lunes, 13 de mayo de 2013

las fieras por ALFREDO ZAIAT.

Memoria Literatura Psicología Pensamiento Tango Pasión de Multitudes Mezcladito Las fieras Por Alfredo Zaiat La fuerte caída de las operaciones inmobiliarias de unidades usadas en el área metropolitana que motivó la creación del Certificado de Depósitos para Inversión (Cedin) es un triunfo de la dolarización de esa actividad sobre el voluntarismo político de su pesificación. La carencia de instrumentos financieros específicos diseñados por el Gobierno luego de disponer un nuevo sistema de acceso a la moneda extranjera y el nulo interés de los protagonistas de ese mercado, en especial los operadores inmobiliarios, de transformar su funcionamiento, tuvieron como consecuencia la reafirmación de la dolarización. Es un retroceso aunque el sector sienta alivio al especular con una revitalización de transacciones con los Cedin, pero más aún lo es porque puede interrumpir el incipiente pero sostenido proceso de pesificación de nuevas obras. La resistencia a la pesificación del mercado inmobiliario muestra límites a la gestión de política económica, que en un marco más amplio se expresa en el histórico comportamiento dolarizador de ahorros de un sector de la población influyente y elevada capacidad patrimonial. Con criterio financiero se postula subir la tasa de interés de colocaciones en moneda doméstica para desalentar la compra de dólares, como hacen otros países periféricos, entre los que sobresale Brasil. En Argentina, ¿hasta qué nivel debería subir sin afectar el crecimiento con el riesgo de convocar una recesión, que terminaría derivando en la profundización de la fuga? No es fácil determinarlo, puesto que la fuga de capitales ha sido una constante de la economía argentina independientemente de los gobiernos y políticas económicas, incluso con tasas de interés elevadísimas. Con alta o baja inflación, con más o menos expansión monetaria, con políticas amigables o antipáticas hacia el poder económico y financiero, la compra de dólares fue perseverante. Sólo en los períodos de una muy fuerte depreciación de la moneda, con el consiguiente efecto devastador en el nivel de actividad económica y empleo, la demanda de dólares se apaciguó. No es una opción recomendable para desalentar corridas por su desproporcionado costo económico, social y político. La información incluida en Fuga de divisas en la Argentina, de Eduardo Basualdo y Matías Kulfas, revela que durante la tablita cambiaria de Martínez de Hoz y su posterior debacle de 1978 a 1982 contabilizó una fuga de 23.874 millones de dólares. En la convertibilidad, la recesión económica por el Efecto Tequila y las posteriores crisis financieras en mercados emergentes de 1995 a 1998, sumó una fuga de 41.039 millones de dólares. El derrumbe de la fantasía 1 peso igual a 1 dólar, con tasas de interés altas en términos reales en moneda doméstica y en dólares, tuvo como saldo una fuga de 28.526 millones de dólares, según la investigación de Basualdo y Kulfas. La dolarización de excedentes iniciada en los meses previos a las elecciones que tuvo a Cristina Fernández de Kirchner como triunfadora fue la de mayor magnitud desde la década del setenta, cuando comenzó el régimen de liberalización financiera. Desde julio de 2007 casi no hubo tregua, con la excepción del trimestre septiembre-noviembre de 2009 cuando hubo un registro de una muy leve demanda neta negativa de billetes por parte del sector privado. Es lo suficientemente ilustrativa la sed de las fieras que muestra el gráfico que acompaña este artículo. Las compras de dólares en el período 2007-2011 totalizaron 79.281 millones de dólares. La corrida cambiaria tuvo el canal de abastecimiento de las reservas del Banco Central, que sólo en 2011 aportaron 18.602 millones de dólares en billetes, como revela el informe anual “Evolución del Mercado Unico y Libre de Cambios y Balance Cambiario”, del BCRA. La tendencia de la demanda de billetes en los meses previos al nuevo sistema cambiario apuntaba a un ritmo de 3000 a 4000 millones mensuales. El régimen de administración y control de acceso a la moneda extranjera tuvo como resultado una abrupta caída en la fuga de capitales. La corrida cambiaria adquirió entonces otra característica a través de la comercialización de dólares en el circuito marginal. La fuga ahora no tiene como consecuencia la pérdida de reservas, lo que evita conocidas perturbaciones de la estabilidad económica, pero pasó a expresarse en la cotización del denominado dólar blue y la brecha con el tipo de cambio oficial. El proyecto de ley de exteriorización voluntaria de la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior, más conocido como blanqueo de capitales, aspira a intervenir en esa dinámica. El premio a actores económicos que no registraron capitales al fisco y lo fugaron al dólar es cuestionable en términos de equidad tributaria y financiera. Son beneficiados quienes evadieron y además convirtieron esos fondos en dólares. Tiene la particularidad de que es una medida destinada a quienes menos quieren a este Gobierno. Les ofrecen el blanqueo más atractivo conocido hasta ahora a actores económicos que rechazan la política oficial. Es un desafío de convicciones. ¿Qué predominará: la resistencia política o la conveniencia económica? ¿Seguir apostando a una devaluación o a beneficiarse con un blanqueo muy atractivo impositiva y económicamente? Con el blanqueo que implica aceptar la dolarización del mercado inmobiliario y el otorgamiento de un premio a dolarizadores de excedentes no declarados, el kirchnerismo ha decidido intervenir en la disputa existente en el poder económico sobre el modo de resolución de la tensión alrededor del dólar. El rechazo a la opción de la devaluación y la presentación del blanqueo de capitales es el mensaje oficial de alianza hacia los grupos económicos cuya rentabilidad está asociada al dinamismo del mercado interno, ante las presiones recesivas del bando de los devaluacionistas integrado por fuertes exportadores, el sector del campo y grandes rentistas con capitales dolarizados. Esta tensión al interior del poder económico no implica que no haya confluencia de intereses ni rechazo al oficialismo; sólo expresa posicionamientos diferentes sobre el tipo de cambio en función a cómo influye en sus respectivas ganancias. Las pujas en el poder económico para influir sobre la política económica no es una novedad. Lo mismo sucedió en el alfonsinismo y luego en el menemismo. Durante el primero, la puja se desarrolló entre los grupos económicos locales, que exprimían el fisco con subsidios y promociones industriales, y la banca acreedora, que exigía que el dinero del fisco asegure el pago de la deuda. Esa tensión tuvo como desenlace la hiperinflación. En los años del menemismo, esa puja registró una tregua en la primera etapa cuando ambas facciones coincidieron en una alianza, a la que se sumaron las multinacionales operadoras de servicios públicos, para el desguace de las empresas públicas vía capitalización de bonos de la deuda externa. Luego de realizar esos negocios que regalaron rentabilidades muy elevadas, sus intereses empezaron a ser divergentes: los grupos locales promovían la devaluación, y la banca acreedora y las multinacionales impulsaban la dolarización. La resolución fue a favor de los primeros con la megadevaluación de Eduardo Duhalde. En el actual proceso político, pese a tener algunos intereses objetivos económicos contrapuestos, las dos facciones dominantes (exportadores nacionales y extranjeros, y los grupos concentrados con posición dominante en el mercado interno) están unidos en la oposición al Gobierno. Unos, porque presionan por una devaluación para disminuir sus costos en dólares y aumentar sus ganancias extraordinarias; mientras los otros no quieren la devaluación porque sus ganancias elevadas en pesos se licuarían, pero hoy no pueden dolarizarlas y enviarlas a sus casas matrices (las firmas extranjeras) o fugarlas (las locales) por las restricciones a la compra de divisas y la exigencia del Gobierno a reinvertirlas. En ese terreno de presiones cruzadas las fieras están sedientas de dólares. azaiat@pagina12.com.ar 12/05/13 Página|12

