martes, 12 de marzo de 2013
DIALETICA DEL FUNERAL DE ESTADO POR RAGENDORFER, OPINION
Dialéctica del funeral de Estado
Por Ricardo Ragendorfer
El significado político del entierro de Hugo Chávez frente a las despedidas de otros mandatarios. Las manipulación mediática de su enfermedad y muerte a la luz de la historia. Los truculentos casos de Lenin y Francisco Franco.
Una "marea roja". Esas dos palabras fueron convertidas en un lugar común por la prensa para describir el lento avance de los venezolanos –la mayoría con banderas y camisas de dicho color– por el Paseo de los Próceres, en Caracas, hacia la Academia Militar del Fuerte Tiuna. Allí habían sido llevados los restos de Hugo Chávez. A sólo 24 horas de su muerte, tres jefes de Estado –Evo Morales, José Mujica y Cristina Fernández de Kirchner– integraban la primera guardia de honor en la capilla ardiente del Salón Simón Bolívar. Dos días más tarde, serían 30 los mandatarios bajo aquel techo. En tanto, la "marea roja" –calculada en millones de personas– desbordaba las calles y avenidas de la ciudad para despedirse de su líder. Los ojos del mundo estaban depositados en aquel sitio.
La extraordinaria magnitud del acontecimiento hizo que otros hechos de la agenda internacional –cómo la renuncia del Papa Ratzinger– se transformaran en noticias menores. Claro que las coberturas periodísticas de las exequias del presidente bolivariano incluían todo tipo de especulaciones; algunas, dignas de un sitial en la historia de la comunicación masiva. "Chávez murió en Cuba, y no en Caracas", fue la gran primicia del diario español ABC, no sin otro dato exclusivo: "El féretro llevado en procesión a la Academia Militar no contenía el cuerpo de Chávez". La ligereza de tales afirmaciones remite a la fotografía falsa del estadista en presunta agonía, publicada el 24 de enero por el diario El País, de Madrid. Un verdadero hito en la materia
Lo cierto es que, desde el 30 de junio de 2011 –cuando Chávez informó que fue operado de cáncer–, su enfermedad sería tierra fértil para la intoxicación informativa. Operadores de toda laya, ciertas empresas de medios, agentes de inteligencia y cuadros de la oposición fueron los actores preferenciales de esas maniobras, las cuales tuvieron su cénit a partir del 11 de diciembre de 2012, cuando su última intervención quirúrgica en Cuba lo corrió definitivamente de la escena. Los rumores –a veces, provistos de una maldad innecesaria– eran de manual y apuntaban sobre la misma dirección: Chávez no habría sobrevivido a la cirugía, y su muerte era mantenida en secreto por el gobierno venezolano. En consecuencia, la máxima autoridad de la República se había convertido en una versión populista del Cid Campeador, cuyo cadáver fue encajado sobre su corcel para espantar a los infieles.
Resultaba muy notable la profusión de ese ángulo ficticio de la realidad, precisamente cuando desde las esferas oficiales en todo momento se difundieron los datos sobre su salud de un modo sobrio, prudente y veraz. Es decir, a contramano de muchos otros países en situaciones similares, a lo largo de la historia.
Al respecto, bien vale repasar algunos casos.
GOOD BYE, LENIN. A comienzos de 1924, León Trotsky –quien por entonces era miembro de dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)– se encontraba en la ciudad de Tiflis, a cuatro días en tren de Moscú. El 21 de enero recibió un mensaje cifrado de Stalin –el secretario general del Partido y su acérrimo rival en el Politburó– con sólo tres palabras: "Lenin ha muerto." Ello había sucedido el 21 de enero. El líder de la revolución bolchevique por entonces ya estaba retirado de sus tareas a raíz de su endeble salud.
El estrés por la intensidad de sus actividades y una bala aún alojada en el cuello –a raíz de un atentado en 1918– le causaron dos infarto en mayo y diciembre de 1922 y un ACV al año siguiente, que lo privó del habla, además de paralizar parte de su cuerpo. Tal situación médica agudizó el enfrentamiento sectorial de la dirigencia soviética.
"Lenin ha muerto", volvió a leer Trotsky en Tiflis, sin dar crédito a tal frase. Luego, lentamente, asimilaría la noticia, y escribió: "Lenin ya no existe. Estas palabras caen sobre nuestra mente con el mismo peso que una gigantesca roca en el océano."
Durante un momento, se preguntó si debía regresar a Moscú. A tal efecto, se puso en contacto con Stalin, quien dijo que el entierro se haría al día siguiente, de modo que Trotsky no podía llegar a tiempo. Era un engaño: el funeral fue pautado para el 27 de enero, pero Stalin tenía grandes razones para mantener alejado a Trotsky durante las elaboradas ceremonias en la capital de la URSS.
Allí, en medio de una pomposa escenografía, las multitudes desfilaron ante el féretro del insigne fallecido, ante la notoria –y forzada– ausencia de su alfil más apreciado. Fue como si –desde la distancia– una parte del propio Trotsky hubiera descendido a la tumba de Lenin. Sin embargo, la trampa de las fechas tendida por Stalin no fue su única maniobra en la ofensiva contra el creador del Ejército Rojo.
Tras su primer infarto, Lenin redactó una serie de documentos para indicar las directrices futuras para el gobierno. El más famoso de ellos es el llamado Testamento de Lenin. Allí, describe a Stalin con términos no muy elogiosos: "Tiene una autoridad ilimitada en sus manos, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia." A continuación, sugería sacar a Stalin de sus funciones en el Partido. Sobre Trotsky, diría: "Está muy atraído por el aspecto puramente administrativo de los asuntos, pero es sin ninguna duda el hombre más capaz del actual Comité Central."
En mayo, el Partido trabajaba en los preparativos del XIII Congreso. Los delegados más importantes del Comité Central se reunieron el 22 de ese mes para conocer el testamento de Lenin, que había permanecido hasta entonces bajo custodia de la viuda. La lectura de ese texto fue como un rayo caído del cielo. Los presentes oyeron con absoluta perplejidad el pasaje en que Lenin castigaba la rudeza y la deslealtad de Stalin, aconsejando su relevo.
Grigori Zinoviev y Lev Kamenev, dos aliados del secretario general, salieron en su rescate con el siguiente argumento: "Cualquiera que fuese la culpa de Stalin en opinión de Lenin, la falta no era tan grave y Stalin la había rectificado con amplitud. Si Lenin hubiese presenciado los sinceros esfuerzos de Stalin por enmendarse, no habría instado al Partido a destituirlo."
Los delegados, ya durante el Congreso del Partido, resolvieron pasar por alto la recomendación de Lenin sobre Stalin. Pero en ese caso, el testamento no podía publicarse. Por ello, el Comité Central votó por abrumadora mayoría a favor de la supresión de ese documento. Hasta último momento, como si el asombro que sentía hubiese paralizado su capacidad de reaccionar, Trotsky se mantuvo en silencio. Fue el comienzo de su lento camino hacia la derrota. Seis años después sería expulsado de la URSS.
Zinoviev y Kamenev fueron ejecutados por Stalin en 1936, durante los denominados Procesos de Moscú, junto con otros antiguos aliados suyos. Trotsky fue asesinado en 1940 por un agente stalinista que había logrado ingresar a la casa que habitó durante su exilio en México.
Stalin murió el 5 de marzo de 1952, tras varios días de agonía. Previamente, fueron asesinados en las mazmorras del régimen sus nueve médicos de cabecera, bajo la acusación de haber recetado "tratamientos torpes e inadecuados". El multitudinario funeral del "Hombre de Hierro" estuvo a la altura del culto a su personalidad.
EL NOVIO DE LA MUERTE. Dicen que el dictador español Francisco Franco se vio muy conmovido por la muerte de Stalin. Dicen que en ese deceso el "Caudillo" presintió la sombra de su propio final. Por aquellos días, el país gobernado por Franco desde 1938 con mano de hierro ingresaba en las Naciones Unidas, luego de suscribir un pacto de amistad con los Estados Unidos. Y su economía crecía a pasos acelerados. Ocho años antes, había asimilado con notable indiferencia el deceso del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, cuya enfermedad terminal le privó de ver el fin de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, el de Stalin lo sobrecogía como la muerte misma. Sin embargo, a él aún no le había llegado su hora.
Tanto es así que, en los 22 años que aún le quedaban de vida, asistiría a las exequias de John F. Kennedy, enviaría condolencias al gobierno británico por la muerte Winston Churchill (quien aún ocupaba su banca en la Cámara de los Lores) y no lamentaría –por manifiesta enemistad– la de Charles de Gaulle, ocurrida el 9 de noviembre de 1970, a poco de concluir su última presidencia.
