lunes, 16 de septiembre de 2013
Carta abierta a María Claudia Falcone a tres décadas de su último combate Por Jorge Falcone
Carta abierta a María Claudia Falcone a tres décadas de su último combate
Por Jorge Falcone
[Chiqui Falcone, hermano de Claudia Falcone, es autor de Piedra Libre para todos mis compañeros; Te sigo buscando Liberación; Poesia en marcha con el pueblo y Salgan de las cuevas]
-Aquí,
en los naufragios de setiembre,
la vida caudalosa monta guardia.
Armando Tejada Gómez
Treinta años después de vos poco queda del mundo que conociste. Aquel, bipolar, que por mandato del General nos encontró No Alineados (te acordás de Ho Chi Minh preso de la URSS por no ser stalinista, te acordás de la soledad del Che en la Quebrada del Yuro?). Ese universo binario (Guerra Fría de Oriente y Occidente, consignas de Patria y de Muerte). Este otro tiende a la multipolaridad (Berlín ya sin Muro, Unión Europea, MERCOSUR). Y merced a la Revolución Tecnológica se acerca cada vez más a la utopía Mc Luhaniana de la Aldea Global. De todos modos, como canta Sabina, aún conviven -fibra óptica y ladilla. La principal potencia del planeta, por arbitraria, beligerante y falaz, se ha vuelto patética. Aún así, nadie le cree pero pocos la enfrentan resueltamente (como Irán, Corea, Cuba o Venezuela). Salvo intentos parciales -como el Foro Social de Porto Alegre- el mundo periférico todavía no ha vuelto a coaligarse. Es notable -resumiendo- la soledad de los pobres.
En este sur aguantamos varios Tsunamis: En los 80s, el de los oligarcogenocidas que casi nos dejan sin rebeldes; en los 90, el de los neoliberales que rifaron el Estado Nacional cantando La Marchita; y en los albores del Siglo XXI, el de los progres que barnizan el capitalismo salvaje con su buena onda. De resultas que el remanente de lo que ayer llamamos Argentina -con un norte amenazado por las fronteras flotantes y las iglesias electrónicas, y un sur disputado por Benetton y Ted Turner- se reduce a una entelequia mediática de sesenta cuadras en torno al Obelisco.
Lo peor de todo es que el mismo movimiento que surgió para clausurar la Década Infame, dio a luz otra semejante, cuyas consecuencias aún intentamos desmontar. Andá a silbar hoy La Marchita a algunos de los barrios diezmados de extramuro, andá a pedirle a un pibe que se excite con la mística revolucionaria que conoció el peronismo… en este presente módico al que muchos militantes aceptan como estación terminal de sus anhelos. Primero se rediseña con sangre la economía, después se rediseña con mediático empeño la Historia. De modo tal que hoy el desaparecido 30.001 es el pensamiento estratégico. Se ha desmontado -con saña y por décadas- la dialéctica de causa- consecuencia, el sentido de los hechos que construyen el presente. No concebirías, con tu lógica de otrora, que hoy educarse constituya un acto revolucionario de primer orden.
En tu caso, por ejemplo, en el sitio web www.politicaydesarrollo.com.ar he leído a ese Almirante Zaratiegui que le niega a Estela Carlotto el mismo nieto que el enfermero que asistió a ese parto confirma, recriminando la versión que te describe como una inocente Caperucita Roja que el lobo se tragó... A vos, que como tus captores supieron, fuiste tan subversiva y apátrida como el resto de tus compañeros. Y es que aún quedan incautos capaces de suponer que aquella adaptación fílmica que los bautiza perejiles cuenta con el beneplácito de los que aún no nos bajamos los lienzos... Lo que el poder no tergiversa, Claudia, lo escamotea; como al compromiso inviolado con que los ex guerrilleros nos avinimos al orden constitucional, mucho menos ventilado que la autocrítica uniformada. Perejil justo vos, hijita del Aramburazo que a la liberación sacaste sólo boleto de ida. A vos, a quien una cultura de la postración vincula exclusivamente con el Boleto Estudiantil Secundario, omitiendo las cañadas de la UES contra conspicuos matones de Las Tres A (como si avergonzara haber enfrentado resueltamente a los que vendieron la Nación).