EL BORDA, POR EDUARDO ANGUITA

No hubo errores, no hubo excesos Por Eduardo Anguita eanguita@miradasalsur.com Opinan: Pedro Benedit, psicólogo social, Guilermo Honig, jefe de servivio en el Borda, Marcelo Vinograd, encargado de los talleres protegidos, Marcelo Frondizi, de la Junta interna de los talleres protegidos, Francisco Nenna, legislador porteño FpV, Jorge Selser, legislador porteño FAP y Alberto Sava, del frente de artistas del Borda. Hay muy pocas cosas que uno pueda recordar de Ricardo Balbín, una de ellas es que dijo que se podía medir la salud de un país por el estado de las cárceles y de los hospitales. Lo que pasó en el Borda hace unos días es de una gravedad tremenda, tenemos que mirarnos y tratar de entendernos, qué pasó, qué venía pasando en el Borda. Guillermo Honig: –Yo sabía que estaban reprimiendo porque me llamaron pacientes angustiadas pensando que me había pasado algo. Me llamaron a las ocho de la mañana. Cuando llegué atendí a los pacientes, los contuve porque estaban extremadamente alterados y consternados. No entendían por qué la policía estaba ahí, qué es lo que estaban haciendo, por qué estaban pegando, por qué se peleaban. Los dejé en el servicio tranquilos sabiendo que estaban buscando reprimir, que no fueran al cordón policial, y yo fui a ver qué pasaba porque es mi responsabilidad, son mis pacientes, es mi casa desde hace 26 años, es la casa de los pacientes, es la casa de los vecinos también. Los vecinos participan del hospital, es un hospital abierto a la comunidad, es de los hospitales psiquiátricos más abiertos a la comunidad en el mundo, el 80% de mis pacientes tiene permiso de salida. Los 700-800 pacientes del hospital pueden entrar, salir y convivir en comunidad. –Marcelo, el domingo posterior, el 28 de abril, te conocí allí, cuando estaba abrumado mirando lo hierros ¿Recordás ese domingo? Marcelo Vinograd: –Sí, sí. Lo recuerdo perfectamente. Cuando llegué estaba la destrucción que ambos pudimos observar. Me llamó mucho la atención el tema de los asbestos que en la conferencia del Gobierno de la Ciudad lo habían dado como uno de los principales motivos por el cual se tenía que demoler y no podía funcionar este Taller 19. En toda la Ciudad hay techos, chapas de fibrocemento que contienen asbestos. Y yo te contaba que con ese criterio tendrían que estar las topadoras en todos los edificios gubernamentales porque todos están en las mismas condiciones. Es más, las cañerías de calefacción de las viejas calderas están en condiciones de mayor deterioro y esas hasta el día de hoy se siguen observando en muchos lugares a la vista, sin embargo las topadoras estaban en el Taller 19. –Pedro, vos sos psicólogo social y trabajás en Talleres Protegidos. Muchísima gente no sabe la diferencia que hay entre la unidad neuropsiquiátrica y los Talleres Protegidos, uno de los cuales, el numero 19, es el que está en conflicto porque es el que está dentro del terreno del Borda que fue elegido por el grupo inmobiliario del PRO para instalar allí la sede central del Gobierno porteño. Pedro Benedit: –Nosotros somos una institución de rehabilitación y salud mental cuya misión principal es la socialización de pacientes con problemas psiquiátricos a través de una terapia que está orientada al trabajo productivo, lo que genera un vinculo entre los trabajadores y los pacientes que facilita al paciente la adquisición de hábitos sociales y posibilidades de rehabilitarse y de reinsertarse en la sociedad. Está ubicado dentro de los terrenos del Borda justamente porque es un taller intrahospitalario que permite acceder a este tratamiento a pacientes que por su cuestión judicial o clínica no pueden salir a la calle en este momento. –Jorge, decías hace pocos días que hay lugares en la Ciudad de Buenos Aires en donde hay tuberculosos, enfermedades que uno cree que están desterradas o que pueden darse en lugares recónditos del territorio argentino. Jorge Selser: –La Ciudad tiene numerosas enfermedades y muchas de ellas afectan a los sectores más pobres de la Ciudad, especialmente los que viven en villas, cercanas al Riachuelo; enfermedades que son transmitidas por roedores, como la Leptospirosis. Hay una tasa elevada de prevalencia en pacientes con tuberculosis que tiene que ver con el trabajo esclavo en los talleres clandestinos. Pero tampoco hay en la Ciudad de Buenos Aires una política seria de prevención, de atención primaria, que nosotros le decimos primer nivel de atención, y un nivel de inmunización y de prevención de las enfermedades que son prevalentes en el hombre y la mujer a una determinada edad, que son los tumores o enfermedades cardiocirculatorias, etc., sino que todavía seguimos en la Ciudad de Buenos Aires con un proyecto hospitalocéntrico por el cual el paciente concurre al hospital en función de los síntomas que tiene, y ahí es atendido, en muchos casos bien, yo diría en la mayoría, en otros casos no, porque no hay recursos, pero lamentablemente cuando hay síntomas ya es tarde. –Tito Nenna, esta no fue la primera represión de Macri, acá hay un plan del PRO que fue pensado y ejecutado, esto no fue un exceso ni solamente un negocio inmobiliario me parece. Tito Nenna: –No, esta política llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri reconoce una matriz ideológica que llevó a la creación de la Policía Metropolitana en función de la necesidad de llevar políticas de ajuste, políticas empresariales, políticas que degradan todas las políticas sociales, tanto las de salud como las de educación, las de vivienda, por eso no hubo excesos por parte de la Policía Metropolitana el viernes 26, esto comenzó el 8 de agosto, cuando ingresaron, por la calle Perdriel, violando un portón cerrado, la Policía Metropolitana más los miembros del Ministerio de Desarrollo Urbano para instalar el obrador, para comenzar la obra. Y tanto el el ministro Chaín como el ministro Montenegro, no solamente avalaron el actuar de la Policía Metropolitana, sino que negaron que esto fue represión. Y esto es lo peor de todo, naturalizar la represión y naturalizar una política de achique en las políticas públicas. –Alberto, me decías que el Frente de artistas del Borda cumple 29 años, casi lo mismo que la democracia. Alberto Sava: –Sí, cuando se abre la democracia hay una apertura, hay un proyecto que se llama la desmanicomialización, que es una reforma a nivel psiquiátrico donde se plantea o se cuestiona de alguna manera la existencia de los hospitales llamados manicomios, loqueros o asilos. Y se propone desde el Estado brindar una atención de las personas con sufrimiento mental en los hospitales generales, con servicios de salud mental, y que el Estado garantice la vivienda, el trabajo, la educación y los afectos. Desde el Frente de artistas del Borda repudiamos lo que paso ese viernes. Yo estuve también presente, y creemos y estoy de acuerdo con lo que dicen los compañeros acá, que hay que defender al hospital público, pero creo que también habría que poner sobre la mesa este debate de la existencia de los hospitales psiquiátricos, y cuando digo hospitales psiquiátrico no me refiero sólo a los públicos, me refiero también a los privados que son más siniestros o peor que los públicos. –Este año el Borda cumple 150, para tratar de entender, ¿logró algo el macrismo con esta encerrona, con esta emboscada? G. H.: –Quiero decir algo