lunes, 9 de septiembre de 2013

“Méndez quiere una Presidenta con menos fuerza”

Hernán Lorenzino cuestionó en Vorterix al titular de la UIA que pidió un ministro de Economía "con más fortaleza". Adelantó que "se viene un nuevo índice de precios", defendió la administración del comercio y se refirió al pago del Bonar VII. INFOnews El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, le contestó esta mañana al titular de la UIA, Héctor Méndez -que ayer dijo que le gustaría "un ministro de Economía fuerte"-, y aseguró: "Lo que dice Méndez es que quiere una Presidenta con menos fuerza". Lorenzino le respondió a Méndez.Lorenzino le respondió a Méndez. "Lo que dijo me recuerda a otros tiempos de la Argentina, en que se buscaba un ministro salvador, y lo que se deriva es que quiere una Presidenta más débil", afirmó el ministro en diálogo con el programa Guetap de Radio Vorterix, y agregó: "Después dijo que le tenemos miedo. Lo tomo como un exabrupto, como una falta de respeto. Está claro que ningún ministro le tiene miedo a la Presidenta". "Lo que él no puede entender es que tenemos una Presidenta que toma decisiones. Nosotros vamos, tenemos en forma interna las discusiones que tenemos que tener y la Presidenta termina tomando las que cree que son las mejores decisiones", remarcó Lorenzino. En ese sentido, dijo estar sorprendido porque el titular de la UIA no habló durante las reuniones con empresarios: "No recuerdo haber escuchado hablar a Méndez en la última reunión. La Presidenta anunció el tema del Impuesto a las Ganancias en los primeros 15 minutos, la charla duró una hora y media más y todos pudieron expresarse". Lorenzino fue consultado también sobre la inflación, uno de los temas de mayor demanda según las encuestas, y adelantó: "Viene un nuevo índice de precios. Vamos a tener un índice nacional que va a recoger la realidad de todas las regiones y estamos trabajando en conjunto con las provincias". "Tenemos una decisión de tener un índice que sea representativo del conjunto de los argentinos y de todas las regiones", subrayó. En cuanto a las declaraciones de Mauricio Macri, que dijo que impedir la exportación debería constituir un delito y propuso eliminar todas las retenciones, el ministro aclaró: "Todos los paíes serios del mundo administran su comercio exterior". En ese sentido, dijo que lo que propone el jefe de Gobierno es una "una apertura indiscriminada de los mercados en un momento de crisis". "Está claro que ningún ministro le tiene miedo a la Presidenta" "Nosotros estamos convencidos -insistió Lorenzino- de que la administración del comercio es la forma en que los países protegen sus industrias, sus comercios, sus servicios y los gobiernos que tienen como objetivo el crecimiento con inclusión social lo utlizan como herramienta". Sobre las retenciones, opinó: "Nadie seriamente puede hacer un planteo de no cobrarle retenciones al campo con el impacto que eso tiene en la política redistributiva del Estado. Estamos hablando de desfinanciar el presupuesto público. No tiene ningún sentido el planteo de desgravación total de uno de los sectores más dinámico de la economía". Pago del Bonar VII Este jueves, además, el Estado deberá pagar 2.070 millones de dólares correspondientes al Bonar VII. En ese sentido, Lorenzino subrayó que "Argentina sigue cumpliendo" y precisó que "esos 2.070 millones tienen que ver con un bono de legislación local que no tiene nada que ver con los buitres y la deuda emitida a partir de la reestructuración, pero sí es una muestra de que Argentina viene pagando sus deudas en los tiempos que tomó el compromiso de hacerlo". "Este es el pago más importante que vamos a hacer este año y va en línea con la argumentación que estamos haciendo en término de los buitres y el 93% que entró a los canjes del 2005 y 2010", sostuvo el ministro y agregó: "Nos comprometimos a una forma de pago, estamos cumpliendo, tenemos un compromiso con ese 93% y queremos seguir cumpliendo. No podemos poner en riesgo esa reestructuración que nos permitió estar donde estamos por el 0,45% del total que no entró que pretende cobrar el 100% y en un pago".

“Lula pidió ir a las favelas con el Ejército y nadie duda de su pensamiento progresista"

Con estas palabras, el gobernador bonaerense Daniel Scioli defendió la designación de Alejandro Granados como ministro de Seguridad y el envío de gendarmes al conurbano. INFOnews "El Estado está cambiando por las formas violentas y brutales del accionar de los delincuentes. El Estado tiene que reaccionar, readecuar leyes a esta nueva realidad", argumentó el gobernador bonaerense Daniel Scioli en referencia a los cambios anunciados la semana pasada en materia de seguridad. Scioli recordó la decisión del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva de enviar a las fuerzas armadas a las favelas para combatir al narcotráfico y la comparó con el envío de gendarmes al conurbano bonaerense. "Lula pidió ir con el Ejército y dijo: `Si nos derribaron un helicóptero, con qué quieren que disparemos? ¿Con pétalos de rosas?`Y nadie va dudar del pensamiento progresista de Lula", planteó. Scioli dijo que su gobierno seguirá "introduciendo los cambios estratégicos e importantes para cumplir con la expectativa de la sociedad en materia de seguridad". Entre esas modificaciones, el gobernador insistió en la necesidad de que vayan presas todas las personas que sean halladas con un arma sin permiso como parte de un plan de desarme. "Si no hay armas, no hay muertes, entraderas ni secuestros. Tenemos que buscar todos los medios para evitarlas. Aquel que tenga un arma y no tenga el permiso, que quede preso y no salga", indicó. Por último, el mandatario bonaerense defendió la designación de Granados al frente de la cartera de Seguridad y justificó los polémicos dichos del intendente de Ezeiza cuando resistió un asalto en 1999 y llamó a la población a armarse. "Hay que entender que en momentos de emoción violenta, cuando te están amenazando a un hijo, uno puede reaccionar. Esas cosas son impredecibles. Son cosas de hace 14 años atrás", alegó. En aquel entonces, Granados había dicho: "Intentaron entrar a casa y cuando lograron romper la puerta, los recibí a balazos. Tengo una 38 especial declarada, como corresponde y como debe tener cualquier persona que vive en una zona así o donde sea".

