domingo, 12 de enero de 2014

ENTREVISTA AL SENADOR ANIBAL FERNANDEZ

Los saqueos y los alzamientos policiales, los cortes de energía, el supuesto silencio de la Presidenta, el estilo Capitanich, los acuerdos de precios y el 2015. Una recorrida por todos los temas en el estilo Fernández. Por Sebastian Abrevaya Aun estando de vacaciones, el senador Aníbal Fernández no pierde la manía de levantarse temprano. Ni siquiera la mañana siguiente a cumplir 57 años, cuando atendió el llamado de Página/12 en su casa en Cariló, playa donde veranea hace años. Verborrágico y directo como se lo suele escuchar en todas sus intervenciones públicas, el ex jefe de Gabinete lanza casi sobre el final de la entrevista una frase llamativa: “No descarto ser candidato a presidente”, responde al ser consultado sobre su futuro político en 2015. El senador aseguró que la presidenta Cristina Fernández está “absolutamente compenetrada” con el Gobierno y fustigó a los que la critican por su ausencia en las últimas semanas. “Sacá la cuenta de los días que Macri está fuera del país y se dedica a no hacer absolutamente nada. El es el jefe de la Ciudad Autónoma en el exilio”, lanzó. Además, rechazó la iniciativa de creación de policías comunales y la sindicalización de las fuerzas de seguridad, al tiempo que puso en duda la efectividad de los acuerdos de precios y le pegó a Sergio Massa. “No sé si es peronista”, disparó. –Cómo analiza lo que sucedió en diciembre a partir de distintos conflictos como los saqueos... –(Interrumpe). Los saqueos no son un hecho en sí mismo. Son una motivación de alguien que ha tenido el objetivo de generar ese conflicto. Por eso presenté el proyecto para sancionar y sacar definitivamente de la policía o del servicio penitenciario a aquel que se anime a tomar una decisión así. Eso no significa minimizar ni banalizar el reclamo. Digo que tiene que canalizarse por otra vía. Hay que evitar que algunos miembros de la policía tomen esa actitud bochornosa. Y digo algunos, porque sino generalizamos y hacemos daño. La policía de la provincia tiene 60 mil hombres y mujeres, y fueron 500, 600 los que hicieron quilombo. Lo mismo sucedió en la mayoría de las provincias. –El otro conflicto desatado en diciembre fue el de los cortes de luz, que todavía tiene lugares sin una solución. –Tengo cuidado con ese tema. La realidad es que en el universo total de usuarios de luz eléctrica, el porcentaje es muy chiquitito. Ahora, batir el parche basándose en el porcentaje es medio injusto, porque pareciera que uno se mofara de los que se quedaron sin luz, que es un momento indeseable. Yo no tuve luz desde el 24 a las 18 horas hasta el 26 a las 13 horas, por lo cual le toca al que venga. –¿El gobierno nacional hizo la inversión necesaria? –Cuando nosotros nos hacemos cargo del gobierno acompañando a Néstor Kirchner, comenzamos el proceso de unificación del anillado nacional. El primer pico de consumo que se produce en aquel momento fue de 14.730 megas. Yo le pregunté a (Julio) De Vido cuál era el cuco, adónde no debemos llegar nunca, entonces me dijo 18 mil megas. En los últimos tiempos fue de 24 mil megas, 10 mil megas más que cuando nosotros entramos. Eso es un esfuerzo de transporte, pero sobre todo de generación, que está hecho. Falta la inversión en la distribución, por eso nuestra queja tan fuerte en las distribuidoras, que no han acompañado el crecimiento del país. No solamente en términos de producción, sino también en términos de los hogares. Hoy un split es de acceso popular. A Néstor le gustaba mucho ver esa estadística. Y bueno, viejo, entonces tenemos que estar preparados para poder llegar a cada uno de los lugares. Por eso soy muy cuidadoso con aquellos que no tienen servicio. ¿Tienen bronca? Y... tienen razón. Tienen que tener servicio. Ahora no darse cuenta de lo que hizo el gobierno argentino es muy de mala leche. –¿Pero no se controló la falta de inversión de las distribuidoras? –En diez años subió casi el doble el nivel de producción y distribución. Uno puede imaginar que los controles que uno está llevando a la práctica dan resultados, pero se ven realmente cuando estás en la práctica. Eso está demostrando que en algunos lugares hay situaciones que tienen que ser resueltas por las distintas distribuidoras. No es el Gobierno. No es una justificación. Es una mera explicación con muchísimo respeto por el que no tuvo el servicio. –¿Se deberían estatizar? –Es un tema muy delicado. Lo planteé cuando empezó el tema de los cortes. Nuestra discusión era: “Viejo, pónganse las pilas y resuélvanlo. Si no, van a tener sanciones muy duras desde el punto de vista pecuniario”. Si en algún momento hay que sacárselas, se les va a sacar. No podés dejarlas en manos de un tercero que vino a llevarse mucha guita y no le resuelve el problema al usuario. La empresa de servicios públicos que esté pensando que el objetivo es el beneficio y no resolver la problemática no es una empresa que le sirva al Estado. –¿Está de acuerdo con los acuerdos de precios para combatir la inflación? –No sé cuál es el objetivo. No quiero ponerles título a estas cosas porque lo desconozco. No estoy muy seguro de que sean tan potentes o tan criteriosos como para resolver algún tipo de problema determinado. Sí pueden servir circunstancialmente, sobre todo con estacionalidades o situaciones donde te das cuenta de que hay quienes se aprovechan para sacar ventaja de los que más necesitan, pero no soy muy amigo de estas cosas. –¿Las paritarias no se verán influidas por los aumentos que consiguieron las policías? –Hasta ahora debemos llevar más de 3000 Convenciones Colectivas al alza, mejorando las condiciones de trabajo. Es uno de los hechos políticamente más contrastables del gobierno de Cristina respecto de los otros. Todos toman la sopa respecto del poder real que no quiere saber nada con este tipo de situaciones. Lo que no se puede hacer en este caso es alentar a una discusión que lleve el número a un determinado nivel que genere un conflicto y un efecto dominó respecto de los otros gremios. Hay que ser moderado, y eso es lo que entiendo que el Gobierno pide en la discusión paritaria. –¿Apoya la sindicalización de las fuerzas de seguridad? –No. La Argentina se debe una modificación respecto de las fuerzas de seguridad. Y la modificación significa discutir que son fuerzas civiles, más o menos verticales, pero en manos de civiles, como siempre han estado en nuestro gobierno. Tiene que haber en ese marco una reforma que descentralice y garantice la participación de la sociedad de la mejor forma posible. Esa apertura va a permitir en algún momento, a lo mejor, hablar de sindicalización. Pero no en estas condiciones, porque abriría el juego a una tercera persona que tendría a lo mejor más poder que el propio jefe de la fuerza. En este contexto, bajo ningún punto de vista. –También se debate la creación de las policías municipales... –No creo en eso. Es una solución que supuestamente le van a encontrar dándole fuerza al intendente que ante un conflicto severo del distrito no va a tener forma de responder. Es un ensayo de laboratorio que llevado a la práctica puede traer más dolores de cabeza que soluciones. –¿Pero entonces qué otra solución ve en materia de inseguridad? –Seguir insistiendo en medidas que tengan que ver con lo que está necesitando la sociedad en cada uno de los lugares. La idiosincrasia, el espacio geográfico que ocupa, los accesos, la forma de vivir. Muchas cosas tienen que ver, no hay una solución enlatada que les sirve a todos. –Julián Domínguez habló de trasladar la capital al norte, ¿qué piensa? –No sé ni a qué se refiere, no tengo ni idea. ¿La Argentina no tiene quilombos que resolver para trabajar sobre semejante tema? Me gustaría conocer un poquito más para tener alguna opinión, porque lo que dice así porque sí me parece innecesario, pero a lo mejor si lo escuchara con algún criterio por ahí la cosa caminaría. –Dirigentes de la oposición y algunos medios de comunicación advierten que la Presidenta está sola o que se alejó del Gobierno... (Interrumpe.) Es una idiotez. Los mismos que dicen que Cristina está sola son los que no quieren hablar del procesamiento de los que generaron el megacanje. Se hacen todos los boludos y no dicen nada de aquel latrocinio que le hicieron a la sociedad de 60 mil millones de dólares. La Presidenta tuvo una dolencia física conocida por todos, fue intervenida quirúrgicamente, se recuperó, volvió al Gobierno con el cuidado del caso y cuando se tuvo que tomar vacaciones se tomó unas vacaciones en la casa. Un montón de tarambanas que existen en este país salieron a tocar el pito: “Está en El Calafate”. ¡Vive en El Calafate, gil! Está en su casa. ¿Cuántas