En controversia reciente con un ex primer mandatario, el Presidente ha convertido a 30.000 en una cifra de mártires, lo cual -en un país mayoritariamente católico, apostólico y romano- equivale a considerarlos víctimas inocentes de una violencia arbitraria. Aún a aquellos que salieron a matar o morir por una Patria Justa, Libre y Soberana. Hace poco escuché la entrañable recopilación de canciones primerizas del trovador cubano Silvio Rodríguez. En uno de esos temas el cantautor entona -no tengo que cerrar los ojos para ver... en alusión a la precarización de la vida cotidiana que el bloqueo imperial impone a los suyos. Y el que escribe esas líneas tiene en ese entonces apenas 20 años. A veces me pregunto cómo es posible tan temprana claridad. Y suelo responderme que sólo es posible con una vigorosa Revolución detrás. A menudo los pibes se preguntan cómo es posible concebir, en un país de semejante complejidad, revolucionarios de 15 años. En consecuencia respondo que -lisa y llanamente- no es posible. Sin una heroica resistencia peronista de 18 años por detrás, y una ofensiva popular masiva al grito de -Luche y Vuelve.
En conclusión, hermana, no constituyen mayoría los pueblos que hoy apuestan a una versión más humana de este sistema inhumano. Y lentamente cuaja en Nuestra América la convocatoria bolivariana a inventar un Socialismo para el Siglo XXI. No porque se le ocurra al Cdte. Hugo Rafael Chávez Frías, sino porque Stalin no merece llevarse a la tumba esa utopía.
El odio, María Claudia es un sentimiento con mala prensa. Pero ha dicho el Che que -un pueblo sin odio no puede vencer. Sabido es que, inaugurada esta democracia formal, los beligerantes contra el régimen de facto renunciamos a toda acción directa. No hicieron lo propio los esbirros de la oligarquía económico-financiera: Violaron y aplastaron en Catamarca a una jovencita y después se guarecieron entre sus jueces; patearon hasta la muerte a un conscripto y lo ocultaron en sus cuarteles; lincharon a un ricotero en comisaría porteña; fusilaron a un seminarista rosarino en el techo de su merendero; e hicieron lo propio con un artista plástico y un ladrillero en la Estación de Avellaneda… pero cierran filas para que la ley no castigue a los ideólogos de esos hechos. Gendarmes pertrechados contra los pobres entran en acción a diario en parajes donde la prensa -nacional no llega (o decide no llegar). En resumen, que no renunció a la lucha armada la vieja oligarquía. Y que esto constituye la prueba más palmaria de que nunca tuvo dos demonios la Argentina. Aquí no se habla del odio que deviene venganza, sino de la furia que se torna memoriosa energía creativa. Con miras a construir mayoría, para que un mañana justo ya no cueste más vidas.
Evita lo sabía, Clau, los que menos tienen son los que más dan: Ante un Estado diezmado emergió vigoroso tu Pueblo de siempre, multiplicando el voluntariado solidario a lo largo de la Patria. Montando merenderos, salitas de guardia y consultorías jurídicas gratuitas, huertas comunitarias, fabricas recuperadas, y los más diversos microemprendimientos. Porque, como dijo Ernesto Cardenal, el sacerdote sandinista: El Pueblo nunca muere.
La taba está en el aire, compita de los bellos días. Y en tanto gira, Johanna se refugia en un cyber de Mendoza para huir del bardo familiar, y me escribe un mail donde expresa que desearía ser vos. Nahuel, a sus doce, cuida sus cotorritas en Puente de Fierro a la espera de dedicarte un poema a viva voz el próximo 16; y Lucas, a sus catorce, rebobina en La Aceitera una película que te nombra, para entender de una vez. En resumen, mi dulce interlocutora, que ni vencimos aún... ni esta dicha la última palabra.-
Tu hermano Jorge,
que siempre extraña nuestras charlas.
Y aquella risa que no cesa.
