lunes, 9 de septiembre de 2013

09 de SEP. Inauguración de la "Casa de la Cultura Villa 21" de Barracas....

EE.UU. EN LOS ULTIMOS TREINTA ÑOS.

La posible intervención militar en Siria es un método de acción habitual de EE.UU. Los ejemplos de los últimos treinta años muestran que el país, en la mayoría de los casos, suele emprender sus ataques sin la sanción de la ONU. El sitio ruso vestifinance.ru ha compilado una lista de las intervenciones militares lanzadas por EE.UU. en los últimos 30 años. Granada, 1983 Intervención unilateral de EE.UU. Después del golpe militar de 1979 en Granada el movimiento New Jewel llegó al poder. En octubre de 1983, bajo el pretexto de proteger a estudiantes de medicina estadounidenses, así como a los llamamientos de una serie de países de la Organización de los Estados Americanos -Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas- el entonces presidente de EE.UU., Ronald Reagan, ordenó la invasión. A la Intervención militar de EE.UU. contra Granada se le dio el nombre de Furia Urgente. Panamá, 1989 Intervención unilateral de EE.UU. A mediados de los años 80 entre Estados Unidos y Panamá entraron en conflicto por los términos de la transferencia del control del Canal de Panamá. Cuando las autoridades de Panamá comenzaron a llevar a cabo una política exterior independiente de Estados Unidos y a fortalecer los vínculos con los países de América Central y del Sur, EE.UU. comenzó a ejercer una fuerte presión diplomática, económica y de información. Tras sanciones económicas fallidas trataron de impulsar un golpe de Estado. En diciembre de 1989, el presidente George Bush ordenó la operación militar Operación Causa Justa contra Panamá. Irak, 1991 Intervención de la OTAN con la sanción de la ONU La razón de la intervención fue el ataque de Irak contra Kuwait. En julio de 1990 Saddam Hussein acusó a Kuwait de llevar a cabo una guerra económica contra Irak por la infravaloración de precios en el mercado mundial, así como de la producción ilegal de petróleo en el lado iraquí del campo Rumaila, que se encuentra en la frontera. A Irak se impusieron sanciones, fue convocado el Consejo de Seguridad de la ONU y se formó una coalición internacional liderada por Estados Unidos. Se llevó a cabo la Operación Escudo del Desierto para concentrar las fuerzas de la coalición en la región. En enero de 1991 EE.UU. y sus aliados lanzaron la Operación Tormenta del Desierto para liberar Kuwait. Somalia, 1993 Intervención de EE.UU. y una serie de países con la sanción de la ONU A principios de los años 90 Somalia fue escenario de una caótica guerra civil y de una catástrofe humanitaria. En diciembre de 1992, como parte de la Operación Restaurar la Esperanza, fueron enviadas al país fuerzas de paz de la ONU. La operación comenzó con el desembarco de las unidades del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en la capital Mogadiscio. En 1993 se inició la nueva Operación Continuación de la Esperanza. Como parte de esta operación, EE.UU. trató sin éxito de atrapar a Mohamed Farrah Aidid, uno de los líderes de los grupos armados locales que aspiraba a tomar poder en el país. Yugoslavia, 1995 Operación de la OTAN sin la sanción de la ONU La primera operación militar a gran escala en la historia de la OTAN supuso una violación de los principios del derecho internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU no aceptó una resolución que habría autorizado el uso de la fuerza por parte de la OTAN. Como parte de la guerra de Bosnia, que comenzó en 1992, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN adoptaron una posición anti-serbia y apoyaron abiertamente a los musulmanes bosnios. En 1995 se llevó a cabo la operación Fuerza Deliberada. Los serbios de Bosnia fueron sometidos a bombardeos aéreos por aviones de la OTAN. Afganistán y Sudán, 1998 Ataque militar unilateral de EE.UU. En 1998 en Tanzania y Kenia fueron cometidos actos de terrorismo contra las embajadas de EE.UU. En respuesta, EE.UU. lanzó la Operación Alcance Infinito. Se llevó a cabo un ataque con misiles de crucero contra los campos de entrenamiento de milicianos de Al Qaeda en Afganistán. También se lanzaron misiles contra una fábrica farmacéutica en Sudán que, según las autoridades estadounidenses, se había utilizado para producir armas químicas. Yugoslavia, 1999 La intervención de la OTAN sin sanciones de la ONU La razón para la intervención de la OTAN liderada por Estados Unidos contra Yugoslavia fue la guerra de Kosovo, que empezó en 1996. Bajo el pretexto de las denuncias de limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad, así como el incumplimiento de los requisitos sobre la "retirada de las tropas serbias de la región serbia autónoma de Kosovo y Metohija " en marzo 1999 comenzó la Operación Fuerza Aliada. Como en el golpe contra las fuerzas serbias en 1995, la operación se presentó como una "intervención humanitaria". La capital de Yugoslavia, Belgrado, y otras ciudades del país fueron atacadas con cohetes y con bombas. Afganistán, 2001 - hasta hoy Intervención de la OTAN y sin la sanción de la ONU Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush exigió que el movimiento Talibán extraditara a Osama bin Laden. Los talibanes se negaron a hacerlo, al igual que en 1998, tras los ataques terroristas en Tanzania y Kenia, y las autoridades estadounidenses pusieron en marcha la Operación Justicia Infinita que pronto pasó a llamarse Libertad Duradera. En octubre de 2001 comenzaron los ataques con cohetes y bombardeos de los talibanes. Las sanciones de la ONU sobre la introducción de las tropas -Fuerza de Asistencia para la Seguridad Internacional- fueron impuestas después del inicio de la operación. Las fuerzas terrestres estadounidenses se encuentran en el proceso de retirada de Afganistán. Irak, 2003 Intervención de EE.UU. y algunos aliados sin autorización de la ONU Las autoridades de EE.UU. aportaron pruebas falsas para tratar de convencer al mundo que Irak desarrollaba armas de destrucción masiva. La votación sobre el