veces te quedaste vos de vacaciones en tu casa? Nunca. ¿Dónde estaba? En la casa, reponiéndose. Tener que dar explicaciones por eso es medio tarado. La verdad es que esta Argentina está plagada de bobos que ese tipo de cosas los ponen contentos. –Pero es cierto que Cristina hasta ahora estaba muy presente en el día a día de la gestión... –¿Y vos creés que Cristina no estuvo presente? No la conocés a Cristina. Hablará por las vías que corresponda con quien corresponda. Yo he hablado en reiteradas oportunidades, me ha llamado ella por un montón de razones. Seguía absolutamente compenetrada con la situación nacional, simplemente que reponiéndose de su intervención tenía que tomar unos días de descanso, que no tomó nunca, jamás. Desde el 25 de Mayo en que Néstor asumió, jamás tomó vacaciones ninguno de los dos. Sacá la cuenta de los días que Macri está fuera del país y se dedica a no hacer absolutamente nada. Él es el jefe de la Ciudad Autónoma en el exilio. –¿Cómo ve la situación de Capitanich teniendo en cuenta que tuvo que corregir algunas de sus afirmaciones en su contacto diario con la prensa? Cuando se elige un jefe de Gabinete, se lo elige con su impronta. Después, las decisiones las toma el presidente de la Nación. En este caso Cristina. Ella es la que baja la línea. Trajo a un gobernador que desde que ganó en el Chaco no perdió nunca más. Un contador formado en economía, con un montón de cualidades para participar de lo que se le está exigiendo. Con esta vocación de estar en contacto para tener informados, cosa que se reclamaba, a veces la celeridad del tema hace que por ahí vayas un poquito más rápido que lo que está sucediendo, pero estamos hablando de políticas públicas, nada es tan clavado para decir que no se mueve más. –Se renovaron autoridades en el PJ bonaerense y algunos señalaban que usted no tuvo representación en la nueva conducción... –Nunca tuve interés de estar en el partido. No creo en el partido. Para mí, ligado al pensamiento de Juan Perón, el partido es una herramienta electoral y punto. Soy un hombre formado, hecho y recontra hecho, en el movimiento nacional. Cuando fui al partido como consejero de la Tercera Sección Electoral fue porque me lo pidió Balestrini para que lo acompañara. No tenía ningún interés ni moví un dedo para participar. No fui a votar ni ninguna cosa de esas. No me interesa el partido. –Martín Insaurralde dijo que le gustaría ser candidato a gobernador en 2015. ¿Qué le parece? –En este mundo todos tienen derecho a pretender lo que se le antoje. Insaurralde o quien sea. Que diga lo que quiera y, si le da el cuero, que se presente y compita en las primarias y se terminó. La herramienta de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, muy fustigadas por la oposición, han sido inteligentemente utilizadas ahora por la oposición y recontra aplaudidas. Tan cierto es que hoy (Pino) Solanas está sentado en el Senado por el buen uso de esa política. Ingresó por un conjunto de pensamiento político que no se parece ni por casualidad. Son las reglas del juego de esta propuesta política. El que tenga ganas que se presente y que dé la discusión adentro. El que gana, gana, y el otro acompaña y se terminó el conflicto. –Con esa idea, Massa, que se define peronista, ¿no debería competir en las PASO con el candidato del FpV? –Yo no me ocupo de la oposición pero... primer tema: no sé si (Massa) es peronista. La tercera en la lista es Mirta Tundis, que no sabe cuándo es nunca. Pobre mujer, la puso (Héctor) Magnetto con el dedo. Cuarto es Felipe Solá, otro que no sabe cuándo es nunca, pero que habiendo entrado siete veces a la Rural en el Cadillac con Menem, votó en contra de mejorar los derechos de los trabajadores rurales. Quinto (José) De Mendiguren, que nos hablaba a los peronistas de los derechos de los trabajadores y cuando vendió Coniglio se cagó en todos los trabajadores. Séptimo es Adrián Pérez, que no votó ni la movilidad jubilatoria. Tres diputados de Macri... ¿de qué peronismo me estás hablando? ¿Esa es la lista con la que tengo que confrontar internamente? Que hagan lo que quieran, que compitan por donde quieran y nosotros haremos lo propio por el Frente para la Victoria. –¿Y usted adónde se ve en 2015? –Participando con algún compañero al que le den muy bien las cosas para competir con cua-lquier fuerza que se ponga enfrente o presentándome como candidato en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. No descarto ninguna de las dos cosas. –¿Se presentaría como candidato a presidente o a gobernador bonaerense? –A presidente. No lo descarto. De última, es más volumen político y más consolidación del candidato si a mí no me fuera bien. Nunca perjudicaría, al contrario.

La edad dorada y el barrio

Avirán miente. Evocaciones de los tiempos en que convivía con el menemismo. Los nostálgicos de una era dorada que por ahí no existió. Relaciones carnales. De cuando el país era un aguantadero de genocidas. Otro paradigma desde 2003, audacia y sensatez. La dialéctica, que siempre existe. Y algunos apuntes más. Por Mario Wainfeld Las declaraciones del ex embajador israelí en Argentina Itzhak Avirán no tienen desperdicio ni redención posible. El hombre afirmó, ahora y recién ahora, que el Estado israelí se encargó de mandar al otro mundo a la mayoría de los responsables del atentado a la AMIA. Se desató el escándalo, el gobierno de su país lo desmintió y lo descalificó, difícilmente Avirán agregue más datos. Para empezar solamente, el ex embajador mintió alguna vez. O lo hace hoy día, al revelar tamaña primicia, o lo hizo en su momento cuando afectaba interesarse con las investigaciones judiciales locales y cooperar con ellas. La versión es extraña aunque no se formula por primera vez, no “cierra” del todo. Pero tendría una virtud residual que sería explicar por qué Israel cooperó y se comprometió tan poco con la pesquisa. Porque, entrando a lo que interesa a los fines de esta nota, el entonces embajador fue plenamente armonioso con la política del gobierno menemista, con el que se llevó de parabienes. Otro tanto sucedía con la mayor parte de las autoridades de la AMIA y de la DAIA, en particular el presidente de ésta, Rubén Beraja. Lo que les valió en el acto conmemorativo del atentado a la AMIA de 1997 que la mayoría de los asistentes le dieran la espalda a Beraja durante un discurso que encubría al gobierno que, manifiestamente, trababa las investigaciones. Desde la designación del juez federal Juan José Galeano en adelante, ésa fue su praxis. Suele ligarse a la política exterior del menemismo y a la de Alianza con la sumisión a Estados Unidos y a los organismos internacionales de crédito. En trazo grueso está bien, a condición de asumir que en muchos otros aspectos también era penosa, en consonancia. El buen trato con Avirán era, bien mirado, un modo de complicidad respecto del más brutal atentado terrorista internacional padecido por nuestra sociedad. Más o menos por la misma época, el presidente Carlos Menem vivía a partir un confite con el embajador norteamericano James Cheek. Este era un personaje pintoresco, más dicharachero que el hosco Avirán, un menemista avant la page: amaba el fútbol, era hincha de San Lorenzo, bromeaba con más onda que gracia. Lobbista avispado de las empresas de su país, se movía como pez en el agua y pescaba de lo lindo. Una anécdota lo hizo célebre: su tortuga se extravió en el verdor de una estancia argentina. Se contó que la buscaron la SIDE, la CIA y el FBI. El quelonio apareció y el embajador le otorgó el crédito a la SIDE, que comandaba Hugo Anzorreguy. Era un mimo poco verosímil, una nimia prueba de amor: el rol del Señor Cinco era armar el fuero federal, encubrir delitos varios, fraternizar ecuménicamente con cuadros setentistas y con líderes corporativos foráneos. El mérito de la tortuga prófuga fue inspirar una de tantas frases geniales de Diego Maradona. - - - De carne éramos: La Argentina había entrado al mundo, se decía. El Canciller Guido Di Tella acuñó una frase precisa e inolvidable para definir el modo: relaciones carnales. “Guido” era un peronista peculiar, como suele pasar en su familia. Su sucesor, el radical Adalberto Rodríguez Giavarini, resultó menos histriónico y humanista, más espartano en el estilo pero compartían el credo esencial. Cuando se critica al kirchnerismo, una postura válida entre tantas, se suele caer en la evocación de una supuesta edad dorada que lo precedió. Atravesamos, se porfía, el peor trance de la historia reciente, mucho se ha retrocedido. El autor de esta columna, supone, se perdió un tramo de ese relato: esa etapa superior y previa. Tal parece que antaño se discutía a fondo la Coparticipación, el Congreso era un Agora