domingo, 9 de junio de 2013

PAGINA/12 HABLO CON EL NUEVO MINISTRO DE DEFENSA, AGUSTIN ROSSI “Nos preocupamos por la gestión, no por lo que algún medio pueda decir”

Desde su nuevo cargo, Rossi volvió a reivindicar su condición de “militante político de este proyecto” que encabeza Cristina Kirchner. Dijo que las consignas Memoria, Verdad y Justicia “van a seguir estando presentes en cada cosa que se haga desde este ministerio” y que un eje de su gestión será la producción para la defensa. Por Nicolás Lantos A los 53 años, Agustín Rossi desempeña por primera vez un rol ejecutivo. Ya en funciones como ministro de Defensa, recibe a Página/12 en su flamante despacho en el Edificio Libertador. Allí cuenta de sus planes para la cartera que le confió Cristina Fernández de Kirchner y dice que sintió “que había una muestra de confianza enorme de la Presidenta para invitarme a que la acompañe en su gabinete”. Rossi insiste en definirse como un funcionario militante, destaca la “idea de la construcción colectiva” que comparten los kirchneristas y advierte que “es difícil de entender el sueño colectivo para aquellos que sólo tienen aspiraciones individuales”. Comentan en su entorno que Rossi es incapaz de disimular su carácter cuando está mal humor: por eso le dicen “el Chivo”. El ministro de Defensa, sin embargo, luce sonriente y relajado. Su estado de ánimo desmiente a quienes interpretaron su salida de la presidencia del bloque de diputados del Frente para la Victoria como un paso en falso y él también: “Al contrario”, espanta esa idea con una mano como si fuese un mosquito. “Sentí que había una muestra de confianza enorme de la Presidenta para invitarme a que la acompañe en su gabinete.” El Ministerio de Defensa es el último paso de una carrera política que Rossi comenzó en el PJ de Rosario, partido al que representó como concejal a fines de la década del ’80 y luego a partir de 2002. En el ínterin, desencantado con el rumbo político del país, decidió retirarse a la actividad privada, ejerciendo como ingeniero. En 2005, a instancias de Néstor Kirchner, fue candidato a diputado nacional, ingresó a la Cámara baja y comenzó a presidir el bloque oficialista, labor que cumplió durante siete años y medio, con un record que pondría verde de la envidia a cualquier campeón de boxeo: una sola votación perdida en todo este tiempo, aquella del 82 por ciento móvil para las jubilaciones, durante los dos años que el kirchnerismo perdió la mayoría en manos del conglomerado opositor. El termo y el mate que él mismo ceba durante toda la entrevista es el que usaba en su despacho en el Congreso. Autodefinido como funcionario militante, Rossi llega al Ministerio de Defensa acompañado por la imagen del Ejército colaborando, codo a codo con militantes políticos y sociales y organizaciones civiles tras el temporal que azotó la ciudad de La Plata, en abril, y que la misma presidenta Cristina Fernández de Kirchner recordó en pasajes importantes de sus intervenciones públicas desde entonces. En sus primeros días al frente del ministerio, Rossi habló de una “nueva etapa” para el área y de “tender puentes” entre las Fuerzas Armadas y la sociedad. –¿Cuál es el significado de esas definiciones? –La primera medida tomada por decisión de la Presidenta tras mi designación fue la creación de dos nuevas secretarías: una, la Secretaría de Coordinación Militar de Asistencia en Emergencias, es la que ocupa María Cecilia Rodríguez, que tiene la mirada puesta fundamentalmente en la emergencia y tiene a su cargo diseñar cómo tiene que ser la participación de las Fuerzas Armadas ante situaciones de este tipo. La otra, la Secretaría de Ciencia, Investigación y Desarrollo, con Santiago Rodríguez, es básicamente una secretaría de producción para la defensa. Con el reingreso de Fabricaciones Militares, sumado al astillero Tandanor, a la Fábrica Argentina de Aviones, hace a una cantidad de recursos que nosotros tenemos que potenciar, jerarquizándolos, visibilizándolos y potenciándolos. Por eso hablo de nueva etapa, porque le daremos prioridad a ese perfil que se complementa perfectamente con todo lo bueno que se viene haciendo en esta área durante las gestiones de Nilda Garré y Arturo Puricelli. El sentido que queremos darle a esta gestión surge desde estas nuevas secretarías porque son dos lugares donde la sociedad puede tener una mirada mas completa sobre el rol de que deben tener las Fuerzas Armadas en un país de paz. Ese es de alguna manera el desafío. –Hace dos semanas, todavía en el Congreso, defendiendo la ley de exteriorización de capitales, usted se definió como un militante antes que como un diputado. ¿Cómo se traslada esa definición a su nuevo rol? –Yo en ese discurso estaba diciendo que hay algunas cosas que a veces no se entienden de nuestro espacio político, como el tema de la épica. Es difícil entender la épica para aquellos que no tienen épica, o el sueño colectivo para aquellos que solo tienen aspiraciones individuales: nosotros nos concebimos como parte de una construcción colectiva. En ese marco, reivindiqué que nuestro rol de militantes es previo a las distintas funciones que en cada momento y en distintas circunstancias uno pueda ocupar. Yo me siento un militante político de este proyecto y siempre dije que iba a estar en el lugar que en que la Presidenta considerara que tenía que estar. La Presidenta pensó que en esta etapa yo debía estar aquí en el Ministerio de Defensa y lo voy a hacer con las mismas ganas, con la misma convicción y con el mismo esfuerzo que puse en los siete años y medio que estuve al frente del bloque. Esto es lo que estoy haciendo. Pero la sensación que yo tengo, además, es que esto que me pasa en términos personales no es algo solamente mío. Sé que la mayoría de los militantes que componemos el Frente para la Victoria tiene esa misma mirada, esa misma concepción, que tiene que ver con esta idea de la construcción colectiva, de defender valores, de defender convicciones. De eso se construye nuestro espacio político. –No parece estar viviéndolo como un “freezer” al que lo metieron para despejar la interna santafesina, como plantearon públicamente algunas figuras de la oposición... –Para nada. Esa idea tiene que ver con una tendencia a ver las decisiones políticas desde el punto de vista de la mezquindad, con una mirada muy coyuntural, muy chiquita. Nadie elige a un colaborador para un cargo tan importante solamente para resolver otras cuestiones subalternas. Me parece que es una mirada muy primaria. La verdad es que yo sentí exactamente lo contrario. Sentí que había un reconocimiento, una muestra de confianza enorme de la Presidenta para invitarme a que la acompañe en su gabinete. Eso para mí es decisivo a la hora de pensar la política y pensarme como parte de este proyecto político así que inmediatamente que la Presidenta me lo dijo, empecé a pensar cómo va a ser mi trabajo acá y lo hice con mucha alegría. Cualquier otra lectura es muy chiquita o directamente intencionada. –La designación de Santiago y María Cecilia Rodríguez fue interpretada por algunos medios como una avanzada de La Cámpora en el Ministerio de Defensa... –Tanto Santiago como Cecilia son excelentes cuadros políticos, excelentes militantes que han demostrado una enorme eficiencia en cada una de sus tareas anteriores. Cecilia empezó en el Ministerio de Desarrollo Social, estuvo en Relaciones con la Comunidad en el Ministerio de Seguridad, es una especialista en todo lo que es la acción de las distintas agencias del Estado en los momentos donde se da una situación así. Su aporte es indispensable, con experiencia concreta. Uno no puede hablar de emergencia desde la teoría, uno tiene que hacerlo desde la práctica y desde la gestión. Y Santiago viene de ser interventor de Fabricaciones Militares, tiene una gestión excelente allí, conocida por todos los que están en el tema, y tiene experiencia en la relación con las fuerzas. Yo creo que los dos van a aportar muchísimo a la gestión y eso explica sus roles. –El Ministerio de Defensa, en los últimos meses, se vio expuesto ante situaciones adversas, como la vivida por la Fragata Libertad, el hundimiento del Santísima Trinidad, las denuncias acerca de la Campaña Antártica. ¿Hay planes específicos para evitar otros problemas parecidos? –Sabemos cuál es la situación de coyuntura política hoy en la Argentina. Hay un grupo de medios que tienen una mirada contraria al gobierno argentino y que intentan llevar adelante una campaña de desprestigio, de desgaste de la gestión y fundamentalmente de la figura de la Presidenta. Yo no me engaño: nosotros sabemos lo que está pasando. Ya sucedió en la Argentina en otros períodos y con otros gobiernos nacionales, populares y democráticos que siempre se los ha intentado atacar y desgastar desde determinados lugares. Nosotros ante eso tenemos que responder con la gestión, respondiendo a cada situación que pueda generarse, tratando de que la gestión sea lo más eficiente posible. Cuando uno gobierna tiene una responsabilidad primaria, que es la gestión. Sobre eso vamos a poner todo nuestro esfuerzo. Nos preocupamos por la gestión y no por lo que algún medio de comunicación pueda llegar a decir. –¿Cuál será la política de su ministerio respecto de los juicios de lesa humanidad por crímenes cometidos durante la última dictadura militar? –Esta es una etapa en donde todo lo que son los juicios por delitos de lesa humanidad está en manos de la Justicia. Nosotros tenemos clara nuestra posición sobre esta cuestión, que es Memoria, Verdad y Justicia. Esas son nuestras consignas y van a seguir estando presentes en cada cosa que se haga desde este ministerio y desde este gobierno. Es una política de Estado del Estado argentino. EL ANALISIS DEL PROXIMO ESCENARIO ELECTORAL “Hay un solo liderazgo, el de Cristina” Aunque el Ministerio de Defensa es su primer cargo ejecutivo, Agustín Rossi advierte que, en realidad, la jefatura del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja, que ocupó durante casi dos mandatos, es “una especie de cargo mixto” porque implica manejar una bancada de más de un centenar de diputados para ser la herramienta del gobierno nacional en el Congreso. En esa función Rossi se convirtió en una figura relevante del kirchnerismo a pesar de no contar con genética pingüina. Desde ese lugar analiza el escenario electoral que aparece en el horizonte, las turbulencias hacia dentro de la coalición oficialista y el desafío del kirchnerismo de construir la continuidad más allá del 2015. “En la Argentina hay muchos dirigentes políticos pero hay un solo liderazgo, el de Cristina”, define. –¿Cómo ve el panorama para las próximas elecciones legislativas, que siempre resultan complicadas para los oficialismos? –La Presidenta, en el discurso que dio ante la Asamblea Legislativa el 1º de marzo de 2010, habló de la Argentina virtual y la Argentina real. Yo creo que esa definición sigue más vigente que nunca. Hay una Argentina real que es la Argentina del trabajo, la Argentina de los empresarios que invierten, de los trabajadores que cerraron a la alza todas sus paritarias, de los portadores del derecho de la Asignación Universal por Hijo y de todas las asignaciones familiares que aumentaron más de un treinta por ciento por la decisión de la Presidenta hace algunos días, de un sistema financiero que alienta cada vez más a un sector productivo que sigue creciendo. Y después, la Argentina virtual que pintan algunos medios de comunicación a la que se suben algunos dirigentes opositores, que es la Argentina del desánimo, las malas noticias y el está todo mal. Son dos Argentinas totalmente distintas. Nosotros en la gestión no le hablamos a la Argentina virtual, aunque intenten inocular odio como una lluvia ácida sobre algunos sectores de esta sociedad, sino a la Argentina real que quiere seguir creciendo después de diez años de crecimiento económico, de inclusión social, que recuperó sueños, que recuperó expectativas y que sigue recuperando derechos y ampliando la frontera de derechos, como con la ley de fertilización asistida que aprobó el Parlamento la semana pasada y que es una muestra más de hacia dónde se dirige esa Argentina. Y al momento de las elecciones yo creo que una vez más se va a imponer a la Argentina virtual. Lamento que la dirigencia política se suba a esa Argentina virtual, porque termina absolutamente disociada de gran parte de la sociedad. Hay que recorrer el país para darse cuenta de que las cosas que se dicen no tienen nada que ver con la vida cotidiana de los argentinos. –Su definición de funcionario militante colisiona con la de otras figuras a las que la Presidenta recientemente les reclamó mayor compromiso con el proyecto. ¿Cómo cree que va a resolverse ese conflicto que existe hoy en día al interior del Frente para la Victoria? –Yo creo que nosotros, independientemente de todas las coyunturas, somos un espacio político que hoy tiene un liderazgo excluyente que es el de Cristina Fernández de Kirchner. No hay en la historia argentina contemporánea un liderazgo que haya tenido que superar tantas adversidades como el de Cristina. Si no, recordemos: el conflicto de 2008, la derrota electoral en 2009, la muerte de Néstor Kirchner en 2010. Ante cada una de esas adversidades Cristina reafirmó su liderazgo. Pasaron todas esas cosas y a pesar de todo nos condujo a la victoria en la elección de 2011. Cristina es quien conduce el movimiento nacional y popular en esta etapa de la historia y nuestro movimiento va a ir hacia donde indique ese liderazgo. Y esa condición de liderazgo ni si quiera la definimos los militantes sino que la decide el pueblo argentino. Aquellos dirigentes políticos que no toman nota de la dimensión de ese liderazgo se equivocan porque no están leyendo adecuadamente lo que es esta etapa histórica. Yo estoy tranquilo y convencido de que a la hora de votar nuevamente el pueblo respaldará a Cristina y la forma de respaldar a Cristina es votando a los candidatos del Frente para la Victoria. Me parece que ese es el escenario real. Lo demás es mucha cháchara, mucho color. En la Argentina hay muchos dirigentes políticos y un solo liderazgo, el de Cristina. En la Argentina hay muchos candidatos a presidente pero una sola estadista, Cristina. Cuando yo recorro la Argentina, cuando recorro la provincia de Santa Fe, lo que más escucho es “cuidala a Cristina”, “mandale un saludo a Cristina”, “dale un beso a la Presidenta”. Son todas muestras de afecto, desde las ciudades más importantes hasta el pueblito más chico que me ha tocado recorrer. –Sin embargo la mandataria está dando señales claras de que no va a buscar otro mandato en 2015. ¿Cómo cree que el kirchnerismo resolverá esta situación inédita de la sucesión? –Yo no me quiero adelantar a ninguna circunstancia, pero reafirmo lo que dije recién: nosotros tenemos un liderazgo. Y un liderazgo con la intensidad como tiene el de Cristina va a estar presente en el 2013, en el 2014 y en el 2015. Desde afuera de Diputados La ley de fertilización asistida no fue lo único en lo que coincidieron de forma casi unánime los diputados el miércoles pasado. Luego de que se leyera, como formalidad, el texto con el que Agustín Rossi renunció a su banca, legisladores del oficialismo y la oposición le dedicaron un cerrado aplauso al ex jefe de bloque. –¿Cómo vivió la sesión del miércoles pasado, la primera que le toca ver desde afuera de la Cámara de Diputados después de siete años y medio al frente del bloque oficialista? –Estaba acá trabajando y me avisaron que se había aprobado. Me alegré mucho porque la habíamos trabajado bastante, porque es una buena ley, en línea con lo señalado por la Organización Mundial de la Salud y me parece que es un derecho de todos los argentinos. Hay historias trágicas detrás de esa ley. De parejas que han tenido que vender una casa para pagar un tratamiento de fertilización asistida o que directamente no han podido. Y la sensación de injusticia es enorme. Si la ciencia te permite resolverlo pero no podés acceder a eso por una cuestión económica la frustración es aún mayor. Es por eso es que la Presidenta ha apoyado esta ley, para democratizar la ciencia y la tecnología y que esté al alcance de todos los argentinos. Es una ley que tiene que ver con nuestro ADN como movimiento político: es ampliar derechos. –¿Qué tal la ve a Juliana Di Tullio para reemplazarlo al frente de la bancada? –La veo muy bien, va a ser una excelente presidenta de bloque, me alegra muchísimo que sea ella. Compartimos mucho estos siete años y medio juntos en el bloque, con mucha más intensidad en los dos y medio últimos que ella fue la vicepresidenta. Me parece que lo va a hacer muy bien, tiene mucha capacidad para llevar la tarea adelante. 09/06/13 Página|12

Scioli, Massa, Alicia, Randazzo, la Corte Suprema y las cautelares Por Eduardo Anguita eanguita@miradasalsur.com Certezas e interrogantes del proceso electoral.