proyecto de resolución propuesto por EE.UU. no se produjo después de que los representantes de Rusia, China y Francia anunciaran que vetarían cualquier resolución que contuviera un ultimátum con posibilidad de uso de la fuerza contra Irak. En marzo de 2003 se puso en marcha la Operación Libertad Iraquí. A principios de mayo, el presidente George W. Bush. anunció la finalización de la fase activa de la hostilidades. En 2011 se retiraron los últimos soldados estadounidenses. Pakistán, Yemen, Somalia, 2002 - hasta hoy Ataques con aviones no tripulados sin autorización de la ONU El uso de drones se ha convertido en una parte integral de la estrategia de guerra de EE.UU. contra grupos terroristas. Desde 2002 varias modificaciones de aviones no tripulados atacaron los territorios de Yemen, Pakistán y Somalia. La intensidad de los ataques desde 2008, año en que el presidente Barack Obama llegó al poder, se ha duplicado en comparación con la etapa inicial de la utilización de aviones no tripulados. Funcionarios de la ONU han criticado reiteradamente las acciones de EE.UU. afirmando que Washington sigue haciendo caso omiso de los riesgos que estos ataques suponen para la población civil. Libia, 2011 Intervención de la OTAN con la sanción de la ONU En febrero de 2011 en Libia estalló el conflicto armado entre las fuerzas del gobierno liderado por Muammar Gaddafi y grupos de la oposición. Esgrimiendo el uso de aviones para la represión de las protestas pacíficas, algo que no fue probado, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución para imponer sanciones contra el gobierno oficial de Libia. En virtud de la nueva resolución, aprobada en marzo, en los cielos de Libia se estableció una zona de exclusión aérea. Los países de la OTAN lanzaron bombardeos contra las fuerzas e instalaciones gubernamentales en el país. Oficialmente la guerra terminó con la muerte de Gaddafi a manos de una turba enfurecida en octubre de 2011. Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/104410-intervenciones-militares-eeuu-ultimos-anos

No nos olvidemos de nosotros: Cordero Atado

Segunda parte de esta nota, o un revés de la anterior, a 20 años de Lobo Suelto/Cordero Atado. http://galeon.hispavista.com/loredonditosdericota/img/Lobo%20suelto%20cordero%20atado%20(8).jpg Parte I: No nos olvidemos de nosotros mismos: Lobo Suelto (Ir a la nota) 20 años de Lobo Suelto – Cordero Atado. No nos olvidemos de nosotros. Recordémonos. Por Emiliano Abel Diez En Lobo/Cordero puntualmente se conjugaron toda una serie de factores que le dieron un carácter muy particular dentro de la discografía de los Redondos. De movida, no era uno sino dos discos, que se vendieron y se presentaron por separado, con una o dos semanas de diferencia. Como dato de color, podemos agregar que es el único disco en el cual Semilla – ahora reconocido artista plástico - participó en la gráfica, con esas imágenes llenas de uñas y dientes, como recortes del Guernica, que le arrebataron del taller y que recién entonces pudimos conocer. Además fue el primero que mezclaron afuera. Viajaron a Los Angeles para laburar con Bernie Grudman, un veterano de la guerra del ácido que venía de trabajar con las grandes estrellas del rock y el pop internacional. Antes de eso habían grabado con Breuer, que aportó una buena cuota de diversidad y creatividad en el estudio, como en el caso de Lobo Estás!, donde grabó la eléctrica desenchufada de Skay con un micrófono adelante y otro atrás para lograr ese estilo de country electroacústico zapado. Y en un principio, fue el primero que hicieron a partir de los demos grabados en sus respectivos estudios caseros (aunque para Oktubre ya habían usado la portaestudio de Tito Fargo). Eso redundó en una mayor diversidad y en un menor grado de transformación de las canciones en el pasaje que va de la composición a la grabación. Era el comienzo de una nueva etapa que se iba a acentuar cada vez más, hasta llevarlos al borde de un abismo extraño: Empezaba a quedar en blanco sobre negro y de manera definitiva que la banda eran, en un principio y ante todo, ellos tres. Si bien los Redondos nunca acostumbraron a hablar de influencias, creo que el rastro beatle puede seguirse por todo el disco, que acaba cobrando la forma de una suerte de Álbum Blanco redondo y de ricota, y que me puteen los improbables fundamentalistas de Liverpool si no les va. De igual modo, ahí están los ecos de REM y de Blind Melon, del Bowie denso y de Tom Verlaine, de las producciones de Jeff Lyne y del pulso rocker de JJ Cale, Neil Young, Tom Petty y Dire Straits. Alguna vez imaginé que el solo que cierra Etiqueta Negra podía deberle algo a Robert Cray o incluso a las guitarras que para ese entonces poblaban los discos de Chris Isaac. Dudo un poco en aventurarme a tanto pero, quién sabe, hace poco leí que para la época de Luzbelito Skay se mataba con ¡Los australianos de Midnight Oil! Todos pueden – o no – estar allí acechando. Tal vez ese carácter menos explícito de las referencias sonoras sea una de las grandes diferencias que pueden haber tenido con Sumo, donde todo estaba un poco más al alcance de la mano. De cualquier modo esto – como casi todo, bah – tal vez pueda decirse de la mayoría de los discos de Patricio Rey. Lobo/Cordero por su parte, fue también el primero en el que se empezaron a notar las ganas de contar su historia, volviendo sobre las viejas canciones inéditas. Esa idea sobrevivió hasta el viaje a San Pablo que después cobró el nombre y la idea de Luzbelito, con el Blues de la Libertad y el tándem Mariposa Pontiac – Rock del País como testimonios de un proyecto que se fue para otro lado. Si bien en Un Baion… ya habían transformado el frenético Oh Mami en Vamos las Bandas y en Bang Bang! recuperaron Maldición…, que es de los primeros rockanroles del Indio para los Redonditos, en Lobo se hace mucho más evidente. Rock para el Negro Atila, Lobo Estas! y Ladrón de mi Cerebro son todas de la época de los pubs. No estoy en condiciones de asegurarlo – lo llamé al Indio y no me atendió – pero creo que Perdiendo el Tiempo y Pituca también. Además, encajaban perfectamente con la idea del álbum. La lógica contracara fueron los estiletazos envenenados sobre los oropeles de la sociedad de consumo, como el amor prebendario y misógino de Susanita, la banalización de las espiritualidad perdida de Shopping, Disco, Zen o la plegaria rencorosa y alucinada de Espejismo. Y había más, mucho más: Remedos de canciones infantiles con aires de sentencia, dedicatorias hirientes, fábulas oscuras, guitarras luminosas, violines espectrales y hasta misteriosas costuras sonoras que llenaban el espacio, entre las que estaba aquella sugerente frase de guitarra (Sushi) con la que alguna vez Tom Lupo musicalizó El Suicida – ahora sí – de JL Borges… Y todo eso arropado en un concepto de canibalismo suburbano tan sólido como flexible, que iba del antiguo homo hominis lupus a las parábolas espirituales de Hermann Hess, viajando de un lugar al otro por la misma carretera sin final en la que Kerouack escapaba hacia delante una y otra vez. Encima, en esa huída hacia delante comenzó la fuga de la Ciudad, después de las accidentadas presentaciones en el nunca mejor llamado Parque de los Patricios. Fue el principio de las largas y míticas caravanas por los caminos de provincia, de los miles de desarrapados y desahuciados que llegaban como salidos de un cuento de Soriano a quebrar la siesta, las reglas, las rutinas y la moral conservadora de esos pueblos somnolientos del interior. Y todo eso, para colmo y como sabemos, sin compañías, ni multinacionales, ni discográficas, ni mainstream, y con el establishment en contra y sin siquiera un puto plan. Insisto: ¿Cómo no nos íbamos a enamorar? El que escribe esto cuenta, a la fecha, con un collar de treinta abriles. Lo que digo, muchas veces, me lo contaron antes las revistas y los libros, los archivos y los discos, desde compactos relucientes a los casettes polvorientos. Pero mejor que aquello y para cerrar, prefiero las historias de mis mayores, que son los que me empujaron el barco para que encalle - ¡Gracias a Dios! – en estas playas perdidas. Cuando yo era apenas un pendejo enroscado entre historietas tardías y bebidas precoces, cuentos de Arlt y panfletos de Scalabrini, medio extraviado entre calles desabridas en las que el estaño perdía día a día la pelea con el plástico, en mis tarareos etílicos se hilaban sin mejor solución de continuidad los temas de la radio con Manzi, los Olimareños y las canciones de la guerra civil española que había aprendido en mi casa peronista. Así fue que una amiga más grande y con paciencia un día me dijo: “El Indio es como lo que vos contás de Discépolo, pero dado vuelta”. Hay que recordar que en aquel entonces los que hoy “hablan del faso”, estaban hablando de la merca, y que era más común el gesto de zamparse un monedazo de milonga que el de darle un par de secas a una tuca. Lamentablemente aquello, aún hoy, sigue pareciéndole a algunos un fin en sí mismo, alimentando fantasías acerca de la blanca que tomaban los Redondos y su tropa, en lugar de lo que verdaderamente era: Una metáfora de cómo nos estábamos consumiendo a nosotros mismos. Una pena, pienso, que un árbol les tape el amanecer. Pero volviendo a aquello, creo que la Flaca tenía razón, que Patricio Rey fue al turquismo lo que Discepolín a la Década Infame: Un testimonio de nuestras mayores miserias y decadencias, una objeción de conciencia cantada entre las ruinas de lo que ya no está y la cuna de lo que vendrá. Y, por qué no, una cuerda tendida a la esperanza en la que veíamos aquella luz de lo que habíamos sido y podíamos volver a ser. Aquellas palabras torpes, lanzadas de costado en la madrugada de una plaza desierta de Mataderos, entre botellas vacías de cerveza y mis primeros cigarrillos, me abrieron una puerta que ya nunca se volvió a cerrar, un camino que todavía sigo empeñado en desandar, aunque no tenga idea de a dónde me puede llevar. Así que brindo por mi amiga y por los años, por ustedes y por mí, por los que estamos y por los que siempre están volviendo. ¡Salud! Y como ya les dije… No nos olvidemos de nosotros. Recordémonos.

No nos olvidemos de nosotros: Lobo Suelto

A 20 años de Lobo Suelto/Cordero Atado, el autor de esta nota analiza las diatribas ricoteras. “Hay una transformación semántica que los Redondos aportan a la poética del rock: La primera persona va del singular al plural como nunca antes”. Parte II: No nos olvidemos de nosotros mismos: Cordero Atado (Ir a la nota) 20 años de Lobo Suelto – Cordero Atado. No nos olvidemos de nosotros. Recordémonos. Por Emiliano Abel Diez Una conocida anécdota cuenta que al morir la madre de Borges, una señora tuvo el desatino de darle el pésame diciéndole: “pobre, le faltaba tan poco para llegar a los cien…”, a lo que éste le replicó: “veo señora que es usted devota del sistema decimal”. Como imaginarán, poco tiene que ver esta nota con JLB, pero me sirve el dato – real o no – para dar cuenta de lo absurdo que resultan los aniversarios. En cuanto al rock en general y los Redondos en particular, podemos decir que la lamentablemente extinta revista La Mano, por ejemplo, sacó de nota en tapa los 20 años de Gulp, Oktubre y Bang, Bang! Es sencillo suponer que las ventas deben de haber sido mejores que con las tapas de, por ejemplo, los Who, Frank Zappa, Cat Power o Lou Reed, benditos sean todos ellos. No tengo los número de DBN, pero asumo que no ha de ser improbable que se hayan impreso un par de ejemplares más de los respectivos discos en esas fechas (y si no lo hicieron, deberían haberlo hecho, qué joder). Quiero decir que, en líneas generales, las rememoraciones de este estilo se corresponden con fines estrictamente comerciales y, en el mejor de los casos, todo lo demás viene después. Pues bien, dicho esto por primer, única y exclusiva vez en honor al irrenunciable espíritu amateur de esta esquela, vamos entonces a todo lo demás. Por mi parte, puedo decir por qué yo elijo volver, una vez más, a Patricio Rey. Volver incluso ahora, que después de