participativo donde primaban los proyectos presentados por la oposición, “la Justicia” funcionaba de rechupete. Los presupuestos nacionales se debatían profundamente y se aprobaban en tiempo y forma con las enmiendas sugeridas por los adversarios del gobierno. Las jubilaciones eran fastuosas. Las convenciones colectivas de trabajo llegaban a acuerdos que batían a la inflación. Y así. La memoria del cronista sugiere otro contexto, que no redime los errores y carencias del gobierno actual, pero que es necesario para no caer en anacronismos banales. Lo que antecedió al kirchnerismo no fue, “apenas”, la crisis del 2001. Fue una larga década de neoliberalismo, relaciones carnales, sujeción al Fondo Monetario Internacional (FMI). Y que tampoco resaltó tanto en materia institucional. La convertibilidad fue una decisión autóctona que dejó al Estado sin política monetaria para maniatar rápidamente a la política económica y luego a la política en general. El presidente Carlos Menem y el ministro Domingo Cavallo lo hicieron, los partidos dominantes se plegaron. Era un disparate (¿un cepo?) suicida desde el vamos, que tenía un costado fatuo. Exacerbada la dependencia se fantaseaba que un peso podría equivaler a un dólar, de acá a la eternidad. En su formidable libro Dudoso Noriega, Juan Sasturain se permite una ironía garbosa: era enamorarse de un empate. No hay modo más piadoso de decirlo. En el mismo lodo, toda manoseada, caía la política de derechos humanos, sobre todo desde que irrumpió el juez español Baltasar Garzón. - - - La celeste y blanca: Faltaba sentido nacional en todas las políticas macro, pero el surgimiento de un juez pionero suscitó ataques de chauvinismo berreta o compensatorio. Los gobiernos de la década noventista se envolvieron en la bandera celeste y blanca para defender su tosca versión de la soberanía: las leyes de la impunidad y los indultos. Como Garzón avanzó con las causas y comenzó a pedir extradiciones, un raído patriotismo se los negaba. Desde cuando el magistrado detuvo al dictador y por entonces senador vitalicio chileno Augusto Pinochet y al represor argentino Adolfo Scilingo, el territorio nacional se transformó en el aguantadero de los terroristas de Estado. No podían salir de sus fronteras, por temor a ser pillados por el juez inclaudicable. Todo en nombre de nobles principios del derecho internacional que por aquel entonces eran innovaciones, aunque tomadas de las mejores tradiciones jurídicas internacionales. Hoy día son moneda corriente en el mundo. Administraciones nativas plenas de abogados se opusieron a esa vertiente del progreso mientras seguían felices endeudándose y malvendiendo el patrimonio público. La política exterior era también regresiva en ese aspecto, menos evocado que el económico, aunque no menos deplorable. El presidente Néstor Kirchner cortó un nudo gordiano cuando recibió el primer pedido de extradición de Garzón. Estaba en el avión presidencial y proclamó que lo concedería, si los sospechosos de crímenes de lesa humanidad no eran juzgados acá. Tomó de sorpresa a los integrantes de su mismo Gabinete. Cumplió, según se pudo ver. Ahora dicen que esa movida era sencilla, que estaba al alcance de la mano. Ni el gobierno conservador popular de Menem ni el sedicente “progresista” de Fernando de la Rúa se percataron de la oportunidad. - - - Cuba libre y sorpresismo: De la Rúa y Rodríguez Giavarini resolvieron votar contra Cuba en las Naciones Unidas, contrariando la tradición radical que había honrado Raúl Alfonsín, siendo presidente. Anoticiaron al Gabinete en una reunión, varios ministros cuestionaron, entre ellos Federico Storani y Ricardo Gil Lavedra. El canciller defendió la movida mientras el presidente, fiel a sí mismo, callaba. En algún momento debió bancar a su ministro: no conformó a los críticos. Rodríguez Giavarini, contra las cuerdas, se valió de un argumento difícil de rechazar: “eso se está votando”. La información llegó tarde, así funcionaban las reuniones de gabinete en la era dorada. Alfonsín, que ahora está merecidamente en el bronce, ni siquiera había sido informado con antelación: se quejó ácidamente ante ministros de su confianza pero no se expidió en público. Eran los tiempos de la república. Poco menos de un año después, los correligionarios se enterarían por tevé del plan económico del flamante ministro Ricardo López Murphy: tampoco hubo palique previo en plenario. Nobleza obliga: algunos de los soslayados renunciaron porque no bancaban los ajustes, en especial los que recortaban ingresos al sistema educativo en general y a las universidades en particular. En aquel entonces se achicaban las partidas, lo que (cabe imaginar) redundaba en la mejora de la calidad educativa. - - - Mirar al vecindario: El abandono de belicistas “hipótesis de conflicto” con países limítrofes es un logro secuencial de todos los gobiernos populares ulteriores a 1983. Alfonsín marcó hitos en ese sentido, incluyendo a la consulta por el Canal de Beagle. Menem, uno de los contados peronistas que adhirió a la valorable iniciativa, reformuló al Mercosur como un acuerdo de mercaderes, obrando a tono con las tendencias de la época pero fue también pacifista. En el siglo XXI la integración de América del Sur pega un salto cualitativo aunque insuficiente: es instrumento y objetivo compartido. El comercio internacional de la Argentina es el más diversificado de su zigzagueante historia. Se podrá aducir que está impuesto por las circunstancias, en buena medida podrá ser real. Pero hubo muchas decisiones políticas durante los gobiernos kirchneristas. Verosímilmente muchos de sus adversarios hubieran optado por otro rumbo. En la reunión que citamos en el párrafo anterior, Rodríguez Giavarini alertaba contra el alineamiento incondicional con (detrás de) Brasil mientras no le hacía ascos al seguidismo respecto de Estados Unidos y los organismos internacionales. Cuando De la Rúa renunció, consideró adecuado llamar al titular del FMI, Horst Köhler, para avisarle y disculparse. El gesto no se repitió con los manifestantes que eran apaleados y baleados en las cercanías de la Plaza de Mayo. Otro, por designio y por suerte, fue el criterio que primó desde 2003. La alianza estratégica con Brasil no tiene precedentes históricos. El rechazo al ALCA en la Cumbre de Mar del Plata, el desendeudamiento simultáneo con el FMI, acciones conjuntas para facilitar procesos democráticos o preservar a gobiernos legítimos frente a intentonas golpistas se hicieron moneda corriente. Venezuela, Ecuador y Bolivia fueron movidas exitosas en las que Argentina y Brasil actuaron de consuno. Los mandatarios a quienes se quiso cerrar el paso o derrocar siguen vigentes. En Paraguay y Honduras la presión de los países hermanos la acción colectiva no bastó. La “diplomacia presidencial” es dinámica y bastante eficaz. Depende, claro, del consenso entre mandatarios porque su armazón institucional (en especial la Unasur) es muy precaria, casi inexistente. La clave es la relativa armonía entre presidentes de países diversos con ideologías variopintas pero en general más progresistas que sus alternativas más votadas. No son idénticos, como no lo son sus “patrias chicas”, pero se reconocen como los mejores interlocutores posibles dentro de lo que hay. Esa fuerza puede incubar un riesgo que es padecer al vaivén de eventuales alternancias políticas. El interregno de la derecha de Sebastián Piñera en Chile no movió el tablero, tal vez porque ese país está entre los menos comprometidos en la integración. De cualquier modo, las afinidades pesan. El cronista supone que no habrá mejor sintonía para el conflicto entre Chile y Bolivia que la presencia conjunta de los presidentes Michelle Bachelet y Evo Morales. Ella fue reelecta, él es favorito para lograrlo en octubre. En todo caso, lo que no arrimen ellos no lo hará nadie. Otro tanto puede decirse, en términos más nostálgicos, del conflicto entre Argentina y Uruguay por las papeleras. La coincidencia en el poder de los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y José Mujica fue un bálsamo para el peor entripado de la política internacional argentina en la década. Ambos se retirarán tras las próximas elecciones, habrá que ver cómo se suplen. - - - Acá y en otras comarcas: La gobernabilidad, la coexistencia de gobiernos populares y relativamente exitosos, la paz son bastiones de América del Sur. La política es, en estos pagos, más rica que en el resto del mundo. No se ha acabado con las dificultades, la desigualdad sigue siendo una característica dominante. La cohabitación entre sistemas democráticos y capitalismo es una charada siempre, una contradicción permanente: lo explica lujosamente una columna de