Pero Franco sí experimentó congoja por la muerte de Juan Domingo Perón, a cuya ceremonia fúnebre se vio impedido de asistir por recomendación médica. No obstante, a través de la TV observó con interés la conmovedora despedida del pueblo argentino a su líder. Una despedida que –ya se sabe– preludiaba un río de sangre. Sin embargo, en España, el ya anciano dictador deseaba un homenaje así para su propia persona, tal como se lo hizo saber a su esposa, doña Carmen.
La agonía de Franco sería lenta y dolorosa; fue sometido a intervenciones innecesarias y de efectos desastrosos. El 17 de octubre, después de varias crisis de su salud, aún presidía el Consejo de Ministros. El 22 de octubre sufrió su tercer ataque cardíaco; el 24 padeció otro y se agravaron sus otras dolencias. Desde entonces, todos los intentos de su entorno apuntan a prolongarle la vida de modo artificial, intentando que sobreviva al 26 de noviembre, momento en que debería renovar el mandato de un hombre suyo como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes. El hombre más poderoso de España se había transformado en una inanimada marioneta de su propio poder. Finalmente, el 20 de noviembre, fue certificada su muerte. El único jefe de Estado que asistió a sus exequias fue nada menos que Augusto Pinochet.
No es ese, por cierto, el caso de Chávez. En su despedida fue notoria la presencia y el respeto de sus pares. Los hombres que colaboraron con él y la multitud doliente que por estos días lo llora está decidida a mantener el rumbo político marcado por su figura. América Latina ahora deberá dar sus primeros pasos en un mundo sin Chávez.
Tiempo Argentino
GB
AMERICAN CURIOS
American Curios
Estado de derecho
Por David Brooks
Rand Paul, senador republicano de ala ultraconservadora, cuestionó desde el pleno al procurador general Eric Holder respecto de si el gobierno autoriza el uso de drones contra connacionales en territorio estadunidense, lo cual desató un intenso debate en el Congreso en días pasados. Foto Ap
Este país [EEUU] se congratula de impartir justicia de manera imparcial y transparente donde todos, sin importar origen ni poder, están sujetos al estado de derecho. Aquí hay "justicia igualitaria para todos", como dice una de las frases de los juramentos patrióticos escolares.
Claro, aceptan que no es perfecto. Se lamenta que es el país más encarcelado del mundo (más de 2 millones de reos), que hay una disparidad racial obvia en quien está detrás de las rejas del sistema penal, que a veces hay corrupción y que ha habido muchos inocentes encarcelados, y tal vez hasta ejecutados.
De hecho, Innocence Project, organización nacional de litigio y políticas publicas, registra que desde 1989 se ha exculpado a 303 reos al aplicar pruebas de ADN que comprueban su inocencia (después de que pasaron en promedio 14 años tras las rejas). De éstos, 18 estaban en la fila de la muerte para ser ejecutados.
Pero durante la última semana se demostró que el sistema de justicia tiene nuevos problemas, algunos de los cuales ponen en duda eso de un estado de derecho.
Para empezar, el procurador general Eric Holder, quien encabeza el Departamento de Justicia, admitió ante un comité del Senado que hay entes tan poderosos que no pueden ser fiscalizados por sus delitos.
En este caso el delincuente es el banco trasnacional HSBC, que aceptó ser responsable de lavado de dinero procedente de cárteles de narcotráfico mexicanos y colombianos, así como de manejar fondos de regímenes y organizaciones calificados oficialmente de "terroristas".
Cuando el senador republicano Charles Grassley preguntó a Holder por qué el Departamento de Justicia decidió no presentar cargos criminales contra HSBC y sus ejecutivos, el procurador, sin mencionar por nombre al banco, respondió: "me preocupa que el tamaño de algunas de estas instituciones llega a ser tan grande que se vuelve difícil para nosotros fiscalizarlos cuando nos golpean indicaciones de que si procedemos a presentar cargos criminales eso tendrá un impacto negativo en la economía nacional, incluso en la mundial". El banco aceptó pagar una multa de 1.9 mil millones de dólares sin que ninguno de sus ejecutivos fuera sometido a un juicio.
"Uno espera problemas para llevar a un criminal ante la justicia cuando huye a un país hostil, pero escandaliza que el Departamento de Justicia no pueda proceder contra una actividad criminal cuando alguien simplemente entra por las puertas de un megabanco de Wall Street", comentó el senador demócrata Sherrod Brown, reportó el Washington Post.
Robert Borosage, codirector de Campaign for America’s Future, comentó que "el procurador general Holder expresó abiertamente lo que ya era evidente: el Departamento de Justicia cree que los bancos demasiado grandes para permitir su colapso son también demasiado grandes para encarcelar" a sus directivos.
Por otro lado, la semana pasada ocurrió otro intercambio que provocó dudas sobre dónde empieza y termina el estado de derecho. Ante una pregunta del senador republicano ultraconservador Rand Paul sobre si el presidente podía ordenar un ataque de un drone (avión no tripulado) contra un estadunidense en territorio nacional, el procurador Holder primero respondió que podría visualizar "circunstancias extraordinarias donde sería necesario y apropiado" emplear lo que aquí llaman "fuerza letal". Las reglas y justificación legal para el uso de drones por el gobierno de Obama se mantienen como secreto oficial en este país.
"¿Somos tan complacientes con nuestros derechos que permitiríamos a un presidente decir que podría matar a estadunidenses? A ninguna persona, a ningún político debería permitírsele... juzgar la culpabilidad de un individuo y ejecutarlo. Eso va en contra todo lo que fundamentalmente creemos en este país", declaró Paul desde el pleno.
Pocos después, ante el estallido de un debate por lo que dijo, Holder intentó modificar su afirmación y decidió enviar tal vez una de las respuestas legales oficiales más breves de la historia a Paul: “Ha llegado a mi atención que usted ha hecho una pregunta adicional. ‘¿Tiene el presidente la autoridad de usar un drone artillado para matar a un estadunidense que no participa en combate en suelo americano?’ La respuesta a esa pregunta es no”.
Lo que nadie pregunta, tal vez porque la respuesta es obvia, es si el presidente o su gobierno puede ordenar el asesinato de cualquier extranjero en cualquier parte del mundo.
Mientras tanto, a pesar de los balazos en las calles de este país todos los días, que perturban la paz y orden público que se supone existen en un estado de derecho, por ley se garantiza el derecho a un arma. Mientras se debate este derecho sagrado después de la matanza de tantos niños en la primaria de Newtown en Connecticut con armas obtenidas legalmente, desde ese 14 de diciembre sangriento en este país 2 mil 574 personas más han muerto a causa de armas de fuego, según un cálculo de la revista cibernética Slate. En este contexto, fue notable la noticia de que el estado de Dakota del Sur se ha convertido en el primero de la unión en promulgar una ley que explícitamente autoriza a todo empleado escolar, incluidos maestros, a portar armas en la chamba. Claro, para proteger a los alumnos y a sí mismos de tantos locos con tantas armas.
A todo esto le dicen estado de derecho.
Como decía el gran historiador Howard Zinn al intentar dilucidar por dónde tiene uno que empezar a ver a este país (y al mundo): “Yo parto de la suposición de que el mundo está al revés, que las cosas están mal, de que en la cárcel están quienes no deben estar y fuera de la cárcel hay gente que debería estar dentro, que en el poder hay personas que no deberían estar allí y quienes deberían estar en el poder no están…”
La Jornada, México
GB
El conclave de las paradojas.
El cónclave de las paradojas
La Iglesia, unida en torno a posiciones conservadoras, se muestra dividida sobre la forma de afrontar los escándalos que la sacuden.
Por Paolo Flores d'Arcais*
El cónclave que debe elegir al sucesor de Benedicto XVI se abre bajo el signo de una doble paradoja. La primera es que la Iglesia (jerárquica) nunca ha estado tan unida y, al mismo tiempo, tan dividida. Unida, porque por primera vez, desde la época de Pío XII, no podemos decir que haya cardenales conservadores y cardenales progresistas. El último progresista ha sido el cardenal Martini, y hoy en día la Iglesia (jerárquica) al completo se presenta normalizada, homologada y compacta en torno a unas posiciones conservadoras —desde un punto de vista teológico, ético y acaso político también— que Wojtyla primero y Ratzinger después consiguieron imponer integralmente, diluyendo la herencia del Concilio o incluso dándole la vuelta. Dividida, porque precisamente esa unanimidad doctrinal faculta que se manifiesten sin rémoras las diferencias que existen acerca del problema, completamente mundano, de la gobernanza de la Iglesia: los embrollos de la curia romana, de su inmenso poder, de su papel sofocador, de su corrupción, de la lucha sin cuartel que la recorre y agita.