tanto perseguirlo creemos haberlo atrapado, estudiado, analizado y clasificado, hundiéndole el bisturí hasta su mismísima médula fantástica y fantasmal. Vuelvo a ellos porque creo que hay todavía una clave oculta en lo profundo de esa alma colectiva que debe permanecer allí, presente pero indevelable. Vuelvo, decía, porque creo que con ellos por primera vez para el rock argentino estuvo del todo claro aquella frase del prólogo de Walsh: “si en algún lugar se lee hice, fui, descubrí, debe entenderse hicimos, fuimos, descubrimos”. Hay una transformación semántica que los Redondos aportan a la poética del rock: La primera persona va del singular al plural como nunca antes. Por eso me interesa todavía hablar de Patricio: Porque es, de alguna manera, seguir hablando de nosotros mismos, de dónde venimos y dónde estamos. Insisto, no me interesa en lo más mínimo el puterío de coyuntura posterior. Ni siquiera quiero que se vuelvan a juntar. Mire lo que le digo, hasta casi que me lo tomaría como una traición. Lo único que me animaría a reclamarles es también válido para todos en cualquier orden: que, mientras puedan, no se defrauden haciendo algo que no sea lo que auténticamente les sale desde lo profundo del corazón. Me interesa sí, hablar de ese Patricio Rey que para aquel entonces ya llevaba más una década proponiendo la sombra de sus alas como un refugio libertario para los olvidados, los perseguidos y los desplazados. El que era una armada invencible hecha con los retazos de un país que se caía de su propio plato. Un país que si en los 70’ había pasado a la clandestinidad, en los 90’ había pasado a la marginalidad. Y en aquellos márgenes lacerantes y filosos no encontramos jamás abrazo más cálido que el de Patricio Rey, porque lo sentíamos hecho de nuestros propios brazos liberados. Extraños personajes de turbia y dudosa ralea habían poblado desde siempre las canciones de Patricio Rey. Desde las celadoras perversas de Barbazul, o mejor, desde antes del travesti colosal de Pettite Suisse – que ni siquiera era del Indio – venía alimentándose una larga galería de caracteres de los bordes, de sobrevivientes que, como decía Symns, andaban escondidos entre los pliegues de la pesadilla colectiva. Lobo dio cuenta de una buena cuota de ellos: El deseo esperanzado para el ladrón de breto viejo, huyendo por las calles de las ciudades pesadillescas de Dashiel Hammet. El pibe que mató al viejo y se escapó en barco de una vida de bolseo, violencia y abandono. La cruz de palo para el que se pasó de rosca y acabó del otro lado. El amor herido entre prostitutas de frontera como la inolvidable Tacuara, del cuento Las Fieras de Roberto Arlt, y los arribistas arruinados y asfixiados en la tarde agobiante de su exilio interior. Filas inacabables de borders y fugitivos, que se agolpaban con belleza en la cascada de adjetivos implorantes de Buenas Noticias. Nos veíamos al fin en un espejo donde eran hermosas nuestras heridas, volvíamos a ser las flores del fangal que una voz gastada rescataba desordenadamente del arcón de los tangos perdidos. Retornábamos a aquella idea primigenia del rock and roll y de todas las músicas populares del mundo: Éramos un dolor que se baila. Y eso mientras afuera todo a nuestro alrededor se desmoronaba, la tierra se hundía y la marea nos arrastraba a un agujero negro sin fondo a la vista… Carajo, ¿Cómo no nos íbamos a enamorar?

"El macrismo es el menemismo que va a misa"

Entrevista (vía correo electrónico) con el filósofo Tomás Abraham. ¿Existe la derecha en Argentina? Por Enrique de la Calle AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué evaluación hacé de estos seis años de macrismo en Ciudad de Buenos Aires? Tomás Abraham: Me parece una administración aceptable. Se dedicó en especial al área del transporte. Y no es de extrañar. Hoy las ciudades son de los autos y del cemento. Bicisenda bien. Metrobus bien, quizás no la 9 de julio porque la afearon y han hecho de “la más ancha” un espacio ocupado por explanadas toscas sin color, una especie de estación Retiro al aire libre a lo largo de la avenida. Quizás se podría haber buscado soluciones alternativas para el desmadre urbano. El Rosedal sigue siendo una belleza gracias al cuidado y a que la enrejaron. Parque Centenario lindo. Parque los Andes lindo. Lo del Colón está bien. Creo que el traslado de la administración de la ciudad a los alrededores del Borda está bien sin que sea necesario reprimir como lo hicieron ni rasgarse las vestiduras porque los internos van a ser sacrificados. Descentralizar e invertir en esa zona está bien (ven que no digo “está bueno”). Lo de los subtes avanza. Puerto Madero parece Alphaville, es fantasmal, como si estuviera “deshabitado” por gente extraña. Han tratado de terminar obras de entubamiento para morigerar inundaciones. Sin embargo, en la ciudad hay muchos puestos de autoproclamados artesanos que venden velas y muñequitos por todas partes y mi barrio es un quilombo. Estoy podrido que me toquen el bongó el sábado a las tres de la tarde y que las murgas ensayen en mi cama. Debemos crear una legislación que imponga el respeto a los sentidos del semejante. No podemos tirar carne podrida en la puerta de una casa, no podemos llenar de letreros y pantallas las fachadas de los edificios, no podemos hacer ruidos estentóreos en lugares públicos. Tomemos en cuenta que Buenos Aires es rica. Tiene un ingreso por habitante que cuadriplica al distrito que le sigue en importancia como los de Rosario y Córdoba. Padeció estos años el boom del consumo en especial el del parque automotor que rompe todo. Así que desde el punto de vista de la gestión, pasable. Más bien que mal. APU: ¿Cómo ve la gestión en otras áreas sensibles como acceso a la vivienda o programas sociales? En un contexto de crecimiento económico y boom inmobiliario la Ciudad presenta un importante déficit habitacional. Parece darse un proceso parecido al de Rosario. ¿Cuál es su análisis al respecto? TA: ¿Rosario? No entiendo a qué se refieren. La vivienda no es un problema porteño, es