en relación a los pacientes. La población del Borda es una población de personas que no son peligrosos para la sociedad sino que la sociedad es peligrosa para ellos, por eso están internados. Los pacientes del Borda son altamente vulnerables a traumas. La mayoría son esquizofrénicos y son justamente los que menos capacidad tienen de procesar los avatares traumáticos de la vida. Acá hubo 5 pacientes con traumas físicos severos, hubo un paciente con 25 perdigonadas en el pecho de balas de goma, o sea, todo el cartucho en el pecho. El trauma psíquico que vivieron los pacientes fue tremendo. Después de ese fin de semana vi pacientes durmiendo en la cama a las 11.30 de la mañana, tipos vitales, alegres, que pasaron un estrés terrible y eso fue por la represión que hubo en el hospital, fue por lo traumático, fue por la imprevisión, fue por no tener en cuenta que hay enfermos, es inaudito, debe ser la primera represión en un hospital psiquiátrico que se ve en el mundo. –¿Qué pasó después con la solidaridad? ¿Cómo se comportó después esta clase media porteña que ya es casi un paradigma del “no me meto”? ¿Qué percepción tienen? Nono Frondizi: –Yo creo que cualquier ciudadano democrático, sensible, sea del partido que sea, repudia esta barbarie que es un acto criminal, sobre todo un acto criminal con aquellos que tienen problemas en el alma y que son los más vulnerables. Porque los pacientes sufrieron tres golpes duros: la propia represión, que alcanza al conjunto de los pacientes. Además, ellos vieron que los trabajadores, o sea, los que componen el equipo interdisciplinario de salud, también eran reprimidos a la par de ellos. Y después vieron demoler el Taller Protegido, ese dispositivo ambulatorio, que está en el marco de las Leyes 448 y 955. Creo que todavía no hemos podido evaluar el tremendo dolor que causó la represión. Nos parece que la devolución solidaria fueron los 20.000 ciudadanas y ciudadanos –muchísimos jóvenes– que fueron a la movilización del martes 30, atravesados por el dolor, la perplejidad y seguramente la bronca. Cuando le dije al comisario Giménez que sacara la policía del lugar, me contestó en la cara: “Frondizi, lo que pasa es que tenemos que proteger a la empresa”. –Es parte de un lenguaje, un discurso que uno piensa que estaba desterrado. T. N.: –Esto lo dijo el ministro Chaín, que el jueves 25 a la noche emitió una nota informándole al Ministerio de Justicia que la Policía Metropolitana acompañaría a las empresas a ingresar al Hospital Neuropsiquiátrico Borda para efectuar la demolición del Taller Protegido 19. Hoy no hay una política de Estado en salud, no hay una política de Estado, son derechos sociales indelegables que el Estado debería proteger y no lo hace. A. S.: –Vos decías, ¿qué dejó esto? A mí me parece que dejó un hecho positivo que sería la sensibilización de la población sobre el tema de la locura, del sufrimiento mental, y también poner en el tapete, en el debate, sobre la mesa, todas estas cuestiones sobre las leyes, la Ley 448 de la Ciudad de Buenos Aires, la 26.657 que votó este gobierno y que todavía no está reglamentada, y habría que preguntarse por qué no está reglamentada, porque uno de los puntos de la ley dice que deben desaparecer los hospitales psiquiátricos privados. Me parece que es un buen momento para poder discutir entre todos, los sindicalistas, los profesionales, los pacientes, la gente que trabaja en el Borda, los artistas, qué hacemos con esta ley, con estos hospitales psiquiátricos, que en algunos casos trabajan bien y en otros casos trabajan muy mal, donde se violentan muchas veces los derechos humanos de los pacientes, por la sobremedicación, la falta de libertad, en algunos hospitales hasta hay electroshock... G. H.: –Sí, hay que pensar qué hacer con las leyes y cuáles son las leyes que en realidad son ignorantes, románticas, ponen el carro delante del caballo, como esta Ley Nacional. La verdad que yo no estoy para nada de acuerdo con vos Alberto, te quiero mucho pero no estoy de acuerdo. Lo que creo que hay que hacer es apuntar a la atención primaria. Yo voy a dar números, estadísticas: el 1 por ciento de la población mundial en cualquier país, en China, en Estados Unidos, en Noruega, en Argentina, tiene esquizofrenia. Si en Capital y el primer cordón del conurbano hay diez millones de personas, tenemos 100.000 esquizofrénicos.De esos 100 mil esquizofrénicos, el 30% es resistente a tratamiento. Y de esos 100.000, entre el 4 y el 8% es resistente a todo tratamiento. Entonces hay entre 4.000 y 8.000 pacientes esquizofrénicos en Capital Federal y el primer cordón del conurbano sin atención. El Borda tiene mil camas, el Moyano tiene otras mil camas, privadas hay alrededor de 400-600. No hay política nacional de salud mental. No hay política en la Capital de salud mental. Entonces, lo que hay que hacer es atención primaria. Pero el problema de la atención primaria es que el recurso humano es saturable en salud mental. Nosotros trabajamos con la palabra… –Jorge Selser, querías decir algo… J. S.: –Coincidiendo con lo que dice el doctor, creo que el sistema tiene una política de salud, que es la no política justamente. La política de Macri es clara: considera que quienes necesitan el hospital público no son su clientela política. Entonces, a él le interesan otras cosas, el Metrobus, le interesa hacer en la Ciudad el Centro Cívico, le interesan los negocios inmobiliarios alrededor del centro cívico por el aumento del precio de las tierras, compradas por muchos de ellos, le interesa Santa María del Plata, le interesa todo este tipo de cosas, pero no le interesa la salud pública. N. F.: –Primero, hay una política de la derecha de la reacción y del neoliberalismo de destrucción del hospital público, punto. Hay instrumentos, como la Ley de Talleres Protegidos y la 448 que están aprobadas y reglamentadas, que no se ponen en funcionamiento y que tienden a los dispositivos ambulatorios, es decir, aquellos que permitan la resocialización de los pacientes. Nosotros, como trabajadores hemos propuesto, un hostal de medio camino para adentro del Borda, un lugar de alimentación tipo mesa universitaria como hay en el país para que los pacientes puedan comer bien, planteamos extender los laboratorios, extender los Talleres Protegidos, hay una ley de Talleres Protegidos, hay todo un dispositivo que son los anticuerpos de la institución manicomial, que son la Colifata el Frente de Artistas, la Cooperanza, el Centro Cultural, el Pan del Borda, los talleres protegidos, es decir que hay construida una trama que no plantea una falsa dicotomía engañadora. Ninguno de nosotros quiere que se cierre el hospital. Lo que estamos planteando es un debate profundo acerca de cuáles son los instrumentos de sanación para esos ciudadanos. Y además digo, un paciente es emergente de una familia enferma, es el alcahuete, como me enseño Alfredo Moffat, de una familia enferma. Es decir, que el trabajo y el abordaje tiene que ser desde ese lugar. Éste es el debate, no es otro. A. S.: –Todos esos grupos que vos nombraste, alternativos, no pertenecemos al Borda, o sea no somos parte del Borda, el Borda no nos reconoce como una organización, no tenemos sueldo, no tenemos elementos, no tenemos recursos, ni la Colifata, ni el Frente de Artistas, ni el Pan del Borda, ni Coperanza, pertenecemos orgánicamente a la