La actitud que ha de tomarse en lo que atañe a la pedofilia del clero y la cuestión de la banca vaticana (IOR), son los dos grandes problemas que ven enfrentados a curiales y anticuriales. ¿Hasta qué punto es necesario hacer limpieza de la suciedad de la Iglesia en relación con el sexto y séptimo mandamiento? ¿Hay que arramblar con todo de verdad, abrir los archivos de los curas pedófilos y de la protección de la que han gozado incluso al más alto nivel (Wojtyla incluido), y hacer lo mismo respecto a las tapaderas que el IOR ha ofrecido a distintas formas de corrupción política y de auténtico reciclaje de dinero sucio? ¿O conviene moverse más bien con la mayor de las cautelas, admitir solo aquello que a estas alturas sea imposible negar, pero evitando que una transparencia plena ofrezca una imagen devastadora de la suciedad de la Iglesia? En otras palabras, seguir la norma evangélica según la cual “oportet ut scandala eveniant” (“Es necesario que vengan tropiezos”) (Mateo, 18, 7) o la del Conde Tío de Los Novios de Alessandro Manzoni, “apaciguar, cortar, padre muy reverendo, cortar, apaciguar”.
Serán esa clase de problemas los que dividan al cónclave, porque respecto a los otros (doctrinales, pastorales, espirituales) hay diferencias de matiz, no de esencia. Y con esto hemos llegado a la segunda paradoja: tradicionalmente, el partido de la curia y el “partido de los italianos” se consideraban ampliamente asimilables, mientras que eran los “extranjeros” quienes representaban la voluntad de lograr un mayor peso de los episcopados nacionales respecto al aparato romano. Pero el escándalo Vatileaks hace inadmisible que la Curia se presente directamente con un candidato italiano propio. El candidato de la curia es, en efecto, el arzobispo de São Paulo, Odilo Scherer, brasileño, que no solo no es italiano sino que ni siquiera es europeo, un cardenal que incluso se esfuerza por acreditarse como alguien de mentalidad “abierta” en ámbito social (por más que los sacerdotes de su diócesis contesten su política, excesivamente poco sensible a los pobres, a los últimos, a los marginados), pero que no deja de ser, en definitiva, un mastín del IOR y de su cerrazón a toda transparencia efectiva. Igualmente curial es el otro extraeuropeo que obtendrá sin duda un número significativo de votos al principio, el canadiense Marc Ouellet. Podríamos añadir además una tercera paradoja: no existe un candidato anticuria, un cardenal realmente decidido a repetir con Jesús “oportet ut scandala eveniant”. Podría acercarse (blandamente, con todo) a ese ideal el arzobispo de Viena Christoph Schönborn, mientras que todos los demás cardenales que se presentan como alternativas al partido de la curia son en realidad candidatos de compromiso. Empezando por Angelo Scola, el mejor colocado, porque desde hace años, a través de las iniciativas de su revista Oasis, ha hecho del diálogo entre las religiones el instrumento de una labor de cañamazo pastoral entre diócesis de los distintos continentes cansadas del excesivo poder de la curia.
Scola no es desde luego un personaje curial, pero si alguien se lo imagina como un papa que destape las suciedades de la Iglesia y arramble con los enredos mundanos y corruptos que prosperan en el Vaticano, se llevará un buen chasco. Scola nace con Comunión y Liberación, que de la Iglesia mercantilista es un potentísimo “brazo secular”, y por más que desde que fuera nombrado arzobispo de Milán haya procurado reiteradamente tomar distancias del movimiento fundado por el padre Giussani, esas raíces siguen estando en su ADN espiritual y político. Scola no ha tenido siquiera el modestísimo valor de condenar de manera explícita al político de Comunión y Liberación por excelencia, Roberto Formigoni, gobernador de la región de Lombardía, asediado y enlodado por un impresionante número de escándalos. Es evidente que la mayor parte de los cardenales no saben siquiera quién es Formigoni, pero acerca del carácter decididamente mundano y mercantilista de Comunión y Liberación a Sus Eminencias algún rumor habrá tenido necesariamente que llegarles. Sobre todo teniendo en cuenta que también parece orientada a dar su apoyo a la elección de Scola la otra potencia mundana de la Iglesia, el Opus Dei. Angelo Scola parece, en definitiva, el candidato perfecto para que, en relación con la curia, cambie algo en apariencia, pero perpetuando la esencia del IOR y de las reticencias sobre los curas pedófilos (en Italia casi nada del vasto fenómeno ha salido aún a la luz, por poner un ejemplo).
Si Scola no supera los dos tercios de los votos en los primeros dos o tres días, crece la probabilidad que el compromiso se focalice en un outsider. Por lo demás, es precisamente la regla de los dos tercios (que no regía cuando fue elegido Ratzinger, porque a partir de la trigésimo cuarta votación, como ocurrió en aquel caso, bastaba con la mayoría absoluta) lo que garantiza que incluso en la eventualidad de que la Curia no consiga imponerse con Scherer o Ouellet, pueda impedir cualquier auténtica renovación: la curia en efecto, controla claramente un tercio de los votos, con los que puede bloquear a cualquier candidato decidido realmente a hacer limpieza y a tomarse el evangelio en serio.
*Paolo Flores d’Arcais es filósofo y director de la revista MicroMega, su libro más reciente es ¡Democracia! Libertad privada y libertad en rebelión.
Traducción de Carlos Gumpert | El País
GB
La nueva eleccion del Papa por Eduardo Febbro Opinion
Memoria
Literatura
Psicología
Pensamiento
Tango
Pasión de Multitudes
Mezcladito
LAS APUESTAS ESTAN ABIERTAS SEGUN PREFERENCIAS Y RUMORES TOTALMENTE OPUESTOS
Hoy empieza la elección del nuevo papa
A la ya compleja cuestión de geopolítica se le agrega una lista decisiva de asuntos pendientes: la posición de la Iglesia ante las cuestiones de sociedad, su postura ante los avances de la ciencia y la bioética.
Por Eduardo Febbro
Desde Ciudad del Vaticano
Roma amanece con los ojos puestos en la perspectiva de la fumata bianca, el humo generado con productos especiales que le anunciará a la ciudad y al mundo los resultados del voto destinado a designar a quien reemplazará al renunciante Benedicto XVI. El sombrero de cobre por donde subirá el humo de los papeles quemados con los votos de los cardenales puede verse desde la Plaza San Pedro y, a partir de este martes, de allí saldrá la primera emisión de humo cuyo color traduce la decisión de los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina: negro si el papa no salió electo al cabo de las primeras votaciones, blanco si el próximo papa ya tiene identidad. Por ahora, las apuestas están abiertas según preferencias y rumores totalmente opuestos. Algunos apuntan hacia un papa del tercer mundo; otros, en cambio, a la designación de un italiano. Desde el sábado pasado, los 115 cardenales electores más otros cuantos más con edad superior a los 80 años, pero que no formarán parte del cónclave, han intentado definir el perfil del futuro pontífice. Se trata de una suerte de hombre-milagro que, por un lado, debe restablecer la legitimidad de una Iglesia empañada por los escándalos financieros y sexuales y los enredados complots entre las tendencias; por el otro, debe ser capaz de responder a un desafío de orden infinitamente superior: un papa que responda al retroceso del catolicismo en Occidente, que aliente la fe en las regiones del mundo donde crece. A esa ya compleja cuestión de geopolítica se le agrega una lista decisiva de asuntos pendientes que van desde la posición de la Iglesia ante las cuestiones de sociedad, su postura ante los avances de la ciencia, la bioética por ejemplo, hasta la respuesta a las demandas de un mundo desarmado por el lobo global del liberalismo.
Acuciados por la prensa, los jerarcas de la Iglesia salen al paso con frases de gran altura. ¿Será un papa norteamericano, africano, latinoamericano, asiático o europeo? “Ah... Dios entiende todos los idiomas”, dijo con sabiduría teológica Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla. La cultura del secreto que siempre caracterizó al Vaticano –sólo rota con la divulgación de los documentos secretos del papa, los Vatileaks– incrementa los rumores y las especulaciones. Hay quienes dicen que ya todo está cocinado, que el papa será del tercer mundo. Otros, en cambio, argumentan con igual sustento la versión contraria: el futuro papa será un italiano respaldado por un secretario de Estado del Tercer Mundo. En este puesto clave, los vaticanistas escriben el nombre del cardenal argentino Leonardo Sandri. Este jerarca católico acumula varias funciones clave en la estrategia actual de la Iglesia: en 2007, Benedicto XVI lo nombró prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. El mismo año pasó a integrar el Consejo Pontificial para la promoción de la unidad de los cristianos y el Consejo Pontificial para el diálogo interreligioso. Al año siguiente, Sandri ingresó a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
De este embrollo de nombres y rumores emergen dos figuras en torno de las cuales hay un absoluto consenso. Desde luego, ese consenso no es una verdad sino otra especulación respaldada por varias voces: se trata del cardenal italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, y del brasileño Pedro Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo. El primero tendría el respaldo del ala reformista, mientras que al brasileño lo apoyarían los conservadores.