nacional, no es de hoy, es de anteayer. Requiere sumas siderales y una política muy elaborada. ¿Cómo hizo el neoliberalismo chileno para hacer que tengan viviendas la enorme mayoría de sus proletarios y que no haya más villas miseria? Hay casas vacías en la ciudad, claro, en un país en donde los ahorros se los apropia el Estado para llenar los bolsillos del personal a cargo de la administración pública y sus socios capitalistas, y la inflación hace del dinero papel mojado, la clase media invirtió en ladrillo para obtener una renta. Ocupar departamentos fue una buena idea de Stalin, pero torturó a toda una sociedad. En política hay que solucionar los problemas sin provocar daños peores que la solución. Hacer del Sheraton un Hospital de Niños no crea mejor salud pública, son políticas de venganza, de resentimiento pequeñoburgués. Humberto Tumini me decía que a Macri en Villa Lugano nadie lo odia. Tiene punteros fuertes, etc. Por eso para entender por qué a Macri no lo votan solamente la clase media y los ricos y saber de los programas sociales, habría que preguntarles a los del Pro, a Marcos Peña, María Eugenia Vidal, etc. Seguramente que nos inundarán de cifras. Pero, por lo que sé, desactivaron muchos programas que venían de Ibarra-Telerman, y se sienten mejor con Caritas y adláteres. Son reaccionarios en ese sentido, les gusta el alma y convertirla en nombre de un Poder Pastoral. De todos modos no soy un comefrailes, no tengo prejuicios ilustrados, creer en Dios no es peor que creer en el Pueblo Redentor con Significante Vacío elaborado por monseñor Laclau, y admitamos, además, que al kirchnerismo le gusta el cuerpo de sus asistidos, siempre en villas, siempre bajo custodia, siempre necesitados y convocados. APU: ¿Cómo definirías al macrismo desde el punto de vista ideológico? TA: El macrismo es el menemismo que va a misa. Es new age, es pacato, sensiblero, correctito. Tratan de llegar al pueblo más pobre con el peronismo, con Boca, con un paternalismo soft, edulcorado. Se derriten por Francisco, y tienen a mi amigo Sergio que les habla de la verdad, de la virtud, de la responsabilidad y de la ciudadanía. Cuando dicen “vecino”, se cae todo, es una mariconada. Es como vender pirulines en la Doce para endulzar a la barra. Bergman es buen tipo. Larreta labura mucho. La Michetti creo que la pifia seguido. La Vidal no sé…pero todos tienen aires de UADE, o de IDEA, de empresarios vestidos de oenegés. Admito que habitan un mundo en el que los valores se discuten en todos los ámbitos. Respecto de la sexualidad, de las drogas blandas y duras, de la juventud, de la seguridad, todo se discute y no hay que extorsionar con el pensamiento emancipatorio, moralmente correcto, a la pesca de pecados capitales y prejuicios ajenos. Son comprensibles las dudas, los va y viene, los arrepentimientos y las autocríticas. Son tiempos de multiculturalismo que en nombre de los derechos de las minorías y del llamado comunitarismo, a veces terminan justificando políticas segregacionistas que diagrama para cada grupo su espacio y se convierten en tribus a las que no debe molestarse con la mezcla. Es cierto que se ha legislado a favor de derechos de grupos que fueron siempre discriminados, pero las costumbres tienen un tiempo lento. Creo que la ley ayuda a luchar contra la discriminación, pero no impone la libertad por decreto. En nuestra sociedad al tiempo que se proclama el matrimonio de personas del mismo sexo y el derecho a la adopción, muchas figuras prominentes ponen un biombo alrededor de su privacidad por temor al señalamiento. Y bien que hacen. En síntesis, es posible que el macrismo tenga una realtiva voluntad de cambio a pesar del peso de una tradición conservadora y temerosa, tanta o más apertura política y disposición a modificar su relato, que el kirchnerismo y otros sectores del llamado progresismo. Pero mantengo una reserva: el día en que sean fuertes, en que el mundo vire hacia formas autoritarias de poder o que se pongan en peligro sus adherencias más íntimas a valores sacros, no sé si mantendrían la amabilidad que distribuyen entre los “vecinos”. Ya vi como mi amigo Bergman hizo alianza con sectores fundamentalistas, misóginos y sectarios hasta el racismo, del judaísmo institucional, para hacer tambalear a grupos afines al gobierno. APU: ¿Por qué cree que se trata de un modo de gestionar y de un discurso con tanta aceptación por parte de la ciudadanía porteña? TA: Y medio por rebote, si a los porteños les dicen gorilas, caceroleros, rubios, etc, no quieren ser demonizados en nombre de un populismo burgués, claro, como todos los populismos que enriquecen a nuevos oligarcas en nombre de los pobres, y les gusta que los mimen. Si les dicen que si llegan dos horas más tarde a casa, que se jodan por tener un auto y que los que van a pié tienen más derecho a cortar todas las calles que se les cante, no les gusta. Votaron a Ibarra, votan a Macri, así que no siempre votan a los mismos, pero lo que sí parece es que no les gusta Cristina y su ballet. Tomemos en cuenta que Buenos Aires, Rosario, Córdoba, son ciudades grandes, las más grandes, llena de foros de discusión e información a granel. Hay que pelearla más para convencer al electorado, el feudalismo es más poroso y no alcanza con los planes. APU: ¿Por qué cree que el macrismo tiene tanta incapacidad para saltar a un tipo de construcción nacional? TA: No puede saltar porque su jefe no da con el perfil. Tiene un habla torpe y pobre. No dice nada. Pone cara lavada. Desconoce cuanta cosa pasa en el mundo. Su referente global es Aznar. Quiere ser el jefe de los peronistas y ni le dan la hora. Para hablar en términos del kirchnerismo: parece un gorila vestido de bostero. Pero no por eso me parece un enemigo del pueblo, no es peor, que otros candidatos de variado color. APU: ¿Usted apoya la candidatura de Alfonso Prat-Gay, es así? ¿Por qué? TA: La verdad es que me interesaba la junta Prat-Donda, porque es fundamental que nos desasnemos del relato nacional y popular que nos hace pobres de cuerpo