El próximo miércoles 12 vence el plazo para la inscripción en la Justicia Nacional Electoral de las alianzas o adhesiones para participar de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Diez días después, el sábado 22, en medio del fin de semana largo, deberán presentarse las listas. Muchos transmiten la idea de que la semana próxima será muy importante para saber el comportamiento de algunos dirigentes. Lo cierto es que muchos pueden optar por inscribir su fuerza política y luego no presentar candidatos. Quizás el distrito que más inquietud despierta es el bonaerense y cómo se van moviendo las piezas, particularmente dentro del Frente para la Victoria. No es fácil saber si habrá internas o si las distintas fuerzas aceptarán a los candidatos propuestos por la Presidenta. En ese sentido, hay varios nombres en danza. Aunque todos esperan el visto bueno de Cristina, entre los nombres más mencionados para encabezar la lista de Diputados nacionales están Alicia Kirchner, Florencio Randazzo, Julián Domínguez y también Aníbal Fernández. Pero lo que puede cambiar el escenario, más allá de esos nombres, es la actitud que puedan tomar tanto Daniel Scioli como Sergio Massa. En cuanto al gobernador bonaerense, en la semana que termina sintió como un triunfo propio el fin del conflicto docente. La propuesta salarial que finalmente aceptaron los gremios surge de sus propios fondos. Scioli, además, ya firmó el resto de las paritarias de la provincia (judiciales, salud) así como los aumentos para fuerzas de seguridad. También garantizó el pago completo del aguinaldo en junio. La resolución de ese frente la hizo tomando la precaución de no levantar ni una sola vez la voz contra la Casa Rosada y desestimando que los dirigentes gremiales docentes hayan estado estimulados al conflicto por sectores cercanos a Cristina. En lo que Scioli no cede es en su decisión de dar entrevistas a Clarín o a medios del grupo en momentos donde la cuerda está muy tensada entre la Casa Rosada y los medios de Héctor Magnetto. El otro punto de tensión entre el kirchnerismo y Scioli es la relación de este último con las fuerzas de Francisco de Narváez, entre quienes milita su hermano José. Precisamente De Narváez será seguramente quien encabece la lista de las fuerzas del peronismo de derecha que intentará repetir una buena elección. En 2009, con la lista anotada como Unión Celeste y Blanca obtuvo 34,5% de los votos. En aquel entonces, tenía una alianza con Mauricio Macri que está completamente rota y también contaba con el ex gobernador Felipe Solá, quien mudó sus preferencias al espacio liderado por Sergio Massa en el espacio llamado Frente Renovador. Es difícil saber si el buen trato que le dispensa De Narváez a Scioli va a tener mejor destino que sus relaciones, cuatro años atrás, con Macri y Solá. Es evidente que De Narváez no construye una alternativa política sino que su capacidad consiste en armar algún frente electoral eficaz. Scioli, en cambio, ha dado sobradas muestras de tener ambiciones propias y de largo plazo pero respetando sus acuerdos. En cuanto a Massa, es sabido que Néstor Kirchner estalló en cólera en junio de 2009 cuando vio los resultados de los comicios en el distrito de Tigre. Kirchner interpretó que Massa no había cumplido con el compromiso de la candidatura testimonial. Pasados los años, todo el mundo habla bien de su gestión al frente del municipio. Supo promover espectáculos que le dieron visibilidad, como la llegada del tenista Roger Federer o los conciertos de Carnaval en el río. Además, fue hilvanando relaciones con intendentes bonaerenses de distinta procedencia: desde José Eseverri de Olavarría –que llega del viejo tronco radical– hasta peronistas tradicionales como Luis Acuña (Hurlingham), Carlos Selva (Mercedes) y Humberto Zúccaro (Pilar), pasando por Gabriel Katopodis (San Martín), con un perfil más académico. De ahora al 22 de junio, los escenarios dentro del kirchnerismo y sus aliados –especialmente Massa y Scioli– no son tantos. Una posibilidad es que Massa decida presentarse a internas. Eso no parece muy probable, pese a que algunos de sus interlocutores lo alientan a eso. Significaría un problema para buena parte de su base electoral que lo ve cerca de la Presidenta. Así se lo indican algunos de los estudios de opinión pública encargados por el mismo Massa. La gran pregunta es si a la hora de las listas, la Casa Rosada tendrá en cuenta el mentado caudal electoral del intendente de Tigre. En caso de que Massa quedara conforme con las listas, sin dudas, su apoyo político sería un punto importante a favor del kirchnerismo. Pero, claro, sería un apoyo sin participación directa, guardando su imagen para una posible candidatura presidencial en el lejanísimo 2015. En caso de ir a internas, escenario difícil, Massa estaría acelerando una disputa con Cristina con el riesgo de convertirse en un factor de fricción y no de unidad. La política es bastante imprevisible y no siempre obedece a razones surgidas del frío laboratorio. Para el Gobierno, no es lo mismo depositar la confianza en Randazzo o Alicia Kirchner, por citar dos casos de líderes muy cercanos a Cristina, que poner las fichas en acuerdos con Scioli o con Massa. Ambos tienen juego propio. Con el gobernador, las fricciones fueron patentes por parte de la Casa Rosada. Scioli contesta con su mensaje de paz pero, al mismo tiempo, despliega sus vínculos con interlocutores que inquietan al Gobierno Nacional, especialmente con medios como Clarín y La Nación. Massa tiene conductas también muy civilizadas, pero no tiene problemas en sacarse una foto con Roberto Lavagna, quien se distanció de Macri más por impericia política que por desacuerdos de fondo con el líder del PRO. La Corte Suprema. Otro frente de difícil pronóstico es el de cómo fallará la Corte Suprema de Justicia cuando le llegue el primer caso de medida cautelar contra la ley de elección de consejeros para el Consejo de la Magistratura. En una recepción con periodistas, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, aseguró que el máximo tribunal se iba a expedir "de inmediato" una vez que le llegara "un caso". Basta entrar en la página del Centro de Información Judicial, supervisada por el mismo Lorenzetti, para ver la importancia que adquiere el tema para la Corte. En la portada se anuncian los fallos completos de la jueza federal de San Martín, Martina Forns; del juez en lo Contencioso Administrativo del Fuero Federal Esteban Furnari; del juez Federal de La Plata, Esteban Fornari; el de la jueza en lo Correccional de Campana, Raquel Slotolow, y el del juez en lo Contencioso Enrique Lavié Pico, por dos casos. Es decir, es posible que antes del 22, cuando podrían conocerse algunas definiciones interesantes en materia de alianzas, la Corte podría dictaminar que la elección de consejeros por voto popular es "no constitucional", por usar una frase que resuena en los oídos de muchos argentinos. Ahora bien, podría desatarse una turbulencia que derivara –por supuesto esto es pura especulación, pero con cierta lógica– en la suspensión de las PASO. Más de uno respiraría tranquilo. Incluso dentro de quienes son fervientes defensores de la elección de consejeros. Lo que no se escuchó en boca de Lorenzetti –ni de los ministros de la Corte– es esta teoría de que el Poder Judicial es "el poder controlante" o, más jugado aún, "el contrapoder". Ciertos sectores opositores sin chances electorales pero con muchísima prensa destinan largos minutos de aburrimiento a las audiencias recordando jurisprudencia en la que la Corte apareció como una especie de laboratorio de constitucionalidad pura. Esos voceros de la pata civil de los golpes de Estado no recuerdan las historias tenebrosas surgidas por el máximo organismo de Justicia con motivo, por ejemplo, de la llamada "doctrina de los gobiernos de facto", la que permitió alegremente que las leyes argentinas sean una sucesión de normas votadas por el Poder Legislativo (durante años con proscripción del peronismo) y una serie de decretos de dictaduras que su primer acto era congelar la Constitución. El presidente de la Corte también tiene buenas relaciones con los medios que la Casa Rosada sufre a diario. Eso es materia discutible, al menos a juicio de este cronista, ya que una cosa son las empresas periodísticas con negocios y posiciones ideológicas y otra cosa es la publicación de noticias. Es evidente que más de un kirchnerista toma como una cuestión de principios no dialogar o dar entrevistas a La Nación o Clarín. Tan evidente como los niveles de distorsión de esos medios para con el Gobierno. La diferencia es que ningún funcionario tiene obligación de salir por determinado medio y ningún medio tiene derecho a desinformar o mentir. Pero el caso con la Corte sale de la pelea de todos los días. La Corte tendrá que fallar, antes de fin de año, sobre el tema de fondo de la adecuación del Grupo Clarín a la ley de medios. Y todavía es difícil prever que el fallo será sencillamente a favor de la constitucionalidad. Una decisión de ese tipo sería un cachetazo no a este gobierno, no a un tema mundano como es el periodismo, sino que resultaría un alineamiento de la Corte con un poder fáctico y no con los otros dos poderes constitucionales. Primarias Las PASO en Capital La alianza de ocasión en la que Elisa Carrió, Pino Solanas, Victoria Donda, Ricardo Gil Lavedra, Graciela Ocaña, y algunos otros que pasadas las elecciones no tendrán nada que ver uno con el otro puede convertirse en la primera fuerza electoral en la ciudad de Buenos Aires. Cuando terminen las PASO, quizás se verifique lo que varios encuestadores miden: a ese disperso espacio concurrirán más votantes que al de la interna entre Gabriela Michetti y Roberto Lavagna. Se da la curiosa situación de que el Frente para la Victoria aún no ha decidido si se abrirá paso a las PASO. Los encuestadores, kirchneristas y no kirchneristas, reconocen en Daniel Filmus una buena intención de voto. Sin embargo, hay otros dirigentes del espacio oficialista con buena imagen. Por caso, Carlos Tomada, Jorge Taiana, Juan Cabandié, Mercedes Marcó del Pont, Aníbal Ibarra y Gabriela Cerruti. Si las coincidencias y diferencias que tienen estos y otros se ventilaran en una elección abierta el FPV mostraría en las PASO una presencia interesante. En caso de no presentarse, los oficialistas de Mauricio Macri verán una mala noticia en el festejo de Pino Solanas y Elisa Carrió. ¿Pero el FpV tendría algo para festejar al final de las PASO si no se presenta? 09/06/13 Miradas al Sur