Boaventura de Sousa Santos publicada en este medio días atrás. Los gobiernos revalidan en promedio sus títulos, mientras en Europa caen en el descrédito con velocidad, excepción hecha de Alemania, la locomotora que sigue al frente. Todos los de este Sur, aún los plebiscitados, deben hacerse cargo de viejos reclamos insatisfechos o de nuevas demandas. Un factor común, entre tantos, es el reclamo masivo por mejores servicios públicos. En Chile, la juventud colmó las calles pidiendo reformas sustanciales en el sistema educativo. Bachelet reingresará a La Moneda con una nueva coalición y promesas de reformas constitucionales, sociales, fiscales y políticas. En buena medida, es poner fin a las normas “amarradas” desde la dictadura. En Brasil las protestas por el transporte y el manejo de los recursos públicos pusieron en vilo a la presidenta Dilma Rousseff que parece haber recobrado la hegemonía política. En Argentina el transporte, la educación, la inseguridad, la inflación son reclamos recurrentes a un gobierno que ha subido mucho el piso compartido pero que enfrenta amesetamiento y “fatiga” de las principales variables del “modelo”. - - - Varas para medir: La comparación con el centro del mundo, estancado en general, debe usarse con prudencia. A excepción de los eslabones más débiles de la cadena (Grecia, por ejemplo), las naciones de la Unión Europea están en decadencia... pero caen de muy alto en términos relativos. Todavía hay lazos intrafamiliares, seguros de desempleo, jubilaciones muy extendidas y no patéticas para poblaciones muy avejentadas. El PBI per cápita y el tejido de servicios públicos de varios países en crisis serían avances para muchos de los de este Sur. También hay que valorar lo que se construye y a menudo se ignora o subestima. La Argentina, en simetría con su mejor tradición, no sólo pontifica sobre la integración: es asimismo un país de acogida para los ciudadanos de países vecinos. Hay discriminaciones en la vida cotidiana y hasta racismo enquistado pero la legislación es amigable al máximo y tutela a la inmigración. En el ideario público (no aceptado por toda la sociedad civil y, por ende, más avanzado que ella) y en las normas, la migración es un derecho humano básico, que no debe ser restringido. En el Viejo Mundo, es muy otro el criterio imperante. Se trata de un derecho relativo, sujeto a intensas y crecientes regulaciones o prohibiciones. Se distingue, con severidad impiadosa, entre migraciones legales e ilegales... se corre casi cotidianamente la frontera entre ambas, adivinen para qué lado. Lampedusa es un ejemplo extremo de la política europea pero no una consecuencia exótica o contra natura. - - - Sensatez y sentimientos: Acá cerca y hace tiempo, cuando Avirán convivía gozosamente con Menem, la causa AMIA daba vergüenza. Un sector hegemónico del Poder Judicial, empezando por la Corte Suprema, daba vergüenza. Eso sí, no existía un agrupamiento como Justicia Legítima que discutía a cielo abierto las carencias de ese estamento del Estado. Su surgimiento es una consecuencia cultural de la etapa, como tantas otras. Los entreveros pueden subir de tono, son mejores que el silencio o las reyertas palaciegas. Volvamos al principio de este artículo y a su núcleo. El memorando con Irán, que suscitó la “confesión” del ex embajador israelí, es polémico y su futuro es incierto. Tal vez el Gobierno peca de voluntarismo en querer revelar una verdad que se tapó en el momento oportuno. Pero nadie puede decir que se desactivó una causa que iba a develar algo: los mamotretos languidecían, más cercanos a la telaraña que a una sentencia acertada. En cuanto a la política exterior, en general: el kirchnerismo “leyó” un estadio histórico propicio y decidió construirla con eje en el barrio propio. Ahí donde las economías crecen, la redistribución del ingreso avanza, los presidentes relegitimados son la regla. Acá donde, como consecuencia de los reformistas vaivenes del voto y no de la pólvora, coexisten tres mujeres con mandato popular, un presidente indígena, un gran líder regional que era obrero metalúrgico y no había terminado la primaria. Entre ellos mismos hay dos militantes de izquierda que tomaron las armas contra las dictaduras de sus países. Argentina es pilar del incipiente sistema de relaciones de esa región, que es la propia y donde da gusto vivir. Es una opción que combina audacia y sentido común (algo que las derechas nativas no les reconocen a los oficialismos populares). En nuestro país, la estabilidad y la persistencia han trazado un surco, que el mainstream mediático ni siquiera nota. Los debates son más rigurosos, la agenda más sofisticada. Los números, en promedio, son más afinados que apenas ayer. Eso hace aún más imperdonable el desquicio que un gobierno estatista cometió en el Indec. Todo tiene sus contradicciones, sus claroscuros, sus retrocesos a reparar. De eso se trata, creemos. Alfredo Zaiat apunta en su nota de ayer en Página/12 que en economía no existen situaciones de equilibrio prolongado. En política tampoco, añade este escriba. Todo estadio genera desequilibrios, tensiones dialécticas, problemas nuevos, situaciones de-safiantes. De cualquier forma hay mejores y peores tránsitos, estadios más propicios que otros. Los retos siempre llegan, estancarse es peligroso. La política es así, muy distinta a la calma de los cementerios o la tersura de los sistemas teóricos. El cronista, que ya tiene sus años, intuye que algo similar pasa con la vida. mwainfeld@pagina12.com.ar

AVANZA EL PLAN PRIVADO DE ACUERDO CON LOS BUITRES

Los fondos Gramercy y Fintech ya tienen el estudio de abogados y en los próximos días presentan los dos bancos europeos encargados de organizar la operación con los fondos buitre. El Gobierno está a la expectativa. Por Tomás Lukin Si la Corte Suprema de Estados Unidos convalidara el fallo dictado a imagen y semejanza del reclamo buitre, obligando al país a incumplir sus pagos (default técnico) con el 92,4 por ciento de los bonistas que ingresaron al canje, todos perderían. Los buitres no cobrarían la sentencia, los tenedores de bonos reestructurados dejarían de recibir sus pagos en tiempo y forma, y Argentina enfrentaría una situación de crisis financiera aun cuando garantiza el pago de esos pasivos con las reservas. El eventual triunfo judicial de los fondos buitre en la disputa contra Argentina no representaría necesariamente para ellos una victoria económica. Esto es lo que piensa un grupo de grandes fondos internacionales encabezados por Gramercy y Fintech, y por ese motivo elaboraron una propuesta para que el universo de buitres ingrese al canje de deuda y desistan de sus demandas contra Argentina. Plan que, según pudo averiguar Página/12, está bastante avanzado, tanto que en los próximos días se conocerán los dos bancos internacionales organizadores. Mientras, el equipo económico se prepara para presentar a mediados de febrero el pedido de revisión del polémico fallo al máximo tribunal estadounidense. La solución que proponen Gramercy y Fintech para las diferentes facciones de acreedores contempla la cesión de una parte del rendimiento de los bonos reestructurados que cobrarían entre 2014 y 2018 a los buitres, con un escenario base de 1500 millones de dólares. Con ese incentivo monetario, esperan que todos los fondos litigantes ingresen al canje. Los actores involucrados reconocen que se trata de una apuesta audaz, novedosa y de difícil implementación. En los próximos días, la iniciativa de los inversores institucionales internacionales que tienen gran parte de la deuda reestructurada comenzará a tomar forma cuando se presente a los dos bancos europeos que intermediarán en la operación entre privados. Esas instituciones financieras se sumarán al estudio de abogados Linklaters, que fue contratado el mes pasado por los bonistas. Esta firma ya intervino en el canje de 2010. La confirmación del fallo en la disputa legal, política y económica impulsada por los buitres obliga al país a realizar un pago en efectivo por 1330 millones de dólares y condiciona a las entidades (la principal, Bank of New York) encargadas de cursar la cancelación de los vencimientos con el 92,4 por ciento de los acreedores que ingresaron al canje a la ejecución de la sentencia. El gobierno argentino rechaza esa forzada interpretación de las cláusulas de tratamiento igualitario –pari passu– de los bonos locales. Como alternativa propuso a los buitres que ingresen a un nuevo canje de deuda, una oferta que ya fue rechazada en dos oportunidades. Con la victoria legal de los fondos buitre NML Elliot y Dart, encabezados por Paul Singer y Kenneth Dart, los grandes fondos internacionales que concentran los bonos locales