distributiva. Mientras se producía este esquema de crecimiento de la actividad económica, también se generaban condiciones como para acumular reservas. Esas reservas han permitido pagar deuda. Eso fue lo que permitió bajar de casi 160 por ciento de deuda en términos del PBI al actual cerca del 42 por ciento.
–¿En qué nivel comienza a ser preocupante la falta de reservas?
–Lo que hay que pensar es que las reservas eran un activo que se destinaron a cancelar un pasivo, por lo tanto no tiene variación patrimonial. Digámoslo de otra manera: en vez de tener casi 30 mil millones de dólares podríamos tener 73 mil millones de dólares. El problema es que si no hubiéramos cancelado la deuda con el FMI tendríamos políticas que hubiesen condicionado el desenvolvimiento de la actividad económica. Entonces, no tendríamos una desocupación del 6,6 por ciento, no tendríamos la capacidad de generar 6 millones de puestos de trabajo, la industria automotriz no hubiera tenido cerca de 800 mil autos producidos localmente. Tampoco 2,5 millones de jubilados que no habían completado los aportes previsionales, ni cerca de 3,8 millones de niños y jóvenes con AUH. En definitiva, se invirtió en el pueblo argentino. ¿Quiénes son los que critican a la Argentina? Las grandes usinas internacionales, los fondos buitre, los que tienen capacidad de lobby en los medios dominados por el poder financiero.
–Más allá de esto hay una idea, incluso en gente afín al Gobierno, de que la situación no es la misma que la de hace un par de años.
–Las condiciones son distintas. La puja distributiva se ha acentuado. Acá hay una discusión política de carácter ideológico. No es lo mismo la capacidad de representación de los sindicatos con 25 por ciento que con 6,6 por ciento de desempleo. La puja implica que los especuladores y quienes proponen una estrategia neoliberal pretenden prescindir del Estado, generar un ajuste de carácter recesivo y castigar a la gente. Hay dos modelos en pugna.
–Hoy el repiqueteo informativo tiene que ver con la última cotización del dólar blue, que aunque represente a un mercado marginal genera impacto psicológico, porque la gente imagina hasta dónde podría llegar el dólar oficial. ¿Eso les preocupa?
–Es un mercado ilegal. Son transacciones de quienes no tienen sus dólares declarados o no pueden explicar el origen de sus fondos. La política económica que define la Presidenta está orientada a la sustitución de importaciones, la industrialización más acelerada y el incremento de exportaciones. Esos son los temas a resolver, igual que el autoabastecimiento de energía, que va a implicar menor demanda de divisas. El consumo de energía creció de una manera extraordinaria. Eso es porque crece la calidad de vida en los hogares y también la demanda industrial.
Hay muchos que proponen un modelo agroexportador. Eso implica dejar afuera a 10 millones de argentinos, o tener salarios más bajos, o generar mayor exclusión. No es casualidad que exista un diseño urdido por grupos mediáticos concentrados, con una acción deliberada para generar pesimismo y pérdida de confianza.
–¿En qué ve ese diseño?
–No es casualidad lo que ha ocurrido en diciembre. Nosotros asumimos el 20 de noviembre y el 3 de diciembre hay un alzamiento policial en Córdoba, qué enorme coincidencia. Pero no es casualidad, hay causalidad. Hay un intento de desestabilización permanente hacia el Gobierno. El cambio de expectativa, a través de un cambio de gabinete, ha sido sistemáticamente atacado. Primero, por las características personales de sus miembros. Los alzamientos policiales fueron para provocar una deslegitimación de los gobiernos provinciales que lograron, en muchos casos, respaldo popular en las elecciones. Todos los petitorios fueron con acciones coordinadas. Por lo tanto, ha habido actores políticos, actores sindicales y actores económicos. No es casualidad un proceso de desestabilización política con un nivel de fuerte impronta por las fuerzas de seguridad provinciales, que portan armas. Fue una afrenta institucional en la fecha de celebración de 30 años de la democracia, porque empezó el 3 de diciembre y se agudizó esa semana con una finalidad determinada. El mensaje es que hay fuerzas organizadas para provocar disturbios y desestabilización de un gobierno. A eso se le suman acciones deliberadas, o no, por parte de empresas de energía para no prestar servicios o no programar adecuadamente, mecanismos de omisión de comunicación y de capacidad operativa para resolver el problema. El permanente ataque a la gestión desde medios de comunicación en donde no hay nunca una noticia positiva. Se puede estar a favor o en contra de un gobierno, pero un medio de comunicación tiene una responsabilidad social y eso implica garantizar pluralidad de voces y perfil de carácter informativo. Cuando existe la acción manifiesta de solo atacar a un gobierno, eso, más que oposición política o mediática, es acción desestabilizadora.