"Massa logró tapas de diarios con ideas que ya existen"

Entrevista de Tiempo Argentino a Margarita Stolbizer, cabeza de lista del Fpcys. El rol político de los grandes medios y el poderío del PJ bonaerense, bajo la mirada de la diputada de GEN. Por: INFOnews Margarita Stolbizer.Margarita Stolbizer. Por Demián Verduga Son las 10:45 y Margarita Stolbizer está reunida con dos colaboradores en una oficina. A pesar de tener cortinas, a través de los vidrios de la puerta se puede ver el encuentro alrededor de una mesa. Mientras tanto, en el hall de este departamento antiguo en el que funciona el bloque legislativo del GEN, a la vuelta del Edificio Anexo del Congreso Nacional, hay gente joven que entra y sale, va y viene. Un pibe de barba, que ingresa hablando por celular, hace mención a una reunión. Otro que sale se refiere a unos volantes. Un tercero habla de un acto. La actividad militante abunda en tiempos electorales, y el GEN no es la excepción. Stolbizer es la primera candidata a diputada nacional del Frente Progresista, Cívico y Social (FPCyS) de la provincia de Buenos Aires. Una coalición que la reúne con el partido al que perteneció la mayor parte de su vida política, la Unión Cívica Radical. En ese frente comparte la lista con Ricardo Alfonsín, que la secunda. Estos socios –Margarita y Ricardo– compartieron la misma nómina en las elecciones legislativas de 2009, bajo el paraguas del Acuerdo Cívico y Social (ACyS). En aquella contienda conquistaron el 20% de los votos en territorio bonaerense. La cosecha de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que se celebraron el pasado 11 de agosto, estuvo lejos de aquel resultado: fue del 11,13 por ciento. Ahora, Margarita sale de la reunión en la que estaba. Ingresa a la oficina en la que será entrevistada por Tiempo Argentino. Mirá su reloj de muñeca y se sienta en la punta de una mesa ovalada. "Disculpen los minutos de retraso", dice. Y va al grano: "La verdad es que teníamos una expectativa mayor sobre el caudal de votos en las primarias, aunque hayamos conseguido el tercer lugar que simbólicamente tiene su peso." Luego esboza una de las explicaciones que tiene sobre lo sucedido. "Terminamos presos de una polarización (entre el kirchnerista Martín Insaurralde y el "renovador" Sergio Massa, ambos justicialistas) que fue mucho más fuerte de lo que creíamos. Nuestra expectativa hacia octubre es mejorar y por eso hicimos un replanteo de la campaña". "Sin dejar la autocrítica –agrega–, debo señalar que fue una disputa muy desigual: peleamos contra dos estructuras económicas, políticas y mediáticas de gran envergadura". –¿Por qué cree que los votos que el FPCyS obtuvo en las PASO estuvieron lejos de los que había conseguido el ACyS en 2009? Las fuerzas de ambos frentes son las mismas. –Algunos lo explican argumentando que hay un actor más en escena. (NdR: en 2009, como fuerzas de peso, se presentaron el FPV, con el ex presidente Néstor Kirchner a la cabeza; el extinto Unión-PRO, que llevaba a Francisco de Narváez en primer lugar; y el ACyS, que tenía a la propia Stolbizer como primera opción. En las de este año, se agregó el massista Frente Renovador). Yo no coincido con ese análisis. Massa ocupa el mismo lugar que De Narváez hace cuatro años. Hay que poner el foco en otras cosas. Algunas de las opciones opositoras de 2009 no lograron estructurarse como alternativa nacional y eso produjo una decepción en el electorado. Con Massa puede suceder lo mismo y esa es una ventaja que debemos explotar. –¿Se refiere a que ustedes son parte de los frentes panradicales, por llamarlos de alguna forma? –Sí. Nosotros ponemos un gran énfasis en eso. En esta segunda etapa de la campaña vamos a destacar mucho nuestra pertenencia a estas coaliciones, que tienen armado en todo el país y que son la segunda fuerza a nivel nacional después del FPV. Claramente, estamos posicionados como la mejor alternativa de recambio. Somos los que podemos proponer una opción real en 2015. Hemos demostrado que tenemos liderazgos de alcance nacional y desarrollo territorial en todas las provincias. Y para gobernar hace falta eso. –Julio Cobos estuvo respaldando al FPCyS en Pergamino. ¿En qué otra figura piensan para que apoye la campaña bonaerense y mostrar la estructura nacional? –En (Hermes) Binner, por supuesto. El hizo, como candidato presidencial, una gran elección en 2011, en la provincia. Y ganó las últimas PASO en Santa Fe. Queremos que venga. En el caso de UNEN, de Capital, respaldé la precandidatura de Martín Lousteau para diputado nacional. También nos parece una figura interesante para que se acerque. -Los frentes panradicales actuales son muy similares al ACyS. Y lo integran muchos de los mismos dirigentes. ¿Por qué esta vez la coalición no se romperá, como en 2009? –Yo