y espíritu. Y un tipo que sabe que el mundo es redondo y una luchadora joven por los derechos e hija de desaparecidos no cooptada por el gobierno, puede hacer pensar que quieren aprender. En el mundo de la política ese tipo de apertura es importante. Para su desgracia, el spot de Prat que dice “soy un tipo privilegiado, estudié, trabajé, me fue bien, quiero devolverle algo a la gente para que viva mejor”, muestra incapacidad comunicativa y falta de convicción. ¿Un tipo privilegiado? ¿Está en un confesionario? No aprendió nada del kirchnerismo? Saben amarrocar toda la guita y decir que siempre estuvieron del lado del pueblo porque trabajaron desde niños. Estos liberales no aprenden nunca. Sin llegar a ser cínico, no hay por qué tener una visión púdica de la honestidad por la cual la culpa purifica el corazón. Pero el voto es secreto, así que no digo a quien voy a votar aunque me gusta que gente como Terragno, Lousteau, Prat y Donda estén en las cámaras. Mejora la calidad. APU: ¿Qué pasa con la derecha en la Argentina? ¿Existe? Hablamos con funcionarios del macrismo, con los promotores de los cacerolazos y en ellos se ve algo que se repite en buena parte de la sociedad argentina, esto es: la incomodidad con ésa definición ideológica. Posiblemente, La Nación no se defina de ese modo. ¿Esto se debe a que “derecha” e “izquierda” son términos europeos que no sirven para pensar la realidad argentina, o hay algo más? TA: Para qué meternos en camisa de once varas. ¿O acaso De Vido, Zannini, Milani, Berni, Moreno, Boudu, Mariotto, el matrimonio Alperovich y Anibal Fernández, etc, son de izquierda? Hoy la derecha explícita la representa De Narváez. Logró ponerse la camiseta del orden. Tiene verba. Pone cara de duro. Dice Ella o Yo. Pero es colombiano y lo jodió Massa. APU: ¿Ser de “derecha” pasa solamente por expresar un programa “del orden”? TA: Y un poco sí, orden, respeto, seguridad, propiedad, individualidad, por eso la derecha puede ser liberal y democrática y no deja de serlo por esas consignas, y la izquierda con su igualdad puede ser letal y asesina. Pero es una derecha débil, no tiene fuerza represiva. Quienes hemos vivido en el país el último medio siglo, hemos conocido la derecha dura. La que tenía poder moral y político. La que se insertaba en el mundo bipolar y la guerra fría, y defendía con armas los valores del occidente cristiano. Hoy es distinto, la derecha tiene vergüenza, y la izquierda no la suficiente después de las tiranías policiales del sovietismo ideológico hoy aún vigente en Cuba y en China. En lo que a mí respecta, hace tiempo que lo manifesté, soy del extremo centro evocando aquella agrupación del mayo francés, el movimiento por el cual todas las minorías deben tener garantizado el uso de la palabra y la inviolabilidad de sus cuerpos. Ésa es mi línea divisoria. Todo el resto es opinable. APU: Aceptando las dificultades para hablar de derechas e izquierdas. ¿El macrismo y el kirchnerismo son lo mismo en términos de políticas públicas? TA: Ni son lo mismo ni son diferentes. Unos afanan mucho, los otros no. Los mejores en políticas públicas me parecen los socialistas de Santa Fe. Pero el macrismo como el kirchnerismo, como el sciolismo, el massismo, etc, no son nada, son asociaciones transitorias cuyas huellas se borrarán rápido. El tiempo de la historia es inclemente. Quienes quedarán? Nosotros, nuestros hijos y nietos en un territorio que atesora las riquezas del futuro, la de los elementos primarios, la del agua, la energía, la de las tierras más fértiles, la de los metales, rodeados por nuevos amos mientras nosotros seguimos con nuestra novela familiar. APU: ¿No es antipolítico ese planteo? La idea de reducirlo todo a “unos afanan mucho, los otros no”. El riesgo de esos planteos ¿no es reducir la política a una concepción estilo Lanata, donde todo queda restringido a denuncias televisivas de corrupción y afirmaciones como “con la plata que se roban se pudieron comprar gasas para hospitales”? TA: Todo lo contrario, es política pura. No hay posibilidad de que nuestra sociedad sea más democrática mientras tengamos un Estado Pirata. No se trata de honestismo, ni de republicanismo, ni de denuncia moral. La corrupción en Argentina no es un problema moral, es un problema político y de los más graves. No se restringe al Estado, es la sociedad la que funciona con ilegalismos. Por eso muchas denuncias que se hacen es para ocultar complicidades y escapar al bulto. Pero es el Estado quien organiza el desfalco y da luz verde para su funcionamiento. Sólo un país como el nuestro que produce plusvalía con relativa facilidad por sus riquezas naturales, pudo soportar sin guerras totales una destrucción general de sus riquezas y el enriquecimiento inmenso de un grupo oligárquico que no pudo hacerse millonario sin apropiarse de la organización estatal. Esto ocurre desde el reparto de tierras por el general Roca hasta los bonos esfumados de Santa Cruz. Comprendo la incomodidad de algunos pocos con buena fe que no pueden digerir que un gobierno que dice defender los derechos humanos y que reabrió el juicio a los represores del Proceso se meta en sus bolsillos ingentes sumas de la riqueza nacional en nombre de la liberación. Pero no asumir ni siquiera la contradicción en la que se está y tranquilizar la conciencia militante con el argumento de que es un show mediático impiden que aquello que se quiere rescatar de positivo en estos diez años constituya una base firme para un cambio en la Argentina. Si no queremos ser un país subsidiario con una juventud sólo consumidora de productos de tecnología importada, pagadas con granos y productos de bajo nivel agregado, si queremos un futuro más libre y participando de una modernidad enigmática pero irreversible, si sólo nos quedamos en que los pobres de hoy son menos pobres que los de ayer y que con tres pesos por día se come, si queremos algo más, entonces la reforma del Estado para que quienes lo gestionen estén bajo la lupa popular a través de instituciones sólidas, es imprescindible.