Fuente: www.nacionalypopular.com, 2006
Desde los pibes alemanes a la noche de los lápices Por Osvaldo Bayer
Etchecolatz empezó a sentirse mal, estaba en su casa y sintió dolor de cabeza y dijo que era un perseguido político. Sinvergüenzadas argentinas. El peor de los asesinos estaba en su casa y se hace el perseguido. "Político", nada menos. El verdugo más cobarde de nuestra historia se autodenomina político. La política del tiro en la nuca. Lleva siempre la escarapela argentina en la solapa. Azul y blanco. Trasfondo de nuestra filosofía social. Los asesinos están entre nosotros. Es el autor de la acción más alevosa imaginable. La prisión, tortura, muerte y desaparición de los adolescentes de la Noche de los Lápices. De adolescentes. Y lo que todavía no se ha dicho: los militares y uniformados argentinos les ganaron a los nazis. En una acción muy parecida, los argentinos mostramos mucho más poder, autoridad, la más absoluta ilegalidad en la represión.
En febrero de 1943, en plena guerra, un núcleo de estudiantes alemanes de la ciudad de Munich editó volantes contra la guerra. Su moral no les permitía soportar más eso de matarse unos a otros, bombardear ciudades asesinando madres y chicos, con la destrucción absoluta de la vida. Esos volantes los arrojaban desde los pisos de arriba al patio de la universidad. Fueron observados por el portero que los denunció de inmediato. Los estudiantes –cinco varones y una chica– recién comenzados los veinte años, fueron sometidos a un juicio, encontrados culpables de traición a la patria y guillotinados al tercer día. Todo salió en los diarios, después fueron ejecutados otros estudiantes y también el profesor Huber, quien los había apoyado. Sus bellas cabezas cayeron rodando en un tacho. Habían leído demasiada poesía, habían leído el sufrimiento en los ojos de los demás y en sus propios ojos. La guerra, no podían ni querían seguir siendo bestias. Sus cabezas fueron separadas de sus cuerpos. Pero los nazis oficializaron todo y publicaron todo, hasta el nombre del juez y del verdugo. El juez Roland Freisler quien posteriormente condenó a la horca a los rebeldes del 20 de julio. Todos con su responsabilidad en el crimen.
En La Plata ocurrió algo muy similar. Pero los héroes de la resistencia civil argentina eran más jóvenes, apenas adolescentes. Habían luchado por la rebaja del boleto estudiantil. Para que los que vivían lejos pagaran igual que los que vivían cerca. Justicia, camaradería, solidaridad, la bella palabra. Se reunían y cantaban por la calle: "Luchar, luchar, por el boleto popular", "Eso, eso, eso, boleto de un peso". Cuando llegó la dictadura pasaron a ser sospechosos. Activistas. Terroristas. Fueron secuestrados por la policía comandada por un general de la Nación, el general Camps, un enfermo mental que aplicó con un entusiasmo total las reglas de la muerte argentina: secuestro, robo de las pertenencias, humillación, tortura hasta la aniquilación, hambre, y por fin desaparición. Cada vez peor, cada vez mejor. Destruir al ser humano integralmente. Aplastarlo como a un insecto. Y total silencio ante los familiares y amigos. Desaparecido. No están ni vivos ni muertos, están desaparecidos, como se expresó ante los periodistas extranjeros el señor presidente de la Nación Argentina, teniente general Jorge Rafael Videla. Etchecolatz, Camps, Videla. Figuras de exposición en una muestra argentina que comienza con Roca. Es toda una línea. Lo que pasa es que los mapuches son chilenos. Ahí está la clave. Es decir, los militares argentinos se quedaron en la sombra, no admitieron nunca el crimen. Hasta hoy, Etchecolatz nunca lo reconoció. No sé, desaparecieron. Se habrán ido a Suecia. No, no me enteré.