Un dilema para Cristina Por Eduardo Anguita eanguita@miradasalsur.com

El festejo en la Plaza de Mayo del pasado sábado 25 fue una constatación de que Cristina es la única líder política con adhesión popular. No sólo encabeza encuestas de opinión tras cinco años y medio de gestión sino que tiene respaldo en importantes sectores sociales, tanto de trabajadores como de sectores medios. No obstante, en esta elección ella no estará presente como candidata. Por ser la figura central del kirchnerismo es evidente que será protagonista de la confección de los primeros puestos de las listas, tanto para la renovación de los 24 senadores (en las ocho provincias donde se renuevan miembros de la Cámara alta) como de los 127 diputados nacionales. En el Senado, el Frente para la Victoria tiene el 54% de las bancas que se renuevan, mientras que en Diputados, es el bloque que menos bancas renueva: sólo un tercio de su bancada actual. Esto último se debe a la baja performance de los comicios de 2009. La desesperada búsqueda de frentes electorales de ocasión que trata de conformar contrarreloj la oposición se debe a que cualquier cálculo lleva a que el oficialismo tendrá mejores resultados que cuatro años atrás y que eso le permitirá tener más bancas. Ahora bien, hay dos temas que la Presidenta debe tener, supone este cronista, en la cabeza para afinar el lápiz. El primero es que la elección la ganan no sólo los líderes políticos sino los candidatos mismos: y entre éstos hay algunos más carismáticos y con mejor intención de voto que otros. Pero, además, en la conformación de las listas, habrá una tensión entre los candidatos considerados propios y los aliados. En ese sentido, no caben dudas de que en el último año y medio, Cristina fue consolidando su perfil propio. El sector sindical que rodea a Hugo Moyano quedó solo y paga un precio de cara al juego electoral. Pero no son lo mismo los dirigentes y los intendentes cercanos a Sergio Massa o a Daniel Scioli, así como otros dirigentes del resto del país. Muchos de ellos hacen un juego sinuoso para no alejarse del poder de la Presidenta y, al mismo tiempo, alentar espacios de construcción diferenciados. No es nada nuevo en la política y depende de la capacidad de liderazgo –y del momento económico– para ver qué pesa más en esos juegos pendulares. La pregunta, en este punto, es: ¿buscará la Presidenta darles lugares en los primeros puestos a candidatos con buena imagen y también a algunos sugeridos por dirigentes cercanos al kirchnerismo o privilegiará a los que la acompañan contra viento y marea? La respuesta no se sabrá antes de que los acontecimientos (y vencimientos de fecha) lo impongan. Hasta tanto, cada frase de Cristina podrá ser interpretada a libre albedrío. Pero hay un elemento de contexto que no puede dejarse de lado como parte de un debate dentro del amplio espacio del kirchnerismo: si el deseo y el objetivo de Cristina es buscar una reforma constitucional que avale un tercer mandato, se encontrará ante un dilema. Si privilegia a los candidatos propios, éstos la seguirán seguramente, pero en una hipotética asamblea constituyente no tendrán los votos suficientes para aprobar la modificación buscada que habilite a Cristina a presentarse en 2015. Por otro lado, si la Presidenta les abre más la puerta a algunos aliados, en medio del embate opositor, podría sumar el entusiasmo de algunos dirigentes cercanos pero también deja un flanco para que esos aliados sean efímeros. Basta reparar en la historia de estos años para ver que el kirchnerismo nunca abrió el debate sobre la conveniencia de la reforma electoral y menos aún sobre si Cristina buscaría presentarse nuevamente. Hay que reconocer que hasta ahora esa fórmula le resultó eficaz. Pero –tomando las propias palabras de la Presidenta– las fórmulas no son eternas. El kirchnerismo logró crear un fenómeno nuevo en la Argentina. Nadie sabe si continuará en el gobierno pero tampoco nadie puede vaticinar si se consolidará como una fuerza política capaz de trascender una eventual derrota en las presidenciales de 2015. Y no poner en debate eso es jugar con cierta inocencia o con mucho voluntarismo. Los cuadros políticos dirigenciales no pueden vivir con la idea del éxito permanente porque, precisamente, el actual elenco dirigencial es heredero de la resistencia y la lucha en desventaja. Muchos de los que rodean a la Presidenta –y ella misma- están templados en la adversidad. Por lógica generacional y por el manejo del poder, muchos otros no están templados en ella. Y los comportamientos quedan a la vista cuando las fuerzas se tensan. Están los leales a las personas que tienen poder y los leales que trascienden eso y buscan ser genuinos representantes de los intereses populares. La Argentina necesita continuidad de los sectores políticos que, con sus más y sus menos, defiendan los intereses nacionales y populares. La oposición, dispersa, busca retroceder en las conquistas logradas en esta década. Pero el kirchnerismo, a diferencia de otros movimientos políticos de la región, no postuló una nueva Constitución en base a los paradigmas que requieren los cambios estructurales y la presencia de un Estado más comprometido con la soberanía. La Constitución de 1994 cumplirá dos décadas el año próximo y fue el resultado del avance pleno del neoliberalismo. Poner en debate nombres es parte del día a día, pero poner en debate una Carta Magna sería un gran desafío. Y para lograr ese objetivo no se pueden poner los nombres siempre por delante de las metas.