institución. O sea que el gobierno de Macri tampoco nunca apoyó este tipo de experiencias, estamos a pesar de la institución. –Voy a otro costado. Ustedes son trabajadores y estarán preocupados por la situación de lo que pueda hacer Macri en una campaña electoral. Si esto lo va a tomar como un pivote de campaña o va a decir “no, me salió mal, tengo que esperar a después y el 28 de octubre vuelvo con la topadora”. ¿Qué percepción tienen ustedes? M. V.: –Lo que me generó mucha impotencia es ver en los medios de comunicación, que nos presentaban este hecho diciéndonos que nos habían construido un taller alternativo, y ustedes saben o por ahí la comunidad no lo sabe, mejor dicho, que el Taller 19 tenía como característico recibir pacientes intrahospitalarios, los que no podían salir del hospital, como bien lo explicó el Nono. En primera medida, este taller que dicen que inauguraron, desde el día que lo inauguraron no está en condiciones de recibir pacientes del hospital porque físicamente no tiene la conexión, es decir, que ese dispositivo cesó desde el momento que cesó el Taller 19 como dispositivo terapéutico dentro del hospital Borda. Ésa es la primera mentira. Y la segunda faceta de esta situación, es que el lugar donde eligieron refaccionar este taller no reúne las condiciones para trabajar con pacientes, porque para nosotros, el trabajo es la herramienta de abordaje, y en ese trabajo la palabra juega un rol fundamental, el ruido que hacen las maquinas, la acústica del lugar no permite trabajar. Entonces es una operación de prensa que nos digan que nos construyeron un taller modelo. –Propongo un interrogante, más allá de que un eventual juicio político puede servirle a Macri para victimizarse ante la sociedad, ¿estos hechos podrían conformar un punto de inflexión para un cambio de humor en el distrito? T. N.: –Yo creo que en principio acá hubo un quiebre, fue un límite para la sociedad lo que ocurrió el viernes 26 de abril, incluso para muchos sectores que también votaron a este gobierno. Lo que nosotros tenemos que hacer es trabajar fuertemente, no solamente en la Legislatura sino también con la sociedad, para poner esto al frente. Pero tampoco un juicio político, porque muchas veces el gobierno de Mauricio Macri, como ocurrió con el tema de las escuchas, de alguna manera obtuvo como un lugar de contención o de escape. Por eso lo que tenemos que hacer es llevar a la Legislatura a los trabajadores, a la ministra de Salud, al jefe de la Policía, y al subjefe de la Policía porque hay contradicciones fundamentales, nosotros cuando estuvimos el viernes ahí y hablamos con el Jefe de la Policía Metropolitana y el Subjefe decían “nosotros tenemos que ir a hablar con Chaín para parar con la represión” y hoy Chaín decía “no, no he hablado con nadie, yo a la Policía Metropolitana no le di órdenes”. –Pedro, ante una inundación uno dice: “Llevo ropa, llevo leche en polvo”. ¿Qué podemos acercar ahora? P. B.: –Creo que lo primero que hay que acercar es una opinión bien clara de lo que pasó en el sentido de una condena pública, porque en definitiva lo que se ha hecho es destruir un edificio donde se atendían pacientes y eso va en detrimento de la salud pública; por lo pronto, eso. Es imperioso que la sociedad tome conciencia de que esto no es un problema de talleres o del Borda personal. G. H.: –La gente tiene derecho a enfermarse. Así como tiene derecho a enfermarse tiene derecho a que la atiendan. Y tiene derecho a tener un taller en donde ganar habilidades sociales y laborales. Y tiene derecho a tener una cancha de fútbol en donde jugó por primera vez Pichon Rivière con los pacientes con fines terapéuticos. Los pacientes tienen derecho a espacios verdes. ¿Por qué quieren usurpar el espacio verde de los pacientes psiquiátricos del Hospital Borda? ¿Por qué no lo hacen al Centro Cívico en cualquier otro espacio verde del sur de la Ciudad? ¿Por qué no lo hacen en la Penitenciaria de la Avenida Caseros? J. S.: –Quería agregar que hemos presentado un proyecto para la reconstrucción del Taller 19 y la idea, con el Nono, es además que ése sea el monumento emblemático en defensa a la salud pública. Los audios de las órdenes represivas Miradas al Sur consultó al ingeniero en telecomunicaciones Ariel Garbarz, que fue perito de oficio en la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra, sobre los aspectos técnicos vinculados a las comunicaciones de la Policía Metropolitana durante la represión en el Borda. El experto sostiene que “las comunicaciones policiales de la Policía Metropolitana se graban y se mantienen intactas por 90 días en un equipo similar al del Comando Radioeléctrico de Policía Federal, cuyo software de control no permite que esas comunicaciones se editen o se manipulen”. En cambio, “las copias de audio que pueden obtenerse de esos equipos, sí son editables como ya ocurrió durante la instrucción de la causa por el asesinato de Mariano Ferreira , en la cual 40 minutos de modulaciones policiales fueron eliminados de la copia entregada al juzgado” afirma Garbarz. Después –allanamiento mediante al Comando de Operaciones del Departamento Central de la Federal– fueron recuperadas del grabador central. El sistema de grabaciones policiales posee una memoria interna (registro maestro) que no puede modificarse selectivamente ni desactivarse. Por eso, enfatiza el Ingeniero Garbarz, si el juzgado que investiga la represión policial ordena el secuestro de una copia directa del registro maestro del sistema de grabaciones que posee la policía metropolitana en el Centro Único de Coordinación y Control, podría constatar: 1) Quién fue el real jefe operativo que daba las órdenes directas a los policías que disparaban y golpeaban indiscriminadamente; 2) Cuáles fueron todas y cada una de las órdenes específicas moduladas a través del sistema de comunicaciones policiales de la Metropolitana mediante handys y/o celulares utilizados, de cada uno de los jefes policiales , tanto los que estaban presentes en el Borda como los que monitoreaban desde el Centro Único de Coordinación y Control; 3) Si hubieron órdenes de suspender algún accionar que supuestamente excediera en violencia la orden superior específica de represión por parte de los responsables del operativo, presentes o no en el lugar de los hechos; 4) El contenido de los audios de las comunicaciones radioeléctricas generales como las del sistema Tetra, cerrado y encriptado, que usan los móviles y agentes de la Metropolitana y en el cual se puede seleccionar a cada Policía para comunicación punto a punto entre él y su superior. El sistema de comunicaciones digitales Tetra ( provisto por Motorola) , que incorporó en la Metropolitana el superintendente Martino, permite hacer llamadas individuales o grupales a los uniformados en tiempo real para control selectivo del accionar policial durante un operativo. Separa y graba en forma no editable cada conversación entre jefes y subordinados para posteriores auditorías internas o investigaciones judiciales. La contundencia de esta realidad técnica indiscutible debería ser la base de una investigación judicial que establezca con claridad las responsabilidades legales de toda la cadena de mandos de la Metropolitana el día de los hechos y adopte las medidas legales que correspondan en los marcos de la normativa penal. 12/05/13 Miradas al Sur