En su libro, de precisión jurídica, María Seoane y Héctor Ruiz Núñez establecen que seis jóvenes prisioneras embarazadas fueron arrojadas a los calabozos de los muchachos de La Noche de los Lápices para que éstos las atendieran sin tener elementos ni conocimientos. Aquí sí los argentinos les ganamos a los nazis. Los prisioneros alemanes de Munich, tras seis días de calabozo alimentados con una ración mínima, fueron llevados a la guillotina y ahí ejecutados. Aquí, entre nosotros, fue todo más florido: picana, látigo, hambre, escupitajos, manoseo y violación para María Claudia y Clara, todo mezclado con desconocidas embarazadas humilladas hasta el hartazgo. Es que somos católicos apostólicos romanos. Los representantes de la Iglesia Católica en La Plata les dijeron a los desesperados padres: "No busquen más a sus hijos". "Recen". Monseñor Plaza.
Sophie Scholl, la joven mujer alemana de "La rosa blanca" –ese bello nombre tenía la organización antinazi de Munich– puebla hoy con su foto todos los rincones universitarios sensibles a su lucha y a su joven muerte.
Poco a poco los jóvenes rostros de los queridos María Chiocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Claudio de Acha, Horacio Angel Ungaro, Daniel Racero y Pablo Alejandro Díaz van surgiendo del horizonte estudiantil y aparecen uno por uno en las aulas de los ámbitos secundarios. La semana pasada me llamaron para hablar de ellos en el patio del Colegio Nacional Pueyrredón. Más que mis palabras se oyeron los aplausos de las manos jóvenes. Hubo lágrimas. Emoción. Dolor. Pensaron en las muertes. De sus compañeros. Desaparecidos. Ese mismo día Etchecolatz se consideró un preso político.
La pregunta es: ¿por qué tanta brutalidad, tanta impunidad? ¿Cuáles fueron los maestros y profesores de nuestros militares y policías? Hoy, salvo los que se jubilaron, siguen siendo los mismos docentes en los colegios militares y policiales. ¿Dónde asimiló Camps el instinto de hacer desaparecer? ¿Dónde aprendió Etchecolatz tanta impunidad y crueldad? Y la cobardía de negar que lo hicieron. ¿La aprendieron o les viene de familia? ¿Buscaron esa profesión porque les calmaba los instintos? La pregunta no es porque sí, viene de estudios que se hicieron sobre los nazis famosos y sus instintos desde la vida familiar.
Los crímenes nazis estaban documentados por ellos mismos. Aquí hasta Videla los niega. Un aspecto del cinismo y la mendacidad que debemos tener en cuenta para medir la personalidad de quienes establecieron la "Muerte argentina", la desaparición. Hasta la Inquisición de la Iglesia Católica quemaba vivas a sus víctimas en plazas públicas y con la presencia de la Cruz. Nuestros verdugos escondieron todo. Esa es su máxima cobardía. Que los dos partidos políticos argentinos siempre reinantes trataron de disimular con las palabras "obediencia debida" y el batacazo del indulto. Pero no es tan fácil esconder la basura debajo de la alfombra. Están los alucinados del coraje, que jamás abandonan la escoba, a pesar de las ametralladoras y las picanas eléctricas
Fuente: www.diariomardeajo.com.ar
Cristián Caretti, fundador de la UES
Nacido el 17 de abril de 1954 en Capital Federal, el "Gringo" Caretti era un líder natural de los estudiantes secundarios, dueño de un carisma único. Su niñez la disfrutó con sus cinco hermanos, en un viejo caserón de la calle Ugarte en el barrio de Palermo, entre adoquines, barritas de pibes con hondas y pelotas de goma, glicinas en flor y los primeros puchos y besos a escondidas. La divisoria de aguas que el peronismo significó para la sociedad argentina en su conjunto en la década del ’50, también llegó a su familia. Su padre un excelente profesional médico colaborador del sanitarista Ramón Carrillo, fue echado de su trabajo por venganza en 1955. Su madre, que provenía de una familia de alcurnia, no vio con malos ojos el derrocamiento de Perón. El "Gringo" buscó su propio camino. Desde el Colegio Nicolás Avellaneda fue uno de los fundadores de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Esta organización fue el fruto de la proliferación de nucleamientos juveniles ligados a la militancia de la Juventud Peronista y de la consigna "Luche y Vuelve", que de modo superactivo y determinante, volcó en forma temporaria la lucha para el lado del pueblo a partir de 1972. Precisamente para el año siguiente, se decide luego de varios encuentros previos, darle forma y contenido a una estructura nacional que defina las propuestas a implementar en el frente estudiantil secundario. El acto fundacional de la UES fue el 20 de abril de 1973, en un atiborrado salón de actos del Sindicato del Calzado. A partir de ahí como una ola gigante, como un tsunami incontenible, la propuesta llegó hasta el último ámbito estudiantil de la Patria. El "Gringo" Caretti por valentía personal, convicción ideológica y decisión militante irá ascendiendo en la estructura partidaria y en la consideración de sus compañeros, hasta ser un referente nacional. En tal sentido debe recordarse que fue el único representante que designó la UES, en enero de 1974 para entrevistarse con el general panameño Omar Torrijos, líder natural de su pueblo y enemigo de la política imperialista norteamericana en la zona de Centroamérica.