Dispersión opositora y expectativas de definición en el kirchnerismo El asedio a Cristina Por Eduardo Anguita eanguita@miradasalsur.com

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, fue tajante: “Vamos a resolver rápido”. Se refirió a que en los próximos días llegará al máximo tribunal alguna de las tantas cautelares que la Justicia Federal tiene sobre la elección de consejeros por voto popular. Son muchas las señales que indican que varios ministros de la Corte son solidarios con los magistrados que ven “inconstitucional” esta ley. Es más, no hay una sola palabra de doctrina en estos juristas que ofrezca tranquilidad frente a los fundamentos de los fallos contra la ley que, suponen, desplaza al Poder Judicial de su rol de organismo de control constitucional de los otros dos poderes. Pensar la Justicia como un contrapoder es un criterio que linda con lo autocrático. Con un agregado: la Corte todavía debe dar un fallo sobre el tema Clarín, verdadero contrapoder del Gobierno Nacional. Por otro lado, la Presidenta marcó fuertes distancias con Daniel Scioli, ya que el gobernador bonaerense elige sentarse a dialogar con los medios del Grupo Clarín. A las diferencias con Scioli se suman las intrigas de Sergio Massa, quien no duda en mostrarse con opositores como Mauricio Macri y Roberto Lavagna. Este complejo escenario, previo a la definición de las candidaturas para las eventuales elecciones primarias, no puede dejar de contemplar que dos de las principales espadas mediáticas de la Presidenta, Juan Manuel Abal Medina y Julio De Vido, afirmaron esta semana que “la única garante del modelo es Cristina”, algo que quedó evidenciado con su potente capacidad de convocatoria en el acto del 25 de Mayo.

POLICIAS, SERVICIOS, JUECES Y FISCALES EN UNA RED DE CORRUPCION E ILEGALIDAD El hilo de Ariadna Por Horacio Verbitsky