LA PREOCUPACION DE STIGLITZ Y LA MANIPULACION DE CLARIN Y LA NACION Informe sobre una información

Un apasionante foro en la Universidad de Columbia sobre la concentración de los medios, el acceso a la información y la libertad de expresión, y su reflejo distorsionado en los mayores diarios argentinos, pese a la participación de sus directivos en el debate. Stiglitz defendió una regulación estatal fuerte de los medios televisivos, con los que se informa el ciudadano medio, para asegurar la diversidad, esencial para la democracia y el desarrollo. Por Horacio Verbitsky Bajo el título “Stiglitz, preocupado por las estadísticas”, en Clarín, y “Stiglitz advirtió sobre los riesgos de no tener estadísticas adecuadas”, en La Nación, ambos diarios publicaron la semana pasada un diálogo con periodistas argentinos, sostenido en Nueva York tras las presentación del Premio Nobel de Economía en la conferencia sobre la libertad de prensa en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia. Stiglitz dijo a esos periodistas que “no se puede manejar la economía sin estadísticas correctas”. En cambio, los dos diarios ignoraron el panel que Stiglitz compartió con el funcionario del Banco Mundial Sergio Jellinek, durante el cual mantuvo un interesante diálogo con el secretario de redacción de Clarín y director periodístico de su Maestría de Periodismo, el filósofo Miguel Wiñazki. Clarín omitió toda mención a la conferencia de Stiglitz y La Nación apenas dijo que “defendió la competencia en el mercado de medios y el acceso a la información, dos elementos que son cruciales en una democracia”. Su conferencia (que puede verse en http://new.livestream.com/accounts/1079539/events/2051379/videos/17935127 ) fue de gran interés. Clarín y La Nación limitaron sus crónicas a las exposiciones de intenso contenido político de sus propios directivos, Ricardo Kirschbaum y Héctor D’Amico, quienes no evidenciaron conocimiento sobre la ley audiovisual. Consecuencias de la concentración Según Stiglitz el rol de la prensa es llamar la atención sobre los abusos del mercado financiero contra los ciudadanos y acerca de la corrupción en el sector público, que es igual o peor en el sector privado. Dijo que el suministro de información era un bien público, que cuando estaba disponible beneficiaba a todos. Por eso en países como Noruega y Suecia se considera que por brindar un servicio público los medios deben tener apoyo estatal. Por la misma razón, agregó, las consecuencias de la concentración son peores en la prensa que en otros sectores, ya que afecta “el mercado de las ideas, que es fundamental para la democracia”. Los criterios antimonopólicos deben ser más estrictos, igual que en el área financiera. Como la televisión es el principal modo de acceso a la información de los ciudadanos que no leen diarios, allí “la concentración puede ser más perniciosa que en otras áreas”. Mencionó el mal ejemplo de Italia, donde la concentración televisiva llegó a poner en duda su carácter democrático. “Para que la prensa cumpla con su rol, debe haber regulaciones competitivas muy fuertes”, dijo. Expuso que Estados Unidos era la más desigual de las sociedades de- sarrolladas. Esa desigualdad económica es tan grande “que no es extraño que se traduzca también en desigualdad política, lo cual además se refuerza si los medios tienen un alto grado de concentración”. Sostuvo que en muchos países latinoamericanos son especialmente grandes el nivel de concentración de los medios y los nexos entre la desigualdad política y económica, “con lo cual la prensa es un modo de sostener la desigualdad. América latina es la región del mundo con mayor nivel de desigualdad y la concentración de la prensa juega un rol importante en esto”. Tanto los gobiernos como las empresas intentan limitar el acceso a la información, que la prensa necesita para cumplir con su rol. Enumeró distintas formas de restricción: los gobiernos que “en todos los países” usan su control de la información para negociar la cobertura; las leyes antiterroristas, como ocurrió en Islandia con la crisis bancaria; las leyes de difamación, que pueden usarse para suprimir la libertad de expresión, y la autocensura, que es la más difícil de tratar. Ejemplificó con la afirmación que luego se demostró falsa de que en Irak había armas de destrucción masiva, con lo cual se justificó la guerra. “Era difícil encontrar una cobertura justa en Estados Unidos. Había que leer la prensa extranjera, que no recibía las influencias oficiales que modelaron la cobertura de The New York Times”, dijo. Diversidad y propiedad Damián Loreti, Carlos Winograd, John Dinges, Héctor D´Amico y Ricardo Kirschbaum. Imagen: Website de Columbia Journalism School Jellinek contó que hace un tiempo el dueño del principal diario de la República Dominicana, quien también posee estaciones de radio y de televisión, le dijo que no hacían falta otros medios ya que “nosotros tenemos programas muy diversos, para mujeres, para niños, de cocina”. –¿La diversidad debe abarcar también la propiedad de los medios? –preguntó Jellinek. –Sí. El riesgo con la prensa es que aunque trate de separar la página editorial de las noticiosas, es fácil que se superpongan. Para la democracia es fundamental la diversidad de perspectivas –respondió Stiglitz. Desde el público, pidió la palabra Miguel Wiñazki: –Dado su contacto con el gobierno argentino y con la presidente, ¿cuál es su opinión sobre el conflicto con la prensa argentina y sus efectos sobre la economía? –preguntó. –No tengo una relación formal, pero viajo de tanto en tanto a la Argentina. Es siempre un país interesante, con una sociedad civil muy activa, gente que discute mucho y el gobierno que siempre impulsa nuevas iniciativas. No conozco los detalles del debate, pero por lo que leí, el tema es la concentración de la propiedad de los medios, según las líneas que describí en mi exposición –respondió sonriente. También hizo una pregunta Carlos Winograd, quien ya había participado en el panel anterior, sobre la Argentina, junto con el director periodístico de Clarín, Ricardo Kirschbaum, y el secretario general de redacción de La Nación Héctor D’Amico, y con el directivo del CELS Damián Loreti. El moderador de ese panel, el periodista John Dinges, profesor de Columbia, presentó a Winograd como estudioso independiente de la Facultad de Economía de París y como ex secretario de defensa de la competencia. (Lo fue en el último gobierno radical, del presidente Fernando de la Rúa). Lo que no dijo, porque nadie se lo había informado, es que en 2009 Winograd fue contratado por Cablevisión, para argumentar que esa empresa del Grupo Clarín había sobrecumplido las metas de inversiones y obras que le fijó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia como condición para autorizar que se fusionara con Multicanal, según informó La Nación el 14 de diciembre de 2009 ( http://www.lanacion.com.ar/1211409-analizan-inversiones-de-cablevision ). Ese dato esencial tampoco fue mencionado en las crónicas de la conferencia que publicaron los dos diarios representados. Clarín mencionó a Winograd como miembro del Paris School of Economics y La Nación como ex secretario de Defensa de la Competencia. Consultado para esta nota, Dinges dijo que le agregaron a Winograd al panel a último momento y sin informarle de su contrato con el grupo Clarín. Es decir, actuaron en Estados Unidos tal como lo hacen aquí. Crear la competencia El contenido de la intervención de Winograd antes de formular su pregunta a Stiglitz coincide con los argumentos del Grupo Clarín para oponerse a la regulación dispuesta en la ley audiovisual. En el panel anterior había dicho que el Grupo Clarín era el participante más pequeño en una competencia global de firmas multimedia, como Time Warner, Disney, Telefonica, News Corporation, O Globo y Televisa y que la regulación planteada por la ley argentina era anacrónica porque no contemplaba las innovaciones tecnológicas; irracional, ya que las licencias de cable no son necesarias porque no ocupan espectro; sobreabundante porque su regulación se superpone con la de la ley de defensa de la competencia, e inconsistente en el aspecto económico, al limitar la penetración al 35 por ciento en la audiencia, lo cual juzgó inspirado por el 30 por ciento de Estados Unidos. “No inventemos la rueda pero tampoco copiemos lo equivocado, aunque venga del Norte”, dijo. A su juicio, la regulación tiene que ser consistente con el avance de la tecnología y proveer más bienes a menor costo al consumidor. En su pregunta a Stiglitz, Winograd volvió a mencionar las economías de escala, el tamaño de los países, la propiedad cruzada y el impacto positivo de la sinergia entre medios y expresó el temor de que las reglas generales no pudieran aplicarse a todos los casos. Para asegurar la competencia en el mercado de las ideas los medios más pequeños necesitarán apoyo público, pero los países menos desarrollados, con instituciones débiles tenderán a la captura política del apoyo público y en vez de promover la diversidad, puede ocurrir lo contrario, con más voces pero parecidas, dijo. Stiglitz le respondió que los beneficios de la diversidad superaban a sus costos y que