no tengo una visión tan negativa del ACyS. Es cierto que en los comicios de 2011 muchos que habíamos estado unidos dos años antes fuimos en alianzas diferentes. Pero si uno analiza las posturas en el Congreso, las fuerzas siguieron votando juntas. Por otra parte, los propios radicales reconocieron que el acuerdo con De Narváez fue un error. Nosotros nos aliamos con Binner y me parece que quedó claro que ese camino es mejor. Además, no me parece que esto explique el resultado de las PASO. El kirchnerismo hizo un intento de transversalidad con Cobos y fracasó. Y, de todos modos ganó en 2011 con el 54 por ciento. –¿Adónde cree que fueron los votantes que hace cuatro años los acompañaron y ahora no? –Una parte puede estar en el Frente Renovador. Y esa porción tiene una explicación concreta: en ese armado hay intendentes radicales que hace cuatro años habían estado con nosotros. –Como el caso del sanisidrense Gustavo Posse… –Sí. Y también Mario Meoni, de Junín. Allí hay una transferencia visible en la representación política. Por otra parte, creo que no hay que soslayar la gran elección del Frente de Izquierda. (NdR: este frente de izquierda obtuvo el 3,95% de los votos en las PASO bonaerenses). En ese sentido, nos parece que debemos definir bien nuestro perfil de centro izquierda democrática. Ahí también hay algunos votantes que perdimos. –¿Cree que los medios de comunicación opositores postergaron al FCyS para potenciar a Massa? –Absolutamente. A esta altura me parece que eso ni siquiera es opinable. Es un dato objetivo de la realidad. Massa logró tapas de diarios en un día domingo sólo porque anuncia un posible proyecto con ideas que ya existen en el Congreso. Está claro que hay una decisión de sostener esa candidatura. Se paseó por todo los programas de la tarde (NdR: la diputada hace referencia a la presencia del intendente de Tigre en El diario de Mariana y otros programas verpertinos de Canal 13, del Grupo Clarín), no sólo por los programas políticos. Allí a nosotros no nos invitan. Siempre los medios tienen sus favoritos, pero creo que nunca había sido tan explícito como ahora. –¿Influye esto en el resultado? –No es que la gente defina su voto porque un dirigente está en la tapa de un diario, pero hay un elemento objetivo: los candidatos que aparecen en los medios son más conocidos que los que no lo hacen. En ese sentido, aunque yo lleve 40 años militando en política, todavía hay lugares en los que no me conocen. Esto vuelve la competencia muy desigual. –¿Qué van a cambiar de la campaña? ¿Seguirán los spots con la idea del país dividido, el juego de palabras de "Argen" y "Tina"? –Esos spots tuvieron impacto. Todavía hay mucha gente que habla de "Argen" y "Tina". La campaña publicitaria funcionó, pegó porque realmente hay mucha gente que siente que el país está muy polarizado. Pero no fue eficaz en términos electorales. Lo que falló fue plantear que Ricardo y yo íbamos a unir ese país. Es decir, esa parte del mensaje debería haber incluido más a la población en los cambios porque de hecho es así. Son cambios que no pueden hacerlos sólo los candidatos. –¿Cómo siguen los frentes panradicales después de octubre? –Estas elecciones van a legitimar a determinadas conducciones y determinados referentes territoriales. Con eso hay que trabajar después, hacia el 2015. La realidad de cada coalición es diferente. El socialismo no tiene la misma fuerza en todos los distritos. Lo mismo sucede con la UCR y con nuestra fuerza, el GEN. « competir contra el pj bonaerense –El FPCyS y usted en particular suelen sostener que los problemas de la provincia son responsabilidad del Partido Justicialista porque, como usted recuerda, gobierna el distrito desde hace 26 años. ¿Por qué cree entonces que la sociedad bonaerense sigue votando mayoritariamente a alguna opción peronista? –Hay que mirar varias causales. No me gustaría dejar afuera la autocrítica. Me parece que cuando hay un exceso de discurso contradictorio o de internismo, se resta. Por otra parte, el peronismo tiene una gran capacidad para desdoblarse. Y los que estaban juntos hace dos meses se separan y la sociedad cree que son diferentes. Ellos se van recreando, pero muchos de los problemas estructurales de la provincia no cambian. Y no ayuda que ellos crean que ponen un poste con el sello del PJ y ganan. Porque parten de la base de que pueden hacer cualquier cosa y seguirán logrando buenos resultados electorales. –¿Cree posible entonces ganarle al peronismo bonaerense? –Por supuesto. Soy una convencida de eso. Un ejemplo es lo que pasó en Santa Fe. El peronismo gobernó durante años y después perdieron el poder (NdR: el justicialismo dirigió la provincia desde 1983 hasta 2007, cuando la perdió en manos de Hermes Binner, actual socio electoral de Stolbizer).