–A partir de lo que sucedió el jueves en Córdoba, ¿cree que pueden reanudarse las protestas policiales?
–Todo mecanismo de aceptación de la extorsión por parte del sistema democrático termina mal. Lo que hay que hacer es garantizar el cumplimiento de la ley. Hay un rol indelegable de la Justicia para la investigación y la detención de aquellos que fueron autores de delitos. No se puede autorizar ningún tipo de negociación bajo extorsión.
–Con ese argumento, en algunas provincias se está planteando la nulidad de los acuerdos salariales firmados durante las protestas. ¿Cuál es la posición del Gobierno sobre la validez de esos acuerdos?
–Lo que dice la Justicia en muchos casos, que bajo extorsión se determina la nulidad de los actos. Es imprescindible pensar si con 30 años de democracia todavía tenemos que aceptar métodos extorsivos. Toda negociación de carácter salarial tiene que hacerse en el marco de la representatividad de los actores. En ese contexto, quien usa un arma no puede tener sindicalización, porque debe primar su misión principal, que es garantizar la vida, la propiedad y la libertad de los habitantes.
–Vamos a los que hacen reclamos sin usar armas, entonces. Las primeras declaraciones de los referentes de las diferentes centrales obreras coinciden en un pedido de recomposición que va del 25 al 30 por ciento para estas paritarias. ¿Cuál será la postura del Gobierno?
–El Gobierno ha establecido claramente una estrategia desde Néstor Kirchner hasta la fecha. Había 200 paritarias en el año 2002 y hoy hay 1500 y la meta del Gobierno es llegar a 1650. Las paritarias son libres y dependen de la capacidad de negociación entre empresarios y trabajadores. No todos los sectores que forman parte de la industria pueden tener la misma capacidad de discusión salarial porque tienen parámetros distintos. Todos quisiéramos ganar lo que gana un trabajador del petróleo pero no puede un trabajador público de una provincia pretender esa equiparación. En ese contexto, creemos que aquellos dirigentes sindicales que pretenden a partir de este mes azuzar con determinados porcentajes, lo que están haciendo es una manifestación de orden político.
–¿Cómo marcha el plan de los Precios Cuidados? Hay denuncias de faltantes en los comercios.
–Los precios cuidados están cumpliendo de forma gradual los objetivos: primero se identificaron 100 productos, 194 precios, 64 proveedores y las cadenas de supermercados para llegar a 1500 bocas de expendio en el área metropolitana. Eso luego se extendió a la Costa y ahora están en proceso de incorporación los supermercados de origen asiático. También está la idea de convocar la semana próxima a los ministros de Economía provinciales para extender el acuerdo a todo el país. Se espera que los productos seleccionados tengan efectos de demostración. Incorporar una mermelada de ciruela es un precio de referencia para la mermelada de naranja o durazno de las mismas características. Apuntamos a desalentar cualquier tipo de expectativa de inflación. El acuerdo tal como está implementado significa una reducción del 7 por ciento en los precios de los productos que forman parte. Se busca mostrar que el Gobierno está dispuesto a utilizar todas las herramientas de política económica. Si se produce el faltante de un producto por algún motivo, el Gobierno está determinado a intervenir, aun con la importación transitoria.
–La famosa discusión del tomate.
–La discusión del tomate es muy importante, porque pone en evidencia que en la cadena existen contradicciones. Por un lado, alguien puede suponer que puede faltar un producto por condiciones climáticas adversas y por otro lado los productores dicen que hay excedente. Por eso queremos poner todas las cosas a la luz pública, para que el pueblo argentino pueda tener información acerca del precio de cada cosa.
–¿Se está pensando qué herramientas se van a aplicar luego de que concluya el acuerdo de precios?
–La tensión de precios en la Argentina es producto de la puja distributiva y del incremento de la demanda. En ese sentido, hay que pensar que es una tensión derivada de la concentración económica y de precios oligopólicos y monopólicos impuestos por sectores que ostentan una posición dominante. Por eso, democratizar la economía significa propiciar políticas públicas para preservar el poder adquisitivo del salario.