La traición al mandato popular (mandato dado a través del voto del 11 de marzo de 1973), que fue mutando de un peronismo aguerrido y revolucionario en una mueca trágica del mismo, donde solo había lugar para advenedizos, traidores y alcahuetes, lejos de desanimarlo logró solidificarlo en su compromiso con la causa nacional y popular. Se sumó a Montoneros, convirtiéndose en un cuadro de relevancia, en la Zona Norte del Gran Buenos Aires. En terribles condiciones de aislamiento y persecución donde todos los días caían asesinados compañeros a manos de la Triple A, el "Gringo" siguió organizando y sumando voluntades para la causa. Quienes lo conocieron, recuerdan que su base de operaciones, para encuentros familiares a escondidas y reuniones partidarias clandestinas, era el viejo bar de la esquina de avenida Santa Fe y Jerónimo Salguero, bien cerquita de su querido barrio porteño que lo vio nacer. El 24 de marzo de 1976 se entroniza la dictadura militar más sangrienta que padecimos. El "Gringo" como tantos otros compañeros del peronismo revolucionario les dará pelea hasta morir. Cae en combate el 14 de septiembre de 1976, en Paraná y Avenida Maipú, localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires, cuando a las 8 de la mañana, con otros integrantes de la "orga" esperaba el paso de un ejecutivo norteamericano de la firma textil Sudamtex en conflicto con su personal, luego del despido y desaparición de los delegados gremiales fabriles, fieles al mandato de sus bases.
El "Gringo" Caretti también cultivaba la poesía. Su querida Evita fue motivo de una glosa: "Te queremos desde un puño estallando, desde los balcones divididos de la plaza tan tristes, tan vacíos..."; quizá como una alegoría recordando cuando él y tantos otros jóvenes nos fuimos –nadie nos echó- de esa misma plaza en desacuerdo con la política implementada por Perón, un 1° de mayo de 1974.
Rememoró, su compañero en Montoneros, Jorge "Yuyo" Rubino: "Valiente hasta el exceso, solidario, crítico original; con pensamiento propio que lo llevaba a cuestionarlo todo permanentemente. También un tipo sensible, capaz de escribir una poesía a un amigo dolido, un rato antes de salir él mismo, a jugarse la vida. El ‘Gringo’ Caretti era así: querido por sus compañeros y adorado por sus compañeras. Dejó a su querida Cecilia y a un hijo que esperaba con entusiasmo y al que no llegó a ver nacer. También nos dejó muy solos a los demás. Fue mi mejor amigo en esa época y también el de muchos otros, que sabían que podían contar siempre con su presencia".
Querido "Gringo". Estoy seguro que algún compañerito nuevo, de esos que se suman a diario con tantas energías a nuestra larga lucha por la liberación nacional, al leer estas líneas, querrá saber más sobre tu vida y tu compromiso y no me extrañaría que pusiera tu nombre a alguna agrupación que se constituya. Pero más allá de ese justo homenaje que te merecés con creces, yo sé que solamente te sentirás realizado cuando triunfemos definitivamente sobre el hambre y la explotación, logrando que todos nuestros compatriotas gocen por igual de trabajo, salud y educación, para ellos, sus familias y sus descendientes.