"El preso sólo tiene restringida la libertad ambulatoria, no el resto de los derechos"

Entrevista a Mario Juliano, Juez del Tribunal en lo Criminal de Necochea y miembro de la Asociación Pensamiento Penal, sobre trabajo en las cárceles argentinas. Por Nahuel Placanica I AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo es el régimen de trabajo en las cárceles argentinas? Mario Juliano: Hay dos formas de trabajo. Una es la que los propios presos prestan para el propio Estado, es decir, el trabajo que se hace en la cocina, en la limpieza de los establecimientos y trabajos que se hacen para otras instituciones, como arreglos de bancos para las escuelas. Esto representa un trabajo que el Estado se ahorra. La otra, es el trabajo tercerizado. En el servicio penitenciario bonaerense se ha promovido una iniciativa que es traer empresas privadas, particulares, intramuros, es decir, dentro de los propios establecimientos en los cuales los internos prestan un servicio de acuerdo al rubro de cada empresa. Personalmente estoy totalmente de acuerdo con la realización de trabajos dentro del servicio penitenciario. Que el condenado o procesado tenga la posibilidad de realizar trabajos remunerados para poder atender sus propias necesidades y la de sus familiares, eso es un valor que debe ser promovido. No estoy de acuerdo en que el trabajador privado de la libertad tenga un trato diferente al trabajador que no se encuentra privado de su libertad. No existe argumento legal, ni de ninguna índole que habilite a este trato diferenciado, que muchas veces se presta a situaciones de trabajo esclavo. La circunstancias de encontrarse privado de la libertad, convierte al individuo en una suerte de objeto de este imaginario social del preso con el traje a rayas y picando piedras al costado de los caminos. Esa es una idea que debe ser desterrada. El trabajo en cárceles debe tener la condición de que se respeten todas las obligaciones, remuneración acorde a la ley, seguridad social, obra social y jubilación como corresponde en el caso de cualquier trabajador. El Estado debe beneficiar a aquella empresa que quiere ir intramuros, dándole algún tipo de beneficio impositivo. APU: ¿Qué otras formas de relaciones laborales se dan en las cárceles? Tengo entendido que hay experiencias de cooperativas de presos. MJ: Sí, claro. Hay cooperativas, una de ellas es la cooperativa Kbrones, uno de cuyos dirigentes es un compañero y amigo, Daniel Barbosa, que realiza una importante tarea a través de la coperativización no sólo intramuros, sino también fuera de los muros dándole la posibilidad al liberado cuando sale, de poder reinsertarse en el mercado productivo, superando las barreras que normalmente se le ponen a los liberados para tener un trabajo digno. APU: ¿Cómo ve esta experiencia reciente de un sindicato que agrupe a estos trabajadores intramuros? MJ: Apoyamos la idea de modo incondicional. Estamos promoviendo la necesidad que los trabajadores privados de la libertad, se agremien para reclamar por sus derechos constitucionales. La agremiación es un derecho constitucional consagrado en el artículo 14 bis y en el cual no se encuentran restringidas las personas privadas de la libertad. Esto no es algo que se me ocurra a mi decirlo, esto lo ha dicho la Corte de la Nación haciéndose eco de la Corte de los EE.UU. No existe una cortina de hierro entre el privado de la libertad y la Constitución, es decir, el privado de la libertad de lo único que está restringido es de la libertad ambulatoria, no del resto de los derechos consagrados por la Constitución, entre ellos el de agremiarse, el de estudiar, el de trabajar y los derechos que tiene cualquier ser humano. La sindicalización les va a permitir reclamar por sus derechos laborales y les va a posibilitar percibirse como sujetos de derechos y no meramente como objetos del sistema carcelario APU: ¿Esta presencia de empresas intramuros se da sólo en la Provincia de Buenos Aires? MJ: Básicamente en la Provincia de Buenos Aires es la que ha desarrollado este sistema. No conozco, salvo algunas experiencias aisladas, que esto sea promovido en otros distritos. APU: La administración de quienes acceden a un empleo en la cárcel ¿Lo administra el servicio penitenciario? MJ: La selección de las empresas que van a ingresar es del Servicio Penitenciario aunque el Ministerio de Gobierno está interviniendo en forma directa. APU: ¿Cuándo se registran abusos por parte de la patronal, cuáles son los mecanismos de acción en esas circunstancias? MJ: Lo mismo que cualquier trabajador, un preso al cual se le desconocen sus derechos laborales, debería recurrir a un tribunal de trabajo para hacer una demanda o al Ministerio de Trabajo y hacer una denuncia por lo que le suceda. APU: Una persona que recupera su libertad, ¿Qué dificultades encuentra a la hora de re-insertarse al mercado laboral? MJ: Muchos sectores de la sociedad proclaman a cuatro vientos la necesidad de la reinserción, de la resocialización pero cuando llega el momento se ponen muchos obstáculos. La persona que ha pasado por el sistema penitenciario es mirada de reojo. Algunas empresas, sin una justificación valedera, requieren un certificado de antecedentes, una actitud, desde mi punto de vista, totalmente discriminatoria.

Los golpes de septiembre El rol del "círculo rojo" a lo largo de la historia argentina y el impacto sobre los sectores populares.