De la galería de nombres posibles ubicados detrás de estos dos favoritos desaparecieron los africanos, pero quedaron muchos nombres como alternativa: Marc Ouellet (Canadá), Sean O’Malley (Estados Unidos), Peter Erdo (Hungría), Christoph Schönborn (Austria), Luis Antonio Tagle (Filipinas) y el mismo Sandri, cuyo perfil hace de él un “papable” en caso de desacuerdo. Los misterios del cónclave son espesos y todos recuerdan la inesperada elección de Juan Pablo I, en 1978, y su célebre frase: “Que Dios los perdone por lo que han hecho”. Juan Pablo I murió apenas un mes después de haber sido elegido papa. El cónclave siguiente designó a un no favorito: Karol Wojtyla, quien fue elegido tras ocho sesiones de voto.
Esta vez, sin embargo, son tantas las cosas que Dios tiene que perdonar a los hombres que integran la Iglesia que las polémicas y los pactos raros a la hora del voto parecen excluidos. Hará falta mucho más que eso para tapar el enorme túnel negro que dejó la revelación de las calamitosas internas de la curia y del Vaticano. La fumata bianca es apenas una luz pasajera en un bosque sembrado de ojos que acechan entre las ramas.
LOS VATILEAKS REVELADOS
“Poder y dinero”
Por Eduardo Febbro
El nombre de Gianluigi Nuzzi despierta una incomodidad visible en los alrededores del Vaticano. Este periodista de investigación es el autor del libro que reveló los asuntos turbios del Vaticano, es decir, los Vatileaks: Su Santidad, las Cartas Secretas de Benedicto XVI. Allí están compiladas todas las cartas, las notas, los mensajes y los cables que dan del Vaticano la imagen de un infierno gobernado por disputas de poder, confabulaciones, conjuras y, sobre todo, recorrido por una densa trama en donde personajes de las sombras pugnan por el control del dinero, o sea, del IOR, más conocido como el Banco del Vaticano.
En Roma, Nuzzi tiene un sobrenombre: “Buzón de los monseñores y los cardenales descontentos”. Hay que reconocer que sus informaciones son sólidas. En su libro precedente, Vaticano SPA, Nuzzi dejó al desnudo el lado más oscuro de las finanzas vaticanas. Ahora fue más lejos. Los Vatileaks que él hizo públicos provocaron la crisis moral más honda que haya conocido la Iglesia. Su resultado está en la elección de un nuevo papa, es decir, la renuncia al pontificado de Benedicto XVI.
–Si hacemos una síntesis de lo que aportó y reveló el caso de la fuga de los documentos privados del papa que plasmó en el libro, ¿cómo la definiría usted?
–Los Vatileaks muestran por primera vez la filigrana y la historia del Vaticano, no ya con el enfoque espiritual del trabajo o del mensaje del pastor que es el papa sino como Estado. El Vaticano es un pequeño Estado y dentro de éste hay muchos poderes y mucho dinero, hay conjuras, denuncias de corrupción. Los Vatileaks son como la máquina del tiempo. Estas historias siempre existieron dentro del Vaticano, pero hoy tenemos una fotografía nítida, una reconstrucción documentada. Hasta ahora, la información que emanaba del Vaticano estaba siempre muy controlada con una suerte de idea que encontramos en los Evangelios. Los Evangelios observan que “lo que se dice al oído, lo predicas en secreto”. Este libro sobre los Vatileaks creó una ruptura con el pasado.
–Cuando se sumerge en su libro y en el conjunto de los Vatileaks, queda la sensación de que hay una guerra entre la fe, el poder y el dinero.
–Sí, puede decir eso. Josef Ratzinger hablaba de la ambición, del poder y del afán de éxito, del individualismo. Ratzinger ha sido un gran pastor que asumió el desafío de reformar la curia romana y cambiarla.
–El Vaticano parece una suerte de paraíso fiscal oculto.
–Esta es una parte de la historia. Falta mucho para que el IOR, el Banco del Vaticano, responda a los criterios de transparencia de la Unión Europea. Pero efectivamente hubo una confrontación muy fuerte en torno del control y de los mecanismos de transparencia de este banco. Sus actores fueron Gotti Tedeschi, el ex presidente del Banco del Vaticano partidario de la transparencia, y el secretario de Estado, monseñor Bertone, partidario de la opacidad. Tedeschi asumió como suya la misión que le encomendó el papa de limpiar las cuentas del banco, pero fue impedido de llevar a cabo su misión.
–Bertone emerge como el malo de esta historia. ¿A qué sector representa?
–Bertone es un salesiano, es el primer secretario de Estado que no viene de la escuela diplomática del Vaticano. Bertone ha aunado contra él una enorme cantidad de críticas y controversias. De hecho, Bertone ha defendido sus propios intereses y nada más. Es un hombre que ha designado a sus hombres en todos los puestos clave de la economía del Vaticano. Muchos lo acusan de ser el centro de las conjuras, las conspiraciones y las operaciones de lavado de dinero.
–Usted revela que hay en el Banco del Vaticano cuentas sin nombre.
–Bueno... esto no es nuevo. En las décadas del ’70 y del ’80 hubo fuertes sumas de dinero de la Cosa Nostra que fueron... digamos blanqueadas por el IOR. Basta con recordar el asesinato de Roberto Calvi, en 1982. Calvi era el presidente del Banco Ambrosiano y conocía cómo circulaba el dinero mafioso a través del Banco del Vaticano.
12/03/13 Página|12
GB
EE.UU. QUIERE COLONIZAR INTERNET
Kim Dotcom: “Estados Unidos quiere colonizar Internet”
Por Tommaso Koch | El País
Kim Dotcom pasea por el jardín de su mansión en Nueva Zelanda. / NIGEL MARPLE (REUTERS)
“Kim va a llamarle ahora”. Tras cuatro meses persiguiendo al informático más conocido del planeta -en libertad condicional en Nueva Zelanda- un escueto correo electrónico certifica que la caza ha terminado. Y, en efecto, a los dos minutos suena el teléfono. “Perdón por tanto retraso. Ahora tengo tiempo”, suelta Kim Dotcom (Kiel, 1974), en un inglés marcado por un fuerte acento alemán. Una hora, en concreto, en la primera entrevista con un medio español del hombre que generó daños por 386 millones a la industria cultural, según el FBI.
Pregunta. Estados Unidos asegura que es un criminal. ¿Usted cómo se definiría?
Respuesta. Ciertamente no un criminal. Si lo soy, YouTube y Google también lo son, y cualquier página web que ofrezca la posibilidad de almacenar contenidos y compartirlos. Yo proporciono un espacio conectado a Internet, cuyos términos de servicio aclaran que no se puede violar el copyright. Lo que haces con ello es asunto tuyo. Nunca he subido un archivo que infringiera la ley a Megaupload. Quieren culparme por lo que hacen nuestros usuarios: el Gobierno de EE UU está llevando a cabo contra nosotros un caso inédito. Detrás de todo esto está el exsenador Chris Dodd, que es presidente de la MPAA [Asociación de los grandes estudios de Hollywood] y mejor amigo del vicepresidente de EE UU, Joe Biden. Era un contexto electoral, Obama quería ganar un nuevo mandato, y Hollywood presionó a la Casa Blanca.
P. Suele defender que no solo pelea por sus derechos sino por los de todos. ¿Qué quiere decir?
R. Peleo por mis derechos porque he sufrido un abuso. Pero si gano es una victoria para cualquiera que use la Red. Si se salen con la suya eso va a desalentar las páginas web a permitir que los usuarios compartan contenidos y sería muy negativo para Internet y la sociedad.
P. ¿Qué recuerda de la noche en la que la policía irrumpió en su casa para detenerle?
R. La irrupción fue la experiencia más traumática para mi familia. Mi mujer sigue teniendo pesadillas. 72 hombres llegaron con metralletas, perros y helicópteros a una casa residencial. No para matar a Bin Laden o detener a un narcotraficante mexicano sino para tumbar una página web de un tipo acusado de violar el copyright.
P. ¿Por qué ha vuelto con Mega?
R. EE UU tumbó una empresa, destruyó 220 empleos, embargó nuestros activos y mientras mantiene congelado nuestro dinero está prolongando el caso hasta que no tengamos recursos para pagar a los abogados. Ya que es injusto, y probablemente dure años, quisimos empezar algo nuevo y distinto.
P. No parece tan distinto. La diferencia principal respecto a Megaupload es una contraseña.
R. Hay varias mejoras. La primera es la contraseña, que solo controlan los usuarios. Hemos mejorado la conexión. Y legalmente mucho ha cambiado, tras las alegaciones insensatas que hizo EE UU. Nuestros abogados han estado implicados en toda la creación. Ni una línea de los códigos de Megaupload está en Mega. Naturalmente el principio de subir algo que puedes compartir es el mismo.