Con este escrito en la mano y Evita siempre en el corazón, (no te rías, adapté una frase que le sumamos a la Marchita en el ‘73 ... ¿te acordás como decía?), yo, te recuerdo con inmenso cariño y te digo que: La sangre que derramaste no será negociada, el ideal que defendiste no será traicionado y la lucha que iniciaste no será interrumpida, hasta lograr la victoria final.
¡Hasta la Victoria Siempre, Gringo!
Roberto Baschetti
Fuente: www.nacionalypopular.com
El testimonio de Nelva Méndez, madre de Claudia Falcone, 1998*
Nelva Alicia Méndez, madre de María Claudia Falcone -una de las estudiantes desaparecidas durante la recordada y trágica "Noche de los lápices"-, relató pormenorizadamente los detalles del secuestro de su hija, en los primeros minutos del 16 de septiembre de 1976, además de las dos detenciones de las que fueron víctimas ella y su esposo.
Con los testimonios de Méndez y de familiares de víctimas de la represión, se desarrolló ayer la tercera jornada de las audiencias públicas en la Cámara Federal de La Plata para conocer el destino de desaparecidos durante el último régimen militar.
En su relato, Nelva Méndez, precisó que María Claudia, quien cursaba el quinto año en el Bachillerato de Bellas Artes, fue secuestrada por efectivos del Ejército del departamento de una tía suya, en el centro de nuestra ciudad, ubicado en 56 nro. 556, junto a su compañera María Clara Ciocchini, en la misma jornada en que otros cinco estudiantes secundarios fueron detenidos durante "La noche de los lápices".
Indicó que, según el testimonio de otros ex detenidos, pudo establecer que su hija, al igual que los otros adolescentes, en un primer momento fue alojada en un centro de la localidad de Arana, y con posterioridad trasladada a "El Pozo", dependencia policial de Banfield, en tanto que "averiguamos que los fusilaron en el subsuelo de la Jefatura de la Policía Bonaerense", de calle 2 entre 51 y 53.
La testigo pudo identificar a militares implicados en casos de desaparición o a quienes visitaban los centros clandestinos de detención como es el caso del capitán "Colores", y a los entonces posibles jefes de zona Carlos Minicucci y Guillermo Suárez Mason.
La mujer recordó las dos ocasiones en las que junto a su marido Juan Carlos, permaneció secuestrada en los centros clandestinos "La Cacha", en la vecina localidad de Lisandro Olmos, y en "El Banco", donde fueron sometidos a torturas durante los interrogatorios, para conocer el paradero de Jorge, el otro hijo del matrimonio.
También remarcó que durante su permanencia en el centro clandestino "el Banco" en Capital Federal, algunos de los detenidos eran liberados durante algunos días a cambio de ofrecer información para que se pudieran detener a otras personas.
Durante su relato al tribunal, presidido por Leopoldo Schifrinn, la señora de Falcone subrayó que "ellos (los secuestradores) no sólo mataron a mi hija, sino también a mi esposo".
En tal sentido, dijo que su marido, poco después de haber recuperado la libertad luego de 45 días de cautiverio, falleció a comienzos de 1978 a raíz, dijo Falcone, de los golpes recibidos en las sesiones de tortura.
Asimismo, los camaristas escucharon ayer los testimonios de Stella Maris Balboa, hermana del desaparecido Jorge Balboa, y de Elsa Noemí Bacchini, esposa de Héctor Paladino, de quien nunca se pudo llegar a establecer cuál fue su destino.
El 16 de septiembre de 1976, siete alumnos que asistían a establecimientos educativos de La Plata fueron secuestrados por fuerzas de seguridad cuando reclamaban la devolución del boleto estudiantil, en una jornada que pasó a ser conocida como "La noche de los lápices".
Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ungaro, María Clara Ciochinni y Daniel Racero son los seis estudiantes que permanecen desaparecidos, en tanto el séptimo, Pablo Díaz, fue liberado poco después del secuestro.