Una denuncia del ministerio de Seguridad puso al descubierto una red de corrupción e ilegalidad que incluye a policías, políticos, servicios, jueces y fiscales. Quien la presentó en Tribunales, Cristina Caamaño, sigue en funciones, por decisión presidencial. Por indicación del juez Ramos Padilla, la Procuradora Gils Carbó invitó a formular su descargo al fiscal general Ricardo Sáenz. Para defenderse, el camarista Riggi reveló la fraternidad de jueces, fiscales y servicios de Inteligencia. Una denuncia del Ministerio de Seguridad dio lugar a una investigación del juez Juan Ramos Padilla que puso en evidencia una inquietante red de ilegalidad con participación de jefes policiales, dirigentes políticos, servicios, jueces y fiscales. El primer coletazo fue la apertura de un expediente disciplinario al fiscal general Ricardo Oscar Sáenz, tal como le indicó Ramos Padilla a la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Sáenz apareció en las escuchas telefónicas ordenadas por el juez en diálogos de asombrosa intimidad con personas investigadas por la presunta comisión de delitos. Ahora tendrá diez días para brindar las explicaciones que desee. Recién después de recibidas (o de notificada de que no las suministrará, lo cual no significaría una presunción en su contra), la Procuradora decidirá si es necesario abrir un sumario administrativo y/o promover el juicio político de Sáenz. Es difícil imaginar cómo podría eludirlo. Esta causa es un hilo de Ariadna que puede conducir a la salida de un pantanoso laberinto judicial. Al mismo tiempo, la creación de la nueva Cámara de Casación en lo Contencioso Administrativo Federal concita las iras de los operadores que con recursos de la Secretaría de Inteligencia hicieron de ese fuero un protectorado propio y aspiraban a imponer condiciones a la presidente CFK. En la misma nómina puede inscribirse el último dictamen del fiscal Ricardo Nisman. Los servicios de inteligencia no desean someter a verificación judicial las verdades dogmáticas que repiten acerca del terrorismo internacional. Cambio sin cambios La denuncia original fue presentada por Cristina Caamaño, encargada en el ministerio de Seguridad de las relaciones con los poderes legislativo, judicial y el ministerio público. Todos los mensajes transmitidos por la presidente CFK a sus colaboradores explicitan que el recambio ministerial no implica abandonar las políticas de control de las fuerzas de seguridad ni las denuncias de actos de corrupción. Por eso, Caamaño fue confirmada en su cargo. El denunciado en este caso fue el subdirector de asuntos jurídicos de la Policía Federal, comisario Marcelo Emilio Pecorelli, por exacciones ilegales, tráfico de influencias, negociaciones incompatibles con la función pública, enriquecimiento ilícito y violación de sus deberes funcionales. Pecorelli habría pedido dinero para defender a policías imputados en causas penales, haciéndolas pasar por actos de servicio. Así, esa dirección asumió defensas institucionales en graves casos de violencia y/o corrupción policial, como el asesinato de dos chicos que fueron enterrados como NN y las causas Cromañón y Mariano Ferreyra. Además, sigue la denuncia, Pecorelli derivaba a su propio estudio jurídico las causas que no podían ser patrocinadas por la Policía, por deberse a actos realizados fuera de las funciones o los deberes del estado policial, y obligaba a trabajar en su estudio particular a personal de su división. Incluso, ejerció en algunos de esos casos la profesión de abogado, lo que era incompatible con su función. También habría acordado con algunos jueces sentencias favorables a sus clientes y pedido dinero a estudios jurídicos para acelerar causas contra la institución por reclamos salariales de agentes policiales. Para completar el cuadro, empleadas policiales señalaron a Pecorelli como acosador. A raíz de la denuncia, Ramos Padilla le intervino los números telefónicos. Así apareció “en reiteradas oportunidades” el Fiscal General ante la Cámara de Apelaciones del Crimen Sáenz, en intercambio de favores con el comisario investigado. Sáenz ya había sido señalado en una situación comprometedora hace dos décadas, luego de rechazar el pedido de extradición enviado por Estados Unidos y dejar en libertad al narcotraficante Fernando Pruna Bertot, a raíz de lo cual su superior de entonces, Luis Moreno Ocampo, pidió que fuera apartado del fuero federal. El 3 de abril de este año, Sáenz llamó a Pecorelli y hablaron de la denuncia contra el policía. Ambos se tutean y el comisario le dice Riki. Pecorelli expresó su preocupación porque el sumario estaba en secreto y le pidió al fiscal que averiguara sobre su contenido. Sáenz le aclaró que el secreto lo declaró el juez y que el fiscal de la causa, Carlos Velarde, no dependía de él. “Es como si fuera yo” Al día siguiente, 4 de abril, Pecorelli y Sáenz volvieron a comunicarse sobre el estado de la causa, e hicieron una cita para encontrarse más tarde. –Estoy nervioso, estoy hecho un pelotudo –dice Pecorelli. –Estás boleado, venite tranqui, yo estoy juntado con otros amigos, tranqui, venite –le responde Sáenz. De las conversaciones entre ellos y con otros interlocutores, se desprende que coordinaron la recusación del fiscal Velarde y la presentación de un recurso de inhibitoria, para que Ramos Padilla dejara de actuar y la causa pasara al fuero federal. Al enterarse de que intervendría el juzgado federal 9, a cargo de Luis Osvaldo Rodríguez, Pecorelli comenta aliviado: “Hay que pelearla, pero ya está, empiezan los amigos ahora”. Otro interlocutor le informa que Rodríguez lo espera a la mañana siguiente. “Quedate tranquilo, es como si fuera yo”, le aclara. Pecorelli llamó también a la comisaría 17ª y mientras aguardaba que lo comunicaran con el comisario a cargo, conversaba con Sáenz sobre la causa que lo inquietaba y de la que buscaba cómo librarse, desplazando al juez por otro de confianza. Cuando el comisario Pereyra lo atiende, Pecorelli dice: –Carlitos, ¿te puedo pedir un favor? Está la chica, Victoria, que es la hija del fiscal de Cámara Sáenz, que es amigo mío, que perdió la chapa patente y necesita el certificado... Pereyra promete solucionarle el problema a la hija de su amigo. En las escuchas ordenadas por Ramos Padilla, también aparece el fiscal de primera instancia Martín Mainardi, cuyo superior es Sáenz. En la conversación entre ambos se demuestra la intervención profesional de Pecorelli, pese a la incompatibilidad funcional que se lo impedía, como defensor en una causa penal del intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, y su hijo Walter, por una denuncia de violencia de género (“Hugo Curto y otros, s/amenazas”, del juzgado de instrucción 35 de Capital). Mainardi fue el fiscal de la causa, en la que Curto fue sobreseído. En uno de esos diálogos, Pecorelli y Mainardi combinan para reunirse. Pecorelli acudía a otros abogados que firmaban por él. Uno de ellos es Sebastián Rodríguez Barbaró, hijo del juez federal de Morón Jorge Rodríguez, otro protagonista de las amistosas conversaciones telefónicas de Pecorelli. De esos diálogos surge que el juez de Morón, a quien la Corte Suprema le encomendó parte de la causa por la limpieza del Riachuelo, le pidió a Pecorelli que contratara a su hijo Sebastián, quien trabaja en el Banco Central. Pecorelli entendía que el hijo no era un abogado con suficiente experiencia, pero sin embargo lo designó en su estudio, y llega a mencionarlo como su “mano derecha”, para congraciarse con el padre, a quien a veces llama con un apenas disimulado “Señor Acumar” y otras con su nombre, apellido y cargo. Acumar es el organismo interjurisdiccional Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, creado para la tarea de saneamiento ambiental, una especialidad a la que ha dedicado mucha atención el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien no ha tenido buena suerte con esta causa. A raíz de la revelación de los negocios del primer juez a cargo, el federal de Quilmes Luis Armella, la Corte le quitó la responsabilidad y la dividió entre Jorge Rodríguez y el juez federal de la Capital Sergio Torres. Ahora deberá ir pensando una alternativa que pueda controlar mejor. A cambio del empleo para su hijo, el juez de Morón entró en transacciones comerciales con Pecorelli, quien representaba a empresas investigadas por su actividad contaminante. En una conversación con un empresario al que llama José, Pecorelli le cuenta que ha incorporado al hijo del juez a la defensa de Curto, cosa que, dice, “a la empresa le va a servir”. José le indica que le deja un sobre con dinero en la fábrica (Larrea 445, de Ramos Mejía, sede de textil Kaury, de Joseph Khoury, el principal grupo productor de indumentaria del mercado argentino) para que Pecorelli le pague “al hijo de Acumar”. José también le manda “algo” a Pecorelli a través de Alfredo, quien dialoga con el poliladro en términos muy explícitos. Alfredo dice que Pecorelli “tiene el contacto con la Acumar” y él tiene “otra empresa con la que estoy haciendo un descargo con la Acumar”, y le pregunta: “¿Te interesaría mover un contacto ahí, por plata siempre, lógico? El tema es hacer negocios”. Los pañales El juez Rodríguez estaba interesado en que su hijo realizara ese trabajo, para acercarse a Hugo Curto. Con satisfacción, el juez le cuenta a Pecorelli que Curto lo propuso para integrar el Consejo Académico de la sede descentralizada de la Escuela de Policía “Juan Vucetich” en Tres de Febrero, que el intendente inauguró junto con el gobernador