P. Si ha hecho cambios legales, le está dando la razón a Estados Unidos.
R. En absoluto. Cuando ganemos vamos a ajustar nuestro modelo de acuerdo con ello. Y vamos a ganar. Hay un tratado de extradición entre Nueva Zelanda y EE UU que no incluye infracciones del copyright. Si solo nos hubiesen acusado de ello, no habría ni juicio. Por eso añadieron lo de la organización criminal. Creamos una web para almacenar archivos en la nube y compartirlos con familiares o amigos. Nunca hubo intención de que fuera piratería a escondidas.
P. ¿Megaupload era un negocio?
R. Claro que era un negocio.
P. ¿Se enriqueció gracias a Megaupload?
R. Obviamente. Fue un producto muy popular y la gente pasaba mucho tiempo en nuestra página. Más de la mitad de los documentos subidos a Megaupload aún no han sido descargados ni una vez. Hay algo llamado doctrina Sony. Hollywood denunció a Sony por los reproductores de VHS y tenían los mismos argumentos que contra nosotros: que estaba favoreciendo piratería y que promovía las infracciones. Sony ganó en el Supremo y se asentó la doctrina Sony: mientras tengas una cantidad significativa de usos de tu tecnología que no infringen la ley nadie tiene derecho a tumbarla solo porque alguien está haciendo un uso equivocado. La gente nos pagaba por todos los usos legítimos que se podían hacer de Megaupload.
Un cambio 'clave'
En el último año y medio, Kim Dotcom ha estado bastante ocupado: el 19 de enero de 2012 decenas de policías armados irrumpieron en su casa en Nueva Zelanda–en una operación que a posteriori la justicia del país tachó de “ilegal”- y le detuvieron, acusado entre otros delitos de piratería informática y de haber creado una organización criminal. Su página web de descarga y almacenamiento de contenidos, Megaupload, le había permitido ganar 135 millones de euros al ofrecer de forma ilícita y gratuita cientos de películas, series y canciones online, según el FBI, que la cerró ese mismo día.
Desde entonces, Dotcom, en libertad condicional en su millonaria mansión neozelandesa, ha estado defendiéndose de las acusaciones y preparando el juicio por su extradición a EE UU que se celebrará en agosto. Justo un año después de su arresto, lanzó su nueva página web, Mega.
Respecto a Megaupload, la principal novedad consiste en una contraseña. En la anterior página web, los usuarios podían subir un contenido (ya fuera una foto, un filme, o un texto), lo que generaba un enlace. A través de él, todo internauta podía acceder gratuitamente al archivo.
Mega proporciona un enlace y una contraseña, ambos imprescindibles para llegar hasta el documento. Ya que solo el usuario conoce la clave, Dotcom defiende que no sabe en ningún momento qué contenidos está subiendo cada persona y no es responsable por ello.
P. Según el FBI ganó 135 millones de euros gracias a Megaupload. ¿Robó dinero que pertenecía a los creadores de contenidos?
R. Absolutamente no. Google gana 40.000 millones de dólares al año. Y un amplio porcentaje de sus búsquedas tiene que ver con contenidos piratas. Todo proveedor de servicios que conecta a la gente a Internet cobra por ello. Da igual si el usuario baja una película pirata o no: se benefician. La mitad del tráfico mundial de Internet está probablemente relacionado con alguna violación. Y hay una economía masiva detrás de ello: creadores de routers y módems, servidores de alojamiento, fabricantes de discos duros.
P. ¿Se benefició de la piratería?
R. Nunca intentamos ofrecer un servicio que favoreciera la piratería. Habríamos funcionado muy bien sin ella. No lo veo en absoluto como un beneficio. Míreme ahora: ya da igual si gano, el daño está hecho. Este caso es una broma, es un asunto político, de un puñado de personas en la Casa Blanca. Van a pagar por ello, necesitan una lección. No importa lo poderoso que seas, no tienes derecho a violar tu propia ley.
De todos modos, la pregunta correcta es: ¿habría yo tenido éxito si Hollywood ofreciera sus contenidos en tiempo real y por un precio justo y los hiciera accesibles a todo el mundo que usa Megaupload y páginas similares? Estaría feliz de trabajar con los creadores y ofrecer la mejor experiencia posible a nuestros clientes pero desafortunadamente aún no han alcanzado la era de Internet.
P. ¿De verdad nunca sospechó que algo de su página web fuera ilegal?
R. En absoluto. Vas ahora mismo a cualquier otra web que ofrezca almacenamiento online y encontrarás contenidos que infringen la ley. A lo largo de los años tuvimos millones de documentos que tumbamos que violaban el copyright. Claramente éramos conscientes de que había piratería en nuestra web: lo podíamos ver por las notificaciones de contenidos tumbados. Pero la piratería no es un fenómeno de Megaupload, sino de Internet. No hay un sistema de precios y distribución de contenidos culturales justo, a nivel global y en tiempo real. Si una película o una canción es lanzada en algún lugar en el mundo, cualquiera debería poder tener acceso a ello al mismo tiempo. Si no, estás alentando la piratería.
P. ¿Por qué defiende que la oferta legal cultural en la Red aún no es tan relevante?
R. La manera en la que Hollywood gana dinero para sus filmes es que acuden a los socios de licencias y les dicen: “Estamos haciendo una nueva película. ¿Quieres asegurarte los derechos?”. Juntan el dinero antes de que se haya gastado un solo euro en la película. Y entonces la lanzan sin el menor riesgo financiero. Si empiezas a hacer los filmes accesibles desde todos los soportes en tiempo real este modelo muere. Por eso luchan. Y por eso tenemos piratería, por cómo tratan al consumidor. Es ridículo en la era de Internet poner tráilers de películas que se estrenan en EE UU y esperarse que los usuarios del resto del mundo no las busquen. En el momento en el que están disponibles online la gente que está obligada a esperar no lo va a aceptar. Encontrarán la manera de hallar ese contenido.
P. Dice que proporcionaba una caja al usuario y le avisaba de que no rompiera la ley. ¿No es lavarse las manos?
R. Cuando compras un coche y vas demasiado rápido, lo cual está en contra de la ley, no se culpa al fabricante del vehículo. Si vas a las oficinas de correo y pones 10 porros en un sobre que envías a un amigo no suspenden el Correo porque estás haciendo algo ilegal. Cualquier proveedor de servicios en Internet se enfrenta al mismo asunto: sabe que se está haciendo piratería gracias su conexión, puede verlo y hasta medirlo. Y sigue cobrando a sus clientes cada mes por conectarlos y jamás será responsable por las acciones de los usuarios.
P. Tuvieron que retirar muchos contenidos de Megaupload. Entonces, ¿no se planteó hacer algo al respecto?
R. Mis abogados me explicaron que la ley requiere que los propietarios de los contenidos sean los que tienen que perseguir las violaciones y tumbarlas. No es mi trabajo controlar activamente Internet y lo que están haciendo nuestros usuarios. En EE UU el electronic comunication privacy act prohíbe a los proveedores de servicio mirar dentro de las cuentas de sus usuarios a menos que no haya alguna acción legal en marcha.
P. Es decir, que sabía que en su página web había actividad ilegal y no hizo nada para pararla.
R. Insisto: no es mi trabajo. No entramos en las cuentas de nuestros usuarios para saber qué han subido. No es nuestro derecho ni nuestra obligación. Cuando alguien nos envía una notificación para retirar un contenido lo hacemos. Encima, hemos ofrecido a las majors acceso directo a nuestros servidores para retirar los contenidos ilegales. De todos modos, seamos honestos: si eres Sony y quieres encontrar infracciones en Internet lo que tienes que hacer es gastarte 2 millones al año, un porcentaje minúsculo de tus costes, en un centro de retirada de contenidos en un país con mano de obra más barata como India o Filipinas. Contratas a 2.000 personas que no hacen más que buscar tus contenidos en Internet y tumbar las violaciones. Si lo hubiesen hecho no existiría tanta piratería.
P. Desde el nacimiento de Mega, España ha sido líder en tráfico prácticamente todas las semanas. ¿Qué representa España para usted?