La madre de Falcone compareció ayer ante la Cámara Federal de La Plata, donde desde el 30 de septiembre último se desarrolla un juicio oral para conocer el destino de unas dos mil personas desaparecidas en La Plata durante la última dictadura militar.
Las audiencias se realizan todos los miércoles y están citados a declarar miembros del Ejército y de la Armada, policías federales y bonaerenses, retirados y en actividad.
Fuente: Hoy en la Noticia, La Plata, 15/10/98
*[24/12/06, Télam] Nelva Falcone, de 76 años, murió el 24/12/06 en La Plata. Con la muerte de Nelva Falcone, desaparece una de las primeras Madres de Plaza de Mayo. Falcone se unió a las Madres a partir de la desaparición de su hija María Claudia, en la Noche de los Lápices de setiembre de 1976.
Esposa de Jorge Falcone, un ex intendente de la capital provincial y destacado sanitarista vinculado al peronismo, Nelva organizó en su propia casa las primeras reuniones del grupo platense de madres. Y con un grupo de Madres viajó a Brasil para intentar entregarle una carta al papa Juan Pablo II, a fines de los setenta.
Notable oradora, reivindicó siempre la actividad estudiantil, social y política de su hija, estudiante de Bellas Artes de La Plata secuestrada y desaparecida junto a otros seis adolescentes en los primeros meses de la dictadura.
Su firme postura en la búsqueda de su hija y sus compañeros, aprovechando los contactos que la daba el mundo de la política de su marido pero también superándolo en esa lucha, quedó reflejada en el personaje de la película "La Noche de los Lápices", que dirigió Héctor Olivera.
También participó de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos hasta que, con el regreso de la democracia en 1983, volcó su espíritu batallador en defensa de la vida dentro del ámbito partidario.
Su última aparición pública fue al cumplirse los treinta años de ese doloroso episodio, cuando participó en la escuela de María Claudia de la inauguración de un mural con la imagen de los chicos.
Internada diez días atrás por una descompensación, Nelva Falcone falleció en la madrugada de ayer, fue cremada y sus cenizas serán esparcidas en los próximos días en la platense Plaza San Martín o bien en la porteña Plaza de Mayo.
Fuente: Télam
El relato del relator de aquella noche "Me gritaban que no los olvide", recordó Pablo Díaz
Tuvo un salvoconducto que lo salvó de la muerte. Hoy, a treinta años, dice que se convirtió en el difusor de aquella trágica jornada porque fue y es un mandato. "Yo respondo por mi juramento, que está basado en los últimos minutos de convivencia. Como sobreviviente respondo a eso", le contó a Télam.
"Yo respondo por mi juramento, que está basado en los últimos minutos de convivencia. Ellos me gritaban que no los olvide y que los recuerde siempre. Como sobreviviente respondo a eso", dice Pablo Díaz, el gran "relator" de La Noche de los Lápices.
Detenido el día de la primavera de 1976, cinco días más tarde que el resto de sus compañeros, asegura que su rol, ese que cumplió durante el juicio a los comandantes de 1985 y luego, durante años recorriendo colegios para comentar la película, poniéndose frente a micrófonos y cámaras, y volviendo a testimonial en tribunales, "es un mandato".
"Soy el único que salió con vida del Pozo de Banfield, el único que estaba con ellos cuando me dijeron que tenía un salvoconducto que me salvaba de la ejecución y que me trasladaban bajo la amenaza de no contar nunca lo que había vivido, de lo que había sido testigo. Sólo ellos me gritaban que no los olvide y que los recuerde siempre", repite.
Su relato se amolda entonces al de un tipo que dice que lo suyo durante noventa días fue "esperar el traslado final", igual que los seis pibes que se llevaron la peor parte: "en Banfield estábamos condenados a morir".
Díaz, que hoy a los 48 años es un exitoso empresario del área energética, replica también con algún enojo cuando se le insinúa "arbitrariedad" en el recorte de su relato.
"El operativo de La Noche de los Lápices fue un secuestro planeado y sistemático de estudiantes secundarios, relacionados con un hecho justificado para ellos: anular una potencial resistencia al proyecto adulto o político a implementar".
¿Porqué un operativo contra los secundarios y no contra militantes en un sentido genérico?