–Eso ya hablaría de un plan a largo plazo, no sólo de un acuerdo de precios.
–Muchos hablan de la inexistencia de un programa económico integral. Esa es la permanente afrenta de la ortodoxia para promover planes de ajuste descomunales. ¿Qué significa tener un programa económico? Significa tener reglas esenciales desde el punto de vista fiscal, monetario y cambiario. La regla fiscal la da el presupuesto aprobado, la reglamentación de ese presupuesto y la asignación de los recursos correspondientes. Lo que nosotros hacemos, que la ortodoxia económica rechaza, es utilizar los elementos que nos permite la Carta Orgánica del Banco Central. Pero nada se dice cómo utilizan estos recursos en otros lugares del mundo, donde dedican parte de la renta obtenida por recursos estratégicos, ejemplo petróleo, que se colocan dentro del presupuesto como recursos cuasifiscales para lograr el equilibrio presupuestario. ¿Existe política fiscal en la Argentina? Claro. El Banco Central publicó el programa monetario el último día hábil del año pasado. Y política cambiaria también: hay una flotación administrada, que puede tener distintos niveles conforme lo que determine la conducción política del Estado. Lo que la ortodoxia y las usinas del neoliberalismo pretenden es desacreditar todo este tipo de herramientas. ¿Por qué publican todo el tiempo la cotización del blue? Es un mercado ilegal que no tiene una cotización transparente, no hay un valor que determine claramente el precio de la oferta y de la demanda. Por ejemplo, la cotización del gramo de cocaína es exactamente lo mismo. Los medios de comunicación podrían publicarlo.
–En algún momento advirtieron sobre la posibilidad de que el Estado asumiera el manejo de las empresas energéticas. ¿Quedaron conformes con las respuestas que recibieron en la reunión que mantuvieron con ellas?
–Vamos a quedar conformes cuando las empresas inviertan lo que se comprometieron y hagan efectivo el plan de contingencia que nos han entregado. La Presidenta tomó la decisión de dejar conformado el ente regulador y este ente es el responsable de la supervisión del plan de inversiones, de evaluar la calidad del servicio y del plan operativo y de contingencia a los efectos de garantizar que existan cuadrillas entrenadas con los recursos adecuados. Eso es lo que tienen que hacer las empresas.
–Hay toda una cuestión acerca de si la Presidenta tiene que hablar o no, si está gobernando como siempre o no. ¿Cómo es el trabajo con ustedes?
–La Presidenta toma decisiones en forma sistemática y diaria, tanto estratégicas como operativas, y está en contacto con cada uno de sus ministros, a quienes instruye órdenes y promueve las acciones correspondientes. Es una persona que está gobernando con plena y absoluta dedicación.
–Scioli planteó la posibilidad de modificar las leyes de Defensa y de Seguridad Interior para que el Ejército profundice su participación en la lucha contra el narcotráfico. ¿Cuál es su posición?
–Es un debate contrario a la Ley de Seguridad Interior. En definitiva, el ámbito de discusión de eso es el Congreso de la Nación. Pero tenemos experiencia como para restringir la participación del Ejército en estas tareas. Lo que hay que pensar es que las fuerzas de seguridad en la Argentina cuentan con 205 mil miembros de fuerzas provinciales y otros cien mil de fuerzas nacionales, además de 150 mil trabajadores registrados abocados a tareas de seguridad, además de los trabajadores no registrados. Por lo tanto, si uno toma sólo los registrados formalmente hoy hay casi 455 mil personas afectadas a seguridad.
La carrera hacia 2015
Todos declaran que para 2015 falta mucho, pero todos los días aparece un nuevo candidato. Ya estaba anotado Daniel Scioli y en los últimos días, Florencio Randazzo y Aníbal Fernández anticiparon su intención de candidatearse. ¿Usted se ve en esa carrera?