Daniel Scioli y con su ministro, el alcaide mayor penitenciario Ricardo Casal, el 13 de mayo. “La inseguridad es el flagelo más importante que tenemos. Todos tenemos que poner esfuerzos, los servicios de seguridad; la Justicia, acompañando y aplicando el castigo que corresponde; y desde la política estando a la altura de la circunstancia”, dijo Curto. Scioli instó a combatir “el crimen organizado”. En la misma llamada, el juez Rodríguez cuenta entre risotadas que se reunirá con Curto para comer ese día, y de nuevo al día siguiente, pero con otros intendentes. El tema: “Los pañales, esos que vos tirás y yo saco... jejejeje”. Pecorelli: Le dije a Curto que estoy trabajando con el hijo de Jorgito, Sebastián, que tiene letra mía. Rodríguez: cuando lo vea a Curto le digo, mirá que mi pibe está a disposición en esta historia. Pecorelli: Ya sabe, ya sabe que está laburando conmigo y que es mi mano derecha. Aunque se tratan de “Jorgito” y “Peco”, no todo es confianza entre ellos. En diálogo con otro interlocutor sólo identificado como Eduardo, Pecorelli dice que el juez federal de Morón “estaba enloquecido” para que su hijo figurara en la causa de Curto, pero que una vez que lo incluyó, ni el padre ni el hijo le contestaron el teléfono. “Yo ya le vi la jugada con el Negro [Curto], vamos a tener que manejarnos nosotros y tener cuidado, lo que pasa es que no va a producir nada para nosotros”. Su interlocutor, Eduardo, le responde: –Vos tenés que tener cuidado, el Negro [Curto] no es ningún gil, pero él [Rodríguez] va a tomar mucho vuelo con el tema de Acumar, yo algo te comenté. –Yo soy agradecido, pero me llama la atención la desesperación para que figure el pibe, yo tengo otras formas. Los muchachos de la Asociación El 4 de abril, ese mismo interlocutor Eduardo le encarga a Pecorelli la organización de una gran comida con Curto. Pecorelli asiente y agrega: “Yo hablo con Hugo y le digo que también van a venir todos los muchachos de la Asociación de Magistrados”. En la resolución del martes 4, por la que rechazó el pedido de Luis Osvaldo Rodríguez para que se desprendiera de la causa, Ramos Padilla escribió que las escuchas muestran “una operación tendiente a influenciar a ese magistrado para así de algún modo ver favorecida la situación del imputado” y destacó como un dato no menor “la insistencia con la que el juez Rodríguez me requiere el envío del expediente principal”. Agrega que “se ha orquestado toda una maniobra tendiente a controlar el resultado y la situación procesal de Pecorelli” y sostiene que el procedimiento con el que intentó apartárselo “no es habitual”. Y considera que “son pobres los argumentos esgrimidos por mi colega Luis Rodríguez para reclamar su competencia en los albores de la investigación, por el simple hecho de que el principal imputado se trata de un comisario de la Policía Federal. Al menos podría haber solicitado copia de las actuaciones, para ver el estado de las mismas, y no forzar un procedimiento prematuro que perjudique el avance de una investigación tan delicada. La insistencia y diligencia con que actuó el colega lo ha llevado incluso a reiterar sus reclamos de una manera por cierto incomprensible, en lo que hace a los términos en que se dirige a un juez del mismo grado y la misma jerarquía”, al que le impuso “un plazo de tres días para que le informe sobre el estado actual en que se encuentra el trámite de las actuaciones cuya remisión inmediata me había solicitado. No corresponde el libramiento de un oficio en esos términos ni la imposición de un plazo como si el suscripto fuera un dependiente del juez federal”. Ramos Padilla destaca que cuando Rodríguez era juez de instrucción aplicaba un criterio contrario y defendía su competencia. Otro criterio El caso en el que Luis Osvaldo Rodríguez aplicó un criterio contrario fue la causa por el intento de soborno al juez de la Cámara Nacional de Casación Penal Eduardo Riggi, para que no procesara a José Pedraza y dejara en libertad a los autores materiales del asesinato del estudiante Mariano Ferreyra. Los personajes se repiten: la primera fiscal en la investigación del crimen fue Cristina Caamaño. De ese expediente, que instruyó la jueza Wilma López, se desprendió otra causa, por los sobornos para comprar impunidad. Los involucrados allí, además del ex líder ferroviario eran el ex relator de Riggi, Octavio Aráoz de Lamadrid, el jefe de sorteos de la Cámara designado por Riggi, Luis Ameghino Escobar, el vicepresidente del Belgrano Cargas, Angel Stafforini y el agente de Inteligencia Juan José Riquelme. Ramos Padilla recuerda que en setiembre de 2012, Luis Osvaldo Rodríguez se negó a desprenderse de la causa, pese a que Ameghino Escobar y Riggi eran funcionarios del fuero federal, como los otros dos jueces de la misma sala, Wagner Gustavo Mitchell y Mariano González Palazzo, a quienes el fiscal había solicitado extender la investigación y que tuvieron la prudencia de renunciar, mientras Riggi aún resiste. Rodríguez recién dictó los procesamientos cuando el Senado iba a tratar su traslado de instrucción al fuero federal, pero cuando su injustificada demora ya había hecho perder los mensajes de texto de los imputados, ya que la empresa telefónica sólo los conserva durante noventa días. Pero ni aún así Rodríguez alcanzó a Riggi con el procesamiento. En la audiencias senatorial, Rodríguez admitió ser amigo y compadre de Javier Fernández, aunque dijo que nada sabía de una red judicial paralela ni de la Secretaría de Inteligencia. Tanto Riggi como Javier Fernández y Luis Osvaldo Rodríguez forman parte del círculo de confianza del miembro cooperador del Opus Dei, Rodolfo Carlos Barra. La única diferencia apreciable entre aquel caso y éste es la forma de proteger a los acusados. Entonces servía mantener el expediente en el fuero ordinario, a cargo de Luis Osvaldo Rodríguez. Hoy, en cambio, la mejor defensa de Pecorelli es extraerle la causa de instrucción a Ramos Padilla y depositarla en las amistosas manos de Rodríguez, que en cualquier fuero cumple. Viejos amigos Mientras, se dilata el trámite de juicio político contra Riggi. El procesamiento del resto por tráfico de influencias, dispuesto por Luis Osvaldo Rodríguez y confirmado por la sala IV de la Cámara del Crimen, protege al camarista de un juicio penal, tal como dijo el propio Riggi en su descargo ante el Consejo de la Magistratura, ya que para traficar influencias no hace falta que quien toma la decisión sea parte de la maniobra. Pero la insuficiencia probatoria para una condena penal no borra los actos impropios de un juez que cometió Riggi. Riquelme y Aráoz de Lamadrid, que ahora están procesados como socios en este delito, creen hablar a solas: Riquelme: La buena noticia es la del señor de las teclas [Ame-ghino Escobar, quien logró digitar el sorteo]. Aráoz de Lamadrid: Sí, sí, sí, eso salió perfecto. Es la sala de nuestro amigo. Riquelme: ¿De Eduardo? Aráoz de Lamadrid: Sí, lo hicimos. Riquelme: ¿En la sala de Eduardo están Liliana [Catucci] y Angela [Ledesma]? Aráoz de Lamadrid: No, Wagner [Gustavo Mitchell]. Riquelme: ¿Wagner va a hacer lo que le diga Eduardo? Aráoz de Lamadrid: Sí, exactamente. Esa es la idea. Una vez asegurado el sorteo a favor de su sala, Riggi acordó reunirse con Riquelme el 3 de febrero de 2012. La reunión no se realizó, debido al allanamiento al estudio de Aráoz de Lamadrid, donde se secuestraron los 50.000 dólares para el soborno. Esto cortó la cadena e impidió probar hasta dónde llegaba. No parece que eso haya sido casual, ya que Ambito Financiero filtró el allanamiento antes de que se produjera (http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=565708). Pero el 11 de febrero, Riggi volvió a hablar con Riquelme, esta vez sobre lo preocupados que estaban por la repercusión mediática de la causa de sobornos. En su descargo ante el Consejo, Riggi admitió una vieja amistad con Riquelme y reveló la antigüedad del nexo entre la Secretaría de Inteligencia y los jueces. Explicó que hace más de veinte años Riquelme organizaba cursos para jueces en la escuela de inteligencia, cuando la dirigía el almirante Alberto Varela [un ex colaborador de Massera en el SIN, promovido por Menem]. Según Riggi, “se realizaban almuerzos y cenas para afianzar lazos entre los magistrados y fiscales que participaban de los cursos y Riquelme era la persona encargada de convocarlos, el nexo”. Agregó que Riquelme ejercía “relaciones públicas en ámbitos de sindicatos, políticas y del clero”. En otra conversación grabada en la causa, Riquelme le cuenta a Aráoz de Lamadrid una discusión en el sindicato sobre la plata a poner para el soborno y dice que él le sugirió a Pedraza que dijera en la comisión directiva que harían lo que ya les salió bien en la causa del hospital ferroviario, pero esta vez sin mencionarlo a él, porque nadie debía conocerlo. En su descargo, Riggi dijo que nunca intervino en esa causa. En cambio, omitió su decisiva firma, esta vez junto con Angela Ledesma y Guillermo Tragant, en mayo de 2008, para anular el procesamiento de Pedraza por administración fraudulenta del fondo de sepelios de los trabajadores ferroviarios y su embargo por 50 millones de pesos. El fallo de Cámara confirmando el procesamiento había sido unánime (Mariano González Palazzo, Carlos González y Alberto Seija), pero Pedraza había recusado a González Palazzo y esto fue suficiente para que Riggi y sus colegas anularan todo lo actuado y dejaran libre de culpa y cargo a Pedraza. No siempre todo sale tan fácil. 09/06/13 Página|12