El documento elaborado en la jefatura de policía decía textualmente que había que eliminar el semillero subversivo. El operativo partió de suponer la desarticulación política y militar de las organizaciones guerrilleras, y de los sectores universitario o barrial, de modo que buscaban la desarticulación de los secundarios. Todo hace pensar que ese operativo empezó por agosto y terminó sobre fines de noviembre.
¿Se simplificó el relato para que hubiera poca militancia y hacerla una historia "posible" en los 80?
Si, a la distancia es así. Yo recuerdo que cuando trabajamos en el guión de la película había un marcado miedo de que la gente nos viera culpables por haber militado en una organización política, algo que hoy es parte de la normalidad democrática. Pero en ese momento trabajábamos contra prejuicios fuertes como el "por algo será". Allí razonamos que lo importante era reconstruir valores, porque ninguna sociedad admite fácilmente las cosas que dejó pasar aunque luego le horroricen.
Y hoy, treinta años después, cómo es la memoria de "La noche.."?
La Noche de los Lápices será la historia de todos los sobrevivientes secundarios reprimidos en la dictadura, será la historia de todos los estudiantes secundarios reprimidos hoy, será la historia que querran que sea los secundarios de mañana. Pero también hay una historia que no podrá ser contada por ellos, los noventa días de soledad, de amor, de compañerismo de despedida y de muerte. Sólo de ahí, y de ningún lado más, yo soy el sobreviviente.
Fuente: Télam
IN MEMORIAM LA NOCHE DE LOS LAPICES.
Quienes fueron los chicos asesinados
La siguiente es la nómina de los chicos asesinados. Los dos más grandes tenían 18 años.
DANIEL ALBERTO RACERO
"Calibre", 18 años.
Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario). Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16/09/76 fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
1973, Buenos Aires, marchas de estudiantes secundarios
MARIA CLAUDIA FALCONE
16 años
Hija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 16/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield
MARIA CLARA CIOCCHINI
18 años
Alumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield.
FRANCISO LOPEZ MUNTANER
"Panchito", 16 años.
Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
CLAUDIO DE ACHA
17 años.
Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
HORACIO UNGARO
17 años.
De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Carta del General Perón a Aramburu República de Panamá, 8 de marzo de 1956. Al General Aramburu. Buenos Aires
He leído en un reportaje, que Ud. se ha permitido decir que soy un cobarde porque ordené la suspensión de una lucha en la que tenía todas las probabilidades de vencer. Usted no podrá comprender jamás cuánto carácter y cuánto valor hay que tener para producir gestos semejantes. Para usted, hacer matar a los demás, en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones, es una acción distinguida de valor.
Para mí, el valor no consiste —ni consistirá nunca— en hacer matar a los otros. Esa idea sólo puede pertenecer a los egoístas y a los ignorantes como usted. Tampoco el valor está en hacer asesinar a obreros inocentes o indefensos, como lo han hecho ustedes en Buenos Aires, Rosario, Avellaneda, Berisso, etc. Esa clase de valor pertenece a los asesinos y a los bandidos cuando cuentan con la impunidad. No es valor atropellar los hogares humildes argentinos, vejando mujeres y humillando ancianos, escudados en una banda de asaltantes y sicarios asalariados, detrás de la cual ustedes esconden su propio miedo.
Si tiene dudas sobre mi valor personal, que no consiste como usted supone en hacer que se maten los demás, el País tiene muchas fronteras; lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más valiente que yo. Lleve sus armas, porque el valor a que me refiero, sólo se demuestra frente a otro hombre y no utilizando las armas de la Patria para hacer asesinar a sus hermanos. Y sepa para siempre que el valor se demuestra personalmente y que, por ser una virtud, no puede delegarse. Hágalo, sólo así me podría probar que no es la gallina que siempre conocí.
Si usted no lo hace y el pueblo no lo cuelga, como merece y espero, por salvaje, por bruto y por ignorante, algún día nos encontraremos. Allí, le haré tragar su lengua de irresponsable.
Juan Perón, General.
Comando Nacional del Partido Peronista
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