como Gramercy y Fintech perderían mucho dinero. La cotización de sus tenencias se desplomaría y además dejarían de cobrar los intereses, puesto que poseen papeles de deuda con legislación Nueva York. En el mercado, los bonos argentinos que tienen esos fondos valen alrededor de 78 dólares y si se impone el reclamo buitre podrían caer hasta 40 dólares. En cambio, si se llegara a una solución de mercado subirían hasta 100 dólares. La atractiva recuperación en el precio limitaría la magnitud del esfuerzo de otorgar a los buitres alrededor de 1500 millones de dólares en intereses futuros. Por eso, para Robert Koenigsberger (Gramercy) y David Martínez (Fintech) ceder parte de su flujo de ingresos para seguir cobrando, es una alternativa viable, además de rentable. Y, suficientemente atractiva para que los buitres ingresen al canje. Como adquirieron sus bonos a precio de remate, la solución entre acreedores redundará en una abultada ganancia especulativa para los buitres. Ceder una porción de los intereses para atraer a todos los buitres al canje no es un proceso sencillo ya que requiere un elevado grado de adhesión. La cláusula de acción colectiva (CAC) incorporada en la reestructuración de la deuda le permite al emisor y a los acreedores modificar las condiciones de pago de los bonos –lugar, fechas, agente de pago, tasas o legislación– siempre y cuando logren un nivel mínimo de adhesión que fuerce la participación de todos los tenedores de bonos. Para conseguir que todos entreguen una porción de los intereses se necesita el visto bueno del 75 por ciento de cada serie de bonos –Par, Descuento, Global– o el 85 por ciento del total (con un mínimo del 66 por ciento sobre cada emisión). Si se alcanzaran esos niveles, algo que ya habrían logrado los impulsores de la propuesta, se gatillarían las CAC y el resto de los bonistas pasan a estar obligados a aceptar las modificaciones. Junto con el visto bueno de sus pares, requerirán el consentimiento del emisor, o sea de Argentina. Hasta ahora el Gobierno no se involucró en la operatoria promovida por Gramercy y Fintech –dos fondos que tienen una larga historia con el Poder Ejecutivo–, pero sí decidió no avanzar en la apertura formal del tercer canje de deuda, a la espera que se materialice la iniciativa. La propuesta, que tomará forma en las próximas semanas, tiene una ventana de negociación reducida: hasta que la Corte Suprema de Estados Unidos se exprese. En febrero, Argentina deberá presentar su pedido de revisión –writ a certioriari– y, en el peor de los escenarios donde el máximo tribunal descarte rápidamente evaluar el caso, el proceso concluirá en junio, o como mucho se puede llegar a extender durante un año. Si la operación es exitosa, Argentina cerrará el capítulo del default con acreedores privados. En paralelo, el Ministerio de Economía y la Unidad de Reestructuración de Deuda están reactivando las negociaciones con el Club de París para alcanzar un acuerdo que permita poner fin a la cesación de pagos con esos países. Todavía no está cerrada, pero la propuesta que impulsa el equipo económico no insumiría divisas, contempla una quita y el pago se realizaría en bonos, una dinámica similar a la alcanzada con las cinco empresas que tenían sentencias definitivas en el tribunal arbitral del Banco Mundial, Ciadi.

LA CRISIS ELECTRICA Y EL ROL DE LAS EMPRESAS PRIVADAS

La distribución eléctrica volvió a ser el detonante del sistema ante la ola de calor. Concesionarias que no se hacen cargo. El Estado vuelve a hacer las inversiones. Contradicciones insalvables entre lucro privado y servicio público. Por Raúl Dellatorre Otra vez la llegada de los días de intenso calor en el área metropolitana hizo colapsar el sistema de distribución eléctrica pobremente atendido por dos concesionarias que no dejan de quejarse porque dicen no tener recursos para hacer las inversiones necesarias. Otra vez, las respuestas de estas mismas empresas, ante la emergencia, llegaron tarde y mal, con interrupciones que se prolongan mucho más allá del fin de la ola de calor y ausencia de explicaciones o previsiones precisas sobre cómo y cuándo llegarán las respuestas. Otra vez, las sanciones del Gobierno y la imposición de obligaciones de reparación económica a los usuarios afectados que no alcanzan a cerrar las heridas abiertas. Y otra vez, el Estado saliendo a hacerse cargo, ya en la instancia final y sin que funcionaran previamente ninguno de los mecanismos previstos, de la ejecución de las obras de instalación de un nuevo cableado en media y baja tensión, tendido de nuevas redes, reparación de estaciones transformadoras o sustitución por nuevas, repotenciación de centros de transformación. ¿Alcanzará todo ello para poner el sistema eléctrico en condiciones, siendo operado por las mismas concesionarias que en el último año han dejado de pagar hasta la factura por generación eléctrica que reciben de Cammesa? ¿Será todo este esfuerzo suficiente para afrontar futuros picos de demanda, posiblemente en niveles de consumo y equipamiento de los hogares un par de escalones más altos que los actuales? ¿Será este mismo sistema de concesión del servicio, heredado de la década menemista y emparchado varias veces, el que pueda dar respuesta a tantos interrogantes? ¿No hay experiencias válidas, dentro y fuera del país, para buscar otro tipo de respuestas o complementarlas con las que el Gobierno adopta, a falta de actitud positiva de las empresas? El planteo de la cuestión eléctrica se nutre más de interrogantes que de respuestas. Pero eligiendo las preguntas de forma tal que permitan orientar la búsqueda de las respuestas. El anuncio del viernes último del ministro de Planificación, asumiendo la responsabilidad de ejecutar obras por 3950 millones de pesos en el sistema de distribución de la Ciudad Autónoma y el Gran Buenos Aires es una resolución “por default”: como no lo hace el privado, lo hará el Estado. Podría haberse elegido un atajo, asumiendo el Estado la ejecución anticipadamente, advirtiendo que las concesionarias no lo iban a hacer. No tienen la decisión ni la voluntad para ello. Tampoco se las ve predispuestas a tomar el personal que deberían contratar para aumentar las cuadrillas trabajando en la calle en un 20 por ciento, como el viernes les reclamó Julio De Vido. Ya ni levantan el teléfono para atender a los usuarios reclamando por la falta de servicio. De lo que ya quedan pocas dudas es de la necesidad de un Estado más presente. El anuncio de las inversiones del viernes es un paso en tal sentido. Falta ver quién o quiénes serán los socios de ese Estado: quién operará el servicio. La continuidad o no de Edenor o Edesur es un debate abierto, en el que ni la voluntad de las propias empresas está suficientemente clara (¿quieren seguir, realmente?). Su rol futuro no se define en función de lo que se resuelva respecto de la tarifa, la retribución como distribuidoras, el subsidio a los usuarios, segmentado o no. Esas son cuestiones que deberán discutirse o resolverse más allá de lo que se decida hacer con los actuales concesionarios (ver comentarios de Marcos Rebasa al respecto). En materia de prestación del servicio, el funcionamiento de más de seiscientas zonas en el país atendidas por cooperativas eléctricas brinda una experiencia a la que habría que prestarle mayor atención. Hay un eje central que recorre el núcleo de la debilidad de las privatizaciones pergeñadas por el menemismo: la contradicción entre prestar un servicio público básico, vital y, por lo tanto, necesariamente universal y económico, y el fin de lucro de una empresa privada que lo presta y querrá que le resulte rentable. Ariel Guarco, de Cooperar, presentaba un ejemplo válido. “A la entrada de Coronel Pringles, la cooperativa tiene dos estaciones transformadoras instaladas. Con una funcionando al 60 por ciento se atiende el suministro, la otra está de reserva.” ¿Ineficiencia o seguridad para tener un servicio de calidad? En Buenos Aires, hace cinco o seis años un experto con experiencia en el sector privado planteaba que para atender un crecimiento promedio del 5 por ciento anual de la demanda había que hacer una inversión de cierta magnitud porque el sistema ya estaba funcionando al límite. Pero para atender los picos de demanda, la inversión necesaria se triplicaba. “¿Qué empresario privado va a triplicar la inversión para utilizar dos tercios de la misma cinco días y tenerla ociosa el resto del año? Si la inversión es de 300, va a hacer la de 100 y aguantarse los insultos de los clientes durante cinco días al año, pero ahorrándose 200”, reflexionaba en estricto off. Para algunos, una decisión empresaria “sana”, pero difícilmente compatible con el interés público.