EL MEGAJUICIO POR LOS DELITOS COMETIDOS EN EL CENTRO CLANDESTINO DE LA PERLA Los crímenes firmados por su autor

Ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba varios testigos contaron cómo los propios represores se ufanaban de haber asesinado y torturado. Sara Osatinsky relató que Héctor Vergez le describió “paso a paso” los homicidios de su marido y sus hijos. Por Marta Platía Desde Córdoba “¿Se van a acordar de mí cuando llegue Nuremberg? ¿Se van a acordar de que yo los ayudé?”, solía repetir, como en un ruego, el represor José Carlos González, alias “Juan XXIII” o “Monseñor”: un torturador que fue jefe de La Perla en 1978 y cuya personalidad oscilaba entre sus pulsiones místico-adoctrinantes y el crimen sistemático. A diferencia de los que se sintieron impunes hasta no hace mucho y supusieron que jamás habría juicio y castigo para sus delitos, él era consciente de que estaba cometiendo crueldades equiparables a las de los nazis, y creía que a todo crimen sobreviene un castigo. Pero que quede claro: no por eso dejaba de perpetrarlos u ordenarlos. “Sí, era un tremendo cursillista –lo describió, entre otros sobrevivientes, Graciela Geuna–. Parecía tener escrúpulos, pero aun así seguía. El solía contar que se confesaba y también que su confesor lo absolvía.” Que la Iglesia lo absolvía. Como a tantos otros criminales de lesa humanidad. González, quien murió impune en la década del ’90, sí logró que los que salieron con vida del holocausto cívico-militar lo recordaran en este Nuremberg argentino, pero no precisamente para agradecerle. No en el sentido “salvador” que esperaban él o los demás represores por el supuesto favor de una violación no tan feroz, de un golpe o de una humillación menos. A lo largo de las 72 audiencias que lleva el juicio, varios testigos describieron atroces crueldades no sólo porque las padecieron en carne propia, sino porque fueron los mismos criminales los que se solazaron contándolas como si fuesen hazañas. Algunos hasta casi las firmaron: como si se tratara de un artista que firma una obra de arte. Total –solían repetir en los campos de concentración– hablaban “con muertos vivos”. Uno de los casos más aberrantes de este tipo de perversión con sello de origen fue el que sufrió Sara Solarz de Osatinsky: la viuda del reconocido militante Marcos Osatinsky, cuyo asesinato en Córdoba mencionó Rodolfo Walsh en su legendaria Carta abierta a la Junta Militar de 1977. Sara atestiguó que fue el represor Héctor Pedro Vergez, alias “Vargas” o “Gastón”, el que no le ahorró ni media pena, quien le relató el itinerario de sangre y muerte que diezmó a su familia y que, hace algunos días, Sara contó ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de esta provincia. La única sobreviviente de la familia de Marcos Osatinsky viajó desde Suiza para dar su testimonio. Sara, de 77 años, recordó que el mismísimo Vergez la fue a buscar a la ESMA, donde la mantenían torturada y cautiva, con el fin de trasladarla a Córdoba para asesinarla: “El me dijo que el apellido Osatinsky tenía que ser borrado de la faz de la Tierra en Córdoba –remarcó–. Y me contó paso a paso cómo mataron a mi marido Marcos; a mi hijo Mario, de 19 años, y a José, el menor, de 15”. Sobre José, incluso, Vergez le enrostró a la madre una queja de asesino frustrado: “Al más chico lo mató la policía... Desgraciadamente no fuimos nosotros. Nos ganaron de mano”. Los “no-sotros” de Vergez eran sus cómplices y sicarios del Comando Libertadores de América (CLA), la versión cordobesa de la Triple A. En la sala de audiencias, lo de Sara fue a veces insoportable. Pero con la energía de quien despertó todos estos años, día por día cuidando cada bocanada de vida para llegar a este momento, ella declaró durante más de cinco horas con las fotos de sus amados sobre su escritorio. “El (Vergez) me dijo que querían borrar nuestro apellido de la faz de la Tierra. Pero no pudieron, y acá estoy yo para dar testimonio por los míos, por mí”, dijo Sara, y el represor pegó su barbilla contra el pecho, la boca ajustada en una mueca que ya no pudo destrabar. “¿Y usted cómo es que sabe todo eso?”, preguntó el juez Julián Falcucci. “Es que Vergez me contó todo. El me buscó en la ESMA y habló, habló... Me contó cómo habían torturado a Marcos (Osatinsky) en el D2, en el Campo de la Ribera. Cómo lo habían llevado una vez a una quinta para picanearlo, pero que como se les cortó la electricidad y no pudieron, entonces lo ataron al paragolpes de un auto y corrieron carreras con su cuerpo torturado. Me dijo: ‘su marido es un hombre muy recto, ¿sabe? No le pudimos sacar ni una palabra’. Y que cuando ya estuvo muerto y lo llevaban en un cajón rumbo a Tucumán para entregárselo a sus familiares para que lo enterraran, él y los del Comando Libertadores de América se robaron el cajón, lo abrieron y dinamitaron el cuerpo”. Sara aseguró que ella tuvo “una especie de premonición el día que mataron a Marcos (21 de agosto de 1975). Nadie tuvo que avisarme. Me desperté de golpe, oí una sirena de la policía y supe que ya estaba muerto.” Algo parecido le sucedió con el asesinato de su hijo Mario: “Este hombre (Vergez) me contó que lo rodearon a él y a tres amigos en una casa en La Serranita. Que con megáfonos les dijeron que salieran. Ellos escaparon por detrás. Uno de los muchachos conocía muy bien la zona y huyeron por el monte. Pero en la madrugada, cuando subieron a la ruta cerca de Alta Gracia, como todos los caminos estaban tomados por los militares, los estaban esperando y los acribillaron. Yo estaba en casa. De pronto por la radio una voz dijo ‘Alta Gracia’ y me desmayé. Caí seca al piso. Cuando volví en mí, lloraba a los gritos”. Con Sara ya secuestrada y cautiva en la ESMA, Vergez tampoco se ahorró ironías en la descripción de la feroz cacería humana en la que asesinaron a José, de 15 años, el hijo más pequeño de los Osatinsky. La laceró repitiéndole que “desgraciadamente” la policía se les había adelantado a los suyos, los del CLA. “José