esto se incentivaba en la televisión. “Para el funcionamiento de la democracia la diversidad de perspectivas es esencial, no me preocupan pequeños aumentos de costos. La respuesta a su preocupación por la dificultad de manejar programas de apoyo en países subdesarrollados con instituciones débiles, es fortalecer las instituciones”. Stiglitz también dijo que los mercados pueden no ser libres por otras restricciones que no sean estatales y que hace falta del gobierno para que los mercados sean realmente libres. “Hay países donde los mercados se llaman libres pero no actúan como tales, en distintas áreas, en especial en los medios. Por eso opino que hace falta una fuerte intervención estatal, tanto regulatoria como en el otorgamiento de licencias, e incluso creando competencia en forma proactiva allí donde no existe”. Para Stiglitz, se justifican regulaciones como la de Estados Unidos. “Prefiero que el gobierno tome una posición fuerte, aunque los medios se enojen. Lo mejor es que el propietario de un diario poderoso no pueda obtener una licencia de televisión, no por favoritismo ni discriminación, sino porque ésas son las reglas para asegurar la diversidad. Así ocurre en muchos países. Donde los gobiernos no tienen una posición fuerte, los medios pueden perder credibilidad por no cumplir su rol crítico para conseguir una licencia de televisión”. El presente ausente En su presentación de la mesa, Dinges lamentó los ataques oficiales a los medios y dijo que para defenderse practican un periodismo de trinchera, que no es lo mejor para la convivencia democrática. Aclaró que la situación actual era “incomparable con la padecida durante la dictadura militar, cuando el control de la prensa se hacía por la amenaza y la realidad de la cárcel y la muerte. Ahora hay un sistema constitucional”. También explicó que organizaciones de defensa de la libertad de expresión han destacado como un paso positivo la despenalización de los delitos de calumnias e injurias, promulgada en 2009, dijo que el actual conflicto giraba en torno de la regulación de los medios audiovisuales y precisó que las críticas no se dirigen sólo a la cobertura de periodistas y a los contenidos, sino a los propietarios y accionistas de los medios privados. Clarín y La Nación también fueron parcos con la intervención del único de los cuatro panelistas sin vínculos de ningún tipo con el Grupo Clarín, Damián Loreti, doctor en Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los redactores de la ley audiovisual, como integrante de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Clarín sólo dijo que “salió en defensa de la ley de medios afirmando que el día de su aprobación había frente al Senado 40.000 personas que salieron a apoyarla diciendo que querían más libertad de expresión, más medios”. Pero le dedicó más espacio a la respuesta de Kirschbaum, quien descalificó la intención política del gobierno y también a las personas que apoyaron la ley, porque querían “punir a los medios que afectaba esa ley”. La Nación apenas consignó que en una exposición de tono técnico, Loreti dijo que “Reporteros sin Fronteras respaldó la ley de medios; que fue aprobada con apoyos de varios partidos y no sólo el oficialismo, y que sigue principios recomendados por la Unesco”. Fue mucho más que eso. Obligado a dividir su tiempo en responder a los tres panelistas que defendieron la posición del Grupo Clarín, Loreti comenzó por precisar que no es correcto hablar de ley de medios, ya que no contempla a las publicaciones gráficas. Kirschbaum exaltó en su intervención las manifestaciones opositoras en las calles, donde dijo que se defendió la libertad de expresión, y Wiñazki se quejó desde el público por la coacción que el gobierno ejercería sobre los periodistas. Loreti les recordó que fue durante esas marchas opositoras que hubo periodistas golpeados y maltratados en las calles y que seis periodistas fueron denunciados ante la justicia penal por sus informaciones y opiniones, que el Grupo Clarín calificó como instigación a cometer delitos y coacción agravada. Reconoció que la ley audiovisual no prevé una perspectiva tecnológica de integración y convergencia pero recordó que el proyecto original lo contemplaba y fue suprimido por el amplio rechazo de fuerzas políticas y organizaciones sectoriales. Según Loreti la superposición de regulaciones es mayor en Estados Unidos. Sobre el pluralismo y la diversidad dijo que no pueden medirse sólo en términos de competencia, tal como afirmó la Relatoría de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe de 2004: el Estado tiene la obligación de garantizar por medio de la ley la pluralidad en la propiedad de los medios, por cuanto los monopolios y oligopolios “conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho de la libertad de información de los Ciudadanos”. Para ello, dice la Relatoría, “el derecho de la competencia en muchas ocasiones puede resultar insuficiente, particularmente en cuanto a la asignación de frecuencias radioeléctricas. No se impide entonces la existencia de un marco regulatorio antimonopólico que incluya normas que garanticen la pluralidad atendiendo la especial naturaleza de la libertad de expresión”. También la Unesco, en sus “Indicadores de pluralismo y diversidad”, de 2008 dice que la cuestión de los monopolios y los oligopolios que afectan la democracia no se reduce a la defensa de la competencia. Si la libertad de expresión se ve comprometida, dice el documento, “los Estados deben seguir cuatro reglas: rechazar pedidos de licencias de quienes ya tenían otras, rechazar pedidos de fusión de quienes tienen más de una licencia, adoptar reglas de desinversión (la palabra desinversión no está en la ley argentina, sino en los indicadores de Unesco), y sancionar en caso de incumplimiento”, recordó Loreti. D’Amico hizo una comparación irónica entre Fútbol para Todos y el Superbowl del fútbol norteamericano, y dijo que “los medios tienen la obligación ética de ganar dinero. La única manera de ser independiente es ganar dinero”. En cambio Loreti destacó el proceso de desconcentración de contenidos de interés relevante que dispuso la ley argentina. “Para ver el partido estrella del domingo había que pagar tres veces: el abono de cable, el servicio del decodificador y el paquete premium. Yo pagaba televisión por cable y veía la tribuna con un señor que relataba”, concluyó. Modelos diferentes Por Horacio Verbitsky Sergio Jellinek y Joseph Stiglitz El funcionario del Banco Mundial Sergio Jellinek dijo que no servía aplicar al debate latinoamericano el modelo estadounidense, y menos aún “si juntamos Venezuela con Ecuador, con la Argentina, como si fueran todos la misma cosa”. Para realizar “un debate más o menos ilustrado deberíamos adentrarnos en las características de cada uno de los procesos y, por qué no, admitir que los países latinoamericanos tienen el mismo derecho que cualquier otro, sea Estados Unidos o Europa, de buscar su propio modelo”. Agregó que cuando se habla de regulación, los medios privados de Latinoamérica estallan y que esto se debe a que en la región no se sabe que Estados Unidos y Europa están muchísimo más regulados que América Latina. A su juicio hay un doble discurso, que es importante esclarecer. “Si queremos tener un debate marcado por los hechos, debemos admitir que hay una discusión en curso, que en algunos países lamentablemente las posiciones son tan crispadas que no le hacen bien al debate ni a la ciudadanía. También habría que ver que hay otros ejemplos en la región que son un poquito más positivos que los más crispados”. Esta intervención de Jellinek y el reconocimiento de Dinges a la despenalización de calumnias e injurias que rige desde 2009 pusieron algo de equilibrio en un debate tan sesgado por la politización. Mentiras verdaderas Por Horacio Verbitsky En junio de 2007 denuncié la colonización del INDEC y los métodos prepotentes que se aplicaron sobre sus trabajadores. Desde entonces he señalado muchas veces el efecto corrosivo de esta práctica sobre la credibilidad de toda palabra pública. Incluso, fue una presentación de la organización que presido, el CELS, realizada en nombre de un centenar de investigadores en ciencias sociales, la que consiguió que volvieran a publicarse las bases usuarias de la Encuesta de Gastos de los Hogares y de la Encuesta Permanente de Hogares. De modo que considero muy justa la referencia de Joseph Stiglitz a la necesidad de estadísticas correctas. Pero utilizar un diálogo de pasillo sobre este tema obvio para esconder la brillante exposición del Premio Nóbel de Economía sobre la imprescindible regulación de los medios y su propiedad, en especial los audiovisuales, como garantía de la diversidad, que a su vez ayuda al desarrollo y reduce la desigualdad, me parece un inadmisible golpe bajo. Este es el tipo de manipulación que demuestra la necesidad de aquella regulación, defendida en forma entusiasta por Stiglitz, para que no se escuche una sola voz. Los dos diarios socios en Expoagro y Papel Prensa la resisten con las peores artes y sobre los ardides con que han conseguido postergarla gira desde hace cuatro años la política argentina. 12/05/13 Página|12 gb