ECONOMIA › LAS PROYECCIONES MONETARIA, FINANCIERA, CREDITICIA Y CAMBIARIA DEL BANCO CENTRAL PARA ESTE AÑO

El Banco Central estima para el 2014 una menor tasa de inflación, crecimiento del PBI, aumento del superávit comercial, bajo desempleo, una cosecha de 110 millones de toneladas, más créditos y más inversiones, emisión controlada, sumar reservas internacionales y mantener la política de administración del tipo de cambio rechazando la opción de una fuerte devaluación. Por Alfredo Zaiat Las autoridades del Banco Central esperan para este año que la tasa de inflación sea menor que la del 2013, sin precisar una cifra, a partir de los acuerdos de precios, una mayor oferta de bienes por más inversión privada que servirá para acompañar la prevista alza de la demanda, y por una leve caída estimada de los precios internacionales de las materias primas. Las proyecciones económicas 2014 del Banco Central también incluyen la ratificación del control de la cotización del dólar mediante la política de administración del tipo de cambio, el aumento de reservas, una cosecha agrícola de casi 110 millones de toneladas, un bajo desempleo, crecimiento del PBI y un alza del superávit comercial hasta los 10 mil millones de dólares. La autoridad monetaria ordenó esta performance económica en un contexto internacional que dice seguirá siendo inestable. Como se sabe, la economía no es una ciencia que ofrezca elementos para pronosticar el futuro, pero los oficiales sirven para al menos amortiguar lo que ofrecen los privados y tener así un marco relativamente equilibrado. Las consultoras de la city difunden pronósticos 2014 sin importar que desde hace varios años han acumulado muchos más fallidos que aciertos. En general, son pesimistas. El elenco estable de economistas del establishment junto a un grupo de seguidores importante en distintos medios repiquetea diariamente acerca de los riesgos que acechan, en prolija y persistente construcción de la economía del miedo. El Gobierno intenta en forma desordenada contrarrestar esa corriente de expectativas negativas. Una estrategia más efectiva podría ser si el ministro de Economía comunicara sintéticamente una y otra vez cuáles son sus principales objetivos, cursos de acción de la gestión y perspectivas de la situación local e internacional estimadas para este año. Como la economía es un espacio de tensión permanente, precisar la hoja de ruta colabora en la comprensión de la política oficial, para luego acordar o disentir, pero con más rigurosidad analítica que los deseos, inconfensables los de algunos. El reciente documento del Banco Central “Objetivos y planes respecto del desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria para el año 2014” ofrece un marco global para conocer las líneas rectoras de la política oficial. El informe del Banco Central es una obligación que emana del artículo 42 de la Carta Orgánica, que establece el deber de publicarlo antes del inicio de cada ejercicio anual. Recorre todos los temas dominantes de la agenda económica. Para este artículo fueron seleccionados, condensados y ordenados por materia de interés. Situación internacional El BC estima, de acuerdo con pronósticos privados, una expansión de la actividad global de 3,2 por ciento, 0,8 punto porcentual superior al previsto para 2013. Los países emergentes continuarán creciendo a una tasa superior a la de los desarrollados (5,1 por ciento). Los principales socios comerciales de la Argentina crecerían 3,2 por ciento, a un ritmo similar al de 2013: Brasil (2,0) y China (7,5). Los Estados Unidos y la zona del Euro acelerarían sus crecimientos a 2,5 y 1,0 por ciento, respectivamente. Riesgos Define dos factores de riesgo. Por un lado, los elevados niveles de desempleo en el mundo desarrollado, junto con los ajustes fiscales que algunas naciones siguen aplicando, podrían mantener deprimida la demanda global alcanzándose sólo mejoras marginales. Por otro, la incertidumbre sobre las decisiones de política económica en los países centrales que podrían generar nuevos espacios de tensión financiera a nivel global. Brasil El Central advierte sobre un eventual incremento de las tasas de interés internacionales al disminuir los estímulos monetarios de la Fed (banca central estadounidense). Esto generaría, al preverse una apreciación del dólar, nuevas presiones sobre el valor de otras monedas, en particular de Brasil. Señala que de acuerdo con estimaciones del mercado, el real continuaría con la tendencia iniciada en mayo pasado, que llevó a una depreciación frente al dólar superior al 10 por ciento en 2013. Materias primas Consigna que en el mercado existe un consenso que mostrarían un sesgo bajista durante 2014 de los principales productos agrícolas de exportación de la Argentina, a partir de la abundante oferta global de granos prevista para la cosecha 2013/2014, por las favorables condiciones climáticas que se registraron en las zonas de producción mundial más importantes. Soja En 2013, el valor promedio de la soja se ubicó en 520 dólares por tonelada, 3 por ciento menos en comparación interanual. Con un incremento previsto de la oferta mundial de 6,3 por ciento, proyecta una nueva disminución del precio de la soja del 8 por ciento, en un valor promedio de 478 dólares para 2014. PBI 2014 El crecimiento del PBI 2013 será cercano al 5 por ciento. Para este año, prevé que la actividad económica vuelva a incrementarse impulsada por la inversión en bienes de capital y construcción, el consumo de las familias y el incremento en las cantidades exportadas. Proyecta que habrá crecimiento en 2014, pero evita dar un número. El Presupuesto estima 6,2 por ciento. El BCRA no cree que se pueda alcanzar esa meta. No lo dice pero en un pie de página se lee: “Al cierre de este documento, algunas de las variables han tenido actualizaciones respecto al momento de elaboración del Presupuesto”. Producción La demanda interna será el principal motor del crecimiento de la producción de bienes industriales y la construcción. Esta última se mantendrá en ascenso contribuyendo a dicho dinamismo el Pro. Cre. Ar. También aumentará la producción agrícola de la campaña 2013/14 en 3,9 por ciento respecto del ciclo previo, a partir de los mayores volúmenes cosechados, principalmente de soja, ubicándose en 109,6 millones de toneladas. Empleo El BC afirma que las condiciones del mercado de trabajo se mantendrán robustas, estimando que la tasa de desempleo continuará en los niveles mínimos alcanzados recientemente: 6,8 por ciento en el tercer trimestre de 2013. Evalúa que ese resultado, sumado a una adecuada dinámica de los salarios y a la continuidad de las políticas de ingresos, dará soporte al incremento de la masa salarial como principal determinante del consumo de los hogares. Inflación Prevé que el sendero proyectado de la variación de precios es decreciente respecto de 2013. Esa disminución está asociada, según el Central, a la confluencia de tres eventos: 1) una política de ingresos que incluye acuerdos de precios; 2) políticas de crédito destinadas a expandir la oferta de bienes para acompañar el impulso de la demanda; y 3) la caída estimada en los precios internacionales de las materias primas, que aminorará las presiones externas de los últimos años. Balanza comercial El saldo comercial del año pasado se ubicará en unos 9000 millones de dólares. El retroceso en relación con 2012 se explica por el mayor déficit comercial de combustibles y energía. A noviembre de 2013 ese déficit se elevó a 6146 millones de dólares. Uno de los objetivos de la política económica es lograr un nuevo aumento de las exportaciones en 2014 para alcanzar unos 94.000 millones de dólares. El Central considera que en el marco de crecimiento económico las importaciones cobrarán dinamismo, proyectando un incremento en valores para 2014, que se concentraría principalmente en las compras externas de insumos para la producción local y la inversión. De esta manera, para el BCRA, en 2014 el superávit comercial volvería a registrar un saldo positivo, cercano a los 10.000 millones de dólares. Balanza de Pagos El déficit por servicios está originado en los mayores pagos de fletes y seguros, asociados a la mejora de los flujos comerciales, y por el saldo negativo de la cuenta viajes. El BC espera que los ingresos por Inversión Extranjera Directa y los préstamos financieros, en especial con destino específico para infraestructura o generación de energía, contribuyan a compensar la Balanza de Pagos. Créditos La Línea de Créditos para la Inversión Productiva (más de 55.000 millones de pesos, de los cuales alrededor del 58 por ciento se asignó a MiPyMEs), el Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario (se adjudicaron fondos por 7780 millones de pesos, con desembolsos por 5860 millones de pesos) y la reducción de la exigencia de encajes en pesos en función de la participación del crédito a mipymes contribuyeron a que los préstamos al sector privado (en pesos y en moneda extranjera) mantuvieran un elevado dinamismo, con lo que finalizarían el año con un crecimiento cercano al 31 por ciento. En 2014, el Banco Central adelanta que intensificará esas líneas. Emisión monetaria Para 2014, el Central estima que los medios de pago privados (M2 Privado) continuarían acompañando el aumento de la actividad económica, subiendo entre 23,5 y 27,9 por ciento. El agregado monetario más amplio en pesos del sector privado (M3 Privado) presentaría una variación interanual de 26,9 a 31,2 por ciento, impulsado por el alza de los depósitos a plazo fijo (cerca del 40 por ciento interanual). Esto permitiría sostener el proceso de monetización verificado a partir del 2010. En 2014 los préstamos al sector privado en pesos seguirán siendo el principal factor explicativo de la expansión monetaria. azaiat@pagina12.com.ar