todavía iba a la secundaria, era nada más que un chico –se quebró la madre–. Me contó que lo corrieron por los techos de las casas del barrio. Que lo acribillaron.” Con los ojos fijos en la foto del hijo, Sara contó que, a diferencia de Marcos y Mario, “a él no pude llorarlo. No quería creer que estaba muerto. Recién en 1984, cuando lo encontraron en una fosa común y me avisaron, pude hacer el duelo... La doctora María Elba Martínez (una de las abogadas decanas en la defensa de derechos humanos de Córdoba, que murió el 17 de agosto pasado) me llamó y me dijo que habían identificado sus restos... Le pedí a ella que lo enterrara. Yo ya estaba en el exilio”. Pero los restos no pudieron ser sepultados. Ocurrió que a último momento –y aún no está claro por qué– “alguien” dio una orden y las bolsas con los huesos de él y de otras víctimas de la represión fueron incineradas. La querella del abogado Claudio Orosz y la fiscalía de Facundo Trotta pidieron que se investigara la cadena de autoridades: desde el intendente hasta el director del cementerio, ya que “en 1984 Córdoba vivía en democracia”. Sara nunca fue trasladada a Córdoba. Pero el detalle de los crímenes de sus dos hijos y esposo se fijaron en su memoria nada menos que por la palabra de quien se adjudicó la autoría. Y en este punto Héctor Pedro Vergez parece llevar la delantera a sus cómplices, aunque no es el único cultor de esta perversión ególatra. También por su propia boca se conocería paso a paso cómo masacraron a la familia de Mariano Pujadas: uno de los 19 jóvenes acribillados en Trelew en 1972. El testigo Gustavo Contepomi, quien declaró desde España por videoconferencia, denunció la existencia de “un documental catalán” en el que los periodistas fueron guiados por “una voz” que él creyó reconocer “como uno que se hacía llamar Gastón, y que por las indicaciones, lugares y precisiones que les daba a los documentalistas no podría ser de alguien que no fuera partícipe necesario en la masacre”: la madrugada del 14 de agosto de 1975 en que un comando del CLA mató al padre, la madre, el hermano y dos cuñadas del joven Pujadas. Al respecto, las testigos Cecilia Suzzara y Liliana Callizo coincidieron: “Vergez siempre se jactaba de cómo los habían tirado en un pozo y los dinamitaron”; al tiempo que Callizo implicó también a Barreiro en esta matanza. Es que entre la horda afecta a reclamar el derecho de autor también se cuenta el represor Ernesto “Nabo” Barreiro, quien, entre otros crímenes, no habría tenido reparos en descerrajarle en la cara al sobreviviente Jorge De Breuil mientras lo atormentaba en el Campo de La Ribera: “¿Te gustó la orgía de sangre que hicimos con tu hermano?”, refiriéndose al fusilamiento de Gustavo De Breuil, asesinado junto al abogado Miguel Hugo Vaca Narvaja (h.) y a Higinio Toranzo en un simulacro de fuga. Una frase-tortura que De Breuil remarcó en sus testimonios ante el Tribunal. Otros, como el pertinaz violador Miguel Angel “Gato” Gómez, gustaba de quitarles la venda a sus víctimas antes de ultrajarlas y les lanzaba: “Mirame bien, yo soy el Gato, tu torturador”. O José “Chubi” López, quien le ordenó a Graciela Geuna que lo mirara “porque cuando te podamos matar te voy a matar yo. Y cuando te mate, lo último que vas a ver son mis ojos”. O el relato de una noche en La Perla, cuando ante Patricia Astelarra el represor “Luis Manzanelli y otros contaron como una anécdota cómo habían asesinado en la ruta al obispo (de la Rioja, Enrique) Angelelli, y cómo lo habían dejado tirado en el pavimento, con los brazos abiertos en cruz”. Reconocido por su saña en la sala de tortura, Manzanelli solía presumir de que “todos, absolutamente todos los que pasaron por aquí han pasado por mis manos”. También por su propia boca, y en su afán por ensuciar a los sobrevivientes, el represor civil Ricardo “Fogo” Lardone terminó admitiendo, en pleno juicio, haber participado en “lancheos”: recorridas por la ciudad para secuestrar gente y alimentar así la maquinaria de terror, tortura y muerte de La Perla.

IRREGULARIDADES EN LAS CONSTRUCCIONES QUE AUTORIZA EL GOBIERNO DE MACRI Las obras fantasma de la ciudad

Un edificio de lujo llegó a estar habitado sin tener nunca un expediente en la Dirección de Obras. La Subsecretaría de Trabajo funciona en un inmueble inhabilitado. La falta de inspectores. Por Gustavo Veiga Un señorial edificio fantasma de ricos y famosos que no tiene número de expediente. Apenas siete inspectores del gobierno porteño para controlar 150 mil ascensores en toda la ciudad. La Subsecretaría de Trabajo que funciona en un inmueble inhabilitado y que no cumple con las más elementales normas sanitarias, de higiene, seguridad y evacuación de incendios donde trabaja su propio personal. Demoliciones y excavaciones que no respetan las normas. El lobby empresario de la construcción que devora metros cuadrados de espacios verdes y pretende arrasar con las verificaciones. El combo de negligencias que tolera el gobierno de Mauricio Macri es tan evidente que, por fortuna, no hacen falta más víctimas de derrumbes para comprobar que algo anda muy mal en Buenos Aires. El gobierno acaba de publicitar que realizó 9063 inspecciones laborales en obras en lo que va de 2013 (ver aparte), pero las denuncias de la Uocra por falta de seguridad son un clásico en su página oficial. El edificio Chateau Libertador, una torre de cuarenta pisos situada frente al Tiro Federal en el barrio de Núñez, no tenía número de expediente en la Dirección General de Registro de Obras y Catastro (Dgroc) –que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano– cuando ya estaba habitado en 2011. En ese rascacielos de estilo francés, con privilegiada vista al río, un perito verificador que hacía los controles de rutina a los ascensores comprobó que la obra no estaba registrada. Era o podría ser –aún hoy– una obra fantasma. “Sería como si un auto no tuviera patente o una persona su DNI”, dice la arquitecta Eva Lilian Rodríguez, presidenta de la Asociación