R. España es un gran mercado para nosotros y siempre lo ha sido. Megaupload también era muy popular y mucha gente en España ha sido afectada por su cierre. Por eso han seguido la historia, y cuando ha aparecido Mega han vuelto con nosotros. Los españoles siempre han sido fans de nuestro servicio. Por cierto, quiero que se sepa que he contratado a un nuevo equipo de abogados que llevará un caso contra el Gobierno de EE UU ante la ONU. Para ello, la denuncia tiene que proceder de un país, de un Estado. Así que estamos buscando cualquier gobierno cuyos ciudadanos hayan sido afectados por el cierre de Megaupload. Estoy hablando con Brasil, Alemania y Finlandia. Y también miramos a España como uno de los posibles socios para este caso. Internet no pertenece a EE UU. Solo el 10% de los usuarios de Megaupload venía de ese país. Y el gobierno solo tenía jurisdicción sobre ellos. El 90% del daño que se ha hecho aquí no tiene nada que ver con los usuarios de EE UU.
P. ¿Qué ha pasado con los millones de contenidos legales almacenados en Megaupload?
R. Millones de usuarios han perdido su acceso a sus documentos legítimos. La fundación Electronic Frontier ha denunciado al Gobierno de EE UU en nombre de un usuario que ha sido privado de su propiedad por el cierre de Megaupload. Lamentablemente, el caso avanza despacio. Ha pasado un año pero la corte de EE UU no vio ninguna urgencia en devolver los archivos a sus usuarios. Los servidores están en un almacén y esperamos que la corte dé la orden de reconectarlos para dar a nuestros usuarios acceso a sus propiedades. El Gobierno de EE UU ha cometido la mayor masacre de datos de la historia digital.
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P. Hace unos días decía en Twitter que Mega es el primer paso de su plan. ¿Cuáles son los otros?
R. Primero, mi objetivo es encriptar un porcentaje significativo del tráfico en Internet. Quiero que haya cada vez más gente que use claves en sus correos electrónicos, en las llamadas, en las transferencias de documentos. Porque lo que he aprendido es cuánto espionaje hay. Esta conversación esta siendo grabada ahora mismo por el Gobierno de EE UU. Hay mucha vigilancia en Internet que va en contra de los derechos humanos. Quiero crear una solución con la tecnología que te permita protegerte. El almacenamiento es el comienzo. Vamos a ampliarnos a un servicio de correos electrónicos y llamadas online que te permita una comunicación segura.
P. ¿Qué opina del copyright? ¿Considera justo que los autores reciban dinero por sus productos?
R. Totalmente. Creo que el copyright tiene derecho a existir. La gente que gasta dinero, tiempo y talento para crear una película o una canción debería ser pagada. Pero el copyright no debería afectar a otros derechos, como el de las personas a compartir documentos o el derecho básico a no ser tachado de criminal porque bajas algo que no hay manera de encontrar en ningún otro sitio. Hay muchos contenidos que no están disponibles para gente que podría y querría pagar por ello pero cuya única alternativa es la descarga ilegal.
P. ¿Cómo se conjuga este derecho a compartir contenidos online con la defensa del copyright?
R. Hace falta un equilibrio. Hasta que no haya una solución por parte de la industria no se puede criminalizar a la gente. Habrá una manera para ambas partes, proveedores de información y tecnología y proveedores de contenidos, de tener una situación en la que ganen todos. Yo lanzaré Megabox en un par de meses, que permitirá a los artistas vender directamente a sus aficionados. Pueden cortar el intermediario y ganar más ingresos que cuando las discográficas venden por ellos. Discográficas que, por cierto, tienen gastos masivos, miles de empleados, muchos de ellos abogados, que no benefician a los artistas. Con Megabox los creadores reales van a ingresar mucho más. En 10 años todas estas organizaciones de intermediarios desaparecerán. Los creadores de contenidos, los estudios cinematográficos, los cineastas independientes, los artistas musicales venderán directamente a sus clientes, lanzarán su producto al mismo tiempo en todo el mundo para todos los soportes y el precio bajará probablemente significativamente. ¿Por qué pagarías lo mismo por película buena y otra producida con un 10% del presupuesto y con valoraciones pésimas? Los estudios te obligan a pagar por un hotel de 5 estrellas para estar en una tienda de campaña.
P. ¿Qué opina de EE UU?
R. Este caso fue una iluminación para mí. Siempre estuve a favor de EE UU, me creía el sueño americano y siempre he pensado que soy más estadounidense que alemán o finlandés, donde me crié, por cómo me porto, por mi estilo de vida. Me sorprendió cómo el gobierno de EE UU ha cambiado en la última década. Desde el 11-S se están pasando en invadir los derechos de la gente y ser los policías del planeta. EE UU se ha convertido en el tipo de gobierno al que deberías tener miedo. No supieron prever el futuro: han impreso dinero como locos, endeudándose más que cualquier otro país y estaba claro que eso iba a colapsar. Y se están volviendo mas agresivos para proteger lo que aún tienen. Han identificado Internet como uno de los más importantes ejes del futuro y quieren colonizarlo. Todo el mundo debería estar preocupado con esto.
P. ¿Que espera del juicio sobre su extradición a EE UU?
R. Todo este caso es un fraude. Nunca seremos extraditados, se lo garantizo. Nos acusan de ser una organización criminal, pero si tuvieran algún caso concreto en el que nos portamos como tal, deberían mostrar las pruebas. Sin embargo no existen, están construidas. Todo este caso no era el objetivo principal: era tumbar Megaupload y destruirlo. Y ya lo consiguieron.
Un cambio 'clave'
En el último año y medio, Kim Dotcom ha estado bastante ocupado: el 19 de enero de 2012 decenas de policías armados irrumpieron en su casa en Nueva Zelanda–en una operación que a posteriori la justicia del país tachó de “ilegal”- y le detuvieron, acusado entre otros delitos de piratería informática y de haber creado una organización criminal. Su página web de descarga y almacenamiento de contenidos, Megaupload, le había permitido ganar 135 millones de euros al ofrecer de forma ilícita y gratuita cientos de películas, series y canciones online, según el FBI, que la cerró ese mismo día.
Desde entonces, Dotcom, en libertad condicional en su millonaria mansión neozelandesa, ha estado defendiéndose de las acusaciones y preparando el juicio por su extradición a EE UU que se celebrará en agosto. Justo un año después de su arresto, lanzó su nueva página web, Mega.
Respecto a Megaupload, la principal novedad consiste en una contraseña. En la anterior página web, los usuarios podían subir un contenido (ya fuera una foto, un filme, o un texto), lo que generaba un enlace. A través de él, todo internauta podía acceder gratuitamente al archivo.
Mega proporciona un enlace y una contraseña, ambos imprescindibles para llegar hasta el documento. Ya que solo el usuario conoce la clave, Dotcom defiende que no sabe en ningún momento qué contenidos está subiendo cada persona y no es responsable por ello.
10/03/13 El País
MUERTOS MAS MUERTOS MENOS POR ERNESTO SEMAN
Muertos más, muertos menos
Por Ernesto Semán *
La forma en la que el gobierno venezolano manejó la enfermedad de Hugo Chávez mereció una ola de críticas, no sólo entre sus opositores sino entre amplios sectores democráticos interesados en la libertad de expresión en América latina. La materia en cuestión –la manipulación de su muerte– reactivó una metáfora abarcadora con la que se describe al chavismo y a los gobiernos denominados populistas, con o sin cáncer para ocultar: un régimen que administra la información como los totalitarismos comunistas. La nota que Santiago O’Donnell publicó en estas páginas, “No estuvo bien”, recorre ese argumento. La metáfora es poderosa. Remite al engaño de masas. Es un recuerdo del oscurantismo asociado con el terror de Estado. Y, por sobre todas las cosas, es falsa.
Hay una prevención obvia ante cualquier análisis comparativo: cuando dos regímenes políticos son parecidos “salvo” porque uno aniquila a once millones de personas y el otro no, es porque no son parecidos. De lo contrario se transforma en un razonamiento por el absurdo, que pone a Hitler y al actual alcalde de Nueva York en un mismo partido porque ambos promovieron campañas contra el cigarrillo, y al autor de esta nota en la misma liga de Carlos Tevez porque hablamos inglés igual de bien. La tentación de la metáfora comunista no sólo termina por ocultar más que lo que muestra; sobre todo, habla de los imaginarios con los que nosotros analizamos la política contemporánea.
Esa recurrencia metonímica al totalitarismo para hablar de los movimientos nacional-populares se apoya en una de las grandes tragedias de América latina durante el siglo XX. Los líderes que abrazaron el pensamiento liberal impulsaron transformaciones sociales bajo el imaginario de sociedades democráticas, pero temieron que el caos de esos cambios abriera las puertas a demagogos autoritarios que retrotrajeran la región a un pasado oscuro y opresivo. En casi todos los casos, los intentos por corregir las presuntas desviaciones autoritarias de los procesos de reforma social terminaron por eliminar la reforma social por completo, alentando al mismo tiempo un autoritarismo mucho mayor que el que buscaban combatir en primer lugar. Y por cierto, mucho más cerca del totalitarismo que habían construido en su imaginación.