En estado interesante Por Mario Wainfeld

En estado interesante La solvencia estatal, una novedad poco observada. Cambios cualitativos en este siglo. Potencia y debilidades del Estado. La violencia, una contracara cotidiana. Territorios en disputa, en lo público y lo político. La prepotencia uniformada, una anécdota real. Un pantallazo sobre lo que hay y lo que falta. Por Mario Wainfeld Agregamos la bomba atómica a nuestro arsenal sin integrar sus implicaciones a nuestro pensamiento (...) Nuestra doctrina estratégica (...) hace difícil pensar en la posibilidad de transformaciones intermedias entre las posibilidades extremas de una victoria incondicional y una vuelta al statu quo. Henry Kissinger, “Armas nucleares y política internacional”. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el jueves parte de la ayuda estatal a los damnificados por las inundaciones de abril. Reseñó la cantidad de ciudadanos que recibieron aumentos temporarios de jubilaciones, de Asignaciones Universales por Hijo, de seguros de desempleo. También el otorgamiento de préstamos, subsidios y adjudicaciones preferenciales del programa de vivienda Pro.Cre.Ar. La crónica de los medios mainstream se entretuvo con sus comentarios críticos sobre las cifras oficiales de muertos en La Plata. La mandataria introdujo ese bocadillo adrede, la repercusión es lógica. Menos rutinario, e igualmente interesante, es reparar en la celeridad y eficiencia con que el Estado cumplió con las prestaciones. El cronista no se adentrará acá en pensar si son las adecuadas o necesarias o si pudieron ser mayores. Se centra, a los efectos de esta nota, en marcar algo para nada obvio. Cuando la presidenta Cristina prometió que se harían esos pagos y se otorgarían esas prestaciones, ni el más enconado de sus adversarios pensó que sería imposible cumplir. Nadie pensó que la plata no llegaría en tiempo y forma, que la Anses no gerenciaría los trámites, que faltarían fondos. Esas contingencias, insolvencias de todo tipo, fueron menú diario de los argentinos durante años o décadas. El potencial del Estado, en especial de agencias de recaudación y pago, ha variado sideralmente en años del kirchnerismo. La reforma del Estado (esta nota coqueteará con ese tema sin agotarlo para nada) es una necesidad acuciante, muy lejana a su concreción. Pero la magnitud y gravitación del Estado, comparadas sobre todo con desempeños previos, han pegado un salto cualitativo. Sin ir tan lejos, retrocediendo en el tiempo, el cronista recuerda cuando funcionarios de primer nivel de la Alianza le confesaron que no sabían si podrían realizar el Censo del año 2000. No tenían plata para pagar los insumos, los docentes de la mayoría de las provincias que debían realizar el censo estaban de paro. No reclamando, como hoy día, por la insuficiencia de los aumentos sino por la falta de pago de haberes congelados y recortados. No fue hace tanto, aunque dé la impresión. La Argentina es una sociedad diferente, muy otros su PBI, su nivel de ingresos y de ocupación, la estructura productiva, inédita la composición de la clase trabajadora... El Estado tiene incumbencias más amplias y más complejas. Seguramente no se ha desarrollado en concordancia a las mutaciones. En etapas de crisis y cambios, las condiciones materiales pueden moverse más rápido que las mentalidades. A eso alude la frase de Kissinger del epígrafe, que (con las grandes diferencias del caso) podría importarse a la Argentina para aludir a tiempos que son diferentes sin que muchos protagonistas se percaten de cuánto y cómo. De ahí una cierta dificultad colectiva para pensar cómo adecuarse, cómo conservar lo adquirido, como planificar el futuro sin imaginar solo escenarios extremos. Que propenden a ser los menos factibles en sistemas democráticos, reformistas (como mucho) y de tranco lento. - - - Contradicciones y paradojas. Un crecimiento desmedido, desde el fondo del pozo, genera un escenario complejo y disperso. La urbanización acelerada es más veloz que la construcción de infraestructura. Las microdecisiones de una población acostumbrada a pelearla contra las crisis y a resistirse son más certeras que las respuestas de muchos gobernantes y Estados. A la urgencia y la novedad, se unen la incompetencia, la imprevisión y, eventualmente, la corrupción. Las tragedias de Once y el pavoroso saldo de las inundaciones de Santa Fe (años atrás), la Ciudad Autónoma y la provincia de Buenos Aires (días atrás) traducen cruelmente el combo. Y claman por respuestas que no pueden confinarse en las fronteras federales o municipales. Ni tampoco en las recetas o criterios del siglo pasado. El Estado puede ser partícipe en muertes y pérdidas tremendas por omisión o mala praxis. También es el mayor productor de violencia directa contra los ciudadanos, ensañándose (como casi todas las plagas sociales) con los más pobres, máxime si son jóvenes. Los distintos estamentos del Estado son, en ese como en otros tantos aspectos, territorio de disputa. El gobierno de la Provincia de Buenos Aires prohíja el autogobierno de su policía, una de las fuentes más recurrentes de delitos y abusos de poder. La Comisión de la Memoria es una repartición del mismo Estado que batalla contra las violaciones de derecho, que denuncia, que propone reformas imprescindibles. El Congreso nacional estableció por ley el Día Contra la Violencia Institucional. La norma incluye una jornada que se realiza en todas las escuelas del país, el 8 de mayo. En territorio porteño, el principal acto se realizó en la escuela de Educación Media Carlos Geniso, sita en el llamado Bajo Flores. Participaron, entre otros, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, y Dolores Ingamba, madre de Ezequiel Demonty. Ezequiel es una víctima de la violencia policial: fue torturado y asesinado en 2002 por miembros de la Federal que lo obligaron a tirarse al Riachuelo. Ingamba, una luchadora popular forjada en el dolor, habló y reclamó en el acto oficial. Horas después se realizó en la misma escuela una transmisión de radio, en la que participó el cronista. El director, Carlos Rico, contó que asisten a ese colegio pibes de humilde cuna. Que la mayoría de los egresados son primera generación de sus familias que llegan a ese rango educativo. Las reformas a la secundaria (cuyo malestar e indefinición son un problema de época) se trasuntan en un cuadro que engarza con grandes tradiciones argentinas. El profe Rico contó con emoción que en el cierre de los años lectivos los familiares se empilchan de primera para celebrar el tránsito de los hijos. Los jóvenes que van a la escuela pintan murales, se introducen en la producción de audiovisuales. Una de sus temáticas es la violencia cotidiana. La Gendarmería se asienta a pocas cuadras: llegó ahí para relevar a la Federal y sus desquicios. El saldo, según el relato calificado de padres y alumnos, es ambiguo por lo menos. “Hay menos choreos”, promedian, pero el destrato a los chicos es cotidiano. Sin motivos reales los detienen, los palpan, los requisan, les hacen sacar las zapatillas y a menudo buena parte de la ropa. Los pibes plasman sus vivencias en un video que presentan en la ESMA. Mientras cuentan esto al micrófono, se produce un episodio que parecería inventado para la ficción. Los gendarmes detienen en la calle a un hermano de Demonty, presumiblemente por portación de aspecto. El diputado Leonardo Grosso acude con la mamá para exigir la liberación. Grosso tiene 30 años, viste de modo informal: no representa esa edad ni menos parece un diputado. Exhibe la credencial, discute: el pibe es liberado. El tironeo es con un oficial de Gendarmería, a sus espaldas un agente bardea a los ciudadanos. Grosso le comenta al oficial: “Imagínese qué pasará con los pibes cuando andan solos, si estando nosotros se comportan así”. Grosso pertenece al Frente para la Victoria, es un militante del Movimiento Evita que se hizo conocido luchando por el esclarecimiento de la matanza de José León Suárez. Un luchador por las mejores causas, que integra un bloque en el que también revistan legisladores de provincias que prohíjan la barbarie y el autogobierno policial. Datos que se tornan desaconsejables para miradas simplistas: la política no es monocolor, el oficialismo tampoco. Algo semejante ocurre con los estamentos estatales. El programa referido se transmitió por la AM 870, Radio Nacional, una emisora pública. - - - Pantallazo. El episodio real precedente puede leerse como una parábola, con varias ramificaciones. El cronista teme y desea a la vez que junto a la paráfrasis de la cita de Kissinger, cifre el mensaje de esta columna. El kirchnerismo sacó al país de un pozo con decisiones básicas y bien rumbeadas. Su concepción sobre el Estado seguramente mutó con el conflicto de las retenciones móviles. Es sugestivo preguntarse por qué, visto en perspectiva, una derrota táctica formidable se transformó en una victoria ulterior. Acaso parte de la explicación es que se puso sobre el tapete el rol del Estado y que las consecuencias impactaron en el imaginario colectivo y en el del propio oficialismo. Un intervencionismo mayor, más preciso ideológicamente e innovador fue una de las derivaciones. La construcción, empero, es imperfecta, un poco a la que te criaste. Y contiene dialécticamente a lo viejo y a lo antagónico. El sesgo estatista vino a conjugar con el contexto mundial en el que es imposible creer en el poder benéfico del “mercado” o de los organismos internacionales. El país está en un estadio superior al pasado, con un piso más alto, afrontando problemas de nuevo cuño y consecuencias de sus avances o retrocesos. La cuestión del Estado es un reto para todos los que entiendan que mucho debe mejorarse, corregirse o cambiarse. Pero que hay, predominantemente, mucho para conservar, pensando más de modo evolutivo que catastrofista. mwainfeld@pagina12.com.ar 12/05/13 Página|12 GB

viernes, 10 de mayo de 2013

por un rato nada mas a ver si las pierden para siempre.....