de Profesionales Perito Verificadores (APPV). La edificación no pasa inadvertida. Ocupa una manzana entera, la habitan famosos de la farándula que pagaron fortunas por un piso. Un ejemplo: un departamento de 517 metros cuadrados cotiza casi 2 millones de dólares, a razón de 3869 dólares por m2. El Chateau Libertador tiene un lavadero para el servicio doméstico y otro para los propietarios, y hasta un servicio de delivery de comidas en sus instalaciones. Cuando ya vivía gente en su interior, un perito ingeniero verificó que uno de sus 23 ascensores no podía ser habilitado. Suficiente como para provocar un accidente. Sorprendido, comprobó que el edificio ni siquiera tenía registrado el expediente en la Dgroc. Pero antes de realizar su minuciosa tarea, que se extendió por tres meses, en la Agencia Gubernamental de Control le dijeron: “Esto viene por otro lado”. El verificador cobró un año después por su trabajo 2685 pesos. O sea, en promedio, la módica suma de 116,73 pesos por ascensor. Si el trámite del expediente no se hizo, se esfuma la certeza de que los planos se ajusten a lo que dictan las normas. Por ende, la Dgroc que depende del ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, nunca debería haberle pasado el caso a la Agencia Gubernamental de Control (AGC) para que sortee a los peritos verificadores, como lo hizo en el caso del Chateau Libertador, uno de los edificios más suntuosos de la ciudad. Rodríguez denuncia que en la ciudad apenas hay siete inspectores en el área de habilitación de ascensores. También hay que sumarles alrededor de noventa peritos verificadores de ascensores que trabajan contratados a cambio de un pago con factura. Una cantidad insignificante si se toma en cuenta que en Buenos Aires el número a examinar se aproxima a los 150 mil. Es la cifra que estima la APPV. Este año el gobierno porteño aplicará por primera vez un impuesto de 250 pesos por ascensor a cada consorcio, por lo que podría recaudar hasta 37,5 millones de pesos. La finalidad declamada es que, con ese dinero, se pagará un censo y la AGC verificará que cada edificio tenga contratado un servicio de mantenimiento. Desde que el macrismo gobierna la ciudad, en diciembre de 2007, delega ciertos controles que debiera tomar para sí. La presidenta de la APPV critica esa política: “Los verificadores son los que dan mayores garantías de transparencia a los controles, pero no obstante el gobierno nos quiere evitar. Hay un terrible lobby empresarial para impedir nuestra tarea. Y los principales lobbistas están entre los ingenieros estructuralistas. Es un terrible disparate que con la verificación número tres se comercialice y subdivida un inmueble”. En el subsuelo El 29 de mayo de 2012, en la Subsecretaría de Trabajo porteña, ubicada en pleno microcentro, se produjo un escape de monóxido de carbono. Tres empleados resultaron afectados en el edificio ubicado en Bartolomé Mitre 575, que fuera sede del desaparecido Banco Tornquist. Trabajaban en el subsuelo, en lo que era la bóveda de la sede bancaria. El delegado de ATE, ingeniero Edgardo Castro, presentó una denuncia penal. El edificio no está habilitado para funcionar porque viola normas sanitarias, de seguridad e higiene y de riesgo y evacuación en incendios. “Tiene un baño para casi 300 personas”, dice Castro, quien trabaja allí y en su momento reveló que “los compañeros administrativos que trabajan en el subsuelo lo hacen en condiciones de insalubridad e inseguridad deplorables. Nuestros reclamos son desoídos por las mismas autoridades que deben controlar la seguridad en las obras”. El episodio de los intoxicados casi no tuvo repercusión en los medios. Pero todavía faltaba suceder algo muy grave. El delegado de ATE presentó una denuncia en la Defensoría del Pueblo porteña por el escape del monóxido de carbono y las demás irregularidades. Este organismo mandó representantes a verificar los hechos en tres oportunidades (dos en 2012 y una este año) y no se les permitió observar las instalaciones de Bartolomé Mitre 575. La negativa motivó una dura resolución de la Defensoría enviada al ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, en la que se le solicitó “impartir las instrucciones pertinentes a fin de que en lo sucesivo las autoridades de las dependencias que conforman el ministerio a su cargo se abstengan de obstaculizar el accionar del personal de esta Defensoría del Pueblo, en cumplimiento de las funciones asignadas por la Constitución de la ciudad”. Las mayores denuncias por irregularidades en obras se producen en los últimos tiempos en las etapas de demolición y excavación. La página oficial de la Uocra tiene una sección que se llama Cuidar la Vida y en ella se pueden leer testimonios de denuncias sobre salud y seguridad laboral. La última que se describe con minucioso detalle es del 24 de julio de este año. En una construcción de la avenida San Martín 5192/96, el gremio constató que “faltan arneses, la protección de aberturas de pisos con cubiertas o barandas, puertas que posean una altura mínima de dos metros y sean resistentes para acceder al montacargas, falta verificar el estado de las máquinas, el programa de seguridad e higiene y el listado de los trabajadores en el programa de seguridad”. Demasiado para una sola obra en construcción. “Cuando no se puede ahorrar más en los materiales de un edificio, el filón que queda está en las demoliciones y excavaciones. El negocio es el ahorro del tiempo, porque hay que trasladar ida y vuelta maquinaria pesada. En este sentido es clave la resolución 550 de la SRT, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo”, explica Castro. La historia de los derrumbes producidos en la Ciudad de Buenos Aires avala la preocupación del ingeniero inspector. gveiga12@gmail.com

INSAURRALDE INSISTIO EN LA NECESIDAD DE UN REGIMEN PENAL JUVENIL “El Estado debe hacerse cargo” El candidato a diputado del FpV pidió debatir una política de penalidad juvenil. Los cruces con dirigentes de la oposición.

El candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, ratificó ayer la necesidad de “impulsar un régimen penal juvenil, que hoy no existe en la Argentina” y destacó que “el Estado debe hacerse cargo” de los jóvenes que delinquen. “El Estado ha fallado en la política de penalidad juvenil. Hace muchos años que se debe ese debate en la Argentina y yo quiero llevarlo a la Cámara de Diputados”, dijo durante su participación en el programa de televisión Almorzando con Mirtha Legrand. Desde la oposición volvieron a calificar de “electoralista” la iniciativa. El intendente de Lomas de Zamora sostuvo que “hay que impulsar el debate en la Cámara de Diputados para ver qué hacer con los jóvenes de 14 a 18 años. El Estado debe hacerse cargo, por eso vamos a impulsar un régimen penal juvenil que hoy no existe en la Argentina. La seguridad es parte de la agenda de este Gobierno”, aseguró. “Nadie dice que los chicos vayan a la cárcel”, pero “hoy la desprotección la tiene la víctima como también el menor que queda en la calle. Yo no los quiero ver en la calle”. Para la oposición, la propuesta de Insaurralde es “electoralista”. El diputado socialista Roy Cortina calificó el proyecto como una “medida oportunista” de cara a las elecciones legislativas del 27 de octubre. Pero también consideró que “sirvió para algo la votación de la gente, porque a partir de ahora el Gobierno empieza a reconocer problemas como la inflación, la inseguridad, las grandes agendas de desigualdad que tiene la Argentina”. El diputado Francisco de Narváez, por su parte, insistió en que el tema de la inseguridad debe ser una prioridad en la agenda política y advirtió que “no hay un solo rincón de la provincia de Buenos Aires en donde uno pueda sentirse seguro”. No obstante, mostró reparos en cuanto a la iniciativa lanzada por el candidato del FpV: “No podemos acompañar al kirchnerismo en esta propuesta porque no la conocemos”. En cambio, aseguró que insistirá con “un proyecto que presentamos en marzo de 2010” sobre la cuestión.

EL PAIS › OPINION Círculos Por Eduardo Aliverti

Mauricio Macri fue uno de los protagonistas informativos de la última semana, a través de dos dichos públicos que algunos títulos periodísticos y analistas elevaron al rango de “revelación”. Si se aplica a ese término su significado de “descubrimiento” y salvo para cierta gente desprevenida o que prefiere hacer que no sabe, de mínima cabe poner en duda que el alcalde porteño haya revelado algo. Pero, a pesar de eso, sus afirmaciones son interesantes porque exceden al mismo Macri al ratificar unas certezas que, esta vez, no pueden ser atribuidas a portavoces del kirchnerismo. Lo dijo Macri, no Carlos Kunkel, ni Diana Conti, ni Aníbal Fernández, ni cualquiera de los funcionarios, legisladores o periodistas que defienden con mayor elocuencia las posiciones del Gobierno. Macri dijo que la alianza con Sergio Massa se termina al día siguiente de las próximas elecciones legislativas, porque –agregó– el único objetivo de ese acuerdo es ponerle un freno al kirchnerismo. Fue más lejos aún. Añadió que es factible verlo al intendente de Tigre convertido en un adversario estratégico del PRO. Pino Solanas también había sostenido que su insólito matrimonio político con Elisa Carrió se acababa el 28 de octubre, con la diferencia de que lo notificó antes de las primarias. Después guardó violín en bolsa, debido al resultado favorable obtenido por Unen. Los comicios fueron igualmente propicios para Massa y todos los sondeos indican que el mes venidero le irá mejor todavía, pero Macri –aunque esto no lo afirmó él, sino que es señalado off the record desde su circuito íntimo– ya se despertó de sus fantasías y cayó en la cuenta de que el peronismo opositor nunca le irá al pie. No hace falta aguzar ningún análisis para anotar que, de lo contrario, jamás hubiera dicho lo que dijo, situándose de punta contra el candidato que representa a la nueva gran esperanza blanca. Sin embargo, este sinceramiento público de Macri no va en perjuicio de algunas preguntas que hacen a lo que tanto menta la derecha como condiciones imprescindibles para restituir la República, y otras vaguedades redundantes por el estilo: la calidad de las instituciones, la honestidad de las propuestas, los pactos a la luz pública, la claridad frente al electorado. Candidatos macristas fueron colados en decenas de listas bonaerenses de lo que –gracias a la horrible y extendida costumbre de rematar con “ismo” al apellido de todo cacatúa ensoñado con la pinta de Gardel– se denomina “massismo”. Y ahora resulta que viene Macri y les dice a los/sus votantes de esas nóminas una de cuatro cosas. Las que cada quien de esos sufragantes prefiera, bien que todas son concurrentes. (A) Votaste por algo que nunca quiso existir más allá del día después de mañana. (B) Si querés insistir, hacelo pero sabé que, en verdad, estarás votando a quien probable o seguramente será mi antagonista clave. (C) Yo dije que el massismo podía ser un freno al kirchnerismo, pero de golpe me di cuenta de que no o, en todo caso, como no me animé a armar lista propia en la provincia, no me quedó otra que sumarme a lo que no suma. (D) Las listas ya fueron votadas, son las que son, no hay modo de cambiarlas, qué se le va a hacer. En honor a la más estricta castidad descriptiva, Darío Giustozzi, intendente de Almirante Brown y segundo postulante de la lista de Massa, había avisado durante la campaña que con el PRO no regía acuerdo alguno, pero el jefe municipal tigrense prefirió seguir atado a la semillita que pueden sembrar todos aquellos que lo deseen, aceptó que los macristas se metieran en sus boletas y la cuestión –para reiterar– es que ahora esas sábanas llevan a quienes lo ven como el adversario estratégico. O eso dice el ¿jefe?, Macri. Por lo pronto, tras el resultado de las primarias y a pesar de