viernes, 7 de junio de 2013

EL ABOGADO DE MANNING INTENTA MOSTRAR QUE ACTUO DE BUENA FE Las razones de la filtración

Manning reconoció que robó los archivos secretos y se los entregó a la organización de Assange. Imagen: EFE La defensa del soldado que filtró los documentos secretos del Departamento de Estado dijo que su cliente quería alertar a los norteamericanos sobre lo que estaba pasando en Irak y Afganistán. Fue el segundo día del juicio militar. Por David Usborne * La defensa de Bradley Manning, el soldado acusado de robar documentos secretos y enviarlos a Wikileaks, buscó anotarse unos tantos en el juicio ayer, al presionar al hacker que primero lo delató para que admitiese que nunca tuvo la impresión de que el joven estuviera motivado por su odio por Estados Unidos. El intercambio marcó un momento de dramatismo inesperado en el segundo día del juicio puertas adentro de la corte marcial de la base del ejército Fort Meade. “¿En algún momento dijo el soldado Manning que quería ayudar al enemigo?”, le preguntó David Coombs, un abogado de la defensa, a Adrian Lamo. “No, no en esas palabras”, respondió Lamo. Lamo, un hacker convicto, dijo que empezó a chatear por Internet con Manning el 20 de mayo de 2010, y alertó a la policía al día siguiente sobre los contenidos de los mensajes del soldado, incluyendo su mención a Julian Assange. Lamo atestiguó que el soldado Manning lo había contactado a él por su notoriedad en la comunidad de hackers. Demostrar que Manning actuó maliciosamente cuando envió su valioso material clasificado a Wikileaks será clave para el caso de la fiscalía. Por el contrario, la defensa ha señalado su intención de mostrar que su cliente estaba actuando con un sentido del deber benigno, hasta ingenuo, en la esperanza de alertar a los estadounidenses que lo que se estaba haciendo en su nombre en las guerras de Irak y Afganistán. Otro testigo de la fiscalía, Mark Johnson, un examinador civil digital forense de la Unidad de Investigación de Delitos de Computación del Ejército de Estados Unidos, le dijo a la corte que había encontrado tres ítem de interés en la laptop del acusado, que fue incautada después de su arresto, en su base, cerca de Bagdad, en mayo de 2010, incluyendo un video y información de contactos para Wikileaks. Pero cuando otro de los abogados de Manning, el mayor Thomas Hurley, le preguntó al testigo, en las repreguntas, si había encontrado algo que indicara odio hacia Estados Unidos, contestó: “No, pero lo hubiéramos notado. No encontramos nada”. Manning, quien tiene la doble nacionalidad estadounidense y británica porque su madre es galesa, atrajo a partidarios alrededor del mundo, que lo alaban como un héroe denunciante. Assange, que está asilado desde hace meses en la embajada ecuatoriana en Londres, condenó a la corte marcial como un show. “Esto no es justicia: nunca podría ser justicia”, dijo en una declaración. El veredicto fue decretado hace tiempo. Su función no es determinar cuestiones tales como culpable o inocente, verdadero o falso. Es un ejercicio de relaciones públicas, destinado a proveer al gobierno de una coartada para la posteridad. Manning aceptó que el juicio estuviera a cargo del juez que lo presidía, el coronel Denise Lind, en lugar de un jurado de sus pares. Con más de cien testigos que se esperan de la fiscalía, que posiblemente incluyan a un miembro del equipo Navy Sean, que asesinó a Osama bin Laden, se espera que dure hasta fin de agosto. También hablando por él en Londres estaba Peter Tatchell, el organizador de la lucha por los derechos de los gays. “Cada soldado en cada nación tiene el deber de exponer los crímenes de guerra. Eso es lo que hizo Manning –dijo–. Manning es un verdadero patriota porque buscó defender la constitución estadounidense. Gracias a Bradley el pueblo estadounidense conoce la verdad.” * De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère 05/06/13 Página|12