OPINION INDUSTRIALIZACIOIN Y PETROLEO

Por Marcelo Neuman * Para fortalecer el proceso industrializador, además de las imprescindibles políticas macro, se requiere de políticas específicas que se focalicen en las cadenas productivas de cada una de las industrias. Son varias las cadenas productivas en donde la Argentina importa grandes cantidades de insumos industriales y centrarse en disminuir este déficit no es una tarea sencilla. Sin embargo, es necesario redoblar esfuerzos en esta dirección si se aspira a la industrialización. Vale considerar entonces el aporte que puede realizar el sector hidrocarburífero al desarrollo industrial del país. La oportunidad que brinda los recursos no convencionales y la regulación del Estado en esta industria invitan a debatir sobre las políticas públicas necesarias para apuntalar la cadena de valor petrolera. La formación geológica de Vaca Muerta, con 30.000 km2 de extensión y donde YPF posee concesiones por el 40 por ciento de esta superficie, es la principal esperanza para recuperar el autoabastecimiento energético. Según el medio especializado Newsletter Energía y Negocios, se estima que las inversiones hidrocarburíferas en Neuquén superarán este año los 4100 millones de dólares. Cifra relevante que tenderá a crecer a medida que los proyectos en marcha se traduzcan en mayor producción de gas y de petróleo. Si bien el foco de las inversiones hidrocarburíferas es Vaca Muerta, éstas no son las únicas: semanas atrás la francesa Total anunció inversiones por 1000 millones de dólares en Tierra del Fuego. También se están realizando inversiones en campos petrolíferos maduros, como los de la cuenca del Golfo San Jorge, en la Patagonia sur. La búsqueda de soberanía energética va a traer aparejado un alivio de la restricción externa mediante la reducción de importaciones de combustibles. Y es probable que también se produzca un saldo exportador si los buenos pronósticos sobre los recursos no convencionales se confirman. La restricción externa –la baja disponibilidad de divisas para realizar importaciones– no es únicamente resultado de comprar combustibles afuera, sino que se debe principalmente a los requerimientos de insumos extranjeros para industria nacional. Este factor suele aparecer en momentos en que la economía se encuentra bajo un proceso de industrialización. En este sentido, además de la posibilidad de autoabastecerse energéticamente, se abre una oportunidad para desarrollar tecnología autónoma y fortalecer el desarrollo industrial. Esto se lograría mediante el impulso de la cadena de valor de los hidrocarburos, ayudando también de esta manera a atenuar el déficit de insumos que tiene el sector manufacturero. La industria proveedora del sector petrolero ofrece una enorme variedad de equipos, materiales y servicios que engloban a otros sectores industriales como el metalmecánico, eléctrico, químico y plástico, entre otros. Estos sectores, a su vez, traccionados por la demanda de las petroleras, requieren de mano de obra calificada, materiales y equipos, y sus piezas y partes. Estos últimos se traducen en inversiones en bienes de capital. En su mayoría, son de origen extranjero. Las petroleras también realizan importantes inversiones en bienes de capital para desarrollar sus actividades, como también demandan servicios tecnológicos y una variedad de actividades de investigación y desarrollo. En síntesis, el complejo hidrocarburífero es un sector relevante que puede ser aprovechado en más de una dimensión para apuntalar el desarrollo industrial y tecnológico. El desafío pasa por ser capaces de elaborar una política que encuentre los incentivos adecuados y que balancee la necesidad de mantener una industria hidrocarburífera competitiva y los requerimientos de industrialización. Desde que YPF fue recuperada por el Estado se han implementado algunas iniciativas para promover su cadena de valor. Entre ellas está el Programa Sustenta de desarrollo de proveedores, un trabajo en conjunto con el Ministerio de Industria, y la conformación de Y-TEC, entre YPF y el Conicet, para fomentar iniciativas de desarrollo tecnológico. No obstante, para aprovechar plenamente las inversiones es necesario que estas iniciativas estén enmarcadas dentro de una política específica que abarque, además de YPF, al resto de la industria petrolera. La experiencia internacional enseña que, para alcanzar objetivos concretos de industrialización asociada a la explotación petrolera, se debe considerar una serie de factores. En primer lugar, debe ser dirigida por el Estado porque ostenta la mayor capacidad de negociación. Las provincias petroleras, dueñas de los recursos naturales desde la reformada Constitución de 1994, deben tener incidencia efectiva en esta política. Una política sin articulación entre las jurisdicciones y sin coordinación del Estado nacional tendrá escaso impacto en el proceso de industrialización. Existen ámbitos institucionales relacionados con el tema petrolero que podrían servir para coordinar este tipo de políticas. Uno de ellos es el Ofephi (Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos), que agrupa a las provincias productoras de hidrocarburos. El otro es el Consejo Federal de Hidrocarburos, que fue instruido por la misma ley que expropió el 51 por ciento de las acciones que Repsol tenía en YPF, en donde participan el Poder Ejecutivo Nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En segundo lugar, las petroleras y sus grandes proveedores internacionales están familiarizados con las políticas que promueven la cadena de valor asociada a la explotación de hidrocarburos. En este sentido, la implementación de una política de estas características en la Argentina no debería causar sorpresas en la industria petrolera. Los casos de desarrollo más conocidos se remontan a los años ’70 y ’80 en Inglaterra y Noruega, respectivamente, y más actualmente en Brasil, que lo viene implementando desde hace más de una década. En todos los casos, el desarrollo tecnológico e industrial y el crecimiento del empleo han sido notables. Sólo para destacar algunos de los tantos logros, con este tipo de políticas Brasil ha consolidado un parque tecnológico que aloja centros de investigación y desarrollo de grandes empresas internacionales en el predio de la Universidad Federal de Río de Janeiro. En tercer lugar, contar con una base industrial proporciona una plataforma desde donde desplegar una política de desarrollo industrial asociada a la explotación hidrocarburífera. Más de cien años de industria petrolera han permitido a la Argentina desarrollar una industria nacional proveedora, que, a pesar de los períodos de desindustrialización, ofrece una variada gama de bienes y servicios. Esta industria está aggiornada en las buenas prácticas internacionales y en determinadas actividades, como la recuperación de petróleo en pozos maduros, cuenta con tecnología y conocimientos propios reconocidos a nivel internacional. De esta manera, nuestro país puede conseguir resultados importantes en plazos relativamente breves, profundizando el proceso de sustitución de importaciones, ya que no empieza desde cero. Por último, la experiencia internacional coincide con que los fracasos de este tipo de políticas se deben principalmente a la debilidad de los mecanismos de monitoreo y control. Al respecto, el Estado y varias provincias cuentan con la estructura técnica y administrativa para empezar a encarar los desafíos que requieren una política de esta naturaleza. Sin embargo, dadas la amplitud y la diversidad de los sectores y subsectores que involucra, necesitará articular acciones con otras entidades. Una estrategia ambiciosa pero factible es poder trabajar con las 47 universidades nacionales ubicadas a lo largo y a lo ancho del país, con recursos humanos calificados para realizar actividades de asesoramiento técnico, capacitación y transferencia tecnológica, que puede contribuir con el proceso industrializador en marcha. * Investigador docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Ex coordinador del Programa Sustenta de YPF