Septiembre no es un buen mes para la historia de las mayorías argentinas. Se produjo la secesión de Buenos Aires en 1852, la Batalla de Pavón en 1861, el golpe de Estado contra Hipólito Yrigoyen y el derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955. Septiembre, vaya capricho del almanaque, cobija en su vientre tres de los momentos más duros y difíciles para lo que comúnmente se denomina "sectores populares" –que, definidos por extensión, incluyen a los pobres, a los trabajadores, a las provincias– y a los intereses nacionales –es decir, de Estado, como representantes de esas mayorías–. Vale la pena recordarlos, pero hay que hacerlo sin falsos revisionismos ni engañosos edulcorantes que nos sirvan para sostener fantasmagorías presentes. Esta semana, dos publicaciones de diferentes extractos ideológicos –La Nación y la agencia Télam– cometieron el mismo error: banalizaron "el mal" de los golpes de Estado. Y es una señal peligrosa de los tiempos que estamos viviendo. Algo adelantó Mauricio Macri esta semana: "El fin justifica los medios", dijo, y nos recordó a los argentinos que el mentado "Círculo Rojo" –la poderosa minoría que siempre tuvo las riendas del poder real en la Argentina– siempre fue capaz de realizar cualquier cosa con tal de no perder el privilegio de la dominación en nuestras tierras. Siempre me llamó la atención la perversidad de los hacedores de la Ciudad de Buenos Aires. A la quinta de los Dorrego la llamaron Plaza Lavalle en homenaje a Juan Galo, asesino de Manuel (primer líder nacional y popular de la Argentina). Bernardino Rivadavia, el hombre que más combatió a las provincias desde el Primer Triunvirato y desde el gobierno de Martín Rodríguez, tiene su monumento en la Plaza Once de Septiembre, el sitio donde está emplazada la cabecera del ferrocarril que recibe a toda la "provincianada" del Gran Buenos Aires. Quienes se bajan del tren Sarmiento acceden a la plaza y creen que su nombre se debe al "Padre de las Aulas". Pero no es así. Los hacedores de Buenos Aires quisieron recordarle a esa provincianada "ladina y bullanguera", como podría llamarla Jorge Luis Borges, que un 11 de septiembre de 1852 los porteños hicieron una revolución para ser libres de la Confederación Argentina. El ciclo abierto ese 11 de septiembre comenzó a cerrarse el 17 de septiembre de 1861 en la Batalla de Pavón, cuando Justo José de Urquiza defeccionó al mando del Ejército Grande de la Confederación frente a las tropas del ya casi derrotado general porteño Bartolomé Mitre. La traición de Urquiza –producto de un complejo proceso de deslealtades cruzadas entre los líderes confederados– le dejó el campo libre a los porteños para que, al mando del futuro fundador de La Nación, arrasara con los gobiernos federales de las provincias e iniciara el largo y brutal Proceso de Organización Nacional. Durante ese "Proceso", Mitre y los suyos –fundamentalmente sus coroneles José Arredondo, Wenceslao Paunero y Ambrosio Sandes– se dedicaron a masacrar a los pueblos de las provincias y a imponerles su evangelio a fuerza de degüellos masivos –como ocurrió tras la Batalla de Cañada de Gómez– o asesinatos selectivos como el del Chacho Ángel Vicente Peñaloza, colofón del crimen producido unos años antes contra el gobernador sanjuanino José Agustín Virasoro. La batalla de Pavón le dejó el campo libre al mitrismo para organizar el país a su manera, bajo un modelo liberal agroexportador de acoplamiento al proceso industrial británico y con una institucionalidad francamente elitista y conservadora que profundizaba la subalternidad de los sectores populares. Ese proceso comenzó a resquebrajarse con la llegada al gobierno del radicalismo de la mano de Hipólito Yrigoyen. Si bien el radicalismo no logró quebrar el sistema agroexportador, democratizó política, social y económicamente al país, permitiendo a vastos sectores de la clase media aspirar a la burocracia estatal y a lugares de expectación pública. El yrigoyenismo quebró el alineamiento automático con Gran Bretaña, comenzó lentamente el proceso de industrialización, de proteccionismo económico y de desarrollo de la industria energética en nuestro país. A mediados del año 1930 Yrigoyen pensaba en nacionalizar toda la industria petrolera expulsando al gran trust internacional, por ejemplo. Es posible que su gobierno sufriera un proceso de desgaste y de debilidad extrema, pero esas no fueron las causas de su derrocamiento. Basta leer las crónicas de la época para darse cuenta de que la vieja oligarquía desalojada del gobierno en 1916 quería volver a implantar el fraude patriótico para recuperar lo que siempre consideraron suyo. Ese fue el verdadero sentido del golpe de Estado que se produjo el 6 de septiembre de 1930. El viernes la agencia Télam escribió en sus efemérides: "Es derrocado el presidente constitucional Hipólito Yrigoyen. En las horas febriles que precedieron al golpe de Estado del general José Félix Uriburu, el gobierno de Yrigoyen es un fantasma que no atina a reaccionar, pero la conspiración carece de toda base militar. El general Uriburu divaga y discute alegremente la formación del futuro gabinete. Sólo el hundimiento total del radicalismo, la parálisis de sus centros de poder y de sus íntimos reflejos permitieron que las alucinaciones del mediocre general pudieran convertirse en realidad." No me pareció feliz. Es más, me recuerda a esta otra aparecida el lunes en el diario La Nación: "Ni las balas de plomo derrocaron al General Juan Domingo Perón, ni existen balas de tinta, ni, en caso de existir, podrían destituir gobiernos. Perón no cayó por obra de las armas que alzó la Revolución Libertadora en 1955. Cayó, básicamente, porque su régimen se había agotado y abundaban los escándalos y las burdas muestras de autoritarismo. Las 'balas de tinta' no matan ni hieren, ni mucho menos derrocan gobiernos. Esos proyectiles sólo informan, analizan, investigan y critican. Forman opinión. Si esa opinión, al convertirse en el voto que se deposita en las urnas, resulta políticamente letal, es pura y exclusivamente porque la tinta, al margen de los errores que se puedan cometer, ha sabido transmitir la realidad en la que viven los lectores." Ambos párrafos repiten la falacia y el eufemismo de que no es el proyectil el asesino sino el cuerpo de la víctima que cede ante el plomo caliente que intenta entrar en su carne. Ni Yrigoyen, ni Perón, ni Arturo Frondizi, ni Arturo Illia, ni Estela Martínez de Perón (¿ni Alfonsín?) cayeron por su peso propio. Simplemente, fueron arrojados del poder por los sectores concentrados de la economía y el poder político real con mayor o con menor grado de violencia militar. Pero todos fueron víctimas de esa matriz golpista que los sectores dirigentes –¿el Círculo Rojo?– inauguraron el 1 de diciembre de 1828 contra Manuel Dorrego. Obviamente, no se puede hacer mecanicismo histórico. No es el mismo sector ni los mismos apellidos, pero sí responden a los mismos intereses. No se puede banalizar el mal de ningún golpe de Estado. No se puede banalizar ninguna muerte política. Ese, me parece, debe ser el compromiso más profundo de todo hombre y mujer que se considere profundamente democrático y humanista. Y, además, el más inteligente para todos aquellos que militan en la defensa de las mayorías. Porque ya se sabe: los poderosos ponen el plomo en la tinta y en las balas. Las mayorías populares siempre ponen los cuerpos. -