Almacén de juecesPor Demetrio Iramain OPINION

Que la existencia de un forum shopping suspenda a poco de andar la democratización, era una contingencia nada sorprendente. La señora de Kirchner está perdiendo los primeros combates frente al Poder Judicial", se ilusiona uno en La Nación. Se refiere, claro, a los muy promocionados fallos de jueces contra la ley más significativa de la reforma de la justicia, buscados especialmente por la parte patrocinante, y que se consiguen en algún que otro tribunal federal. Que la existencia de un forum shopping muy aceitado se active y suspenda a poco de andar la democratización, era una contingencia nada sorprendente, absolutamente esperable. Clarín mostró el camino hace tres años. Chocolate por la noticia, Pagni. Esa manía tan característica en la matriz del privilegio que todavía rige la vida de los moradores más encumbrados del Palacio de Tribunales es precisamente uno de los fundamentos de la reforma. Lejos de convertir a la democratización en un fracaso, potencia su necesidad. Justifica su sanción y su urgente puesta en vigencia. Que la justicia corporativa se arrogue para sí la exclusiva franquicia de ser juez y parte en el derrotero jurídico sobre las leyes que legislan sobre sí misma, para empezar no es nuevo. Y para finalizar, esa y no otra es la verdadera razón de ser de las leyes de transformación: clausurar las franquicias que la casta judicial, subsidiaria de otras castas económicas aun más poderosas, ostenta desde hace bastante más de un siglo, con brevísimas interrupciones. La reforma no busca, como dicen, "politizar" el Poder Judicial, sino exteriorizar esa condición, que es previa, preexistente, al plan democratizador. Que los jueces tienen opinión política, defienden determinados intereses y, esencialmente, intervienen en la puja material e ideológica que atraviesa las sociedades del conflicto, es a esta altura una obviedad. De ahí que el corazón de la reforma persiga un único fin: que los jueces se hagan cargo de lo que piensan, rindan por lo que hacen, y sea el pueblo quien, en última instancia, juzgue y decida. Los segmentos sociales acostumbrados a la dispensa y la exención, ancestralmente hegemónicos, pasan por alto una condición intrínseca a la más primaria noción de democracia: es en la soberanía popular, expresada a través del voto libre, obligatorio y secreto, donde reside la última fuente de legitimidad del sistema de representación. Así como ningún ser humano es ilegal (en todo caso podrá serlo su situación migratoria), ¿puede ser declarada "inconstitucional" la voluntad popular? Cuando el juez Ricardo Recondo obtuvo la representación de sus pares ante el Consejo de la Magistratura Nacional, basó su campaña electoral en su oposición política al gobierno. ¿Ser opositor es ser independiente, acaso? ¿Imparcial es eso? ¿Dónde está escrito que para ser ecuánime hay que burlar la decisión de las mayorías? ¿No es eso la continuidad del teorema de Carlos Menem, para quien "si hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie"? ¿Por qué la sociedad debe permitirse a sí misma que el Poder Judicial, que nunca jamás fue ajeno a los poderes corporativos que siempre gobernaron al país, trabe sistemáticamente un curso histórico con claro anclaje en los intereses de los sectores más postergados de la estructura económica, social y cultural? Bien por el ejercicio de memoria que hizo la presidenta al recordar la filiación política del camarista en lo Civil y Comercial Federal. Explica muchas conductas públicas. Efectivamente, Recondo fue subsecretario de Justicia de Raúl Alfonsín. Su jefe directo era el secretario Ideler Tonelli, luego ascendido a ministro de Trabajo por la gran tarea prestada en la redacción del texto de la ley de Obediencia Debida. Si la síntesis fue el radicalismo, la dictadura fue su más elocuente tesis. La antítesis fue la "República", como ellos se llenan la boca, esa señora entre célebre y desconocida. Tonelli y Recondo fueron camarista y funcionario judicial, respectivamente, durante el Terrorismo de Estado. Recondo ocupó un destacado lugar en la Procuración General de la Nación. Como secretario letrado, secundó al Procurador General de la dictadura, Mario Justo López. Eran los tiempos en que la Procuración era custodiada por la Fuerza Aérea en la sede de la calle Guido al 1500, en La Recoleta. Es que en la división general del trabajo que hizo la dictadura, a la Aeronáutica le tocó justicia. Quizás Lanata, tan ocupado en hallar revelaciones en los listados desclasificados gracias a la voluntad política del gobierno nacional, lo informe el próximo domingo. Antes de ser consejero de la magistratura, como lo es ahora, el radical Recondo atendía del otro lado del mostrador. Cuando no viajaba a Miami invitado por Clarín, regenteaba el gremio de los Señorías, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional. Por entonces, así titulaba el editorial de su publicación bimensual: "¡Qué te pasa, Argentina!", en clara respuesta al célebre "¿qué te pasa, Clarín, estás nervioso?" Aquel editorial de la revista Y considerando... correspondía a la edición inmediatamente posterior a las elecciones de medio término de junio de 2009, que el oficialismo perdió, aunque por muy poco margen, en el distrito bonaerense. A Recondo no le importó. Para él la exigua diferencia de votos era suficiente. Para el entonces sindicalista de los jueces, el Poder Legislativo ya había dejado de ser una "escribanía", como alertaban insistentemente los dirigentes de la oposición, y vuelven a advertir hoy, cuando la correlación de fuerzas les dibuja un paisaje desapacible en ambas Cámaras. En la arenga, Recondo sacaba cuentas del resultado del comicio y recomendaba acudir al Parlamento, porque ese "es el lugar donde deben confluir las ideas y los intereses". Paradojas de la profundización: para el mismo propósito, en la próxima elección quizás vote a Julio Piumato, que por entonces lo denunciaba por mal desempeño. Un sindicato para los trabajadores ahí, por favor. Dijo Carlos Bianchi, después de empatar con Vélez el pasado domingo: "El hincha de Boca no se puede olvidar en cinco meses todo lo que gané acá, el hincha no es un desagradecido. Los que hablan y escriben en la prensa no son hinchas de Boca." La naturaleza, que imita al arte, jamás pensó que la realidad haría lo propio con el fútbol. 06/06/13 Página|12