La analogía va siempre acompañada de un contraste entre el comunismo y una aparente normalidad. O’Donnell describe la acción del gobierno venezolano como el seguimiento “a rajatabla del modelo totalitario propagandístico de las dictaduras china y soviética”, opuesta a lo que ocurre en el resto del mundo, donde “cuando una persona importante se enferma, ni hablar el presidente, se estila que el médico que lo trata o el jefe del equipo médico informe periódicamente sobre el estado de salud del paciente”.
La evidencia histórica sugiere una realidad muy matizada. Franklin Delano Roosevelt gobernó más de doce años con polio y tras ocho de mandato, cuando Estados Unidos entró en guerra, un 80 por ciento de los norteamericanos ignoraba por completo su enfermedad, merced a una cuidada e infinita puesta en escena del gobierno, la oposición y los medios de comunicación. Peor aún, nadie fuera de su círculo íntimo supo de los dolores de sus dos últimos años de vida, lo cual permitió disimular en público su deterioro y participar en la Cumbre de Yalta, pero evitó corregir los (más que probables) errores de su médico al no diagnosticarle la expansión de un melanoma fatal. Una interconsulta quizás habría salvado su vida. Un presidente en su plenitud quizás habría negociado otros términos para la posguerra y la mismísima división de Europa habría sido distinta.
John Fitzgerald Kennedy padecía de una multitud de dolores que lo inhabilitaron para ejercer sus funciones durante varios períodos, algo que sólo se supo años después. Si una de sus memorables lumbalgias hubiera aparecido durante la crisis de los misiles con Cuba, la negociación con la Unión Soviética habría quedado técnicamente en manos de Lyndon Johnson, que en ese momento conocía poco y nada del mundo (y que cuando por fin incursionó en la política global como presidente, lo hizo al costo de millones de vidas). Ronald Reagan gobernó buena parte de su segundo mandato con Alzheimer y negoció el fin de la Guerra Fría en esa condición, algo que se ocultó al público hasta mucho después de su partida. Frente a la idea de que los médicos informan “periódicamente sobre el estado de salud del paciente”, los datos sugieren que, en verdad, la información sólo es pública cuando no hay mucho que informar, como en el caso de Barack Obama, un presidente norteamericano con la presión sanguínea de un budista zen.
Pese al memorable cuento de Roberto Fontanarrosa sobre el camarada Feodorovich, que gobierna embalsamado mucho después de su muerte, el terror de Estado que impuso el comunismo en la Unión Soviética tuvo otro perfil. Lenin, quien concentró como pocos el poder político y militar en sus manos, sufrió tres infartos en sus últimos dos años de vida, que le produjeron una afasia y una progresiva parálisis, pero sólo quedó incapacitado para gobernar en los últimos meses antes de morir. Su fallecimiento en 1924 se conoció de inmediato. Stalin murió en 1953 tras cinco días postrado luego de lo que pudo haber sido un infarto. Durante esos días, la cadena nacional informó cada ocho horas con reportes que incluían pulso, presión sanguínea y temperatura (increíblemente, la información distribuida parece haber sido cierta).
La manipulación informativa sobre Stalin fue previa, desde que su salud empeoró tras la Segunda Guerra Mundial. La correspondencia con la camarilla soviética durante sus últimos años de vida es uno de los textos más bizarros del totalitarismo; incluye intercambio de recetas, consejos para los dolores de espalda y una retahíla de quejas por muelas corroídas, diarreas y úlceras sangrantes cuya difusión atentaba tanto contra la seguridad de Estado como contra el buen gusto. Nikita Khruschev fue eyectado de su mandato en vida, casi de milagro. La salud de Brezhnev (o la falta de la misma) fue manipulada durante todo 1982 hasta su muerte, al igual que la de Andropov en sus últimos meses. El deterioro de Chernienko se ocultó unos meses, pero el premier soviético siguió gobernando desde el hospital, más limitado por el descalabro de la URSS que por el de su propio cuerpo. Gorbachov salió del Kremlin a los tumbos, pero por sus propios medios.
Como se ve, la información sobre la salud de Chávez, que no fue transparente, pero cuyo cáncer se hizo público al menos desde su primera operación, se presta a muchas más analogías que la comunista. Pero como O’Donnell deja en claro en la segunda parte de su nota, la información sobre su salud es la metáfora de una analogía a su vez más general entre el chavismo y el comunismo como regímenes políticos. La comparación es recurrente en toda América latina y su abundancia tiene que ver, más bien, con nuestros marcos de referencias usuales, asentados en un discurso público y una teoría del conocimiento que desde los años ’40 propusieron la mirada prescriptiva de una oposición tajante entre sociedades tradicionales (comunistas, populistas, opacas) y sociedades modernas (democráticas, liberales, transparentes), cuando la evidencia sugiere realidades mucho más fluidas, diferenciaciones menos claras, sobre todo cuando se trata de la relación entre aquellos que detentan el poder y aquellos que tienen derecho a la información para tomar decisiones responsables. El mayor problema con la analogía del comunismo soviético no son “tanto” los once millones de muertos (los estudios recientes ubican a Stalin con esa cifra, en segundo lugar en una competencia improbable como el mayor genocida de la historia, detrás de Hitler con doce, aunque la cuenta no incluye las hambrunas, que colocarían a Mao por encima de los dos), como el hecho de que las falencias populistas son las propias de la expansión de la acción democrática, mientras que la lógica totalitaria supuso la eliminación de esa acción, en nombre de un destino comprensible desde el Estado a partir de hacer observar la evolución irremitente de La Historia.
Los gobiernos populistas de la región tienen varias asignaturas pendientes, entre otras, a la hora de no sólo garantizar sino promover información diversa e irrestricta. Pero la opacidad de esa parte de la vida social no es mayor en América latina que en el resto del mundo, aun si es distinta, y lo que se idealiza como contraposición, lo que se hace fuera de “Corea del Norte, Irán, Cuba y países por el estilo,” presenta problemas no menos importantes. El mayor atropello al orden jurídico internacional desde el final de la Guerra Fría recibió aprobación de las Naciones Unidas luego de que el secretario de Estado norteamericano expusiera de forma institucional, pública, democrática y televisiva algo parecido a un frasquito de mermelada conteniendo las armas de destrucción masiva que Saddam Hussein jamás produjo. Que la libertad de prensa ejercida a pleno puede ser un formidable medio para instalar el terror a escala global nunca quedó mejor demostrado.
América latina tiene una larga tradición republicana que nutre y precede a los populismos, con un énfasis en la igualdad y los derechos sociales como principios soberanos que ha enriquecido no sólo al sistema interamericano sino también las bases de la democracia liberal. La idea de libre expresión como libertad de prensa “contra” el Estado es una convicción fuertemente instalada en Occidente, inscripta en la primera enmienda de la Constitución norteamericana, y grabada a fuego en la lucha contra las dictaduras en América latina. Pero no es un concepto divino (esa parte de la primera enmienda, de hecho, se ancla en una disputa muy terrenal entre el gobierno colonial y los mercaderes de Nueva York sobre quién informaba la llegada de los barcos alrededor de 1730). Hoy, esa mirada no sólo es limitada para garantizar la libre expresión en sociedades más heterogéneas y frente a desigualdades producidas en una esfera económica que se presenta cada vez más por arriba de cualquier definición de bien común, sino además que tiende a acentuar el problema que busca solucionar. Como en tantas otras asignaturas pendientes de esta década, las respuestas a las carencias de los gobiernos populistas habrá que buscarlas en la lógica democrática y caótica de la que estos movimientos emergen, y no en la mirada normativa de la Guerra Fría con la que se los intentó combatir.
* Historiador y escritor.
12/03/13 Página|12
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“Era una situación de esclavitud”
El Tigre Acosta le advirtió a Carlos “El Sueco” Lordkipanidse que iba a ser “boleta”, según relató ayer.
Imagen: DyN
Carlos “El Sueco” Lordkipanidse, ex detenido desaparecido que estuvo dos años y medio en la ESMA, aportó detalles que desviaron la atención hacia otros represores y centros de detención menos conocidos.
Por Alejandra Dandan
Costó, aun así el engranaje se puso en marcha. El megajuicio por los crímenes unificados de la Escuela Mecánica de la Armada recibió las primeras declaraciones de testigos que ya habían declarado en otros juicios. El debate puso en escena así el nuevo esquema de preguntas: un testigo habla luego de que todas las partes hayan visto o leído sus declaraciones anteriores. Las preguntas son complementarias. El testigo no cuenta todo lo que ya contó en otras ocasiones, entre otras razones para no volver al agujero.