Por: INFOnews De cara a las próximas elecciones, y cuando la oposición teje y desteje posibles alianzas, la senadora por la Provincia de Buenos Aires, Hilda Chiche Duhalde aseguró: “me gustaría que la oposición deje de mirarse el ombligo, si creen que sacarse una foto los desprestigia, les comunico que ya están todos desprestigiados. Es momento de tragarse un sapo pensando en grande”. En este sentido llamó a generar “una unión de todos y que cada partido ponga al mejor que tenga para las elecciones legislativas. Es necesario hacer un gesto patriótico, hay que pensar en grande, porque la única manera de vencer al kirchnerismo es con una sola lista donde todos entran, hasta Mauricio Macri. No nos une nada con el jefe de gobierno porteño pero podemos dejar nuestras ideas por un rato”, aseguró la mujer del ex presidente Eduardo Duhalde, quien además admitió que no volvería a presentarse como candidata a legisladora. En cuanto a la participación que tanto ella como su marido tuvieron en la historia política de nuestro país, Chiche se mostró algo amargada por no recibir “el reconocimiento” que se les debe por haber asentado “las bases del proyecto que después siguió Kirchner. Hay como un paso de De la Rúa a Kirchner, pero en el medio estuvo Duhalde y no es reconocido”. Por otra parte, y en referencia a una frase que la referente manzanera pronunció acerca del peronismo, como un movimiento que “le hace mucho mal a la Argentina”, Chiche aclaró: “Yo soy peronista, pero de los 30 años de democracia 20 gobernó el peronismo y no hemos logrado romper esa cristalización de la pobreza que se afincó en la Argentina. No hemos logrado pensar que las instituciones son importantes, en algo hemos fallado. El peronismo y también el radicalismo tienen que tratar de mirarse para adentro y preguntarse qué hicieron mal para tratar de reconstruirse desde esa esencia”. GB

ANIVERSARIO Curas villeros destacan el legado del Padre Mugica a 39 años de su muerte

"Me viene a la memoria la elección de Francisco y su mensaje de que quiere una iglesia pobre para los pobres. Esto era lo que Mugica y el grupo de sacerdotes que lo acompañaban buscaban: esa iglesia que soñó y quiso Jesús", expresó el titular de la Vicaría de Villas porteñas, el padre Gustavo Carrara en diálogo con Télam. Para Carrara, "ese es el modo que debe tener un sacerdote u obispo, poner en el centro de su preocupación a los más pobres y necesitados y desde esa periferia mirar el resto de su diócesis". En tanto, el padre José María Di Paola, expresó que los curas villeros "estamos agradecidos del gran legado que nos dejó Mugica, que vivió el sacerdocio de una manera entusiasta, más allá de la sacristía, para relacionarse con otros ámbitos como el sindical o el universitario; y que decidió venir a vivir en las villas, al lado de los más pobres". El padre Pepe, que debió irse al norte del país tras las amenazas de muerte que recibió por su trabajo contra los traficantes de droga, está instalado ahora en la villa La Cárcova de José León Suárez, donde preparan para este fin de semana homenajes, misas y una caminata por las calles del barrio en recuerdo de Mugica. Pero el epicentro de las celebraciones estará en la parroquia Cristo Obrero de la villa 31 del barrio porteño de Retiro, que Mugica fundó y a donde descansan sus restos desde 1999 cuando fueron trasladados desde el cementerio de la Recoleta, por una gestión de Jorge Bergoglio. El párroco de Cristo Obreo, Guillemo Torre, contó a Télam que -como todos los años- la figura de Mugica será recordada con una misa que se celebrará mañana a las 18, a la que habitualmente concurren dirigentes políticos y sociales. Otra celebración se realizará también mañana a las 20 en la parroquia San Francisco Solano, ubicada en Zelada 3771 del barrio porteño de Villa Luro, donde fue asesinado el padre Carlos a manos de la Triple A. En tanto, el domingo a las 11 se realizará otra misa en la villa 31, tras la cual está prevista la entrega de los premios Padre Mugica a las personas del barrio que se destacan por su labor comunitaria, un guiso popular calculado para unas mil personas, y un festival de música con Víctor Heredia. Los continuadores de la obra de Mugica en las villas destacan el acompañamiento y la cercanía que Bergoglio -el hoy papa Francisco- tuvo hacia ellos cuando era arzobispo de Buenos Aires. La figura de Carlos Mugica será recordada este fin de semana con múltiples actividades en las villas de Buenos Aires por parte del equipo de sacerdotes que continúa en esos barrios el legado del cura asesinado hace 39 años, caracterizado por su opción preferencial por los más pobres, y cuyo trabajo fue impulsado por el hoy papa Francisco. "Fue un obispo que acompañó no sólo con la palabra sino con su misma presencia, involucrándose mucho con esta realidad. Y eso era lo que quería Mugica: un obispo que estuviera cerca y defendiera a los villeros. Eran los anhelos de Carlos y Bergoglio los ha cumplido", destacó el padre Pepe. Para `Willy` Torre, Bergoglio "desde siempre hizo una opción por los lugares más marginales, enviando más sacerdotes a las villas y después jerarquizando nuestro trabajo, al crear en el 2008 la vicaría para la pastoral de villas de emergencia, que hoy cuenta con 20 curas". En realidad, el grupo fue creado en 1969 por el entonces cardenal Juan Carlos Aramburu y ese primer equipo estuvo integrado por Mugica y otros cinco sacerdotes, número que se mantuvo estable hasta que Bergoglio decidió darle mayor impulso. En 1999 el ex arzobispo porteño fue uno de los impulsores y facilitadores del traslado de los restos de Mugica a la parroquia Cristo Obrero. Al celebrar misa aquel día, el hoy papa Francisco rezó por "los asesinos materiales, por los ideólogos del crimen del padre Carlos y por los silencios cómplices de gran parte de la sociedad y de la iglesia". El padre Mugica pertenecía al movimiento de sacerdotes tercermundistas, que estuvo vinculado a las luchas populares del país en las décadas de 1960 y 1970, y fue el fundador de la parroquia en la villa 31. El cura fue acribillado a balazos el 11 de mayo de 1974 en una emboscada cuando se disponía a subir a su automóvil, estacionado en la puerta de la iglesia de San Francisco Solano, tras celebrar una misa. La causa por los crímenes cometidos por la Triple A la lleva adelante el juez federal Norberto Oyarbide, quien los consideró como delitos de "lesa humanidad" y, con esa decisión, logró que la causa sea considerada imprescriptible, ya que corría serio riesgo de ser archivada. GB

PADRE MUGICA IN MEMORIAM

"Señor: Perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece. Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no. Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no. Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo. Señor: Yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre. Señor: perdóname por decirles 'no sólo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan. Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí. Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos. Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz." GB