que el intendente porteño tomó distancia del de Tigre hasta el extremo señalado, varios aspirantes macristas de pago chico saltaron al bote de Massa. He aquí, un vez más, la calidad de las instituciones; la clarividencia conceptual que se opone al travestismo ideológico kirchnerista. He aquí el interrogante de cómo se hace para no definir al Frente Renovador como el de los Rejuntados (que, natural y peronísticamente –por más gorila que suene– incluye al de numerosos kirchneristas de circunstancia, capaces de cruzar la vereda ante el primer olor a peligro. O a derrota). En la misma entrevista en que desplegó sus “revelaciones”, Macri aludió a un “círculo rojo”. Dijo que la definición le pertenece. Sus propios simpatizantes ponen en tela de juicio que tenga estatura intelectual para animársele a una imagen retórica de esa naturaleza. Hay una película francesa de 1970, Le Cercle Rouge, cuyo argumento anida entre policías, ladrones y fauna de ese tipo, pero no se presume que Macri la haya visto, ni que sepa de qué se trata. Se especula con que puede ser una de las ocurrencias de su asesor publicitario ecuatoriano, Jaime Durán Barba, para referirse al establishment de dirigentes políticos, empresariales, periodísticos, que intentan fijar cuál es el sentido que el conjunto de la sociedad debe adoptar como común. Macri dijo que el círculo ese lo conforman “distintas personas del mundo del hacer, del pensar”, que quisieron convencerlo de juntarse a como fuere para liquidar al kirchnerismo. Jorge Fontevecchia, director de Perfil, le preguntó si Clarín integra ese grupo. Macri contestó que “no lo personalizaría”, con lo cual lo admitió de modo tácito. Y se remitió a un más enfático “puede ser”, cuando le preguntaron si el círculo rojo es el mismo que hace dos años quiso pegarlo a Eduardo Duhalde (la cena en la casa de Héctor Magnetto, para ser precisos, fue el 3 de agosto de 2010 y, además de Macri y Duhalde, estuvieron el senador Carlos Reutemann y los diputados Francisco de Narváez y Felipe Solá, a quienes el mandamás de Clarín exigió dejar de lado sus campeonatos de egos, y unificarse para enfrentar al Gobierno contra viento y marea). Macri concluye por reconocer, entonces, en la entrevista con Fontevecchia, que hay un ánimo destituyente, promovido por sus socios ideológicos. Y que él cometió el error de prestarles atención. En otras palabras, les pasó la pelota, y se mostró como alguien que quiere otra cosa (una renovación, así dijo), que no puede ni debe intentarse con el peronismo adentro. Allá él, Macri, si realmente cree que eso es posible y que, de serlo, su figura puede ser la constructora de semejante quimera. Por lo pronto, ni siquiera viene preocupándose por armar una estructura nacional que lo proyecte más allá de sus amigos mediáticos. Un cómico santafesino y un ex referí de fútbol, en Córdoba, son sus únicas y tímidas proyecciones para “morder” algo por fuera de la CABA. Habrá que ver pero –por lo menos hasta acá y no es poco– toda experiencia histórica se reveló fracasada al momento, o luego, de decidirse a jugar sin tener dinámica pejotista involucrada. Los radicales, las viudas peronistas, y algunos falsos progres que insisten en presentarse como de centroizquierda andan ahí para demostrarlo. Ya probaron con una UCR filo K que aceptó a Julio Cobos de vicepresidente transversal; flirtearon con De Narváez y Lavagna, para que el primero se acostara con Moyano y el segundo se recueste en Massa. Binner hizo sus palotes, pero no se anima a edificar afuera de Santa Fe. Y ni hablar de quienes se entusiasmaron con un “lulismo” vernáculo que no llega al 2 por ciento de los votos. Pero más concreto que todo eso es el hecho de que, por primera vez, un gallardete de la derecha –Macri, al margen de sus capacidades políticas– reconoce la existencia de una usina de poder que trabaja para socavar a un gobierno elegido democráticamente. Hágase el ejercicio de abstraer al autor de las siguientes descripciones, acerca de quiénes integran el “círculo rojo” enunciado por Macri: “Banqueros, dueños de medios, sus loros mediáticos, empresarios monopólicos, sindicalistas quemaurnas. O expertos en bloqueos, saqueos y otras yerbas. O hierbas y algo más. Algunos reúnen todos los instrumentos”. Si se prenuncia o posdatea que fue Cristina Fernández, a través de sus tuits rumbo a San Petersburgo, las citas quedarán invalidadas por el aborrecimiento que despierta la Presidenta entre amplias franjas sociales, amanuenses del odio de clase, que proclaman la necesidad de que se vaya con Néstor, aunque en su vida económica les siga yendo chiche bombón. Pero si el autor de esos retratos permaneciera anónimo, ¿quién se arriesgaría a desmentir que ésos son, y así operan? El docente e investigador Sebastián Carelli, de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, recordaba por estos días una definición de Jorge Luis Borges: “El periodismo se basa en la falsa creencia de que todos los días sucede algo nuevo”. Carelli se aplicó en realidad a que, “en plena era digital, los plazos se acortan. Aunque no haya nada que decir, hay que actualizar la web cada diez, veinte minutos; hay que transmitir noticias 24 horas al día. El resultado podríamos definirlo como inseguridad informativa: abunda el `sería, habría, podría’; sobran conjeturas y presunciones” (Página/12, sección La Ventana, miércoles pasado). La frase de Borges, empero, es más abarcativa que la muy adecuada forma en que Carelli la usó para relatar a la industria bastarda del rumor, el trascendido, el apuro por primiciar así sea a costa del chequeo riguroso. Sin ir más lejos, eso de creer que todos los días sucede algo nuevo es aplicable a las “confesiones” de Macri de la semana pasada. Llamaron la atención. Pero, ¿confesó algo que alguien no supiera? ¿O simplemente puso negro sobre blanco lo que sabemos todos?