Declaró durante la mañana Carlos “El Sueco” Lordkipanidse, ex detenido desaparecido que permaneció dos años y medio dentro de la ESMA, hizo tareas de fotógrafo e imprenta en un contexto que ayer volvió a redefinir ya no como “trabajo esclavo”, sino en “situación de esclavo”. “Mucho tiempo entendimos que esto de ser sometidos como prisioneros sobreviviendo era una situación de trabajo esclavo, ahora redefinimos esto”, dijo. “No fuimos trabajadores, no recibimos remuneración, no había relación de trabajo de dependencia, la esclavitud es cuando si alguien se niega o se queja a hacer una tarea que manda el patrón y al patrón no lo reditúa, lo elimina. Entonces las condiciones en las que nos tuvieron en la ESMA son una situación de esclavitud.” Lordkipanidse es un testigo histórico.
Ayer, en el nuevo contexto, con un juicio en el que su propia historia no ejerce un rol de centralidad, se abrieron una tras otra más ventanas ocultas de la ESMA. Roles, posiciones y la vida de esos represores más oscuros y menos revisados en las páginas de historia que son los que ahora adquieren centralidad. Entre otros, por ejemplo, Orlando González, un auxiliar de inteligencia, al que le decían “Hormiga Negra”, de piel oscura. “Tenía una carácter muy particular que lo hacía especialmente enemigo mío por una cuestión muy superficial: él era fotógrafo y me consideraba a mí mal fotógrafo.”
En ese momento había una revista que se llamaba Foto Mundo que hacía concursos para descubrir talentos. Orlando González competía por ocupar los mejores puestos, mandó una foto y ganó un premio: “Hizo posar a una compañera, Lucía León, en una foto donde la retrataba como ‘La Parca’. Eso le valió también un llamado de atención por cómo jetoneaba de esa forma, con su nombre real sabiendo que podían reconocerlo”. En el testimonio habló de los diez rollos de microfilms que le hicieron copiar en tres archivos, de los 500 nombres cada uno, según calcularon en ese momento y los llevó a estimar las 5000 víctimas de la ESMA. Hubo dos aspectos importantes: un pedido sobre la isla El Silencio del Tigre donde los prisioneros permanecieron casi 30 días cuando los marinos buscaron esconderlos por la visita de la OEA. Y la visita a la ESMA del entonces secretario de Hacienda de la dictadura Juan Aleman que está en juicio por la desaparición de Orlando Ruiz y Silvia Dameri, secuestrados con sus dos hijos, Marcelo Mariano y María de las Victorias. Silvia estaba embarazada, parió en la ESMA y su hija Carla fue apropiada por Juan Antonio Azic, como Victoria Donda.
La isla y Aleman
Sobre la isla, El Sueco mostró fotos de noviembre pasado. “Están los utensilios usados en esa época, la cocina de hierro, está la sala pequeña del subsuelo de la casa superior, la casa de palos y todas las características” que ellos vieron y denunciaron hace tiempo. “Siguen existiendo, tomamos fotos porque nos habían llegado noticias de que la casa iba a cambiar de manos.” Pidió al tribunal una inspección ocular a la isla porque “nunca” fue inspeccionada. Pidió que “se investigue la propiedad del espacio que pertenecía a la revista Esquiú”, dependiente de la curia. Y dijo: “Hemos ido al campo de deportes (de la ESMA), pero la isla del Tigre es una parte sustancial de esta causa en el sentido que es parte predeterminada de un plan de ocultamiento”. La fiscalía luego pidió también la inspección.
Luego de muchas preguntas, la abogada querellante Liliana Alaniz de Justicia Ya! le preguntó si conocía a Juan Aleman. Los defensores, sobre todo la defensa oficial para sorpresa de las partes, objetó la pregunta con el mismo lenguaje con el que los abogados retrasaron durante horas el comienzo de la audiencia y dentro de la sala se leyeron como “chicanas”. Las objeciones tocaron distintos puntos. El tema procedimental: cómo se harían las preguntas ahora que estaban en marcha las reglamentaciones de Casación. Insistieron con el testigo sentado en la sala. Luego objetaron el tipo de preguntas. Dijeron que preguntar nombres era “indicativo”. Fiscalía y querellas se opusieron. Primero porque la palabra “conoció a” no era lo mismo que “torturó a”. Y segundo porque como dijo el fiscal Guillermo Friele: “Esto es una megacausa con 67 imputados, distintos tramos, muchas víctimas y pensar que sólo el testigo puede acordarse de todos esos nombres es pedirle algo fuera de lo común y fuera de lo humano”.
Así, El Sueco, que padece problemas de presión, pudo volver a Aleman. Le objetaron que “había sido muy puntilloso” ya en su declaración anterior y un defensor le pidió que en todo caso hable para agregar algo. El Sueco tomó el guante y respondió: “Si el abogado me permite explayarme, me había olvidado de detalles que hacen a lo que a él interesa –dijo–, entre otras, que en oportunidad de la visita de Aleman a la ESMA, más especialmente al sótano, más especialmente a la sala de torturas de la huevera, tuve oportunidad de hablar con Orlando Ruiz, recién secuestrado”. Orlando esperaba en el cuarto de interrogatorio del fondo, con otra detenida. “Venía de Suiza, era un exiliado político que había ingresado al país con intención de accionar contra la dictadura, especialmente en interferencias de comunicaciones y que me dijo que lo iban a someter a una situación en la que iba a estar presente Aleman, para hacerse cargo del intento de atentado (que había recibido).” El Sueco pensó que Orlando iba a salvarse. “No queda otra que lo vayan a blanquear –se dijo–, había caído con dos niños y la mujer embarazada.” En ese momento, también pensó que él mismo podía salvarse.
El Tigre Acosta le había dicho alguna vez que iba a ser boleta, pero esa visita, de un funcionario civil dentro de la ESMA, alentó alguna esperanza. “(Aleman) pasa por adelante mío y me dije: ‘Me salvo yo también y se rompe la promesa del Tigre Acosta’. A lo mejor el destino es el que me manda justo por donde pasa un funcionario civil del gobierno...”. El presidente del tribunal, Daniel Obligado, le preguntó si recordaba dónde se produjo el encuentro visual. “Claro que me acuerdo –dijo El Sueco–: es uno de los momentos más imborrables de mi vida, porque yo había puesto esperanza en que ese hecho pudiese salvar mi vida. Yo estaba en el pasillo del sector 4, cuartos de un lado y del otro, frente al comedor, contiguo a la entrada de la huevera. Yo estoy adelante y él ingresa a la huevera. Era 1980 y yo ya llevaba bastante tiempo ahí, casi dos años.”
La visita de Aleman a la ESMA fue imborrable, entre otras cuestiones por el contexto. Los marinos habían mandado limpiar todo el sótano y había olor a lavandina. El Sueco andaba con el antifaz “a media asta”, así que algo veía. Los guardias metieron a todos en el comedor. A él lo agarró uno. “De pronto en la entrada se pone en posición de firme, me agarra el brazo. Yo tenía el antifaz a media asta y lo único que puedo hacer es quedarme ahí parado. Todos nos pusimos de pie y rendimos respeto al ingreso de Aleman que no era un visitante más que llevaban a ver la escuelita del horror, era el jefe de todos los demás, le rendían homenajes.” En ese contexto, contó de un hecho anterior: 31 de diciembre de 1976 y una fiesta de fin de año de la que participó la actriz Katja Aleman, medio hermana del secretario. Un vecino denunció la fiesta y llevaron a las 20 personas a la comisaría 19. La medio hermana de Aleman reportó su filiación y Aleman sacó a todos los muchachos. Esto le permitió a Lordkipanidse situar el peso de Aleman antes de 1980, pero además dar cuenta de su rol en el aparato del Estado terrorista. “Yo me puse a pensar en que si él hubiese querido se hubiesen salvado Ruiz y su señora y la mala historia de sus hijos.”
Sentencia por Campo de Mayo
El Tribunal Oral Federal 1 de San Martín dará a conocer hoy el veredicto del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo durante la dictadura cívico-militar, contra 23 víctimas, entre ellas siete mujeres embarazadas que dieron a luz en maternidades clandestinas. Los represores acusados son el ex comandante de Institutos Militares Santiago Omar Riveros; el ex presidente de facto Reynaldo Benito Bignone (segundo en ese entonces de Riveros), Luis Sadi Pepa, Eugenio Guarañabens Perelló, Julio San Román, Hugo Miguel Castagno Monge, Eduardo Corrado, Carlos Macedra y Carlos José Somoza. También recibirán sentencia Carlos del Señor Garzón y María Francisca Morillo, acusados de la apropiación de María Catalina Sánchez Ovando, quien recuperó su identidad en 2008. El tribunal, integrado por los jueces Héctor Sagretti, Daniel Cisneros (subrogante) y Daniel Petrone (subrogante), dará a conocer la sentencia a las 13 en la nueva sede de Pueyrredón 3728, en San Martín, destinada especialmente a la realización de juicios por delitos de lesa humanidad.
12/03/13 Página|12
GB
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