–A mí ya me lo habían dicho Aníbal y Florencio. Es cierto que para el 2015 falta poco y mucho a la vez, pero en definitiva nosotros tenemos responsabilidades de gestión. Hay una líder excluyente en este espacio que es la Presidenta de la Nación. Ella aún no ha tomado posición respecto de la metodología para la selección de un candidato. Nosotros tenemos una herramienta, que son las PASO, que pueden ser efectivamente un factor de potenciación del candidato que surja de la voluntad popular. Pero también la Presidenta tiene el derecho de ser una gran electora del espacio para la continuidad institucional del proyecto. Yo siempre repito una frase de Perón cuando decía que la Revolución Rusa tenía cuatro etapas: la toma del poder, que atribuía a Trotsky; la fase doctrinaria que le correspondió a Lenin; la fase dogmática que fue la de Stalin, y la institucional, de Kruschev. Esta etapa del peronismo le corresponde un afianzamiento institucional. En democracia la toma del poder no es revolucionaria sino a través del voto popular. Después, una etapa doctrinaria para plantear objetivos que deben ser aceptados por la mayoría del pueblo, y después una etapa dogmática para fortalecer esos principios. Ahora llega la etapa de carácter institucional, para que estos grandes cambios sean apropiados por la mayoría del pueblo argentino. Eso se logra generando conciencia sobre estos cambios.
La normalización del PJ
En marzo debe regularizarse la situación del PJ y, entre otras cosas, debe designarse a un nuevo titular. ¿Le interesa la presidencia del PJ o, en caso contrario, quién cree que debe ocuparla?
–Es necesarios la normalización. Existen tres alternativas. La intervención de carácter judicial, obviamente no me parece lo correcto. En segundo lugar, la realización de un Congreso a partir del cual se elija una conducción de consenso. O propiciar elecciones internas para elegir una conducción partidaria. De esas tres opciones, creo que quedan las dos últimas. Respecto del perfil de quién debería ejercer esa conducción, yo tenía una opinión formada desde antes de que la Presidenta me asignara esta responsabilidad. La conducción debe quedar para aquellos que tuvieron un resultado electoral favorable en sus distritos, que tenga raigambre y legitimidad política derivada de los votos, y con una concepción del carácter federal que debe tener el Consejo Nacional. El fortalecimiento institucional del PJ es la base de construcción del Frente para la Victoria, que en 2015 deberá buscar la continuidad de este proyecto político para garantizar que lo logrado hasta ahora sea un piso respecto de los desafíos del futuro.
–Dentro de esta normalización del PJ, ¿hay lugar para aquellos dirigentes de origen justicialista que se fueron para conformar otras opciones?
–Hay casos y casos. Siempre hay un espacio para garantizar el retorno a aquellos que tomaron la decisión, equivocada, de alejarse en algún momento. Pero también es necesario advertir que quienes tomaron la decisión de construir por afuera del peronismo van a ratificar ese rumbo. Es el caso de Sergio Massa, que eligió un camino por afuera del PJ
19/01/14 Página|12
LEEMOS EN NESTORNAUTAS
MACRI 2015: ¿CANDIDATURA TESTIMONIAL?
En la imagen de apertura tenés el "seleccionado" legislativo del PRO (incluyendo a Pato Bullrich), rodeando a Mauricio, que otra vez vuelve a prometer que en la próxima, será candidato presidencial.
Lo cierto es que el submarino amarillo macrista acumuló 3 senadores y 20 diputados, o algo por el estilo; después de 10 años de estar en la cancha.
Y 2 de los 3 senadores, son los de la CABA, donde gobierna desde el 2007.
Para tener quórum propio en el Congreso necesitás una bancada de 37 miembros en el Senado (más de 12 veces la que hoy tiene el PRO) y 129 en Diputados (casi 7 veces los que cuenta hoy).
El salto (para que, si Macri es presidente, pueda sacar las leyes que proponga) lo tienen que dar en las elecciones del 2015; cuando se renueva la mitad de Diputados, y un tercio del Senado.
O sea que en números redondos (y suponiendo que no ponga en juego ninguna banca en Diputados) tendría que hacer una elección tal que le permita quedarse con 109 bancas sobre 130 que se pondrán en juego en una Cámara; y 34 sobre 24 que se ponen en juego en la otra, o sea imposible ni sacando el 100 % de los votos, porque además la minoría de cada distrito se queda con un senador, de acuerdo con la Constitución.
Aunque se pueda sostener que incluso el FPV no tiene hoy (sin aliados) quórum propio en las Cámaras, el panorama para el niño Mauricio (más allá de su juvenil entusiasmo, y hasta de algún garrochazo por ahí) parece complicado.
Tanto como para que sostener una eventual candidatura presidencial sea poco más que testimonial.
Publicado por La Corriente Kirchnerista de Santa Fe en 10:00
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