BOOM DE AIRE ACONDICIONADOS, CORTES ELECTRICOS, RESPONSABILIDADES Y CONTINGENCIAS

Las enseñanzas que dejan los cortes de luz en la zona metropolitana. Plan para un uso razonable, responsable y eficiente de la energía. La responsabilidad mayor es de las empresas distribuidoras como prestadoras de un servicio público esencial. Por Jose Andres Repar * La inclemencia de las altas temperaturas y el desarreglo eléctrico convocan a una serie de reflexiones. El calor sostenido puso en marcha los millones de aires acondicionados en los domicilios y comercios, provocando situaciones de sobrecarga en la red de distribución casi en forma generalizada. Las protecciones térmicas actuaron sin pausa y accionaban la salida de los alimentadores. A los cortes eléctricos les sucedieron los cortes de calles y avenidas de los vecinos indignados, pues la reposición no era tan sencilla. Algunos alimentadores y cámara se incendiaron. Las distribuidoras eléctricas se vieron desbordadas. A pesar de que sus ejecutivos han realizado centenas de horas de seminarios, de calidad de servicios, prevención y contingencias, las empresas tardaron en reaccionar. Edesur y Edenor mitigaron los cortes con grupos electrógenos, pero igual se desató el infierno y una verdadera calamidad en los grandes centros urbanos del país, en particular el área metropolitana. También con las distribuidores de Rosario y Córdoba. Los sectores más afectados fueron zonas de alta densidad edilicia y lugares con numerosas construcciones nuevas. El fenómeno de la incorporación intensa y caótica de nuevos equipos de aire acondicionado tipo “split” debería haber puesto en alerta a las empresas de distribución. Tuvieron un aviso en diciembre del 2012 sobre el fenómeno del aluvión de acondicionadores. De alguna manera, haber realizado un registro o auditoría de las nuevas cargas eléctricas les hubiera evitado muchos dolores de cabeza. Se sabe que en los hechos nadie informa cuando coloca un split de 1,5 kW o 2 kW en una o más habitaciones. Se estima que en 2013 se instalaron en el país cerca de dos millones de aparatos. La cámara de fabricantes calcula que cerca del 50 por ciento de la población ya posee un equipo de aire. En los últimos tres años los aires introdujeron una carga simultánea al sistema eléctrico nacional en los picos de consumo de entre 5000 y 6000 MW en total. Es una carga enorme, que representa más del 20 por ciento del pico de potencia record registrado el 23 de diciembre a las 14.20, y que fue de 23.794 MW. En diciembre de 2010 el pico había sido de 20.209 MW. El salto en estos tres años fue de 3585 MW (17,7 por ciento de incremento) y se debe en su gran mayoría al consumo eléctrico de los aires. La estimación se ve reforzada con el dato de que el sector industrial ha tenido en el mismo lapso una variación mínima. Es decir que la mayor parte de las nuevas centrales térmicas instaladas en el país fueron para los “aires”. Dado que es una energía muy costosa, que sale del gas natural y gasoil importado, es válido considerar algún cargo extra en dichos consumos. En este contexto de comportamientos extremos por el cambio climático, el Ministerio de Planificación y el ENRE (Ente Nacional de Regulación Eléctrica) deberían prestar una debida atención y prevención por los nuevos consumos y establecer nuevos parámetros de diseño y normas de las instalaciones. La planificación a nivel de las empresas distribuidoras se ha presentado como deficiente o inexistente y los entes reguladores diseñados de acuerdo con el modelo de los ‘90, donde el mercado resolvía las inversiones necesarias de realizar, les permiten correrse un poco, dado que los organismos de regulación y control no asumen entre sus objetivos la responsabilidad de planificar. Sin embargo, el gobierno nacional podría tener un organismo de planificación y estudios energéticos al más alto nivel, como lo tiene Brasil con el “Ente de Pesquisas Energéticas” (EPE), que depende de la Jefatura de Gabinete. Tampoco los gobiernos locales como el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que posee un ente único de servicios públicos, son ajenos a la necesidad de adecuarse a una fundamental cultura de la prevención. Esta crisis pone nuevamente en el escenario las distintas responsabilidades y asignaturas de la sociedad y del modelo inclusivo. En este panorama el tema de la culpa por la crisis se extiende a diversos estamentos. Los grandes centros urbanos han adoptado la cultura del aire acondicionado con “sálvese quien pueda con un split”. La calidad de vida, sin embargo, se halla más cerca del verde y de los ventiladores que de los splits. Esta actitud de mejorar el contexto ambiental urbano se puede complementar con muchas acciones entre ellas adosar paredes verdes a las medianeras, o techos verdes en las grandes construcciones nuevas, que aíslan y ahorran energía. En realidad, frente a una ciudad ya construida no se pueden reconformar fácilmente parques y paseos, y por ello por ahora la ciudad verde que propone el gobierno del PRO en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es sólo un verde publicitario. Una acción clave –y ello lo reconoce la misma Dirección de Espacios Verdes del Gobierno de la Ciudad– es cuidar mejor los 360.000 árboles existentes y plantar unos 200.000 nuevos, que posibilitaría incorporar más de 3.000.000 de m2 de cubierta vegetal que mejorará notablemente la temperatura casi tropical y el hábitat de la ciudad. Es cierto que lo mismo podría decirse con los municipios del conurbano, donde 400.000 árboles nuevos serían una bendición, para mejorar las condiciones de vida. La región metropolitana posee un suelo ideal para que crezca una infinidad de tipos de árboles. Quizá por su clima cada vez más tropical, sea la hora de poblarla con especies del norte, como los históricos ibirá pita o el urunday. También se puede conformar en distintos sectores lo que el eco-urbanismo de Barcelona popularizó como supermanzanas. Estas son agrupamientos de cuatro manzanas donde en las cuadras interiores se eliminan los cordones, se amplían las veredas, sólo se dejan pasar vehículos de los vecinos y se parquiza todo ese nuevo espacio, incluyendo la esquina interior, con sendos árboles. También se ubican bancos donde sentarse. Además de promover la vida comunitaria, que debido a una ciudad cada vez más fragmentada se halla muy reducida, posibilita que esas personas no estén atrapadas en los cubículos refrigerados cual cámara frigorífica. En la Ciudad de Buenos Aires también se observa con mayor intensidad el fenómeno del derroche de energía. Los comercios se hallan sobreiluminados, y en los mismos aún no se generalizó el uso de leds de bajo consumo. Tampoco el alumbrado público avanzó con los bajos consumos y con teleoperaciones inteligentes. Los edificios nuevos se construyen supervidriados, cuando allí y en los comercios debería obligarse a colocar vidrios dobles. También cabe insistir en nuevas normas para el uso obligatorio de materiales más aislantes. El ahorro de energía en la Argentina no es sólo una posibilidad sino también una necesidad. El ahorro es posible. Representa un desafío a nuestra cultura. ¿Es una meta imposible? Para nada. Brasil lo hizo hace algunos años, en un contexto de restricción de oferta hídrica, y se generó una actitud de ahorro solidaria y responsable de la población. En resumen, la zona metropolitana debería sacar enseñanza de esta crisis de la distribución eléctrica, planteándose seriamente el uso razonable, responsable y eficiente de la energía. En lo inmediato, la gestión de la contingencia al fin se desarrolló con un comité específico, que mitigó en gran parte la situación, pero un poco tarde y sin previsión. Parece que es muy difícil ir con la información por delante de los sucesos, en particular dar a conocer sobre los alimentadores que están al límite y su zona de influencia. En las zonas muy conflictivas ante una eventual racionalización del uso de equipos de aire, usando el frío por poco tiempo y apelando a ventiladores, quizá se hubieran evitado cortes. Las contingencias son imprevistas, pero no totalmente imprevisibles. Planificar y prevenir son asignaturas pendientes. Sin duda la responsabilidad mayor es de las empresas distribuidoras como prestadoras de un servicio público esencial. Por último, cabe una apelación a la Legislatura para que se debata la modificación de los esquemas regulatorios de los noventa, y otros aspectos de ordenamiento económico que permitan un control más eficaz y un servicio más eficiente y que eviten que sucedan estas crisis. * Ingeniero, miembro del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz y del Consejo de Planeamiento Urbano Ambiental (COPUA) de la CABA